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57 Críticas de los usuarios

Críticas de los usuarios:
8
En los vértices del tiempo
Uno crece y aunque no quiera, ve cómo los años de juventud y universidad van quedando atrás. Esos amigos que eran tan cercanos empiezan a sentar la cabeza mientras tú sigues con ganas de hacer el loco, cantar, bailar, soñar despierto, hacer planes y promesas combatiendo el sueño cuando el sol ya despunta en el horizonte.

La vida no es exactamente lo que habías previsto, pero vas aprendiendo que hay que bajar al barro y luchar, dejarse la piel, equivocarse y caer, volverse a equivocar e intentar mejorar. No cejar en el empeño. Saber que otros pueden desenvolverse mejor, pero que tu fe es inquebrantable, las ganas de comerte el mundo las tienes intactas.

Y eres joven pero otros de tu entorno ya no lo son tanto, así que te encuentras en situaciones raras, ellos tienen una vida que no te encaja y eres torpe, raro, extravagante. Se miran, te miran, te disculpas, te vas. Lloras un poco pero luego te ríes, ¡qué más dará! Yo sigo luchando. Ellos puede que sean más guapos, o más ricos, o más suertudos. O quién sabe, ¡incluso más de todo! Pero tú haces de tripas corazón y sigues intentándolo.

Y así es como "Frances Ha" nos desgrana un pequeño compendio de todos estos sentimientos. A mí me encantó y no hay día que no la recuerde.
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105 de 110 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
The Undatable
Noah Baumbach, un director que resucitó las “Screwball Comedy” creadas en los tiempos de la gran depresión por directores como Howard Hawks, o Ernest Lubitsch. Éstas eran un subgénero de la comedia americana centrado en historias convencionales, protagonizadas en su mayoría por mujeres con una personalidad disparatada y neurótica. Siendo fiel a su estilo, el realizador vuelve a situarnos en la escena cultureta neoyorquina de la mano de Frances, una aspirante a bailarina en plena transición existencial a la que la edad está llevando a una crisis de identidad.
Nos encontramos ante una comedia inteligente y sofisticada, fácilmente identificable por el uso de una fotografía en blanco y negro, y un desarrollo de la acción basado en diálogos perspicaces, que hacen que el señor sentado en la butaca de nuestro lado exclame, “¡Oh, esto tiene que ser una comedia inteligente y sofisticada!”
Sin embargo, no son únicamente las apariencias lo que hacen de esta cinta una nueva joya del cine independiente, tanto las conversaciones como los personajes funcionan perfectamente creando una excelsa alianza con el decorado, consiguiendo un nivel de armonía tal, que podrían coronarla como la sucesora moderna de Manhattan, 1979. Y es que la comparación con el genial rey de la comedia moderna es inevitable, la antes mencionada imagen en blanco y negro, a cargo de Sam Levy, con una amplísima profundidad de campo, centrada en planos medios y primeros planos de los personajes, y planos detalle de sus acciones, consigue una estética muy evocadora de una ciudad de la que, como Woody Allen, está enamorado, rindiéndole constante homenaje con el uso de largas tomas de sus interminables avenidas.
Pero no sólo del genio Neoyorquino bebe esta cinta, Baumbach demuestra claramente estar influido por la Nouvelle Vague y por los directores franceses contemporáneos, mostrando esta influencia de forma, no exclusivamente visible en las imágenes, sino también oculta en la banda sonora, o ambas, escénica y sonoramente, véase el guiño que el director hace a la fantástica producción de Leos Carax, Mala Sangre, 1986, cuando la protagonista corre como loca al ritmo de la canción Modern Love de David Bowie.
¿Recuerdan por qué corría Lola en aquella genial cinta de Tom Tykwer? Lola corría para conseguir atrapar el futuro antes de que éste la atrapase a ella. En este caso, Frances corre para evitar que se le escape el presente, una entrañable Greta Gerwig que se convierte en el atractivo principal de la película. Una de las musas del “Mumblecore” y el bajo presupuesto, que repite con Baumbach, como ya lo hizo en Greenberg, 2010, ayudándole a escribir el guión y bordando una actuación llena de personalidad y simpatía.
—Sólo tengo veintisiete, afirma la protagonista con un cierto tono de excusa y autocomplacencia mientras se da cuenta de que empieza a creer lo que todo el mundo piensa, que la juventud está llegando a su abrupto final. Es precisamente la no aceptación de la madurez uno de los temas recurrentes de la cinta. Soñadores que son cruelmente despertados por el indolente paso del tiempo, ilusiones que se desvanecen por la falta de aptitudes en un mundo muy competitivo, y el estudio de las relaciones de pareja, ya sean amorosas, fraternales o amistosas, son temas clave, que el director, sirviéndose de forma autobiográfica de su propia experiencia, tiende a poner como objeto de estudio en sus obras.
Frances es una chica alegre y despreocupada que comparte piso con su mejor amiga, Sophie, y cuya meta en la vida es llegar a ser una bailarina profesional. Deambulando por la gran manzana de forma errática, vive rodeada de artistas de segunda fila con los que tiene una relación de amistad basada en el interés, las apariencias y el egoísmo artístico de quien piensa que sus problemas son más importantes que los del resto debido a que su trabajo es de mayor trascendencia. Pero un día, su vida tomará un brusco giro producido por una sucesión de inesperadas noticias, personales y profesionales, que la obligará a plantearse su futuro y la forzará a darse cuenta de que no es posible vivir trampeando al margen de las preocupaciones.
Hipnótico retrato de la, cada vez más prolongada, juventud. Una nueva generación de espíritus libres, insatisfechos e inconformistas, que no aceptan la ausencia de todas esas oportunidades que les rodeaban otrora, y que parecen no favorecerles cuando más las necesitan. Frances Ha logra de manera convincente defender la idea de la constante lucha por conseguir lo que deseamos. Un mundo sin propiedades, donde todo es prestado y nos puede ser arrebatado en cualquier momento. Irreverente, descarada y por momentos hilarante, se convierte en una de las apuestas más divertidas y originales procedentes del otro lado del charco.
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92 de 96 usuarios han encontrado esta crítica útil
6
El patito feo que quería ser cisne y no sabía cómo
Cuando no sabes qué quieres en la vida – o lo crees saber pero no te atreves a actuar o a lanzarte – todo se vuelve cuesta arriba y parece que sólo que hay problemas, contratiempos, desengaños y frustración… Cuando cualquier tiempo pasado se antoja mejor y más prometedor, cuando vas comprobando que todas las ilusiones adolescentes brillan por su pertinaz ausencia y te abocan a un callejón sin salida… Cuando todo lo que te queda es sobrevivir malamente porque la vida parece un caos embrollado del que no sabes cómo salir y nadie parece tomarte en serio… Entonces te entretienes con locuras, fantasías, elucubraciones y huidas hacia ninguna parte que te abocan a la más frustrante de las soledades.

