42 Críticas de los usuarios

Mucho ruido y pocas nueces es de esas películas que no me canso de ver y que me ponen de buen humor cada vez que la veo. No sé si será por la fotografía tan bucólica que utiliza Kenneth Branagh, la bonita banda sonora o por esos diálogos llenos de ironía y de humor tomados del texto de Shakespeare (especial mención merecen las conversaciones entre los personajes de Emma Thomson y el propio Branagh), pero la verdad es que esta película me encanta. Y es que lo tiene todo, muchos y grandes actores, una bonita historia y un guión fantástico. ¿Qué más se puede pedir? :P


- Benedicto, ¿os habéis fijado en la hija del señor Leonato?
+ Me he fijado pero no la he visto.
- ¿Verdad que es una muchacha ingenua?
+ ¿Me pedís mi opinión de hombre honrado o preferís que responda según mi caracter de enemigo declarado de su sexo?
-¡No! os pido una respueste sensata.
+ Pues... os diré que se me antoja muy baja para un alto elogio, muy morena para un claro elogio y muy pequeña para un gran elogio. Sólo alcanzo a hacer esta recomendación: que si ella fuera otra sería fea, y que no siendo si no como es... tampoco me gusta.

Esta película es un canto al optimismo en estado puro: rodada en la Toscana sus atmósferas están repletas de luz, sol, primavera, fiesta y alegría que ni el malvado personaje de Keanu Reeves es capaz de desbaratar.
A pesar del histrionismo que caracteriza a Brannagh actuando en esta ocasión los diálogos entre él y Emma Thompson, tomados fielmente del texto original, están magistralmente interpretados así como las destermillantes apariciones de Michael Keaton.
Una banda sonora fastuosa y pegadiza completa una película que resulta cuanto menos mágica.

Quien tenga un mal día, que se ponga esta película. Desborda alegría y diversión. Es un homenaje a la vida y al optimismo.

El elenco de actores es magnífico, y en particular Kenneth y Emma Thompson están mejor que nunca. Son una de las parejas mas divertidas que yo recuerde desde Spencer Tracy / Katharine Hepburn. Kenneth es un director de actores excepcional y aquí queda patente.

Divertida, amena. Es de esas películas que le dan a uno ganas de vivir.

Kenneth Branagh es, junto a Laurence Olivier,Orson Welles y Franco Zeffirelli, el director shakespeariano por antonomasia. Sin olvidar otras memorables adaptacionesde la obra del bardo inglés ("Trono de sangre" y "Ran" de Kurosawa, "Titus" de Julie Timor), han sido los mencionados autores los que han prestado mayor interés a las tragedias y comedias de Shakespeare y han ofrecido al público películas de mayor calado popular y éxito crítico.
"Henry V" inauguró la desigual carrera como cineasta de Brannagh. "Mucho ruido y pocas nueces" fue la segunda adaptación que llevó a cabo, anterior a sus "Hamlet" y "Trabajos de amor perdidos". Considerado por la crítica (y seguramente por él mismo) heredero de su paisano Olivier, este brillante, megalómano e irregular director, capaz de firmar películas interesantes como "los amigos de Peter", pero también de dirigir bodrios como "Frankenstein", con esta película que ahora mismo entro a valorar alcanzó su cima creativa.
"Mucho ruido y pocas nueces" forma parte de las comedias escritas por el dramaturgo inglés. Hay que reseñar que muchas veces el escritor gusta de mezclar, con mayor o menor acierto, elementos cómicos y trágicos como ocurre en este caso. No es el único. Baste recordar títulos como "Las alegres comadres de Windsor" y "Como gustéis" para demostrar que no es un rasgo exclusivo de esta obra. La historia narra el regreso de Don Pedro, príncipe de Aragón, tras la guerra que ha llevado a cabo contra su hermanastro Don Juan a la hacienda del Señor leonato, su amigo. Allí, bajo el sol luminoso de Mesina, seremos testigos de los avatares de dos parejas, la primera formada por el chistoso Benedicto y la díscola Beatriz, la otra, por los cándidos Claudio y Hero. Será ésta última la que provocará la tragedia, mientras que los personajes de Benedicto y Beatriz darán el tono festivo a la acción, ayudados por la impresentable Dogberry. Es cierto que hay otra historia, la del odio de Don Juan contra Don Pedro, pero, siendo relevante, no deja de ser secundaria.

