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63 Críticas de los usuarios

Críticas de los usuarios:
9
Nicole is back!!!
Durante un par de años he tenido que soportar burlas, comentarios, incluso gente que me ha traído revistas de su casa (¡!) para enseñarme que lo mío con Nicole Widman es fanatismo y no realidad.

Ahora, tras terminar de ver Rabbit Hole (Rabbit Hole, 2010) puedo volver a levantar la barbilla, entornar los ojos y mirar de frente para decir: ADORO A NICOLE KIDMAN.
Nicole es dueña y señora de la cinta, te absorbe, te atrae, te contagia en su contención, lloramos con ella, nos estremecemos con sus desgarros, sonreímos cuando lo hace y nos pesa en el alma cada una de las palabras que pronuncia. No ves a Nicole Kidmna interpretar, ella es el personaje, ella sabe dar cada matiz sarcástico, irónico, frío, doloroso. Es un personaje complicado pero ella sabe dar cada mirada y cada gesto en el momento preciso para otorgarle una gran profundidad y complejidad.
Ha vuelto a hacerlo, ha vuelto a gritar entre sollozos, a coger aire con ese timbre tan particular que tiene, ha vuelto a ser ese alma frágil y esa mujer elegante con la piel más bonita del mundo. Nicole Kidman ha vuelto y Rabbit Hole es un recital interpretativo de los que solo una actriz que merece pasar a la historia puede hacer.

La película trata sobre la superación de la pérdida de un hijo por un matrimonio de clase media-alta. Pero no es un drama al uso porque mientras el marido intenta afrontarlo como la sociedad espera y se niega a perder el recuerdo de su hijo, ella parece por momentos querer olvidarlo todo y simular que no ha ocurrido, que su hijo no ha existido. Pero son todo lecturas que yo saco porque el filme rueda y eres tú el que va sacando las lecturas del viaje que te propone.

El otro gran tema de la cinta es la búsqueda de consuelo tras una pérdida: los grupos de terapia, la religión, la familia, experiencias similares, el cónyuge… cada uno busca el alivio en un lugar diferente.

La película trata sobre el dolor y esto no es sencillo de explicar.

El guión se basa en una novela ganadora del Pulitzer que por supuesto no he leído y que no tendría inconveniente de hacer ahora, tiene unos diálogos muy sabios, muy estudiados y muy profundos; y sin en embargo nunca cae en el maniqueísmo o en la pomposidad. Está en la barrera, pero que en gran media es por lo bien dirigida e interpretada que está.
Hay más que apreciar sobre el guión y es lo bien sembrada que está la información, la forma en la que te vas enterando de quién es quién y qué relación tiene en la historia sin explicaciones absurdas sino avanzando hacia delante la historia. Como lo hace la vida (que se nos muestra en una escena de manera muy pulcra).
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68 de 78 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
Malas Hierbas
No sé si el drama americano actual pasa bajo la atenta mirada de “American Beauty” de Sam Mendes aunque el arranque de “Rabbit Hole” y presentación de su personaje principal, Becca (Nicole Kidman), puede recordar a Carolyn (Annette Bening) cuidando su jardín. El orden e imagen familiar vive en esas plantas perfectamente cuidadas… pero las de Becca están en un estado ‘embrionario’. Algo falla… y más cuando un ‘invitado sorpresa’ te mata una de ellas delante de tus ojos. Toca arrancar lo que se ha convertido en una mala hierba… aunque la que tiene clavada el matrimonio protagonista del filme de John Cameron Mitchell es penetrante y enraizada hasta lo más profundo del corazón.

