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287 Críticas de los usuarios

Críticas de los usuarios:
8
¿La menos coeniana de sus películas recientes?
Los hermanos Coen traen en esta ocasión toda una sorpresa para el que escribe. "True grit" no solo es una película notable, sino un ejercicio de estilo que se desvía de su estilo acostumbrado, aun conservando ciertos trazos de su esperpento característico.
En esta ocasión, los Coen se han lanzado a la relectura de un western clásico de Hathaway. La primera pregunta sería cuál de estas dos películas sale triunfante. No era fácil superar a Wayne en pantalla grande y, he aqui, la sorpresa, los Coen lo han conseguido. Jeff Bridges consigue la mejor interpretación que he visto de él. Se hace obligado en este sentido recomendar la versión original, aun a costa de no entender este inglés americano de medio-oeste. La grandeza de Bridges está a la altura del Eastwood de "Sin perdón" cuya referencia mencionan otros compañeros de FA con acierto. No osbtante, sería erróneo atribuir el éxito del film solo a Bridges. La clave del film es Hailee Steinfeld, la niña que motiva la aventura. Creíble, irónica, conmovedora, Heinfeld, es junto con Bridges, LA PELÍCULA.
Todo lo demás pasa a un segundo plano: el argumento es previsible, Damon no está a la altura, el trmao final cae un poco en ciertos estereotipos, etc.
El otro gran mérito del film consiste en su espléndido clasicismo estético. He aquí la ironía de los Coen en su grado más sutil. Haciendo un remake, los directores han apostado a ser más clásicos que el original, venciéndolo en su terreno, con una banda sonora espléndida y una fotografía por momentos de enorme lirismo. Los Coen podrían haber realizado una lectura posmoderna evidente y, sin embargo, han decidido hacerla elusiva.
Los únicos detalles coenianos explícitos se limitan a ciertas escenas violentas y el humor con que parodio tanto a Texas Ranger como al "True grit" (el duro de verdad).
Esta vez, los Coen han sido más Coen gracias a la sutileza de su ironía. Para quien esto escribe, este ha sido su gran acierto.
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164 de 206 usuarios han encontrado esta crítica útil
10
Los Coen y El Nota toman el Far West
Fieles a su anual cita con el séptimo arte, aquel que no dejan de glorificar con su presencia, se presentan los hermanos Coen con esta tragicomedia ambientada en el antiguo Far West. Subrayo lo de ambientada porque, de aquella salvaje y sangrienta época selecciona las características menos típicas y usadas en el cine, y nos la presentan como un mundo donde el Saloon, la prostitución, los jinetes pálidos o los sin nombre no tienen cabida. Sin embargo, los paisajes nevados, la mujer, el diálogo y el heroísmo poblan plano por plano las hermosas imágenes con las que, una vez más, nos engatusan hasta caer rendidos ante un talento que a medida que pase el tiempo se convertirá en legendario y digno de estudios y dossiers.

Ante la incipiente llegada de westerns crepusculares como El asesinato de Jesse James, Appaloosa u Open Range, los creadores de El hombre que nunca estuvo allí, dan las riendas de su poderoso caballo a una niña de 14 años que ha perdido a su padre a manos de un despiadado y estúpido asesino. En cualquier otra historia los cazarrecompensas irían como frías máquinas de matar a por su presa y su consiguiente paga extra. Aquí simplemente se limitan a cumplir con su trabajo sin más pasión que ganar unos cuantos dolares, vengan de donde vengan. Y no solo eso, sino que es la niña quien los contrata (por lo menos a uno de ellos) y, para más inri, los acompaña a la fuerz para proteger su inversión. Así es, el supuesto sexo débi se erige aquí en hilo conductor y a su vez, impulsor de la trama. Eso del cowboy solitario y callado ha pasado a mejor vida para dar protagonismo a una niña, un viejo borracho y un estricto Ranger de Texas. Ellos contra el asesino. Contra su banda. Contra la maldad. Contra el viejo y salvaje Oeste tal como Eastwood, Ford o Peckinpah lo concibieron.

Los hermanos parecen evolucionar en cada película su peculíar y único estilo cinematográfico con ese barniz tan europeo para, sin embargo, presentar después films profundamente americanos. De la buena mezcla solo salen excelentes resultados. Tecnicamente perfectos, aquí dan una lección de como introducir una historia y crear interés al espectador en tan solo 60 segundos con el escalofriante prólogo (por la parsimoniosa voz en off que nos pone en situación) acompañado de un torrente visual con aspecto formal de boceto hecho en carboncillo. Como ver abrirse una flor en primavera. Los personajes son presentados modelicamente y nos dejan anticiparnos a la personalidad posteriormente desarrollada de cada uno de ellos. Bridges, como siempre el mejor de la función(cuidado Colin Firth, igual tartamudeas de verdad en los Oscar), nos es mostrado por primera vez en una letrina escuchando tan solo su indescifrable habla a traves de ella, "ocupándose" de sus asuntos.

