arrow

12 Críticas de los usuarios

Críticas de los usuarios:
6
Sugerente evocación de los años de infancia
Tercer film de la "trilogía ibérica" de Bigas Luna. Se inspira en recuerdos autobiográficos. Se rodó en exteriores de Barcelona, Reus, Torredembarra, Valls y Creixell. Ganó un premio de Venecia (guión). Producida por Vicente Andrés Gómez, se estrenó el 10-VII-1994.

La acción tiene lugar en una localidad catalana no identificable, a lo largo de unos meses. Narra la historia de Tete (Biel Durán), un niño de unos siete años, que descubre el mundo a través de su mirada limpia, ingenua e innocente. Ante él desfila un universo adulto lleno de sensualidad, machismo, infidelidades, impotencias, apetitos sexuales, cópulas, fantasía, canciones, nacimientos y muerte, que entiende a medias, relaciona con limitaciones y asume con dificultad.

El autor recurre a sus temas preferidos: la sensualidad del cuerpo humano y la pasión por el buen yantar. La leche que el bebé succiona de los pechos de la madre (Laura Mañá) obsesiona a Tete hasta tal punto que se siente desatendido por los padres, de los que trata de huir en busca de otros pechos de los que alimentarse. Con el abuelo comparte comidas frugales, de propiedades sorpendentes, ya que alimentan y, a la vez, otorgan facultades singulares (imitar las flatulencias de "Petman"). Las limitaciones de comprensión del niño le llevan a tejer explicaciones deliciosamente infantiles sobre el apareamiento, la génesis de la leche materna, su poder nutritivo y el placer de su ingestión. Sus esfuerzos por entender hacen que complemente lo que oye de los mayores, en especial del padre, con imágnes fantasiosas que el expectador percibe como surrealistas (pelotón de romanos). Explica que la música es capaz de modificar la conducta humana y los sentimientos. El flamento que Miquel (Miguel Poveda) dedica a Estrellita (Mathilda May) hace que ésta detenga su marcha y la enamora más allá de su voluntad. Tete no entiende las órdenes del padre que le reclama a gritos valentía. Las tetas de la madre y de Estrellita provocan lo que no consiguen los aullidos del padre. Se incluyen referencias iconográficas de Cataluña, como la barretina, las alpargatas, los anxanetas y, sobre todo, los calçots, el porrón y los castells. El film es un homenaje a la tierra ibérica donde nació, a la infancia, a la inocencia y a la maternidad.

La música, de factura sencilla, oscila entre los aires líricos y los burlones. Añade canciones de Edith Piaff ("Les mots de l'amour") y otros. Es sorpendente el duelo propuesto entre el flamenco y la canción de Piaff. La fotografía crea composiciones de gran belleza plástica, con claroscuros bien contrastados y la devoción por el Mediterráneo. El guión destila sutilezas y recuerdos de calidez contagiosa. La interpretación de Biel Durán es rica en naturalidad. La dirección crea una apasionada disgresión sobre los recuerdos de infancia y el apego a una tierra entrañable.

La película combina fantasía y realidad, sensualidad y erotismo, surrealismo y sueños.
[Leer más +]
33 de 44 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
LA TETA, LA LUNA, LOS CASTELLS, LA COLIFLOR...
Me gusta "La teta y la luna". Un poco por la galería de personajes peculiares que la pueblan (el artista de los pedos, el flipao de la moto, el abuelo charnego, el padre del crío), un poco por su estética luminosa y colorista, un poco por su disparatado sentido del humor. Pero sobre todo me gusta porque consigue hacer algo extremadamente difícil: reflejar de forma creíble y natural el punto de vista de un niño, su relación con el extraño (para él) mundo de los mayores, y sus preocupaciones, absurdas desde un punto de vista adulto pero que dentro de la lógica "infantil" del filme funcionan. Lo consigue gracias a una buena interpretación del chiquillo (y conste que en general lo de los niños actores me da algo de cosilla), a unos diálogos (o monólogos) muy buenos y a un tono donde el tema de las tetas y demás no tiene nada que ver con el erotismo turbio de otras películas de Bigas Luna, sino que se plasma desde una óptica bastante inocente.