Madurar y hacerse adulto no es fácil y esta modesta cinta lo muestra una vez más sin ambages ni circunloquios. Quizás en exceso deudora de un planteamiento y desarrollo “de y para mujeres”, sin embargo refleja con precisión los pormenores y dificultades de estarse acercando a los treinta sin haber conseguido ningún logro personal o social digno de tal nombre y todo se limita a conseguir reunir el suficiente dinero para pagar el alquiler de un piso compartido en una gran urbe como Nueva York. El tiempo corre en contra nuestra y parece disolverse ante nuestra atónita mirada, sin nada que ofrecer sino una verborrea torpe y atropellada que apenas deja resquicio para la mínima esperanza.

Esta cinta ofrece el retrato premioso de un desengaño vital que no se atreve a decir su nombre, donde el movimiento no muestra avance alguno sino solo ganas de salir adelante, pero sin ninguna concesión a la facilidad o la felicidad. La figura protagonista está muy bien dibujada – ese yerro constante, ese aturdimiento existencial, esa ineptitud por tomar decisiones razonables, esa imprudencia disparatada que la hace pisar todos los charcos reales e imaginarios – pero adolece de un exceso de autocomplacencia, de una ceguera narcisista que acaba casi agotando e irritando al espectador. Hay demasiado de lo mismo, con pocas variaciones y nulos matices. Ya después de un cuarto de hora hemos comprendido qué le pasa (y le seguirá pasando) a su ‘heroína’, porque ese tono monocorde enfatiza la ausencia de cualquier rayo de optimismo. Y es por ello que el desenlace – en que parece que ha conseguido ‘algo’ – no resulte ni veraz ni verosímil, sino un mero artificio de las guionistas.

¿Interesante? Sin duda. Pero bordea peligrosamente el aburrimiento.
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61 de 73 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
Optimismo en blanco negro
Se trata de una historia sobre perseverancia, la crónica de una luchadora que no se deja vencer por los reveses que va recibiendo. Tiene la fuerza que le da la juventud, la fuerza que le da el tener clara su meta. Cree ciegamente en sí misma, y no existe poder más grande que ese. Es un desastre de mujer, totalmente inmadura, caótica. Se resiste a sentar cabeza, a pasar al siguiente nivel del juego de la vida.

Está en esa etapa en la que sus amigos empiezan a cambiar, a ser menos divertidos, a buscarse parejas estables, a instalarse, a hacerse adultos. Ella no siente lo mismo, no quiere ese tipo de vida, le gusta seguir siendo como es. Esto hace que se sienta cada vez más sola e incomprendida, aunque está decidida a seguir luchando por lo que quiere, por sola que esté. Siempre optimista. Traviesa y tierna, Frances trata de aferrarse a su gran amiga, aunque ésta ya se ha ido de su lado.

“Frances Ha” es una comedia dramática que incita al optimismo. Da buen rollo. Uno sale del cine con la idea de que todo sueño es alcanzable y que hay que perseverar siempre en lo que uno cree, por difícil que sean las cosas. Frances sueña con ser bailarina profesional, pero no tiene talento para ello. Quiere tener una relación personal especial y mágica, pero la gente prefiere a otras personas antes que a ella. Y no se viene abajo con los fracasos. Desde las butacas, todos la apoyamos para que no se rinda.

Uno se imagina perfectamente a Woody Allen con treinta años haciendo esta película, mano a mano con Truffaut en la época actual. Si eso fuera posible, el resultado sería muy parecido a “Frances Ha”. El blanco y negro, el tema que trata, los diálogos, el ritmo narrativo, todo evoca a Allen y a la Nouvelle Vague, trasladado a estos tiempos, por supuesto.

La película no ofrece nada nuevo, pero mantiene interesado al espectador en lo que está viendo a lo largo de todo el metraje. Logra que te involucres, transmite sensaciones, y es muy fácil identificarse con los personajes, porque son muy creíbles y cercanos.

A pesar de que el argumento es un tanto simple, la película profundiza en los temas que trata, aunque a simple vista parezca que lo trata todo con ligereza. Pero no, realmente indaga en asuntos como la soledad, la amistad, el significado del triunfo y el fracaso, y la juventud (ya no tan joven) en estos tiempos.

Y tanto elogio me sorprende hasta a mí, porque la película no es perfecta ni muchísimo menos. Es más, le encuentro bastantes carencias. El guión es imperfecto, el ritmo irregular, la última parte de la película se atropella un poco y creo que no está bien estructurada. Pero todo eso son menudencias para mi, porque a pesar de ello, el resultado final es un film sumamente agradable, una película deliciosa.