Siempre he sentido fascinación por estos dramas de matrimonios al borde del abismo por la muerte de un hijo. “La habitación del hijo” de Nanni Moretti, “En la habitación” de Todd Field, “Todo sobre mi madre” de Pedro Almodóvar o “Barry Lyndon” de Stanley Kubrick son algunos de esos ejemplos. Y en todos ellos siempre me atraído, desde un punto de vista dramático, la devastación terrible a la que son sometidos sus protagonista. Todavía extraña más la dirección a cargo de John Cameron Mitchell después de sus devaneos erógenos y orgásmicos en “Shortbus” y la genial “Hedwig and the Angry Inch”. “Rabbit Hole” no tiene nada que ver con las anteriores pero en menos de una década el director ha sorprendido con cada proyecto en un fascinante rara-avis. El cartel, eso sí, nos avisa: veremos a una calidoscópica Nicole Kidman en diferentes estados emocionales. Pero una vez dentro de la madriguera vemos un extraño hilo en el montaje, con forma de dibujos, que funciona como vaso comunicante con un gran todo. No es que hable del perdón sino del perdón universal para seguir adelante. Un agujero negro existencial que traza el averno de lo desconocido y del que sólo se puede salir mediante la religión o la ciencia, mediante la fe de creer en algo externo que dote de sentido la desgracia.

Es curioso como los personajes de la burguesía americana acometen a su época de la preparatoria o primeros años universitarios ante las crisis personales. La marihuana o la tentativa de infidelidad bajo la mirada de la promiscuidad es un punto en común de “Rabbit Hole” con “American Beauty” pero el filme de John Cameron Mitchell no pretende ser una nueva “Juegos secretos” sin ‘little children’ sino una amalgama del tradicional drama americano con pareja desquebrajada desde un prisma novedoso. Ese prisma lo aporta un personaje que al principio parece erigirse como la evolución de ese hijo perdido pero finalmente es la catarsis del drama y… la salvación. La mejor secuencia de la película se lleva a cabo uniendo ambos momentos en cámara lenta como explosión del clímax dramático de la cinta que deja a esa pareja nuevamente a salvo de esa curva con precipicio pero con un carretera llamada vida por recorrer.
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34 de 40 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
Vivir en una madriguera...
No puedo empezar esta crítica de otra manera: Cinéfilos, Nicole Kidman ¡¡ha vuelto!!. Así es. Después de unos cuantos años dando tumbos en el panorama cinematográfico (que si Australia, que si Invasión, que si La brújula dorada,... en fin, toda una serie de sinsentidos) una de las mejores actrices de Hollywood vuelve, y además a lo grande. Si algo tiene Rabbit hole que se deba destacar por encima de lo demás, son sus intérpretes principales. Tanto Nicole Kidman como Aaron Eckhart realizan unas actuaciones magníficas. De hecho, en todo momento, he tenido la sensación más de estar viendo a dos personas sufriendo un dolor interno que a dos actores haciéndonos creer que sentían. Además, el director ha plasmado en cada fotograma una sensibilidad supina, dificil de superar. Intenta evitar en todo momento mostrarte o dejarte claros los sentimientos de los personajes principales, y en lugar de eso prefiere hacerte intuir qué es lo que les pasa. Desde un principio te deja claro que alguna especie de drama han vivido sus personajes, una desgracia que no han conseguido superar. De ahí en adelante deja de ser directo para dejar al espectador que llegue a sus propias conclusiones. Eso, en una dirección, es de agradecer. Por último, y por no centrarme nada más que en dos o tres aspectos de la película, me pareció también remarcable la actuación de Dianne Wiest, una actriz que nos tiene acostumbrados a papeles modestos, pero con una gran calidad y carga emocional, y aquí no es para menos.
