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Críticas ordenadas por:
Disobedience
Disobedience (2017)
  • 6,3
    4.886
  • Reino Unido Sebastián Lelio
  • Rachel Weisz, Rachel McAdams, Alessandro Nivola ...
7
Canción de amor frente a la intransigencia
Desde "La sagrada familia" (2006), su primer largometraje, el cineasta chileno Sebastián Lelio se ha metido siempre entre “las patas de los caballos”, como él dice. Ha tocado conflictos, prejuicios e hipocresías de nuestras sociedades contemporáneas que llevan al espectador a “pensarlo todo de nuevo”; sin embargo, nunca lo ha hecho desde la postura del provocador o del denunciante, que en el fondo es la más convencional, y “aburrida” de las formas, tal y como añadiría él. Si en su multipremiada "Gloria" (2013) encontró el adecuado tono pop para contar las peripecias vitales, amorosas y sexuales de una mujer solitaria a punto de entrar “en el otoño de la vida”, y en la oscarizada "Una mujer fantástica" (2017) abordó un brillante melodrama sobre la historia de amor de una mujer transexual; ahora, en "Disobedience", se mete de lleno en el corazón de Londres para relatarnos una intensa aproximación al lesbianismo, dentro de los severos y cohibidos límites de la comunidad judío-ortodoxa.

Dos Rachels, Weisz y McAdams, son Ronit y Esti, las protagonistas de este denso filme en el que las interpretaciones adquieren un cometido trascendental. Por otra parte, Alessandro Nivola encarna al rabino Dovid Kuperman, que completa el clásico triángulo amoroso por el que pivota todo el nudo narrativo, en el que Lelio nos guía de manera pausada y firme por un microcosmos donde la religión modela cada aspecto de la cotidianidad.

"Disobedience" empieza con la inesperada muerte del rabino de la sinagoga londinense. Este hecho provoca que Ronit Krushka, hija del rabino fallecido, deje su trabajo como fotógrafa en Nueva York para volver al norte de Londres para el funeral de su padre. Su irrupción en la citada comunidad pone patas arriba el opresivo ambiente de ventanas cerradas, ropajes remilgados y pelucas, generando incomodidad allá por donde pasa, y perturbando la estabilidad aparente del matrimonio entre Alessandro y Esti Kuperman. Lejos de las estridencias 'hollywoodienses', y recubierto con una fotografía de tonos grisáceos y apagados, Lelio desgrana una historia profunda, melancólica y sutil, revestida con múltiples capas que se van desprendiendo poco a poco, con delizadeza, a su vez que el pasado de nuestro trío protagonista va aflorando, como es la amistad que les une desde la infancia, y sobre todo, el amor latente entre Ronit y Esti. Alessandro, kipá en testa, está convencido de ocupar la posición de rabino de la comunidad, y la relación de estas mujeres se convierte en un obstáculo importante que amenaza su propósito; sin embargo, el amor no entiende de leyes, ni atiende a razones, surgiendo sin remisión como el agua que se desliza sobre el cauce de un río. El tema "Lovesong" de The Cure se erige como el detonante de su pasión escondida. La maravillosa melodía y voz de Robert Smith las hace volver a tiempos pasados y anhelados, con el deseo de que se conviertan en su presente, aunque ambas lo afrontan desde distintos ángulos. En su esencia, podríamos afirmar que esta película sobre la desobediencia de las normas, la lucha contra las imposiciones y la batalla frente a la intransigencia es una canción de amor, solo que inesperada y realista.

En esta historia resulta igual de importante lo que se dice como aquello que se calla e intuye. Sebastián Lelio construye un estupendo drama romántico de emociones contenidas y atmósferas recargadas, casi como si se tratara de un thriller por la carga de angustia y tensión que se percibe en cada plano. Quizás peque de poseer un ritmo demasiado pausado en su primera mitad, algo que puede espantar al espectador inquieto, y acostumbrado a los 'formularios' comerciales; no obstante, "Disobedience" es una película notable, que trata de forma fascinante un tema controvertido y algo tabú, encomendado por un trío de interpretaciones fantásticas que hacen muy interesante su visionado.
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1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Un lugar tranquilo
Un lugar tranquilo (2018)
  • 6,6
    36.042
  • Estados Unidos John Krasinski
  • Emily Blunt, John Krasinski, Millicent Simmonds ...
7
¡Shsss!
"Un lugar tranquilo" está dirigida por John Krasinski, un actor estadounidense conocido principalmente por sus roles en comedias de tres al cuarto, así como por salir en la interesante serie televisiva de Ricky Gervais "The Office" (2005-2013), y también de tener una discreta carrera como cineasta: "Entrevistas breves con hombres repulsivos" y "Los Hollar"... son sus dos filmes previos, los cuales cabe mencionar que son bastante convencionales; y por consiguiente, están muy lejos del nivel que ofrece en el trabajo que nos ocupa. Quizás este enorme salto de calidad como realizador sea bastante parecido al que tuvo James Franco el año pasado con "The disaster artist"... qué tras una carrera un tanto mediocre detrás de las cámaras, moviéndose por los trillados derroteros del cine independiente, su último trabajo ha puesto su nombre en el firmamento de cineastas a tener en cuenta.

Volviendo a Krasinski, decir que la premisa de la película es sencilla y bastante manida: una familia que tiene que sobrevivir en un mundo distópico y post apocalíptico dominado por criaturas alienígenas; por el contrario sorprende muchísimo la ingeniosa forma de llevar a cabo la historia, realizando un fascinante y novedoso ejercicio de estilo dentro del género. Toda la tensión del filme gira en torno al silencio, ya que los extraterrestres son seres ciegos, con un sentido del gusto poco desarrollado, y que se guían a través de un finísimo sentido del oído. Así que nuestra familia protagonista no debe de hacer ni el más mínimo ruido para no ser detectados y con ello poder sobrevivir. Para que os hagáis una idea de lo que estoy diciendo, deben de hablar entre ellos mediante el lenguaje de signos, caminar descalzos por un camino hecho de tierra blanda y no utilizar ningún tipo de maquinarias o artefactos que sean ruidosos; en pocas palabras, el simple sonido de un estornudo puede tener consecuencias fatales. El caso de que se instaure un silencio sepulcral propicia que sea una película con la tensión a flor de piel y totalmente desasosegante, consiguiendo que te mantengas pegado a la butaca y sin casi respirar. El silencio se convierte en un personaje más de la trama, haciendo que la película sea prácticamente muda en sus dos primeros tercios, ocasionando que la tensión vaya in crescendo hasta que el silencio se rompe literalmente, y es entonces cuando se desata la violencia desmedida.

Me ha sorprendido también muchísimo la profundidad de su premisa, en la cual Krasinski hace una parábola sobre la responsabilidad paternal; es decir, hasta qué extremos serían capaces de llegar unos padres para proteger a sus hijos. Porque en esencia, "Un lugar tranquilo" es un potente drama familiar, en el que las extrañas presencias de los alienígenas sedientos de sangre se inmiscuyen en su hogar, ocasionando todos los problemas que perturban su estabilidad social, y menoscabando la integridad del seno de nuestra familia protagonista.

Quizás el filme no sea del todo redondo, teniendo ciertos aspectos que se podían haber mejorado, como algunos agujeros de guión y el rutinario diseño de la criatura; en cambio, huelga decir que son males menores que no entorpecen para nada la calidad que destila la cinta, compensada ampliamente por la originalidad de su punto de vista.

Con un arranque verdaderamente impresionante, que nos mete de lleno en el clímax de la trama; de hecho se podría decir que la película no tiene ni principio ni final, siendo un angustioso clímax constante; las notables interpretaciones de su reducido elenco actoral, destacando el gran trabajo de Emily Blunt como la madre coraje de la familia, y el de un estupendo y sorprendente John Krasinski como el serio y riguroso padre, lejos de los roles que nos tiene acostumbrados; así como el sugerente ejercicio de estilo que impregna su director, el cual contiene referencias al mejor Shyamalan y al clásico "Soy leyenda" del maestro del fantástico Richard Matheson; en resumidas cuentas, "Un lugar tranquilo" es una película alucinante que saca a relucir todos nuestros temores más primarios.
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1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Vengadores: Infinity War
Vengadores: Infinity War (2018)
  • 7,5
    44.992
  • Estados Unidos Anthony Russo, Joe Russo
  • Robert Downey Jr., Chris Hemsworth, Benedict Cumberbatch ...
8
Thanos nos enseña el poder del Guantelete del Infinito
"Vengadores : Infinity War" es la tercera entrega protagonizada por los famosos superhéroes de Marvel; aunque es la cuarta vez que los vemos reunidos en la pantalla si tenemos en cuenta la tercera parte del Capitán América 'Civil War', dirigida también por los hermanos Russo, y que no dejaba de ser una película de 'Los Vengadores' encubierta. Echando la vista atrás y viendo todas las películas que se han realizado de superhéroes en la historia del celuloide... puedo afirmar sin miedo a equivocarme que estamos ante una de las mejores muestras del género en su historia. Por infinidad de razones (valga la redundancia). Con esta entrega se podría decir que todas las tramas comprendidas en todas las películas que Marvel Studios ha ido realizando a lo largo de diez años convergen en un mismo punto; de hecho, en su punto más álgido. Los arcos narrativos de cada uno de los personajes, desarrollados a lo largo de casi una veintena de films, se han cerrado en mayor medida en esta grandilocuente entrega. Es importante dejar patente que este fin solo es la primera parte de dos entregas, en la cual veremos la segunda el año que viene, así que la historia no está completa del todo, sino que se encuentra justamente cortada por la mitad.

Esta tercera entrega de "Vengadores" posee épica a raudales, marcada por sus trepidantes escenas de acción y las pérdidas trascendentales de algunos de sus personajes, los cuales hincan la rodilla por primera vez. De hecho, cuando fui a ver la película el otro día con mi hijo, con una sala de cine a rebosar, durante la proyección se produjeron tres angustiosos silencios que nos hicieron tragar saliva: uno al principio, uno a mitad película y el otro casi en su final, coincidiendo con la impactante muerte de algunos personajes. También es pertinente decir que cuenta con un supervillano realmente poderoso, Thanos... un personaje que trasciende los típicos clichés con sus numerosas capas y motivaciones que le aportan una cierta ambigüedad. Sin olvidar los impresionantes efectos especiales que convierte en esta película en un espectáculo de primer orden.

Los hermanos Anthony y Joe Russo han plasmado su pericia e inteligencia a la hora de abordar una historia repleta de una infinidad de personajes, convirtiendo al villano Thanos en el protagonista absoluto y formando pequeños grupos de superhéroes que van pivotando alrededor de él. Esa forma de desarrollar la historia es bastante parecida a la vista en las películas de 'Star Wars' y en la fantástica trilogía del 'Señor de los Anillos'. Además, han sabido administrar muy bien las dosis de humor para aliviar el desasosiego asfixiante que nos producen los tremendos acontecimientos que discurren en la gran pantalla. En definitiva, "Vengadores : Infinity War" deja a un lado las parodias y las chorradas vistas en este último año, en cintas como "Guardianes de la Galaxia Volumen 2", "Spiderman: Homecoming" y "Thor Ragnarok", devolviendo el auténtico estatus de cada uno de los superhéroes, y contándonos una historia qué importa, que trasciende y que nos deja un regusto amargo en su sorprendente y abierto final.
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7 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ready Player One
Ready Player One (2018)
  • 6,7
    39.329
  • Estados Unidos Steven Spielberg
  • Tye Sheridan, Olivia Cooke, Ben Mendelsohn ...
8
El rey midas de Hollywood ha vuelto
La nostalgia por los años ochenta lleva infiltrándose en la cultura popular estadounidense desde principios de siglo XXI; del mismo modo que aquella fascinación por la década de 1950 que se extendió a través de los setenta ("American Graffiti" de George Lucas o "Grease" de Randal Kleiser podrían servir como ejemplo), como también la obsesión con la década de 1960 que tuvo lugar en los ochenta ("Dirty Dancing" de Emile Ardolino o la estupenda serie "Aquellos maravillosos años" de Neal Marlens y Carol Black ejemplifican este hecho), y aquella presencia de la década de 1970 que discurrió en los noventa (como bien ilustran "Boogie Nights" de Paul Thomas Anderson o "Cero en conducta" de Adam Rifkin). Se podría decir que el resurgimiento de la cultura ochentera hizo bisagra con la madurez y éxito de la MTV durante su resaca noventera, que vino con la explosión del mundo de la música y los célebres videoclips. Después de pasar un corto periodo de tiempo en el que hubo una cierta latencia, en estos últimos años la nostalgia por la década del neón se ha afianzado definitivamente; sobre todo tras el estreno de algunas películas y series de televisión que han marcado un punto de inflexión, tales como "Super 8" de J.J. Abrams, la nueva trilogía de "Star Wars" (en el que Abrams también está ejerciendo labores de producción), el reciente reboot de "It" de Andy Muschietti (adaptación de la célebre novela de Stephen King, uno de los grandes iconos de los 80), y en especial el éxito arrollador que ha tenido una serie como "Stranger Things" (The Duffer Brothers, 2016). Así que no es de extrañar que, en plena efervescencia nostálgica, se lleve a cabo la adaptación cinematográfica de una novela como "Ready Player One", escrita por Ernest Cline y que llegó acompañada del epíteto de 'novela para geeks' desde su estreno.