Hay que mencionar a Greta Gerwig, que hace un excelente papel, cargando con todo el peso interpretativo de la película (además de colaborar con el guión). Su interpretación rebosa frescura, espontaneidad, y logra transmitir al público todo lo que el papel requiere. Dudo que otra actriz consiguiera hacerlo mejor.

Tampoco puedo dejar de citar las buenas canciones que salen en la película. Eso es un gran aliciente para mí, una manera de redondear una gran tarde de cine. Canciones de T-Rex o Harry Nilsson, y por encima de todas el “Modern love” de David Bowie que me cuesta quedarme quieto en la butaca mientras suena.

Total, una película encantadora. Tan divertida como melancólica. Provoca ternura y rebosa vitalidad. Una cinta que recomiendo a todo el mundo, pero especialmente a aquellas personas nostálgicas y soñadoras, estos la disfrutarán tanto como yo.

Artículo completo y reflexiones adicionales en: http://keizzine.wordpress.com/
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19 de 23 usuarios han encontrado esta crítica útil
5
La delgada línea entre lo hipster y el postureo cinematográfico
Ser o no ser distinto. Querer serlo, y no dar para más que cuatro modernuras que te llevan de nuevo a no ser distinto: posar con un libro, posar en bici, posar con el pelo asalvajado y posar con una cerveza. Cerveza de botellín. El concepto de hipster (a poco que se investigue un poco en Wikipedia) no debería ser peyorativo. Sin embargo, los primeros hipsters no estaban tan mal vistos como los neo hipsters. Quizás porque antes no existían las redes sociales y el postureo, herramientas que permiten dudar bastante de la autenticidad del hipster. “Frances Ha” podría dar el pego de película alternativa, independiente. Y probablemente pase a formar parte del pódium de películas que un hipster debería ver. Pero realmente, “Frances Ha” es una película prescindible. Postureo cinematográfico resumido en: fotogramas en blanco y negro, música ochentera, intentos de buenas conversaciones, y, sobre todo, mucho sacrilegio. Su director, Noah Baumbach, toma referencias de algunos grandes del cine independiente, como Woody Allen, Godard o Truffaut. Pero por mucho que su protagonista sea neoyorquina, viaje a París, y quiera hacerse la intelectual leyendo un libro de vez en cuando, el intento se queda en una imitación superficial de la forma que no toma consistencia, o en un cupcake desinflado, para ser más gráficos.

Divertida en ocasiones, la historia de Frances podría resumir la situación de muchos jóvenes luchadores e inconformistas. Podría. Pero Frances se comporta la mayoría del tiempo como una niñata. A sus 27 años está encantada de vivir en la inopia, y solo se da cuenta de que tiene que hacer algo con su vida cuando su círculo de amigos comienza a sentar la cabeza de manera tradicional: matrimonio, hijos. Entonces, llega la dicotomía: los demás son unos perdedores y ella mola, porque aún siendo una inmadura, sigue siendo fiel a sí misma. Llegado ese punto yo me pregunto qué relación tiene llevar una vida de adolescente y poco comprometida, con las posibilidades de alcanzar las metas anheladas. O por qué madurar es lo mismo que ser un borrego. Hay algo de Frances que no me termina de convencer, quizás porque no la puedo tomar en serio, ni representa a la mayoría de jóvenes (o eso quiero pensar). Greta Gerwing, además de haber escrito el guión junto a Noah Baumbach, borda el papel de Frances: si el objetivo era parecer la versión femenina de Peter Pan, lo consigue. A menudo su mirada triste y decepcionada conquista al espectador. Porque en esos momentos parece que en el interior de Frances hay vida inteligente. Lo poco salvable de la película está resumido en el tráiler, donde además hay algunos fragmentos de la mejor escena, donde la protagonista corre por la calle melena al viento haciendo algunos giros demostrando al mundo que quiere ser bailarina aunque lo haga de pena (muy inspiradora, donde además suena de fondo la canción “Modern Love”, del dios David Bowie al que todo hipster debe rezar tres veces al día). Pero detrás de la bonita estética y banda sonora de “Frances Ha” no hay mucho más que postureo independiente, aunque su historia parezca prometedora.


http://lauracarneros.wordpress.com/
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23 de 32 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
Frances Ha: Excelente comedia dramática, bella, melancólica y realista
“Frances Ha” es la nueva película Noah Baumbach, el director de “Una Historia de Brooklyn”. En esta ocasión regresa con esta excelente comedia drámatica en blanco y negro. Bella, melancólica y realista. Respira clasicismo y es moderna a la vez. Una triste y luminosa fábula de gran humanidad. Aunque recuerda al mejor Woody Allen de los 70, mantiene alma propia y refleja la identidad del director. Excelente dirección y trabajo de fotografía, el blanco y negro se amolda de maravilla a la historia, el guión escrito a dos manos por Baumbach y su actriz principal Greta Gerwing, que además hace una interpretación inolvidable, dotando de vida y gran naturalidad a Frances, esa chica que a veces parece perdida y aferrada al pasado, que en muchas ocasiones retrata con fidelidad varios rasgos de la juventud contemporánea, con sus inseguridades, temores e ilusiones, que aunque se centre en la vida de los jóvenes artistas, los sentimientos que recorren a Frances y sus amigos son universales. El guión es excelente con varias perlas y buenos diálogos. Además de Greta, el resto del reparto cumple y se desenvuelve con gran naturalidad. La película me ha encantado, y curiosamente me recuerda un poco a el filme alemán “Oh Boy”, otra excelente comedia drámatica en blanco y negro, con un joven a la deriva. Por eso la he llamado como la versión femenina de “Oh Boy”. Muy recomendada, de lo mejor del año. Estoy seguro que muchos se identificaran con Frances en algún momento y Noah Baumbach se sigue confirmando como maestro de las comedias drámaticas y de los mejores exponentes del cine independiente americano

http://www.frasesdepeliculas.com.co/
http://asbvirtualinfo.blogspot.com/
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14 de 18 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
Frances, eternamente joven
"Frances Ha" o como luchar con el entorno por conseguir tus sueños y mantenerte firme en ser como eres.