Sigo en spoiler sin ser spoiler por falta de espacio
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117 de 150 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
Oscar 2011
Llegaron los Oscar y con ellos las discrepancias de que si esta se lo merece y esta otra no y cosas por el estilo.

Y es que este año más que ningún otro la cosa estaba chunga, pues la diversidad de géneros y estilos hacían francamente difícil elegir la mejor peli, e incluso si me apuran hasta el director, los actores y hasta la música.

A quién le guste lo diferente seguro que hubiese votado por “Cisne Negro”, el que apueste por la corrección, la puesta en escena impecable, y actores con empaque elegirían “El discurso del Rey”, los modernetes se decantarían por esa buena película que es “La red social”, los amantes de la Ciencia Ficción por la complicada “Origen”, y finalmente a los que nos gusta el cine de toda la vida votaríamos sin duda por “Valor de Ley”, pues pensamos, con razón o sin ella, que es la única de todas, pese a no haber olido un solo Oscar, que pasará a ser todo un clásico.

Con la dirección más de lo mismo, se han juntado en la misma gala de los Oscar todos los monstruos del cine actual: Los Coen, Nolan, Fincher, Aronofsky, Boyle, etc.etc. Lo cual hacia complicadísima la elección, cualquiera que se hubiese llevado la estatuilla se lo habría merecido. Yo me quedo también con la dirección de los Coen, no vehementemente, pero si convencido, la cadencia que tiene “Valor de Ley” no la tienen las demás, ni tampoco consiguen captar el interés del espectador durante toda la proyección como este film.

Donde ya discrepo, y bastante, es con la elección de Colin Firth como mejor actor, y con esto no digo que lo haga mal ni mucho menos, simplemente me parece genial la actuación de Jeff Bridges en, de nuevo, “Valor de Ley”, de Colin se olvidará todo el mundo cuando pase la moda de esta correcta película inglesa y nadie se acordará de su actuación, en cambio la de Jeff creo que ha pasado de forma inmediata a la historia del cine.

De acuerdo totalmente con la elección de Natalie, no había otra, y de Bale, que está perfecto en su papel de ex boxeador drogata, aunque vuelvo a ser pesado y los pocos minutos en los que sale Barry Pepper (ni siquiera nominado) en “Valor de Ley” son de un nivelazo que hace sombra hasta a la soberbia actuación de Bale en “The Fighter”.

Como veréis se me ve, y mucho, el plumero, para mi, respetando todos los gustos, la mejor peli del 2011 es la que no se ha llevado ni una sola estatuilla. Y la creo la mejor debido a que, aparte de todo lo dicho anteriormente, es la única verdaderamente redonda y que he visto ya en dos ocasiones y ni me he enterado, amena, divertida, con muy buenos actores y con un toque de los Coen de esos que hace que sea una peli diferente al resto, creo que estamos ante un nuevo clásico, pese a la opinión de los señoritos de Hollywood.
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72 de 93 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
Y con un chispazo de genio, los Coen resucitan el western
Cuando parecía imposible que alguien realizase un western realmente memorable en la actualidad, no sólo hemos recibido uno, sino dos estimables propuestas que recogen la semilla sembrada en intentos anteriores loables pero no del todo sólidos (Open Range, 3:10 to Yuma, The Proposal). Ambos de 2010 y salidos de tierras norteamericanas. Kelly Reichardt elimina todo lo que es innecesario y deja la esencia, convierte la épica en lírica, hace avanzar el género hacia el terreno de la aventura, física y espiritual, en su "Meek's Cutoff". Y son los hermanos Coen, que en el pasado ya resucitaron géneros como el cine negro (Blood Simple, Miller's Crossing, Fargo) e incluso juguetearon con el western (No Country for Old Men) los que ahora llegan para dar un puñetazo sobre la mesa y dejar las cosas claras. Lo que los hermanos han hecho con "True Grit" es recoger la semilla de la novela de Charles Portis y darle vida propia, haciéndonos al mismo tiempo olvidar la (muy inferior) primera adaptación protagonizada por John Wayne.

Es "True Grit" una película sobria, calculada con precisión de cirujano, rodada por un par de cineastas en estado de gracia. Un equipo que tras dos comedias estimables pero alejadas de sus mejores trabajos (Burning After Reading, A Serious Man) han decidido hacer algo más serio, en la línea de su oscarizada "No Country...". Sacrificando en parte su "estilo Coen", si bien pueden encontrarse ciertos detalles que son 100% de su cosecha, lo que encontramos aquí es el ADN y la fuerza del género fusionados un largometraje de poco menos de dos horas. Una dirección sobresaliente se ve redondeada por unos valores técnicos para caerse de espaldas: Carter Burwell entrega una partitura brillante, y el trabajo del director de fotografía, Roger Deakins, es simplemente soberbio. Las interpretaciones son de altura: Bridges (imprescindible en versión original) da una clase de cómo interpretar a un personaje peculiar sin caer en los excesos, la debutante Steinfeld enamora a la cámara, y los secundarios están realmente bien: Damon, Pepper y sobre todo, Brolin, que afortunadamente con apenas cinco minutos en pantalla nos hace olvidar su triste aparición en la terrible "Jonah Hex".

