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20 Críticas de los usuarios

Críticas de los usuarios:
8
Potente y atípico melodrama clásico
Film en b/n, realizado por Edmund Goulding. Se basa en una obra de teatro de George E. Breweer Jr. y Bertramn Bloch, cuyos derechos adquirió la Warner a instancias de Bette Davis. Se rodó en San Fernando Valley (LA) y en los Estudios Warner (Burbank). Se estrenó el 22-IV-1939. Fue objeto de un "remake" mediocre, "Horas robadas" (1963), protagonizado por Susan Hayward.

La acción tiene lugar en Long Island (NY) y en una casa de campo de Vermont, localidad próxima a Boston, a lo largo de casi un año, en 1938/39. Narra la historia de Judith Traherne (Bette Davis), rica y agraciada, de 23 años, aficionada a las fiestas y a los caballos de carreras, de caracter independiente y voluntariosa. Indispuesta, se pone en manos del neurocirujano Frederick Steele (George Brent), de quien se enamora. Pese al mal pronóstico de la enfermedad, se casan y se trasladan a Vermont, donde ella apura las posibilidades de felicidad, mientras él investiga la curación de los tumores cerebrales.

La película relata un amor sin futuro entre un neurocirujano y una joven rica, alegre y jovial, operada de un tumor cerebral, consciente de la proximidad de su final. Con buen ánimo utiliza todos los medios a su alcance para compartir con alegría el tiempo de que dispone con el marido y con su mejor amiga y secretaria, Ann King (Geraldine Fitzgerald). La posibilidad de afrontar la muerte inminente con espíritu de lucha, presencia de ánimo y apostando a favor de no darse por vencido antes de tiempo, deviene el eje del realto. La vida vale tanto la pena que hay que aprovecharla con intensidad y sin desmayo hasta el último momento. "Carpe diem" es la expresión que se utilizó en la vieja Roma para indicar que la vida hay que aprovecharla día a día, con ahínco, tanto para la felicidad, como para el amor, la amistad y el trabajo. Hay que ayudar a la voluntad con apoyos firmes, por ello Judith cambia el ajetreo y la superficialidad de las fiestas con los amigos, por el entorno de sosiego y contacto con la naturaleza de la casa de Vermont. La película constituye una obra atípica dentro de la producción de Hollywood del momento por su temática y desenlace. Establece una soberbia exaltación de la fortaleza de una mujer correosa y lúcida.

La música, de Max Steiner, refuerza los momentos de alegría, sorpresa, decepción, desesperanza y firmeza. La fotografía, de Ernest Haller ("Jezabel", 1938), es clara y luminosa, combina grises moderados con contrastes intensamente oscuros, acompañados siempre de blacos francos (camisa, pañuelo, paredes, etc.). Se beneficia de una excelente iluminación. El guión centra en Judith la narración, que conserva un ligero sabor teatral. La interpretación de Bette Davis es una de las mejores de su carrera. Destaca la presencia de H. Bogart y R. Reagan. La dirección crea, con habilidad y discreción, una obra conmovedora y sincera.

