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108 Críticas de los usuarios

Críticas de los usuarios:
8
Hablan los efectos de sonido (un homenaje a Walter Murch y Francis Ford Coppola)
1) Cine y espacio

Señala José Manuel García Roig, en su libro ‘Mirada en off (Espacio y Tiempo en Cine y Arquitectura)’ la distinción que hace Manny Farber de los tres tipos básicos de espacio que encontramos en el cine, a saber:
- El campo de la pantalla
- El espacio psicológico del actor
- El área de experiencia y geografía que abarca la obra cinematográfica

Pues bien, a mi entender, ‘La conversación’ es uno de los más acabados y cumplidos ejemplos de buen uso del segundo tipo de espacio. No podemos evitar la sensación de que continuamente hay algo o alguien que vigila, dentro y fuera del encuadre.

Desde el zoom inicial hasta los planos de la casa desollada, sentimos en la piel la claustrofobia.
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2) Diálogos vs. Efectos de sonido

Todo sucede a través de los oídos de Harry Caul (Gene Hackman). Los sonidos nos ayudan a reconstruir la realidad subjetiva del personaje, cuyo punto de vista nunca se abandona, tanto si lo que vemos queda al alcance de sus ojos como si no. Ahí está el milagro de la cinta.

Mediado el metraje, “la película se vuelve muy parca en el uso de los diálogos. Creo que eso induce al espectador a escuchar los sonidos como si se tratara de palabras. Es decir, empieza a buscar significado en la banda sonora porque no hay palabras «en primer plano» que le distraigan. No hay gran diferencia entre los efectos de sonido de la primera mitad y los de la segunda. Lo que sí es diferente es la evaporación gradual del diálogo, que al final queda reducida a «la conversación» en sí y a los efectos de sonido.”

Esa manera magistral de concebir los aspectos sonoros de la historia, recuerda vagamente a lo mejor del dúo Lynch-Badalamenti.
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[No desvelo nada de la trama en el spoiler]
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230 de 257 usuarios han encontrado esta crítica útil
9
«DE LAS AGUAS MANSAS ME LIBRE DIOS QUE DE LAS BRAVAS YA ME LIBRO YO»
«Cuando veo a uno de esos pobres viejos, siempre pienso lo mismo: pienso que una vez fue un niño pequeño, que tendría un padre y una madre que le querrían mucho. Y ahora, mírale derrumbado en un banco callejero. ¿Dónde está ahora su padre, su madre, su familia?»

Este comentario es el centro, la enjundia, la esencia y lo crucial del presente filme. Se repite una y otra vez por medio de una voz muy dulce, dulcísima, de la protagonista femenina de la película. Con esa dulzura se va embadurnando melifluamente al espectador-oyente hasta embaucarlo, infantilizarlo, hipnotizarlo, dejarlo listo para arrojarle sobre el rostro, cuando menos se lo espera, la realidad sorprendente e imposible de imaginar. También el citado comentario es toda una descripción indirecta del personaje principal Harry Caul, interpretado por un magnífico Gene Hackman, un hombre cuya vida aparentemente es de éxito, de ser el mejor en su profesión concreta, pero que en el fondo resulta un clamoroso fracasado en el amor, en las relaciones sociales, un tipo sin familia, arrumbado triste y amargamente en un rincón de la vida, cuya inteligencia y existencia no está siendo vivida al servicio de la satisfacción, el bien o la felicidad sino al servicio del mal, los cabrones y la negativa infelicidad que ronda por doquier en este mundo. He aquí el quid de la cuestión, el quid de esta película.

Excelente trama, excelente ejecución de filme intrigante y anidador de enorme intriga. Por algo es considerada con toda lógica, "La conversación", como una de esas películas magistrales que ningún aficionado al cine debería perderse entre todas las produciones que pueda ver a lo largo de su vida.

Sorprendente es también el papel secundario y corto del entonces un desconocido Harrison Ford, haciendo de gran ejecutivo empresarial cuya imagen a exhibir es una mezcla de belleza y de misterio.

Fej Delvahe
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111 de 134 usuarios han encontrado esta crítica útil
6
¿Qué diablos ocurre?
A punto estuve de dejarla... creí que fallaba el sonido. Un ingenioso recurso con el que juega Coppola para que desde el principio, te rayes con una trama que no sabes hacia dónde va.