La protagonista, muy bien interpretada por Greta Gerwig, lucha por aferrarse a la juventud, no quiere crecer, no quiere entrar en el mundo adulto y responsable. Ella valora por encima de todo la amistad y cree que hay que vivir la vida como cada uno crea que debe vivirse.

La nueva película de Noah Baumbach, es una comedia dramática en blanco y negro, donde todo el peso recae sobre Frances,a la que enfrentara a el paso de los años. La protagonista ve como los tiempos de la universidad y sus amigos de juventud van quedando atrás. Sus amigos empiezan a pensar diferente, a sentar la cabeza, mientras ella no quiere ser como todos. Ella quiere hacer lo que le apetece, cosas tan sencillas como bailar, cantar, reír, soñar, correr...

Frances a menudo se siente sola,incomprendida y solo su fuerza y sus ilusiones le ayudaran a seguir adelante en un mundo que no se lo pone fácil.

Si le coges cariño a Frances Ha, os gustará mucho la película. Muy recomendable
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13 de 16 usuarios han encontrado esta crítica útil
4
Ese olor a cine independiente norteamericano
Como si John Cassavettes hubiese conocido a Woody Allen viendo una y otra vez la serie "Girls", "Frances Ha" apesta a cine indie norteamericano por los cuatro costados. Para bien: esos personajes que parecen sacados de un álbum amateur cuya frescura inunda la pantalla, una música lúcida que acompaña a la protagonista en muchas secuencias, y una narración ágil, donde Greta Gerwig pone su empeño en fortalecer la acción y el nada complaciente reflejo en querer plasmar lo más real en la vida de una joven que quiere ser bailarina.
Pero ese blanco y negro no ayuda. Y si para ser moderna tienes que rechazar un trabajo sin tener un duro, tener unos padres la mar de modernos, unos amigos taaaan guays, una amiga que se marcha a vivir a Japón y para rematar la faena te marchas un fin de semana a París porque te da la gana, la cosa no te la crees tanto.
La cuestión es que le has sacado tanta simpatía a Greta Gerwig que le perdonas todo.
Y lo que está muy claro es que en Europa la película hubiese sido otra. Si no, que se le digan a los hermanos Dardenne, que le hubiesen dado un par de bofetadas a esta Frances Ha y la hubiesen dejado temblando.
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11 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
2
Insoportable
Una tontería con pretensiones y adornada con la etiqueta indie (cuántas estupideces se perpetran en nombre de esa cosa tan prestigiosa como mayoritariamente vacua llamada cine independiente), que describe en estratégico blanco y negro, con personajes, situaciones, diálogos y actores lamentables, la supervivencia y relaciones de una chica presuntamente vitalista pero que en realidad se hace insoportable al espectador, que tiene que sufrirla manteniendo conversaciones intrascendentes, acudiendo a citas tontas, buscando trabajos temporales y tomando decisiones absurdas. Cae mal porque su vida es un desastre pero no resulta en absoluto atractiva ni bohemia, y por ningún lado te explicas ese optimismo recalcitrante del que hace gala constantemente. Y total para contar nada.
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36 de 65 usuarios han encontrado esta crítica útil
9
Frances busca su sitio
Nostalgia es eso que se siente cuando echas la vista atrás y te ves en el patio del colegio, bailando con tus amigas canciones de los 90. No son de esa época los temas que baila Greta Gerwig, protagonista de esta cinta, pero sí que es nostalgia lo que se siente viendo "Frances Ha", la nueva película de Noah Baumbach.

Quizás se debe al riguroso blanco y negro, a las calles parisinas o "Modern Love" de David Bowie, pero el largometraje del director de "Margot y la boda" (2007) y de "Greenber" (2010), irradia esa sensación desde los títulos de crédito. Esa vuelta a casa después del viaje perfecto, del que nunca quieres llegar.

Gerwig, que escribe el guion junto con Baumbach, se mete en la piel de Frances, una alocada mujer a la que le cuesta aceptar que ha llegado el final del trayecto. La adolescencia terminó y debe seguir adelante, encontrar su lugar en el mundo. Es precisamente de búsqueda de lo que nos habla esta película con un estilo muy viejo y a la vez muy actual, pues es probable que muchos jóvenes se sientan identificados con Gerwig, en la que recae todo el peso del filme. El mismo peso que recae sobre Adèle Exarchopoulos en "La vida de Adele" o en Cate Blanchett en "Blue Jasmine" y que pueden asemejarse a la cinta. Exactamente al cine más clásico y neoyorkino de Woody Allen nos recuerda "Frances Ha", obra de ritmo constante y bailarín, que en ocasiones parece una improvisación, deliciosa por otro lado.
Gerwig, la nueva musa del cine "indie", hace una interpretación soberbia de Frances, una adorable mujer, que como ella bien dice, es demasiado alta para casarse. Quizás sea por eso por lo que no encuentra pareja "la espanta chicos", como le llama su compañero de piso. Pero el caso es que no es una película de relaciones amorosas, se trata de amar a los amigos, como el inconmensurable amor que siente a su mejor amiga Sophie, que la ha abandonado para vivir con su novio. Pero tampoco es ese el tema principal de esta comedia dramática, sino el encontrarse con un mismo, el seguir adelante, bailando o simplemente andando, pero seguir.