Película emblemática del género melodramático de la etapa clásica. Obtuvo un gran éxito comercial.
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39 de 41 usuarios han encontrado esta crítica útil
9
Uno de los melodramas mas potentes de la historia
Desde luego estamos ante una película que nunca pasará de moda porque es real como la vida misma. Es actual aunque hayan pasado casi 70 años desde su estreno. Llega al corazón como pocas y hace que sus 100 minutos pasen en un suspiro.
La película es como una diana en la que Bette Davis está en el centro y todos los demás personajes giran a la misma altura alrededor de ella. Pero ese centro de la diana es grandísimo comparado con el resto. Bette lo ocupa todo. Nunca la vi mejor. Insuperable, versatil y bellísima como pocas veces.
La fotografia auténtica y aunque el tema sea un poco manido, supera a cualquier otra película del mismo tema (por ejemplo:"Love Story") simplemente por la calidad de actores, director y desarrollo del guión.
Para mí una auténtica obra maestra que no pudo llevarse el Oscar en su tiempo por culpa de "Lo que el viento se llevó"
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19 de 23 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
“Aunque sólo sea por bette”
La película es buena, muy de su época, al estilo de los grandes melodramas que nos dejó el que bajo mi punto de vista es el gran trienio de la historia del cine (del 39 al 42) . Es amena (todo lo que su temática le permite) y está muy bien contada. Es fácil empatizar con los personajes (incluso con el futuro presidente Reagan), los cuales giran constantemente entorno a la protagonista, la gran Ruth Elizabeth Davis. Y digo gran porque si como de costumbre es habitual ver como ella solita se come la pantalla, esta vez, y sin poder hacer uso de su profunda y característica mirada, se la engulle. No deja de ser curioso ver como se desenvuelve en un papel sin tintes de malvada, sino más bien el de una joven introvertida, tierna, bondadosa y sensible a las emociones de los demás, que contrasta tanto con todos los papeles que nadie como ella sabía interpretar y que tanto interpreto por esos años (Jezabel, la carta, la loba, como ella sola, etc.). Tristemente no pudo llevarse su merecido oscar, ya que ahí estaba Escarlata para hacer frente a cualquier fémina atrevida que pretendiese arrebatárselo. No obstante supongo que a Bette aún le quedaría algo del buen sabor que le habría dejado el habérselo llevado el año anterior. Quizá con el tiempo no llevase tan bien sus derrotas al no haberse visto reconocido su trabajo con el Oscar en otras interpretaciones suyas, sin duda merecedoras de la preciada estatuilla (La loba, El Señor Skeffington, Eva al desnudo, Que fue de baby jane o Canción de cuna para un cadáver). En fin, que cómo reflejo en el título, “aunque sólo sea por bette”, y en concreto por esos últimos 15 minutos de película, no dejes de ver el que según ella misma, fue el mejor trabajo de su larga y meritoria carrera.
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14 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
10
Grande Bette
Poco se puede decir que no se haya mencionado ya sobre las películas protagonizadas por esta pedazo de actriz como lo es Bette Davis. Sincermente, puedo llegar incluso a perderme detalles del desarroyo del film por quedarme estupefacto ante las dotes interpretativas de Davis: es simplemente genial; se mete en los papeles tan profundamente que la transforman por completo en el personaje. Es un camaleón de Oro. Es sin duda lo que más destaco de esta película, al márgen de lo atractivo del guión, del que debo decir que estuvo muy bien elaborado: un drama romántico que nos hace pensar en lo fugaz de la vida. un tema muy corriente y que, sin embargo muchos pasamos por alto.

Me encantó esta película, ya que vale completamente la pena ver cualquiera en la que aparezca una artista e semejante calibre como lo es ella. BRAVO, BETTE!
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17 de 22 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
Un órdago a la muerte.
¿Hasta donde llega el ser humano por buscar la felicidad de sus seres queridos?. Una pregunta muchas veces formulada a la que este temprano melodrama (del que luego beberán autores tan famosos como Sirk por ejemplo) intenta dar respuesta de la forma más clarificante posible.
El director ahonda en la cuestión, a través de una situación crítica, y la manera de abordarla de las personas implicadas en mayor o menor medida, a la vez que de forma magistral incluye en el guión un romance, el cual sirve de hilo conductor a un camino sin retroceso, abordado con una gran entereza y dignidad por las partes afectadas.
Impresionante el papel desempeñado por Bette Davis, que ya empieza a dar muestras de su grandísimo potencial, con un complejo personaje que le exige constantes cambios de registro, los cuales la joven actriz supera con una pasmosa naturalidad.
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11 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
SÓLO CINCO
Son sólo cinco pasos.
Cinco pasos lacónicos y concisos que alguien recogió en un apunte de psicología.

La negación, la ira, la negociación, la depresión y la aceptación -curiosamente femeninos- se recorren aquí deprisa, algunos de soslayo, dejándose en el camino los fragmentos de uno mismo; descomponiéndose en cada uno para renacer en el siguiente.