Un francotirador, una escucha ilegal, un mimo, un saxo, una conversación sin mayor importancia, un enigmático Harry (Hackman), un piano de jazz, un jovencísimo Harrison Ford y una fugaz aparición, de espaldas y de perfil de Robert Duvall. Quizás aquí Coppola se haya equivocado: por exceso con Gene Hackman y por defecto con respecto a Duvall.

¿Qué diablos ocurre?, te preguntas al cuarto de hora.

La figura gira en torno a un único registro. Harry, el protagonista, un personaje taciturno, de pocas palabras, serio, profesional, de difícil infancia y educación católica, incapaz de llevar una relación con una mujer por ser incapaz también de expresar afecto, huraño y solitario.

Pero... ¿qué le pasa?, piensas a la media hora.

La conversación en sí es intrascendente, las palabras no son la clave... él es un profesional y lo sabe. Sabe que el tono es mucho más revelador que el contenido. Ella dice "Dios mío" y a él se le remuve algo dentro. Por sus creencias, no se pronuncia el nombre de Dios en vano a no ser que estés implorando perdón por lo que has hecho, haces o vayas a hacer.

Una hora de película y sigues en ascuas.

Se introducen pasajes oníricos... entre la niebla, en la habitación del hotel; la voz de la chica suena constantemente. Sólo entiendes el porqué cuando se descubre la farsa. Ese tono lastimero conduce al espectador por el carril contrario durante toda la película.

Hora y media; la desesperación ya es mayúscula ¿Qué - está - pasando - por - el - amor - de - dios?

O Coppola le da a esto una vuelta de tuerca o quizás la decepción sea inevitable. Y así ocurre. Llegado el final, desenlace sorpresa incluido, una se pregunta cómo es posible que el perseguidor se vuelva el perseguido. Hackman se lo dice a su ayudante muy al principio: "has de apartar toda implicación personal de este tipo de trabajo" y sin embargo cae, como una presa fácil en la trampa, justamente, por motivos de conciencia (de los que nos informa el técnico número dos del ránking durante la extrañísima fiesta).

Conclusión. Hackman lo ha dado todo, aunque como mínimo, debería haber desaparecido 5 minutos de la pantalla. Coppola, no justifica con suficiencia ese final. No me convence, y me refiero a lo que ocurre con Hackman, no con Duvall y esposa. No es posible que haya perdido los cinco sentidos por mucho que se deje embaucar por la letanía del vagabundo que una vez fue niño y tuvo madre.

Excelente banda sonora y preciosa estética. Patinazo de guión, al final.
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76 de 104 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
Espionaje entre Padrinos
Francis Ford Coppola terminó "La conversación" en medio de sus dos obras maestras "El Padrino I y II" y se siente tan orgulloso de esta gran obra de suspense y espionaje como de la reconocidísima saga de la mafia.

"La conversación" comienza como un film de intriga. Harry Caul (Gene Hackman) y su equipo de escuchas graban la conversación de una pareja que da vueltas alrededor de un ajetreado parque. Poco a poco Caul se obsesiona con esta grabación y comienza a verse cómo es el personaje que interpreta Hackman. Una persona torturada y arrepentida de sus actos pasados, que intenta resolver un caso de conspiración para poder perdonarse a sí mismo por lo que hizo tiempo atrás.

Un ser humano culpable de sus actos, solitario, tímido y desconfiado que se siente más cómodo escuchando conversaciones ajenas que en una conversación propia con sus amigos. El film se convierte en el retrato de una persona perturbada. El final es simplemente estremecedor, una imagen perdurable en la memoria.
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59 de 72 usuarios han encontrado esta crítica útil
9
CINE
Cuando se te agotan los adjetivos, la única palabra capaz de condensar y hacer justicia a lo que una peli te ha transmitido es CINE. En mayúsculas. Así de claro. Así de simple. Así de rotundo.