"Frances Ha" es un buen ejemplo de mumblecore, ese movimiento cinematográfico que nace en el seno del cine independiente norteamericano con películas como "Funny Ha Ha" de Andrew Bujalski. Esta cinta muestra una apariencia sencilla y desenfadada y destaca, no solo por la interpreción de Gerwig, sino también por la maestría del director para canalizar emociones.

Uno de los puntos fuertes del largometraje se encuentra en la banda sonora, que se enriquece con temas míticos como el de Bowie, que pone fin a la proyección, "Rock off" de los Rolling Stones o "Every 1's a winner" de Hot Chocolate. Un placer para los oídos que se fusiona con la calidad de la fotografía, a cargo de Sam Levy.

Una pequeña joya que se presenta como uno de los títulos del año, desprendiendo magia en cada segundo de los 86 minutos de duración. Una obra que nos traslada al pasado y que al instante nos devuelve al presente. Luego el espectador puede elegir donde quedarse, si en las canciones de finales de los 70, principios de los 80, o en las actuales. Pero ya lo dijo Jorge Manrique: "cualquier tiempo pasado fue mejor".
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9 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
5
Crítica criticable y nada objetiva porque... yo también he tenido que acortar mi nombre en el buzón.
Volvemos al mumblecore, y por supuesto al blanco y negro, cómo no. Un director descaradamente hipster como Noah Baumbach (el de "Una historia de Brooklyn") no podía faltar a esa cita con el B/N que más tarde o más temprano tienen todos los alternativos.

Y mira que me repelen. Y mira que veo el primer fotograma en B/N y ya tengo las uñas afiladas y dispuestas para el ataque. Y mira que los primeros planos ya me ponen los pelos como escarpias y los dientes como puñales.

Pero cuche usted, contra todo pronóstico, "Frances Ha" me ha gustado. Bueno, para ser más exacta, lo cierto es que no me ha disgustado del todo. Tal vez porque:

- Frances quiere ser bailarina aunque ande como un pato mareao.

- Frances es una auténtica espantatíos de manual.

- Frances cree en la amistad por encima de todo y por ello se pega unos palos de la hostia.

- Frances es la única persona que ha viajado a París y no ha flipado.

- Frances intuye que hacerse mayor es un coñazo y lo intenta retrasar al máximo.

Sea por lo que sea, Frances me ha caído bien. Además compartimos problema: mi nombre también es demasiado largo y tampoco cabe entero en mi buzón. La diferencia es que ella ha acortado su apellido y lo ha dejado en "Ha" y yo he preferido sacrificar mi nombre de pila y lo he dejado en "I". Por lo demás nos parecemos poco, pero creo que nos llevaríamos bastante bien. Por lo raritas y eso. Aunque eso sí, mi vida tiene algo más de color.
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8 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
4
Pues eso "ja"
No te mueres de la risa, pero tampoco te mata del tedio. Es una película que aspira a más de lo que llega, pero oye, el recurso del blanco y negro siempre es +2.

Prescindible y con una moraleja demasiado näif para sacarte eufórica del cine. No hace nada nuevo para su género.
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9 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
La película que todo hipster debería amar
Frances, una joven de 27 años, vive alegre y despreocupadamente con su amiguita del alma Sophie, e intenta perseguir con bastante poco éxito su sueño de ser bailarina. El caso es que un día Sophie deja tirada a Frances para irse a vivir a otra casa. Esto será todo un punto de inflexión para nuestra protagonista, ya que aquí empezará su permanente errancia de apartamento en apartamento.

Esta peripatética búsqueda de casa, y de sí misma, que hace Frances, bien puede ser una metáfora de la nueva errancia a la que estamos condenados los jóvenes hoy en día. Ya que a pesar de haber hecho todo lo que se suponía que teníamos que hacer, el futuro todavía se nos antoja bastante incierto.

Uno de los mayores logros de la película es que funciona a la perfección como retrato de su protagonista. Al fin y al cabo, de ahí el título. Lo que pasa es que el film logra transmitirnos el estado anímico de la joven sin caer en cursilerías. Para ello se ha prescindido mucho del plano detalle y los cortes entre plano y plano están perfectamente medidos, dando mayor enjundia a gestos o miradas concretas de la actriz Greta Gerwig.

Por otro lado, la cinta está grabada en un blanco y negro que le acerca aún más a Godard, Truffaut, el legado de la Novelle Vagy, porque no decirlo, también al Woody Allen más setentero. En fin, una película de gafapasta, referencias a Proust, ordenadores Mac, camisas a cuadros y jugada de backgamon incluidas. Entrañable y muy disfrutable.

Aquí os dejo una interesante vídeo-review de la peli ;) https://www.youtube.com/watch?v=AjGSCLevvM4&list=TLqnnFDSu4A3qsJSo8ejER7D7Gl-P9RZTz
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7 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
6
Indie pretencioso
Frances Ha nos cuenta...bueno en realidad no nos cuenta nada, sino que se limita a mostrarnos la vida de un grupo de treintañeros neoyorkinos alternativos, girando la "historia" alrededor de Frances (Greta Gerwig) una chica inconfundible que parece haberse dado cuenta de que el inevitable hecho biológico de crecer no encaja con su personalidad espontánea e infantil.

