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25 Críticas de los usuarios

Críticas de los usuarios:
9
Spartacus: la historia la cuentan los que ganan ...
... que la historia la cuentan los que ganan ? ... dicen por ahí que entonces hay otra historia.
Spartacus debe ser uno de esos casos.
No ha sido totalmente fiel a la historia, pero eso es lo bueno sino hubiera sido un documental y lo mejor se Spartacus son sus licencias permitidas.
He comentado anteriormente las tres partes de esta historia y ahora que War of The Dammed ha llegado al final puedo decir que la serie es la mejor en su género.
Toda la historia de Spartacus yo la divido en tres, la arena, la huída y la lucha, ésta última es de lo que trata el final.
Con su protagonista Liam Mc Intyre (que nobleza obliga) le ha tocado vestir el tan buen trabajo dejado por Andy Whitfield, que sin llegar a emularlo ha podido hacer algo digno con el tiempo. El resto de sus compañeros se dividen en los que fueron quedando, Ganicus (de lo mejor), Crixus, Agron, Nasir; el recuerdo de los que cayeron, las chicas de turno Saxa, Laeta, Kore y Sybil y los malos nuevos, un excelente Marcus Crasus, un informal Cesar y un infantil Tiberius, todos ellos han caminado una gran etapa final, plagada de sangre, luchas, conquistas y odios con un poco menos de sexo que las anteriores.
En esta oportunidad se ha querido hacer de cada capítulo algo épico y creo que en gran parte lo han conseguido. Hay muchos que pueden sentirse realmente orgullosos de este producto, desde el principio al fin, actores, productores, su director Denight que se inspiró aún en los peores momentos sabiendo que perdía a su protagonista inicial y lo esperó hasta el final por eso y sobretodo donde quiera que esté Andy ha sido bien honrado.
Ha crecido la imagen, los efectos especiales, ha mejorado el guion y los argumentos, pero por sobre todo la banda sonora que realmente fue muy buena y para recomendar, en todas las series.
No hay mucho más para decir, dejo algunos momentos imperdiblemente épicos en el spoiler y por lo demás, solo véanla. Gratitude.
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48 de 50 usuarios han encontrado esta crítica útil
9
ANDY, YOU ARE SPARTACUS!!!
"I am Spartacus" es la frase que cierra los títulos de crédito del último capítulo de la serie, Andy forjando su leyenda sobre la arena de Capua con los brazos extendidos gritando al graderio tras asestar su primer golpe de gracia como gladiador, muy lejos ya de su adorada Tracia.
He de decir que me siento apenado porque ha finalizado una grandísima serie; la épica, la acción y la pasión son sus apellidos y su nombre es Spartacus. Tres temporadas y una precuela me han hecho vibrar con cada capítulo, y la indiferencia no ha tenido cabida en mí durante este tiempo; desde la casa de Batiato a la tumba de Spartacus han transcurrido muchos acontecimientos: la arena de Capua, la caída de la casa de Batiato, el Besubio y Gabro, Crasso, César y el fin de la Rebelión sería una manera poco inteligente de resumir esta serie, porque hay mucho más...es la historia real de como un hombre forzado a la esclavitud hizo temblar a la República y sus cimientos.
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50 de 57 usuarios han encontrado esta crítica útil
10
(...) Y entonces vi llorar a la muerte y supe que había algo más de valor en esta vida.
Normalmente suelo empezar mis críticas con alguna frase de renombre escrita o pronunciada por algún personaje histórico relevante... pero creo que el título me ha quedado tan de puta madre (modestia aparte) que en esta ocasión no sólo sobraría sino que condenarían estas líneas a la redundancia:

Quien tenga la mirada tan o más sucia que Diego Serrano ya puede ir desechando la idea de ver esta gran serie porque no aguantará ni cinco minutos de cualquier capítulo :

SÍ: sigue habiendo violencia, gore y muchísimo sexo (todos en su vertiente más exagerada, irreal y brutal). Si no es tu caso y se lo "perdonas" sigue leyendo a ver si te consigo convencer...

A pesar de que "Vengeance" no fue muy bien recibida reconozco que no es mi caso... pero me he apretado las gafas con objetivismo incorporado y puedo aseguraros que aquí no sobra ningún personaje, ninguna subtrama, ningún giro ni nada que pueda afectar al estupendo hilo argumental que la sostiene.

Los personajes son aún más profundos si cabe, todos y cada uno de ellos balanceándose entre la fina linea que separa su moralidad de su ambición, su placer personal de sus principios, su honor de su codicia, su deber de sus sentimientos... ¿qué queréis que os diga? Todos tienen un trasfondo brutal y no hay lugar para el aburrimiento y el "cansinamiento": nunca nos dejamos de interesar por sus vidas (ni por su muerte, que abundan sí...) y disfrutamos con cada linea que sueltan ¡¡¡anda que no tenemos que aprender de semejantes guiones!!!