Rabbit hole es una historia dura, muy dura. Es un drama, pero no sensiblero. No manipula, sino que realmente llega a conseguir, casi desde su inicio, que el espectador empatice con ella, y, por supuesto, con sus personajes.
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21 de 22 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
Kidman a por todas
Una gran película, diferente basada en un trío de actores que consiguen un resultado memorable (sería injusto olvidar a Dianne Wiest) y que se entregan a una historia de sentimientos profundos, de soledades, de amarguras, de resabios familiares… en fin de la carne de la que estamos hechos los humanos de nuestro mundo occidental apacible y establecido (excelente la ambientación).
Nicole Kidman está totalmente creíble incluso en algunas situaciones de difícil verosimilitud, y da una lección auténtica de contención y matices en su actuación, soportando el peso de la película. Aaron Eckhart le da muy bien la réplica, con presencia y solvencia y Dianne Wiest consigue dar transcendencia e intemporalidad al positivo mensaje de la película: la solución, la línea de superación y mejora está en ti mismo y en los tuyos aunque el dolor se instale en ti para quedarse.
Ni tan siquiera le hace falta profundizar mínimamente en un tema colateral interesante (la fe frente a la ciencia en estos casos y en general) quizá apostando por la capacidad que tenemos para superarnos, y sin necesitar, por ejemplo, los grupos de autoayuda tan en boga en USA.
En fin, deleite de sentimientos que se agradece con tanto entretenimiento de mensaje vacuo y superficial y una Kidman que parece ir a por todas.
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22 de 25 usuarios han encontrado esta crítica útil
9
Las múltiples caras de la perdida
La muerte no afecta a todos por igual,unos se la toman desde el principio con resignación e intentan llorar solos, otros no pueden mas que llorar y llorar, otros cabrearse,otros gritar,otros patalear,otros menospreciar a los de nuestro alrededor,están los que simplemente les destroza, y no pueden seguir con la vida que llevaban.
Todo se refleja en la película, un film absorbente, que te mete en el sufrimiento de los protagonistas, pero siempre desde un modo sutil y con un toque de humor, preciso y muy acertado, pasas de reírte a llorar, casi sin darte cuenta.
Dos muy grandes papeles los de la maravillosa Kidman(que no siempre sabe elegir los papeles, pero que cuando acierta, demuestra que es una gran actriz), y Aaron Eckhart que tiene un magnífico papel en esta película.
Banda sonora muy apropiada, montaje preciso, narración pausada y muy bien hilada, muestra lo que necesita el director y no mas de lo que pide el guión.Y una de las cosas que mas me han gustado, que han sido los escenarios.
Para mi, maravillosa película que recomiendo insistentemente, si puede ser en versión original, gana mucho.
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17 de 17 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
El dolor del alma.
Fantástica película, con la que disfrutar con sentimientos encontrados e intensos, que afortunadamente evita el melodrama fácil. Una mirada desoladora por una de las situaciones más traumáticas que puede vivir un ser humano: La muerte de un hijo.