Trasladar una novela de este calibre no es tarea fácil, debido a la cantidad de guiños y referencias constantes a la cultura popular tanto de los setenta y sobre todo de los ochenta, por el mero hecho de conseguir todas las licencias para que aparezcan en pantalla; a todo ello, hay que sumarle la complejidad de recrear el fantástico y barroco universo del mundo del videojuego Oasis, de ahí que no había un cineasta mejor que Steven Spielberg para hacerse cargo de esta ardua tarea, ya que de bien es sabido que está considerado como el rey Midas de Hollywood; y además, fue uno de los máximos artífices en asentar las bases del movimiento blockbuster que impera en nuestros días, y también es responsable de la mayoría de las producciones cinematográficas de finales de los 70, y toda la década de 1980 y 1990, qué tanto homenajea la novela de Cline. Habría que decir también que el cineasta estadounidense posee la habilidad innata de adaptar de forma efectiva cualquier tipo de novela. Se podría citar como un claro ejemplo de ello su clásico "Tiburón", en el que convirtió una sencilla novela, sobre un escualo que aterrorizaba al centro turístico de Amity Island, en un auténtico clásico moderno del mundo del celuloide, superando ampliamente a su fuente original.

Si la novela de Cline estaba repleta de referencias constantes a la cultura popular de los años 70 y 80, Steven Spielberg en el film lo multiplica por 1000. "Ready Player One" está cuidada hasta el mínimo detalle, hasta el punto de que de tantas referencias que hay en pantalla llega a abrumar en algunos momentos, dando la sensación de que te faltan ojos para conseguir verlas todas, que para poder encontrarlas hay que visionar la película varias veces (o directamente ir parando la imagen a cada minuto). Por lo que se refiere a su despliegue visual decir que es apabullante, en el que Spielberg le insufla una imaginación desbordante, de la misma forma que acción a raudales y unos efectos especiales que superan ampliamente a todo este tipo de propuestas. Solamente con la carrera de coches del inicio demuestra todo su potencial, metiéndonos de lleno en un videojuego acojonante, que llega a su punto culminante en el centro del nudo narrativo, con un impresionante homenaje a un auténtico clásico del cine de terror de los 80 que el rey Midas se saca de la manga (es decir, que no se encuentra en la novela), y en el que aglutina a la perfección el mundo real con la realidad virtual.

Quizás la cinta baja un poco el pistón en su tercer acto, en el que se le debe exigir más a Spielberg en referencia al desarrollo del arco narrativo de los personajes en aquel mundo real devastado y posapocalíptico. El cineasta se centra demasiado en explicar el mundo de Oasis y las pruebas que tienen que ir superando para conseguir el codiciado huevo de pascua escondido. Hubiera sido mucho más interesante haber dado más empaque a los personajes, ya que éstos están bastante estereotipados, siendo claramente lo que representan: los típicos avatares de un videojuego.

En síntesis, el regreso de Steven Spielberg al cine de ciencia ficción es más que gratificante, pese a ciertas irregularidades en su tercer acto. "Ready Player One" es hasta la fecha la mejor película en representar un videojuego en la gran pantalla, ya que se trata de un tremendo recital realizado por un maestro que nos embriaga todos los sentidos.
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El autor
El autor (2017)
  • 6,4
    16.494
  • España Manuel Martín Cuenca
  • Javier Gutiérrez, Antonio de la Torre, Adelfa Calvo ...
7
¿El fin justifica los medios?
El síndrome de la hoja en blanco es el pánico a empezar algo, una parálisis psicológica inherente al principio del proceso creativo. Se llama así porque todo proceso creativo empieza con la nada, y en la mayoría (aquellos que involucran a escritores, pintores, creativos publicitarios, diseñadores gráficos e industriales…) empieza delante de una hoja de papel en blanco que queremos llenar con las mejores ideas. Pero al principio es la nada, y enfrentarnos a la nada, al vacío, causa angustia, miedo a que no se nos ocurra nada. No obstante, cabe decir que algunos han utilizado el miedo a la hoja en blanco como recurso narrativo (o excusa) para escribir sus relatos. Uno de esos autores es Javier Cercas, que para escribir "El móvil" se encerró a escribir en un piso de Barcelona, gracias a un préstamo que le hizo su padre que nunca devolvió. Cercas no había publicado una sola línea y tampoco conocía a nadie en el mundo editorial. Se podría decir que estaba él solo junto con la temida hoja en blanco. Aun así, terminó de escribir "El móvil", publicándose dos años después y treinta años después se ha llevado a la gran pantalla. Su director Manuel Martín Cuenca comentó sobre la adaptación de la novela de Cercas: "Es una novela corta que leí del tirón, la cerré, me reí de mí mismo y dije 'aquí hay una película'". El resto es historia, porque a pesar de tener menos de cien páginas, la trama da para mucho, ya que se trata de un absorbente thriller metaliterario que parece contener como en germen la obra entera de este novelista, hoy consagrado como uno de los grandes escritores europeos contemporáneos.

De entrada, se puede afirmar que estamos ante una propuesta diferente y peculiar, que elude con destreza y habilidad los cauces del cine convencional, para perderse en los tortuosos meandros del cine experimental. El filme atesora interesantes influencias al primer Polanski (el de "Repulsión" o "El quimérico inquilino" por citar algún ejemplo) con esos ambientes saturados y claustrofóbicos por los que se mueve nuestro enfermizo protagonista. Él no solo mira por la ventana como lo hiciera el personaje de James Stewart en "La ventana indiscreta" de Alfred Hitchcock, que acechaba por curiosidad y mero aburrimiento; sino que va un paso más allá, ya que él se dedica a espiar, a escuchar (e incluso los graba con su móvil), para luego manipular a los observados, siendo éstos ajenos al macabro juego urdido en la mente calenturienta de nuestro novelista.

La realidad observada y captada se convierte en carnaza literaria, con la finalidad de que su relato escrito rezume verdad por todos sus poros; sin embargo, su obsesión cada vez más desmesurada le hace tergiversar esa misma verdad, convirtiéndola en una ilusión que solo es real en la mente de nuestro protagonista; de hecho, Martín Cuenca juega con ello a través de los estupendos personajes secundarios, como por ejemplo el de Antonio de la Torre, que en algunas de esas reuniones y tertulias que tiene con nuestro protagonista llega a afirmar que esos mismos personajes sacados de la realidad están estereotipados, carentes de toda vida. Por otro lado, aunque la buena ficción se escribe con la realidad, ésta siempre supera a la ficción. Por lo tanto, la obsesión compulsiva de nuestro protagonista para conformar la obra literaria definitiva acabará por engullirlo, y posteriormente fagocitarlo con todas sus consecuencias.

A pesar de que su punto de partida es original, la calidad de la cinta se eleva exponencialmente debido a las portentosas interpretaciones de sus protagonistas, sobretodo el de un Javier Gutiérrez que le permitió arrasar con todos los premios habidos y por haber de esta temporada, como el Goya... y es que su encarnación vira entre lo heroico y el patetismo más cómico y ridículo, con algunas pinceladas diabólicas y angelicales, conformando uno de los mejores personajes masculinos vistos en una película española en mucho tiempo. De igual modo, está muy bien acompañado, con secundarios de lujo como una pletórica Adelfa Calvo (que también ganó el premio Goya a la mejor actriz secundaria), que interpreta a la portera del edificio, y un desatado Antonio de la Torre (que encarna al controvertido profesor de escritura de nuestro protagonista) que se desmarca del tipo de papeles comedidos que nos tiene acostumbrados.

Moviéndose constantemente en la cuerda floja entre lo irritante y la plenitud cinematográfica, "El autor" es una rara avis, una propuesta diferente y original que no deja indiferente a nadie, que nos enseña de forma directa y visceral, los peligros que puede entrañar el hacer realidad un sueño a toda costa. Ya lo dice el refrán, cuidado con lo que deseas.
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Aniquilación
Aniquilación (2018)
  • 6,0
    28.895
  • Reino Unido Alex Garland
  • Natalie Portman, Oscar Isaac, Jennifer Jason Leigh ...
7
Adentrándose en la zona de los demonios interiores
En un panorama cada vez más apretado y competitivo, unido al cambio de las tendencias del público mayoritario, los grandes estudios no están dispuestos a correr riesgos en sus producciones; sobretodo en aquellos géneros (como el de la ciencia ficción) que tradicionalmente son considerados como difíciles para la taquilla, a no ser que esté repleto de batallas interestelares. Se podría poner como ejemplo el caso de "Blade Runner 2049" de Dennis Villeneuve, tardía segunda parte del filme de culto firmado en los ochenta por Ridley Scott, que a pesar de su indiscutible calidad, así como el respeto y la fidelidad con su homóloga precedente, fracasó estrepitosamente en la taquilla debido, en gran medida, a las mismas razones que hicieran estrellarse en las carteleras a la cinta de Ridley, las cuales eran que pecaba de ser 'demasiado intelectual' y contener poca acción, ya que el espectador tras ver a Harrisond Ford equipado con su pistola en el póster se creía que vería algo similar a lo visto en 'La guerra de las galaxias'; es decir, a Ford pegando tiros a diestro y siniestro.

Una de esas majors que no está dispuesta a jugársela es la Paramount Pictures, sobretodo desde la irrupción de su nuevo director Jim Gianopulos. Según cita Hollywood Reporter de una fuente interna, el mandamás se ha dedicado a 'ver qué (merecía la pena) estrenar en cines y qué no en nuestra época'. En este sentido, una de esas películas controvertidas afectadas por estas medidas es "Aniquilación", segundo trabajo como director de Alex Garland (tras la fabulosa "Ex Machina"), el cual adapta libremente la novela homónima de Jeff Vandermeer; primer volumen de la Trilogía Southern Reach, una serie que crea un mundo como nunca se ha imaginado y que nos enfrenta al extraño ser que se esconde dentro de cada individuo.

La premisa gira en torno a la bióloga Lena, que tras el enigmático regreso de su marido tras una larga misión secreta, se incorpora a una expedición hacia una misteriosa región acordonada por el gobierno de los Estados Unidos. El grupo, compuesto por cinco mujeres científicas, investiga la zona X, un lugar controlado por una poderosa fuerza alienígena después de que una especie de meteorito impactara cerca de un faro.

Con "Aniquilación" se podría afirmar que Alex Garland se consolida como uno de los referentes del cine de ciencia ficción en la actualidad, ofreciendo propuestas interesantes y novedosas con respecto a la falta de imaginación reinante en nuestros días, a causa de la proliferación de los numerosos remakes, reboots, secuelas y spin offs que inundan semana tras semana las carteleras cinematográficas. Si existe un género dado al ingenio, ese es sin lugar a dudas el de la ciencia ficción, en el que engloba dentro de sus múltiples vertientes todo tipo de fantasías científicas, que pueden compaginar a la perfección con otros géneros dispares al imaginario. En este caso en concreto, "Aniquilación" parte de un argumento puramente fantástico, con una narrativa de exploración de un terreno inhóspito tras la irrupción de un objeto extraterrestre, dando paso posteriormente a pinceladas de auténtico terror psicológico y al miedo a lo desconocido, creando una atmósfera opresiva y perturbadora. La expedición hacia la Zona X no es más que un macguffin, una excusa para colocar a los personajes en una situación límite; y a partir de allí, dar rienda suelta a los temas que realmente quiere tratar, a través del diálogo y la metáfora visual. Sus cinco protagonistas se adentran en la Zona X para combatir sus demonios personales, perfectamente expuestos y desarrollados por Garland. Es un argumento similar al visto en la obra maestra de Andrei Tarkovski "Stalker" (salvando mucho las distancias, evidentemente), así como a la premisa del fabuloso remake de "La cosa" de John Carpenter y el de la mítica serie de televisión "Perdidos", con aquella isla repleta de misterios cada vez más extraños y atmósferas enrarecidas.