Sacrifica "True Grit" un poco de ese humor "coeniano" que alguien echará en falta, pero que tal cual está tratada la historia yo no veo para nada necesario. Es sobria y se incluye dentro de la tradición de esos trabajos recientes de directores superdotados, que deciden mirar al pasado sin doblegarse ante las viejas fórmulas.

(sigue abajo, sin ningún tipo de spoiler y/o destripe argumental)
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46 de 54 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
El tuerto es el rey
No soy muy adicto a las pelis del oeste y del término spaghetti-western solo me quedo con la primera palabra a la bolognesa. Pero esta cinta me ha gustado.

Me ha gustado por la estupenda dirección, que sin tener el sello Coen, se nota que está realizada por unos directores de la talla de los Coen. Con una narración más clásica que recuerda a la genial No Es País Para Viejos y con una BSO que vuelve a escarbar en lo más hondo de la cultura americana de época, como ya hicieron en O Brother! y alguna más.

Me ha gustado porque sale Jeff Bridges, y porque Jeff Bridges es El Nota, y porque me gusta verle en pantalla hasta vestido de piconera. Aunque en V.O. no se le entiende una papa y parece que le han vaciado un bote de Refflex en la lengua, su actuación es para enmarcar.

Me ha gustado porque Matt Damon cambia totalmente de registro y a lo tonto se está labrando una carrera más que interesante.

Me ha gustado porque la chavalita Hailee Steinfeld carga sobre su inexperta espalda todo el peso de una película de los Coen, lo cual son muchos kilos, y lo hace muy convincentemente aunque su personaje resulta un poco cargante a veces, a lo Ellen Page en plan "aunque acabo de tener mi primera menstruación tengo un catálogo de respuestas ingeniosas que te dejarán con dos palmos de narices"

Me ha gustado porque Josh Brolin y Barry Pepper consiguen en el poco tiempo que aparecen en pantalla que haya deseado que la peli durara una hora más para poder ver más de sus personajes.

Me ha gustado porque se siente el polvo del camino, el frío del desierto y el olor a pólvora. Porque consigue hacer más atractivo a un paleto borracho en caballo con pistolas oxidadas que a los guaperas con armas semiautomáticas, potentes bólidos y trajes de Armani. Porque se puede contar la típica historia de venganza con su típico desarrollo y su típico final y disfrutarla completamente.

Y por último me ha gustado porque sale Jeff Bridges, y porque Jeff Bridges es El Nota, y porque me gusta verle en pantalla hasta vestido de piconera.
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55 de 73 usuarios han encontrado esta crítica útil
6
El valor de los Coen
Después de ver 'Valor de ley' de los hermanos Coen, lo primero que me propuse hacer después fue ver 'Valor de ley' de Henry Hathaway (1969). Asignatura pendiente. Deberían pasarla en sesión doble, para compararlas. Una vez lo hice con 'La Jetée' y '12 monos' y el resultado fue espléndido. Ahora, para ver eso habrá que esperar a que alguna avispada cinemateca lo ofrezca. En realidad, debería haberlas visto en inverso orden, pero resulta que los Coen me dejaron algo mosca, para nada insatisfecho, pero sí como pensando: Esto se queda un tanto blando. Deja la sensación de que es demasiado correcta para lo que podrían ser capaces de hacer estos geniales cineastas.

De este modo, claramente había que revisar el western de 1969 en el que se habían fijado los Coen, por mucho que estos se empeñen en decir que no se trata de un remake y lo que a ellos interesaba era la novela de Charles Portis. Porque no hablamos de cualquier western pasado de los sesenta. Se trata de la cinta que le valió el Oscar a John Wayne, el único que posee. Un actor al que nunca he admirado pero desde luego que a todo aquel que le guste el cine ha de respetar. Y es que no es necesario hacer un exhaustivo découpage para darse cuenta de que son dos películas francamente similares. Salvo el principio y el final que cambian, marcados en la de los Coen por la voz en off de la joven Hailee Steinfeld (todo un descubrimiento), además de una serie de matices que envuelven y otorgan al conjunto una valía a la que me refiero como “el valor de los Coen”. También, un tono oscuro y sombrío envuelve a la cinta, frente a la candidez que se respira en su antecesora. Resulta extraño que estos tipos no contaran todavía en su filmografía con un western, y al verlo por fin queda patente que ese estilo tan peculiar y distintivo casa a la perfección con este género resucitado y hasta rejuvenecido en muchos aspectos. Por eso, surge la duda de si un western firmado por los Coen de similar factura y con idénticos actores, podría haber sido sencillamente genial con un argumento completamente innovador. Y tratándose de un remake, una revisión o como se quiera llamar, se queda en un más que noble trabajo pero no entre sus más grandes obras.