Rara a más no poder, pero muy interesante.

Más en spoiler.
[Leer más +]
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
2
Mala
Confieso que nunca le he encontrado el punto a Bigas Luna, por más que lo intento. Me parece un director mediocre, demasiado sobrevelorado por algunos críticos e intelectualoides (no es el único). Un cine zafio y grosero disfrazado de falsa trascendencia. Una especie de Mariano Ozores pero en pedante, vaya. Puestos a elegir me quedo con Ozores, al menos es sincero y no engaña a nadie. Y mucho más divertido, la verdad.

Me obligué ayer a ver de nuevo esta película en TV, llevado por mi afición de cinéfilo a ver si pillaba lo que presuntamente se me había escapado. Pues lo sigo sin pillar, vaya por Dios. Me sigue pareciendo grosera, de mal gusto, vacua, pretenciosa y lo que mucho peor en el cine: aburrida. Guión basado en la obsesión infantil por las tetas (reflejo de la misma obsesión del director, es obvio) y muy poco desarrollado, personajes absurdos y que se hacen odiosos, escenas reiterativas hasta la saciedad, escatología, actores mediocres ... En fin, muy poco salvable.

Mala, sin paliativos.
[Leer más +]
7 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
2
Bigas Luna en busca de la teta perdida
Tras regalarle el frasco con la rana dentro, Tete le dice a Estrellita "Quiero un pecho tuyo y tu leche". "¿Pero qué dices?", pregunta sorprendida, como es lógico, y el niño le replica "Es que mi madre no me la da".
Así por las buenas la mujer se levanta, se aparta la blusa, muestra su (precioso) seno, lo aprieta y un chorro de leche va a parar a la boca de Tete...y qué más pude hacer yo salvo taparme la cara con las manos y reírme de incredulidad.

Pero esta es sólo una de las muchas escenas de "La Teta y la Luna" que provocan vergüenza ajena, la tercera y última parte de la llamada Trilogía Ibérica que el director catalán José Juan Bigas Luna comenzó en 1.992 con la archiconocida "Jamón, Jamón", que le hizo ganar el León de Plata en el festival de Venecia (inexplicable, ¿verdad?), a la que siguió "Huevos de Oro", la más grotesca y desagradable. En esta ocasión volvería a contar con el respaldo del productor Andrés Vicente Gómez y María Fernanda Canals ayudándole en el guión.
La historia es en apariencia muy sencilla a la par que absurda, tierna y muy incoherente: Tete, un niño que todavía no comprende bien el mundo que le rodea, tiene que vivir junto a un autoritario padre que le regaña constantemente y una madre demasiado ocupada como para atenderle, pues acaba de tener otro hijo; por suerte tiene a su abuelo, el único que le hace caso. Tete está aún más desconsolado porque su hermano pequeño, al que odia, se ha "apropiado" de la rica leche que dan los pechos de su madre, por lo que pide a la Luna (atentos a esto) un deseo: unos senos que le alimenten a él solo.

El director se olvida por un momento de la brutalidad y la violencia presentes en "Jamón, Jamón" y "Huevos de Oro" haciendo que la historia, cuyo cariz psicológico la haría ser plato de gusto de Freud, esté narrada desde la pura y (a veces) inocente mirada del niño, que encuentra una respuesta a la disciplina del padre y el abandono de la madre: una joven portuguesa bastante zorra que trabaja en espectáculos de variedades junto a su marido, francés. Sí, una atmósfera poblada de extrañeza, fantasía y erotismo que poco o nada tiene que ver con las duras y viscerales tragedias precedentes de la Trilogía.
Aun así, no faltan los clásicos elementos del imaginario del catalán. Vuelven a entrar en escena los raros fetichismos, un desfile de personajes increíbles, aquí abundando en exceso (el niño obsesionado con las tetas, la tía a la que le chifla chupar pies, guardar lágrimas en un frasco y comer pan fingiendo una felación, el impotente que se gana la vida a base de pedos...) y el sentido homenaje a su tierra y sus costumbres y a la comida, en este caso la leche de la mujer, cuyo poder nutritivo y casi místico crea gran fascinación en él del mismo modo que en Tete.

