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10 Críticas de los usuarios

Críticas de los usuarios:
9
Grandísimo Renoir.
64/17 (22/03/08) La golfa fue la primera película importante de Jean Renoir y también la primera de la serie de obras maestras que dirigió en los años 30. Basada en un novela de Georges de la Fouchardiere, la cinta sería objeto de un remake del gran Fritz Lang, titulada "Pervesidad" (1945), pero mientras el film de Lang profundiza en las tensiones psicológicas, Renoir nos hunde el barullo y vitalidad de Montmartre. El protagonista es un empleado de mediana edad menospreciado en su trabajo y oprimido por su insoportable esposa, que encuentra una válvula de escape en su afición por la pintura, se obsesiona por una prostituta, Lulú, que obligada por su chulo le saca todo lo que puede. El protagonista, Michel Simón, está espléndido en su papel, resultando a la vez ridículo y digno de lástima. En un argumento tan triste son de agradecer sus elegantes toques de humor, haciendo de este modo que una historia tan dura resulte muy amena de ver. Recomendable para todos los amantes del buen Cine con mayúscula. Fuerza y honor!!!
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29 de 40 usuarios han encontrado esta crítica útil
9
Él, ella y el otro.
Rodada en los estudios Billancourt de París, “La Chienne”, en España “La golfa” es en 1931 la primera gran película sonora de Jean Renoir y una obra precursora de lo que después sería en Francia la escuela del cine negro, pues se trata aquí de un crimen pasional que Renoir sitúa en un contexto social. Adaptación de la novela de Georges de la Fouchardière, se trata de un drama social, una historia de triángulo, él, ella y el otro, la historia de un hombre honesto, cajero en un banco, que vive con su desagradable y despótica mujer, viuda de un militar que desapareció en la guerra y que se enamora de una joven de mala vida explotada por su chulo.

El magistral actor francés Michel Simon interpreta el papel de ese empleado y pintor de domingo en sus ratos libres, ese hombre que vive sometido y atemorizado por su agresiva y frustrada esposa, y que encuentra en esa joven una vía de escape y de salvación a su triste y monótona existencia, un personaje que tiene mucho en común con aquel profesor de “El ángel azul” de Josef von Sternberg, víctima como éste de la perversa mercantilización del sexo y de la frustración del amor.

En al muy conservadora Francia de los años 30 Renoir denuncia en primer lugar la explotación de la mujer, de esa pobre chica obligada a prostituirse por su chulo, pero arremete también contra la otra cara de la moneda de esa sociedad patriarcal de estrecha e hipócrita moralidad, en donde el divorcio era sólo posible en el caso de aportar explícita constancia del adulterio. Renoir arremete aquí con ironía cargada de acidez contra la sacrosanta institución que sigue uniendo a pesar suyo a los dos agriados cónyuges.

Los productores que encargaron esta película a Renoir esperaban, en base a la novela, la adaptación de una obra ligera y mordaz, pero cuando vieron la primera copia se quedaron un poco asustados y quisieron modificar el montaje, por suerte Renoir consiguió imponer su garra y hacer prevalecer su versión íntegra, que tiene la fuerza visual y dramática de un drama humano siempre universal. Todo un clásico de Renoir.
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18 de 22 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
Quizás el castigo no sea por lo que No hiciste ahora... sino por las muchas cosas que, Sí, hiciste antes
Licenciado en Artes en el Colegio Stanislas de París, Georges de la Fouchardière (1874-1946), sacó tiempo, después, para graduarse en Altos Estudios Comerciales, y esto le serviría para trabajar en un banco estatal de donde extrajo experiencias que luego se verían plasmadas en algunas de sus novelas. Pero, dispuesto a no estancarse en su, para él, poco estimada labor burocrática, se lanzó como cronista y trabajó en periódicos como La Liberté, L'Œuvre y Le Canard Enchaîné, donde pudo desfogar sus convicciones anarquistas.

Poseedor de un cáustico, y muy negro, sentido del humor, al tiempo que podía recrear personajes con características psicológicas admirablemente definidas, las novelas que comenzó a publicar Fouchardière (La Machine à Galoper, Le Crime du Bouif, La Grande Rafle…), fueron un éxito de librerías y sus certeras sátiras comenzaron a hacer historia.

También en la dramaturgia y en el género policial, este escritor francés fue muy afortunado y, en 1929, publicaría la novela con la que sería reconocido internacionalmente: “La Chienne” (La Perra). El drama de ese apocado cajero de una mercería que, en los ratos libres, se dedica a pintar sin mucha fe en lo que hace y cuya esposa lo domina mientras sus compañeros de trabajo se mofan de él, despertará muy especiales sensaciones cuando, el hombrecillo, conoce a una prostituta que, impulsada por su proxeneta, se anima a explotarlo.

