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31 Críticas de los usuarios

Críticas de los usuarios:
8
Dime tu nombre y te haré dueña de un jardín de rosas
Adaptarse o morir, eso es lo que debió pensar el bueno de Coppola al realizar esta película. A pesar de haber realizado algunas de las más grandes películas de la historia como "El padrino I & II" o "Apocalypse Now", y por ello seguir siendo un nombre respetado, el crédito de FFC se estaba agotando a marchas forzadas, y más cuando antes de su largo silencio cinematográfico lo último que se recordaba de él eran mediocridades como "Legítima defensa" o directamente bodrios infumables como "Jack". Por ello, lejos de caer en convencionalismos, Coppola ha optado por hacer exactamente lo que le ha venido en gana, mostrando un amplio conocimiento de las nuevas inquietudes cinematográficas sín renunciar, eso sí, a un estilo clásico de filmación.

Así se nos presenta esta compleja historia, con conexiones argumentales que la acercan a "La fuente de la vida" de Darren Arofnosky pero sín los delirios visuales ni la pedantería de este. Coppola factura un impecable film de corte clásico donde mezcla sín rubor géneros como el drama romántico, la ciencia ficción, y da breves pinceladas de terror psicológico y denuncia militarista, donde lo importante no es tanto la coherencia de la trama como las sensaciones que quiere transmitir a través de ella.

Este es pues un film de gran complejidad y de profunda belleza, un film que habla de espiritualidad, de busca de conocimiento, del amor, del miedo a envejecer...En pocas palabras una película que habla de la belleza y la dificultad que supone estar vivo.

Calificada como una marcianada, muchos criticarán la supuesta traición de estilo del director y hablarán de fallido testamento cinematográfico. Son exactamente los mismos que si el director fuera joven, de procedencia exótica y/o esta fuera su opera prima nos hablarían de revelación, de oleada de nuevo cine togolés y se inclinarían ante tamaña capacidad de genio. Por mi parte sólo me queda sacarme metafóricamente l sombrero ante el Sr Coppola, aplaudir su valentía y agradecerle que vuelva a demostrar que el talento es como ir en bici: nunca se olvida.

Lo mejor: La capacidad de reinventarse del director.
Lo peor: Que parece que de miedo estrenarla.
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49 de 62 usuarios han encontrado esta crítica útil
3
COPPOLA WITHOUT COPPOLA
Poco se puede decir de esta farragosa película, excepto que, desafortunadamente, viene a confirmar la naturaleza de un director capaz de dar lo mejor y lo peor (más peor que mejor en los últimos años). Con los debidos respetos hacia una personalidad que nos ha regalado algunos de los momentos más sublimes de la historia del cine, no queda más remedio que rendirse a la evidencia. Esta película aburre, empacha con tanta transición etérea, falla en su vano intento de alcanzar estados de ensoñación, exaspera a base de reiterativos éxtasis multilingüisticos (especialmente cuando los sufre una actriz tan cargante como la protagonista), no consigue ni un mínimo de química entre los (suponemos) enamorados protagonistas y se queda muy corta en su aproximación pseudofilosófica a cuestiones ontológicas (vía transmutación de las almas).