Sin embargo, consciente como soy de mis incuestionables limitaciones cinéfilas y literarias, me siento completamente incapaz de añadir nada a lo que ya han aportado dos monstruos como Servadac y Bloomsday en sendas críticas. Me conformo, pues, con que veáis “La conversación” y, a posteriori, leáis detenidamente lo que de ella han escrito mis colegas. Sólo así comprenderéis por qué siento devoción por Ford Coppola. Uno de los diez mejores directores de la historia del cine. No sólo la trilogía de “El Padrino” o la mayestática “Apocalypse Now” lo certifican. Joyas de menor renombre como “Rumble fish”, “Cotton club” o “La conversación” lo ratifican con creces.

Un último ruego. Meteos en la piel de Harry Caul. Escuchad esas grabaciones. Rebobinadlas cuantas veces sea necesario. Compartid con Harry su obsesión por el trabajo, su sentimiento de culpabilidad, su traumática infancia, sus pesadillas, su angustia, su tremenda soledad...

No os costará demasiado. Palabra. Francis y Gene os lo ponen a huevo.

Vaya dos.
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72 de 99 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
Y gordi se llevo la palma
Dice Walter Murch, montador del film, en el libro de conversaciones con Michael Ondaatje (que ya nombra el gran Servadac en la primera crítica de esta película) que no se rodó el material de por lo menos diez días de rodaje. No quedaba ni tiempo ni dinero. Así que no se podia estructurar la película de la forma que exigía el guión por lo que Mister Murch tuvo que reinventarse las escenas a medida que montaba. Desde la secuencia onírica en la que Harry sueña con la mujer que el cree amenazada de muerte, que un principio iba a ser real, hasta hacer que la explosiva Meredith fuera un agente de la corporación.

Y lo clavaron a base de un montaje rápido y repetitivo (algunas tomas de la conversación de la plaza son utilizadas más de diez veces) que ayuda a crear ese ambiente de obsesión en el que vive Harry Caul. A esto también colabora la ambientación creada por Coppola a base de zooms y planos imposibles que hace que el espectador sufra la tan buscada identificación con el protagonista, sintiéndose tan espiado como se siente él.

Nota aparte para el diseño de sonido, la verdadera especialidad de Murch, que es lo que lleva realmente el ritmo de la película. ¿O qué podía ser sino en una película que trata sobre escuchas?

Y todavía le dio tiempo al gordito a hacer “El padrino II” ese año. Y yo que no soy capaz ni de comprar el pan y el periódico el mismo día...
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51 de 61 usuarios han encontrado esta crítica útil
3
Ni que la hubiese hecho Garci, señora!
Coppola es ese señor en cuyo currículo constan las dos películas mejor valoradas de toda la FA, y de eso no puede presumir cualquiera. Ya…

… pero yo me pregunto qué nota media tendría esta peli si la hubiese dirigido José Luis Garci que, aparte de ser español (cosa que, no sé muy bien por qué, no siempre está bien vista por los usuarios de este sitio), se caracteriza por hacer unos latazos insufribles que apestan a naftalina. Lo mismito que la peli esta, oiga!
El estilo es bastante similar, pero al pobre Garci, con el mismo percal, no le hubiese tocado en suerte un siete alto ni de coña marinera.

Esta película es un ladrillo, no sólo por su ausencia de ritmo, sino también porque el señor Coppola reproduce unas siete veces (o más) la puñetera conversación del título, que terminas aprendiéndotela de memoria, y ni pajolera falta que hacía. Terminé tirándome de los pelos de tanto escuchar a la pánfila esa contando lo de los ancianos que antes eran niños y sus papás les querían muchísimo y la madre que los parió. Qué tostón.

Gene Hackman interpreta a un señor de mediana edad y carente de sex-appeal al que persiguen las rubias, sin que el espectador llegue a entender la razón. Que, aparte de todo, es un hombre muy sieso y lleva siempre una gabardina transparente fea como un pecado, pero leñe, qué éxito.
También sale Harrison Ford, tan jovencillo y tan guapo que da hasta grima mirarle, pero éste no se come un rosco.

El caso es que el prota tiene un don para el tema del espionaje, pero luego le entra cargo de conciencia y se tiene que confesar. Algo apasionante. El clímax llega cuando el hombre se obsesiona con una taza de váter, y hasta que no tira de la cadena y le sale un alien, no se queda tranquilo.