Natalie Portman es la protagonista absoluta del filme, apareciendo en casi todas las escenas, haciendo un excelente trabajo de contención, interpretando a un personaje que sostiene todo el peso argumental de la cinta. Los diferentes flashbacks perfilan de maravilla su arco narrativo, y exponen sus motivaciones y matices; además, también le aportan cierto empaque a Oscar Isaac, posiblemente el único personaje masculino con cierta entidad en la trama. En menor medida, destaca una estupenda Jennifer Jason Leigh, la cual podríamos afirmar que su colaboración con Quentin Tarantino (y su posterior nominación a los premios Oscar) la ha rescatado de su injusto olvido, dándole un segundo aire a su carrera. El resto de personajes están bastante estereotipados, siendo a mi entender, lo más flojo del filme. También destaca su ambientación exquisita, en la cual todo está cuidado hasta el mínimo detalle (impresionantes los últimos quince minutos, con detalles como la gotita de sangre o el vaso de agua), haciendo gala de una exuberancia visual, con una alucinante visión multicromática de barroquismo vegetal que nos permite asistir a un poema plasmado en imágenes, como si estuviéramos contemplando una obra de arte expresionista digna del mejor Monet.

Quizás, su mayor inconveniente es que una propuesta de este calado no se haya estrenado en la pantalla grande, debido a las pusilánimes políticas de una major que no está dispuesta a asumir ningún tipo de riesgo; aunque, por lo menos, nos queda el consuelo de que su estreno en la plataforma digital por excelencia Netflix, ha ayudado a que llegue a mucha más gente, que con unos pocos clicks y una simple suscripción, han podido disfrutar del talento de Garland desde la comodidad de su casa.
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7 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
El instante más oscuro
El instante más oscuro (2017)
  • 6,7
    16.337
  • Reino Unido Joe Wright
  • Gary Oldman, Ben Mendelsohn, Kristin Scott Thomas ...
6
Sangre, sudor y lágrimas
Cuando hablamos de Winston Churchill es hacerlo sobre una de las figuras políticas más importantes del Reino Unido; además de ser uno de los mandatarios que jugaron un papel clave en la Segunda Guerra Mundial. Su divisa "Sangre, sudor y lágrimas" logró elevar la moral de las tropas y de la población civil británica, para sostener la nación hasta la victoria aliada en la gran contienda.

A lo largo de su brillante carrera, Winston Churchill fue sucesivamente el hombre más popular y también el más criticado de Inglaterra, y a veces ambas cosas al mismo tiempo. Considerado el último de los grandes estadistas, siempre será recordado por su rara habilidad para predecir los acontecimientos futuros, lo que en ocasiones se convirtió en una pesada carga para sus compatriotas.

Durante años, Churchill fue algo así como la voz de la conciencia de su país, una voz que sacudía los espíritus y le susurraba grandes dosis de energía y valor. Su genio polifacético, además de llevarlo a conquistar la inmortalidad en el mundo de la política, lo hizo destacar como historiador, biógrafo, orador, corresponsal de guerra y bebedor de coñac; de igual modo que, en un plano más modesto, como pintor, albañil, novelista, aviador, jugador de polo, soldado y propietario de caballerías.

Neville Chamberlaim, primer ministro británico y defensor de una politica de apaciguamiento, sobrevió pocos meses al estallido de la Segunda Guerra Mundial. En una decisión arriesgada, el veterano Winston churchill, con amplia experiencia militar pero con un controvertido paso por el Ministerio de Hacienda, fue nombrado primer ministro durante el "Instante más oscuro" en la historia de las Islas Británicas, inspirando la resistencia británica con su carisma y fortaleza moral. Precisamente ese 'instante más oscuro' es lo que nos relata la película que nos concierne, dirigida por Joe Wright y protagonizada por un inconmensurable Gary Oldman.

Es realmente curioso que en pleno Brexit lleguen en la actualidad dos cintas británicas que reconstruyen la leyenda del crucial momento en el que Gran Bretaña no dio la espalda a Europa: Dunkerque y el instante más oscuro, que se complementan a la perfección como si fueran las dos caras de un disco de vinilo. Si Christopher Nolan se centraba en el épico proceso militar a cargo de los soldados y civiles en la conocida "Operación Dinamo"; Wright ensalza la figura del primer ministro británico, mostrando los movimientos políticos que llevaron a cabo la citada "Operación Dinamo" y posteriormente en la victoria aliada en la gran contienda.

Si hay algo que se eleva sobre el resto en este film, es sin lugar a dudas la electrizante y magnética interpretación de Gary Oldman, que trasciende los kilos de látex y maquillaje para su certera caracterización para brindarnos la interpretación masculina del año, en el que el actor desaparece sin dejar rastro y solamente vemos a Churchill en su estado más puro. Oldman brilla con luz propia y eleva muchísimo la calidad del filme, en el que sus irregularidades en su guión las compensa con su desparpajo y coléricos arrebatos. Además, cabe destacar en menor medida a Kristin Scott Thomas, así como a Lily James, esposa y secretaria personal del mandatario británico respectivamente, que se encargan de mostrar el lado más humano de un Churchill en el que sus ásperas formas generaban la mayor de las antipatías.

La calidad de la cinta está fuera de toda duda; sin embargo, a título personal y después de haber visto todos sus trabajos anteriores (sobretodo "Orgullo y prejuicio" y "Expiación: más allá de la pasión"), me parece una de las películas más flojas de su realizador, en la cual solamente un Gary Oldman en estado de gracia es capaz de insuflar todo el empaque del que carece una cinta irregular y un tanto fallida.
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Yo, Tonya
Yo, Tonya (2017)
  • 7,0
    24.179
  • Estados Unidos Craig Gillespie
  • Margot Robbie, Sebastian Stan, Allison Janney ...
8
La maldita verdad de Tonya Harding.
Tonya Harding y Nancy Kerrigan eran las dos reinas del patinaje sobre hielo de Estados Unidos en los primeros años noventa. Se podría decir que, a pesar de su gran talento para el deporte, eran polos totalmente opuestos. Harding se crió en una familia humilde, pasando penurias económicas, así como el maltrato físico y psicológico de su madre. Sobre el hielo, todo se olvidaba debido a su gran talento y capacidad atlética. Destacó por sus saltos, siendo la segunda mujer del mundo (y la primera estadounidense) en completar un salto triple axel en una competición oficial; sin embargo, el patinaje artístico es un deporte en el que prima tanto el músculo como la elegancia y la femineidad. En el caso de Tonya, se podría decir que era poco refinada a la hora de elegir sus peinados, sus vestidos y hasta la música en competición (rock en lugar de ópera); unas características que le hacían perder puntos frente a sus competidoras. Por otro lado, Nancy era todo lo contrario. A pesar de que su familia era de clase modesta, siendo hija de un soldador y una ama de casa, se crío en un ambiente estable, propiciando que lo tuviera todo de cara para convertirse en una estrella del patinaje.

En 6 de enero de 1994, cuando estaba en juego las dos plazas olímpicas del equipo estadounidense, la joven y talentosa patinadora artística Nancy Kerrigan se encontraba en una de sus rutinarias sesiones de entrenamiento, preparándose ante la gran cita olímpica, que se celebraría ese mismo año en la ciudad noruega de Lillehammer. Tras terminar la sesión, se dirigió a los vestuarios para cambiarse de atuendo. Cuando se dispuso a quitarse los patines, un hombre salido de la nada, armado con una barra de hierro, le descargó un tremendo golpe en la rodilla, dándose posteriormente a la fuga y dejando tras de si a la patinadora rompiéndose de dolor. Las imágenes de Nancy Kerrigan llorando en agonía, y gritando desconsoladamente una y otra vez "¿por qué?", sacudieron el mundo del deporte. Nunca el patinaje artístico generó tanta atención mediática. Lo que en un principio parecía ser el acto fortuito de un perturbado, finalmente destapó una trama de conspiración, maltratos, envidia y venganza protagonizada por Tonya Harding, que supuestamente contrató a un matón (a través de su marido) para acabar con la carrera de su odiada rival.

Todo esto y mucho más viene plasmado en la película que nos concierne, titulada "Yo, Tonya", centrada en la historia de la patinadora de Portland (Oregón, Estados Unidos), considerada como la mayor villana del deporte estadounidense.

Margot Robbie, la actriz australiana que se dio a conocer en "El lobo de Wall Street" (The Wolf of Wall Street, 2013) de Martin Scorsese y que también interpretó de forma brillante a Harley Quinn en "Escuadrón Suicida" (Suicide Squad, 2016) de David Ayer, se encuentra al frente del proyecto desde el comienzo. Escrito por Steven Rogers, la actriz compró el guión de la película junto con sus socios a través de su productora, antes incluso de que saliera publicado en la 'Black list' de Hollywood; es decir, la lista de los mejores guiones de cine que no llegaron a rodarse. Y es que, cuando lo leyeron, se enamoraron y en 48 horas lo tenían. Tanto Rogers como Gillespie firman su mejor trabajo hasta la fecha. Sobre el guionista cabría decir que sorprende su cambio de registro, ya que todos los anteriores libretos estaban inmersos en el género romántico; y por otra parte, exceptuando su ópera prima "Lars y una chica de verdad" (Lars and the Real Girl, 2007), el cineasta ha tenido una trayectoria digamos un tanto mediocre. Con todos estos ingredientes, Robbie se reservó el papel protagonista que Hollywood se negaba a otorgarle, para conformar a la postre la que sin duda es una de las mejores películas de este año 2018.

Con un estilo a medio camino entre el falso documental y la comedia negra, "Yo, Tonya" se desmarca del resto de 'biopics' al uso, con una historia interesante que mantiene al espectador pegado en su butaca. El tono de 'mockumentary' que adquiere la cinta, recreando entrevistas a sus protagonistas (filmadas en un formato distinto al resto del metraje, y que cuentan su jodida verdad, tal y como relatan ellos mismos en el filme), propicia que hayan saltos en la linea temporal, otorgándole un ritmo vibrante que no decae en ningún segundo. Asimismo, sus personajes rompen 'la cuarta pared' en momentos determinados, algo que realmente me encanta, ya que te están haciendo partícipe de los hechos que relatan. Y por si esto no fuera suficiente, cuenta con una deliciosa selección de temazos pop y rock de los setenta y ochenta muy al estilo de Martin Scorsese o Quentin Tarantino... y ¿qué decir de las interpretaciones? Son de auténtico órdago. Margot Robbie está genial como Tonya Harding, conformando el mejor papel de su carrera; sin embargo, lo de Allison Janney es de otro planeta, ya que está impresionante encarnando a LaVona Golden, la madre maleducada y grotesca de Tonya (solamente por la alucinante escena de 'la flor y el jardinero' merece ganar todos los premios habidos y por haber).

En definitiva, "Yo, Tonya" es una película cuenta de forma brillante el ascenso y posterior caída y autodestrucción de una deportista que tuvo su minuto de gloria, que tal como llegó se desvaneció como una estrella fugaz contra la atmósfera terrestre. También es una cinta que te hará desencajar la mandíbula de tanto reír, por ese derroche de puro esperpento patetismo de sus personajes (ese guardaespaldas es como nuestro adorado "Torrente", pero pasado por el túrmix de los Hermanos Coen), al mismo tiempo que te hará conocer uno de los sucesos más lamentables y vergonzosos de la historia del deporte, realizando de paso, una brutal crítica a las formas pre-establecidas, y a los cánones de belleza y perfección, que priman más sobre el talento puramente dicho en una disciplina deportiva.
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1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
La forma del agua
La forma del agua (2017)
  • 6,4
    45.801
  • Estados Unidos Guillermo del Toro
  • Sally Hawkins, Doug Jones, Michael Shannon ...
7
La Mujer, la Criatura del Lago Negro y el 'American way of life'.
Es de agradecer que existan cineastas con una personalidad propia y reconocida en el panorama cinematográfico actual; más concretamente en el Hollywood de nuestros días, en el que las numerosas franquicias de toda índole por una parte, y toda la retahíla de remakes, reboots y secuelas varias por otra, ocupan la gran mayoría de las producciones cinematográficas. Gente del talante de Christopher Nolan, Dennis Villeneuve o Guillermo del Toro que son capaces de marcar su personalísimo sello autoral en toda una superproducción, un hecho que levanta tanto pasiones como odios entre la crítica y público. A mi personalmente me encanta que, en un mundo cinéfilo tan desangelado y previsible, hayan directores que aporten su toque distintivo a sus obras, que a pesar de no ser distintas en su esencia, sí atesoran matices originales y dispares que las permiten desmarcarse de la monotonía imperante. Podemos citar perfectamente casos como el de "Dunkerque" (Dunkirk, 2017) de Christopher Nolan que parte de la conocida "Operación Dinamo" de la Segunda Guerra Mundial, pero que el realizador de "Memento" la plasma en la gran pantalla bajo su marcado y reconocible punto de vista, propiciando que sea un filme totalmente novedoso e insólito dentro de un género tan manido como el cine bélico.