Asimismo, el personaje de Jeff Bridges está a la altura, El Nota vuelve con sus viejos amigos, se le da aún mayor acento demacrado y es el que desprende el aura coeniana siempre presente. El ranger LaBoeuf (Matt Damon) tampoco se queda corto en lo que a raíces de sus autores se refiere, y el que sí que defrauda enormemente es el villano, al que interpreta Josh Brolin. ¿Todo ese periplo para cazar a semejante bobo? Ciertamente, venía así de fábrica.

(continúa en el spoiler por falta de espacio...)
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64 de 92 usuarios han encontrado esta crítica útil
9
Aún cabalgamos
Digamos que el cine de la pareja Coen nunca ha terminado de convertirme a ese club que parece proliferar de adictos al "todo lo que hacen es una obra maestra". Incluso las soberbias tres cuartas partes de "No es país para viejos" las vi diluirse hacia el final dejándome un poso a pequeña decepción.

Pero esta vez sí que sí... ¿Quién me lo hubiera dicho? Yo que por principios siento aversión a lo que huele a remake, y precisamente con la adaptación de una novela clásica del western escrita por Charles Portis a la que ya se enfrentó hace la friolera de cuarenta años y con buenos resultados Henry Hataway junto al legendario John Wayne en el papel que le valió a este último el único Oscar de su carrera.

Los Coen cogen el toro por los cuernos y dan una lección cinematográfica de principio a fin. Exploran con eficacia un espíritu inédito del original novelado, y sin prescindir de pinceladas de humor, dan a sus personajes un sentido más dramático, crean una ambientación donde la composición de los planos se hace cercana al interior de los protagonistas y la puesta en escena bella a los ojos del espectador. Desde la sutil primera secuencia de introducción, pasando por escenas de duelos con originales tomas mostrando una perspectiva general, planos donde el paisaje y la nieve llenan de melancolía la pantalla, y un final intenso antes del epílogo rodado fundamentalmente con planos cortos sobre un fondo estrellado que desembocan en un fotograma muy semejante al del inicio: una casa y una luz tenue en la oscuridad de la noche.

La dirección de actores, como es habitual en el cine de los dos hermanos, se nota bastante trabajada. Fruto de ello, intérpretes de reparto como Matt Damon, Josh Brolin y otros secundarios de breve papel, aparecen impecables en su realismo. Jeff Bridges encarna un Rooster Cogburn tan merecedor o más de elogios y premios como el mismo Wayne; y por encima de todo descubrimos a una joven actriz -Hailee Steinfeld- sobre la que cae el mayor peso de protagonismo, hilo conductor de la historia, siendo su personaje de la adolescente Mattie Ross encarnado intensamente y subrayando todo aquello que la define: descaro, valor, arrojo, elocuencia..., dentro de una niña que termina haciéndose simpática y entrañable tanto para sus compañeros de viaje -incluidos algunos malos de la peli- como para quien desde la butaca asiste a otro de esos westerns modernos que dejan claro que el género no sólo no ha muerto sino que de vez en cuando aún resplandece.

Cabalga y no te detengas hasta reventar..., camina hasta tu último aliento..., no dejes que la noche se lleve lo que más quiero.
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43 de 54 usuarios han encontrado esta crítica útil
5
Genial Bridges, pero la película no aporta nada
Es verdad: Bridges lo borda. Y SE HA DE VER en versión original. La voz del actor es lo mejor de toda la película.
Por lo demás, no vale nada. Los personajes se presentan prometedores: la niña, el Damon... pero después se quedan ahí, como meras comparsas de un inconmensurable Bridges que, desgraciadamente, no tiene guión para poder rascar más.
Efectivamente: la película no aporta nada: no hay conflicto, ni evolución, ni ninguna de las reflexiones maravillosas que los geniales Coen siempre obligan a extraer de sus películas.
Si olvidamos que son los Coen, y esperamos que pasen un par de años, esta película habrá desaparecido.
Cuando pienso en "El hombre que mató a Liberty Valance", o "El último tren de Gun Hill", me pregunto dónde nos perdimos.
Últimamente se rellena la falta de ideas con planos imposibles, cámara lenta y mucho sudor. En "Valor de ley", ni siquiera hay eso.
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68 de 107 usuarios han encontrado esta crítica útil
9
El western les sienta bien
El eje de esta atrapante historia no es otro que la búsqueda de justicia en el sentido primordial del "ojo por ojo", como anticipa la cita bíblica de los proverbios que antecede al film: "Huye el malvado sin que nadie lo persiga; mas el justo está confiado como un león".
No es la primera incursión de los Coen por el cine que los antecedió, pero sí es la primera vez que revisan un western clásico y, como la mayor parte de su obra oscila entre una visión nihilista del mundo actual y una desencantada del pasado, aquí sorprenden con una ética propia del género clásico y un sobrio sentimentalismo, siempre contenido pero presente. Es un film de grandes interpretaciones, con planos cuidados y una estética admirable, donde se respira algo más que el olor de la pólvora.
La esencia del western aparece en esta búsqueda de justicia liminar, en que la violencia no podía faltar, aunque en una menor medida de la que nos tienen acostumbrados. Se desvía de ello, aun conservando ciertos trazos de su esperpento característico pero más atenuados.
El hilo conductor y mucho del interés dramático están puestos en la fragilidad inquebrantable de la púber que motiva la aventura: creíble y conmovedora en su insobornable determinacion de justicia, mientras que en la version precedente anterior, el protagonismo era acaparado por Cogburn-Wayne.