No es una película común, ni adocenada, ni lacrimógena. Es un drama profundo, si edulcorar que llega y se queda, con dos interpretaciones soberbias tanto de Kidman como de Eckhart. La recomiendo por la maestría con que ha sido abordada en su planteamiento y desarrollo.
Siete.
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12 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
9
Imprescindible verla en VO
Lo primero que quiero decir es que para apreciar la grandeza de esta película el punto principal es verla en versión original, ahí uno se da cuenta de la gran interpretación que despliegan los actores principales Nicole Kidman y Aaron Eckhart, ahí una escena en que discuten de manera muy agresiva en que lo bordan.

En segundo lugar ahí que destacar la historia y como el director sabe hacer que te llegue. Una historia llena de dolor y como los protagonistas afrontan la pena de formas distintas llegando a haber atisbos de separación, acabando dándose cuenta de cuán se necesitan el uno al otro.

Y en tercer lugar y no por lo tanto menos importante la gran música que te hace vibrar en cada escena, sublime desde mi punto de vista.

Tras ver esta película que para mi ha sido una sorpresa, ya que no me esperaba que me llegara tanto he decidido quitar algunos 10 porque no son comparables, otra cosa que me ha sorprendido es la poca acogida que a tenido esta película en FA, supongo que será por el doblaje no lo se.
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10 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
Un agujero que no se cierra
John Cameron Mitchell ha probado con lo estrafalario y lo atrevido en sus dos películas anteriores, “Hedwig and the angry inch” (2001) y “Shortbus” (2006). Ahora ha realizado un cambio de tercio radical. “Rabbit hole” es de fachada muy natural, es de esas pequeñas historias de cada día que ofrecen un espejo a mundanos sentimientos cotidianos. Ya no hay rockeros de look chillón ni búsquedas de una vivencia plena del sexo. Lo que hay es un puñado de personas del montón desoladas por la muerte de un niño de cuatro años. Sus padres, Howie y Becca (unos inmensos Aaron Eckhart y Nicole Kidman), la madre de Becca, la hermana y el cuñado, los conocidos del grupo de terapia al que acuden y el chaval que conducía el coche que atropelló a Danny.
Un pequeño universo de dolor en el que cada cual hace lo mejor que puede para salir del agujero de la autodestrucción y de la culpa.
Hipersensibilidad que estalla a la mínima, no saber qué hacer con tantos recuerdos, con todas las cosas que él dejó, temer la mezquindad de la progresiva cicatrización, como si el hecho de tratar de empezar de nuevo fuese un crimen contra la memoria del pasado, y también temer quedarse paralizado para siempre, atascado en un embotellamiento emocional en el que se acumula rencor y rabia. Agarrarse a cada vestigio, a un vídeo, a sus juguetes, a sus dibujos, a sus huellas en la casa, y cuesta tanto desprenderse de todo lo que él tocó... Recriminaciones, malinterpretaciones, gritarse uno a otro, como si eso sirviera para arrancarse tanto sufrimiento, para devolverles a Danny, como si echarle en cara a él o a ella un determinado comportamiento les librara de la abrumadora carga sobre los hombros.
Todo parece tan vacío, un paripé, ir de compras con Izzy seguro que acabará de forma desagradable, hablar con su madre sólo conseguirá que Becca se cabree y le diga cosas hirientes, ir al grupo de terapia con Howie la sacará de quicio, el mismo Howie será como un extraño enemigo, la compasión de los vecinos y amigos se desprecia con suspicacia, viendo en ellos a empalagosos entrometidos que vienen a escarbar en la desgracia ajena como aves carroñeras, aunque eso suponga juzgar la buena voluntad del prójimo con desproporcionada dureza.
Curiosamente, lo único capaz de aliviar el derrumbamiento de Becca será acercarse al chico, Jason, que hubiera dado lo que fuera para que Danny no hubiese invadido la calzada detrás del perro justo cuando él conducía por esa calle.
Les gusta imaginar universos paralelos en los que tal vez ellos están viviendo vidas más felices, en las que Danny está, y la gente ríe contenta y no como una mueca para espantar el peso de las lágrimas. Microuniversos que a Jason le consuela dibujar en sus cómics, madrigueras en la inmensidad del espacio en las que cada uno busca un lugar, una cura para los agujeros del alma que no se cierran nunca.
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10 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
Sensibilidad en la crueldad
No es fácil plantear un argumento utilizando el instrumento del dolor como protagonista absoluto de la película. Y no hablamos de un dolor de muelas ni del dolor por una historia de amor rota, hablamos de algo tan antinatural, cruel y lastimoso como la pérdida de un hijo.

El éxito de la cinta radíca en ese excelente guión, en no resultar pretenciosa, en limitarse única y exclusivamente en mostrarnos el dolor que sienten esos padres y en cómo afronta cada uno esa desconsolada situación, centrándose en las miradas, en los gestos, en los silencios, en los gritos, psicoanalizando a esos dos grandes protagonistas que John Cameron ha sabido encontrar en la Kidman y en Aaron Eckhart.

Porque ambos están perfectos, quizás el personaje de Nicole tenga mayor calado porque estábamos ávidos por volverla a ver a gran altura y lo ha conseguido. Saben estar contenidos y saben explotar cuando esa rabia que llevan dentro termina por acorralarles. Excelencias interpretativas aparte, su notoriedad se debe a que permite que saques tus propias conclusiones, no es autoritaria, el director renuncia hábilmente a la manipulación y eso, en un drama de este calibre, es tener tino, sin olvidar la escrupulosa sensibilidad en el tratamiento de tan monstruosa tesitura.

