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225 Críticas de los usuarios

Críticas de los usuarios:
8
No es país para pobres
Thriller de persecuciones en la América profunda. "Hell or high water" plantea un argumento más o menos típico. Dos hermanos de extracción social humilde, abocados a perder el rancho de su madre, se lían la manta a la cabeza para atracar modestas sucursales de banco en distintos pueblos de Texas. Un ranger a punto de jubilarse será el encargado de intentar pillarlos. Esta premisa más o menos habitual queda realzada por un fuerte componente de crítica social, hasta el punto de que los personajes "buenos" llegan a identificarse con los "malos". "Comanchería" toca múltiples temas: la situación de las razas minoritarias en América, la dictadura de la banca, el papel de los casinos como elementos de blanqueo de dinero, o a la tenencia de armas de fuego en los Estados Unidos. Si todo ello se relata con un mordaz sentido del humor, una música evocadora, unas escenas de acción concisas e impactantes, y una fotografía de sol polvoriento, el resultado es una película muy atractiva, que se hace corta, y que además invita a la reflexión. Muy bien los tres actores principales, con actuaciones contenidas pero siempre elocuentes, capaces de provocar empatía y solidaridad incluso en los momentos más salvajes. El desenlace, con las alusiones entre los protagonistas a "darse paz" es muy poderoso. Una estimulante vuelta de tuerca al western tradicional, que constituye un vivo retrato de lo que hoy queda del "país de las oportunidades".
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274 de 287 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
Al Infierno o con el Agua al Cuello
En el título original de esta película hay un expresión que, siendo justos, es intraducible.
'Hell or High Water' habla de una decisión complicada: ir directo a la perdición, o vivir con el suficiente pie como para no ahogarte en tu propio mar de errores. La misma que se ven forzados a tomar todos los personajes presentes en esta historia, no importa de qué lado de la ley están.
'Comanchería', al contrario, habla de una lucha encarnizada entre hombres que no conocen el descanso, los amigos o las confianzas. Como los antiguos comanches, tienen enemigos allá donde vayan, viven con la muerte a cada esquina.
Jaque mate a la hora de titularla entonces, aunque si hubiera que quedarse con uno me quedaría con el primero, aunque solo sea por el aire resolutivo y directo que transmite, mucho más afín al tono general de lo que se cuenta.

Ese tono ya está presente desde la primera escena, cuando la quietud de un pueblo perdido de Texas es rota por dos asaltantes a un banco, pero en ningún momento se nos bombardea con las típicas imágenes de adrenalina que convertirían ese robo en algo frenético. El resultado es extraño, casi antinatural, porque no hay entonces ninguna nota sobresaliente, los encapuchados no son coronados héroes por el propio montaje, y toda la escena tiene un halo de patetismo difícil de ignorar.
Esto es un "western" mesurado, no porque carezca de emoción, sino porque carece de épica: los tiempos románticos en los que robar bancos a lo largo del desierto era algo admirado han quedado muy atrás. Los cowboys envejecen, los indios desaparecen, y los forajidos tienen los días contados.
Nos lo dicen los parroquianos del bar de siempre ("no van a llegar muy lejos"), lo dice el imperturbable sheriff Marcus a punto de la jubilación ("tarde o temprano, cometerán un error") y lo dicen los propios bandidos, Tanner y Toby, hermanos en busca de una segunda oportunidad ("¿alguna vez has conocido a alguien que no haya acabado preso?").

El motivo de esos atracos por parte de los hermanos tiene que ver con su entorno y su familia: Tanner quiere dejar algo a la madre enferma que abandonó y Toby quiere una vida mejor para dos hijos fruto de una esposa resentida. Ambos luchan con la evidencia de que, en el fondo, la segunda oportunidad nunca será para ellos, sino para su legado, y así lo acaban aceptando, convencidos de que es mejor buscar un tiro entre atracos con posible triunfo que esperar la lenta muerte del mendigo. Solo buscan despedirse con unos grandes fuegos artificiales, por decirlo así.
El problema es que no son los únicos, porque el sheriff Marcus también quiere una despedida con honores. Incapaz de admitir que sigue el caso de los dos por puro ansia de gloria, o quizás por un deteriorado sentido de justicia, antes de que la vejez le sorprenda en el porche de su casa, empezará una persecución incansable por el desierto, en busca de los últimos forajidos del Oeste, que se han atrevido a oponerse a una autoridad que ya no es tal.
Tres hombres caminan rumbo a su perdición, y no les importa porque no tienen nada que perder. Su viaje, por llamarlo así, está lleno de santos y villanos, pobres empleados, malas mujeres, que desgranan la historia de una Texas lejos de sus mejores días, donde no cabe el crimen o la maldad, muertos por el poco espíritu de la moderna civilización.

No hay que perder de vista, sin embargo, que la única "maldad" de los hermanos no es perseguir una gloria inexistente como hace Marcus, sino la necesidad. Al menos por parte de Toby, la parte sensata del dúo, mientras su hermano Tanner busca algún tipo de redención para un despojo social como él.
Esa misma necesidad que el ayudante indio del sheriff menciona que han utilizado los bancos para amasar su imperio, despojando al Oeste de los sacrificios grandiosos y las huidas épicas.
Ahora todo se disuelve en fideicomisos y escrituras de propiedad, triste destino para sheriffs que nunca serán los justicieros que soñaban, sino más bien asesinos esperando la hora del retiro (mejor que venga por bala que por vejez, eso seguro). Los bandidos, por su parte, bien podrían ser ratas asustadas, a los que el traje de homicidas les viene grande, pero aún más la valentía para vestirlo cuando toca.

