Recomendación de usuario de esta página... Turbia, disfrutable, delirante. Lastima que en algunas de sus partes se vuelva tediosa y pueril. Tal vez su duración cercana a las dos horas, le haga pagar factura. Aunque he visto que la nota media roza el 7, a fecha de mi reseña.

Deseas conocer que sucederá en la siguiente escena, por lo que es imposible apartar la vista. Profusión de historias que se entrecruzan, todas rozando la ciberdelincuencia... algunas más interesantes que otras.

Han pasado doce años desde que se estrenó, y curiosamente, pese al tema que trata, no ha envejecido de la manera esperada. Entretiene, eludiendo el efectismo.

Un documental equilibrado, donde su arma es la inteligencia, con una construcción de personajes perfectamente integrada en comportamientos delictivos...

A medida que conoces la historia, te das cuenta, que con buenas ideas y presionando en el lugar correcto, lo fácil que resulta estafar. La estrategia se encontraba, en que todo pareciera convincente.

Un buen documental que mantiene un acertado flujo narrativo, haciendo pensar en lo que casi todos sospechamos.

Una historia coral de robos, boxeo, diamantes... donde, en medio de un buen puñado de estrellas destaca Brad Pitt, con una caracterización sobresaliente... Jason Statham, apuntaba maneras poco antes de convertirse en la estrella del cine de acción que es en la actualidad.

Me interesó el método con que Guy Ritchie manejó la dirección; no pierde tiempo en cuestiones de relleno, lo cual se agradece. El tratamiento de las imágenes resulta espectacular, así como su procedimiento al acometer el cambio de plano, o las breves escenas de no más de un segundo para, por ejemplo, orientarnos sobre un simple viaje.

Tras todas las consideraciones positivas que he hecho, debo admitir que no llegué a conectar totalmente con lo que allí se contaba. Aunque al principio van presentando los personajes para que nos hagamos una idea aproximada de su cometido; seguirla me resultó complicado, porque. insisto, no acabé de disfrutarla por lo dispersa.

Es muy adolescente... la propia serie no sabe lo que quiere; como en esa etapa existencial, donde todo son dudas, momentos intensos, descubrimientos y escasa reflexión. Pero cuando esos elementos se los aplicas a cuatro capítulos de 45 minutos, el resultado es un producto extraño, perdido, un poco absurdo y de recorrido escaso.

Muy bien valorada por los 49 usuarios que la han puntuado, con una nota media a fecha de mi comentario, de 6,3.
Mi calificación escasamente alcanza el 4.

Comienzo el año con esta interesante serie sueca. Tore es la realidad de un personaje que podría vivir a tu lado... ser tu amigo, un hermano... o simplemente el asesino de la ciudad. William Spetz, es el mejor actor para interpretarlo; considero que el trabajo de casting ha dado como resultado una brillantes y acertada interpretación

No existe en ella ese desgarro emocional, tan valorado por críticos y espectadores. Aquí las emociones se interiorizan, gestionadas desde los patrones típicos de un supuesto psicópata. Debo añadir que los capítulos finales me parecieron algo perezosos y autoindulgentes.

¿Pero... Verdaderamente, Tore, será un psicópata... o no? Para descubrirlo, tienes que verla.

Con un diseño artístico disperso, no traslada emociones genuinas al espectador. Bien interpretada; durante una hora, aproximadamente, muestra una relación estructurada, pero que carece de continuidad.

Podría decirse que en la segunda parte, aparece abruptamente un conflicto que no terminas de entender. (spoiler)
La falta de coherencia en su desarrollo supone un importante lastre para hacer creíble una historia bonita, pero no rotunda, y por supuesto, con importantes lagunas.

Carlos Cuevas y Miki Esparbé, se manejan bien, haciendo que la historia funcione. Se impregna de un humor fresco y creíble... una búsqueda del amor en la era del descreimiento, donde todos sabemos lo que "no" vamos a encontrar, pero tampoco renunciamos a hallarlo.

Exploración intimista de un hallazgo, un tropiezo, que aleje de esta soledad implacable, que tampoco garantiza nada; reflejando con destreza y habilidad, la frivolidad de los tiempos.