Por lo demás el aspecto técnico sigue tan cojonudo como siempre y no se le puede reprochar nada (por supuesto, has de tener presente que las fantasmadas son tan abundantes como las escenas de las orgías...).

Mira tío, que dejes de leerme y te vayas a verlo por ti mismo... independientemente de si te guste o no es imposible que te deje indiferente.

Y nunca mejor dicho: no dejes que tus ojos no vean más allá del "pan y circo" (o de las tetas, las pollas y la sangre en este caso).

a más ver

H
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31 de 33 usuarios han encontrado esta crítica útil
10
"This is a conflict you can not win"
Para empezar, ayer 13-04-2013 vi el ansiado final, temporada que seguí muy fielmente y sopesando sus acontecimientos con la historia real, y a pesar de que se como acontecimientos y personajes, es MAGNÍFICA.
Liam, sustituto de nuestro amado Andy, no llega a ser Andy siendo la principal pega, pero todos sabemos el por que, por tanto se justifica, debo decir que a pesar de ello no lo hace mal.
Empezaré por las pegas:
1.- Naevia: pasó de ser ese ser hermoso a una guerrera un tanto antipática y que no convence, su actuación no es mala, pero tampoco es la mejor.
2.- Los amantes de la Historia (me refiero a la realidad), quedaran con un poco de hambre ante la falta de generales romanos, de hechos históricos, y de localizaciones, aunque aún así, no miente.
Hay muchas mas, pero desde mi punto de vista, esas son las que mas resaltan.
En cuanto a o bueno, hay mucho de lo que hablar (para mi pues puede haber alguien que considere esta temporada una basura) diré lo que mas me llamó la atención.
1.- Un Gannicus entregado a su papel (sexo y vino xD) aunque en las batallas y en la actuación se luce.
2.- Un Crixus que parece volver a su papel un tanto arisco del principio y que conlleva consecuencias tremendas.
3.- Agron una actuación muy entregada (xD)
4.- Las batallas, ahora con miles de combatientes aunque a veces se nota mucho la pantallita verde (jaja), no dejan de ser impresionantes.
5.- La estética agotada de los personajes rebeldes, la tensión, la euforia, la sed de sangre romana, exquisita.
6.- Los efectos especiales, como las cámaras lentas, sangre, etc. no dejan indiferente a nadie, y sobre todo las batallas grabadas en una sola toma sin cortes.

En general, la serie acaba aqui, y deja mas que satisfecho, para mi, una de las mejores de los últimos años.
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26 de 28 usuarios han encontrado esta crítica útil
10
Final de una leyenda.
Bueno pues terminada la serie Spartacus. Pedazo de serie, un gran inicio, increíble y memorable trayecto y un épico final. Ojalá hagan mas series como esta. Mezclando las tramas de ROMA, con el aspecto y batallas de 300, la épica, guion y genialidad de GLADIATOR. Sin duda un rotundo 10. Me quito el sombrero ante tal producción. En paz descanse andywhitfield . Por cierto ved los créditos hasta el final.
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24 de 29 usuarios han encontrado esta crítica útil
10
TODO LO BUENO TERMINA, Y EN ESTE CASO TERMINA A LO GRANDE!
Muchas cosas se han dicho ya de esta tremenda serie, muchas malas, pero sobretodo, muchas buenas. En mi caso, no hay nada que reprochar. Pocas series me han hecho sentir lo que he sentido con esta, desde las nuevas incorporaciones, las batallas, los diálogos (la serie se disfruta muchísimo más en versión original). Vamos por partes. Las incorporaciones de César y Crassus, magistrales ambos en sus papeles, al igual que Tiberius. Pero la palma se la llevan los cuatro pilares fundamentales: Crixus, Gannicus, Agron y como no, Spartacus, cada uno han llevado su papel al máximo, dando las mejores interpretaciones de las 4 temporadas. Mucho se ha hablado del papel de Liam y del peso que llevaba a rastras, pues Andy dejó un gran legado, aún así, mis más sinceras felicitaciones a Liam, a sabido llevar el papel muy dignamente. El resto del elenco cumple y de una manera muy gratificante, mención a el joven César que se sale!!. El elenco femenimo, para mi, el mejor, teniendo en cuanta a Naevia, la cual, llegas a odiar y querer por igual en esta temporada. Cuanto a las batallas y demás escenas (sexo, torturas etc..) todo esta a un nivel superior del resto de temporadas, siendo esta la más espectacular en todos los sentidos. El uso del slow-motion da buenos resultados, pero las batallas ganan muchísimo sin dicho método (a mi parecer, la batalla final es simplemente acojonante!!). La banda sonora, también con una calidad superior al resto, muy bien elegida para cada tipo de escena. En resumen, se termina una de las mejores series que se han hecho en años (en muchos años..) y se marcha a lo grande, con un final increíble y grandioso, dejando a su paso un mar de sangre, lágrimas, amores, odios...Un regalo para aquellos amantes de las buenas historias, grandes guiones y diálogos, batallas increíbles...imprescindible!!
Gracias a todos los que han hecho posible este viaje junto a Spartacus! Un viaje que no hubiera tenido sentido sin el gran Andy! Que en paz descanses!!
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18 de 18 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
La rebelión llega a su fin
Cómo ha cambiado "Spartacus" desde aquel lejano ludus de Capua en donde los gladiadores se entrenaban duramente para abrazar la muerte en cada combate sobre la arena, a sabiendas de que cualquier día podría ser el último de sus vidas. En donde obedecían las órdenes de Batiatus como meros esclavos acostumbras a servir día sí y día también a sus amos. Estaban las batallas, los piques y finalmente, la rebelión, componiendo así una muy buena primera temporada.