El Oeste ya no es el que era.
Y el sabor amargo de la derrota puede venir por parte de una obsesión que se resiste a morir, semi-enterrada entre el polvo texano.
La obsesión de que nunca seremos grandes, por mucho que intentemos quitarle importancia.
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219 de 233 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
Contra viento y marea
Pese a haber dejado el listón bien alto con su anterior guión, Sheridan no se intimida y vuelve reforzado con una brutal crítica al sistema financiero de EEUU, a la banca que oprime a las clases bajas para salvarse ella de su propia y pésima gestión. Dos hermanos están a punto de perder la granja familiar, tras fallecer su padre, debido a una encerrona burocrática, por lo que tienen que recurrir a un plan desesperado, pero controlado al milímetro, para poder dar a sus hijos una vida digna.

Comancheria es el título original de la obra: comanche, en la lengua nativa de esta tribu, significa "enemigo de todos", como bien nos explican en una escena de la película. En EEUU han preferido cambiar el título por el mucho más poético, Hell or high water, que podría traducirse como "contra viento y marea" y que refleja perfectamente esta aflicción que lleva a los protagonistas a delinquir para poder sobrevivir.

La película se trata de un neo-western en el sentido más ligero del término: marginados que recorren los áridos campos de Texas y Oklahoma, de pueblo en pueblo, con la justicia pisándoles los talones y encontrándose con todo tipo de personajes pintorescos que Mackenzie pone a nuestra disposición en un polvoriento retrato en bruto, entre lo agrícola y lo industrial, que complementa la denuncia del guión a la perfección.

El género revitalizó con la actualización que realizaron los hermanos Coen, la magnífica No es país para viejos, la década pasada. Sin embargo, comparándolo con el mayor referente, Comancheria renuncia a gran parte de escenas de acción para centrarse en el drama, en la historia de perdición y redención de los malhechores, pero también el de los problemas existenciales del sheriff a punto de jubilarse. Lo que parecería contraproducente para una actualización de un western, funciona como un reloj para poder mantener el tono de la película, donde la ética y la legalidad ceden su puesto a la esperanza de quienes ya no tienen nada que perder.
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67 de 75 usuarios han encontrado esta crítica útil
10
Final abierto ... cada uno en su ley
Western extemporáneo, cine negro o crítica social, es difícil catalogar este guion que marcha a la perfección al ritmo tejano, sin apuros de ninguna especie, como si la vida diera lo mismo afrontarla de cualquier manera. Dos hermanos se reúnen luego de varios años con el objeto de ejecutar un minucioso plan. El mayor (Tanner) viene saliendo de la cárcel, hombre de pocas luces que siente predilección por las armas. En pocos días asaltaran varias sucursales de un determinado banco para cubrir la hipoteca que pesa sobre el rancho de su madre que acaba de morir.

Los encuadres potencian la narración, las elipsis refuerzan el sello poético de la cinta, al tiempo que Nick Cave y Warren Ellis nos deleitan con una banda sonora inspirada.
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54 de 57 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
No es de los Coen?
Thriller impecable de principio a fin. Y que fin! Clásico y enormemente satisfactorio. Mackenzie dirige un film repleto de potentes diálogos y grandes escenas bajo el abrasador sol de la arida Texas. Los hermanos Howard, Tanner (Ben Foster), el hermano mayor, impulsivo, violento, recién salido de la cárcel y Tobby (Chris Pine), el mas pequeño, comienzan una serie de robos a bancos pertenecientes a la cadena Texas Midland Bank en varios pueblos pequeños del estado. Por otro lado y debido a que la cantidad robada no supera el limite, el FBI deja paso en la investigación a dos Rangers de Texas, el veterano y a punto de retirarse Marcus Hamilton (Jeff Bridges) y su compañero mestizo Alberto Parker (Gil Birmingham). 'Hell or High Water' bien podrían haberla firmado los hermanos Coen por la potencia de sus diálogos, la forma de describir unos personajes tan peculiares o hasta por ese humor tan negro del que hace gala. El guión de Taylor Sheridan ('Sicario') es bueno, mucho, pero no lo sería tanto quizás si no tuvieran la voz de un Jeff Bridges que brilla a un nivel excepcional, entregándonos a un Ranger sarcástico, irónico e hirientemente racista en sus chistes y bromas, un tipo que nos recuerda vagamente al Dude de 'The Big Lewoski' con su pasotismo y su vuelta de todo. Un perro viejo al que su compañero Alberto soporta como puede porque como bien le recuerda este: '...cuando no este aquí, echarás de menos mis bromas racistas...'. Es ese tipo de personaje el interpretado por Bridges, un Ranger que oculta su mirada bajo unas gafas de sol negras, surtiendo puyas a diestro y siniestro hasta de madrugada con un ingenio propio de pocos, alguien difícil de soportar pero fácil de querer, ese es Marcus Hamilton. Algo que me gusta de la dirección de Mackenzie es como maneja el ritmo y va deshuesando la motivación de los dos hermanos por cometer dichos robos, es algo que podemos intuir desde el inicio por la forma en que cometen el primero de los atracos. También esa relación de, por un lado, dos hermanos de sangre y por el otro, dos hermanos no de sangre pero si de vida, de día a día, algo que cobra mas sentido una vez terminado el film y visto lo sucedido entre una parte y otra. Pocos personajes, desierto, polvo, sol, robos, bancos, venganzas y...música! Ese es otro de los alicientes que tiene 'Hell or High Water', su música. Tanto la no original que incluye temas de Attila , Jamey Johnson, Townes Van Zandt, Scott H. Biram o Gillian Welch entre otros, como la original compuesta por el mítico Nick Cave junto a uno de los miembros de su banda, Warren Ellis. Curiosamente ambos colaboraron anteriormente en la creacion de otras bandas sonoras como la del potente western 'The Assassination of Jesse James by the Coward Robert Ford' o 'The Road' en 2009. En su conjunto 'Hell or High Water' auna drama y thriller en un escenario como es el desierto texano y sus solitarios pueblos, capaz de sostener casi el mismo protagonismo que los cuatro personajes que por el se pasean, hay una calma pasmosa en ese ritmo tan acelerado, es inherente a ellos, como el polvo desértico que nunca termina de desprenderse. Realmente la película de David Mackenzie se asemeja a un western, pero solo es un parecido, un halo que sobrevuela toda la historia, casi un western crepuscular gracias al contrapunto musical que otorgan Cave y Ellis a la banda sonora no original, temas muy suaves, evocando sobre todo en el tramo final a dos pistoleros frente a frente, el bien contra el mal, la ley contra el crimen, la oblación frente a la necesidad. De lo mejor de #Sitges2016.