Nos encontramos ante un todo conceptual, en el frágil "mercado" de las relaciones afectivas, y sociales en cuanto a los sentimientos entre hombres.

En lo que un director debe centrarse, es en sus historias. Lo que siempre comunica con el espectador, es la intimidad entre personajes... y cuando me refiero a intimidad no hablo de lo "INTIMO". Es el buceo interior que escruta esos lados inquietos agudos, trascendentes... e insondables en ocasiones.

El mundo gay mantiene desde hace algunas décadas, sus apariencias transgresoras con escasa evolución. A lo máximo que aspira es a cultivar hábilmente la alimentación y el físico.

Tal vez el director Idan Haguel, en su necesidad por desentrañar, ha terminado abonando eso mismo que desea evidenciar. Puede que sus lecciones de ciudadanía, no aporten las claves para descubrir en que momento se encuentra la comunidad gay, como ente genérico.

No ha logrado traspasar mi barrera... y no es más alta ni amurallada, que la de quien me está leyendo en este momento... te lo garantizo.

Partiendo de un inicio disperso, su factura es austera, abordando temas de actualidad sin ensañarse en el adoctrinamiento. Desde los primeros minutos, existe en ella la sombra de una amenaza constante, donde la familia es el objetivo, aunque nada tenga que ver con la resolución del caso.

Existe una magistral cohesión de actores, acertadamente dirigidos por Paul Andrew Williams, que subraya ese punch especial, tan frecuente en las series británicas. En definitiva, la serie parece que formase parte de un plan narrativo integrado para conseguir el minutaje deseado, finalidad que resulta más que evidente. Le sobran un par de capítulos.

Nota 5,5

Desde mi posición de homosexual, debo comenzar esta reseña, comentando su estructura panfletaria. Quiere parecer reivindicativa pero se asemeja más a un postureo, tan frecuente en estos tiempos. Considero que no recoge aquella época de reivindicaciones, o por lo menos, no lo hace con la honestidad de lo que significó.

Ana Wagener construye una caracterización asombrosa de la madre de Miguel. La película necesita parecer comprometida y auténtica, pero resulta lejana... la mayoría de secuencias se construyen con diálogos y argumento de cartón piedra.

Falta verdad, aunque sea eso lo que desea ofrecer, pero por alguna razón no se consigue. Las escenas se alargan innecesariamente con giros de guion, vacíos de contenido para llenar los minutos que ocupa.

Quizá he sido severo en mi comentario, y en la nota, pero prometo que intento siempre actuar con honestidad.

La encantadora Macarena Sanz, me recuerda a Tamara Falcó, con esa caracterización dulce y positiva... quizá infantil, al interpretar a la singular Ana. Un personaje habitante de un mundo burbuja, alejado en parte, de la realidad.

Engancha por el desconcierto que proyecta... al menos es lo que a mi me ha sucedido como espectador. Entretiene y confunde a la vez, en una amalgama de emociones contradictorias.

La nota que ha obtenido a fecha de mi reseña me parece un tanto... exagerada, con ello no quiero decir que no me haya gustado... relajadamente.

Una producción de consumo, diseñada con una estructura y técnica que se sabe funcionan, sin ahondar en otras cuestiones más personales que podrían ofrecer profundidad en los personajes. No es lo que se busca.

Divertida, simple, fresca, bien interpretada... con un guion esquemático, escasamente trabajado más allá de lo imprescindible en las plataformas de Streaming.

Una obra agónica, de marcado espectro social, cargada de evidencias caciquiles, explícitas en exceso. Drama sobre diversos temas que no ahonda certeramente en ninguno de ellos.

Profunda y eficaz Lola Dueñas. Luis Tosar ¿Qué decir del mejor actor de su generación? Y el mejor actor actual. Un regalo contemplar esa interpretación que sale de sus entrañas...

Una producción de bajo presupuesto, cuya recaudación fue de 92.430,83, producida entre otros, por el propio Tosar.

Esa mezcla de drama y comedia la rodea de cierto despropósito. Ambos elementos son difíciles de combinar, pues con frecuencia, si en la mezcla no se utilizan proporciones correctas, se solapan.