Guillermo Del Toro cabría perfectamente en esta apreciación, ya que es un cineasta que cuenta con un universo propiamente dicho, caracterizado por sus espectaculares ambientes tétricos y agobiantes, repletos de situaciones mágicas y fantásticas. Su estilo está marcado por su gusto por la biología, por la escuela de arte simbolista, su fascinación por el mundo fantástico desde el punto de vista de los cuentos de hadas y su predilección por los temas oscuros. Sus trabajos incluyen frecuentemente monstruos o seres fantásticos.

Del Toro es un cineasta que ha dirigido una amplia variedad de películas, desde adaptaciones de cómics (como las dos entregas de "Hellboy" y "Blade II"), hasta películas de terror y fantasía histórica, dos de las cuales se sitúan en España en la época de la Guerra Civil Española y el periodo inmediatamente posterior, durante el régimen dictatorial del General Franco. Estas películas, "El espinazo del diablo" (Id., 2001) y "El laberinto del fauno" (Pan's Labyrinth, 2006) también comparten aspectos similares: protagonistas (niños pequeños) y temática (como la relación entre terror y fantasía, así como el vivir bajo el yugo de un régimen fascista o dictatorial). Sus obras son un recordatorio constante de que la fantasía es una buena forma de mostrar la realidad para explicarla mejor. Sus monstruos, más que asustarnos, muestran un lado con el cual identificarnos. Toda su personalidad, afuera y adentro de la pantalla, lo lleva a ser considerado como un cineasta de culto.

Exceptuando de "El laberinto del Fauno" no ha recibido el reconocimiento crítico, a lo que él confiesa: "Soy un ‘freak’ en todos los lugares a los que voy. No encajo en la escena independiente, no encajo en la escena de Hollywood, así que soy un cabrón raro y gordo. ¿Y te digo algo? planeo seguir así porque hay algo que se debe decir". Posiblemente el reconocimiento definitivo a todo su talento le llegue de la mano de su último trabajo: "La forma del agua" (The Shape of Water, 2017)... un trabajo que hasta la fecha le está reportando numerosos premios y nominaciones en los galardones más importantes del mundo del celuloide.

Con "La forma del agua" Del Toro realiza su particular y sentido homenaje a "La mujer y el monstruo" (Creature from the Black Lagoon, 1954) el clásico de culto que nos regalara a mediados de los cincuenta Jack Arnold, responsable también de la excepcional "El increíble hombre menguante" (The Incredible Shrinking Man, 1957), conformando una historia de amor entre una mujer y el monstruo, algo similar a "La Bella y la Bestia" o a "King Kong", pero enfocado desde el especial prisma del cineasta mexicano. Una preciosa fábula que reúne la quintaesencia de su estilo, como es el amor por los monstruos y por el séptimo arte. Todo ello llevado con un virtuosismo y una plasticidad impresionantes, realizando un uso inteligente de la paleta de colores y texturas, los cuales adereza a la perfección con la maravillosa banda sonora de Alexandre Desplat y un reparto en estado de gracia, compuesto por una magnífica Sally Hawkins que encarna a Eliza, nuestra delicada damisela muda; Doug Jones, actor fetiche del director mexicano, que se mete en la piel de la caballerosa criatura; un notable Michael Shannon que perfila a Richard Strickland, el desagradable villano de la función, el verdadero monstruo de la historia; Michael Stuhlbarg que encarna al Dr. Robert Hoffstetler, que funciona como el contrapunto de Strickland; y Octavia Spencer y Richard Jenkins que dan vida a los mejores amigos de Eliza, una compañera de trabajo afroamericana y su vecino homosexual.

De Toro, con su particular cuento, atiza con dureza al sistema, a ese falso y prefabricado "american way of life" del que los norteamericanos hacen gala... y lo hace a través del odioso personaje de Shannon, el llamado "hombre del futuro" con su idílica familia de cartón piedra. Un personaje violento y misógino que a medida que la cinta avanza se va pudriendo literalmente, del mismo modo que ese 'sueño americano'. También trata sobre el racismo y la tolerancia; pero sobretodo, es una deliciosa historia de amor entre dos seres, que incapaces de comunicarse con las palabras, lo hacen a través de la música. Sintetizando, una hermosa película que nos embriaga el corazón.
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5 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hard as Indie
Hard as Indie (2018)
Documental
  • 6,6
    281
  • España Arturo M. Antolín
  • Documental, (Intervenciones de: Nicolas Alcalá, Jaime Asensio) ...
7
Las dificultades de la gestación de una obra cinematográfica indie
En la actualidad el crowdfunding se ha convertido en todo un fenómeno económico, que ha permitido brindar la oportunidad de hacer realidad cualquier proyecto de alguién que, a priori, no dispone de medios para llevarlo a cabo. La expansión de Internet ha sido el factor fundamental que permitió, ya a finales del siglo XX, desarrollar los primeros proyectos basados en crowdfunding. La palabra surge de la unión de los vocablos ingleses: crowd, que significa multitud y funding, que significa financiación. El uso del método del micromecenaje en la industria cinematográfica española se remonta al año 2007, cuando el cineasta gallego Fernando Cortizo lanzó una campaña de donaciones por internet para financiar su película de animación en stop-motion "O Apóstolo", que a pesar de que pasó desapercibida en nuestro país, tuvo un gran éxito internacional, estando presente en festivales de los cinco continentes y con numerosos e importantes premios. Sin embargo, uno de los casos más conocidos del uso de la financiación en masa fue el de "El Cosmonauta", una película transmedia que quería crear una alternativa al modelo de producción usado actualmente en la industria cinematográfica española.

Fue en 2008, cuando tres amigos veinteañeros, Carola Rodriguez, Bruno Teixidor y Nicolás Alcalá, decidieron embarcarse en un ambicioso y visionario proyecto con el firme propósito de desafiar las clásicas ventanas de distribución de las películas. El proyecto llegó en pleno auge de las descargas ilegales, de Napster, Emule y otros programas que unos veían como apología de la piratería y otros como el futuro. Seis años y cuatro mil quinientos productores es lo que necesitó el proyecto para recorrer el camino hacia el estreno de la considerada la primera película española libre. Sus máximos artífices, a través de su productora Riot Cinema Collective, construyeron una de las experiencias virales más grandilocuentes del mundo con una treintena de pequeñas piezas audiovisuales que complementan el film (webisodios), diverso material de libre acceso y la propia película que fue estrenada en 2013 de forma multiplataforma; es decir, en televisión, internet, DVD plataformas digitales y salas cinematográficas.

No obstante... ¿Porqué un proyecto que atesoraba todos los requisitos para triunfar y revolucionar el cine español fracasó estrepitosamente? ¿Cuáles fueron los motivos y detonantes de su descalabro?

Pienso que la clave estuvo en que abarcaron más de lo que podían realizar. Su ambición desmesurada unido a la falta de experiencia, las precarias condiciones que se encontraron en el rodaje en los países del este, las tensiones que surgieron entre los integrantes del equipo técnico, el timo de aquella misteriosa productora rusa y los problemas legales con el ICAA (instituto del cine y las artes audiovisuales de España), acabaron por naufragar un proyecto que se presentaba como pionero e insólito en nuestro país.

"Hard as Indie" expone todas las claves que hicieron que el proyecto naufragase, ya que reúne todo el material rodado durante los seis años que duró. Tal y como la describen en su web oficial, se trata de un 'making of' doloroso, una lección de cómo es el cine y sus mecanismos. La mirada objetiva del joven realizador y montador plantea al espectador un viaje descarnado al rodaje de "El Cosmonauta", aquel filme maldito que generó auténticos ríos de tinta en las redes sociales y círculos cinematográficos, para bien y para mal, tanto en España como en el extranjero.

El joven cineasta Arturo M. Antolín, en su opera prima, recopila con minuciosidad y rigor todo el proceso de gestación del ambicioso y maldito proyecto transmedia, entremezclando de manera certera el material audiovisual filmado y documentado durante el rodaje en los distintos países del este a los que fueron (como Letonia y Rusia), con nuevas y exclusivas entrevistas a sus artífices, que sirven como el testimonio perfecto sobre la experiencia que supuso la creación del filme, con la correspondiente perspectiva adquirida con el trascurso de los años. Un exquisito e imprescindible documental que muestra los entresijos de la creación de una obra cinematográfica... una mirada de metaficción sin concesiones ni medias tintas, que no se posiciona en ninguna de sus posturas, sino que muestra los hechos tal cual se desarrollaron. También es una oda al cine independiente y todos aquellos individuos que luchan contra viento y marea para sacar adelante sus proyectos... aunque no dispongan de medios para ello; es decir, aunque se tiren de cabeza a una piscina de cemento carente de agua. Sin duda y en conclusión, es un sentido homenaje a una forma distinta y moderna de entender y concebir el cine, así como una última recompensa a todas aquellas personas que participaron en los crowdfundings, que lanzó la extinta Riot Cinema y aportaron dinero... un notable ejercicio de estilo para que el cinéfilo sacie su curiosidad sobre las dificultades de llevar a puerto un proyecto tan ambicioso como indie como lo fue "El Cosmonauta".
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2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Feliz día de tu muerte
Feliz día de tu muerte (2017)
  • 5,5
    13.210
  • Estados Unidos Christopher Landon
  • Jessica Rothe, Israel Broussard, Ruby Modine ...
7
Today is the first day of the rest of your life
Para hablar de la película que nos ocupa, "Feliz día de tu muerte", hay que hacerlo sobre otras dos películas que, de alguna manera, marcaron época cuando se estrenaron y redefinieron también el género en el cual estaban enclaustradas. Me estoy refiriendo a la comedia "Atrapado en el tiempo" (Groundhog Day, 1993) de Harold Ramis y a la cinta de terror "Scream. Vigila quién llama" (Scream, 1996) de Wes Craven. Ambas cintas, absolutamente geniales, son verdaderos hitos de su generación, los años noventa.

Respecto a "Atrapado en el tiempo" la característica principal por la cual destacó y se desmarcó del resto por su originalidad, es que su protagonista, un colosal Bill Murray, revive una y otra vez el mismo día... que no es otro que el famoso 'Día de la Marmota'. No se sabe a ciencia cierta el porqué del fenómeno sobrenatural, pero sí conocemos la finalidad, que no es otra que conquistar el corazón de la chica de la película (interpretada por una maravillosa Andy MacDowell) y también convertirse en una buena persona. Esta original propuesta la convirtió en una de las mejores comedias de todos los tiempos, y encumbró a Bill Murray como uno de los mejores actores de su generación.

Por otro lado, el cineasta Wes Craven, aunque haya sido muchas veces discutido su estatus dentro del cine de terror por los expertos de turno, sin lugar a dudas es uno de los grandes del género; gracias en gran medida a dos auténticos clásicos, como "Las colinas tienen ojos" (The Hills Have Eyes, 1977) en los setenta y "Pesadilla en Elm Street" (A Nightmare on Elm Street, 1984) en los ochenta. Hay que mencionar también otros filmes bastante dignos, como son "La última casa a la izquierda" (The Last House on the Left, 1972) y "La serpiente y el arco iris" (The Serpent and the Rainbow, 1988).