Es mi película favorita de todos los tiempos. Kenenth Brannagh tiene el don de saber llevar a la pantalla un texto de Shakespeare dificilísimo de poner en un contexto (porque Shakespeare se limita a diálogos, no explica apenas la situación), y ambientarlo de una manera elegante, atractiva, y con todos los ingredientes para hacerla una historia interesante, fácil de entender y sin perder ni una letra del texto original. Entiende los momentos de ironía de Shakespeare como nadie, e interpreta los románticos con gran delicadeza. Es de esos que te encogen el estómago.

Discrepo un pelín de su manía de meter actores americanos en el reparto, Shakesperare era inglés y sólo me imagino sus obras contadas con acento británico. Por cierto, la voz de Kenneth tiene que ser oida en versión original (y eso que el doblaje es muy muy bueno), pero esa voz es lo más precioso de la lengua inglesa.

El reparto es para quitarse el sombrero, y la banda sonora de Patrick Doyle, una delicia. Si seguís a Ken, veréis que repite con muchos actores (y de los grandes de la escena británica) y compositor de BSO. Desde luego, un acierto.

Por favor, atención a la escena en la que Kenneth está escondido escuchando a Emma Thompson, ¡para verla mil veces sin parar de disfrutarla!

Un saludo,
Cris
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"Sigh no more ladies sigh no more,
men were deceivers ever,
one foot in sea, and one on shore,
to one thing constant never.
Then sigh not so
but let them go,
and be you blithe and bonny,
converting all your sounds of woe
into hey, nonny, nonny...!"

Lo que me enamora de K. Branagh es cómo consigue plasmar en muchas de sus películas la esencia de Shakespeare. Para mí, en esta ocasión se superó a sí mismo. Prácticamente una obra maestra (perfecta en todo). No me canso de verla y eso que ya cuento por decenas las veces que he puesto el DVD.

Nunca me cansaré de ver esta película. Buenisima adaptación, guión un 10, personajes 10, tiene puntos de humor, la banda sonora es excelente. Gran compenetración entre las parejas. Película imprescindible. Este tipo de películas hace que Kenneth Brannah sea mi ídolo.

A nadie se le escapa la absoluta devoción de Kenneth Branagh por William Shakespeare, famosísimo autor del que ha adaptado numerosas obras. Con “Mucho ruido y pocas nueces” se estrenaba como director, siendo también guionista, además del actor principal.
Desde el mismo comienzo, que abre con una estimable estampa pictórica de la Toscana italiana, se advierte un film memorable, ocioso, y distinguido. Un estupendo entretenimiento.

Branagh filma con gran pericia una comedia sobre las distintas maneras de entender el amor, con simpáticos enredos y malentendidos. Dos historias de amor, una más pasional e inocente y otra más adulta y experimentada. Una y otra se complementan a la perfección.

Las interpretaciones son fantásticas. Desde el propio Branagh, que compone un arrollador Benedicto, pasando por un gran debut de Kate Beckinsale (la sufrida Hero), mi admirado Denzel Washington que se adapta como pez en el agua a una película de época (a pesar de la sorpresa de su elección) y una alucinante Emma Thompson, absolutamente en estado de gracia, en la película en la que, seguramente aparece más bella y seductora. Por aquel entonces, pareja en la vida real de Branagh, algo que se refleja en la complicidad de sus interpretaciones.

Pese a ser un director debutante, Branagh es un actor experimentado, por lo que muestra su buen hacer tras la cámara. La narración es vigorosa, con un ritmo alegre que nunca decae y unos diálogos sencillamente brillantes. La puesta en escena tiene su cenit en la escena final, en un alarde de ingenio. Vista muchos años después no ha perdido un ápice de frescura y vitalidad.

Las cosas que se le ocurrían a Shakespeare. Se ve que le encantaba eso de que la gente hiciese mucho, mucho teatro, y así los personajes de sus obras no paran de hacer charadas y falsear la realidad para salirse con la suya. «Mucho ruido y pocas nueces» es una comedia que ahora llaman de enredos donde la gente se disfraza, engaña, finge lo que no es y monta un teatro dentro de otro teatro, como si todos fuésemos en realidad personajes encima de un escenario.