Un rollo que no veas.
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60 de 80 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
Retrato de la soledad.
Dicen que las películas no cambian, pero nosotros sí. Como regla general estoy totalmente de acuerdo. La vida de un hombre es una continua prueba y ensayo diaria sobre cuestiones y preferencias que vamos modificando casi sin darnos cuenta.

¿Cuantas películas si las viésemos de nuevo cambiaríamos nuestra apreciación y juicio sobre ellas? Me parece que un porcentaje muy elevado.

A mí me ha pasado con “La conversación”. La vi en el cine hace algunos años en versión original y recuerdo que no me entusiasmo precisamente, sin embargo la he vuelto a ver –curiosamente doblada- hace unas semanas y me ha parecido mucho mejor.

Como intriga no es gran cosa, y su ritmo por muchas vueltas que le demos no dejar de ser excesivamente lento en muchos tramos, no se necesitaban casi dos horas ni mucho menos, pero lo realmente soberbio es su retrato intimista sobre la soledad, la incomunicación, el remordimiento y la sospecha. Es complicado hacerlo mejor de lo que lo hace Coppola en esta pequeña joya de película, un tanto irregular pero inolvidable.

La mayor parte del mérito es de Gene Hackman, en una de sus cinco mejores interpretaciones de siempre, lo cuál son palabras mayores. Por cierto, me encanta esa gabardina-chubasquero verde que lleva. ¿Alguien sabe donde se puede comprar?

Para degustar tranquilo en una tarde-noche de vacaciones con copa y puro y el corazón con braquicardia, pero abstenerse de verla si venimos irritados y agobiados del trabajo, nuestros biorritmos serán muy distintos de los que exige “La conversación” que es introspección zen.

Nota: 7,3.
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47 de 59 usuarios han encontrado esta crítica útil
4
Más que intriga dolor de barriga
En esta película Coppola estaba más centrado en sus padrinos que en las conversaciones. Al final no sabes si los protagonistas están asustados, preocupados, angustiados, contentos o tristes. Es una película tan interesante e intrigante como un telediario en agosto. No vale la pena darla una oportunidad, es tan mala al principio como al final.
Aunque nada tienen que ver, al menos en "La vida de los otros", te pones en la piel del escuchante y casi llegas a sentir lo mismo que él. En esta película estás fuera de ella durante todo el metraje.
Nada recomendable. Lo único que vale la pena es el chubasquero transparente que luce Gene Hackman, en la época tuvo que causar furor.
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70 de 110 usuarios han encontrado esta crítica útil
2
El colmo del aburrimiento
Película lentísima en la que es una pena cómo los buenos actores malgastan su talento. Aparte tiene contradicciones muy grandes en cuanto a los hechos que ocurren.
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63 de 97 usuarios han encontrado esta crítica útil
9
Crisis emocional de una memoria en el recuerdo
Siempre había estado esperando “esa gran actuación” de Gene Hackman, que me permitiera entender el sitial en que lo tienen. Pues bien, cuando vi “La Conversación” por fin pude descubrir al gran actor del que todos hablan. Esplendida representación de Hackman como Harry Caul. La película se sostiene en este personaje, en sus miedos, en su carácter y personalidad.

Todo transcurre con normalidad hasta que Harry en uno de sus múltiples trabajos, justo cuando lo daba por finalizado, despierta una sospecha ante la negativa de su cliente a identificarse. Este sencillo hecho despierta en Harry no solo las sospechas, despierta el film, porque Harry además de descubrirse envuelto en algo más complejo de lo previsto, revive sus tormentos, sus angustias y todo lo que siempre trato de ocultar.

El film es excelente, en todo aspecto técnico, la maestría de Coppola en plena época dorada; excelente banda sonora y manejo de esta -el sonido manejado con una impecable función narrativa-, maravillosa ambientación, fabulosas tomas, etc. Los diálogos están finamente estructurados y el guión es interesantísimo. Mi única crítica es a la forma en que “el intermediario” recupera las grabaciones, ahí creo que Coppola se cayó, es poco creíble que un hombre así de metódico y desconfiado haya caído en las redes de la fémina en forma tan burda, haya organizado una fiesta en su casa, etc. Por más que haya tenido un “lapsus”, explicado por un cuestionamiento emocional, no parece la forma más idónea de haber construido el argumento para recuperar las grabaciones.
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31 de 33 usuarios han encontrado esta crítica útil
6
La vida de los potros
Esta película técnicamente es muy buena. El problema es que a mí la técnica me importa un pimiento.

