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7 Críticas de los usuarios

Críticas de los usuarios:
7
UNA PARTIDA BIEN JUGADA
Los actores hispanoamericanos suelen ser grandes profesionales, aportando a la interpretación un arte tan auténtico como descarnado. Cuando, como es el caso, se une a un guión bien perfilado, una historia creíble, los resultados son más que sobresalientes.

LA PARTIDA, es una buena película, sencilla y a la vez compleja, donde la pasión nos conduce hacia una partida de absolutos perdedores.
Quienes juegan no tienen futuro, solo presente, y eso se evidencia en cada fotograma. La lucha es cruel, despiadada, y las imágenes se apoyan unas en otras, para conducirnos hacia un final inevitable.

Toni Cantó hace una interpretación medida y sincera de un homosexual ocultón español que se traslada a Cuba para vivir con libertad lo que en España, él a si mismo, no se permite.
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20 de 21 usuarios han encontrado esta crítica útil
5
Diamantes en bruto.
No solo hay morbo y exposición en el cine de temática homosexual. Frecuentemente, esta suele ser tan solo un puente o una coartada para trazar caminos derivados a otras cuestiones críticas. No lo había en Mambo Italiano pues aquella albergaba el ansia de la juventud por independizarse, madurar y vivir una vida sin atadura paternal. No lo había en Happy Together pues aquella hablaba de las raíces y el sentimiento de pertenencia a un lugar. Tampoco lo había en Aimée & Jaguar pues en ella se reflejaba la imposibilidad de sentir en una de las épocas más cruentas en las que lo único que se exhalaba era odio e ira. Ya sea en el bando masculino o el femenino, la orientación sexual ha tenido desde siempre una repercusión desdoblada hacia un amplio abanico de argumentos y valores sociales puestos en juicio.

Si hace pocos meses, Miguel Alcantud ofrecía una mirada gélida y comprometida acerca de los tejemanejes del tráfico de menores en el mundo del fútbol, convertidos en diamantes negros de ilusiones rotas al servicio del mejor postor, el deporte Rey también es el foco de atención en la película de Antonio Hens, La partida. En este caso, no como turbio negocio sino como vía de salvoconducto y evasión temporal para unos adolescentes obligados a formar parte de otro negocio más oscuro aún: la prostitución. El director cordobés no es ajeno ni principiante en el retrato homosexual pues en base a ello giraba su exitoso cortometraje Malas compañías, allá por principios de la pasada década. El tema no es tratado en la película de forma manida sino consecuente con el conocimiento que se tiene de que Cuba es un auténtico foco de destino de turismo sexual. De hecho, la naturalidad y veracidad de su realización se fundamenta en una crónica diaria de unos jóvenes cubanos que, sin miedo ni pudor, pasean de la mano públicamente con sus adinerados acompañantes. En este sentido, más allá de lo grotesco del asunto, se trata de un espejo donde el realizador refleja la sociedad cubana.

Observa con cierta distancia el entorno social y el comportamiento plastificado de las creaciones sobre las que más aversión deposita para crear una doble función moral de creador y juez. Esta posición de compromiso con su ficción, pero de una naturaleza iniciática también documental, la reafirma en la constante búsqueda del feísmo y la morbidez en zonas periféricas inhóspitas y desoladas. Emerge, por su propio peso, la miseria como encuentro entre la melancolía impresionista de la degradación, física y mental. Esta comunión la ejecuta con la intensidad y el dinamismo de su incesante cámara al hombro, constituyendo una filosofía de trabajo basada en la relación entre ética y estética. Su dispositivo técnico y su calculada puesta en escena tienen un lugar esencial como creadores de tensión y lazo caótico en la interioridad de los personajes. Alrededor de estos, la cámara parece perseguirlos más que guiarlos, filmando y mostrando acciones y modos de vivir que otros realizadores más pulcros desecharían.

La recreación plástica es lo suficientemente sucia y áspera como para resultar incómoda, pues dicho fenómeno ayuda a dar máxima credibilidad a la marginalidad económica de los caracteres, el reflejo de sus adversidades y la lucha diaria por la supervivencia. Una película con la que Antonio Hens firma todo un ejemplo de cine alérgico a la obviedad, malsano e improcedente como cualquier injusticia diaria, sustentado en la dureza y la ternura de sus escenas, que se van alternando con espontaneidad e imprevisibilidad, y pregonado por un dúo protagonista de actores hiperrealistas y de carácter penetrante. Todo ello conforma un robusto conglomerado con voluntad de denuncia y hechuras del mejor cine independiente hispano de mirada comprometida y pretensión crítica.