Es cierto que un tono mas sombrío envuelve a la cinta, frente a la candidez que se respira en su antecesora. La película habla de la muerte, de como asumirla y como superarla. Una adolescente que se forma y transforma en una búsqueda que la marcará para siempre. En eso se aleja de la impresionista adaptación de Hathaway y se acerca o aporta algo más de leyenda oscura y un humor más escondido pero presente en las chanzas entre la dupla de ayudantes rivales complementarios porque se necesitan. El "ranger" de Texas con su moralidad rígida y estructurada contrasta con el avejentado y tuerto marshall de los Estados Unidos, que aun así es capaz de superarlo.
Pero sobre todo y ante todo, los Coen plasman momentos inolvidables y personajes como para figurar en los mejores puestos de una galería del género. Clásico en sus encuadres, puntos de vista, diálogos, tempo narrativo y demás, "True Grit" rezuma lirismo y méritos como para que guste a un público no solamente limitado a los fans del western o a los seguidores de los Coen.
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33 de 41 usuarios han encontrado esta crítica útil
4
Decepción
Vaya por delante que me encantan los Cohen. Y que mi película preferida de todos los tiempos es El Gran lebowski.
Dicho lo anterior esta película no me ha dicho nada. Nada de nada. Y después de haber leído tanto, salí del cine con la sensación de no entender como ha podido dar tantos titulares, tantas nominaciones.
Empezando por el principio, no me gusta nada la historia de esa "sabionda" que en el Oeste se abre camino. Seamos serios, no hubiera durado dos días. Los primeros 45 minutos se me hicieron aburridos, tediosos, llegué a casi dormirme. El personaje de Matt Damon es infumable. El Gran Nota Jeff Bridges está sobreactuado y es una de las pocas pelis en las que no le veo bien. Josh Brolin también fatal. Como eché de menos su interpretación en No es país para viejos...Y el sumún de las tonterias, es la escena de las serpientes en la cueva. Tampoco la fotografía me gustó en absoluto, con ese exceso de luz...
En fin, para mi un gran fiasco. Les recomiendo a los Cohen que antes de hacer el próximo western vean un par de veces Sin Perdon a ver si se inspìran...
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37 de 52 usuarios han encontrado esta crítica útil
9
La voluntad y el desencanto.
La nueva propuesta de los hermanos es una obra especialmente romántica, entrañable, atractiva y curiosa en cuanto rinde homenaje a la original de Henry Hathaway. Una muchacha, como sacada de la estampa de Emily Dickinson, busca la complicidad de un viejo sheriff para vengar la muerte de su padre. El recurso del viejo sheriff y la joven cabezota emparejados en una difícil misión no puede fallar, y aquí lo demuestra con toda la fuerza de unas actuaciones llenas de complicidad. Un ranger de Texas les acompañará y el equipo estará formado.

Ese viejo sheriff es una leyenda viva, un personaje digamos que desencantado, pero una leyenda viviente. Nada que objetar por parte de la dirección para disfrutar de un personaje lleno de matices clásicos del viejo oeste. La figura del ranger de Texas tendrá el cometido de mediar entre ellos, también mediará en la edad y en la acción y el trío consigue una interactuación perfecta. Una empresa en la Tierra salvaje no es cosa de dos. Los fuera de la ley es otro apartado a valorar por su gran realismo. Aquí todo es meritorio: gestos, vestuarios, ambiente...

Toda la historia forma parte de un profundo romanticismo (la frase final: "El tiempo se nos escapa" es contundente y lo certifica). Hay un aire incesante a viejo Oeste, unos rostros de auténticos y la atmósfera tristona es la de un mundo en descomposición que parece ir desapareciendo por caduco y violento. La historia es más que suficiente para saborear un clásico western sin absolutamente nada que reprochar. Si te gustó la primera, este remake también te gustará.
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32 de 42 usuarios han encontrado esta crítica útil
5
Leyendas de tostón
Al principio "Valor de ley" parece que va a ser una película de las buenas. Suena una preciosa versión instrumental del "Leaning on the everlasting arms", que inmortalizara Robert Mitchum en "La noche del cazador", pasa el tren ¿qué sería del Oeste sin el tren? y una evocadora voz femenina promete contarnos una de esas fábulas pertenecientes al tiempo sin tiempo del "far, far away".