Crítica completa en BLOODSTAB: http://bloodstab.blogspot.com/2016/10/hell-or-high-water.html
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49 de 52 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
Una de las mayores sorpresas del 2016
Película como, aparentemente, hay docenas. Dos ladrones de bancos en un punto sin retorno, asaltando banco tras banco, con el objetivo de saldar la deuda familiar antes de que dos rangers los atrapen. Sin embargo, pese a arar en tierra cultivada, tiene un algo que la hace especial. La sobriedad del paisaje, las tres potentes actuaciones, la inteligencia del guión: repleto de humor negro y cinismo, lo fácil que resulta identificarse con los personajes, la melancólica música country Todo suma para hacer de "Comanchería" una de esas cintas que llegan sin hacer excesivo ruido promocional y se convierten en parte del mejor cine llegado este año. Puede que los premios la den la espalda, pero para mí los tres actores se merecían estar nominados en alguna categoría.

Un western moderno lleno de guiños al western clásico. Aparición de indios, vaqueros que conducen el ganado a cabalo, forajidos, sheriffs, persecuciones, tiros y un desenlace final que no decepciona.

Hasta aquí mi crítica no se diferencia del resto. Me animo a escribirla por mencionar algo que me ha llamado la atención. Aprovechando la sorprendente victoria de Trump, (puede que no sea la intención de director y guionista) pero inconscientemente está retratando la América rural, deprimida y profunda que le ha llevado a la Casa Blanca. Votante hombre, blanco, de mediana edad, desempleado y desesperado, que vive peor que sus antepasados (baste ver el patetismo con el que los dos hermanos intentan conservar cierta dignidad y cierto honor en lo que están haciendo por necesidad) "¿Por qué roban, si ni siquiera son mexicanos" dice un cliente del primer banco que asaltan. Esa frase condensa todo el mensaje socioeconómico que encierra la película.
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41 de 46 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
Lazos de sangre
El humor negro como seña de identidad. El paisaje tórrido y desolador de la Texas rural como telón de fondo de este western rústico y crepuscular que combina el atraco a unos bancos aislados y cutres con el amor a la familia o la fidelidad al terruño, que presenta provocadores poses racistas nada complacientes y los subvierte con pinceladas de lealtad inquebrantable hacia el compañero abatido y que había sido el blanco del agravio y las burlas de su hosco superior. Hay tanta riqueza temática en esta cinta que desbordan los límites de una reseña fortuita como ésta, que apenas puede esbozar algunas sugerencias que su visionado provoca en el abrumado espectador. De la América profunda proviene un balazo devastador lleno de ira y saña que hace diana en el corazón.

El petróleo y la pobreza separados por unas barreras invisibles que condicionan el devenir cotidiano de unos personajes marginales que sobreviven entre la amargura, la mugre, la infelicidad y la aspereza del infortunio. El drama de una fatalidad ordinaria que se rebela y se revuelve y trata de salir adelante a golpe de revólver, de conjura y de tesón. Es una loca contrarreloj para evitar la espada de Damocles de una deuda imposible y así hacerse un hueco entre los agraciados con el sueño americano, los venturosos del fajo de billetes y la vida feliz, donde el sol no solo ilumina sino que calienta un dulce porvenir al alcance de los que viven en el desahogo y la despreocupación. Mejorar no es sólo una intención, sino la necesidad del perjudicado en un juego de azar arbitrario e indecente.