La triste enfermedad del anterior protagonista, Whitfield, hizo que se rodara una precuela con la misma esencia que aquella temporada, rayando a gran nivel también y presentando a un personaje capital en la serie como es el dios de la arena Gannicus.

Retomando la serie tras el fallecimiento de Whitfield con un actor sustituto, a la misma le costó asentarse al tener que sacar la acción del ludus y de la arena a las batallas a campo abierto, lo que redundó en un descenso de nivel. Descenso leve, eso sí, puesto que tuvo momentos grandiosos.

Finalmente se llegó a esta su última temporada en donde se recupera el alto nivel de la primera entrega gracias sin duda a dos "villanos" carismáticos y poderosos comos Marcus Crassus y Julio César, que logran superar fácilmente la labor del cariacontecido Glaber. Muchas batallas, muchas sorpresas y diálogos sin desperdicio ya sea en la parte rebelde o la romana. Hay menos conspiraciones que en la primera temporada y la precuela, en donde Batiatus era el número uno. Pero no hay queja...

Qué dulce ironía ser un esclavo capítulo tras capítulo de esta serie y al acabarla poder decir, finalmente:

"Ya soy un hombre libre".
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17 de 18 usuarios han encontrado esta crítica útil
9
I Am Andy Whitfield!!!
70/13(15/04/13) Colosal colofón a una de las mejores series que ha dado la pequeña pantalla, un producto valiente y nada políticamente correcto, un grandioso espectáculo para el entretenimiento, los temas tratados son tocados con superficialidad, pero su objetivo no es la profundidad, y mucho menos el rigor histórico, puedo entender que haya a quien no le guste, pero estos ya debieran de haber desconectado en el primer capítulo de la primera temporada, los que hayan seguido enganchados habrán tenido su recompensa en un increscendo dramático cuasi-apocalíptico rara vez alcanzado en una serie. Esta última entrega es el paroxismo, es más de lo mismo, sí, pero maximizado, la violencia, el gore, el sexo, las traiciones, las lealtades, el honor, la dignidad, la venganza, el orgullo, la valentía, y por supuesto litros y litros de sangre salpicados por la pantalla, todo en su vertiente más hiperrealista es lo que hay, sin duda el mejor comic que se haya llevado a la televisión.
En esta temporada la serie tenía el hándicap de que todos sabíamos que Espartaco terminaba derrotado, la incógnita era saber lo que ocurría con el Héroe, históricamente nunca se encontró su cuerpo, incluso se especuló con que no murió contra los romanos y que huyó por las montañas, con lo que los guionistas gozaban de cierta libertad para crear un clímax final imprevisible. Ahora tras las primeras refriegas a los pies del Vesubio el ejército de Espartaco se ha multiplicado, es un enorme peligro para la estabilidad del Imperio de Roma, así que el senado elige para acabar con él a un poderoso senador, Marco Linicio Craso (gran Simon Merrells), un noble rico que posee un grandioso ejército, un inteligente y maquiavélico tipo con unas ansias de poder infinitas, derrotar a Espartaco es su tarjeta de entrada para ser Emperador, contará con la ayuda de su protegido Cayo Julio Cesar (buen Todd Lasance), un joven con grandes aspiraciones, y de su hijo Tiberio (Christian Antidormi). Los diez episodios se pueden dividir en dos tramos, en el primero Sinuessa Del Valle será el centro, una villa junto al mar amurallada, tomada por los rebeldes de Espartaco como refugio, en la segunda parte será en campo abierto con los rebeldes enfrentándose en varias ocasiones a Craso, entre medias se desarrollaran subtramas en los dos bandos con marcado acento dramático.
Los guionistas como en las otras temporadas han sabido tejer conflictos internos en los dos bandos que hacen bastante rica la trama, en el lado de los gladiators será la idea mesiánica de Espartaco de guiar a su pueblo a los Alpes para escapar del yugo romano, esto chocará con la pendenciera mentalidad de Crixus que no desea huir, anhela destruir Roma, en el bando romano serán las luchas de poder, el obtener el favor del pretor Craso, la pugna se establece entre el hijo de este, Tiberio y el soberbio Julio Cesar, a esto se le suman giros sorpresa bien hilvanados y un apreciable celo en humanizar a los personajes para hacerlos más cercanos y que nos toque la fibra lo que les ocurra.