Al poco, una niña feroz, bien interpretada por Hailee Steinfeld, se adueña resueltamente de unas cuantas escenas hasta aparecer Jeff Bridges en ese registro arrastrado y pasota que lleva rindiéndole pingües beneficios desde el Nota y bueno, aquí niña y zarrapastroso se tiran la pelota protagonista durante el resto de la película, sin que quede muy claro cuál de los dos acaba quedándosela.

Empiezan los chascarrillos, los personajes cutres (MATT DEIMON -dígase con la entonación de Team America) y la aventura propiamente dicha y todo se va a la mierda (literalmente). Niña y hombres cabalgan no por un paisaje, sino por una postal; al rato alguien se confude de guión y sale un beórnida ofreciendo hechizos. La niña lleva incrustradas las trenzas, coño, no se le despeina un pelo. Y venga postales. ¿Encuentran al malo maloso? Me empieza a importar un cuerno.

A los Coen les encanta esta historia, les encanta el concepto de resucitar el western y seguramente se encantan el uno al otro, que para eso son hermanos. Se nota. Quisieron haber hecho una película épica e incluso poética y les salió algo peor que un churro: una película de Edward Zwick.
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35 de 51 usuarios han encontrado esta crítica útil
5
Revisitando los clásicos pero sin lucidez.
Película de factura impecable, claro... pero fuera de eso el guión es tópico, las escenas mil veces vistas y los personajes típicos y tópicos del western.
Falta dramaturgia, ideas que transciendan la mera imagen o el escaso hilo narrativo... falta alma, dolor, fuerza y vigor... casi nada...
¿Qué sentido tiene realizar un western así, hoy en día?
Si consigue algo este film es que echemos de menos anteriores western de Jonh Ford, Sergio Leone, Eastwood y hasta el mismísimo film de Henry Hathawai en el que se basa... y claro al inimitable Jonh Wayne.
Una pena... podía haber sido un gran film... pero falta visión, plan y lucidez.
Otra vez será. ¡O no!
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36 de 54 usuarios han encontrado esta crítica útil
10
La poesía y el amor que surgen de la muerte
Comienza y acaba con muertos de profunda carga sentimental, con una carga lírica que no crea angustia porque la poesía se ha instalado desde el primer momento hasta estallar en una media hora final en la que los Coen alcanzan un nuevo estrato magistral dentro de su maestría habitual: treinta minutos en los que marcan la diferencia con la película original y con el propio western al que rinden homenaje, pues consolidan su estilo singular, mezcla rara de cine negro urbano y crepuscular aventura del Oeste, donde en medio de la sordidez y la crueldad estallan simgulares sentimientos entre un hombre viejo y una chica de 14 años.

Obra maestra en la que Jeff Bridges realiza, una vez más, una creación con detalles conmovedores y Hailee Seinfeld compone esa criatura fría y admirable, arquetipo muy evolucionado de las duras mujeres de aquel mundo desesperante pero nunca desesperado.

Josh Brolin da grima con su singular combinación de tipo carroñero y desvalido; Matt Damon es el educado Ranger de Texas con varias escenas de lucimiento.

En un marco de cuidada creación, la banda sonora de Carter Burwell y la fotografía de Roger Deakins se unen a la producción ejecutiva de Steven Spielberg talentos muy presentes: no hay un solo instante en que no tengamos la sensación de estar ante una obra de arte.
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20 de 22 usuarios han encontrado esta crítica útil
6
Esos tres (II.- El asesinato de Frank Ross por el cobarde Tom Chaney)
El cambio de parche en diferente ojo en el rostro de Rooster Cogburn da pistas suficientes para indicarnos que la adaptación de la novela de Charles Portis va por diferentes derroteros que “Valor de ley” de Henry Hathaway. Hay un cambio de punto de vista.

Se pondrá de ejemplo la transformación de los Coen de libreto de Marguerite Roberts como ejemplo de economía narrativa y hábil recreación de un género. El punto de vista, la voz en off, la adaptación del tono donde habitan nuevos caminos… Y precisamente el guión de los creadores de “No es país para viejos” invita hacía nuevas vías de escape pero debería recuperar más la locura de “Arizona Baby” o adentrarse en el surrealismo de “O Brother!”. Tal vez el texto impuesto haya que entenderlo como una base no como una recreación figurada en los conceptos mercantiles habituales de una industria que se muerde la cola, cual serpiente, sin saber que se está envenenando a sí misma…

Desde luego la economía narrativa se impone desde el arranque, donde una galopada y voz en off dejan fuera al ‘cobarde’ Tom Chaney, y en el que aparecen sutiles puntualizaciones sobre la comedia negra en algún genial gag y risa por ahorcamiento. Esto es un western de tono clásico con pluma contemporánea. Convivir con los muertos parece ser el primer precio que tiene que pagar Mattie Ross desde un excelente arranque donde se nos presenta esa lucha de egos de la propia niña lista, impertinente y catalizadora de esa relación imposible de Rooster Cogburn y La Boeuf.