En resumen, poco se puede salvar en este batiburrillo de nazis, santones, eruditos e iluminados excepto la solvente interpretación de Tim Roth y su brillante materialización de un personaje sabiamente escindido gracias a un acierto de guion que merece subir algún entero en la valoración final de la obra.
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30 de 33 usuarios han encontrado esta crítica útil
6
Lo que pudo ser y no fue
Tengo que reconocer que esta película era todo un enigma para mí. Un título interesante, una portada preciosa, el regreso al cine de Francis Ford Coppola después de diez años de silencio, y lo más curioso: que con todo esto, no haya sido estrenada en España.
Me las ingenié y conseguí verla. Y después de haberlo hecho, me quedé con la sensación de que podía haber sido una película de sobresaliente, pero que se queda sólo en un "curiosa", en un "interesante" y punto, debido a sus numerosas irregularidades.
Sabía que era un film metafórico, con muchos elementos fantásticos, una reflexión acerca de la fugacidad de la vida... Pero, con el debido respeto, creo que Coppola no ha sabido jugar bien sus cartas.
A pesar de lo extraño del argumento, la primera hora del film es más que aceptable. El estilo preciosista de Coppola es una auténtica delicia, y es un placer ver un film de factura tan "clásica", con una música y una fotografía excelentes. Con esto queda claro el buen hacer del director, que consigue que una historia bastante bizarra como la que nos está contando resulte interesante e incluso enganche.
Pero en la segunda hora todo se tambalea. Con el argumento inicial (hombre que rejuvenece tras ser atrapado por un rayo debe de escapar y ocultar su identidad, pues despierta el interés de los nazis y corre peligro) ya teníamos bastante... Y entonces aparece otra historia aún más rocambolesca: el hombre, durante su huída, se encuentra con una mujer idéntica a su esposa fallecida muchos años atrás. Vale, hasta ahí bien. El problema es que la mujer de vez en cuando es poseída por espíritus ancestrales... (Algo así como lo que le pasaba a la Ana de "Caótica Ana" de Julio Medem)
Y es ahí cuando dices: no. No se me puede intentar contar dos películas en una. El film va perdiendo credibilidad, decae, y empieza a confundir al espectador hasta llegar a un final que, en mi opinión, no se entiende. Ni siquiera la fantástica dirección de Coppola logra salvar esta parte final que, para mí, es un quiero y no puedo.
Cierto es que está adaptando una novela, lo sé, pero precisamente, en lugar de haber ido por caminos tan complejos, Coppola podía haber construido a partir del libro de Mircea Eliade una historia más sencilla y que tocara más al espectador. Y es que no hace falta contar algo difícil de entender para invitar a la reflexión...
Es una pena que con todos los elementos que tenía y con su buen arranque, la película termine decepcionando. Aprueba porque Coppola es Coppola, y por un Tim Roth y una Alexandra María Lara en estado de gracia.

6/10
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22 de 22 usuarios han encontrado esta crítica útil
6
The Curious Case of Dominic Matter
Está dirigida con sobriedad y aplomo, pero por desgracia la propuesta realizada resulta un tanto abrupta. No sólo soy de los que creen que esta película no le va al bueno de Francis Ford Coppola, por el estilo clásico que imprime en todo momento, sino además pienso que los recursos del estadounidense para hacer frente a lo que tiene ante sí, no resultan todo lo fascinantes y subyugadores que deberían, teniendo ante nosotros un trabajo de estas características.

Probablemente lo más destacable, bajo mi opinión, sean sus interpretaciones. A Tim Roth ya le conocemos, y sabemos que es capaz de lo mejor, así que en "Youth Without Youth" empuña con una seriedad y temple ese personaje desconcertado y a la vez conciso, dándole las notas adecuadas para que no desentone. Le acompañan secundarios de lujo como Bruno Ganz, que aporta la presencia de siempre, y la casi espectral aparición de Matt Damon, al que parece que le dan siempre papeles similares en ese aspecto. Sin embargo, tras todas esas caras conocidas, quien realmente rompe la pantalla es Alexandra Maria Lara, actriz desconocida para mi hasta ahora, que recoge un testimonio difícil de interpretar, y hace de su papel un espejo de dudas, sentimiento y temores. A través de ella, logras comprender casi todo el arco de emociones que Coppola pretendía trazar y habría logrado de no ser por ese modo tan hermético de llevar el relato, y que la joven actriz rumana desvela con una pericia increíble.

Quizá uno de sus peores defectos es el hecho de que el cineasta no sepa desentrañar los recovecos y el fondo de su historia sin hacerlo mediante diálogos, puesto que en lugar de intentar mostrar con sutileza los temas que podrían trazar "Youth Without Youth" lo hace casi arrancando de sus personajes conversas que más bien parecen confesiones de intencionalidad, despojándose así de la problemática que podría entrañar que el público no llegue a comprender sus intenciones.
Aun y así, quedan flecos que no llegan a dilucidarse como deberían, y es que el estilo otorgado a la cinta no es del todo adecuado, cosa que deja la vuelta de Coppola a la dirección en un intento interesante pero baldío, por desgracia, puesto que da muestras de que, ante una historia donde lo expuesto hubiese encajado con sus formas, habría dado a luz un gran film.
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28 de 37 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
Coppola es siempre Coppola
Buff, en vaya berenjenal se ha metido el maestro Coppola!
La novela que adapta se las trae. Difícil en su concepción cinematográfica, porque lo que suena bien en papel no siempre puede plasmarse con acierto en la pantalla. Por lo tanto, un "comeback" arriesgado el del director de Apocalipsis now.
¿Era necesario? No se yo. Bien es cierto que Coppola nunca se ha conformado con hacer una película, siempre ha querido ir un poco más allá y demostrar que en sus manos todo vale, todo adquiere grandeza y se convierte en sublime.
En Youth without youth esto no ocurre, claro está. Esta película no es sublime, ni estará por méritos propios en la antología de lo mejor del italo-americano (en donde sí estará prácticamente todo el resto).