Si además cuentas con una secundaria de lujo como Dianne Wiest, una banda sonora acertadísima y finalmente dejas entrever un halo de esperanza ante tanto desgarro emocional te queda una buena película de verdad. Posiblemente la historia hubiese podido dar algo más de sí pero el resultado final sigue siendo muy convincente.
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10 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
9
Hablando de pérdidas, dolor, superación y esperanza.
Rabbit Hole es una muy buena película. De todas las películas indies del 2010, me ha parecido la mejor. Sin duda, lo primero a destacar son las actuaciones de sus protagonistas: Nicole Kidman y Aaron Eckhart. Los dos más que actuar, se adueñan de los personajes. Muchos destacan mas la actuación de Kidman, yo los dejo a los dos igual de magníficos.
La trama es simple. Una pareja perdió a su hijo pequeño. De aquí se desglosa todo lo demás. La historia esta llevada de forma más que decente y aceptable, y la forma en que se nos va dando la información de los acontecimientos y la presentación de los personajes es muy acertada. Aquí vemos a Nicole Kidman con un personaje de carácter fuerte, un tanto necia, y a un Aaron Eckhart que interpreta a un hombre un tanto quebrantado, y que añora los tiempos pasados. Los dos personajes son totalmente creíbles, te meten en la historia, en ocasiones puedes sentir lo que ellos sienten. Grandes actuaciones, no me canso de decirlo.
La banda sonora es correcta, muy buena, ayuda a la película a navegar con éxito en los momentos donde no existe el diálogo, donde la única manera con la que el film nos puede transmitir algo es con las imágenes. Me agradaron mucho esas escenas, que quizá a algunos les parece que hacen más lento el ritmo de la película, más en mi opinión son buenas y ayudan a la película.
Claro, no todo es miel sobre hojuelas. La película se hace un poco corta, tan solo 91 minutos, y esto afecta en cierto modo al desarrollo de ella. Los subtramas presentados, no son muy poderosos, ni demasiado relevantes. Se justifica por algunas escenas, pero sinceramente les faltó más profundidad, o bien algo un tanto diferente.
En fin, la película me pareció muy buena. Te lleva en un viaje donde es palpable el dolor que se siente a causa de la pérdida de un ser querido, en este caso uno de los más cercanos como lo es el hijo, las consecuencias en toda tu vida y como te cambia un suceso de esta índole, el tratar de superar este dolor, y el ver, que después de todo ese largo camino, hay luz. Hay esperanza. Como lo dijo Aaron Eckhart cuando interpretaba a Harvey Dent en esa joya llamada The Dark Knight: "La noche es más oscura justo antes del amanecer".
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8 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
6
Nada nuevo bajo el sol
Un joven matrimonio pierde a su único hijo. Cada uno intenta afrontarlo de la manera que mejor sabe, inevitablemente distanciándose, perdiendo casi por completo la comunicación. Ninguno se siente comprendido por el otro; sus duelos son distintos y la relación llega a un punto en que parece abocada al fracaso.

A ella le irritan los grupos de autoayuda; él es conciliador; ella se obsesiona por darle respuesta al porqué; él alcanza antes la fase de resignación; ella se obstina en el rechazo; él quiere salvar la relación; a ella le da igual; él es más resolutivo; ella es irascible; él busca soluciones; ella lo da todo por perdido.

En general la película de Mitchell es débil pese a las interpretaciones principales y a un argumento que, aún resultando trillado -“Serenata nostálgica”, “Gente corriente”, “En la habitación” por poner los ejemplos que se me vienen a la mente-, podría haber calado sin necesidad de caer en blandenguerías, que es lo que a su director parece aterrorizar. Creo que ahí radica el problema. El fallo parte de un planteamiento prejuicioso. Mitchell tiene tanto miedo a rozar el melodrama y a que su película se vea engullida por la sensiblería fácil que, deliberadamente, se esquiva todo aspecto dramático, resultando imposible que la tristeza de esta pareja trascienda y te toque y de paso, desmereciendo la labor actoral.

No sé qué le deparará el futuro, -intuyo que más pena que gloria-, aunque en un aspecto la encuentro reveladora: Aaron Eckhart se ha dejado ver como un actor con posibilidades, mucho más que correcto, por encima de la media; un tipo que ha dado la sorpresa. Por de pronto esta oportunidad ha sabido aprovecharla y solventarla con muy buenas maneras.