Se critica, y con razón, que muchas películas tienen personajes planos, y que les falta "profundidad psicológica". En literatura, para solventar esto te suelen soltar parrafadas en plan "Se sentó al borde de la cama, depositó sus ojos en la blanca pared con mirada traslúcida, y reflexionó sobre bla, bla, bla..."; y uno al leerlo no se sienta al borde de la cama precisamente, sino que se acuesta y se duerme.

En la ficción no hay que profundizar, hay que hacer un buen bosquejo. Con la introspección de los personajes de un filme pasa como el juego de las siete y media, que es malo quedarse corto; pero a Coppola le ha pasado lo que dice Don Mendo: "Más, ¡ay de ti si te pasas! ¡Si te pasas es peor!".

Así que a mitad de esta película tan inspiradora de otra más reciente, con tanto subrayado intropectivo, uno que tiende a dispersarse con facilidad, y empieza a pensar en cosas tan coñaziles como la vida de las abejas, o de los potros.
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47 de 68 usuarios han encontrado esta crítica útil
6
Coppola quiere ser europeo
Es de Coppola y no se le puede negar que está bien realizada, pero se hace pesada. Ese cáracter tan apocado de Harry acaba por resultar cansino y el tempo de la película está tan relantizado que hasta diría que la parsimonia con la que se "desarrolla" la película es totalmente premeditada y para colomo no estimula al espectador obligándole a pensar o reflexionar sobre lo que ve. Se nota que Coppola hizo esta película mirando a Europa, poniendo grandes dosis de cine europeo de autor porque hay muchísimo rato de simple contemplación, en la que nada sucede y se está todo el rato filmando aparatitos y viendo como se manipula la dichosa cinta. Me parece correcto que también desarrolle sus aptitudes artísticas, pero para el espectador el visionado se hace más denso de lo necesario y cae lejos de resultar fascinante.

Y para colmo ningún actor hace un papel especialmente brillante, ni siquiera Gene Hackman, que aunque está en su línea y lo hace bien (nadie le va a descubrir a estas alturas) pero en esta película no hace nada que vaya a pasar a grabarse en la memoria.

Lo que sí que habría que destacar, para bien, es el montaje, porque cada vez que se manipula la cinta y se reproduce un trozo de la conversación, nosotros vemos las imágenes correspondientes a ese trozo de diálogo. Se nota que se ha invertido en artesanía aquí.

Esta historia en manos de cualquier otro director más dado a la acción podría haber dado una película trepidante, aquí Coppola quiso hacerlo así y como ejercicio fílmico resulta interesante y no se le pueden negar sus valores cinematográficos, pero yo por lo menos sigo teniendo las mismas que antes porque no me ha aportado gran cosa.
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43 de 64 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
El guión al servicio del montaje...y viceversa
Aunque como dice un usuario, esta película es pura introspección zen y hay que verla en condiciones favorables de tiempo y lugar, no opinaban así los programadores de TCM, quienes la exhibieron a las dos y media de la madrugada hora de Chile. No obstante, quería verla desde hace tiempo y aguanté el sueño y demás inclemencias propias de esa hora impropia.

Y debo decir que es una película que flota, impulsada hacia dentro de la psiquis del espectador por los remos igualmente serviciales del Guión y el Montaje. Gene Hackman está en plenitud de forma, inspirado en cada palabra y gesto, y el ritmo de la cinta es de tal calidad que uno quisiera a veces usarlo de modelo para la vida propia.

Al montajista debe de habérsele hecho agua la boca cuando leyó el guión, pues este es en verdad de esos guiones que no son meras obras teatrales adaptadas, sino una pieza de alto valor por sí solo. Viendo películas como esta vuelvo a pensar en cuanto ha influido el cine en la vida íntima de los hombres y mujeres de este tiempo, y si hubo en alguna otra época un arte que influenciara tanto a la realidad, o que ejerciera sobre la realidad esa suerte de resonancia magnética que ejerce sobre cada uno de nosotros el cine.