El ingenio no conoce límites cuando existe el deseo irrefrenable de darle la vuelta a la calamidad. La galería de los tejanos que habitan este universo campestre nada bucólico es desternillante y llena de mala baba y las peores intenciones. No deja títere con cabeza, reflejando tanto la idolatría por las armas, como el empeño de tomarse la justicia por montera, atropellando la rectitud de los guardianes del orden establecido y dejando en suspenso el imperio de la ley. Cuando se quiere o necesita lo que no se alcanza, se diluyen las fronteras entre el bien y el mal y se desata el pandemónium del desafuero y la venganza. La amoralidad como identificación y carta de naturaleza.

Todo el reparto es excelente y está en estado de gracia, brillando con una fiereza inusitada. Mención especial merecen tanto Jeff Bridges como Ben Foster, pero también un Chris Pine casi irreconocible o hasta el último comparsa (esa anciana camarera, la coqueta muchachona de la tasca o cualquiera de las atribuladas cajeras de los bancos desvalijados). El guión es chispeante y ocurrente, muy bien construido y repleto de aciertos subversivos. Sin dudarlo, una gran película.
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28 de 30 usuarios han encontrado esta crítica útil
9
Empobrecido y sin esperanza.
Un tremendo filme que nos ayuda a entender mejor al hombre blanco de áreas rurales que empobrecido y sin esperanza (y explotado por las coproraciones que le chupan la sangre) acude a la violencia como su último recurso. Muy relevante para entender los tiempos actuales. Un Jeff Bridges excepcional está acompañado por Chris Pine y Ben Foster que no se quedan atrás. Diálogos geniales, acción de primer nivel (real y comprensible) y humor ácido hacen de éste un film de primer nivel.
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21 de 23 usuarios han encontrado esta crítica útil
6
Sangre, sudor y crimen
Si no fuera por la premisa/coartada social, sería una más de tantas con policía a punto de la retirada más listo que el cielo versus ladrón joven y guapo de aires líricos y derrotados (de estructura parecida a "Thelma & Louise"). La habríamos visto tantas veces que apenas levantaríamos la cabeza. Sería repetición sin distinción. Mismo lugar y misma hora.
Si no fuera por Texas, también sería muy parecida a otras situadas en diferentes geografías. O si en vez de hermanos solo hubieran sido amigos, nos sonaría más el estribillo.
Por lo tanto, es igual y distinta, tópica y reconocible, pero un poco más novedosa. Por los bancos como villanos, las tierras desoladas del Oeste americano y esa relación carnal tan especial.
Es western, crónica negra, denuncia social, seguidismo de género, generosidad fraternal y responsabilidad paternal.
El páramo americano, depauperado, anacrónico, el de los cowboys y las grandes llanuras, el de los comanches y los viejos mitos fundacionales. Tierra sin futuro, expoliada, saqueada hasta la última miga/gota por los tahúres del dinero y la hipoteca.
Música country, mucha cerveza, polvo, cutres moteles, sombreros, violencia y desolación.
Historia que apunta a fracaso colosal, sin paliativos, definitivo. Veremos.
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26 de 34 usuarios han encontrado esta crítica útil
5
¿u know comanche means? visualizar solo en caso de que querer saberlo.
Una película de doble lectura:

1. Un guión simple y previsible acompañada de interpretaciones que empiezan a cansar como la de Jeff Bridges, que parece que se haya preparado el mismo papel, para 3 películas diferentes (Corazon salvaje, valor de ley y comancheria) lo que supone un encasillamiento ya de otra dimensión.
Es una película simplona, sin grandes giros en la trama de las que te tiras 1 hora esperando un giro inesperado o que ocurra algo que haga virar los aburridos y monótonos acontecimientos.

2. Los detalles técnicos y la fotografía son buenos y dan esa visión árida de Tejas que se entremezcla muy bien con los personajes y su historia, acompañados de un a banda sonora muy amena y adecuada a cada pasaje a ritmo de country y algo de Nick Cave que le dan al film un poco de impulso y una ayudita para que pasen los minutos.

Por último destacar el toque de locura de Ben Foster que me ayudo a no caer es una monotonía profunda.
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28 de 40 usuarios han encontrado esta crítica útil
6
Un western moderno y crepuscular
Interesante película que trata como dos hermanos se dedican a robar bancos para poder pagar la hipoteca de su rancho. Todo dentro de un ambiente de profunda depresión y recesión económica en los EEUU. A partir de allí los persigue un ranger y su compañero indio (muy buen trabajo) quien intentaran darle caza a cualquier precio. El film es lento, pausado hasta diría dentro de un entorno lúgubre y totalmente pesimista pero con unas magnificas interpretaciones de los tres protagonistas principales: Jeff Bridges, Chris Pine y Ben Foster. Para ver
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26 de 37 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
Un western con vehículos en lugar de caballos
Comanchería es la fascinante historia en el oeste de Texas de dos hermanos, un padre divorciado (Toby) y un exconvicto (Tanner) que trazan un peligroso plan para salvar la granja familiar de una ejecución hipotecaria tras la reciente muerte de la madre al no poder afrontar el pago. Por las mañanas a primera hora, Toby (Chris Pine) y Tanner (Ben Foster) deciden robar varias sucursales del Texas Midlands Bank (El mismo banco que amenaza con apropiarse del rancho y las tierras familiares) en ciudades pequeñas durante varios días para evitar riesgos y complicaciones, asegurandose tambien de robar solo pequeñas cantidades y nunca billetes de 100 dolares que al estar marcados dejan rastro. El hombre encargado de detenerlos es el veterano sheriff Marcus (Jeff Bridges), que está a sólo unas semanas de la jubilación y dispuesto a tener una retirada triunfal con su último caso.