A pesar de que no ocurren grandes cosas en la película, lo que la configura como un ejercicio costumbrista bastante amuermante (realmente hay más de una escena completamente intrascendente e innecesaria, como la visita que realiza Frances a Sacramento en navidad) hay una serie de factores que la hacen curiosa y que valga la pena echarle una ojeada:
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6 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
5
Peter Pan.
155/12(17/09/19) Sobrevalorada dramedia estadounidense, con más ínfulas que poder de seducción, que bajo el sello independiente pretende mucho más de lo escaso que da. Dirigida por Noah Baumbach y escrita por él mismo y Greta Gerwig, esta última protagoniza el film. La (confusa) etiqueta indie queda patente desde su (innecesario) blanco y negro, que ya ansia entroncar con películas como la alleniana “Manhattan”, o la nouvelle vague de creadores como Truffaut o Godard (a esta petulancia ayuda la música del galo George Delerue, compositor de muchas cintas de la Nueva Ola) pero que en su interior anida el vacío, ello capitaneado por un personaje con el síndrome de Peter Pan, al cual acompañamos en una odisea sin poder dramático, en el que va cambiando de hogar cada dos por tres en NYC, va por Navidad a casa de sus padres y pasa un fin de semana en París. Entre medias diálogos pomposos que a mi mueven a la nada, el vitalismo que se le quiere endosar a la protagonista me queda más bien en infantilismo, donde lo único que saco en claro es que es una lesbiana reprimida incapaz de salir del armario. Tiene con su amiga Sophie una relación definida por ella como de “siamesas” o de “lesbianas viejas que ya no practican sexo”, pero se nota entre ellas tensión sexual no resuelta en la que no se entra, incluso para reforzar esto vemos que en el tiempo que estamos con Frances no tiene relación amorosa ni cuasi con ningún hombre, sin embargo si oímos que dice varias veces a su amiga que la ama, incluso en la cama. Un intrascendente producto que la crítica general ensalza (me reconforto que un crítico tan prestigioso como Carlos Boyero coincida conmigo) con el piloto automático, he visto mucho (pero inmensamente) mejores obras sobre la amistad y el salto a la madurez, el devenir de esta joven me queda plúmbea, sin garra, sin intensidad, pasa cual abeja de flor a flor sin que ocurra nada sustancial, tanto que sus escasos 86 minutos de metraje se me hacen largos en su superficialidad e inanidad, todo esto hace nunca me emocione, donde el humor me resulta nulo, y el drama me queda inexistente, se me hace fácil de olvidar.

Un relato en la que no pasa nada trascendente, es el estudio de personalidad de una chica que reniega de tomar responsabilidades, se acopla en el apartamento del primero que pilla cual lapa, joven optimista y alegre, pero con la que nunca conecto, su mundo de yupi en que no desea carga alguna parece tambalearse al darse cuenta que sus amigos de alrededor si avanzan, y ella sigue estancada en una post-adolescencia. Esta grieta generacional que no sabe progresar la protagonista queda expuesta en la cena en que ella se sincera ante el desarrollo de las vidas de los demás en la madurez, y ella se va quedando atrás. Pero todo esto me queda naif, sin pegada sentimental, con pretensiones de ir más allá en sus referencias cinéfilas, pero todo me queda huero, conversaciones insípidas con ansias de ser más, situaciones forzadas (una visita a París sin sentido), donde si lo que se quiere es ensalzar es la peterpanesca personalidad de Frances me resulta vomitivo.

La actriz protagonista (y guionista) Greta Gerwig deja muestras de naturalidad y bonhomía, pero su rol está al servicio de una anti-historia; Mickey Sumner como Sophie, la muy mejor “amiga” de Frances, cumple.

La puesta en escena destaca primero por el blanco y negro por la cinematografía de Sam Levy (“Lady Bird”), moviéndose con soltura por los interiores de las viviendas; También es destacable la banda sonora no original donde suenan temas de films franceses (nouvelle vague) de Georges Delerue, Jean Constantin, o Antoine Duhamel. Asimismo hay canciones pop, incluyendo "Every 1's a Winner" de Hot Chocolate, "Blue Sway" de Paul McCartney, "Chrome Sitar" de T.Rex, “Rocks Off” de Los Rolling Stones, “Mrs. Butter's Lament” de Harry Nilsson o "Modern Love" de David Bowie. O música clásica de Mozart o Juan Sebastian Bacch; El rodaje tuvo lugar en la ciudad de Nueva York, Sacramento, París y el Colegio Vassar.

Para saber el porqué del título hay, ya que Frances no se apellida Ha, hay que ver el final de la película.

En conjunto me queda una prescindible película que se me olvida mientras escribo. Fuerza y honor!!!
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6 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
Una juventud posmoderna
De nuevo nos encontramos el blanco y negro en la pantalla, quizá como huella de libertad creativa o quizá como manifestación estética de una vitalidad que no precisa del color para mostrar la alegría de vivir. Así se nos presenta "Frances Ha", película de Noah Baumbach estrenada recientemente y que se acerca a una realidad tan juvenil y auténtica como desorientada y perdida. La trama es mínima y se reduce al deambular cotidiano de Frances por Nueva York, Sacramento o París..., por uno y otro piso alquilado con amigos, prestado por ellos o en un colegio mayor..., por un trabajo como bailarina suplente o secretaria de una compañía, como camarera o sin hacer nada... Así es la vida de esta joven de veintisiete años, que no sabe si es vieja o joven, si es un "espantachicos" o simplemente no quiere compromisos, si su vida tiene futuro o si va huyendo hacia adelante por los resquicios que encuentra en su caminar.