En Youth without youth, Coppola brilla en su faceta tras la cámara como siempre. Su concepción de la escena, su configuración estética, los ángulos de la cámara son soberbios. A eso ayuda la hermosísima fotografía y la puesta en escena. Sin embargo, pese a todo ello, en esta ocasión esta inundación de belleza plástica en la pantalla acompaña en lo justo a la historia, porque a esta le falta fuerza narrartiva capaz de mantener al espectador en tensión durante dos horas.

A un amante de Coppola como yo, lo visto le satisfará por los años perdidos, pero no embriaga como se espera de su talento.

Pese a todo ello, Youth without youth es una película arriesgada, diferente y me temo que, aunque teniendo en cuenta el desajuste narrativo evidente, una película incomprendida e injustamente vilipendiada y olvidada por todos. ¿Será para tanto? Yo aplaudo el esfuerzo y las ganas del director por cambiar y agradezco ese acercamiento a la psique humana y a la búsqueda de la verdadera esencia del hombre -tan difícil de plasmar en imágenes- que lo lleva irremediablemente a nuestro Julio Medem e incluso al inclasificable David Lynch.
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17 de 21 usuarios han encontrado esta crítica útil
2
Otra tomadura de pelo
Leyendo otras críticas no se si estoy loco yo o los demás. Cómo se puede comparar este bodrio con la saga del Padrino? Por qué todos los directores cuando llegan a la cima tienen que hacer cosas pedantes, ininteligibles...?
En fin otras dos horas perdidas, si esta crítica sirve para que alguien no las pierda , me daré por satisfecho.
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9 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
4
Un argumento demasiado extraño en una historia formalmente clásica
Una película personal (por no decir una "marcianada") de esas que Coppola se tiene que costear él mismo porque ningún productor se atreve a hacerlo, en este caso bastante justificado. La primera película que rueda después de 10 años (la anterior fue "Legítima Defensa") está muy lejos del cine comercial aunque sólo por el contenido, porque formalmente es tan clásica (y tan buena) como cualquiera de sus películas anteriores.

La historia es lo particular, y puestos a comparar, la única que me viene a la cabeza es la de "El arbol de la vida". Por si os interesa y no os importa conocer de antemano un argumento tan original, os lo cuento a grandes rasgos en el "spoiler".

El peso de esta trama tan arriesgada lo lleva Tim Roth, que está tan genial como siempre. Pero repito, el argumento es tan ... marciano, pasan tantas cosas, y todo puede tener tantos significados que te apabulla y te deja algo frío, algo imperdonable para una película que se supone de amor apasionado e inmortal, y algo imperdonable también para el autor de la (para mí) más apasionada historia de amor vista en cine: el "Drácula, de Bram Stoker". Quizás el fallo está en que un argumento tan monumental queda grande en una película "pequeña" e intimista. No lo sé.

Confiemos que su próxima "TETRO" (saga familiar con Maribel Verdú y Javier Bardem, y que rodará en parte en Alicante) nos devuelva al que es uno de los mejores directores de la historia.
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10 de 16 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
tiempo
Mas allá de los pasajes enroscados, el argumento principal que rescato es que la película plantea que la vida está determinada por el tiempo. Un tiempo que debe destinarse hacia lo que realmente se quiere, hacia las elecciones que uno elige.
Matei pierde a su amada y lo que se ve en la película es toda una historia irreal o soñada; es la imaginación. Una inmersión en los recuerdos, en la soledad y en la felicidad desde el subconsciente en el que se puede volver a la juventud aun sin tenerla.
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8 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
Con mucha esperanza.
Juventud sin juventud no es, un fallido ejercicio de estilo, como muchos han dicho, sino exactamente la película que su director quería hacer. Es decir, la diferencia entre lo que busca y lo que encuentra es, prácticamente inexistente. Otro asunto es que lo que haya encontrado tenga una gran altura estética, que no es el caso, pero en mi opinión es la película que él quería hacer, con sus defectos y sus virtudes. Qué duda cabe, sin embargo, que los cinéfilos esperaban, posiblemente, algo muy diferente a esto.