Pero, pronto veremos que, el bagaje intelectual del reservado, Maurice Legrand, le sirve, en ciertos momentos, para tener especiales ocurrencias… y la trama adquiere interesantísimos rumbos que nos atraparán irremisiblemente. Muchas cosas van a quedar seriamente plantadas: La necia creencia de que timidez es igual a estupidez; el impulso incontenible de ser libre cuando la represión comienza a atosigar; la veracidad absoluta del dicho que reza: “tanto va el cántaro al agua hasta que se rompe”; y entre otras cosas, los terribles y muy frecuentes errores judiciales… y el indomeñable sentimiento de culpa que azota a los hombres que logran pasar “impunes” ante la justicia terrenal.

El director, Jean Renoir -quien tiene aquí su primer filme sonoro-, se encargó de la adaptación cinematográfica de la novela, y con un buen pulso narrativo, ha logrado un filme que deja una sensible huella y que, sin duda, se ubica entre lo más valioso de su filmografía. La ambientación es casi neorrealista y el plano general y medio dominan un gran número de tomas; también hay que decir que algunos desplazamientos de cámara son bastante desafortunados y la iluminación está bien cerca de la natural… pero, la fuerza de la trama, la manera como el director pone ante el espejo a mucha gente y nos impulsa a reflexionar sobre cosas trascendentales como el carácter y la justicia social, resulta de alta valía y uno siente que, en cierto grado, esta historia ha conseguido sobrepasar nuestra epidermis.

Impecable actuación de, Michel Simon, el viejo que anhela un poco de amor y de juventud perdida. Janie Marèse, es la inefable Lucienne “Lulu” Pelletier, dispuesta a despertar sueños imposibles; y George Flamant es Dédé, el inescrupuloso y cínico explotador que va tener la sartén por el mango.

Un extraño e insólito hecho, sucedió luego de terminado el rodaje de <<LA GOLFA>>: Tan solo dos semanas después, el 14 de agosto de 1931, Flamant iba en su nuevo coche en compañía de su partenaire, Janie Marèse, por las calles de Sainte-Maxime. De repente, el inexperto conductor siente que no puede controlar el vehículo… y en el impacto, la joven de 23 años perdió su prometedora existencia. Sin poder contener la tristeza, Michel Simon, se desmayó durante el funeral.

La ficción y la realidad… en ocasiones están demasiado cerca.

Título para Latinoamérica: <<LA PERRA>>
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12 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
6
ARRANCA RENOIR
Primera película sonora de Renoir y una de las primeras de Francia. Contaba el director en una entrevista. que quiso rodar esta adaptación de la novela del escritor y periodista vienés Georges de La Fourchardiére publicada el año anterior, para dar un vehículo de lucimiento al actor protagonista Michel Simón por el que sentía una gran admiración. Efectivamente Simón se lució aunque personalmente le recuerdo por el inclasificable e inolvidable "Bodou" de "Bodou salvado de las aguas" que encarnaría al año siguiente también a las ordenes de Renoir.
La cinta tuvo problemas. A los productores les pareció de entrada que iba a encarecerse demasiado con las nuevas técnicas sonoras y por otro lado el tema del anarquista Fourchardiére sobre las relaciones a tres bandas, el oficio de prostituta de la protagonista y que el personaje principal estuviera casado y fuera un burgués integrado en el engranaje social, amén de otras connotaciones que entrarían en el campo del spolier, no les hacía ni pizca de gracia. De hecho lo despidieron y tuvieron que volverlo a contratar para poder intentar recuperar algo de la inversión.
Sigue contando Renoir que tuvo que dirigir deprisa y corriendo (6 días) un film rentable ("La purga del bebé") también con Simón para poder sacar adelante esta "perra" (La chianne) que a la postre fue un fracaso comercial.
Pero sirvió para que el director cambiara de registro y comenzará a trabajar un estilo de cine naturalista con tintes poéticos que le daría muchos éxitos en toda la década de los 30.
Así pues "La golfa" es como un borrador de lo que Renoir era capaz de hacer. La cámara ya empieza a moverse con una gran elegancia, el montaje es notable y la fotografía confiere un aire "noir" al París de barrios y gentes trabajadoras. En el fondo subyace a través de la novela de Fourchardiére la dicotomia existencial entre una vida ordenada, aburrida y grisácea y otra donde la libertad impone precios imprevistos y marginación social.
Como curiosidad funesta, nada más acabar el rodaje los otros dos protagonistas trágicos en la cinta, la joven y prometedora actriz de 23 años Janie Marése y Georges Flamant, tuvieron un accidente de automóvil en el que conducía Flamant y en el que murió Marése y arruinó la carrera del actor.
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10 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
6
"Evocación del cine mudo"
En esta película, Jean Renoir aún conservaba la poderosa influencia del cine mudo de años precedentes, lo cual se hace notar en el film a través de todas sus secuencias. La elección de actores encaja bien en esa línea, e incluso en algunos acentua su expresividad hasta límites esperpénticos: George Flament ( el chulesco "Dedé").