En el bando de Espartaco los protagonistas serán prácticamente los mismos que la temporada anterior, un Liam McIntyre que gana en carisma y tono elegiaco (un recuerdo para el gran Andy Whitfield que nos dejó tras una magnífica primera temporada), un Gannicus/Dustin Clare revestido de un aura cuasi-mística que con su aire lacónico deja un reguero de heroicismo romántico glorioso, un Crixus/Manu Bennett mucho más complejo y verso suelto, imprescindible su rol para que veamos que no todos iban a una, un Agron/Dan Feuerriegel y Nasir/Pana Hema Taylor que ganan en presencia y peso. En el otro bando se han superado, Glaber, el villano de la anterior entrega no terminó de dar la talla y por ahí perdía un poco la serie, pero en esta la apuesta de los antagonistas de Espartaco ha sido excelente, Craso/Simon Merrells compone un malo tridimensional, es un Romano con mayúsculas, no es que sea malo malísimo, es que cree en Roma, en lo que ella ha dado al mundo, es un romano convencido, es muy inteligente, no desprecia a sus rivales, intenta comprenderlos, e incluso admira su arrojo y valentía, esto lo hace un contendiente temible, impresionante la pelea a muerte que tiene con su entrenador-esclavo, como muere el esclavo orgulloso de haber enseñado bien a su alumno, a su lado un espléndido Julio Cesar/Todd Lasance, un poderoso luchador, arrogante y con una gran inteligencia, y que además demuestra sensibilidad, ejemplo la escena en que sacrifica a una romana para que la violen más, y termina este llorando. Algo más blandito está Tiberio/Christian Antidormi , le falta poderío de presencia para dar réplica, un imberbe angelical rostro sin mala baba, es un niño travieso entre hombres. En el apartado femenino la belleza más impresionante es la nota predominante, la pexótica preciosidad Naevia/Cintya Addai-Robinson, intrépida luchadora que será una lady Macbeth para Crixus, , Saxa/Ellen Hollman una promiscua gladiadora, un cañón de mujer, una de las nuevas entradas, la sensible esclava Sibyl/Gwendoline Taylor, una delicada flor que deja prendado al duro Gannicus, Jenna Lind como Kore, la amante de Craso destila un encanto y belleza que hace no puedas despegar los ojos de ella mientras está en pantalla, otra de las nuevas es Anna Hutchison como Laeta, aporta poco en todos los sentidos, cojea entre tan beldad salvaje, algo sosa e incluso prescindible.
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15 de 16 usuarios han encontrado esta crítica útil
10
No hay mayor victoria que partir de este mundo como hombre libre
Cuarta y última temporada. Una temporada intensa, frenética, emotiva...muy completa. Aquí el enemigo de Espartaco se llama Craso, un noble y rico romano con posibilidad de un futuro aún más prometedor. Ambos se enzarzarán en interminables batallas a cada cual más astuta, porque ambos son estrategas consumados, ambos se odian pero curiosamente...también se respetan. Esa es una de las cosas que más me gustan de ésta temporada, Craso, el General Romano, odia y teme pero sobretodo respeta a su más encarnizado enemigo, aquél que está haciendo temblar los cimientos de su Imperio, Espartaco. Y es que pese a que Craso se tiene como un gran militar, Espartaco no hace más que esquivarle cuando está totalmente acorralado o morderle cuando Craso se cree protegido, demostrando ser un enemigo realmente hábil tanto con la espada como con la cabeza, el mejor enemigo que podría tener.

En ésta temporada predominan más las batallas y escaramuzas que las intrigas políticas pero no faltan las trifulcas tanto dentro de un bando como del otro, además de misiones militares (y digo misiones porque participan pocos soldados) de lo más entretenidas y genialmente planificadas.

Espartaco, un esclavo que luchó primero por venganza, y luego por la libertad de un pueblo oprimido, liderando así la mayor revuelta de esclavos que tuvo Roma. Liderando a un "ejército" donde no existían hombres o mujeres, lisiados o ancianos, fuertes o escuchimizaos, donde todos tenían su papel y cada hombre o mujer era útil ayudando en lo que pudiera.
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7 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
9
Morir como hombres libres.
Vuelco total de la serie en busca de la realidad histórica de lo que los historiadores creen que ocurrió, como reflejaré al final sobre la auténtica historia de Espartaco.

La serie intenta seguir los hechos históricos, con licencias subjetivas en cuanto a sitios, fechas y personajes, como la participación de Julio César en los hechos.

De los principales personajes, los gladiadores de Batiato existieron de verdad, desde el "doctore" Enomao, hasta Crixus, Gannicus y Espartaco, que pusieron en jaque a todo un Imperio como el romano y su potencial militar.

Sobresaliente, 9.