Lo interesante es el uso del gran plano general y el personaje reducido a lo minúsculo como elemento de ponderado suspense. Vemos y escuchamos unos disparos pero aquella miniatura que representa al personaje permanece impasible. ¿Caerá o seguirá en pie? Primera ley del suspense expuesta en la distancia pero con la clase y categoría de los guionistas de “Muerte entre las flores” puesta sobre una mesa llamada talento: aquí todo está justificado, hasta un plano cenital desde la mirada de una Mattie en la cima de un árbol, por ejemplo.

Hay nieve pero no es “Fargo”, aunque los blancos copos son pasajeros y acompañantes del viaje. El tono sucio, los personajes descuidados repletos de podredumbre y polvo. De arena, pasado y una voz, la de Cogburn, que aplasta a la narradora, punto de vista y motor de la historia, en el nudo de la película.
Efectivamente, el tiempo sólo se aleja de nosotros pero la búsqueda del recuerdo para convertirse en el punto de inflexión del notable cierre. Hay un viaje final bajo proyecciones tan bello y lleno de sacrificio. Tal vez la vida que nos dibuja “Valor de ley” sea de elecciones acertadas y desatinadas, de consecuencias impredecibles y previsibles, de caminos escogidos sin salida en recónditas rutas humanas de lo que fue y nunca será.
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32 de 47 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
Una película seria
Los Coen están de vuelta con un western. Partiendo de la base de que el género me gusta y de que los directores son de nivel, no había fallo posible. La obra es un remake de la película homónima de 1969 protagonizada por John Wayne. No la he visto así que no puedo hacer comparaciones entre las 2.

Vamos a la película, tenemos a una muchacha de 14 años cuyo padre ha sido asesinado por Tom Chaney (Josh Brolin), y para ello se hace con los servicios de un viejo sheriff (Jeff Bridges), con la ayuda también de un Ranger de Texas (Matt Damon). Sólo faltaba que el Ranger se hubiese llamado Walker para tener la nota cómica. Y ver a Damon con mostacho se hace curioso.

Todos ellos sin duda grandes actores, aunque sin duda no hay que olvidar mencionar el nombre de la chica protagonista, Hailee Steinfeld que es la que más aparece en pantalla. Aporta vitalidad y serenidad a partes iguales, haciendo que un personaje de 14 años parezca alguien mucho mayor en cuanto a cabeza.

A pesar de un inicio un poco lento, todo cambia en cuanto se ponen marcha en busca de venganza. Es entonces cuando la esencia del western aparece. Algunos buenos diálogos, una buena fotografía y una estupenda banda sonora (sobretodo la canción interpretada por la chica, no sé quién, que cierra la película) ayudan a elaborar un producto sobrio que no llega a ser redondo.

Viendo la película en versión original, como bien ha comentado Juanma, es complicado entender lo que dice Bridges. Por ello hay que fiarse de los subtítulos, no me enteré de casi nada de lo que dijo. Aún así se disfruta bien. Y la violencia no podía faltar, aunque en una menor medida de la que nos tienen acostumbrados.

Unas buenas actuaciones, un guión no muy original pero tampoco malo, y un interesante sabor a western hacen que esta obra cumpla y sea bastante digna de ver, aunque sin llegar a niveles superiores de calidad.
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23 de 29 usuarios han encontrado esta crítica útil
2
Y sigue y sigue mi trágica historia de desamor con los Coen brothers.
Vuelvo a intentarlo con un Western, a pesar de no ser género santo de mi devoción, pero la peli tiene estupendas críticas, y además tengo un reto personal con los Coen: busco constantemente otro gran Lebowski, reconozco que con escaso éxito hasta el momento. Total, que me atrevo a hacer westing y tiro palante.

Como era de prever, los Coen hace tiempo que olvidaron a Lebowski, o que intentan resucitarlo sin fortuna. A Bridges le pasa lo mismo; quiere perpetuar al Nota pero no le funciona. Únicamente Matt Damon hace algo medianamente distinto pero tampoco provoca orgasmos.

En definitiva, una historia que, por otro lado, es la misma historia mil veces contada antes en mil películas del Oeste: se buscan forajidos, los forajidos son muy malos disparando y los que los buscan son buenísimos. Un montón de tiroteos y sólo caen de un bando. Éste es el esquema básico del Far West.

Bueno, en esta peli algo distinto sí que hay: una niña, que está a medio camino entre Lisa Simpson y Fidel el de Aída y que se supone que es el elemento diferenciador respecto a las cientos de películas del Oeste que la preceden. Del personaje de la niña sólo puedo decir una cosa: ya sí sé que soy capaz de matar.

En fin, me temo que el Western seguirá siendo un género perfectamente prescindible para mí. Y que mi reto con los Coen también permanecerá intacto por los siglos de los siglos.

Hasta el próximo castañazo, amigos.
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26 de 36 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
Un oso a caballo
'Valor de ley' es la mejor obra de los Coen desde 'Fargo', incluyendo aquella algo sobrevalorada (aunque magníficamente rodada) por la que les dieron tantos Oscar hace tres años. Un peliculón muy disfrutable, maravillosamente escrito, interpretado y flmado. Y ni que decir tiene que el mejor western desde la magistral 'Sin perdón'.