Mi valoración podría resumirse en las siguientes palabras: una historia llena de reflexiones (seguramente muy transcendentales) y de imágenes muy líricas (quizás no tan trascendentales) que falla en algo tan simple como la más pura saturación, pero que me ha gustado lo suficiente como para mantenerme despierto durante sus 124 minutos. Quizás sea la esencia del genio. Quizás mi sofá.

Ahora veo que me he ido mucho por las ramas. Probablemente necesite un descanso, o, lo más seguro, ver otra vez Juventud sin juventud. Estoy seguro que el próximo día que la vea no sólo lograré entender su auténtico sentido, sino que disfrutaré mucho más. Tengo esta esperanza. Coppola me suele entusiasmar.
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3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
4
Los malos días del genio
Hubo una vez un excelso director llamado Francis Ford Coppola. Nos regaló con su inmenso talento la trilogía de El padrino; la mejor película sobre Vietnam y la guerra en general, Apocalypse Now; un documento sobre las escuchas telefónicas y el espionaje a gran escala, tan de moda en la actualidad, La conversación; un musical que fracasó en todas partes porque no fue comprendido, One from the Heart; una radiografía incomparable de las bandas juveniles, La ley de la calle; una road movie que le da sopas con onda a otras mucho más celebradas, The Rain People (me niego a utilizar su absurdo título castellano). Pero un día, perdió su magia, le retiraron la confianza y fue apartado al cuarto de las escobas como si jamás hubiera dirigido las obras maestras que acabo de reseñar. Tras 10 años de inactividad desde Legítima defensa, una convencional adaptación de John Grisham, volvió con una modesta película basada en una novela del filósofo e historiador rumano Mircea Eliade. Ya de entrada, la elecciòn de Tim Roth fue desafortunada, la confección del guión es deficiente, por decir algo, y las vueltas y revueltas de la historia no están, por desgracia, bien contadas. Surgen ocasionales atisbos de la brillantez formal de Coppola, pero los tiempos han cambiado y no consigue dotar de interés a una historia que habría podido dar mucho jugo. Después de esto firmó Tetro, sobre la cual más valle correr un estúpido velo. Sólo nos queda la esperanza de que, algún día no muy lejano, el genio despierte de su sueño y nos de una sorpresa.
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3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
4
Eliade
Coppola no se encuentra entre mis directores preferidos, a pesar de que haya dirigido algunas películas memorables. Digo esto porque no estoy especialmente familiarizado con su modo de rodar. Sin embargo, creo que su puesta en escena sigue excesivamente los cánones clásicos para la historia de la película.

Por otra parte, tampoco conozco el libro en el que se basa el guión, pero sí estoy familiarizado con el autor, Mircea Eliade. El Dr. Eliade fue un importante investigador rumano cuyas áreas de estudio fueron básicamente la historia de las religiones y la lingüística, en un momento cuyo interés central era la búsqueda de la protolengua de la humanidad. Sin duda alguna, la novela es en gran parte autobiográfica.