Craven en aquella época, antes del estreno de Scream, estaba estancado en el género y superado por nuevos directores que empezaron a destacar con cintas maravillosas, como por ejemplo un jovenzuelo Sam Raimi que firmó la monumental "Posesión infernal" (Evil dead, 1981) y sus secuelas "Terroríficamente muertos" (Evil Dead 2: Dead by Dawn, 1987) y "El ejercito de las tinieblas" (Army of Darkness, 1992)... o también Clive Barker con su joya sangrienta "Hellraiser" (Id., 1987). No obstante, si Craven posee una característica en su trayectoria es que sabe reinventarse a si mismo... y eso mismo hizo con la saga "Scream". No es que inventara nada nuevo, pero le dio un soplo de aire fresco a un género que daba ya síntomas de agotamiento, con aquellas secuelas interminables de las franquicias de los afamados slashers ochenteros (que incluyen sus pesadillas con Freddy Krueger), que formaban parte de la carnaza de videoclub que copaba sus estanterías aglomeradas. En "Scream" Craven rebajó el tono sangriento, y combinó a la perfección la comedia juvenil con guiños constantes a la cinefilia más exquisita. En la saga, que cuenta con cuatro largometrajes y una serie de televisión (hasta la fecha), un asesino con una máscara, inspirada en el famoso grito de Munch, hace estragos a cuchilladas entre los adolescentes de la universidad y las célebres hermandades.

Tras esta pequeña digresión y ya volviendo a la cinta que nos concierne, "Feliz día de tu muerte", dirigida por Christopher Landon, mete en una batidora el famoso estilo del "día de la marmota" con ese psicópata enmascarado que se pasea entre el campus universitario. Así que, de entrada, se podría afirmar que su premisa es interesante a pesar de no ser original. Más que terror, se la podría encuadrar en el género del suspense, por el requisito ese de que la víctima siempre revive el día que le han arrebatado su vida, mismo día que también da la casualidad que es su cumpleaños. Una víctima que al mismo tiempo se erige como la protagonista de la cinta, encarnada por la joven actriz estadounidense Jessica Rothe, que personalmente me recuerda vagamente a la célebre cantante pop Britney Spears en sus años mozos.

A través de la repetición de su citado aniversario de muerte (nunca mejor dicho) y los distintos puntos de vista que ofrece, van desfilando ante nuestros ojos una serie de personajes secundarios, relacionados con la protagonista, que se postulan como posibles sospechosos, permitiéndonos a nosotros como espectadores que hagamos nuestras elucubraciones de quién es el asesino de turno. Todo ello conforma un pastiche entretenido, en una especie de juego macabro bastante divertido, que no reinventa nada, ni tampoco marcará un hito en el género, como aquellas películas a las que hace referencia con sus influencias; sin embargo, sí nos permite pasar un buen rato, entre pequeños sustos y toneladas de diversión palomitera y desenfadada... ¡Qué no es poco!
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1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Día de patriotas
Día de patriotas (2016)
  • 6,3
    7.071
  • Estados Unidos Peter Berg
  • Mark Wahlberg, John Goodman, Kevin Bacon ...
7
Honesta y sobria reconstrucción del atentado
El 15 de abril de 2013 se perpetró uno de los atentados terroristas más graves realizados en un espacio público en Estados Unidos desde el 11 de setiembre de 2001. Dos bombas de fabricación artesanal explotaron cerca de la línea de meta dejando tres muertos (entre ellos un niño de ocho años de edad) y 264 heridos, convirtiendo un evento muy popular, al que asistían decenas de miles de personas, en una carnicería. El atentado destruyó vidas y puso a prueba el espíritu americano; sin embargo, en lugar de rendirse ante el pánico y el miedo, los ciudadanos de Boston se agruparon, en medio de la tragedia, para ajusticiar a los responsables antes de que pudieran hacer más daño.

Todo ello viene recogido de manera minuciosa en la película que nos ocupa "Día de Patriotas" (Patriots day), dirigida por Peter Berg y protagonizada por Mark Wahlberg, la cual supone la tercera colaboración entre el cineasta y el actor estadounidense, tras "El único superviviente" (Lone Survivor, 2013) y "Marea negra" (Deepwater Horizon, 2016). Una cinta que se erige como el testamento a la ciudad de Boston y sus habitantes, con la finalidad de honrar a las víctimas y a las personas que se esforzaron, sin descanso, para ayudar a los heridos y encontrar a los responsables del terrible atentado... unas personas cuya dedicación y actos de valentía individual lograron que la ciudad y un país entero resurgiera de esta prueba mucho más fuerte y más unidos que antes, demostrándole al mundo entero que el amor siempre triunfa sobre la perversidad.

A medio camino entre el desparpajo visual de Paul Greengrass (responsable de la magistral "United 93") y la determinación preponderante en el cine de Kathryn Bigelow (responsable de la maravillosa "La hora más oscura"), Peter Berg realiza desde la honestidad y el respeto una sobria reconstrucción de los hechos, intercalando la reconstrucción dramatizada con metraje real, tanto en las explosiones de la maratón como en la posterior caza por las calles de la ciudad a los artífices de tal barbarie.

Mark Wahlberg (que también ejerce como productor ejecutivo del filme) encarna al experimentado y trabajador policía Tommy Saunders, que se postula como el reflejo perfecto del 'currante' de barrio residencial de clase media. Su personaje es el único inventado para la ocasión, al igual que su sufrida esposa interpretada por Michelle Monaghan. A pesar de ello, los personajes inventados no entorpecen ni varían los hechos relatados. Todos ellos están presentados de forma paralela e inconexa en los primeros veinte minutos del filme, en el que podemos ver a otros policías (como el encarnado por J.K. Simmons o el de John Goodman), a agentes del FBI (como el personaje de Kevin Bacon), a diferentes supervivientes (como el matrimonio encarnado por Rachel Brosnahan y Christopher O'Shea), así como a los dos terroristas, llevados a cabo por Themo Melikidze y Alex Wolff. Tras las presentaciones y la escrupulosa recreación del atentado, Berg nos sumerge en el clásico juego del gato y el ratón, con la ciclópea ciudad de Boston como telón de fondo, llegando a su punto más álgido en el espectacular y visceral tiroteo entre los policías y los terroristas, con un gran pulso narrativo y la tensión a flor de piel, que perfilan una película interesante... y sobretodo, en un conciso y precioso homenaje a todos esos héroes anónimos que luchan por la paz y la dignidad de su país.
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1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Blade Runner 2049
Blade Runner 2049 (2017)
  • 7,0
    46.889
  • Estados Unidos Denis Villeneuve
  • Ryan Gosling, Harrison Ford, Ana de Armas ...
8
La odisea existencialista del Agente K
Cuando nos ponemos a pensar y analizar una película como "Blade Runner", es hacerlo sobre una de las cumbres del cine de ciencia ficción. Aunque no fue reconocida en su momento, habiendo una división de la crítica y público, pues recibió críticas contradictorias de parte de la prensa especializada. Unos se mostraron confundidos y decepcionados de que no tuviese el ritmo narrativo que se esperaba de una película de acción, mientras que otros apreciaban su complejidad temática. Esto la convirtió en un fracaso comercial importante en su país, pero logró un gran éxito en el resto del mundo. En consecuencia, la película se convirtió en la favorita de los cinéfilos y del mundo académico, siendo ampliamente aclamada como un clásico moderno por su lograda ambientación en referencia a sus revolucionarios efectos especiales, que describían de forma realista un futuro en decadencia, convirtiéndose en precursora del 'cyberpunk', siendo muy influyente en la cultura popular, ya que ha servido como inspiración para sucesivas obras cinematográficas, como "El quinto elemento", "Matrix", "Batman", "Ghost in the Shell" o "Akira" entre otros muchos. Al mismo tiempo, se adelantó en plantear temas y preocupaciones fundamentales para el siglo XXI. A pesar de que en la actualidad está considerada como una de las mejores películas de todos los tiempos, cabría decir que el rodaje de la misma atravesó muchos problemas. El rodaje estuvo marcado por las presiones, tanto de la productora como de los guionistas y su director Ridley Scott, con motivo de las diferentes interpretaciones que tenía cada uno del filme, desencadenando a que existan hasta la fecha siete montajes distintos del filme: Workprint, Preview, Montaje Original, Montaje Internacional, Montaje Televisivo de la CBS, Montaje del Director y Montaje Final.

Llegados hasta este punto, y analizándolo todo en frío, pienso que "Blade Runner 2049" no supera a su homólogo original; sin embargo me ha parecido mejor película. Soy consciente de que es un razonamiento ambiguo (y un tanto polémico, por qué no decirlo), ya que el clásico de Ridley Scott es una de las mejores películas de todos los tiempos; pero este razonamiento tiene su explicación. Si nos paramos a pensar detenidamente en su argumento, se podría afirmar que es sencillo (aunque muy bien escrito y efectivo, claro está). Me explico. A pesar de estar basada en la novela corta y existencialista de Phillip K. Dick "¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas?", se trata de una adaptación bastante libre, dejando en la superficie su tema filosófico y quedándose más con su argumento puramente noir genuino, convirtiéndose en el corazón de la película. Pues contiene y explora convenciones tales como la mujer fatal (interpretada de forma magistral por Sean Young), la narración en primera persona a lo Raymond Chandler y la cuestionable perspectiva moral del héroe (extendida aquí para incluir el lado humano del personaje), así como la cinematografía oscura y sombría. En esta nueva secuela, su premisa es mucho más compleja (aunque no tan bien escrita como en el original), ya que profundiza con todas las consecuencias en la moralidad de cada uno de los personajes. Es cierto que ninguno posee un momento de brillantez individual, como la célebre escena de "Cómo lágrimas en la lluvia..." a cargo de un impresionante Rutger Hauer en el mejor papel de su carrera, que por otro lado, cabe señalar que fue totalmente improvisada por el actor neerlandés; pero la historia en su conjunto es mucho más completa, ya que se nutre de lo narrado en el clásico para ahondar en las inquietudes de los personajes (como os he comentado antes), teniendo cada uno de ellos un arco narrativo bien definido y espacio para poder llevarlo a cabo (aunque solo salgan en una escena, como Dave Bautista). A su vez, potencia el lirismo y se despoja de ese tono de cine negro imperante en el original, dado que solo conserva su pausado ritmo narrativo. Y por supuesto, amplia de sobremanera su magnífico universo. Cuando la veáis lo entenderéis, ya que he intentado no desvelaros nada de su argumento, puesto que se trata de una película para disfrutarla en la pantalla grande y con todas sus numerosas sorpresas intactas, como ese maravilloso final que tanto ha dado que hablar.

Centrándonos en el maravilloso plantel de actores, decir que Ryan Gosling está magnífico como protagonista de la función; Jared Leto, a pesar de que tiene poco tiempo en pantalla, encarna de maravilla al nuevo magnate de la Tyrell Corporation. Sylvia Hoeks y Robin Wright dan vida a la perfección a la implacable villana y a la jefa del departamento de policía, respectivamente. Hasta Harrison Ford tiene su momento en la trama, trascendiendo del mero personaje icónico, en el cual puede desarrollar la interpretación dramática del personaje. Aunque el nombre propio que se eleva sobre el resto es el de una sensacional Ana de Armas. La actriz española de origen cubano se consolida en Hollywood a lo grande, realizando una interpretación que puede reportarle numerosos premios y nominaciones. En los momentos que comparte plano con Gosling lo supera ampliamente, convirtiéndose en una auténtica 'roba-planos' excepcional. Su encarnación de la novia holográfica del agente K con inteligencia artificial quedará en nuestro recuerdo para siempre.

Sin nada más que añadir, me gustaría concluir diciendo que "Blade Runner 2049" es más que una secuela, es una película que roza la obra maestra, que en algunos aspectos supera a su homólogo original, expandiendo de maravilla el universo creado por Phillip K. Dick y Ridley Scott, y confirmando a su director Dennis Villeneuve como uno de los cineastas más destacados de su generación. A sus pies, maestro.
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4 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
It
It (2017)
  • 6,4
    36.243
  • Estados Unidos Andy Muschietti
  • Bill Skarsgård, Jaeden Martell, Sophia Lillis ...
7
Crueles monstruos que habitan entre nosotros
Hablar de "It" es hacerlo sobre una de las novelas más ambiciosas de Stephen King, debido principalmente a su extensión editorial de más de 1000 páginas y la particular manera con la que logró perfeccionar las claves del género de terror, abordando los miedos más insondables de la psique humana por lo cotidiano. Es justamente esa urdimbre de terror sobrenatural y ordinario uno de los grandes aciertos de un escritor entrañable como pocos. Por otro lado, adaptar una novela tan extensa es una ardua tarea. Conocida por todos es la miniserie televisiva con la que Tommy Lee Wallace aterrorizó a toda la generación de los noventa, que a pesar de contar con la inolvidable y terrorífica encarnación de Tim Curry bajo la piel del payaso Pennywise, vista hoy en día ha envejecido bastante mal, tanto por su desfasada factura técnica como por ese tono amable que difiere bastante con la perversión reinante en la novela. Así que, con estos argumentos, se podría afirmar que era necesaria una adaptación cinematográfica que, en líneas generales, estuviera a la altura de las circunstancias; y esta nueva versión lo consigue en gran medida.