Sobre la valía de Nicole Kidman poco se puede añadir ya a estas alturas. Su interpretación es madura y convincente –dentro de la sequedad que caracteriza la película-. Otra cosa es que en “Rabbit Hole”, -y me fijo por primera vez-, empieza a ser alarmante cómo su rostro se deforma. No por la tragedia familiar que asola al matrimonio en la ficción, sino porque la australiana se ha extirpado a base de bisturí el ángel que había en ella y que tanta expresividad daba a sus interpretaciones de hace apenas unos años. Una lástima.
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7 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
La Metáfora De La Planta
Tarde o temprano aquellos autores que tienen una visión independiente y muy particular en su obra optan por dirigir un texto totalmente ajeno -en el que subrepticiamente añaden guiños hacia su cosmogonía- y con el que, por lo general, complacen las expectativas de los productores, crítica y el gran público: basta con señalar The Straight Story de Lynch o The Dead Zone de Cronenberg para ejemplificarlo. Lo mismo ha hecho John Cameron Mitchell en Rabbit Hole cuando viniendo de un dúo de películas por demás controvertidas ha realizado esta vez un drama fortísimo que dejará a pocos indiferentes.

La primera escena en Rabbit Hole a la vez que es una metáfora será clave en la película y guarda en su aparente cotidianidad enorme profundidad: Becca -una Nicole Kidman desaliñada y que deja al descubierto los procesos estéticos por los que ha pasado su rostro al no llevar gota de maquillaje- procura esmeradamente su jardin sólo para que súbitamente sea interrumpida por una vecina que al no tener precaución pisa una de las plantas que recién ha sembrado. Su manera políticamente correcta de responder, conteniendo la emoción, es disculparla y despedirla para continuar así con lo que estaba haciendo.

La historia de Rabbit Hole nos sitúa a pocos meses de la muerte del único hijo de una pareja norteamericana de los suburbios y, aquí, es como si los roles a los que nos tiene acostumbrados el cine hayan sido invertidos: ella representará, con categoría, la fortaleza y la frialdad, él, la fragilidad y la calidez; ella no querrá siquiera entender por lo que está pasando, le parecerá absurdo ir en pos de respuestas ante lo inefable y patético le parecerá que él así lo haga; en vez de regodearse en su dolor y buscar algún tipo de consuelo ella apelará a la autorreparación, la superación del daño, vía el intelecto ocultando el alma que él deja expuesta en todo momento. Es inevitable que durante el proceso sólo intervenga la pareja: del resto de la familia y las amistades cercanas sobresale la interpretación de Dianne Wiest como la madre de Kidman quien obsequiando la sabiduría mundana conseguida con los años logra que su hija comience a quitar candados a sus sentimientos.

La cinta cumple y logra momentos de gran emoción que consigue transmitir con naturalidad gracias a las actuaciones que nunca son exageradas -a pesar de que sea notorio que es un vehículo para obtener nominaciones en este rubro a distintos premios-. Sin embargo, "La stanza del figlio" de Nanni Moretti a mi parecer continúa invicta como la mejor película que trata la muerte de un hijo sin caer en el melodrama excesivo.
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6 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
10
Vivir el dolor.
Nicole Kidman logra desde que tengo memoria (bicivoladores) eclipsarme en la pantalla. Ella entra en escena y yo pego un viaje desde el amor hasta la fascinación sin escalas, aunque el último tiempo anduvo errática en la elección de sus Films, mantuvo la seducción a flor de piel (pese al imperdonable botox).
Entré con reservas, culpa del pasado próximo de Kidman y el tono Light de las cintas de Eckhart (reconociendo que es un gran actor y tomando como ejemplo la película “Bill”) pero me encontré con actuaciones orgánicas (como dirían los modernos de mi ciudad), naturales y no forzadas, el clima en constante ebullición; tenso, nervioso y cruel (como el dolor constante).
Temí a lo largo de toda la cinta que cayeran en el error, que confundan el camino, que el final sea tonto; que intentara una fallida moraleja. Pero no,… es brillante, impecable e intensa.
La música, la puesta de cámara, las locaciones, el ámbito. Exacta y sin margen de error.
Hacia tiempo que no aplaudía satisfecho y mucho mas aún que me fuera de un cine, repleto de emociones y lleno de sentido.