La película es muy ágil y tiene un emplazamiento soleado, alegre y bucólico, con todas las mujeres vestidas de blanco y los trajes militares en beige. Por cierto: traje militar de lo más atractivo, en especial si lo lleva Keanu Reeves, quien, como es el más guapo, tiene que hacer de villano, cómo no. Su personaje no me ha gustado, pero me quedo con su momento masaje en las catacumbas del palacio y sus carcajadas en versión original. Estremecedor.

«Mucho ruido y pocas nueces» viene a contarnos dos historias de amor que tendrán que superar distintos obstáculos, tanto externos como internos. Shakespeare ha pasado a la historia de la Literatura precisamente por su agudeza para describir al ser humano, y aquí nos encontramos con un espléndido crisol de personajes y comportamientos absolutamente certeros. El orgullo, el «te quiero porque me quieres», el «donde dije digo, digo Diego», los celos, la envidia, el dolor, la venganza. No llegará la sangre al río, no llegará, no, pero en serio que yo hubiera propuesto a la preciosa Hero (Kate Beckinsale) que al señor Claudio (Robert Sean Leonard) le mandara a paseo. Directamente.

Por lo demás, destacar las briosas y teatrales (es un halago, desde luego) interpretaciones a cargo de Emma Thompson, Denzel Washington (se ve que los españoles somos negros... ) y Kenneth Branagh como tiburones escénicos que forman un trío digno de un largo aplauso.

Amable y optimista. Una bocanada de aire fresco, y a ser posible de la Toscana italiana. Idílica.

Es un auténtico reto adaptar una obra de Shakespeare al cine manteniendo el texto y el verso. En comedias como esta la complicación argumental era mucha, el diálogo muy enrevesado y agudo, y la adaptación un auténtico reto.
Brannagh consigue todo esto: los actores son excelentes (Emma Thompson especialmente, su voz y su figura son lo que más destaca) y el enredo de la trama se sigue sin demasiados problemas, cosa que tiene su mérito. También la ambientación renacentista e italianizante de toda la historia están muy logrados.
Y después está la alegría que despiden los actores. Una comedia que canta al amor feliz capaz de pasar por encima de miserias y traiciones.

Tenía mejor recuerdo de ella. Me había gustado bastante, sin embargo, esta vez me ha parecido un poco aburrida.
Aún siendo consciente de la época en la que se escribió la obra original no pude superar el exceso que invade todos los actos de los personajes.
Desmayos, retos a duelos, enamoramientos instantáneos, todo resulta excesivamente arrebatado.
La presentación de personajes y el primer tramo es lo más interesante. Después de eso todo es demasiado absurdo.
Michael Keaton se pasa tres pueblos pero el peor con diferencia es Keanu Reeves, su lamentable actuación rivaliza con la que el mismo perpetró en Dracula. No pasa nada, se le perdona todo.

La doy un 5. Si Keanu llevase 2 pistolas sería un 7.

Este film, basado en un clásico de Shakespeare, rebosa energía y entusiasmo. Es optimismo por donde se lo mire. Branagh hace una estupenda dirección de actores y su participación en la película es de las mejores, sobre todo en las escenas que comparte con su ex Emma Thompson, actriz fabulosa que se luce como ninguna. La ambientación es pura luz, color, lo que hace desbordar de felicidad al espectador, aún en escenas más dramáticas. Muy recomendable cinta para disfrutar y llenarse de optimismo.

Porque ésta película es como una medicina.Pertenece a ese selecto club de cintas capaces de arreglarte un mal día, como 'Qué bello es vivir' o 'Grease' o 'Cantando bajo la lluvia' por decir algunas. Ya desde el comienzo te das cuenta de que vas a ver una película diferente, hablada con un lenguaje sacado de la obra original de Shakespeare (algunas partes son exactas) pero totalmente actual, con historias como la tuya y la mía o la del vecino, cosas que nos pasan a todos, el desamor, los celos, la envidia o la felicidad por tener a tu pareja amada. Pero contado de una manera que embelesa, que te hace entrar en la historia desde el primer minuto y no te suelta hasta los títulos finales.