Y aunque en "La Teta y la Luna" el surrealismo tenga más peso que en las anteriores obras, mostrándose a ojos del niño en forma de chocantes, llamativas y a veces dramáticas metáforas visuales (autoritarismo: el padre que aparece disfrazado de soldado romano; muerte: el cuerpo de "Stallone" sin vida sobre su propia tumba; odio: el hermano de Tete apareciendo como un cerdo), al igual que los sueños, que predominarán en todo su esplendor en los últimos y más abochornantes ocho minutos, Luna no se olvida de un detalle esencial.
Y es ese triángulo amoroso que se da entre Maurice, Estrella y Miguel (Tete no está enamorado de ella, sino de sus pechos), una situación más creíble y trágica que debería haber sido aprovechada en detrimento de la disparatada cruzada emprendida por el niño. El argumento está equivocado en su enfoque; el romance destructivo, y no menos autodestructivo, de Miguel y Estrella, presa y a la vez amante de ese francés débil, bruto y celoso, podría alzarse con el protagonismo en la película sin problema. ¿Muy convencional? Claro, pero por lo menos no sería tan rematadamente absurdo como la historia principal que nos propone el director.

El buen trabajo de fotografía por parte de José Luis Alcaine y la preciosa música de Nicola Piovani, que es lo mejor de toda la película, están muy mal acompañados de unas ocurrencias y diálogos que desprenden mal gusto por los cuatro costados y unos actores que se me hacen del todo irritantes, en especial Gérard Darmon, Miguel Poveda (al que me gustaría ver electrocutándose con la valla esa donde aparece el cartel de "No tocar") y un esforzado Biel Duran a menudo detestable (sobre todo cuando se pone a morder el biberón) pero con un arte para caer simpático y un desparpajo innatos.
Como tampoco puedo soportar al personaje de la delicada y guapísima Mathilda May, cuyos atributos hicieron declarar a Luna "Si tuviera que ilustrar el seno femenino en una enciclopedia habría puesto uno de Mathilda".

En fin, una estrambótica paranoia repleta de morbo, humor y fantasía que sólo podría surgir de la retorcida mente del cineasta catalán, que disgustará sobremanera a la gran mayoría, como es mi caso, y a otros encantará.
[Leer más +]
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
4
De título curioso... Poco más.
No es la mejor cosa que he visto. De algún modo, he estado relacionado con las artes escénicas hasta hace poco, pero me doy cuenta de la escasa calidad del cine español. Es un cine que nadie ve y que se nutre de ayudas gubernamentales porque no es rentable. Cuando un comercio no funciona se cierra. El cine español debería ser residual. Desaparecer. E invertir en otro tipo de cosas que si tengan más sentido. Invertir en premios literarios, escuelas de ballet o ayudar a los curritos con mejores sueldos, o, que se yo, a las pequeñas empresas a las que machacan a impuestos.

La película es curiosa. Se hace curioso ver a Miguel Poveda de jovencito con la veintena, supongo, de edad. Es bastante mala la historia, pero como era diferente y el título me perseguía en la mente desde hace poco pues me la enchufé. Del final del film no me acuerdo porque no había quién lo aguantara al final. Para una escena buena que tiene (la de la teta y la leche en la boca del chico), demasiado que le he puesto de nota un 4. En fin, que con películas así no me extraña que nadie vea el cine español salvo las películas de Santiago Segura.
[Leer más +]
Sé el primero en valorar esta crítica
2
Mala
Bigas Luna es un director reconocido que ha ganado premios y tiene una sólida carrera a sus espaldas pero no me convence. De hecho, ésta película es de lo peor que he visto en mi vida.

Es un retrato de Cataluña en el que un niño pequeño habla de la vida y cuenta su historia y se enamora de una mujer muy exuberante que trabaja en un circo.

Hay alguna escena que me parecieron muy desagradables, quiere hacer gracia pero a mi no me convenció.

Lo siento Bigas Luna, su obra es original pero me resultó mala.