Según los autores clásicos, Espartaco fue un antiguo soldado nacido en Tracia, en la actual Bulgaria, que sirvió como auxiliar a los ejércitos de Roma, razón por la cual conocía bien las tácticas militares de la gran potencia de su tiempo. La leyenda asegura que tras ser apresado por desertor trabajó de forma forzosa en unas canteras de yeso y, gracias a sus habilidades bélicas, fue comprado por un mercader para la escuela de gladiadores de Capua de Léntulo Batiato.

Si bien también había muchos hombres libres en busca de fortuna, las filas de las escuelas de gladiadores se nutrían, sobre todo, con prisioneros de guerra, condenados ad gladium y a trabajos forzados y esclavos destinados a las escuelas por sus amos para que los adiestraran y luego poder usarlos de guardia de corp en sus familias. El adiestramiento diario en la escuela era en muchos casos extremo, pues se requería un gran aguante para soportar una sucesión maratoniana de combates sobre la arena. A cambio, los gladiadores vivían entre grandes comodidades para preservar su salud y podían optar a comprar su libertad en pocos años.

Los gladiadores eran una clase privilegiada entre los agraviados esclavos, una masa que llegó a suponer más del 20% de la población de toda Roma y estaba expuesta a toda suerte de humillaciones y agresiones por parte de sus dueños. Para empezar porque los gladiadores, a diferencia de un esclavo doméstico, tenían acceso a armas a diario. En el verano del año 73 a.C, un grupo de ochenta gladiadores, encabezados por Espartaco, escapó de la escuela de gladiadores en Capua y se refugió a las faldas del Vesubio, desde donde levantó a miles de esclavos en favor de su causa.

Entre ellos había tracios, celtas, germanos y esclavos de todos los rincones de la República. Apenas tenían armas, pero su fe estaba puesta en la minoría selecta que representaban los gladiadores, con Espartaco y dos celtas, Criso y Enomao, formando un precario grupo de mando.

Espartaco se reveló pronto como un astuto militar que transformó la maraña de hombres y mujeres de distintas tribus en un ejército unido capaz de destrozar a dos ejércitos consulares y, con el tiempo, cualificado incluso para crear talleres propios para equipar a sus fuerzas. No en vano, las mejores tropas de la República romana no se encontraban en la Península Itálica. Los pretores Clodio Glabro y Varinio se vieron sorprendidos al frente de tropas bisoñas, en las laderas del volcánico Vesubio, por un ejército que se alimentaba, no de los esclavos de las grandes ciudades, sino de fugitivos, campesinos, desertores y toda clase de personajes rurales.

Dada la gravedad de la situación, los cónsules en ese momento, Lucio Gelio y Cneo Léntulo, se hicieron cargo en persona de las operaciones. Lucio Gelio se dirigió al sur y derrotó al celta Criso y a sus 20.000 seguidores junto al monte Gargano, en Apulia. Con Clodiano combatiendo a Espartaco en el norte, Gelio reanudó la marcha para apoyar a su compañero de consulado y poner así fin a la revuelta. No obstante, Clodiano cayó derrotado y Espartaco atacó a Gelio. Ni siquiera cuando los dos cónsules unieron sus fuerzas pudieron derrotar al tracio.

Alarmado por una de las mayores crisis en su historia, el Senado de Roma encargó a Marco Licinio Craso, uno de los hombres más influyentes y adinerados de la ciudad, que hiciera él frente a la amenaza con su talento militar y, sobre todo, su dinero. Ejerciendo como pretor, Craso comenzó las operaciones desempolvando el arcaico castigo del decimatio a las legiones que habían huido cuando se hallaban al mando de sus predecesores. Este brutal castigo consistía en la elección por sorteo de 1 de cada 10 hombres para ser asesinados a golpes y palos por sus propios compañeros.

Además, cambió la ración de trigo por cebada al 90% de las tropas restantes y las obligó a levantar sus tiendas fuera de los muros de los campamentos del ejército. Estas medidas, que hacían más daño que beneficio a la moral de la tropa, respondían a la gravedad de que un grupo de esclavos se hubiera sublevado en el corazón de la península itálica.

Espartaco y su ejército entraron en contacto con los piratas de Cilicia, quienes prometieron darle una flota para transportar las tropas rebeldes a Sicilia.

Al frente de ocho legiones, el pretor sufrió algunos reveses iniciales ante el imbatido Espartaco, pero no tardó en ganar terreno a los esclavos y en sacar partido a sus luchas intestinas. Craso derrotó a otro grupo que se había escindido entonces del principal ejército y levantó una inmensa línea de fortificaciones, de unos 65 kilómetros, con el objetivo de encerrar a los esclavos en la punta más extrema de Italia.