Sin duda, la película de Baumbach respira frescura, libertad, chispa, energía. Es la que tiene su protagonista cuando tiene que abrirse paso en un entorno laboral difícil, cuando se adivina un desencanto afectivo quizá fruto de relaciones anteriores... pero que no la sumen en la depresión ni el encerramiento en sí misma o en su apartamento. Frances encarna el espíritu del ave fénix, el de un renacer continuo frente a la adversidad y la decepción, sin cejar en su intento por ser feliz o en tener un piso propio con su nombre en el buzón... aunque sea renunciando a parte de su apellido. Los amigos y amigas se le van escapando, lo mismo que los trabajos... y sin embargo, ella continúa su baile con la vida, su corretear alegre por las calles, su volver a empezar. Su juventud es una coreografía continua, libre de ataduras y también de cualquier conciencia moral o de normas sociales. En ese sentido, su cuerpo tiene la flexibilidad de la bailarina y su cabeza el desorden de quien no se ha asentado en la vida -así se lo dice su amiga Sophie-, mientras que en su horizonte solo se percibe el qué haré hoy o mañana, a lo sumo.

Pero Frances también es el ejemplo de una juventud que huye hacia ninguna parte, que vive de emociones pasajeras y que elude responsabilidades que se prolonguen en el tiempo. Nuestra protagonista busca continuamente su lugar en la sociedad y no parece encontrarlo nunca, recorre lugares -estamos de nuevo ante una road movie- para no arraigar en ninguno... porque se mueve en el terreno de lo efímero y de lo virtual, de lo posmoderno. No hay moral que a uno le sujete ni conciencia que le recrimine, y por eso no hay culpa ni amargura... y todo se convierte en un recomenzar continuo sin un pasado que lastre las decisiones. Cada presente se convierte en un refugio de uno mismo, y el futuro no es otra cosa que una ilusión y una fantasía. Y así, esta juventud posmoderna no consigue superar una adolescencia que se prolonga con los veintisiete años.

El director traza una planificación cuidada y precisa en su duración que sabe fijar la cámara para capturar trozos de realidad, con un ritmo ágil que responde al vitalismo de la protagonista, con un hermoso blanco y negro que da cuenta de la autenticidad del trabajo, con una banda sonora pletórica de ganas de vivir. Indudablemente, estamos ante un autor y una propuesta con personalidad, y también advertimos la chispa de inteligencia y sensibilidad, de comicidad y aparente ligereza. Carece solemnidad y no abusa de los subrayados, se advierte el retrato certero de una juventud que vive el presente... quizá porque el futuro es incierto. Pero no hay mayor profundidad en sus reflexiones ni contemplación en su acercamiento a la realidad; sí hay, en cambio, belleza en su tratamiento estético y una elegante dirección de actores en donde sobresale la interpretación de Greta Gerwig. Por eso, con las salvedades apuntadas, se trata de una película recomendable para cinéfilos y espectadores que quieran un cine no demasiado comercial.
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5 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
ADRESS
Greta Gerwig, al igual que su personaje Frances ha conseguido su propósito en la treintena. Ya lo venía puliendo con un personaje que se iba repitiendo en cada cinta más o menos"mumblecore" y por fin su pareja y director de esta comedia agridulce le ha regalado todo su saber fílmico para que ese patito feo, esa desgarbada Mary Santpere (¿alguien se acuerda de ella?) californiana, encuentre su rincón en el mundo neoyorkino y en una vida que solo aspira a encontrar esa mirada cómplice que solo te puede dar en el momento más inesperado aquel que te quiere de verdad.
Un cuento en blanco y negro con momentos realmente brillantes donde Baumbach es capaz de emocionarnos y contarnos toda una historia con apenas un montaje rápido de media docena de fotogramas (!como me recordaba a Up!) en la magistral visita en Navidades a Sacramento donde viven los padres de Frances y donde nació Gerwig. La ifluencia de Allen entre otros está presente casi de forma inevitable y aunque el guión en el que participa la propia Gerwig no está a la altura del maestro se reconoce como alumno aplicado. Muy acertada la selección musical, me encantó "Every 1´s a winner" (Hot Chocolat/ 1978)
Tiene sus baches y dulcifica con humor como en el último trabajo de los Coen, la derrota vital (nunca vi un paseo por el romántico París tan triste) e injusta de muchos que se quedan en el camino, pero al final la esperanza nos deja su domicilio por si queremos ir a visitarla.
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4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
La alegría de vivir
Lamento que Carlos Boyero, a quien tanto admiro, se haya cargado esta pequeña película, barata y falta de pretensiones, en la que se nos muestra las vidas de un puñado de treintañeros (más o menos) en el Nueva York actual. Greta es una chica grandota, tal vez poco adulta, soñadora, con grandes esperanzas puestas en el futuro, esperanzas que acaso sean desproporcionadas en relación con su talento. Va de piso en piso. corta de dinero pero desbordante de ilusiones. Con un estilo cercano al de Woody Allen post Annie Hall, Frances Ha es una bocanada de aire fresco en el panorama indie (y yo no soy de los que se quedan babeantes cuando leen la palabra "indie"; hay mucha tomadura de pelo emboscada tras esa acepción), con una cámara que recorre las calles de la ciudad y los apartamentos de los personajes sin marear al espectador, una sucesión de temas musicales fascinantes, y nos actores frescos y desinhibidos ante la cámara, como si les estuvieran rodando en la vida cotidiana. Greta Gerwig y Mickey Sumner lideran el reparto, las dos amigas de toda la vida que se quieren a pesar de sus diferencias. Un aroma a Nouvelle Vague recorre la función, en un blanco y negro impecable que vale la pena disfrutar. Una pequeña sorpresa.
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3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
9
Nuestra Frances
Frances Ha es una película que duele. Duele porque es difícil no sentirse identificado. No hace falta tener una vida tan desastrosa como la de la protagonista para saber que a veces cuesta dejar las cosas atrás, y más si estas nos han hecho felices. Cuesta no encontrar tu sitio y, sobretodo, darse cuenta de que quizás nunca vas a realizar los planes que has ido haciendo a lo largo de tu vida.