Branagh está inspirado y consigue dirigir una obra teatral en imágenes que en ningún momento se hace pesada, al contrario, yo siempre digo que si la película durara 4 horas la vería sin pestañear porque la original con su metraje se pasa en un suspiro y esto es mucho más dificil de lo que parece.Desde luego es el director ideal para llevarla a cabo, se le nota su pasión por Shakespeare y sabe plasmarlo y contagiarlo al espectador. Siempre es un director que peca de exagerado, de mover la cámara con travellings imposibles (véase la infravalorada Frankenstein) pero en ésta ocasión está perfecto, comedido y sabiendo llevar en todo momento la batuta de la función, consiguiendo momentos brillantes, rozando la genialidad y consiguiendo que la película funcione como un reloj suizo, sin distorsiones ni altibajos.

Y qué decir del reparto.... Nunca Emma Thompson ha estado más guapa que en ésta película, el propio Branagh está perfecto en su papel como contrapunto a Thompson (exagerado como siempre,pero en esta ocasión acorde con su papel), Denzel Washington, Kate Beckinsale en uno de sus primeros papeles (sino el primero), un histriónico Michael Keaton que sorprende y borda su torpe agente de la ley.... hasta Keanu Reeves está bien con su habitual inexpresividad ya que en esta ocasión su papel lo requería.Al igual que la música que es una maravilla y acompaña a la perfección la historia, el vestuario muy acertado, los secundarios están a la altura de los protagonistas de la función,en fin...todo.

Desde luego para un servidor es una joya y una de mis películas favoritas y si no le doy el diez es porque lo reservo para casos muy excepcionales aunque poco le falta, (si existiera le daría el nueve y medio).Película para ver 100 veces y obligatoria para todo aquel que se precie de aficionado al cine.

Una de esas películas que, pasando desapercibida, es un regalo para la vista y los oídos, con un reparto entrañable, unas conversaciones que, lejos de ser pedantes, resultan inteligentes y ocurrentes a la par que refinadas, y una bella melodía que resuena con talento, dulzura y magia shakesperiana…
Ya Kenneth Branagh nos había demostrado su talento y buen pulso para dirigir obras de Shakespeare. Ésta no es una de las más conocidas, pero resuena con frescura en la sala y su fuerza convence… y al final sales como levitando.



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Mucho ruido y pocas nueces, una de las obras más ligeras y divertidas del bardo de Stratford, conoce su versión cinematográfica de manos de un experto, Kenneth Branagh, que traslada la acción a un extraño siglo XIX en cuanto al vestir y la ambientación. Una propuesta muy entretenida, muy divertida y la mar de agradable de ver, sin ningún defecto grave. Es perfecta para una tarde en la que se quiera ver algo de calidad.
Eso sí, la mitad de la película la hacen la entonces pareja formada por Branagh y Emma Thompson. Ella sería interesante hasta leyendo la letra pequeña de un contrato telefónico pero aquí es además un derroche de energía y carisma, mientras que Branagh resulta menos exagerado e insoportable que de costumbre, y se apunta un buen tanto con ese gran Benedicto que interpreta.

Lo mejor: El reparto, absolutamente maravilloso (hasta Keanu Reeves está bien)
Lo peor: Nada en realidad, salvo que no entusiasma como otras obras de Shakespeare.

Keanu es de los más malo y oscuro, Emma es un cielo, Michael Keaton genial, Robert Sean Leonard aún no conocía a House y se nota, se pasa de dulce, Kate es quizás un poco insulsa pero en general muy interesante y bien llevada a la pantalla.

A ver, no es ningún secreto: con el mismísimo Shakespeare como guionista, difícil es no acertar en la dirección. Claro que el Uwe Bol de turno se la cargaria adaptando la historia en un futuro post-apocalíptico dónde los payasos dominan el mundo y bla, bla...Vaya, que lo que quiero decir es que siendo fiel al guión, Brannagh - ya expermimentado en llevar a la gran pantalla obras del dramaturgo inglés - nos deleita una vez más.
Muy indicado para todos aquellos que gozamos con el teatro, pero menos de lo que quisieramos. Si te quedaste con ganas de repetir cuando la representaron en tu ciudad, alquila esta peli en un video-club...por decir algo.