Es un discurrir, a la deriva, para alcanzar la victoria.
La siempre amarga victoria de la admisión, sobre la muerte.
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11 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
9
Poco normal en la época, se trata el tema de la muerte, tema tratado con sutileza y delicadeza, sobre todo con sabiduría.
Bella y amarga película pero tratada con mucha sabiduría, un tema delicado pero el trato es sensible y delicado, buena dirección y buena interpretación.
Atípico del cine clásico donde perduran la riqueza, la aristocracia, grandes mansiones con grandes fiestas, una alta sociedad donde su principal problema son los amores y casamientos, Amarga victoria trata un tema de puro realismo y poco normal para los años treinta, la enfermedad, un cáncer cerebral maligno que hará que nuestra protagonista sea consciente de que tiene los días contados.
La película, como casi todas las de la época narra la historia de una chica de 23 años de la alta clase que posee una gran mansión, una vida de fiestas, en general, una vida sin preocupaciones y aquí está el tema principal de la película, las terribles enfermedades no miran a la clase social, todos somos iguales ante ella.
Una chica joven llena de vida, decidida, con un gran espíritu será la que tendrá que enfrentarse ante una dura enfermedad terminal, un cáncer cerebral, del que le operarán pero nada habrá que hacer.
En medio de la enfermedad nuestra protagonista tendrá que buscas la paz interior para los pocos meses que le quedan, poder encontrar el sentido a la vida y al amor sin pensar en los días que le puedan quedar, labor difícil pero que cada uno de nosotros tendremos que pasar.
Será duro ver como nuestra protagonista, Bette Davis, la cual deja de ser mala por un momento, tendrá que enfrentarse a la muerte y el único arma que tendrá será su paz interior y el amor de su ser querido, valores, los cuales anteriormente no había reflexionado en ellos hasta que se ve cara a cara con la muerte.
Película tratada como cualquier película de esos años, con una banda sonora tan característica como la de Max Steiner, con unos decorados y diálogos tan de la época pero trata un tema poco frecuente de la aristocracia, la muerte, tema tratado con delicadeza, sensibilidad e ingenio pero a pesar de eso sigue resultando amargo, como bien dice el título.
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10 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
9
Amarga victoria (1939) (9.0)
Una película en la que Bette Davis se transfigura en Judith Traherne y se apodera de la pantalla para una de las grandes actuaciones del cine. La película transcurre en un intenso drama de todos los personajes, con un guión que se preocupa de cada uno de ellos y sus melancolías personales. La muerte vista como una victoria del ser humano y aceptarla con racionalidad y altura. El gran dilema de la medicina al enfrentarse a uno de las mas grandes misterios, como es el funcionamiento del cerebro. Muy buena musicalización de Max Steiner y gran fotografía. La complicada vida, aunque no se crea de las personas que lo poseen todo económicamente y su búsqueda de un horizonte que muchas veces llega tarde. Estremecedora escena final. Creo que es una película que no se olvida fácilmente.

"¿Cuántos hombres darían los ojos
por una consulta como ésta?
- ¿De qué se trata la investigación?
- De células.
- ¿Células?
- Células del cerebro.
¿Por qué células normales y sanas
se vuelven locas? ¿Lo sabes?
- No.
- ¡Nadie lo sabe!
...

Esperamos curarlos con el bisturí
sin conocer la causa.
Nuestros pacientes tienen fe
porque somos médicos.
...
Algún día alguien descubrirá un suero
que será para esto"

"Me pongo en sus manos.
Son unas manos muy bonitas.
Manos buenas y fuertes.
- ¿Doctor?
- ¿Sí?
- ¿Puede hacer algo por mí?
- Sí.
Cuando se meta en mi cabeza, intente
encontrar algo de sentido común."

"Pero lo importante es que es igual para todos.
Vivir la vida para poder aceptar
la muerte cuando llegue.
- Con belleza y elegancia.
- "Con belleza y elegancia" ."
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8 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
5
Culebrón made in USA
No sé si es la primera película que utiliza el recurso facilón de mezclar enfermedad y amoríos para que al personal suelte el lagrimal.