Rabbit Hole es seguir con la pena, vivir con el dolor, convivir con la mirada ajena y seguir.
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6 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
10
La muerte no es igual para todos
Para muchos pareciera que enfrentar una pérdida como la de un hijo no se puede dar de otra manera que llegando al paroxismo del llanto, los gritos y el arrancarse la cabellera; sin embargo el duelo no es igual para todos. Mitchell, un alocado director independiente que se plantó anteriormente como el más rebelde y desbocado provocador, ahora transita por el drama con sobriedad pero con mucha profundidad. Un matrimonio donde ella pareciera sucumbir a una madriguera de la que no quiere salir, enojada con el mundo entero y más si este intenta reconfortarla con la idea de Dios versus un marido que sufriente intenta superar la muerte de su pequeño y a la vez la depresión de su esposa. Las cosas así parecieran no encausarse porque donde ella borra, el imprime el recuerdo.
Las actuaciones de Kidman y Eckhart junto a una genial Dianne Wiest, hacen de este drama una verdadera obra maestra que se adentra de forma intimista y angustiante en el tema de la pérdida. Sin estridencias innecesarias, sin golpes bajos y mucho menos sin gritos lacrimosos ni violencias baratas.
Un drama solvente, bien armado, contado como debe contarse, porque no todos enfrentamos la pérdida de la misma manera.
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6 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
9
Y ésta es sólo la versión triste de nosotros
Tratar la pérdida de un hijo en una película exige un nivel de compromiso, y sobre todo, de sensibilidad, que no puede estar al alcance de cualquiera. Por suerte, muchos de los que hemos visto obras como En la Habitación, La decisión de Sophie, o esta Rabbit Hole, jamás hemos vivido esa pérdida, y si el mundo se comporta como debiera, jamás la viviremos. Pero hay algo en estas tres magníficas películas que deja claro que la palabra dolor se queda corta para definir esa devastadora tragedia. Dolor es sólo una palabra, y es incapaz de englobar todo lo que significa ese concepto.

Pero el cine es arte, y como arte, cuando está bien hecho, es capaz de transportarte a mundos y a sentimientos que jamás has vivido. Rabbit Hole es la prueba de ello. Hay en esta película, maravillosa película, una indudable carga de verdad, una cámara que parece asomarse a las vidas de otros, a las vidas de personas cuyas propias vidas carecen ya de importancia, después de haber presenciado el momento en que todo se derrumba, y ya nada importa.

El director John Cameron Mitchel sitúa la película desde el punto de vista de sus personajes, jamas dejando que la propia historia avance más deprisa que ellos, mimándolos y queriéndolos, dejándoles el espacio que necesitan para encontrarse a si mismos y dilucidar sus silencios; para superar, o más bien avanzar, después de esa pérdida. Su puesta en escena es como una nota sostenida, como un paréntesis en el aire o como una puerta entreabierta: la tensión, el lirismo, la calma de después de la tormenta, el estado físico y sensorial de después del choque.

Rabbit Hole es pues un sosegado y contenido drama familiar anclado en el respeto por su historia y en el amor por sus pocos personajes, definidos a la perfección. Personas que pivotan en el ajado universo de una pareja, sobre la que se ha abierto una herida que no puede cicatrizar. Aaron Eckhart vuelve a demostrar una vez más su evidente talento y su arrollador carisma. El retrato de un hombre roto, que se derrumba e incapaz de avanzar o de comprender qué hacer con el tiempo que queda por delante.