Siete años de preparación ha tenido este ambicioso proyecto, en el cual han pasado diversos guionistas y directores que han ido aportando su granito de arena a lo que finalmente hemos podido disfrutar en las grandes pantallas. Como por ejemplo los hermanos Matt y Ross Duffer, que tras no pasar el corte se fueron a Netflix y realizaron la estupenda serie "Stranger Things" (un velado homenaje a los 80, a Stephen King y a 'It' en particular). También Cary Joji Fukunaga, que presentó un guión a la misma altura de depravación que derrocha la novela original; pero por desavenencias con la productora acabó dejando el testigo al argentino Andy Muschietti, el cual confiesa que leyó la novela de joven y hace muchos años que la lleva en su interior; también que su primer contacto fue con el guión de Fukunaga, así que cuando surgió la oportunidad de hacer la película, lo primero que pensó fue en recurrir a su experiencia personal cuando leyó el libro con 14 años, y luego trasladarlo a la película que le hubiera gustado ver en aquella época como adulto. Bajo esta premisa, y teniendo en cuenta que a cada uno le pega un libro de manera distinta y personal, era más que obvio que esta nueva adaptación iba a sufrir considerables cambios.

El más significativo es el distinto periodo temporal y la estructura narrativa del mismo. Cabe recordar que en el vasto texto de King se relataba dos líneas argumentales entrelazadas, una protagonizada por los niños del 'Club de los perdedores' y la otra situada 27 años después. Muschietti y los guionistas del filme, han otorgado todo el protagonismo a los chavales, dejando para la segunda parte la trama de los adultos. Este cambio estructural elimina los numerosos flashbacks que ofrecía el primer episodio de la miniserie, dándole dinamismo y ritmo a la historia. Con respecto al cambio temporal han sustituido los años cincuenta por los 80, permitiendo que el espectador actual empatice con los personajes; sobre todo un deslenguado Riche Tozier que se encarga con sus frases sarcásticas de dar un respiro al espectador en momentos puntuales, al igual que una Beberly March que se erigie como la principal protagonista.

Esto hace que los monstruos que aterrorizan también cambien, pasando del hombre lobo, la momia y el monstruo de "La mujer del lago"... a los padres quemados de Mike y la escalofriante mujer pintada de Stan. De igual modo, la muerte inicial de Georgie a manos de Pennywise, así como la escena del baño de Bev han sido considerablemente mejoradas. Aunque la principal virtud de esta nueva adaptación no es la inquietante encarnación de Bill Skarsgård como el payaso Pennywise; ni los acertados nuevos monstruos antes citados, junto con el rescate del leproso; ni el cambio temporal a los nostálgicos años ochenta... sino más bien se debe a aquello que tan bien se le da a Stephen King, aquello que citaba al principio de la reseña, ese discurso sobre la cultura del miedo a lo cotidiano. Ya que los verdaderos monstruos son aquellos que habitan entre nosotros, aquellos con la piel de cordero, que te dan la 'palmadita' en la espalda y fingen preocuparse por tu estado. Me estoy refiriendo a aquella madre que para proteger a su hijo lo droga diariamente administrándole placebos; también a ese padre lascivo y posesivo que abusa física y sexualmente de su hija amparándose en su verdadero amor de niña; aquel que con su educación severa y subyugante lleva a su hijo a la psicopatía total; o el individuo que confunde el 'hacerse un hombre' con la violencia que conlleva apretar el gatillo del perno animal... Son monstruos instaurados en una comunidad en la inopia más absoluta, que con sus actos permiten que se desvanezca la fraternidad y destruyen cualquier atisbo de futuro. Ahí es donde radica la verdadera virtud del filme.

He de confesar que la he visto dos veces. La primera vez me dejó bastante frío. Estaba casi convencido de que había visto un filme completamente infantil, que aunque había subido el grado de gore y escatología, se acercaba a aquellos arquetipos y sustos baratos a los que se refería Fukunaga; sin embargo, en la segunda vez vi otra lectura, la que corresponde a las líneas que estás leyendo, y el auténtico miedo esencial del filme se me metió en el interior, aquel que se encuentra oculto en cada fotograma en movimiento, como esas diapositivas que ven los integrantes del 'Club' y que tras dispararse solas, muestran finalmente el horror en su estado más puro.
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2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Alien: Covenant
Alien: Covenant (2017)
  • 5,6
    26.297
  • Estados Unidos Ridley Scott
  • Michael Fassbender, Katherine Waterston, Billy Crudup ...
3
Bobada alienígena
Según la definición oficial, una película es una obra de arte cinematográfica, la cual narra de una manera audiovisual, una historia o un hecho. Partiendo de este concepto, pienso que lo más importante a la hora de juzgar una película es el guión. Da lo mismo si es complejo o sencillo, si hay muchos o pocos personajes, si pertenece a tal o cual género... nada de ello es primordial más allá de que esté bien estructurado, tenga coherencia y sea interesante. Todo lo demás son complementos que ayudan a mejorar (o enriquecer) la cinta en cuestión.

Empiezo diciendo esto porqué la película que nos concierne, "Alien Covenant" tiene un guión pésimo; y por lo tanto, la convierte en una película pésima... ¡¡¡Así de simple!!! No hay por donde coger ni la historia ni los personajes; ni siquiera con pinzas. De todos modos, vayamos por partes.

"Alien Covenant" es la sexta película de la saga oficial de "Alien" (sin contar con los dos spinoffs de "Alien vs. Predator"), siendo al mismo tiempo, secuela de "Prometheus" (Id., 2012) y precuela de "Alien el octavo pasajero" (Alien, 1979), ambas dirigidas por Ridley Scott. Ya en "Prometheus" se nos planteaba el mito de Prometeo (como bien reza el título); es decir, aquella osadía de los hombres de hacer las cosas divinas, en este caso sobre la creación de la vida. En el presente filme es el androide el que juega a ser Dios, primero eliminando a su creador y luego creando a la forma de vida perfecta. Esa personalidad que adquiere el androide (que se considera a si mismo perfecto, al igual que el David de Miguel Ángel, de ahí su nombre), viene explicado en el prólogo, que personalmente me ha recordado (salvando las distancias) a la célebre "habitación blanca" de la obra maestra de la ciencia ficción por excelencia: "2001: Una odisea del espacio" (2001: A Space Odyssey, 1968) de Stanley Kubrick. En esta fantástica escena inicial vemos al androide, interpretado por Michael Fassbender, entablar una conversación con su creador (encarnado por Guy Pierce) sobre la vida, Dios y quién es el que ha creado al creador. En cierto sentido, las cuestiones que plantea el filme en su inicio son muy interesantes; sin embargo, se trata de un espejismo, ya que Ridley Scott vuelve a tropezar con la misma piedra.

En primer lugar, excluyendo el personaje de Michael Fassbender (ya desarrollado con anterioridad en "Prometheus" y bien introducido en ésta a través del prólogo, como os he indicado en el párrafo anterior; los demás personajes no están presentados de manera adecuada, simplemente irrumpen en escena. No hay ningún arco dramático trazado en el filme, hecho que ocasiona que no sientas ningún tipo de empatía con ninguno de ellos. A su vez, cabe agregar que existen un puñado de vídeos cortos colgados en internet, los cuales te presentan a los tripulantes de la nave Covenant. En ellos, Scott nos recomienda verlos para poder entender mejor la película; algo que a decir verdad me chirría bastante. Cualquier aficionado que se presenta en una sala cinematográfica, o se dispone a disfrutar de una película en la comodidad de su casa, no tiene la necesidad de ver vídeos previos, visionar otras películas o leer la novela en que se basa... para entender mejor la trama en cuestión. Simple y llanamente hay que ver la película y punto. Esto es algo que, como he dicho, me molesta bastante y hace que el filme pierda puntos. Terminando el pequeño inciso, es pertinente señalar que los cintados vídeos complementarios son: "The Crossing", "La última cena", "Meet Walter" y "Advent" (los tres últimos dirigidos por Luke Scott, hijo de Ridley).

Por otro lado, desde que esos deslavazados personajes hacen acto de presencia, empiezan a tomar decisiones absurdas, incoherentes y completamente estúpidas. Por ejemplo, echar al traste la misión principal en pos de explorar temerariamente un planeta acabado de descubrir; romper una cuarentena a los dos minutos de iniciarla con el peligro aún presente; meter las narices (literalmente) dentro del huevo alienígena porque el villano ha asegurado previamente que no hay peligro; y muchísimas más que no escribiré para no destripar la película. Todo ello conforma un disparate de proporciones bíblicas.

Aunque hay que mencionar que la puesta en escena, así como los efectos visuales son notables; de igual modo que la tensión 'in crescendo' en el último tercio del filme, en el que se podría destacar la escena (vista en el trailer) de la ducha, en el que nuestro viejo amigo alienígena hace acto de aparición. Además, su clasificación R ha permitido que en las muertes no hayan escatimado, mostrando escenas delirantes y sangrientas. No obstante, a pesar de su magnífico prólogo, el gran esfuerzo de Michael Fassbender y la brillante factura técnica, no es suficiente para levantar una película desastrosa y disparatada.

En definitiva, viendo la mediocridad en la que se ha instaurado la trayectoria de Ridley Scott en los últimos 7 años, exceptuando "Marte" (The Martian, 2015) que se podría entender como su canto del cisne, el cineasta que otrora nos regalara obras tan maravillosas como "Los Duelistas" (The Duellists, 1977), "Alien: el octavo pasajero", "Blade Runner" (Id., 1982), "Thelma & Louise" (Id., 1991) o "Gladiator" (Id., 2000), entre otras... ha perdido prácticamente todo su talento, así como aquella particular minuciosidad que atesoraba a la hora de confeccionar cada una de sus películas.
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3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Mi vida sin mí
Mi vida sin mí (2003)
  • 7,6
    58.970
  • España Isabel Coixet
  • Sarah Polley, Scott Speedman, Mark Ruffalo ...
9
La lista de deseos antes de morir
Según CIMA (Asociación de mujeres cineastas y de medios audiovisuales) asegura que apenas un 8% de las películas que se producen en España son dirigidas por una mujer, un hecho que desde mi punto de vista es totalmente cierto; aunque actualmente esté cambiando la tendencia, debido a asociaciones como la citada anteriormente y a la política democrática del siglo XXI, en la vasta historia del cine español cuesta encontrarse con filmes realizados por el sexo femenino.

Una de las cineastas más destacadas y prolíficas de nuestro cine es Isabel Coixet, y que de modo coincidente, es una de las socias fundadoras de CIMA. Esta cineasta nacida en una ciudad de la provincia de Barcelona y curtida en el mundo de los videoclips musicales y spots publicitarios de televisión, se caracteriza por realizar intensos melodramas psicológicos, claramente enmarcados dentro del cine de autor, en los que se tocan temas tan dispares como la enfermedad, el amor o la cultura japonesa, entre otros.

"Mi vida sin mí", estrenada en 2002, es posiblemente la obra cumbre de su filmografía, en la cual nos relata la historia de una mujer de 23 años llamada Ann, que vive a duras penas con su marido y sus dos hijas pequeñas en una caravana, alojada en el jardín de la casa de su madre. Trabaja de noche limpiando una universidad, teniendo una existencia que se desarrolla de forma anodina y deprimente. Se podría afirmar que vive una vida que quizás no ha elegido, y mucho menos soñado; sin embargo, la acepta sin rechistar y se entrega en cuerpo y alma por el bienestar de su familia.

Tras un reconocimiento médico, le diagnostican una enfermedad terminal, hecho que propicia un cambio permanente en su rutinaria y gris existencia. Lejos de hundirse y sumirse en la más profunda depresión, así como someterse a cualquier tipo de tratamiento, el citado cáncer le hace abrir los ojos, pues se da cuenta de las posibilidades que tiene la vida y de lo bello que es vivir. Guiada por tal impulso, escribe una lista con las cosas que desea realizar antes de morir.