La cosa va de una niña ricachona que se dedica a montar a caballo e ir a fiestas, y empieza a tener extraños síntomas. Pero, como ella es muuuuuuuy independiente, pasa de todo. Mientras tanto se devanea entre dos amoríos: su mozo de cuadras, Humphrey Bogart; y el amigo rico y borrachín, Ronald Reagan. Pero en cuanto la chica acepta el tratamiento, irrumpe otro hombre en su vida que le pone más: nada menos que el neurocirujano que le opera.

Lo demás es lo esperado. Uy qué está muy malita, no se lo digamos. Uy, que me pongo, ahora sí, malita de verdad, no se lo digas. Oh, no me lo dijiste. Oh, lo hice por ti amor mío. Ya ven, el argumento de una telenovela venezolana, o de una novelita romanticona de todo a cien, que no creo que difiera mucho. Hay que reconocer que al menos está dirigida con cierta clase y la escena final está lograda.

Bette Davis le pone ganas, aunque no creo que sea de sus mejores actuaciones. Le sienta mejor ir de mala pécora. Eso sí, típico papel que encandila a los miembros de la Academia... y a Isabel Coixet.
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16 de 26 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
Bette Davis en su apogeo
Definitivamente la mejor película de Bette Davis, refrendado por ella misma, mantiene al espectador atento gracias a su enorme actuación y a un muy buen guión de Casey Robinson basado en un trabajo de George Emerson Brewer Jr, es cine melodramático pero no cursi, muy buena la intervención de Humphrey Bogart en la actuación secundaria, la subestimada Geraldine Fitzgerald cumpliendo como siempre, tal vez lo único flojo la actuación poco convincente de George Brent a quién el papel no le quedaba por ningún lado, como nota curiosa la aparición de un mozalbete llamado Ronald Reagan en la época cuando se preocupaba de cosas más sencillas y no de andar incomodando a los demás.
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7 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
Atrapa y emociona
Bette Davis realiza otra de sus grandes interpretaciones por la que fue nominada a un Oscar que finalmente no consiguió. En su haber contaba ya con dos estatuillas por su trabajo en “Peligrosa” (1936), y “Jezabel” (1939). Tenía en esta película treinta y un años y se reencuentra con Humphrey Bogart, que rondaba los cuarenta, y con George Brent, que tenía la misma edad. Están, por tanto, en la plenitud de sus carreras y con muchos proyectos por venir que los iban a convertir para todos nosotros en los iconos de Holiwood que todavía siguen siendo.

En “Amarga victoria” se nos cuenta de manera irreprochable una historia dramática. Hasta llegar a su anunciado final, asistimos a una de esas transformaciones a las que nos terminó acostumbrando la Davis. Aquí saca a relucir todos sus registros interpretativos, que son muchos, dándole a la película el tono que necesita en cada momento. Maestra de las metamorfosis, convence y fascina, es eficaz y brillante en otro papel de mujer indomable que termina siendo domada por las circunstancias de su propia vida. Ella que fue siempre tan crítica con sus propias películas y que se pasó la vida rechazando papeles o aceptándolos a regañadientes, siempre guardó un grato recuerdo de ésta rodada a las órdenes de Edmund Goulding.

La historia procede como casi siempre de una exitosa obra teatral, en este caso escrita por George Emerson Brewer y Bertram Bloch, que había sido protagonizada en los escenarios de Broadway por la peculiar actriz Tallullach Bankhead, y, según parece, le hizo ganar bastante dinero a Bette Davis. No es por casualidad que el escritor Ed Sikov, que publicó hace dos años una biografía de la actriz, eligiera el título de la película para su libro.