La entrada del cine sonoro supuso un cambio estructural en el modo de concebir las escenas, omitiendo una gestualidad que alcanzaría su pináculo expresivo en los geniales films de los expresionistas alemanes, y que sería paulatinamente sustituida por una comunicación oral que ya no deterrminaba en el espectador el seguimiento de la narración únicamente por la fuerza del plano fijo y la intensidad expresiva del actor.

Por esos dos planos continuaba fluctuando J. Renoir al rodar ésta película, notablemente lastrada por el primero, que añade "peso"en ciertos momentos, al recargar algunas escenas con un maniqueismo poco creible. Aquí,ciertamente JR aún no poseía la solvencia técnica que alcanzaria años después con "La regla del Juego", o "La Gran Ilusión".

La película mantiene al espectador con la sensación de estar leyendo una novela con demasiados capítulos y en la que imaginamos, casi siempre, el desenlace. Solo al final nos sorprende con las últimas secuencias de film, dando un vuelco inesperado al personaje central (Michel Simón).

Otra característica del director francés es su lirismo, a veces un poco folletinesco, que aflora en ciertas escenas que y iría equilibrando, con tonalidades menos recargadas, en la filmografia de su última etapa francesa.

"La Golfa" es una historia triste, donde el alma humana se despliega en sus variantes más nobles y sórdidas, reflejando la crueldad, la bajeza, el engaño, la pasión desesperada... y esa disyuntiva nos lleva a tomar rápidamente partido por los seres más infelices y desvalidos de la historia. Es la muestra del folletín en su estado más genuino, más puro, donde el espectador no puede llamarse a engaño al seguir la pauta argumental de un film pleno de altibajos pero con momentos de gran brillantez. No he querido omitir el acierto de mostrar en una misma escena como se superponen la vida y la muerte en el desenlace más drmático del film aunque inevitablemente esperado. Tal vez, junto con sus momentos finales, lo mejor de esta película que abriría el camino en años posteriores al bagaje filmico de uno de los maestros más lúcidos e incomprendidos del cine europeo.
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5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
La ilusión del amor puede sobrevivir a la vista de un dormitorio lúgubre, pero inevitablemente uno se despierta
Terminando de ver “La Chienne” (1931) de Jean Renoir con Michel Simon, Janie Marèse, Georges Flamant, Roger Gaillard, Romain Bouquet, Pierre Desty, entre otros. Drama social francés, cuya traducción literal es “La Golfa”, a menudo se la conoce en inglés como “Isn't Life a Bitch?” La película comienza con un teatro de marionetas que definen la historia que se va a contar como: “No es un drama, ni una comedia: No tiene moraleja y no demuestra nada. Los personajes no son héroes ni traidores. Son pobre gente como usted y como yo” donde el protagonista, un empleado de mediana edad menospreciado en su trabajo y oprimido por su insoportable esposa, encuentra una válvula de escape en su afición por la pintura, y se obsesiona por una prostituta que, obligada por su chulo, le saca todo lo que puede llevándolo a la ruina total. Esta es la 1ª película sonora y la 1ª película importante de Jean Renoir; basada en una novela de Georges de la Fouchardiere, que tuvo un “remake” del gran Fritz Lang, titulado “Scarlet Street” (1945), pero con otro sentido estético, sin ningún trasfondo político, otra visión del mundo y de la humanidad; por lo que las diferencias inconfundibles en la ejecución y el estilo, hacen que estas 2 obras maestras sean lo suficientemente distinguibles; pero mientras el film de Lang profundiza en las tensiones psicológicas, Renoir nos hunde el barullo y vitalidad de Montmartre. El filme tiene detalles técnicos tan importantes como de producción; pues se cuenta que los productores se asustaron por lo directo de la trama y expulsaron a Renoir del rodaje, avisando a la policía para impedir que el director volviese a aparecer por allí; sin embargo, ante la imposibilidad de encontrar otro director con agallas para levantar aquella historia, tuvieron que recontratar a Renoir; además, al parecer, cuando la película estuvo terminada, los productores quisieron retocarla para encontrar el tono de comedia que consideraban comercial… por su parte, Jean Renoir ganó la batalla judicial, y consiguió que se estrenara en su versión íntegra, al