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8 Críticas de los usuarios

Críticas de los usuarios:
7
El poder de las palabras
Eugène Green estrena Le fils de Joseph, su última obra y la primera que es estrenada en España. En 1960, Eugène Green, emigró desde Nueva York a Francia fundando en 1970 la compañía «Le théâtre de la Sapience», con la que busca revivir en el teatro la tradición barroca, haciendo uso de música y danzas propias de esta etapa y con una puesta en escena donde los actores se posicionan frente a frente. En el año 2001, dio su paso al cine con Toutes les nuits, obra que llamó la atención de Jean-Luc Godard que en 2004, la destacó en una entrevista entre las películas más interesantes de los últimos años. En su obra cinematográfica se manifiestan algunas características, que podrían tener cierta relación con su experiencia en el teatro como: la frontalidad de los planos, las interpretaciones recitadas (la ausencia de realismo interpretativo influencia que recibe de Robert Bresson), la inmovilidad de los actores (inspirado por el cine de Yasujiro Ozu) y las salidas y entradas en plano de los personajes. Aunque Green ha destacado en diferentes ocasiones que sus intenciones en el teatro y en el cine son muy distintas.

Su trayectoria cinematográfica conserva temas y características comunes como: los planos de manos y pies, la figura del burro, la importancia de la palabra y la maduración de los personajes a lo largo del camino. En su segundo largometraje Le monde vivant realizado en el año 2003, Eugène Green traslada al espectador a un cuento infantil donde encontramos caballero, princesas, leones y ogros. Un ogro que ha repudiado a su esposa por someterlo a una dieta vegetariana, pretende casarse con una doncella que tiene como prisionera. Dos caballeros se cruzan en el camino, un encuentro fortuito que marcara el resto de sus vidas (situación recurrente en otras de sus obras como Toutes les nuits y Le fils de Joseph), ambos tendrán que acabar con el malvado ogro y rescatar a la princesa para que esta les conceda su mano. De forma sencilla y humilde, sin necesidad de efectos especiales o grandes decorados, nos conduce por una historia cargada de imaginación y creatividad, recordando a la obra de Éric Rohmer Perceval le Gallois. Una idea queda clara, el cine no necesita de grandes presupuestos sino de creatividad, pequeños detalles que consiguen estimular la imaginación del espectador creando un mundo lleno de fantasía.

Su último largometraje Le fils de Joseph trata la historia de Vicent, un adolescente que no encuentra su lugar, en un mundo donde nadie se preocupa por nadie. Marcado por el hecho de no conocer a su padre. Vicent canaliza la ausencia de una figura paterna en el odio y la desconfianza hacia el exterior. Las continuas referencias bíblicas como el póster de su habitación «El sacrificio de Isaac» de Caravaggio, que influirán al personaje en su intento de llevar a cabo el sacrificio a la inversa, después de buscar a su padre y descubrir sus entresijos. Un momento de luz antes de verter la sangre, le hacen huir topándose por casualidad con una persona que marcará su vida, su tío, del que desconocerá su parentesco hasta el final de la película. La relación entre ambos llena el vacío de su existencia, dándole un sentido. De nuevo en esta obra, Eugène Green, manifiesta el poder de la palabra, que consigue transformar la realidad. El acto de pronunciar las palabras «soy el padre», transforma la realidad convirtiéndolo en el padre. La influencia de la palabra en el mundo material. La aceptación (el acto de creer) crea una realidad para el personaje, más importante que lo material. Una obra que muestra las emociones ocultas, que son reflejadas a través de los rostros y miradas de los personajes, sin necesidad de movimientos que serían obstaculizadores de estas.

Alejandro García
@notodoesusa
http://www.cinemaldito.com/eugene-green-a-examen/
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15 de 16 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
María y José
Vincent (Victor Ezenfis) es un adolescente que vive con su madre (Natacha Régnier), no conoce a su padre, ella le oculta toda información al respecto. Un día descubre una carta que le aclara todas sus dudas, Oscar Pormenor (Mathieu Amalric) es su papá, un afamado y desinteresado editor parisino que piensa únicamente en sí mismo, este será el desencadenante de una gran película.

Sexto largometraje de ficción de este particular realizador francés nacido en New York, con guion propio como es su costumbre, divide su argumento en cinco capítulos claramente presentados, todos con algún nombre que haga referencia a algún evento bíblico. Durante su desarrollo, el afamado cuadro “El sacrificio de Isaac” de Caravaggio, toma una importancia enorme en el relato.