Rápidamente nos damos cuenta tanto de los carácteres contrapuestos de ambos hermanos, mientras que Toby es tránquilo y metódico, Tanner es impulsivo e impetuoso, como de las verdaderas intenciones de cada uno de ellos, para Toby todo el plan trazado es con el objetivo de proporcionar una estabilidad y seguridad económica a sus hijos, mientras que para Tanner robar bancos y poseer armas de fuego le aporta subida de adrenalina y diversión. La relación entre los dos hermanos y el misterio existente detrás de cada una de sus vidas que poco a poco vamos descubriendo a medida que se va desarrollando la trama es uno de los aspectos mas estimulantes de esta película junto a la peculiar persecución del sheriff Marcus.

El viaje de Toby y Tanner transcurre por dilatadas carreteras, atravesando colinas sin límites, enmarcado dentro de terrenos secos y polvorientos, recorriendo vastos paisajes desérticos, pequeños pueblos degradados con ásperos habitantes y rincones olvidados por la Gran Recesión y la pobreza. Es muy significativa una pintada en la fachada de un pueblo al comienzo de la película en la que leemos "Tres veces en Irak, pero no hay dinero para nosotros" que nos pone sobre aviso del terreno que vamos a pisar. A continuación aparece el cartel de una sucursal del Texas Midlands Bank, comienza la acción.

Nuestros protagonistas, son dos bandidos provistos de pistolas en territorio comanche, donde sus habitantes están acostumbrados desde sus ancestros a resolver los asuntos con el uso de las armas, por ello, el verdadero peligro no reside en las fuerzas de autoridad sino en un temible campo de batalla de balas civiles en la que los ciudadanos pueden aprovechar la acción de estos delincuentes para afinar su punteria. Aquí vemos reflejada claramente una cierta hipocresia y contradicción de la población debido a que por un lado contemplamos como admiran y sienten cierta veneración hacia todo aquel que se enfrenta contra el poder abusivo del banco, al que consideran un ladrón, como lo demuestra unos interrogatorios de la policia en una hamburgueseria cercana y testigo directo de uno de los atracos, y por otro son capaces de poner su vida en peligro en un tiroteo para defender los intereses del banco. Estamos ante la América profunda, el último vestigio de la genuina América consumida por el mundo de las finanzas. El personaje de Jeff Bridges representa de alguna manera la muerte del viejo oeste.

Estamos en una zona donde las granjas familiares pasan duras penas para llegar a final de mes. El ficticio Texas Midlands Bank es el verdadero villano, tirano y usurero, aprovechándose de la gente que está luchando por sobrevivir. El guionista de esta tensa e ingeniosa historia, repleta de diálogos inteligentes, Taylor Sheridan, también lo es de una de las mejores películas del año pasado, Sicario. Ambas parecen estar interralacionadas entre si, cuyas acciones se desarrollan a pocos kilometros de distancia, sin embargo pasamos de la peligrosa y temerosa frontera mexicana a una inquietante tranquilidad texana. Comanchería es un thriller mas previsible y carece del factor sorpresa de Sicario, sin embargo nos mantiene siempre despierto el interés, sin bajar la guardia, debido a que en el fondo subyace una crítica contra la exclusión social y financiera, y como consecuencia de ello, desde un principio simpatizamos con los dos bandidos, quizás porque nuestro rico refranero nos recuerda que "Quien roba a un ladrón tiene cien años de perdón".

Comanchería se nos presenta como un western moderno con coches y camionetas en lugar de caballos, utilizando personajes complejos con estereotipos desgastados, donde David Mackenzie sigue la estela de producciones de finales de los años 60 y principios de los 70 que vieron en el western una oportunidad de difundir y extender su crítica sobre la sociedad américana y sus valores, como El Pequeño Gran Hombre (1971) de Arthur Penn o Grupo salvaje (1969) de Sam Peckinpah. Es una amarga y cínica reflexión sobre el concepto arraigado existente en el viejo oeste sobre la tierra y la propiedad, además del papel importante que juega como símbolo identitario de la sociedad americana.


Todas mis críticas en:
http://timejust.es/author/barriodelensanchegmail-com/
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18 de 21 usuarios han encontrado esta crítica útil
9
La película que más me ha gustado en el Festival de Sitges 2016
Pues sin duda la mejor película del Festival de Sitges 2016...aunque no estuviera encuadrada en el género fantástico/terror/ciencia ficción.
Un soberbio film, magníficamente realizado y con sublimes interpretaciones, destacando una vez más el ya bastante veterano Jeff Bridges, que creo que tendrá nominación al Óscar por este papel.
Cinta entretenidísima, con trepidante ritmo, electrizantes y divertidísimos diálogos (la escena del bar/restaurante es de auténtico descojono) y excelentes escenas de acción, toca muchos palos de candente actualidad, dando a diestro y siniestro mandobles a los políticos, la banca, haciendo hincapié, burla burlando, en la desigualdad social existentes entre los seres humanos, con su falta de derechos y ocasiones para mejorar y tener una vida digna...Además nos ilustra con una pequeña gran lección de historia acerca de cómo se forjó la gran Nación de los Estados Unidos de Norteamérica.
Una película con drama moral, que alcanza cotas de intensidad muy altas en diversas escenas, y que nos deja suficiente poso para reflexionar sobre lo visto y oído.
No es sólo un crepuscular western moderno, que lo es, sino mucho más.
Recomendable cien por cien, espero que cuando se estrene en las salas comerciales españolas tenga mucho éxito. Se lo merece.