La magnífica ambientación, las imágenes del gran Roger Deakins, la elección de escenarios y localizaciones naturales, y el tono que los Coen otorgan a la narración, provocan que se respire el sudor, la sangre, el barro, la arena, la mugre, la pólvora... Y todo en un relato salpicado de un agradecible humor irónico y muy tipicamente coeniano, con secuencias e imágenes sorprendentes (el ahorcado en el árbol, el "oso" a caballo, los tiroteos en la cabaña...), excelentemente tratadas y planteadas, que hacen disfrutar más si cabe este espléndido western, que resucita el género como lo hizo a principios de los noventa la obra maestra de Clint Eastwood.

En cuanto al reparto, Bridges da mucha presencia (física y de carácter) a un buen personaje ya desde el guión, que tiene mucho ganado por su fuerte y peculiar personalidad; y la jovencita Hailee Steinfeld (que tal como aparece caracterizada se diría que va disfrazada de Miércoles Addams) es toda una revelación y se gana también al espectador con su expresiva mirada y la fortaleza de su carácter, gracias al cual tiene la firme determinación de dar caza al asesino de su padre. Ambos son los personajes fundamentales de la película y consiguen captar la atención en todo momento. Damon, Pepper y Brolin cumplen sin más en papeles secundarios.

No se han producido muchos westerns en las décadas recientes, pero este es digno de las grandes obras del género en el pasado. Si la proyectaran en el cementerio donde se encuentren John Ford, Howard Hawks o Sergio Leone, estos ilustres fantasmas sonreirían, complacidos de que se sigan haciendo tan buenos westerns. Y mejor que sea así, con cuentagotas, para que la saturación no nos impida disfrutar como se debe de ellos, a modo de recuperación sentimental del género por excelencia del cine norteamericano.
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17 de 18 usuarios han encontrado esta crítica útil
3
El universo de los cinéfilos
Sin duda no quiero ser cinéfilo y seguir siendo un espectador más.

Y lo digo esto porque es extraño esto de los cinéfilos intelectuales, ya que están forzados a proclamar obras maestras a cintas pobres, por el mero hecho de ser directores de culto. Por lo visto decir que una película de los hermanos Coen es mala , le hace pertenecer a una división inferior de críticos del 7º Arte, disminuyendo inevitablemente su coeficiente intelectual.

Sin duda obras como el Gran "Nota", Fargo , No es País para Viejos... son peliculones dignas de ver y disfrutar, pero True Grit es mala. No pasa nada por decirlo. No pasa nada por sentarse en una butaca de cine y apreciar un largometraje sin miedo a bajarnos nuestra nota de coeficiente intelectual. Solamente disfrutar si es buena y avisar con nuestras críticas a posibles víctimas cuando es mala. Cosa que últimamente no me está sucediendo por culpa de estos pseudointelectuales.

La interpretación de la Niña y del Nota, es lo que salva la película, que no olvidemos es un Remake que no cuenta nada nuevo.

Si esta película no llevara escrita la palabra Coen en su portada, la de estrellitas (valoración) que volarían al universo de los cinefilos.
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17 de 20 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
Agallas
“Dead man”, “Open Range”, “El tren de las 3 y 10”, “El asesinato de Jesse James por el cobarde Robert Ford”, “Appaloosa”… Y ahora, “Valor de ley”. Todas ellas han sido estrenadas, en su momento, bajo un mismo lema: “El mejor western desde Sin perdón”. Y todas ellas son, efectivamente, buenos westerns. La cuestión es que —sensibilidades y preferencias al margen— ninguna de ellas es incuestionablemente mejor que las demás. Y quizás por ello la sempiterna referencia a “Sin perdón” continuará en vigor, a mi juicio, hasta que un nuevo western acredite los redaños y la trascendencia necesaria para que dejen en paz, de una puñetera vez, al sobadísimo título de Eastwood.

Aún así, si en algo destaca “Valor de ley” respecto a las demás es, sin lugar a dudas, por la dirección de los hermanísimos Coen. Dos cineastas que nada les queda ya por demostrar y que, sin embargo, han decidido abordar su primer western con un respeto por el género francamente encomiable. Algo que se traduce en cierta contención respecto a esa ironía y humor negro que les caracteriza y, sobre todo, en un planteamiento narrativo de impecable corte clásico convenientemente aderezado, eso sí, con algún que otro destello de profunda y genuina raigambre peckinpahiana.

Siete dignísimas estrellas, pues, para un ameno western que no le pierde la cara en absoluto al de Hathaway y que, más allá de la venganza como pretexto argumental, constituye fundamentalmente una brillante descripción de dos personajes con un gran peso específico: Rooster Cogburn y Mattie Ross. Dos personajes tan interesantes como bien interpretados que, pese a sus notorias diferencias, sobrados van de lo que a muchos les faltan: agallas.
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15 de 16 usuarios han encontrado esta crítica útil
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