La película trata temas que, sin duda alguna fueron esenciales en la vida de Eliade tales como la dificultad de concitar una vida dedicada a la investigación con la vida personal (tal vez el tema por el que Coppola escogió esta novela?), la relación de la ciencia con la sociedad y los excesos a los que esta llegó (Eliade que murió en 1986 vivió el final del optimismo científico pre II Guerra Mundial y asistió a los inicios de las corrientes pesimistas que caracterizan el postmodernismo), el interés por hallar el inicio del lenguaje,...
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5 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
5
EL rayo de la juventud.
772/05/05(03/01/10) Coppola, uno de los grandes del cine, después de diez años de espera, ”, llegó “Youth withot youth” y mi gozo en un pozo, el film es un batiburrillo complejo, que a base de imágenes pretenciosas quieren tapar el hueco dejado por el vacío más absoluto, en una historia que te resulta fría desde el principio, el supuesto dilema existencialista queda diluido ante la falta de fuerza del relato que resulta disperso y no se termina de ver a carta juega, nunca engancha, nunca conmueve. LL ama la atención lo mucho que recuerda a “El curioso caso de Benjamin Button” del año posterior, esta si emociona y te toca la fibra sensible, pertenecen a dos obras literarias distintas, la de Coppola de un rumano (Mircea Eliade) y la de Fincher de un americano (Scott Fitzgerald). Lo mejor sin duda es su maravillosa puesta en escena, con una preciosa fotografía de Mihai Malaimare y una deliciosa banda sonora Osvaldo Golijov, pero que solo consiguen hacer más llevadero el lento pasar de los minutos. Recomendable a los incondicionales de Coppola, entre los que me cuento. Fuerza y honor!!!
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5 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
4
Insufrible desvarío
Bajo una fina estética de videoclip, lo único salvable del film, Coppola desarrola un indigerible desfile de escenas supuestamente cargadas de poesía y profundidad filosófica que no son ni lo uno ni lo otro sino una colección de clichés new age de bajo alcance. Inexplicable en un director de esta envergadura.
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2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
El estigma de un creador brillante
Youth without youth salió a la luz con los grilletes "Lo nuevo de Coppola", "Después de 10 años de silencio", "Coppola afirma que esta es su película más personal", etc. Era un film maldito desde su nacimiento, abocado a las comparaciones de rigor con los dos Padrinos (poco o nada se tiene en cuenta el tercero) y Apocalypse, y con el añadido de haber sido precedida de un larguísimo silencio de 10 años. Como un nuevo hijo de un padre fecundo, nació con el injusto estigma de tener que estar a la altura de sus hermanos mayores, los más veteranos de los cuales dieron muestras tempranas de distinción y talento.

Fuera de la marca indeleble que Coppola sobrelleva en cada uno de sus estrenos, y juzgada individualmente, la última película del italoamericano se mueve en niveles de elegancia técnica y narrativa que ya desearían para sí muchas de las cintas salidas de la manos de las nuevas promesas o de los representantes del nuevo modo de hacer cine desde los 90's hata nuestros días. Coppola domina las viejas y las nuevas perspectivas técnicas, pero no abusa de ninguna; se limita a emplear en su justa medida lo necesario para expresar lo que cada secuencia demanda. De una fotografía magnífica, no raya el histrionismo que tan de moda han puesto los nuevos realizadores en estos tiempos, más cercanos al panfleto publicitario que a una estética artística.

Acaso el ritmo narrativo condense demasiada información en tan poco espacio, y es aquí donde la película decae un poco, la historia es compleja, de esas en las que uno no sabría que quitar o añadir por temor a que el conjunto se desmorone. Por momentos pensaba: "hay novelas que es mejor no adaptar a la gran pantalla".

Personalmente, por otro lado (y esto es algo completamente subjetivo), desde que descubrí a Tim Roth en los dos primeros tarantinos, o en la comedia Four rooms, me cuesta verle representando a un personaje serio, y más de la envergadura del que interpreta en Youth without youth, un personaje a todas luces novelístico que requiere de múltiples matices y de contínuas sutilezas.