Como Adrian Goldsworthy relata en su libro «Grandes generales del Ejército romano» (Ariel, 2005), Espartaco y su ejército, viéndose acorralado, entraron en contacto en el mar Tirreno con los piratas de Cilicia, quienes prometieron darle una flota para transportar las tropas rebeldes a Sicilia con el fin de hacer de la isla un bastión rebelde inexpugnable. Sin embargo, los romanos se percataron de la intención de Espartaco, por lo que sobornaron a los piratas para que traicionaran al esclavo tracio.
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5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
Se puede apreciar una gran mejora en esta temporada.
Cuando empece a ver esta serie me engancho rápidamente, aun así nunca la vi como una serie de las que podría catalogar como muy buenas (según mis gustos) debido a que le faltaban muchas cosas que la serie de ROMA por ejemplo si me dio. La puntuación de 9 se debe a que en esta tercera temporada casi todos esos fallos que encontré en las anteriores se han arreglado y creo que se debe tener muy cuenta debido a que en muchas series me he encontrado que ha medida que pasa el tiempo la calidad disminuye. Esto es un claro ejemplo de todo lo contrario y algo me dice que para esta última temporada el presupuesto a aumentado. Esta tercera temporada esta siendo SOBRESALIENTE.
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10 de 16 usuarios han encontrado esta crítica útil
10
Espectacular
Serie que avanza -in crescendo- hasta llegar a un nivel tremendo. A pesar de tener ya varias temporadas a sus espaldas y tener un formato algo repetitivo, los guionistas se han exprimido bien los sesos para que, sobre todo, de mitad de temporada en adelante, los giros de guión hagan que se siga con bastante interés.

Aviso: Que nadie se vuelva loco con la historia real de lo que pasó y lo que sucede en la serie.
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4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
Emocionante hasta el final
Con Spartacus: la guerra de los condenados, se cierra una de las seriwes que más ha conseguido engancharme en los últimos años.
Todos sabemos que la serie ganaría bastante con algo menos de sexo, aunque todos disfrutemos de los desnudos integrales.
Vale, es cierto que se pasa bastante la historia por el forro de los huevos.
Coincido con todos en que el hijo de Craso, Tiberio, es el crío más repelente que he visto en una pantalla.
Vale, César es un hijo de la gran puta. Pero...¿Y lo que mola?
Y sí. Andy Whitfield siempre será Espartaco, pero Liam McIntyre cumple maravillosamente su papel.
Las batallas son espectaculares y muy bien realizadas a nivel técnico. Las actuaciones son espectaculares. Craso es el mejor (diré villano a falta de una palabra mejor) de todos los romanos que han aparecido en la serie. Mucho mejor que un manipulador Batiato (Grandísima actuación de Hannah) o que un sosísimo Glaber (el personaje, el actor cumple muy bien). Craso es harina de otro costal. No infravalora al enemigo, piensa antes de actuar, respeta a sus adversarios y piensa, siente, ama y sufre como cualquier ser humano. (ver spoiler)
En cuanto al resto de personajes, Crixus, interpretado maravillosamente por Manu Bennett, está aquí bastante menos salvaje que en anteriores entregas, pero no por ello peor realizado. Y Gannicus...¿Qué decir de Gannicus? Eso si que es un tío con un par de cojones (spoiler). Las actuaciones femeninas tampoco se quedan atrás, aunque echaré de menos a Lucretia (Un beso para Lucy Lawless. ¡Guapa!)
En resumen, un muy digno final con el que culmina una serie que, aunque cometa fallos a nivel histórico, no deja de ser magnífica a nivel técnico, visual y con un guión de lo mejorcito.
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4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
9
Elegir
Una simple palabra. Tan breve. Tan sencilla. Tan natural.
Elegir.
Elegimos cientos de cosas. Dónde vivir. Con quién pasar el tiempo. Qué ropa ponernos. Qué comer. Adónde ir. A qué dedicarnos. Qué tener. Qué hacer en el tiempo libre...
Y todo eso sin darnos cuenta. Menos nacer y la familia que nos haya tocado siendo niños y las decisiones que otros hayan tomado en nuestro lugar cuando no teníamos edad para tomarlas, elegimos. Qué facil parece a quien no ha tenido que soñar nunca con esa palabra.
Elegir.
Pero ha habido tantos que han dado su vida por ella. Sí, por una palabra. Por su promesa.
Porque aunque tengas que pasar hambre, frío, abrasarte, consumirte, acostarte en el suelo, enfrentarte a mil enemigos, acumular tantas cicatrices que no las puedes contar, ver la muerte a cada paso, ríos de sangre cubriendo el camino por el que avanzas, en suma, una vida de meados y mierda, toda penuria sabe a gloria cuando tú has elegido tu destino. Cuando tú has escogido enterrarte hasta el cuello en esa vida de meados y mierda y tú decides cómo organizar tu propio día. Esa promesa del despertar y saber que tú eres el dueño de ti mismo.
Elegir.
Cuántos disfrutamos de esa palabra porque otros se han sacrificado por ella.
Pienso que a Espartaco le gustaría saber que yo soy libre. Que quizás un poquito gracias a él nací libre. Tal vez, si existe esa otra vida en la que tantos creen, Espartaco haya encontrado por fin algo de paz con cada alma nacida libre. Y tal vez desde allí siga luchando para que los que no conocen la palabra mágica, o les ha sido arrebatada, tengan la posibilidad de encontrarla.
Sí, tal vez siga luchando de mil maneras distintas, adaptándose a todas las formas de la esclavitud. Porque era un hombre inteligente y supo ver mucho más lejos de sí mismo. Supo ver que para ser esclavo bastaba con que a alguien le hubiera sido robada la capacidad de elegir.
Aunque su rebelión no hubiera acabado con la corrupta e imperialista Roma, sí le asestó un golpe duro e inmortal que pasó a la historia.
Porque a través de los siglos nos recuerda que elegir nunca debería ser un sueño. Siempre debería ser una realidad.
Tal vez al final fue suficiente pensar que había luchado por esa palabra cargada de todas las promesas del mundo.
Cómo me ha costado terminar la serie. Porque odio los finales tristes. Porque odio despedirme para siempre de personajes que respeto y que me han acompañado durante varias temporadas. El hecho de conocer de antemano su destino no atenúa el aguijonazo de la desazón. Por eso he querido posponer el adiós. Normalmente es preferible tomarse el trago amargo rápidamente, pero no en este caso.
Y no es porque sea una serie muy agradable y hermosa. Si puede haber algún tipo de belleza en la guerra, desde luego no se encuentra en el odio, ni en la sangre, ni en las crueldades, que aquí los hay a borbotones. Se encuentra en los que pelean por una brizna de libertad. En los que antes eran esclavos y que ahora están sucios, a menudo mal alimentados, sin ninguna comodidad, sin techo, sin hogar, huyendo, pero que han elegido todo eso. Ellos. No un maldito dómine que se cree con derecho a marcarlos con un hierro al rojo como si fueran ganado de su propiedad. No una maldita República construida con la sangre de los esclavos.
No, no es una serie agradable ni bella. Tampoco lo fue la esclavitud bajo el yugo romano.
Pero es terriblemente adrenalítica. Adictiva. Satisface algún deseo oculto de venganza, de justicia, por los antepasados que dieron su vida sin vacilar para que algunos naciéramos libres.
Y pudiéramos conocer esa palabra mágica.
Elegir.
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3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
El héroe se convierte en leyenda
He escrito una crítica sobre esto que sin querer acabo de borrar y no tengo ganas de volver a escribirla igual así que iré directo a lo importante y así le ahorro tiempo a el que lo lea.