Goulding, un director teatral nacido en Inglaterra y recalado en el corazón de la industria cinematográfica, tenía varios éxitos a sus espaldas y un oficio más que probado. En 1932 había conseguido el Oscar a la mejor película para “Grand Hotel” en donde tuvo bajo sus órdenes a Greta Garbo y Joan Crawford. Aquí está más que bien, optimizando recursos humanos y técnicos. Se supo rodear de un gran equipo, en el que estaba el incombustible Max Steiner, autor de la eficaz banda sonora, también nominada a los grandes premios.

Qué cine éste en el que todas las piezas concuerdan y un aroma de armonía preside todas y cada una de sus secuencias. Un cine que interesa de principio a fin y que todavía emociona y hace disfrutar a los amantes de los guiones perfectos, de las interpretaciones exactas y brillantes.
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7 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
Notable victoria
Yo diferencio las películas notables de la vulgares en que las primeras me dejan una mayor impresión sensual que me suele durar varios días, me dejan huella, ya sea por su fotografía, su guión, sus interpretaciones, o bien sea por su conjunto. Amarga victoria es una de ellas, la interpretación de Bette Davis, siempre por encima de todos y de todo, un joven Bogart inmerso en el estilo que ha impregnado su filmografía posterior, un guión que a pesar del tiempo no ha perdido excesivamente el impacto y un buen final. Ya me direis que los finales pueden ser mejorables, pero ese concreto no estuvo mal y se mantiene a la altura de la película y creo que por todo ello me dio que pensar, y por ello, también, la considero una pelicula notable.
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5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
6
“Es una victoria porque no tenemos miedo”
Lacrimógeno melodrama de la factoría Warner en los años de su mayor apogeo, con un plantel técnico y de actores impresionante (ver ficha) que relata la historia de una joven y despreocupada joven de la acomodada burguesía de Long Island a la que le descubren una enfermedad fatal. Bette Davis encarna a la sufrida protagonista en una actuación que, si bien meritoria, desde mi irreverente punto de vista no termina de redondear del todo al resultar un poco sobreactuada y fatigosa. Dirigida con destacable elegancia y corrección por el especialista en melodramas Edmund Goulding, la película se resiente no sólo por el regusto ciertamente morboso del argumento sino, sobre todo, porque no hay sorpresa ni progresión dramática en el atormentado camino de esta mujer. El actor George Brent, con su tranquila e impasible presencia sirve de contrapunto perfecto al fuego destructor de la Davis, mientras una eficaz Geraldine Fitzgerald, un irónico pero desaprovechado Humphrey Bogart y un siempre encantador Henry Travers completan esta, en buena parte, acartonada y ligeramente envejecida propuesta. Para fans no discriminadores de la Davis.
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5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
10
El papel favorito de Bette
Según declaraciones de la propia actriz, lucho hasta la saciedad para conseguir interpretar este papel. Su favorito.
Agridulce melodrama sobre la amistad, el amor y la enfermedad.
Otra vez más Bette Davis nos emociona.
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6 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
6
Aceptable.
Bette Davis interpretando ese gran dilema de la vida, estás enfermo y ¿Te rindes? ¿Disfrutas de los placeres de la vida? Interesante historia sobre esa gran lucha por la supervivencia. Gran interpretación de la actriz y del resto de sus compañeros. Considero que está muy bien llevada y va mostrando poco a poco todas las consecuencias de sus decisiones. Aceptable.
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6 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
Los mensajes fatalistas son otra forma de asesinato
¡Cuán necesaria una película como “AMARGA VICTORIA”, para ilustrar en forma precisa la manera como la llamada ciencia (con demasiada frecuencia: pretenciosa especulación), amén de sus innegables beneficios, también ha causado males ¡y de los grandes y gordos!

En el preciso momento en que la ciencia se arroga la verdad “última”, desconociendo de plano la metafísica y la espiritualidad, comienzan sus errores y sus deplorables improcedencias. Cuando el objetivismo rechaza toda creencia en lo sobrenatural, cuando desconoce la fe y los sentimientos como medios de conocimiento, deniega todo lo que existe más allá de los sentidos, con lo que, si aún no se hubiesen inventado los telescopios ni las estaciones espaciales, seguiríamos creyendo todavía que, el universo, no es otra cosa que lo que envuelve el globo terráqueo. Antes nos enseñaban “ver para creer”, pero ahora el camino es más amplio, posee fuerza interior y capacidad de trascendencia de lo corporal, y entonces decimos “Créelo y lo verás”.