Mala
[Leer más +]
12 de 25 usuarios han encontrado esta crítica útil
4
El Pecho Perfecto
Una vez más me topo con mi querido (sic) Bigas Luna, el intrépido plagiario de Tinto Brass... El ínclito mozo que nos sirvió jamón jamón con olor a coño y a ajo, (Me apuesto el dedo gordo del pie izquierdo a que Miguel Delibes se inspiró en Jamón Jamón para una de las más celebérrimas escenas de su novela: "El Hereje")

Una vez más y como ya hiciera en otras deplorables cintas, Bigas Luna usa sus películas como mera excusa para "reclutar" a inocentes jóvenes, dispuestas a todo por alcanzar el estrellato en el cine "independiente" europeo, (¿desde cuando es "independiente" una película financiado al 100% por el Estado?: el cine español, al igual que los sindicatos son la viva imagen del Sindicato Vertical del franquismo: pura pantomima e indigencia cultural)

La película incide en la obsesiones del director: las tetas y los coños, a ser posible peludos, pues el objetivo es ser transgresor, (aunque el mismísimo Vincent Tomas, el rey midas del porno, se parta el culo de semejante esperpento de director) y para rizar el rizo, nos pone a un edípico niño obsesionado con esa anotomía, y la actriz, la macizorra Mathilda May, (sí, la misma "extraterestre" vampira que se pasó todo el metraje de "Life Force" en cueros)

Supongo que no hubo quien para decirle al señor Luna: -Socio, no a todos los tíos nos van las tetas grandes-

Y es que una cosa son unas tetas grandes y otra cosa bien distinta, unas tetas bien puestas. Aquí ni una cosa ni la otra, si no todo lo contrario: es decir, pura bazofia trascendentalista.
[Leer más +]
5 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
3
Menudo casting de tetas
Para cerrar su trilogía ibérica ("Jamón, Jamón", "Huevos de oro" y la presente), Bigas Luna tuvo que buscar una actriz que tuviera unas tetas muy bonitas, ya que sobre ella giraría la película. Me pregunto cómo consiguió dar con esta actriz francesa, Mathilda May, tan tan bien dotada en esta materia. ¿Organizarían castings pidiendo expresamente tetas bonitas? Qué misterio...