La primera temporada como serie me parece lo mejor pero esta es la más histórica y madura de todas (dejamos de lado rollos telenovelescos y el rollo "300" rollo fondos y demás son mejorados, mejores recreaciones de la ambientación)
10 episodios llenos de momentos épicos y un final digno para una serie que tanto dentro (partes lineales, puntos amorosos demasiado empalagosos y con una importancia demasiado grande) como fuera de ella (muerte del actor principal entre otras) ha acabado bien y de una forma digna, con unos nuevos enemigos carismáticos a la altura o incluso mejores que los anteriores vistos.

Altamente recomendable serie, sobretodo esta última temporada por que es la que muestra la parte histórica más importante.
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2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
9
I'am Spartacus
Nunca había disfrutado tanto con una serie, donde deseas ver un capítulo tras otro...

La última entrega y final de las serie, es exagerada, visualmente más espectacular que nunca, más sangre, violencia y sexo, épica. Unas excelentes interpretaciones que consiguen que entres en el mundo de cada personaje y un guión excelente, donde las relaciones entre los personajes son muy intensas, sin ninguna trama que flojee. Y sobre todo una obra maestra del entretenimiento.

Mucho se ha dicho del papel de Liam. En mi opinión es perfecto, aquí está menos endiosado, con un lado más humano en el que es difícil no ponerte de su lado.

La relación entre Spartacus y Gannicus y Crixus está llena de contrastes y matices, es uno de los puntos fuertes. Igual pasa en el lado romano, con tramas más complejas llenas de envidia, arrogancia, resentimiento, la lucha de egos entre Tiberius y Crassus es brutal.

Podemos buscar fallos si queremos: parece que el ejército de Spartacus solo sean cuatro, se mueven de una localización a otra con una velocidad pasmosa para la época, montan campamentos gigantes en horas.. pero a quien le importa¡¡¡. Esto es entretenimiento superlativo, épica, acción, sexo y sangre a raudales.