Y Nicole Kidman da una lección a todos aquellos que han dicho que la Nicole Kidman que conocíamos (Eyes Wide Shut, Los Otros, Moulin Rouge, Las Horas, Dogville, Cold Mountain, Reencarnación) ha desaparecido. Para empezar, una actriz capaz de hacer las maravillas incluidas en ese paréntesis no desaparece nunca. Y quién lo dude no tiene más que ver Rabbit Hole. El ejemplo de una interpretación matizada y repleta de pasión, en la que vemos todo lo anterior a lo que nos cuenta la propia película, los restos de una vida feliz convertida ahora en una espera, en un camino hacia ninguna parte, en un llanto ahogado, en un anhelo insuperable.
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6 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
A veces la vida es cruel
Me pareció una realización discreta pero buena. Donde tiene su gran apoyo en las interpretaciones de sus actores principales: Nicole Kidman y Aaron Eckhart. Ambos actores interpretando a ese matrimonio que trata de sobrellevar la muerte de su pequeño hijo, hacen unas excelentes actuaciones. El guión es muy bueno, lo que permite ser llevadero el fílm dada el denso y duro tema que toca.
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6 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
9
"I miss the dog"
Un regalo de interpretación por parte de Nicole Kidman, que se mete en el papel de una mujer que ha perdido a su niño pequeño por culpa de un accidente. Pese a que la actriz realiza un trabajo excepcional, no deja atrás a Aaron Eckhart que desde otro punto de vista totalmente distinto se enfrenta a los hechos de la pérdida. Además, la madre de Becca, su hermana y el nuevo marido de ésta se verán enredados en los problemas de ésta.

Si tengo que destacar una escena, diría sin lugar a dudas el momento en el que el autor de Rabbit Hole entra en la casa de Becca y se encuentra con ésta, su hermana y el marido.
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6 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
Triste realidad, Kidman brilla nuevamente
Una muy interesante película melodramática que nos cuenta una historia que ya hemos oído antes, pero a pesar de que no sea nada nuevo, la película sobresale y se deja disfrutar.

La película está llena de escenas simples que nos van describiendo la triste realidad que nos relata la historia. Además, que tiene un suave humor que destaca por su efectividad. Así, se va moviendo lentamente a través del alma de los dos protagonistas y logra transmitir su sufrimiento.

Nicole está fabulosa, consigue una interpretación sobria y contundente, que nos demuestra que aún sigue brillando. Sin duda se merece una nominación a los premios de la Academia.

En fin, una película totalmente recomendable, impecable y muy bien lograda, que complacerá al espectador en todos los aspectos.
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5 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
5
AFRONTAR EL DOLOR DE DISTINTA MANERA
El cine independiente de USA esta de moda. Cada día es mayor el nacimiento de nuevas películas y más grande su distribución. Estamos de enhorabuena porque es un cine distinto, más cercano y sobretodo real. El problema de esta clase de películas es que cuando los temas tratados no son cercanos al espectador, es muy difícil identificarse y el visionado puede resultar demasiado plano. En este caso es lo que me ha ocurrido.

El film versa sobre un tema tan duro como la pérdida de un hijo, el cómo afrontar el problema, las equivocaciones que ello conlleva y “las válvulas de escape” que tienen que asumir los protagonistas para conseguir escapar de la angustia y la desesperación. Destacable es observar lo distintos que somos y como actúa cada persona ante dichos dilemas. Es interesante visionar la suma de errores de los comportamientos de los protagonistas ante tal situación y el intento de comprensión desde el otro lado.

La dirección de JOHN CAMERON es destacable, con una delicada presentación de la historia, sin explicación alguna y que solamente con las situaciones se va diseñando. Además, las imágenes de cómo uno de los protagonistas dibuja un comic y la profundidad de estas son de una gran bella factura.

Las actuaciones son de gran valor, siendo la normalidad y el dolor que conlleva la situación lo que les da veracidad. A titulo personal me quedo con el actor masculino AARON ECKHART que está por encima de KIDMAN que aunque realizando un gran trabajo me parece excesiva su nominación al Oscar que creo que es mas motivo de nombre que de trabajo.

En definitiva, una película aceptable muy en la línea del cine independiente estadounidense que tocará la fibra de los que se sientan identificados.
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5 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
10
el tandem de la vida: amor y dolor
Rabbit hole es una historia desgarradora de un matrimonio feliz, cuya felicidad se ve truncada por el fatídico dolor de la muerte de un ser querido, su hijo pequeño de 4 años. A partir de aquí la dureza de la monotonía pasa factura, cuestiones como la vida, el dolor, la tristeza, el perdón o simplemente el pasar página serán ideas abordadas por el matrimonio, incluso las crisis existenciales y el amor al prójimo y al resto de seres queridos de la familia.
Todo esto se ve plasmado por la idea del más allá, sobre qué pasa después de la muerte o si incluso hay vidas paralelas a esta.
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3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
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