Crítica para www.cinemaldito.com
@WeisGuerrero @CineMaldito
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9 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
Una bocanada de aire fresco
"No esperes nada como como `Fresa y chocolate´", me avisaron antes de entrar, dando por sentado que la película me iba a decepcionar. Tal vez por esa precisa razón me gustó. Nunca fui un fan de "Fresa y chocolate", que en su día me pareció una película bastante deshonesta y un tanto mentirosa. No encontré en ella ni un atisbo de la Cuba real que yo vi, lo cual no es ningún desprecio. Probablemente en su época no se podía decir más. Me parece un signo esperanzador que una obra como "La partida" haya podido hacerse, algo tiene que estar cambiando en la isla de Cuba. La película está lejos de ser perfecta, por ejemplo el final me pareció un tanto traído por los pelos. Pero se me ocurre que probablemente la imperfección es uno de sus encantos, además de la crudeza de la narración y de la excelente ambientación, que es el más fiel reflejo que he visto hasta ahora en el cine de la Cuba que yo vi. La interpretación de los dos chicos protagonistas también me pareció más que notable, y otro tanto la de los numerosos secundarios. En resumen, una obra que te mantiene atento a la pantalla durante todo el tiempo que dura la proyección y que es también un notable ejercicio de honestidad.
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7 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
Realidad
Una historia fuera de lo cliché ; Mostrando como sobrevivir a los sucesos de la vida...
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4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
Gays en La Habana
Calificación: 7, Buena.

Lo mejor de la película: La apuesta del cordobés Antonio Hens por contar una historia difícil, llena de sensibilidad, inmersa en un mundo hostil. Milton García y Reinier Díaz proporcionan credibilidad a la historia y Marta Ibarra subraya con su talento esta complicada historia de gays en La Habana.

Lo peor de la película: Toni Cantó deambula torpemente en cada una de las escenas en las que interviene, siendo las peores las de cama, mejor que se dedique a la política, igual le va mejor.
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4 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
6
Qué miseria
Es interesante por la inmediatez con las que está rodada y por la muy natural interpretación de todos, que parecen sacados directamente de la calle. Pero qué miseria de vida, anhelando una simple camiseta, prostituyéndose los chavales para salir adelante, dando vueltas en el Malecón para encontrar clientes. Es una película triste y si refleja de verdad, en 2013, la vida de La Habana (para los más pobres, claro) qué pena de vida.
La película está rodada, se ve, con poco presupuesto y parece que lo quiere es hacer una denuncia. Deja un mal sabor de boca.
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1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
6
Amor cubano
Básicamente la película es una historia de amor entre dos muchachos que tienen sus respectivas novias y cuya afición es jugar al fútbol. Pero el hecho de que sean dos jóvenes cubanos le permite al director darnos un ambiente característico de la Cuba actual donde las condiciones son precarias y las necesidades se tienden a cubrir como buenamente se pueda, y especialmente mediante la prostitución, sobre todo con extranjeros que visitan ese país sabiendo la facilidad que tienen para encontrar chicos jóvenes y guapos. Si dejamos aparte el drama amoroso, demasiado exagerado al final, Antonio Hens deambula por las calles y rincones de Cuba, por las casas, las cocinas, y nos ofrece una gran cantidad de planos casi documentales de lo que también es ese país caribeño. Los dos protagonistas tienen una gran naturalidad que el director potencia en los enfoques y en los maquillajes y consigue integrarlos en el ambiente que quiere retratar. Pero a Antonio Hens parece que le han gustado mucho esos dos muchachos y en muchos planos se aprovecha de sus cuerpos y caras para potenciar el erotismo, y eso es como aprovecharse de ellos, de los actores, como pueden hacerlo sexualmente los turistas que allí van expresamente por sexo. En este apartado de la historia Toni Cantó es la peor elección. No es una buena película pero hay que verla y sobre todo ver la Cuba que existe.
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1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
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