Sin duda, se trata de un tema bastante arriesgado porque puede caer en el cliché fácilmente. Nuestra protagonista elabora una pequeña lista de cosas que va cumpliendo una por una; no obstante, la película no está abordada de la manera convencional, como por ejemplo "Ahora o nunca" (The Bucket List, 2007) de Rob Reiner, que su visionado solamente queda justificado por la calidad interpretativa de sus protagonistas, unos fantásticos Morgan Freeman y Jack Nicholson. En "Mi vida sin mí", Anne no le cuenta a nadie que va a morir, guardando el secreto en lo más profundo de su ser, propiciando que el filme nos muestre como afronta la enfermedad de forma interna y personal. En este sentido, cabría reseñar que la influencia del drama asiático es latente, caracterizado generalmente por relatar historias de corte romántico, intimistas, dramáticas y con un halo de tristeza tremendo. Que esta opera prima de Coixet se desmarque de las constantes que rigen el cine más occidental la convierten en una cinta interesante y por descontado, recomendable.

Por otro lado, es necesario puntualizar que una de las constantes de la filmografía de Coixet es trabajar con actores y actrices internacionales; de hecho, en "Mi vida sin mí" trabaja con Sarah Polley, Scott Speedman y Mark Ruffalo, entre otros; de Sarah Polley cabe destacar que es el alma mater de la película, pues realiza una grandísima interpretación, en la cual dota al personaje de una naturalidad y sensibilidad inusitada, siendo frágil y fuerte a la vez; habría que decir también que en lo referente a Mark Ruffalo (otro de los actores antes citados) me ha gustado especialmente interpretando a ese amante clandestino de nuestra protagonista, que es ajeno a la cruda realidad, y cuya historia de amor se podría afirmar que se asemeja a una representación onírica de la misma. Su conmovedora historia nos emociona y nos hace reír a partes iguales, hasta su anunciado trágico final.

Me ha encantado la inclusión del clásico de los Beach Boys "God only Knows", que se convierte en el tema principal de la película y se encuentra muy bien integrado, ya que su estribillo dice: "God only knows where I'll be without you", que traducido al castellano vendría a decir: Solo dios sabe que sería sin ti. También es digno de mención el potente inicio, con una Sarah Polley empapada bajo la lluvia, mientras su voz en off nos presenta a su personaje, siendo un instante verdaderamente hermoso, poético y repleto de magia. A continuación me gustaría plasmar el instante en un pequeño inciso, para poder comprobar de primera mano toda la belleza poética de ese inicio tan magnético e impresionante: "Ésta eres tú. Con los ojos cerrados, bajo la lluvia. Nunca imaginaste que harías algo así, nunca te habías visto como… no sé cómo describirlo, como una de esas personas a las que les gusta la lluvia o que pasan horas contemplando el mar o una puesta de sol. Seguro que sabes de qué gente estoy hablando, o tal vez no. Da igual. A ti te gusta estar así, desafiando al frío, sintiendo cómo el agua empapa tu camiseta y te moja la piel, y notar cómo la tierra se vuelve mullida bajo tus pies, y el olor y el sonido de la lluvia al golpear las hojas. Todas esas cosas que dicen los libros que no has leído. Esta eres tú. Quién iba a pensarlo.. tú."

Después de "Mi vida sin mí", realizaría la notable "La vida secreta de las palabras" (2005), con Tim Robbins, Julie Christie, y en ella repetiría con Sarah Polley, papel por el que fue multi-premiada en los Goya, contando con una premisa probablemente un tanto más ambiciosa en su discurso; aunque sería pertinente señalar que no llegó a alcanzar la excelencia de esta fascinante obra maestra que nos concierne.
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9 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Oasis
Oasis (2002)
  • 7,4
    1.600
  • Corea del Sur Lee Chang-Dong
  • Sol Kyung-gu, Moon So-ri, Ahn Nae-sang ...
8
Amor más allá de los convencionalismos
Hablar de Lee Chang-dong es hacerlo sobre uno de los realizadores coreanos que ha diseccionado, con mayor pulcritud, la realidad de la sociedad coreana contemporánea. Se podría afirmar de manera tajante que no es un realizador al uso; de igual modo que lo es la historia de su país: Corea del Sur. Sin duda, un país por el que han transitado los intereses de japoneses, chinos o americanos, que ha visto también cómo, tras la ocupación nipona al final de la Segunda Guerra Mundial, le seguía una división interna: la de las dos Coreas. Una división aún no superada, causante de una herida no cicatrizada que se agravó con la llegada de la dictadura en lo años sesenta y que persistió en el país a lo largo de tres décadas.

"Cuando tenía 20 años tenía mis sueños, mis ideales… y eran puros, pero entonces crecí, los perdí, y eso me entristeció". —Confesó en una ocasión Chang-dong—. "Creo que la dictadura y la matanza de Gwangju, de alguna manera, firmaron la sentencia de muerte para una generación entera. Nos hundimos en la desesperación y nos sentimos traicionados. Así que, en cierto sentido, esta traición se convirtió en los cimientos de nuestras vidas."

Se podría decir que el célebre director vivió estos hechos durante la adolescencia, cuando los sueños todavía estaban ahí, creciendo, hasta llegar a Gwangju, la famosa ciudad en la que se perpetró la matanza de civiles más importante en la historia de Corea, producida a principios de los años ochenta, la misma en la cual se enterró a aquella generación a la que él se refiere. Una generación que, por otra parte, fue responsable de la explosión cultural que vivió el país asiático a lo largo de los años noventa, conocida como la nueva ola coreana.

Lee Chang-dong es un cineasta comprometido con la causa, por mostrar la realidad sociopolítica a través de cada uno de sus trabajos, mucho más incluso que el gran Kim Ki-duk; de hecho, Chang-dong aparte de ser un excelente director cinematográfico, así como un novelista de éxito (con dos novelas escritas, "El botín" y "Papeles en llamas", publicadas en 1983 y 1987 respectivamente), fue ministro de cultura durante el mandato de Roh Moo-Hyun (del 25 de febrero de 2003 al 25 de febrero de 2008).

Cambiando de tercio, se puede decir que "a los coreanos les gusta el melodrama", una reveladora afirmación que viene plasmada en el excelente guión de "My Sassy Girl" (Yeopgijeogin geunyeo, 2001) de Kwak Jae-young; que por otra parte, está considerada como una de las comedias románticas más influyentes del cine coreano (hasta tuvo su correspondiente remake norteamericano). Aunque sería más acertado puntualizar que a los espectadores coreanos les apasiona el romance. A los datos me remito. Desde 2004, un 25-35% de las producciones cinematográficas coreanas estrenadas en las pantallas grandes del país son melodramas románticos. Un fenómeno que no se limita al campo cinematográfico sino que se extiende, ejerciendo un efecto de retroalimentación, al mundo televisivo. Dado que los doramas inundan las parrillas televisivas coreanas, al igual que en su país vecino, Japón, despertando un fenómeno fan que traspasa fronteras.

Llegados hasta este punto, el cineasta Lee Chang-dong, tras haber realizado dos filmes previos, "Green Fish" (Chorok mulkogi, 1997) y "Peppermint Candy" (Bakha satang, 2000), quiso realizar un melodrama integrado dentro de su particular visión del cine social. De titulo "Oasis" (Oasiseu, 2002), se trata de un auténtico puñetazo en el estómago, que nos relata la historia de amor entre un joven inadaptado (algo retrasado) que acaba de salir de prisión, y una joven que sufre parálisis cerebral. Dos sujetos marginados, y repudiados por la sociedad, que encuentran su particular isla (u oasis, como bien reza el título), donde su amor tiene cabida.

Un melodrama sin tapujos ni medias tintas. Una acerada crítica social, así como una conmovedora historia de 'amour fou' o comprometido discurso sobre la alteridad. "Oasis" juega en realidad todas esas bazas con notable habilidad y convicción para erigirse en una de las más prestigiosas cintas coreanas de los últimos años, la cual se convertiría en una de las grandes triunfadoras del Festival de Venecia (donde recibió el premio Fipresci a la Mejor Dirección, además del premio Marcello Mastroianni para Moon So-ri como mejor actriz). Un reconocimiento más que merecido para la mejor interpretación femenina que haya podido ver nunca un servidor en una obra cinematográfica. Me faltan los calificativos para describir la monumental encarnación de So-ri, que incluso hasta me hizo dudar de si realmente padecía la minusvalía de su personaje; a pesar de haberla visto en otras películas.

El director rehuye las consabidas aproximaciones humanistas a la problemática de los discapacitados para experimentar más bien con los límites, con toda suerte de límites, que condicionan la posibilidad de comunicación y apostar por un utópico oasis (la pulsión amorosa) en el desierto de una sociedad que se permite, sencillamente, ignorar al Otro, así como aprovecharse de él (sirva como ejemplo la familia de la joven minusválida que vive en un acomodado piso para minusválidos proporcionado por el estado, mientras que la joven pasa su existencia encerrada de mala manera en un cuchitril situado en el extrarradio).

Sin coartadas ni cargantes moralejas, estando por encima de cualquier tipo de convencionalismo, entremezclando con tino la visceralidad de la realidad con pasajes surrealistas que bien pueden recordar al fantástico David Lynch. "Oasis" se escribe desde la pasión e invita a ser contemplado también desde la pasión. En resumidas cuentas, se trata de una obra intensa, emotiva, cruda, por momentos poética y totalmente sublime; aunque no es apta para todos los paladares.
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2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Colossal
Colossal (2016)
  • 5,9
    13.769
  • Canadá Nacho Vigalondo
  • Anne Hathaway, Jason Sudeikis, Dan Stevens ...
4
Monstruos interiores
En primer lugar, antes de entrar a valorar debidamente la película que nos concierne, me gustaría comentar que a título personal aplaudo que los cineastas españoles trabajen, cada vez más, en el extranjero; y además cosechen el éxito. Este hecho demuestra que en nuestro país hay mucho talento, gente que tiene buenas ideas, con conocimientos a lo que a técnica cinematográfica se refiere, y con una seriedad y profesionalidad fuera de toda duda. Dentro de esa hornada de nuevos cineastas podríamos citar, entre otros muchos, a Jaume Collet-Serra, que ha desarrollado toda su trayectoria profesional en tierras norteamericanas (fundando incluso su propia productora, Ombra Films); a Miguel Ángel Vivas, que recientemente ha estrenado su segunda película hollywoodiense "Inside", remake de la fantástica cinta de terror francesa "À l'intérieur" (Alexandre Bustillo y Julien Maury, 2007); a J.A. Bayona, que en estos últimos años nos ha brindado grandes obras como "Lo imposible" o "Un monstruo viene a verme", y que en la actualidad está perfilando la secuela de "Jurassic World", toda una gran superproducción estadounidense; y también podríamos nombrar a Nacho Vigalondo, que tras llamar la atención con su cortometraje nominado a los premios Oscar "7:35 de la mañana", ha realizado ya un par de films al otro lado del Atlántico, como "Open Windows" y la película que nos abarca, "Colossal".

Tras este pequeño inciso, ha llegado el momento de reseñar "Colossal", la última película de Nacho Vigalondo, un cineasta bastante peculiar y simpático que ha sabido conectar con la gente, debido a su desparpajo y el talento que derrochan sus trabajos. Concretamente, en "Colossal" nos presenta una cinta que le da una vuelta de tuerca al género de monstruos gigantes, a través de una historia cargada de un particular sentido del humor sobre una chica en plena encrucijada vital que, tras volver a su pueblo natal, se dará cuenta de que tiene una conexión directa con una criatura de gran envergadura que está atacando la ciudad de Seúl .

A priori, la idea de partida es bastante singular, hecho que ha propiciado que coseche muy buenas críticas a ambos lados del Atlántico; sin embargo, personalmente no he llegado a conectar con ella. Me explico. El cruce de géneros que propone el filme le otorga un cierto grado de originalidad a la propuesta, pero a la hora de desarrollar (o dicho de otro modo, de concretar) su historia, ésta naufraga irremediablemente. La línea entre la genialidad y el ridículo es muy fina, y por desgracia, el presente filme deambula demasiado por ella... ya que ni acaba desembrollando debidamente la trama del Kaiju surcoreano, ni aquella protagonizada por una mujer en crisis existencial. La trama transita sin rumbo y a la deriva, dedicándose por completo a colocar a los personajes delante de la pantalla interactuando entre ellos, pero sin llegar a profundizar; es decir, sin que sus arcos dramáticos evolucionen más allá de sus diálogos y acciones triviales. Los traumas infantiles de los personajes importan más bien poco, ya que acaban diluidos en una trama farragosa que va dando tumbos hacia ninguna parte; y que además, se muestra totalmente incoherente por el hecho de la mezcla de géneros, los cuales no quedan justificados con ningún giro en su premisa. De hecho, el cambio de personalidad hacia el final de la cinta que acontece al personaje de Jason Sudeikis puede resultar chirriante y hasta esperpéntico.