Una muy buena película que habría sido furiosamente aplaudida de estar firmada por cualquier otro realizador con menos ecos.
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6 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
6
Coppola se mueve en arenas movedizas.
Supongo que hace unos cuantos años nadie se podría imaginar que una película de Coppola no iba allegar a estrenarse comercialmente en España. Pero eso es lo que ha pasado con su última, penúltima ya, película, Juventud sin Juventud. Y es que su primera película en diez años es un plato muy difícil de asimilar por el gran público. Lo que por otra parte no es justificación para no estrenarla en los cines.
El comienzo de Juventud sin Juventud es poderoso y muy atractivo. En los años previos a la Segunda Guerra Mundial un viejo profesor está a punto de culminar su gran obra acerca de los orígenes del lenguaje. Pero antes de poder hacerlo es alcanzado por un rayo que provoca en él un extraño fenómeno. Cuando se recupera de sus heridas ya no será un anciano, sino que tendrá la apariencia de un hombre de treinta y cinco años. Este hecho exhaustivamente investigado por un científico provoca el inmediato interés de los nazis, con lo que el protagonista deberá huir de ellos, viajando durante varios años por Europa con una identidad que no es la suya. Esta primera parte de la película está narrada con fuerza, despertando en el espectador el interés y la curiosidad sobre como se va a desarrollar un argumento en principio apasionante. Además Coppola demuestra que su buen gusto por la puesta en escena y su sentido de la elegancia sigue vigente. Pero la película sigue, y si hasta entonces la historia avanzaba siempre al borde del abismo, pero sin caerse, llega un momento en el que uno empieza a perder los puntos de apoyo y no encuentra nada a lo que agarrarse en la historia, para no caer en un mar de pretensiones existenciales y no se que disparates más. La diarrea mental en que se convierte la película, siempre con aspiraciones intelectuales, echa por tierra el prometedor arranque de una historia que ya no vuelve a remontar el vuelo, pese a algunos notables momentos que funcionan de forma independiente y que no consiguen dar cohesión a la historia. Muchos de esos momentos provienen de la capacidad del director para crear secuencias de considerable fuerza interna pero que no terminan de apoderarse de un relato que transcurre a la deriva.
Afortunadamente para el espectador, toda la última parte de la historia está encabezada por la presencia de la actriz Alexandra María Lara, que se adueña de la película imponiéndose no solo al protagonista, el notable Tim Roth, sino también al personaje que interpreta, que es un puro delirio.
Juventud sin Juventud provoca la frustrante sensación de no haber podido, o no haber sabido, disfrutar de una película que en muchos momentos te pone la miel en los labios, para luego amargarte con sus continuos desvaríos.
Lamentablemente, después de oír algunas declaraciones del propio Coppola, y después de ver la acogida de la crítica hacia su última película, Tetro, en el Festival de Cannes, parece que esta va a ser la línea a seguir en su carrera a partir de ahora.
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4 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
5
No es Coppola es Eliade
Pues sí. Resulta que si no sabes quién es Mircea Eliade lo más probable es que te lleves un desengaño en cuanto veas la película. A mi lo que me sorprende es la valentía que tuvo Coppola para enfrentarse a una obra de un ser tan hermético como fue este gran filósofo amante de la cultura oriental y sus lenguas.
Sabiendo esto, todo lo demás sobra.
En cuanto a la película nada diré. Yo no soy un experto. Veo una película y me gusta o no me gusta, me transmite algo o no. Pienso que como a cualquiera.
Tenía dudas de si el cine era el medio ideal para conocer a Eliade. Después de contemplar esta obra de Coppola, mi inquietud está resuelta:definitivamente no lo es. Si quieres leer filósofía busca un libro; y si quieres disfrutar de Coppola... pues que te voy a decir.
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3 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
6
Un Coppola "personal"
Cuando parecía que Coppola ya había dejado de lado su faceta como director, nos sorprende con un nuevo film, muy personal y alejado totalmente del “mainstream”. Tanto, que incluso le está costando entrar en nuestro país.

Puede parecer una vuelta en los orígenes del realizador de “Apocalypse Now”, y en cierto modo es así, puesto que no cabe duda que se trata de una obra absolutamente personal, que se podría situar al lado de sus primeros films. Efectivamente, se trata de una película de bajo presupuesto, muy alejadas de sus mastodónticas películas, con actores conocidos pero que no se les puede considerar como “estrellas”,al menos en el apartado más puramente comercial.

El film arranca en la convulsa Europa poco antes de entrar en la Segunda Guerra Mundial, y sigue los pasos de Dominic Matei (Tim Roth), un profesor obsesionado con llegar a la raiz del lenguaje humano, al cual el destino le da una segunda oportunidad para llegar a su fin, en forma de rayo divino. Una segunda oportunidad pero no sólo para conseguir llegar a su fin, sino que incluso para resolver un tema amoroso que quedó pendiente en el pasado. El problema para Matei, es que, al igual que le sucedió en la primera ocasión, deberá tomar una decisión.

De alguna forma, podemos reconocer la filmografía prácticamente completa de Coppola a través de las imágenes de este film. Matei responde perfectamente al protagonista "tipo" de los films de Coppola: un hombre con una obsesión (como puede ser Michael Corleone, el capitán Marlowe, Chris Tucker, Drácula....etc). En su caso, es una obsesión con llegar al origen del lenguaje, quizás un paralelismo claro con el realizador, quien parece que también quiere ir al origen en este film. Esa obsesión choca frontalmente con la que es el amor de su vida, algo que le marcará profundamente.