En definitiva una serie que he disfrutado como ninguna.
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7
FINAL ÉPICO Y AMARGO
Y llegamos al final de esta épica historia. De nuevo vuelve a costarle arrancar al argumento (se ha convertido en seña de identidad de esta serie) que se va volviendo más complejo debido a un aumento del número de personajes de y lineas argumentales abiertas. Aquí se prepara todo para la guerra. Tenemos todo lo anterior: buenas escenas de sexo, excelentes escenas de lucha, unas mejoradas interpretaciones y, en definitiva, un despliegue colosal. Esta temporada completa y termina una genial epopeya de la Roma clásica y aunque es bastante buena te deja con la amarga sensación de haber perdido algo... El final es desolador... pero, en fin, así es la historia. PROHIBIDO PERDÉRSELO.
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9
¡Épico final!
La última temporada de Spartacus es gloriosa, en honor a la historia que está contando.
La guerra de los rebeldes de Espartaco contra Roma ya es totalmente abierta y amenaza con bañar de sangre las calles de la misma Roma. El "imperator" Craso y su hijo Tiberio comandan las legiones que luchan contra el que fuera gladiador.
La serie siempre ha sido buena en muchos niveles, pero en esta última temporada se nota un mayor nivel de calidad general en todos sus aspectos.
Sigue siendo muy exagerada con la violencia, el sexo y el lenguaje. Pero ya sabemos que no estamos viendo una recreación fiel a la historia y que también se trata de ofrecer diversión. Las brutales muertes y la sangre abundan y son si cabe todavía más bestias que en temporadas anteriores.
Pero los acontecimientos de la guerra dan pie a unas situaciones muy dramáticas y épicas que hacen que el nivel interpretativo esté también a la altura de las circunstancias.
En definitiva, un épico final para una excelente serie, tanto como drama como en sus escenas de acción, siempre herederas de la gran "300".
Tan solo hay que tirarle de las orejas por sus austeros decorados y exteriores de ordenador. Hay que aceptarlo.
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8
Spartacus vs la progresia
Spartacus lo ha vuelto hacer: más sangre, más violencia, más sexo, más vísceras, más acción, más escenas abusivas y descojonantes, todo mezclado en una batidora dando como resultado un batido el cual los gafapastas no podrán beber ya que se atragantaran con él. Pero para la gente de bien que gusta del cine sin pretensiones pseudofilosóficas gozaremos con este tipo de cine divertido en el se nos muestra una historia bien narrada que trata de la lucha contra el poder, la decadencia, el presente, el vivir el ahora al máximo y defenderlo como animales contra otros animales que van de civilizados pero que no veas como se las gastan (romanos), eso es Roma señores, poder y orgias, violencia y civilización. La cara de Roma que no mostraban en las ñoñas películas de romanos de los 60s te las muestra spartacus con gran acierto, pues Roma era un estado engendrado con la violencia y los excesos...

Vale que tiene ciertas patadas a la historia como que metan a Julio Cesar en toda esta historia y entre los esclavos, pero y lo bien que queda.
Lo dicho buena temporada y por desgracia parece que la última, de calidad similar a la 1 temporada y mejor que la anterior.
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5 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
Final digno para una serie irregular
Spartacus, una serie difícil sin duda, comenzando por la triste y sorprendente muerte (en la vida real) de su protagonista principal, y terminando por las dificultades de representar grandes guerras en escenarios abiertos en una serie de limitado presupuesto.

La primera temporada me conquistó, tras superar el shock de los 3 primeros episodios, donde se entraba en calor poco a poco y había que ir familiarizándose con los personajes, los cromas, etc. La serie conquistaba con la excitante mezcla de épica (me recordaba por momentos a Matrix, Dragon Ball, Gladiator, 300, God of War...), fantasía, sexo, violencia y humor negro (lo cual eché en falta en temporadas venideras), lo cual hacía cobrar mayor sentido a todo lo anterior. Posiblemente los creadores estaban entusiasmados y la libertad creativa era mayor (comparada con temporadas venideras, donde había que ceñirse más a hechos históricos). El resultado fue colosal, se había logrado un producto único, demencial y lleno de adrenalina.

Llegamos a la segunda temporada, la serie se ve forzada a una precuela por el grave problema de su protagonista. Se intenta seguir la misma línea de la primera, pero ya no es lo mismo, la serie pierde chispa y frescura, y toma tintes más propios del culebrón (la relación de Gannicus con la mujer de Oenomaus, etc...).

Llegamos a las 2 últimas temporadas, muchos cambios de actores, necesidad de representar muchos escenarios exteriores, etc. sin duda las más difíciles de realizar. Como en la segunda temporada el conjunto sexo+gore no me convence. No siento que encaje tan bien, la serie parece intentar volverse más seria, con unos guiones más densos, pero que no me terminan de conquistar. No obstante llegan los finales de estas temporadas (últimos 4 capítulos de cada una) y el tono emocional y la épica vuelven con toda su fuerza, en esos momentos la esencia reaparece (épica descomunal), los combates se vuelven más intensos e interesantes, así como los giros de guión. Se llegan a perdonar defectos de episodios previos, y lo que se sienten como abundantes minutos de relleno.

He de reconocer que me dormí repetidamente en estas temporadas (especialmente la última), pero para los que les entusiasmó la primera temporada, les aconsejo que hagan el esfuerzo de llegar a los últimos 3 episodios, recordarán esa fuerza descerebrada (y a la vez calculada) que hizo grande a la serie. Y verán la historia cerrada de ese hombre que Andy Whitfield tan bien representó.
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