Su trama se va intensificando hasta convertirse en algo delirante. Un circo de ricos, donde los engaños y mentiras, no tan pasajeras, se resuelven con muchos tópicos.

Hago un pequeño apunte en spoiler. Aunque no creo que revele nada trascendental de su trama. La he valorado con un 5 muy generoso.

Espectáculo digno de verse; un thriller donde el ritmo imprimido por Dan Gilroy aporta un enérgico recorrido, cercano a las dos horas, de entretenimiento, que se hacen cortas.

La vi hace nueve años pero no la valoré. Toda la tensión se basa en esa atmósfera creada a partir de un excelente guion, de construcción clásica, con nominación a los Oscar.

Jake Gyllenhaal, se impone, a través de esa dualidad canalla que tan bien domina, desde una elocuente lateralidad interpretativa, frecuente en sus trabajos.

El ingenio la recorre.

Yuriy Borisov, me parece un acierto de casting. Conectas con esa forma canalla e inocente de relacionarse... Una mirada naif a un personaje con más aristas de las mostradas, pero que afortunadamente, intuyes.

Los petroglifos son la justificación para el encuentro, pero lo que allí se cuenta, carece de continuidad. Escenas sobrecargadas en la nada, cotidianidad más cercana, incluso, de la que vivimos a diario. Parece que en estos momentos, eso es lo que se valora, en un cine que va perdiendo la capacidad de narrar las historias de siempre.

Estamos más necesitados de sublimar la interpretación, la novedad... que nos olvidamos de lo más trascendente, como es un guion o una trama donde el conflicto sea eje conductor.

La serie mezcla demasiados elementos resultando, desvergonzada, mordaz, evocadora y competente. Contiene actuaciones honestas, con un magnífico trabajo de personajes.

Tal vez su estructura en flashbacks continuos, hace que resulte en ciertos tramos desenfocada, aún admitiendo resultados muy eficientes. Los Javis, han logrado un manejo de las emociones de manera creativa y original que la mantiene en todo momento a flote.

Analiza las nuevas tendencias, manteniendo ese distanciamiento intelectual, que tan mal se lleva con el arte moderno y su interpretación.

Los personajes se gestionan a través de un tono empoderado, sabiendo que buscan y hacia donde quieren dirigirse... todo es engaño, o por lo menos una gran parte de lo mostrado.

En el cine, como en el arte existe un paralelismo fascinante. Ambos contienen sus propias cadencias que en ocasiones comparten. Aquí las similitudes son evidentes y se manifiestan rotundas.

La había visto hace algún tiempo, y no me había gustado; la primera parte estupenda, el último tercio decae... mi actitud actual es otra, diferente a la que mantenía 4 años atrás.

"Fin de Siglo" No se puede entender, excepto que seas homosexual y habites en estos tiempos sumido en sus realidades. Ciertas películas de género, adoptan roles heteros, cuyos argumentos simplemente son trasladados, con lo que se alejan del cine de orientación LGTB. No es el caso...

En este trabajo dirigido por Lucio Castro, nos encontramos con la radicalidad y dureza de los comportamientos habituales entre gays, donde la frialdad de las relaciones (la mayor parte de ellas mecánicas e insatisfactorias) escasamente pueden ser comprendidas por el público en general.
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Refleja con acierto el submundo, en ocasiones oscuro y distante, donde lo que cuenta es la inmediatez. Aborda temas atemporales de la comunidad, conflictos, miedos, desarraigos, así como los escasos anclajes que surgen en contadas ocasiones.

Durante una hora me ha entretenido. Mantiene buen ritmo y esa cotidianidad habitual del cine quinqui de toda época, ambientada en pequeños o grandes hurtos, delincuencia... etc.

Óscar Casas, hermano de Mario Casas, que la dirige, construye un personaje creíble, veraz, con sensibilidad... anclado en la pesadumbre. Transcurrida una hora, se pierde en detalles banales; pudiera pensarse que se agotaron las ideas. Hubiera necesitado un montaje más arriesgado, sacrificando minutos, para mantener el excelente ritmo inicial.

Otro detalle gracioso e insignificante: Los malos son un poco de panadería. Final clásico que explico en zona spoiler...