Sin embargo, a raiz de sufrir el impacto de un rayo, Matei se desdoblará. No sólo mentalmente, de tal forma que será capaz de llegar a un nivel de conocimiento fuera de cualquier límite imaginable, sino también físicamente. Quizás el film peca precisamente de excesivamente conformista, con unos planteamientos ciertamente modestos, aunque sin perder el gusto por lo visual (pero sin llegar al enorme grado de barroquismo y retorcimiento de sus obras más conocidas), pero que deja la sensación de ser un film no del todo conseguido. En muchos tramos, el film divaga, es decir, deambula sin rumbo fijo, y sólo hacia el final, consigue levantar un poco el nivel y acabarlo con dignidad.

Sin duda, no es el mejor film de Coppola, pero hay que celebrar la valentía de levantar un proyecto personal, propio y claramente identificable como perteneciente a su propio universo creativo. Un universo que quizás nos de alguna sorpresa si se anima a seguir dirigiendo películas.
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1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
6
Vivir así es morir de amor
Que Coppola quería redimirse mediante Youth Without youth de la mala fortuna que cosechó con sus últimas películas, Legítima defensa (1997) y sobre todo Jack (1996) que fue más que vapuleada por la crítica, queda claro. Diez años tardó en enfrascarse en un nuevo proyecto, pero el mítico director del Padrino volvió por fin a colocarse detrás de las cámaras, con la adaptación a la gran pantalla de la críptica novela de Mircea Eliade.

Youth without Youth es puro Coppola. Pero más que el Coppola que encontrábamos en sus películas más exitosas, como la saga del Padrino, estamos ante una vertiente del director que nos recuerda a otros filmes suyos como la conversación (1974) o La ley de la calle (1983). Películas más pausadas, con menos concesiones al espectador corriente y que tratan una estética muy especial, que en gran parte del metraje se llega incluso a imponer al propio argumento. Un Coppola, que entronca bastante bien con la figura del artista que después de haber alcanzado el máximo éxito, se dedica a realizar películas sin tener en cuenta crítica ni público, simplemente al cine por puro placer. Un Coppola, aunque este mal decirlo, más Europeo. El propio director declaró que no deseaba volver a realizar películas en Holywood, donde el sistema comercial se había impuesto a sus propias ideas, y donde la verdadera historia ya no importaba.

Tampoco estamos ante un gran proyecto como lo fue Apocalypse Now. El presupuesto de Youth Without Youth es en comparación, muchísimo menor. Se trata de una obra personal, cuya historia y argumento por otra parte, tienen muchísimas similitudes con la propia vida del director. El filósofo Mircea Eliade realizó su novela con un año más de edad que la que tenía Coppola al enfrentarse a la adaptación. Por otra parte, el protagonista de la obra, genialmente interpretado por Tim Roth, encarna un personaje que dispone de la gracia, debido a un hecho fantástico, de poder disponer de una juventud aparentemente eterna. Aprovechará esta juventud para tratar de encontrar el sentido de la vida, mediante una búsqueda desesperada que pese a que no le concome físicamente, si lo hace espiritualmente.

No es difícil ver la propia personificación del director americano en el personaje principal de la película. El propio Coppola ha realizado obras como la Ley de la calle (1983) en la que el tiempo cobra una idiosincrasia totalmente única. A Coppola le gustaría detener el tiempo, pararlo y dominarlo a su antojo, como bien hacía en la ley de la calle, donde dominaba el montaje de la película y en donde el tiempo gozaba de una dimensión tan especial. El tiempo es también un elemento indispensable en Youth Without Youth. Al fin y al cabo es el eje central del argumento de la película, pues tiempo es lo que le falta al protagonista principal para poder conseguir su objetivo. Con el tiempo jugará el propio Coppola en la película, con la manipulación de un montaje que se acelera y desacelera cuando le viene bien al director. Ni siquiera se ha pensado en el espectador, al que muchas veces se le omite información sobre el tiempo que ha transcurrido entre diversas acciones. Apenas unos pequeños cárteles sirven como explicación del acabamiento de la segunda guerra mundial, y al final de la película el espectador no sabe medir bien el tiempo que transcurre entre las secuencias que comparten los dos protagonistas principales (Tim Roth y Alexandra María Lara).