Se agradecen estos filmes en los que todo lo que ocurre pareciera ser la proyección del mundo interior de un personaje extremadamente interesante, de complejidad real, humana, no simulada ni fabricada por los teóricos del 'conflicto central'.

Y me quedan muchas preguntas, muchos sueños que desplegar en forma de preguntas para una próxima vez que la vea, ojalá en condiciones menos extremas.
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19 de 21 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
Un moderno Prometeo
Gene Hackman se encuentra al borde de la omnisciencia. Su habilidad para las escuchas le permite conocer los secretos (pecados) de cualquier persona. Como Prometeo, ha robado un atributo de la divinidad pero, al no ser Dios, no puede decidir el destino de aquellos a los que espía. Como buen personaje prometeico, Hackman padece a un castigo permanente, cíclico, en su caso la sensación de culpa, de pecado, junto a una idea de su propia vulnerabilidad que le obliga convertirse en una persona hermética. Poco importa la peripecia, correctamente planteada y resuelta por Coppola. Lo relevante es que el personaje de Hackman no se desprenderá nunca de su condena, porque no es humana sino divina. De hecho, quien le llama por teléfono hacia el final de la película, ¿es Harrison Ford o es Dios?
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18 de 20 usuarios han encontrado esta crítica útil
5
Desesperante ritmo.
Demasiados cabezazos he pegado con un impresionante cartel y un fantástico director, algo falla. A priori la trama es interesante y el último cuarto de hora es muy potente pero hasta llegar a ese final el peaje es excesivo, la nada, el sopor, una gravedad que me patina, Morfeo abrazándome sin parar y yo cayendo rendido a sus pies.
Una historia mal llevada, que da para mucho más dotando del ritmo adecuado, gotas de calidad salteadas, insuficiente para mi, Coppola era capaz de hacerlo mucho mejor.
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24 de 33 usuarios han encontrado esta crítica útil
10
La puerta envenenada de la paranoia
Situaos a principios de los 70. Imaginaos un orondo e hiperactivo realizador, niño mimado del cine americano que podría optar por una vida cómoda y decide echarse toda la década jugando a la ruleta rusa con su carrera, con rodajes capaces de acabar con cualquiera, adaptaciones ambiciosas... y cuando consigues la aclamación unánime con El Padrino, en tu siguiente obra te sumerges en las cloacas de la mente humana, rompiendo por completo las normas y desmarcándote con tu obra más personal y oscura.

Eso hizo Coppola con La Conversación. Anoche volví a verla, y a riesgo de que me tomen por exagerado, creo que es tan buena como cualquiera de sus obras. Evidentemente no puedo ponerla por encima de las dos primeras entregas de El Padrino o Apocalypse Now, pero tampoco por debajo. Y desde luego mejor que la buenísima, pero sobrevalorada, La Ley de la Calle.

La perfección del suspense que cubre cada fotograma de La Conversación sólo es comparable con el maestro Hitchcock, pero a diferencia de otros (hola señor De Palma!) Coppola acompaña ese suspense de algo muy personal... de puro terror, de una incómoda sensación de que algo que va mal... ya desde esa primera famosa escena, con el mimo, el vagabundo, etc. uno se siente atrapado y con algo que te remueve las entrañas.

Y a partir de ahí el miedo atávico de Harry Caul, el descenso a sus infernos, con la culpa, el remordimiento, la impotencia y sin saber que ocurre realmente. El gran Slavoj Zizek hizo un certero apunte sobre una de las escenas claves de La Conversacion, de como esa escena del hotel tiene implicaciones que van mucho más allá de ayudar a contar la historia. Al igual que Hitchcock, los elementos del psicoanálisis entran en juego. Ahí está el punto fuerte, lo que distingue a La Conversación del rebaño de thrillers psicológicos. Apoyándose en la magistral banda sonora de su cuñado, y como no, en los increíbles (y protagonistas absolutos de la cinta) efectos de sonido.