http://filmsencajatonta.blogspot.com.es/2016/10/hell-or-high-water-comancheria-usa-2016.html
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16 de 17 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
Pero ¿Por qué roban? Si ni siquiera son mexicanos.
Notable neo-western de aire crepuscular que se sustenta en las tres interpretaciones principales y en el paisaje tejano moderno (buena fotografía) donde se desarrolla la historia. El papel de Ben Foster como el hermano recién salido de la cárcel cuyo comportamiento en cualquier situación es impredecible está muy bien llevado por el actor que no cae en el histrionismo. Chris Pine se está revelando como un buen actor, tan versátil que es capaz de llevar con soltura el papel de Kirk y luego aparecer por aquí realizando una interpretación muy solvente, creíble y sobria, totalmente alejada del capitán del Enterprise. Jeff Bridges está, simplemente soberbio. Poco necesita ya este actor, que tiene oficio le sobra, para interpretar con maestría a este ranger de Texas que afronta una última misión en la persecución de los dos atracadores.

Pero la película no es solo de atracos y persecuciones. Es un Western crepuscular que, como es preceptivo en el género, tiene personajes muy desencantados y avocados a un destino que conocen muy bien y que, a pesar de ello, no están dispuestos a cambiar. Y es un buen retrato de los lugares por donde se mueven, pueblos perdidos del oeste de Texas donde aún hay cowboys moviendo ganado entre campos de petróleo, indios con aspecto tan desencantado como el de los protagonistas y armas por todos lados, en manos de cualquier ciudadano dispuesto, además, a perseguir a tiros a cualquiera que se salga de la ley. Las cargas de profundidad que suelta Jeff Bridges a su compañero indio en cada conversación podrán parecer al principio como graciosas, pero no están en el guion precisamente con ese motivo.
Es virtud del director, David Mackenzie, que todo esto se pueda apreciar en la película.
Me quedo con una frase que suelta un anciano cuando los hermanos están atracando una de las sucursales: “Pero, ¿por qué roban? Si ni siquiera son mexicanos”
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13 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
9
Texas, un lugar muy especial...
Es un placer cuando de repente te encuentras con una película tan cuidada como ésta. Un thriller dramático con una espléndida fotografía y banda sonora que acompaña a un reparto que está inmenso en su totalidad y un maravilloso guión que cuida al detalle hasta al más pequeño de los secundarios y que encima se atreve con una muy acertada (y aplaudida) crítica social. Sencillamente sensacional.

Más críticas y crónicas de SITGES 2016 en http://hambredecine.com
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17 de 24 usuarios han encontrado esta crítica útil
9
Jeff Bridges, Chris Pine y Ben Foster, trío de ases en la América profunda
Desde el minuto uno, la cinta de Mackenzie destila ese aroma de las novelas de Cormac McCarthy. En especial No es país para viejos, novela que tan espléndidamente llevaron al cine los Coen. En Comanchería, claro está, el cineasta británico le pone su propio sello, gracias también al magnífico guión de Taylor Sheridan (Sicario).

La película está muy bien definida y cada uno de sus personajes tiene sus momentos de gloria bien marcados. Por un lado, Chris Pine y Ben Foster. Los dos están perfectos. Pine, que ha dejado de ser solo una cara guapa, demuestra un talento interpretativo sobresaliente. Él es la parte noble del dúo. Una suerte de Robin Hood que se venga, con sobriedad, de un sistema que le ha jodido por completo, como al resto de sus paisanos. Por el contrario, Foster no tiene nada de noble. Es un salvaje. Es la acción personificada. El de Boston está impecable con ese toque desagradable y divertido al mismo tiempo que le imprime a su personaje. Igual de espectacular que en su papel como Lance Armstrong.

En el otro lado del ring se erige un descomunal Jeff Bridges. Sin palabras. Domina la pantalla y los tiempos casi sin pestañear. Está desatado, cómodo en su papel y terriblemente cómico. Incluso con esos chistes racistas que solo se entienden en ese ambiente hostil que es el territorio comanche. Bridges simboliza a esa generación, ya perdida, que encarna nobles valores al servicio de la ley. Da toda una lección de interpretación en un papel que le viene al dedo, como ese detective audaz y que, pese a los contratiempos de la vida, se adapta como un camaleón. Y gracias a él brilla también un sorprendente Gil Birmingham. Eso sí, a la zaga de los otros tres ases, pero sin desentonar.