Mucho ruido y pocas nueces es de esas películas que me encantaban cuando era más joven, no se ni cuantas veces la pude ver con mi hermana, recuerdo que nos encantaba verla.
Kenneth Branagh es una persona que tiene un especial talento para adaptar a la gran pantalla las obras del gran dramaturgo sin que estas adaptaciones resulten anticuadas y cursis para los días de hoy.
Branagh nos traslada a la Italia de caballeros y cortesanas para dejar atrás las batallas y dedicarse a las pasiones humanas, de amor, desamor, de odio, de amistad...todo se mezcla en esta maravillosa adaptación.
En un paisaje veraniego se trazan los cuadros donde se dibujan las escenas de amor, el amor de otra época, un amor muy diferente del actual pero que la adaptación de Branagh no resulta nada cursi, al contrario, resulta tierna y amable.
Branagh estudia las posibilidades de llevar este texto de teatro a la gran pantalla y tenemos que decir que no lo hace nada mal.
El resultado es una película tan acogedora y positiva que tras los años pasados aún se sigue viendo muy bien pues siempre tengo miedo de ver aquellas películas que de joven me encantaban y cuando las vuelvo a ver...eso mismo.

Cuatro años después de adaptar "Enrique V" a la gran pantalla, Kenneth Branagh realizó su segundo largometraje basado en una obra de teatro de William Shakespeare. En vez de adaptar un drama histórico, esta vez optó por adaptar una comedia protagonizada por un gran reparto encabezado por su propio director.
"Mucho ruido y pocas nueces" destaca por el optimismo que infunde con cada escena, un optimismo que no puede evitar mezclarse con la intriga que provoca el querer saber como se van a solucionar los malentendidos que dan lugar al principal conflicto de la película, todo ello rodeado de unas pequeñas subtramas protagonizadas por unos entrañables personajes que desembocan en el divertido desenlace, un desenlace que resulta ser el momento de la película que más optimismo infunde.

¿Sabéis lo que me pasa con esta película?.
Si hace unos cuantos años me hubieran pedido mi opinión sobre esta peli, hubiera dicho que psé, que está bien, que es disfrutable pero que no tenía nada destacable. Incluso hubiera afirmado que, en algunas cosas, roza lo ridículo...
Pues bien. Me he descubierto a mí mismo viendo esta peli ! Por cuarta vez!.
Y no. No ha sido porque no tuviera otra elección a mi alcance, sino porque al tropezarme con su caratula, irremediablemente venían a mí, recuerdos de ciertas sensaciones gozosas y festivas, frívolas y placenteras que me prometían un buen rato de esparcimiento.
Y me tengo que rendir a la evidencia.
Esta peli me gusta. Y me gusta cada vez más.
Y creo que me gusta porque, en realidad, kenneth Branagh consigue traernos a Shakespeare, despojándole de su teatralidad y demostrándonos que la guerra de sexos, no es un invento de las comedias de hoy. que él ya había inventado la screwball y que la comedia absurda de los Monthy Pyton, también estaba en la esencia del bardo.
Y lo cierto es que me parece muy meritorio.
Recuerdo haber visto alguna vez dos adaptaciones de " La fierecilla domada". Una con Richard Burton y Lyz Taylor y otra española con Alberto Closas y Carmen Sevilla.. No cabe duda. Shakespeare es muy moderno.
Pero en esta película no hay sombra de teatralidad como en aquellas.
Resulta muy dinámica y de ritmo ágil. El texto está al servicio de la película y no al revés.
Por lo tanto se disfruta. Y te ríes. Y pasas un buen rato con los dos enredos que nos muestran.
Uno, cómico e ingenioso, donde Branagh y Thompson se tiran los trastos a la cabeza en una historia de amor desternillante.
El otro, dramático y romántico. El amor puro y cortés envenenado por la calumnia.
Con unas buenas interpretaciones de todos sus integrantes, la película resulta un enredo muy divertido. así que no sé por qué infravaloré en su día este film.
Pero rectificar es de sabios y rectifico. Rectifico con gusto. Muy bien Branagh.