Pero sin lugar a dudas, lo mejor de la película se halla en su estética. Coppola consigue crear unas imágenes de una belleza inaudita, en la que para ello emplea el uso de muchos recursos que adornan (también hay que decirlo, a veces incluso sobrecargan el relato, parece como si Coppola pretendiera justificar todo el formalismo mediante un Horror Vacui) el film. Planos que contienen múltiples focos de luz, una estridente y colorida gama cromática, Formas que se disuelven en planos neutros, planos oblicuos al tratar algunos personajes (su desdoblamiento) tomas poéticas que nos muestran un mundo al revés…Sin duda alguna, Coppola pretende dar un golpe en la mesa dinamitando la obra mediante estas herramientas formales.

Desgraciadamente no es la gran película que Coppola pretende entregar desde su vuelta, aquella que periódicamente anuncia desde hace tiempo. Debido al gran paroxismo visual, en muchas ocasiones la narración se entorpece y parece que las intenciones de la película se desvanecen ante una vistosidad que eclipsa la temática. Tampoco Coppola sabe muy bien cómo tratar la segunda mitad de la película y en ocasiones su propio discurso está mal orientado y parece no tener un rumbo claro, como demuestra en las escenas en las que la pareja sentimental del protagonista principal envejece a costa de los propios beneficios de Tim Roth.

http://neokunst.wordpress.com/2013/12/02/youth-without-youth/
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1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
¿Y la tercera rosa? ¿Dónde pondré la tercera rosa?
DIGO YO…
… que tras diez años sin dirigir Francis Ford Coppola volvió sin inhibiciones, dándose una libertad creativa propia de gente más joven que busca experimentar. Hay que agradecer su falta de complejos y la búsqueda del arte por encima del negocio, como en muchas otras de sus producciones. Realmente ningún otro “dinosaurio” se ha atrevido a llevar a cabo sus inquietudes cinematográficas, si es que las tienen.

Y el resultado, que al final es lo que importa, no está nada mal. La compleja historia une elementos fantásticos con persecuciones nazis, el amor y vidas pasadas, el tiempo y el lenguaje. La manera de contarla cuadra perfectamente con la trama, extraña y onírica. Es aquí, en la atmósfera, donde se busca la originalidad, algo que caracteriza las mejores películas de Coppola. Sin embargo en sus formas la película se queda un poco a medias, quizá sin atreverse a saltar definitivamente el muro de lo convencional. Debido a esto no deja de ser un producto comercial, con dosis de intriga y amor, aunque avanza con una ligera lentitud y algo de pedantería, para, finalmente, dejar algunos cabos sueltos, quizá de forma planeada.

En fin, una pena que “Youth Without Youth” haya quedado tan relegada pues es un film recomendable pero para el que hay que ir preparado, con la mente abierta a lo que surja. Si no puede comernos un par de horas de nuestra vida sin sacarle algo de provecho para nuestra vejez.


PUNTUACIONES
Detalles Técnicos: 7.333
- Música: 6.5
Una correcta banda sonora, que no destaca especialmente
- Efectos Especiales: S/C
- Montaje, ambientación, etc.: 7.5
La atmósfera creada, con los juegos de cámara, y la ambientación que se forma es una parte importante de la película.
- Fotografía: 8
Se adapta a lo que requiere cada momento y, cuando hace falta, da un color especial a lo que se ve.

Detalles Humanos (x2): 7.733
- Dirección: 8,066
Coppola ha vuelto a olvidar los convencionalismos y se ha sufragado su película para no tener más cortapisas que las que se imponga, que no son muchas. Así que de un gran director, con algo de artista, que tiene libertad absoluta no puede esperarse menos que esto en cuanto a su trabajo.
- Guión: 7.2
La historia peca de intelectualoide en algunos momentos y de simple en otros. A pesar de ello resulta interesante lo que se cuenta.
- Actores: 9
Prácticamente todo el film se sustenta en un actor: Tim Roth. De su trabajo dependía que todo el proyecto saliera bien y, desde luego, logra ser uno de sus puntos fuertes. El resto del reparto, secundario, se muestra también a gran altura (Alexandra Maria Lara, Bruno Ganz, Alexandra Pirici). Sin duda otra marca de Coppola es el buen partido que saca siempre a sus actores

Sensación: 7.8
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3 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
5
¿?
¿Adónde ha ido a parar el director de El Padrino?
¿Qué le está pasando a este genio que ha dejado de hacer obras maestras para hacer películas inconsistentes?
Siempre nos quedará la saga de mafiosos, Drácula, La conversación...
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