En resumidas cuentas, "Colossal" es una película que no funciona ni como película de fantasía ni como tragicomedia. Una lástima. Tal y como dicen, para gustos... disgustos. A título personal prefiero otras propuestas similares que argumentan y profundizan de forma concisa y mucho mejor que el filme en cuestión, como por ejemplo el clásico de culto "Beautiful Girls" (Ted Demme, 1996) protagonizado, entre otros, por unos maravillosos Timothy Hutton y una jovenzuela Natalie Portman; así como la película del siempre interesante Jason Reitman "Young Adult" (Id., 2011), que cuenta con una descomunal y ácida interpretación de Charlize Theron.
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Wonder Woman
Wonder Woman (2017)
  • 6,3
    36.285
  • Estados Unidos Patty Jenkins
  • Gal Gadot, Chris Pine, David Thewlis ...
7
Una 'maravillosa' superheroína al rescate del DC Extended Universe
Las películas de superhéroes protagonizadas por una mujer no se han prodigado demasiado en la historia del celuloide, y mucho menos han gozado de éxito, hasta la llegada de "Wonder Woman". No obstante, ante de entrar de lleno en la valoración propiamente dicha de la mujer maravilla, me gustaría echar la vista atrás en el tiempo para enumerar las distintas películas previas de superheroínas, para poder entender la importancia que ha supuesto la película de Patty Jenkins en el panorama cinematográfico.

La primera superheroína la pudimos ver en la esperpéntica cinta mexicana "La mujer murciélago (Bat-Woman)" (Id., René Cardona, 1968), que protagonizó a finales de los años sesenta la actriz italiana Maura Monti; la infantiloide "Supergirl" (Id., Jeannot Szwarc, 1984) que no pudo salvarla del fracaso más absoluto ni el entusiasmo que puso su protagonista Helen Slater; "Sheena, reina de la selva" (Sheena, John Guillermin, 1984) que a pesar de estar basaba en el primer cómic publicado protagonizado por una mujer, y contar con la presencia de la exuberante Tanya Roberts (que en 1985 se convertiría en 'Chica Bond' en "Panorama para matar"), no cumplió en absoluto con las expectativas; la excéntrica antiheroína "Tank girl" (Id., Rachel Talalay, 1995) protagonizada por Lori Petty y que supuso uno de los grandes descalabros económicos de la década; la desastrosa "Catwoman" (Id., Pitof, 2004), que contó con una Halle Berry fuera de lugar, y la cual no se mordería la lengua a la hora de tildar el filme como un "pedazo de mierda" mientras recogía el Razzie a la Peor Actriz en el año 2005; o "Elektra" (Id., Rob Bowman, 2005), que partiendo de la base de que el personaje, interpretado por Jennifer Gardner, ni siquiera brillaba tanto en "Daredevil" (Id., Mark Steven Johnson, 2003) como para merecer una película en solitario, la cinta encabezó uno de los mayores fracasos de Marvel.

Tras este obligado inciso, es pertinente decir que la citada escasez de personajes femeninos en los filmes de superhéroes ya fue denunciada por Joss Wheedon hace tres años, tras haber sido precisamente éste el encargado de dirigir una película que amasó enormes recaudaciones contando con una chica entre sus personajes principales. Es el caso de "Los Vengadores" y de la 'Viuda Negra' interpretada por Scarlett Johansson que, sin embargo, formaba parte de un equipo mucho mayor (compuesto casi íntegramente por hombres), y ni siquiera ha llegado a contar con una película propia como sus compañeros 'marvelitas'.

Así que con semejantes precedentes y con el machismo imperante en la industria cinematográfica, "Wonder Woman" ha llegado para dar un auténtico mazazo sobre la mesa y poner el panorama patas arriba. Por fin una superheroína protagonista genuinamente femenina (y no una versión masculinizada del rol) que cuenta con identidad y valores propios, ha irrumpido con fuerza, rindiendo a crítica y público en un filme asombroso, que mira a los ojos a cualquier película exitosa de superhéroes masculinos, tanto da si son de DC, Marvel u otras viñetas de distinta índole.

No cabe duda que Wonder Woman se erige como el arquetipo perfecto del empoderamiento de la mujer, contradiciendo a todos aquellos que aseguraban que las películas protagonizadas y/o dirigidas por mujeres no interesan al gran público. Así que la historia de la princesa guerrera que decide luchar contra aquellos hombres que solo quieren ver el mundo arder no podía llegar en mejor momento, y en los próximos años podremos disfrutar en las carteleras de películas con superheroínas como protagonista, como "Capitana Marvel" (Captain Marvel, Anna Boden y Ryan Fleck), cuyo nombre real es Carol Danvers, una poderosa 'capitana' que puede volar y disparar rayos de energía con sus manos, y que será encarnada por la 'oscarizada' Brie Larsson; también de "Gotham City Sirens" (Id., David Ayer) centrada en Harley Quinn (lo más destacable de "Escuadrón suicida"), en una película que puede contar con la presencia de las Aves de presa (Birds of prey); de igual modo que una de la Avispa que compartirá protagonismo con 'Ant-Man', en "Ant-Man y la Avispa" (Ant-Man and The Wasp, Peyton Reed) con su estreno en carteleras previsto para el próximo año 2018.

Entrando ya en la valoración de la película, decir que el arranque del filme es maravilloso, en el que vemos crecer a Diana (antes de ser Wonder Woman) en las islas protegidas de las Amazonas, entrenada desde niña para ser una guerrera invencible. Hasta que un día un piloto norteamericano tiene un accidente en las costas amazónicas, y le habla de un gran conflicto existente en el mundo, la Primera Guerra Mundial. Así que Diana decide salir de la isla convencida de que puede detener la terrible amenaza, luchando junto a los hombres en la guerra que acabará con todas las guerras, y descubriendo de paso todos sus poderes y su verdadero destino.

La factura técnica es sencillamente brillante, con unas escenas de acción espectaculares (tanto en las clásicas trincheras de la gran contienda como en la batalla final). Se puede destacar también la genial banda sonora de Rupert Gregson-Williams. Aunque por encima de todo se encuentra una impresionante Gal Gadot, que encarna a la perfección a la épica guerrera. Compasiva, serena e ingenua a partes iguales, y que posee una fuerza y dotes para la lucha descomunales. Ella es Wonder Woman, el 'alma mater' de la cinta que nos ocupa y la gran responsable de que la película haya sido todo un éxito.

A pesar del desafortunado cambio en el origen del personaje* (ver en la sección spoiler), "Wonder Woman" es una película de superhéroes notable (y viendo como está el panorama, hasta se podría decir que necesaria) que marca un importante punto de inflexión en el género, y crea grandes expectativas de cara al próximo estreno de la 'Liga de la Justicia' del DC Extended Universe.
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2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Dunkerque
Dunkerque (2017)
  • 7,0
    56.417
  • Reino Unido Christopher Nolan
  • Fionn Whitehead, Mark Rylance, Kenneth Branagh ...
8
La dignidad del Ejercito Británico
Según el diccionario la palabra maestro se le atribuye a aquella persona que ha alcanzado un alto grado en su oficio. Tras esta definición, y el haber visto su trayectoria profesional, es pertinente decir que Christopher Nolan es un maestro; y por consiguiente, "Dunkerque" es una obra maestra. Quizás la mejor de su impecable filmografía, y por supuesto, una lección de cine digna de estudio. Ya que con esta película, se ha consagrado definitivamente como uno de los grandes cineastas de todos los tiempos, rayando a la misma altura que otros tantos del talante de Alfred Hitchcock, Stanley Kubrick, Clint Eastwood, Martin Scorsese, John Ford o Elia Kazan... por citar algunos de los más grandes. El razonamiento es más bien sencillo. En "Dunkerque" no hay superhéroes, ni ciencia ficción, ni fantasías oníricas..., se trata de una historia real narrada de forma rigurosa.

Para abordar la historia, Nolan ha querido imprimirle su sello personal (como todo autor que se precie), y con ello se podría afirmar que ha conseguido arrojar un soplo de aire fresco a un género tan manido como el cine bélico. Me explico. En "Dunquerke" no hay presentación de los personajes, entrando de lleno en el nudo de la historia; si bien, al inicio del filme, Nolan enumera cada uno de los tres frentes abiertos de la premisa, y con ello, marca los tiempos narrativos, siendo ésto una de las tónicas habituales de su cine. La primera trama focaliza la acción a ras del suelo, en la playa de Dunkerque, en el que miles de soldados británicos esperaban ser evacuados por la flota (compuesta por destructores y barcos mercantes) en condiciones muy precarias, pues el puerto había sido devastado por la armada aérea alemana. Esa trama tiene una duración de una semana y está protagonizada por tres jóvenes, encarnados por Fionn Whitehead, Aneurin Barnard y un sorprendente Harry Styles (cantante de la boy band "One Direction" y que debuta como actor); además del Comandante Bolton encarnado por Kenneth Branagh y el Coronel Winnant, que da vida James D'Arcy (estupendo actor visto en "Gernika" de Koldo Serra). Con respecto a la segunda trama, nos traslada a alta mar en el que pequeñas embarcaciones, siendo navegadas por civiles británicos, salieron al Canal de la Mancha para rescatar a los jóvenes soldados aliados. En uno de esos barcos, tenemos a Mark Rylance, que interpreta al señor Dawson y su hijo Collins, encarnado por Jack Lowden. La acción tiene una duración de un día. Y la tercera y última trama nos lleva al combate aéreo entre las aeronaves de la RAF (Royal Air Force) y los Luftwaffe. Ahí podemos ver a un Tom Hardy que solamente le vemos los ojos. Todas estas tramas se van desarrollando paralelamente, haciendo partícipe al espectador de la tensión y desasosiego de los personajes en el campo de batalla, hasta que todas ellas convergen de maravilla en el desenlace del filme.

La factura técnica es realmente impresionante, en el que destaca el apartado visual (siendo otra de las características que definen su cine) con una puesta en escena realmente brillante, tanto en los geniales encuadres con profundidad de plano (hipnóticos todos los planos cenitales enfocando la playa, el mar, los barcos...), como aquellos con perspectiva (genial aquel en el que dos columnas blancas remarcan la profundidad y el volumen del plano) y además aquellos subjetivos (la secuencia inicial en el que un joven soldado permanece en el suelo mientras los Luftwaffe bombardean la playa es apasionante). La fotografía de Hoyte van Hoytema (que ya trabajó con Nolan en "Interstellar") es también de alto octanaje; y que decir de la apabullante banda sonora de Hans Zimmer (un habitual del cine de Nolan) que potencia muchísimo la tensión y la angustia que destila el filme.

Aunque por encima de todo, lo más destacable de la propuesta, es la dignidad y la honradez de los personajes, así como la comunicación entre ellos a través de gestos o miradas que dicen más que mil palabras (valga el célebre refrán); de hecho, los primeros diez minutos no se escucha prácticamente ninguna palabra, en el que las imágenes hablan por si solas. También rezuma cierto aroma nostálgico que recuerda al neorrealismo italiano, en clásicos como "Roma, ciudad abierta" (Roma città aperta, 1945) y "Alemania, año cero" (Germania, anno zero, 1948), ambas de Roberto Rossellini.

Como resultado, Nolan imprime a la perfección el orgullo británico (basta con ver el fantástico final, con las palabras del discurso de Winston Churchill en "voz en off" y el aterrizaje de Tom Hardy y lo que hace posteriormente, menuda genialidad). Aquel pundonor convirtió una de las más severas derrotas en una victoria, ya que el rescate de los soldados propició que la moral británica se mantuviera alta pese a las circunstancias, y posteriormente pudieron contraatacar en la Batalla de Inglaterra, marcando el inicio de la victoria aliada en la conflagración mundial.

Llegados hasta este punto y en conclusión, "Dunkerque", tal y como decía en el primer párrafo de la reseña, es una obra maestra, siendo una de las mejores muestras de cine bélico de todos los tiempos, además de ser una de las películas más destacadas de este Siglo XXI, consagrando y elevando a la categoría de maestro a Christopher Nolan. UN CLÁSICO INSTANTÁNEO. CINE EN SU ESTADO MÁS PURO.
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