Green consigue una construcción sublime de su historia, la forma en cómo logra mezclar estas ideas bíblicas con la ficción que construye es soberbia. El filme es un drama que contiene una gran dosis de humor negro y que bordea lo absurdo, a tal punto que en muchos pasajes recuerde la etapa francesa de Luis Buñuel. Se construye toda una parábola respecto a la paternidad, la ausencia de esta figura para un joven, el amor y la futilidad con que puede llegar a ser tratado, todo esto con una dosis hiriente y sarcástica genial.

Le fils de Joseph es una joya, casi un milagro, de parte de un realizador que sigue una línea de trabajo muy evidente, una marca propia donde los personajes hablan de frente a la cámara, sin importarle que se vea antinatural, y sin temor de mostrarse anticuado, teatralizado o falso. A fin de cuentas es ficción lo que se observa, y con un argumento que genera mucho interés, se consigue un trabajo tan bueno como el presente.
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5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
Te gana a cada minuto
Excelente film francés, que aborda una historia muy dura pero con el prisma la esperanza y utilizando incluso elementos humorísticos de fina y sutil elegancia (algunos secos diálogos, Mathieu Amalric invocando a Satanás para que le proteja contra los que le quieren joder (sic), o el burro mirando al mar en la parte final). Detalles a veces mínimos, pero que logran sacar la sonrisa del espectador.
Muy bien realizada e interpretada y con estupenda fotografía y sonido, amén de una banda sonora que mezcla modernidad con música barroca incluso, logra poco a poco que el espectador, un tanto escéptico al comienzo, se llega a involucrar de lleno en la historia, emocionándole incluso.
Un film muy bonito, inteligente en su desarrollo modélico, con un ritmo tranquilo, que no lento, y con un final precioso.
Una cinta en verdad conmovedora que al principio parece (lo reconozco) será un poco rollete, y que minuto a minuto va ganando en intensidad, emotividad y humanismo hasta llegar a ser un placer para los sentidos.
Recomendable cien por cien.

http://filmsencajatonta.blogspot.com.es
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3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
4
Cuando ni reímos ni lloramos... solo escapamos...
La grandilocuencia no se sirve en frío. Falta de carisma interpretativo, teatralidad exacerbada que daña a un espectador descolocado. Referencias sin sutileza que empalagan al más entendido. Una distorsión de la realidad que empaña la sensibilidad y a veces no transparenta para ver su fondo. La incompatibilidad de gestualidad e intencionalidad interpretativa puede llenar un fotograma, pero si los tempos, la realidad ficcionada y la musicalidad secuencial no forman una unidad nos vemos avocados al fracaso. Pinchazo en la salida de una carrera de fondo que no deja pasar de la primera curva a un director y acompañantes poco frescos y apabullados por las ganas de diferenciación.
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5 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
Igual que se crea un hijo, se puede crear un padre
Lo primero y de tono anecdótico tuve la suerte de tener un coloquio con Green post película en la que hablo sobre diversos temas que nos asaltaban a muchos despues del visionado.

La primera y es que al contrario que como suele apuntar la critica para Green esto no es una revisión moderna de la natividad, ese toque es un aderezo mas del medio, pero no el fin. El lo definió como un "plus" para el film.
También comentó que los tres cuadros que aparecen los eligió además de por el tema, por ser del barroco, una época en la que estaba presente una ambiguedad sobre el bien y el mal que quería incluir en la pelicula.
Y hablo sobre el importante tempo de las conversación y los cambios de plano. Al tomar importancia la conversación, el tempo es fundamental para complementarla.

El sabe que es Bressiano. el y todos, y se nota en TODAS y cada una de las conversaciones, donde la palabra toma, sin rodeos en su estructura toda la importancia, intentando que el resto del cuerpo no absorba la atención del espectador. A esto sumas que es un director que proviene del teatro y el resultado es obvio, a algunos le puede parecer exagerado, pero creo que limpia el lenguaje y lo hace mas claro.

En mi opinión la rabia esta presente en cada uno de los protagonistas, tomando diferentes formas en cada uno de ellos y creo que como obra introspectiva es un factor importante que añade valor al filme.
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2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
6
RESTAURACION
Décimo trabajo de este neoyorquino de 70 años cuya carrera se ha desarrollado íntegramente en Francia siendo esta su primera película estrenada en nuestras salas.
Heredero del cine europeo de los 60 y 70 cultiva un estilo muy personal de fuerte carácter teatral marcado por el arte, sobre todo barroco y la espiritualidad.