Una obra inmensa, que creo que hay que reivindicar sin reservas, y más hoy en día, cuando llevamos 20 años en los que "intriga" y "suspense" son casi sinónimos de mediocridad (con excepciones, por suerte).
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18 de 22 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
Buena cosecha la de los 70
Coppola no es historia del cine por "La conversación", eso lo sabemos todos, pero no está mal de vez en cuando echar un vistazo a teóricas obras menores como ésta. Se le puede acusar de lenta pero el thriller como tal aguanta el tipo hasta ese esperado final en el que en los últimos cinco minutos se dan un par de zarpazos muy dignos. Entretiene lo justo aunque yo prefiera destacar esa extinguida estética de los setenta que aquí luce todo su esplendor, y cuando me refiero a estética hablo no sólo de lo material, como la gabardina que lleva Hackman, ojalá pudiera comprarme una igualita, digo estética por el conjunto, por el ambiente, por todo. Así que al que le guste el buen cine no le defraudará y además, tiene la gracia de ver a unos jovencísimos Harrison Ford y Rovert Duvall (aunque no aparezca tanto)
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16 de 18 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
Motocicleta
Hay un chiste de Eugenio que dice así:

El saben aquel de un hombre de crogmañon y su pareja que están celebrando su matrimonio, allá por la zona de Albacete, y una vez concluido el rito, felizmente, la mujer se gira hacia el hombre y le dice...
- Cariño, dime algo que no me hayas dicho nunca.
Y el hombre le responde...
- Motocicleta.

Es difícil decir cosas nunca dichas de esta película, con críticas tan documentadas como las que aquí aparecen. Este escrito, por tanto, se intuye que quedará enterrado en la inmensidad de esta web. Sin embargo, el que suscribe acaba de ver la película por segunda vez y siente el deseo de escribir sobre ella para no darle el tostón a su esposa. Ante unas expectativas de éxito tan nulas, uno se puede permitir la libertad de escribir con cierta alegría, de contar chistes, pues probablemente, terminará siendo el único lector. Escribo pues para mí, y me digo lo siguiente:

Esta película se realizó entre los dos Padrinos. Ya lo sabías, ¿verdad, Uma? Claro, es el inicio de cinco de las críticas que acabas de leer sobre ella. Vamos a otra cosa.

Esta película, Uma, te fascina. Ya desde el inicio se hace una propuesta formal muy definida que la acota y la somete. Es una propuesta arriesgada, de un tiempo, los 70, con una generación de cineastas, que parecían despreciar los riesgos y se enfrentaban a ellos con valentía. No es una propuesta novedosa, hay que decirlo, otras películas tuvieron ese tempo, esa observación, ese silencio, pero aquí funciona a la perfección, y la ejecución es muy buena, porque tiene desparpajo y opera con libertad. No quiere copiar, sirve para contar alguna cosa, por tanto no es una formula gratuíta.

Esta película te fascina por eso, Uma, o... ¿o hay algo más? Sí, hay algo más... pero no alcanzas a verlo.

Esta película tiene un tratamiento sonoro magistral. Ya lo han dicho otros, Uma, pero vale la pena incidir en ese punto. El uso reiterado de las convesaciones es un elemento de suspense efectivo. Su edición es muy precisa, tiene que serlo, o la película se va al traste. Esos aparatos son casi un personaje secundario más, una especie de "garganta profunda" que va soltando detalles, aportando datos. La "filmación" del sonido está resuelta con gran brillantez, no como un arreglo para salvar un problema, sino como un elemento más de fascinación.

El sonido, y la imagen que éste toma ante nuestros ojos, te fascina, Uma. Pero hay algo más. ¿Qué es? Se esconde en las reverberaciones de tu cabeza, en las imagenes y ruidos entrecortados que te vienen a la memoria, y que repites una y otra vez, buscando el matiz, buscando la clave...

Te fascina en esta película algo que siempre te subyuga: la mezcla entre la realidad y la ficción. Sí, ahí hemos dado con algo.
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17 de 23 usuarios han encontrado esta crítica útil
2
Soporífera
Película gafapasta por definición. Un autentico tostón tediosamente lento, que no ofrece nada aunque en todo momento pretenda convencernos de que sí. El final es lo mas interesante pero no tapa el hecho de que lleven una hora y pico aburriéndote con las bobadas de un personaje que no te engancha. El argumento es muy pobre. Ideal para echarse una siesta.
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26 de 43 usuarios han encontrado esta crítica útil
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