A Judith Traherne, la encantadora muchacha a quien sus amigos aman y sus amigas aprecian profundamente, la han puesto en lista de, Nueva víctima, con base en el paradigma médico mal heredado del gran Claudio Galeno, preservando vicios y afirmaciones sin mayor soporte que las estadísticas. A lo largo de la historia de la penosa enfermedad de esta guapa muchacha de 23 años, se oirán frases que ya muchos han oído: “Mal sin cura" (aquí dicho con una frase en desuso: Prognosis negativa), “Le quedan unos pocos meses”, “Solo vivimos una vez”… Frases atrevidas, categóricas y derrotistas, que desmoronan al ser humano y aniquilan sus esperanzas. Entonces se produce la entrega, se pone fe irreductible en la sentencia del galeno (¡que ironía!), y con nuestra renunciación damos cuenta luego de que éste tenía toda la razón.

Judy logró conmoverme hasta las lágrimas, porque la sentí tan cálida, tan vital, con tanto carácter, que lamentaba en cada escena que no supiera, y que nadie le dijera, que tenía un médico interior, que podía servirse de la confianza en sí misma, de la poderosa fe, y más aún de Dios, pero ella deposita toda su confianza en aquel médico que la enamora, y cuando se acuerda de Dios... es solo cuando todas las puertas se han cerrado para siempre (imagen que el director ilustra con una precisa escena).

Edmund Goulding ha hecho un filme magnífico en sus aspectos formales (puesta en escena, fotografía, partitura musical, edición, vestuario…); las actuaciones son de gran profesionalismo, con una Bette Davis arrobadora y apasionada, y con unos personajes de gran calidad humana. El guión de Casey Robinson, basado en la novela de George Emerson Brower Jr. y Bertram Bloch, está tan bien trazado en sus matices melodramáticos, que no es nada difícil que nos arranque unas buenas y justas lágrimas; pero resulta un tanto rezagado al ajustarse, sin crítica ni objeción alguna, al paradigma de la medicina alopática para la cual –nos lo decía un calificado profesor de la universidad- “los pacientes son cadáveres fisiológicamente activos”.

¡Menos mal que la holística viene abriendo un sendero de luz entre tanta oscuridad!
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4 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
Bette bailando en la oscuridad
Gran drama clásico donde una de las mejores actrices de la historia del cine, Bette Davis, hace gala de cómo llevar el peso de toda una película y tras ella hacer bailar a sus actores secundarios a su suerte. Tristísimo final, aunque predecible, donde se ven las claves del típico drama clásico norteamericano.
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6 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
10
Amarga Victoria
Amarga Victoria es un drama dirigido por Edmund Goulding, director de 'Los Ángeles del Infierno', 'Grand Hotel' y 'Mardi Gras'.

Judith (Bette Davis) es una joven alegre y entusiasta a la que le diagnostican un tumor cerebral. Ella se niega a comportarse como una paciente, y sigue con su activa y alocada vida.
Cuando conoce al doctor Frederick Steel (George Brent), éste la convence para que se someta a una operación que le puede salvar la vida, a pesar del riesgo que la cirugía supone.

Es una cinta muy emotiva. La historia es preciosa, muy inspiradora incluso siendo tan trágica, dónde también tiene cabida el romance.
La fotografía y dirección son magnificas, poseen la belleza y exquisitez de las películas clásicas en blanco y negro. Toda una obra maestra.

Además el reparto es extraordinario. La magnífica Bette Davis está que se sale en este drama. Su personaje es una joven admirable que, aún estando enferma, lucha por vivir plenamente. Muestra una filosofía de vida y un temple admirables.
Humphrey Bogart aparece como secundario. Aunque breve, su actuación no pasa desapercibida.