Con semejante reparto en estado de gracia, Comanchería se asegura un triunfo absoluto. Aunque por sí sola, la película es ya de por sí una obra magnífica. Primero porque la cámara de Mackenzie nos devuelve al oeste en pleno siglo XXI. Planos sensacionales del interior de Norteamerica, como en Nebraska. De una tierra baldía, inhóspita y salvaje que ha dado vida a las historias más legendarias de forajidos singulares. Cualquier 'vaquero' que se os venga a la cabeza, bien podrían ser Chris Pine y Ben Foster, solo que ellos van en coche y no a caballo.

Segundo, porque el filme da voz y nombre a esa parte de la sociedad norteamericana a la que se le mira por encima del hombro, la cual soporta a sus espaldas guerras, crisis y todo tipo de avatares sin ninguna contraprestación, pero siempre está ahí para sacar las castañas del fuego cuando se la necesita. Una población ridiculizada y jodida que, cierto es, se acaba revelando contra los poderosos -ya sean los bancos o esos elitistas que todavía se preguntan porque ha ganado Donald Trump las elecciones-. Una clase que se manifiesta en varias secuencias de la película a modo de silencio activo en favor de la pareja de ladrones o antihéroes.

Así Comanchería es una oda a ese cine clásico de historias como las de Bonnie and Clye, El enemigo público o Un botín de 500.000 dólares. Películas que llenan el vaso del entretenimiento hasta rebosar pero que, además, dejan un poso reflexivo muy estimulante. Y de paso, juntan en pantalla a tres actores: Jeff Bridges, Chris Pine y Ben Foster, que se merecen una alfombra roja, como poco. 'Chapeau'.

Más datos sobre esta y otras películas en el blog: http://argoderse.blogspot.com.es/
Y en Facebook: https://www.facebook.com/argodersecine
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12 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
9
El mejor neo-western desde 'No es país para viejos'
Un interesante, dinámico, fresco y, por momentos, desternillante guion de Taylor Sheridan, y una frenética e inteligente puesta en escena de un David Mackenzie que marca el ritmo a la perfección (jugando estupendamente con el western y el thriller como pocos habían hecho hasta ahora), hacen de 'Comanchería' una de las mejores películas del año y una cita en el calendario imprescindible para todo amante del cine en estado puro. La tremenda química entre Ben Foster y Chris Pine (hermanos en la ficción) y la magnífica actuación de un Jeff Bridges que tiene todas las papeletas para llevarse su segundo Oscar con este peculiar e ingenioso (pero querido) personaje, se combinan a las mil maravillas para ofrecernos diálogos y frases que nos pasaremos rememorando durante horas.
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11 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
Texas, una estrella muy solitaria... ...y también abandonada.
El director David Mackenzie, disfruta y se beneficia del guión de Taylor Sheridan, quien le escribió a Denis Villeneuve los diálogos de "Sicario", y ahora, en este film, desplaza una paleta de gris plomizo sobre la tristeza, melancolía, desencanto y efímeras esperanzas, mezcladas con el amor filial y el desamor conyugal.

Este es el trasfondo de "Hell or high water", con un pésimo título en castellano como "Comancheria". (Hubiera sido mejor, ser fiel al significado del original, "pase lo que pase" o, "contra viento y marea"), que plasma una realidad dolorosa en los sentires humanos, como es el desarraigo, la injusticia, una impotencia ante un sistema capitalista que los han despojado de una posibilidad ante un futuro mejor, la inescrupulosidad de los bancos, y los deshechos de las pequeñas ciudades del Sur y el Oeste de Texas, tras los cambios sufridos por la economía indiferente al pueblo americano en el siglo XXI.

Por encima de esto, cabalga una muy buena película, cual western actual y de corazón triste, a pesar que, los personajes y la historia, te introduzcan en una muy animada, empática y por momentos, optimista andanza de asaltantes perseguidos por la justicia local, un marshall, elevado por Jeff Bridges a un nivel interpretativo de altos quilates, con un acento texano, que lo convierte en la figura del film sin atenuantes, pero dejando el auténtico protagonismo a un implosivo Ben Foster, quien ejerce una de sus mejores "performances" de su carrera, casi un renacer histriónico, que al lado de su hermano, divorciado y con hijos, encarnado por un extra-eficiente Chris Pine, nos llevan en un recorrido de asaltos bancarios, persecuciones bien concebidas, diálogos directos, algunos hilarantes, otros breves y de fuerte denuncia, que por lo breve, pueden pasar desapercibidas.

"Comancheria", es un film crepuscular en todo el sentido global,como Western y como una nación que se ha olvidado de ser humana.

Bridges es la imagen que atrapa, pero Foster y Pine son las diferentes visiones de lo que puede ser llamado moral, de lo que es correcto o incorrecto, de lo justo o lo injusto, y a fin de cuentas, solo hay que aceptar el hecho de que, "yo soy yo y mi circunstancia".

Sin ser un drama que te salpica, simplemente se te inocula inadvertidamente, entre la acción, los tiros necesarios, y una pequeña clase de como blanquear dinero, "Hell or high water" es una de las mejores películas del año, pues es el compendio de muchas cosas, y hasta nos ofrece un desenlace fuera de lo habitual.

Un film sin bostezos, atrayente, dinámico, interesante y maduro, como quien pudiera decir que, "No es un país para pobres", pero es una película para dos públicos, los que ven la pantalla entretenidos, y los que captan las rudas verdades de quienes desean una vida digna, y su lucha, con las armas que se tengan, por la supervivencia.