Esta pequeña pero enorme película sigue la vida de una chica de 27 años que no ha encontrado su sitio en el mundo y que ve cómo todos a su alrededor le van "adelantando" en este juego de la vida, mientras ella parece haberse quedado estancada en el pasado.

Frances es una chica que va tirando. No siempre puede llegar a fin de mes, pero se las apaña. Quizás no es la chica más guapa, pero es graciosa, aunque no siempre entiende las bromas que le hacen. A veces es un poco infantil y no es demasiado buena en las relaciones amorosas. A veces toma malas decisiones, como irse de viaje a París a pesar de no tener dinero para pagar el alquiler. Tiene la habitación desordenada y miente cuando le preguntan que cómo le va la vida. A veces se siente sola.

Greta Gerwing sostiene el peso de la película, convirtiéndose por completo en Frances, con una actuación delicada, divertida y sincera. A veces la odiamos un poco, otras la compadecemos, pero en el fondo no podemos evitar quererla. En general, todos los demás actores y actrices hacen un buen trabajo.

El guion, escrito por Baumbach y Gerwing, es también estupendo. Combinando la comedia y drama, y con un toque de nostalgia presente en cada escena. Nos dejan también algunas frases y diálogos memorables (por ejemplo el genial monólogo de Gerwing sobre lo que busca en una relación).

La fotografía es bellísima. El recurso del blanco y negro es un gran acierto, que además intensifica el sentimiento de nostalgia y aporta más intimidad. La selección musical es otro gran acierto de la película, realmente genial.

En resumen, Frances Ha es uno de esos filmes que se te meten dentro. Una pequeña producción que consigue calar en nuestro interior, nos hace reír, llorar y, en menos de una hora y media, consigue hacernos amar a este completo desastre que da nombre a la película. Quizás es imperfecta (la película), como su protagonista, pero ahí es donde radica su belleza y su encanto.
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3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
No es Garbo pero de eso tiene mucho.
El mumblecore sería, grosso modo, al cine americano lo que el cine guerrilla es a España. Ninguna industria se salva de tener jóvenes creadores obstinados y talentosos que no reciben un duro en subvenciones, ayudas o apoyos a grandes escalas. Lejos de quedarse a esperar de brazos cruzados la llegada de un futuro utópico e incierto, en que existirá el reparto equitativo de bienes y todos cantaremos y danzaremos felices, los miembros de estas corrientes asumen el valor del presente y la capacidad de crear grandes obras sin estar mermados o condicionados por el grifo económico cerrado. Una crisis financiera no tiene que llevar necesariamente implícita una crisis creativa, y este movimiento pregona con dicha afirmación. Si bien podría decirse, de forma instantánea, que Frances Ha es una de las películas cumbre que mejor definen el espíritu de la susodicha categoría.

Precisamente, de cantar y danzar sabe mucho Greta Gerwig, que se ha coronado, o que han coronado, como la reina del mumblecore, la quintaesencia de un nuevo cine indie que cabalga entre lo filosófico, lo naturalista y lo hipster. Frances Ha es una extensión de la propia actriz, dotada de una frescura, espontaneidad y encanto que abraza el romanticismo. Un prodigio libérrimo de evidente paralelismo con personajes de ficción acaramelada como Amelie, que se mueven entre la travesura, la ternura y el optimismo por la vida. Es un cine cuyo motor y engranaje se fundamenta en la atracción carismática de sus protagonistas, pues el alma de estas películas reside en el relato multiforme y casi monopolístico de las andanzas y aventuras del carácter principal. En este caso, al alegre idealismo innato de Gerwig se une su relación con Noah Baumbach, no solo como actriz-director sino como pareja sentimental. Esta química extra incide positivamente en la agradable transgresión de la bohemia expuesta.

Mágica y risueña, la creación de Greta Gerwig es, a su vez, un paradigma muy de moda en el cine de autor de construcción de personajes y arquetipos, que a su vez se entronca en la obstinación de cierta tendencia a retratar el estilo de mujer de hoy en día, o que viene asomando durante los últimos años: llena de ingenio verbal y esperpéntica pero también preocupada y confusa, que esconde con optimismo su evidente contradicción para no dejar que le afecten las dudas y el anhelo. Un personaje muy de actualidad que, a veces, resulta gratificante por su ambición y, en otras, irritante por su estupidez. Pese a ello, la pareja de guionistas se anotan un tanto a su favor al ofrecer esta radiografía de la confusión sin una voluntad crítica explícita, sin emitir juicios de valor hacia el personaje. Transmiten la libertad de decisión al observador, implicado e identificado parcial o totalmente con la joven.

Destacado resulta, por extensión, lo que a su vez categoriza el movimiento en general: su evidente economicidad de medios y logística, con situaciones repetitivas en entornos interiores y pequeños que facilitan la dialéctica y el fluir de las situaciones, con diálogos cargados de ingenio y de reflexión a la hora de ser escritos con mucho mimo. Su exquisitez musical y su gusto por las materias artísticas como el baile actúan como el contrapunto armonioso a una cinta que, inevitablemente, deja poso en el espectador más nostálgico y soñador. Baumbach y Gerwig ya trabajan en su nueva creación, que seguramente irá encaminada por el mismo ejercicio de estilo, o similar al menos, que Frances Ha. Todo aquel o aquella que desconociera qué es eso que se conoce como mumblecore, es muy posible que, tras ver este título, tenga ganas de ver más. Mucho más.

Crítica para www.cinemaldito.com
@WeisGuerrero @CineMaldito
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3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
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