La abundancia de primeros planos frontales, la casi ausencia de interpretación de los actores que dejan todo el protagonismo al texto, su ritmo pausado con entradas y salidas de plano y personajes siempre enfrentados constituyen un entorno muy particular, nada convencional y no apto para todos los paladares. El resultado a mi juicio ofrece momentos muy interesantes y otros de una frialdad que no juega a favor de la historia.
Dividida en capítulos de referencia bíblica con los que establece analogías en el desarrollo de situaciones y personajes, Green nos cuenta la historia de un adolescente que parafraseando la famosa frase de Kennedy se plantea no ya lo que su familia podría haber hecho por él sino lo que él puede hacer por su familia. En este caso restaurarla.

Con un humor sutil y personal desgrana situaciones alejadas del realismo convencional trufadas de referencias artísticas y aún encuentra hueco para dar un repaso ácido al mundo del arte, superficial e ignorante con una Maria de Medeiros en un rol delicioso de crítica literaria.
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3
Cargante, anodina, vacía y falsamente intelectual
La casi siempre sobrevalorada cinematografía francesa (con algunas excepciones calidad extrema como el cine de mi idolatrado Jacques Audiard) con todos sus defectos recurrentes la viene a ejemplificar “Le fils de Joseph”: darnos mucho menos de lo que se nos promete, gato por libre, tomarnos el pelo y querer insuflar un poso de intelectualidad donde sólo hay comercialidad y mediocridad aburrida. Este film fallido de Eugène Green es insulso casi siempre y roza la vergüenza ajena en ocasiones al tratar de actualizar los tres personajes de Joseph, Marie y su hijo (Vincent, no Jesús, en este caso, vaya por Dios, nunca mejor dicho) a una historia en el París contemporáneo que pretende ser una tragicomedia donde el drama no aparece por ninguna parte y la comedia brilla por su ausencia. Que venga con ese marchamo de superioridad intelectual francesa o que produzcan la cinta los mismísimos hermanos Dardenne no garantiza nada, porque el resultado es bastante inocuo para el espectador y a ratos soporíferamente cansino.

Eugène Green hubiera necesitado la mitad de su extenso metraje para contar la misma simple y tontaina historia, con guión de él mismo (no esperaba menos) y, eso sí, una excelsa fotografía de Raphaël O´Byrne cono único aliciente de este huevo sin sal. La interpretación del joven actor Victor Ezenfis me resulta muy mediocre, lo que se convierte en un mal asunto dado que el film gravita alrededor del mismo, y ni el inevitable Mathieu Amalric ni la demasiado angelical Natacha Régnier salvan de la quema esta tontería con vitola intelectualoide que se hace bola.

Por cierto, la manía de Eugène Green de hacer recitar los diálogos a sus personajes en un primer plano fijo mirando a cámara en lugar de hacerlo entre ellos, sinceramente, me pone de los nervios. Este cineasta de origen norteamericano pero formación y vocación francesa no hace cine para mí, está claro.

La aburrida historia que se nos cuenta es la del joven Vincent, que vive desde siempre solo con su madre, la cual nunca quiso revelarle el nombre de su padre. El adolescente, que es tan buenazo como listo, acaba descubriendo que éste es un editor literario ególatra, misógino, obsesionado con el sexo y despiadado con su hermano. Y es éste precisamente, Joseph, su tío inesperado, el que despierta en el joven un plan con tintes bíblicos y nulo interés para el sufrido espectador de la cinta.

Porque así ab initio el planteamiento me consta que suena fatal, pero los resultados son aún peores, lo prometo por mi conciencia y honor, con algunos momentos de absoluto relleno inexplicable, como los generosos diez minutos de metraje en el interior de una iglesia parisina, tan bellos artísticamente como innecesarios a la hora de hacer avanzar la trama hacia alguna parte concreta, cosa que no logra jamás.
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2
No importa de que planeta seas, te hará dormir profundamente.
Me dejé llevar por su buena nota, por las críticas de los expertos, hasta el título me gustaba.
Que puedo decir, huye, huye lo más lejos que puedas de esta película, provoca ataques de ansiedad, las cosas pasan a cámara lenta, nada apenas sucede de interés, los actores se quedan mirando fijamente a la cámara de la forma más antinatural que recuerdo. Un verdadero suplicio.
La próxima vez leo las críticas de los usuarios, algunos parece que coinciden con mi juicio.
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2 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
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