Con secuencias muy bien logradas, y ciertos diálogos que no están por casualidad, y citas con trasfondo, este film es de aquellos que te sorprenden, te abrazan, y al final sales pensativo, pero satisfecho de saber que se
ha atestiguado algo importante.

No se pierdan "Hell or high water" (Comancheria), pues hasta su banda sonora, sin mucha alharaca, pone la guinda sobre el pastel, un dulce con poca azúcar, pero con diversos sabores, uno de ellos,la satisfacción de haber hecho un buen trabajo.

Deseo recalcar la interpretación de Jeff Bridges, un perfecto Marshall texano a punto de jubilarse, y dos desarrollos histriónicos explosivas y por momentos,muy emotivos y tiernos de Ben Foster y Chris Pine.

" INSISTO"... ..No la dejen pasar ni la subestimen, la recomiendo personalmente como una agradable sorpresa cinematográfica de este año, poco publicitada, pero con un valor indiscutible.
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9 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
Ladrones de bancos
La expresión Come hell or high water viene a ser algo así como Cueste lo que cueste o Contra viento y marea, algo a lo que uno se ve obligado a hacer pese a la dificultad o el peligro de la acción. En España, que tenemos unos traductores de títulos muy "buenos", debieron pensar que ese Contra viento en marea iba a confundir a los espectadores al no haber mar por ningún lado y el Cueste lo que cueste, pues supongo que les parecería poco coste. Así que le pusieron Comanchería, que aunque tampoco aparezcan muchos (alguno si, uno) pero sí es usado el termino comanche alguna vez en la película, pues decidieron que el título le iba mejor. Listos que son ellos.

Cuando empecé a oír hablar de esta película, me preguntaba que truño sería este con semejante título. Luego empecé a verla en montón de listas como de lo mejor del año y con opción de premio en muchos festivales que hay antes de los oscars para saber por donde irán los tiros cuando lleguen las nominaciones a estos. Así que me supuse que no podía ser tan mala como su título indicaba.

Película sobre ladrones de bancos, quienes no tienen otro remedio que robar a quien les ha robado; aquellos que sin ningún tipo de escrúpulos despojan de sus tierras a sus dueños porque son engañados con ofertas que solo los benefician a ellos. Ladrones que harán lo que sea para no perder las tierras en las que viven y que ahora, malnacidos, quieren arrebatárselas.

Película sobre policías que investigan el caso, un sheriff a punto de jubilarse y su compañero indio que tiene que aguantar todas las bromas racistas de este. Bromas que, sin embargo, echará de menos cuando su compañero deje de ser su compañero. Estupendo Jeff Bridges, todo lo que es capaz de expresar con sólo sacarse el sombrero y colocárselo en la punta de las botas.

Película sobre camareras gruñonas que, comes lo que ellas dicen o no comes y camareras necesitadas de amor de cualquier forastero que les de conversación.

Película sobre pistoleros que no entienden otra forma de hacer justicia que la suya propia.

Película que no te abandona una vez acabada y que, supongo, se crecerá en próximos visionados.

En definitiva, película muy muy buena.
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9 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
9
NO TIENE MUCHO, PERO… ¡CÓMO ENGANCHA!
Este tipo de películas por su pronóstico empezamos dándola un 10. Ahora bien…

Le vamos quitando puntos uno a uno si…

Si el Ranger Texas, poli o sheriff es el típico que está a punto de jubilarse pero le sale el último caso para lucirse. En este caso el Ranger es Jeff Bridges y entonces no se lo quito porque junto a Tommy Lee Jones hay predilección por ellos para verlos de sheriff.

Si el Ranger prota tiene un compañero secundario de lo más estereotipado. En este caso no se quita el punto tampoco porque es un comanche de pura cepa, y no un graciosillo cualquiera.

Si el malo va de paranoico y chulo cuando entra a robar un banco gritando siempre “puto” como “¡al puto suelo!” Aquí no se quita el punto tampoco porque el hermano no lo hace y compensa.

Si sale una de esas mamás histéricas tipo “mírame y no me toques”, que no deja de decir: “cariño” por aquí “cariño” por acá, con niños resabiados que están desayunando para ir al cole. Aquí no hay cariño que valga.

La clásica secuencia de que uno de los protas está en el bar o a su rollo y llega el lugareño de turno y se mete con él para liarla. Aquí se mete uno desde el coche pero no es un lugareño.

Si la camarera buenorra de turno cae rendida a la primera de cambio con el prota y a continuación aparecen en la cama. Aquí sale una pero no está tan buena, y además es sincera.

Si se pareciera al cine de los Coen. Pero si se parece no pasa nada porque ese es buen cine. Peor sería que se pareciera al cine de Almodóvar. Además, antes de los Coen, hubo otros con lo mismo, ojo.

Si es una película denuncia o panfletaria. Hay algún cartel de establecimientos y una pintada en un muro, pero es verosímil.

Si la música es mala o machacona y encima acompaña al aburrimiento. O aparece alguna incoherencia en el guion o hay escenas imposibles o increíbles. La música es Country, muy bien; y lo demás no lo he visto o no lo he querido ver. A veces la gente se hace la tonta porque sí.
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9 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
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