La película recibió tres nominaciones a los Oscar; mejor película, actriz (Bette Davis), y mejor banda sonora.



http://ellagodeloscines.blogspot.com.es/2016/03/amarga-victoria-1939.html
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2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
Bette sublime
La vi por primera vez el 21 de octubre 2011, y 4 de 4 usuarios encontraron útil mi primera crítica. Que decía que era el principio de una carrera muy bueno, el de Bette. Eso era porque en el 2011 no había visto muchas películas de Bette, ya en 1938 Bette era la número 1 de la MGM, era su mejor estrella y tiene películas anteriores muy buenas. Esta película demuestra que es muy buena, y fue, de las 3, la que la nominaron al Oscar. Que para mí está mejor la de "La vida privada de Elizabeth y Essex", más que esta, aunque está está muy bien también. En esa crítica mencionaba lo joven que está ella, que aún no están marcados las facciones por la que es recordada: ojos más marcados y boca más peculiar. Está claro que no había visto mucho cine en aquella época jeje. También comentaba el actor secundario Humphrey Bogart, que me sorprendió verle secundario y aquí de nuevo: no había mucho cine. Sí que hasta la fecha no ha tenido un papel importante, quizás alguno, pero no muy destacado. Creo yo que hasta Casablanca, nada de nada. Quizás me imaginaba a un Bogart ya famoso antes de Casablanca. Comentaba también sobre la historia, algo típica sensiblona que hace llamamiento al vive el momento, sin miedos etc... Y que lo único malo es lo poco real en algunas actuaciones o decisiones de los personajes. Lo mejor del guión es el miedo a la muerte y miedo a conocer la verdad y rechazo.

Vista de nuevo, cambio un poco de visión. Las actuaciones me parecen muy buenas. Estamos en 1939 y el cine que se hacía era este, las interpretaciones eran así. Y las veo muy bien trabajadas, sobre todo el de Bette. Quizás en algún momento se nota un poco que está muy trabajado.

Lo que más me ha gustado, al voverla a ver, es la vertiente que hay en la muerte. Los que no mueren están tristes, en cambio la que va a morir es la que tiene la fuerza. Algo interesante para la época.

Bette vio la obra en 1938, y aunque ya se intentó llevar a la pantalla sin éxito, ella se emperró en hacerla y al final fue todo un acierto para ella, ya que aún más se llenó de éxito y gloria.

Realmente la película sería toda una novedad como película, en aquella época. Donde reinaban los dramones (de amores, me refiero), musicales o comedias. Y aquí tocan la enfermedad. Algo muy diferente y sobre todo la muerte. Le mantengo el 7.
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2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
9
Qué grande fue el cine
Reparto de auténtico escándalo: Bette Davis como la ingobernable niña bien incapaz de asumir su enfermedad conoce a un médico célebre, neurocirujano (George Brent) para que le salve la vida. La operación es la única posibilidad de sobrevivir.
Del director he visto algunas cosas, todas excelentes: Grand Hotel (1932), El filo de la navaja (1946), El callejón de las almas perdidas (1947) y El caso 880 (1950). Todas me han parecido estupendas, magníficas. Las recuerdo con gran cariño, afecto y dedicación.
Director de corte clásico, de gran formato, con superestrellas del starsystem, guionistas más cercanos a ser escritores que a meros redactores de historias, productores ejecutivos que gestionaban decenas de miles de dólares para llevar a cabo una cinta. Carteles de cine, estrenos multitudinarios, radios y televisiones pendientes de las estrellas, películas como acontecimientos célebres...
Un mundo de este cine ya no existe. Garci el otro día en los Cowboys de medianoche dijo que si hiciera de nuevo su programa de cine tan célebre "Qué grande es el cine" se llamaría "Qué grande fue el cine", queriendo insistir en una idea que repite varias veces: que el cine de estudios, de producciones en serie con estilo y determinación concreta y precisa ha desaparecido, ya no es el que era, el que fue... y es verdad.
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