Por que lo cierto es que tetas bonitas consiguieron, pero poco más. La historia quiere tener tintes oníricos, ese niño enamorado de la luna-teta, etc., pero no pasa de lo escatológico. Aquí, para rizar el rizo de las dos pelis anteriores, ya no bastaba con culos, tetas, coños y huevos, ni tampoco con axilas, no, aquí hubo que sacar la artillería pesada: entran en juego los pedos. Increíble.
[Leer más +]
3 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
2
La teta, el pedo y Bigas Luna.
Bigas Luna es un director muy particular; es evidente que no es apto para todos los gustos. A mí particularmente no me da más y si tuviera que elegir no me quedaría con su cine, aunque tiene alguna película digamos... salvable.
Sus particulares gustos por la sordidez humana, sumado a su reconocido fetichismo y gusto por todo lo escatológico, alcanzan en esta película su máximo nivel seguramente.
No me han gustado ni la historia ni los personajes que salen en ella. Por mucho que se nos cuente desde la visión de un niño, la supuesta candidez, la supuesta inocencia, aparece tan solo cuando a su protagonista le entran los celos porque a su recién nacido hermano su madre le da el pecho y a él ya no. A partir de aquí, da origen a toda la historia, historia que como ya he dicho no me interesa nada, no siento ningún tipo de empatía ni por ella ni por sus personajes.
Y luego el padre del niño... ¡qué coño es eso de trabajar vestido de romano en una gasolinera!. ¿Alguien lo entiende?. ¿Y todo para qué?, ¿para hacernos entender mejor la analogía que hace el personaje entre la cultura romana y el mundo actual?. De verdad que no lo pillo.
Eso sí... vaya tetas que tienen "la portuguesa" (Mathilda May) y la madre del niño (Laura Mañá). ¡Ole... ole... y ole!. Al menos el casting por ese lado ha estado espléndido.
[Leer más +]
10 de 22 usuarios han encontrado esta crítica útil
10
UN FILM MARAVILLOSO
Maravilloso y mágico film de Bigas Luna, peculiar director catalán con un cine lleno de sensualidad, imaginación y, en este caso, ternura.
A través de la visión de un niño -Tete- somos partícipes de su descubrimiento del amor y el erotismo. Entiendo las críticas sobre la presencia de cuerpos desnudos delante de un menor... entiendo que los fachas de siempre lo encuentren indecoroso. A mí me parece natural.
Dicho ésto, en todas las infancias del mundo ha habido un momento de descubrimiento de la sensualidad y del amor. La visión de Tete hace posible que el mundo de los adultos se convierta en un mundo mágico, donde aparecen romanos y tetas que dan leche (el realismo mágico no es propiedad exculisiva de los latinoamericanos, lo digo con cariño)
Magnífico film universal y una oportunidad para conocer la cataluña real, con sus tradiciones y su mezcla cultural.
[Leer más +]
6 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
1
QUÉ PENA Y QUÉ VERGÜENZA AJENA
Una película vergonzante en todo momento, una aberración al buen gusto y al sentido común. Otros títulos del cine español como "Ja me maten" merecen más respeto que esta basura, porque por lo menos piensa en el espectador un mínimo, no como La teta y la luna, que toma a todo aquel que se sienta a verla por un imbécil haciendo pasar por película esta cadena de perversiones y fetiches filmados de ese personaje que es Bigas Luna y que debió retirarse en los 80. Una película machista, en la que, cómo no, priman las tetas, y se vende todo como muy apasionante, pero vamos, que me deja más frío que la calva de su director. Tetas, leche, tías que comen baguetes igual que si fueran pollas... qué creativo, señor Luna, de verdad... ¡usted es una sorpresa continua!
Viendo La teta y la luna solo siento pena, asco, aburrimiento y vergüenza ajena: pena por el niño protagonita, porque le estropearon la infancia y le corrompieron; asco por ese motivo recurrente en el cine del señor Bigas que es la comida, asco por actrices como la que hace de la profesora, asco por el guión: motoristas que se tiran pedos, tías que se sacan las tetas y beben lágrimas... (todo taaan interesante....); aburrimiento porque como ya he dicho la película no cuenta una historia, se limita a presentar escenas muy traídas por los pelos para ofrecer primeros planos de tetas y ranas y estupideces; vergüenza ajena por la suma de todo esto, porque si yo fuera director no tendría las narices de pedir a todo el equipo de personas que trabajaron o fingieron trabajar en este filme que se embarcaran en un proyecto semejante... ¡¡Sale hasta Miguel Poveda, cantando coplas, lo cual pone muy cachonda a la tetuda de turno y es por eso que se saca los pechos una y otra vez....!!
En fin... siento vergüenza y rabia también por el productor, Andrés Vicente Gómez, que con películas como esta consiguió en su día mantener el cine español en el hoyo en el que se hallaba tras la transición y le dotó de la fama que tiene de cine de escasa calidad, obsesionado con el sexo y demás... Si luego nos quejamos de que los nuevos públicos no tienen interés en el cine patrio es porque en los 80 y los 90 odas a la zafiedad y a la miseria humana como ésta sentaron un precedente, y ahora no hay quien nos quite la mala sombra de encima para muchos... El cine de Bigas Luna (salvo alguna excepción) y el de directores similares, fue (porque lo que haga ahora ya no tiene mucho interés) una gonorrea que pasamos todos los españoles, pero que gracias a la nueva sangre de los jóvenes realizadores nos estamos curando: los nuevos directores son el antibiótico que nos hacía falta.
No dejaré de alegrarme siempre que un crítico apedree la obra de este infame don nadie, este obseso patatero cuyo "legado" ya se está perdiendo en la memoria colectiva, ya se está borrando de nuestra historia.
[Leer más +]
25 de 53 usuarios han encontrado esta crítica útil
10
Simplemente Maravillosa
Una joya del cine. Única, vivaz, energizante, irónica, PERFECTA.
Combina magistralmente el amor con el drama y la pasión sub-acuática que la caracteriza como un film brillante.
Las actuaciones: pequeñas Cris Morenas que se mezclan y hacen de esta historia una obra maestra.
La Directora: Excelente.

¡LA MEJOR PELÍCULA DEL SIGLO!
[Leer más +]
13 de 58 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ver críticas con texto completo
Más información sobre
Fichas más visitadas