tiempo que creó un gran revuelo entre los fascistas, que atacaron la película con violencia. Técnicamente asombrosa y muy adelantada a su tiempo; Renoir maneja con sobriedad una cámara serena, que acierta al aproximarse con espíritu de “voyeur” a la sordidez de sus personajes, algo que casi 80 años después de su estreno sigue resultando impactante; y tal vez esta sea la película donde se asientan sus principios: El enfoque social del drama, una ambientación lúgubre y brumosa, personajes víctimas de su condición y de los estereotipos sociales y, sobre todo, una muestra de la filosofía de Renoir, una mirada abierta sobre el libre albedrío y la convicción de que “todos tienen sus razones” La historia termina como inició, con un fundido del teatro de marionetas, como si aquella haya sido una puesta en escena teatral circular, como la vida misma. Del reparto, todos correctos, pero sobre todo hay mucha ironía: Se cuenta que el filme fue responsable de la separación de Renoir y Catherine Hessling, que molesta por haber sido reemplazada por Marèse; tuvo la recompensa de sentir la emoción al ver cómo sus actores reprodujeron en la vida privada, las mismas peripecias que viven los personajes durante la película: El protagonista, Michel Simon, está espléndido en su papel, resultando a la vez ridículo y digno de lástima; él vivió realmente esa pasión por Janie Marèse, quien, a su vez, se enamoró durante el rodaje de Georges Flamant, que interpretaba al chulo despiadado receptor del dinero que el pobre empleado entregaba a la prostituta. La semejanza entre ficción y realidad, tuvo incluso una trágica prolongación en el accidente de coche que le costó la vida a Marèse, poco después de haber rodado la secuencia en que es asesinada por los celos de uno de esos hombres. Michel Simon, que iba con Marèse en el auto, posteriormente amenazó a Renoir con una pistola, y dijo que la muerte de Marèse era culpa suya: “Mátame si quieres, pero yo hice la película”, le respondió Renoir. En definitiva cabe preguntarse si “La Chienne” es mejor que “Scarlet Street”; en primer lugar, esta está más cargada sexualmente, y la segunda estaba encadenada al Código Hays; sin embargo, el filme de Lang sigue siendo el más sombrío de los 2, y sigue siendo uno de los sellos distintivos del cine negro clásico; mientras que la obra de Renoir sólo se beneficia de su tono “tragicomédico” constante. Las 2 son grandes películas, donde “la ilusión del amor puede sobrevivir a la vista de un dormitorio lúgubre, pero inevitablemente uno se despierta”
RECOMENDADA.
NO tendrá nota en Lecturas Cinematográficas
http://lecturascinematograficas.blogspot.com/
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5 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
Siniestra realidad (6'90)
Me he sentido, durante toda la película, “tocado” en mis emociones por un realismo cruel, macabro, triste. El film plasma de forma siniestramente burlona la realidad más desnuda, aquella que se rie de ti en tus propias narices, aquella que cuando parece que no puede irte peor, las cosas empeoran de forma contundente y a una caída se sucede la otra y vas cayendo por los escalones notando todas y cada una de las duras aristas y, a la vez el cerebro y con el los sentidos se “anestesian” para vivir en la desgracia y no sentir tanto dolor. La película plasma todo ello con simplísima maestría, sin prisa y con tres actores y cuatro escenarios. Buena película de Jean Renoir. He de ver “Perversidad”.
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2 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
Historia
Todo es aún casi primitivo en este Renoir pero, a la vez, es grande. Primero, por la trama, ingeniosa, nada convencional, de mala vida. Después, por la gran interpretación de Michel Simon. Y, además, como sucede en estas películas antiguas, se convierte en un documento de época: ambiente callejero, coches, gente, juicios y prejuicios.
Es cierto que todo titubea, la cámara a veces tropieza, algunos personajes son muy simplistas...pero cuando escribo esto la película tiene cerca de noventa años.
Es notable porque empieza a verse lo que dará de sí el gran Jean Renoir.
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2 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
6
Discreto Renoir
Ni de lejos estamos ante una de las mejores películas de Renoir. Aparte, comparándola con el remake de Lang ("Perversidad") queda aún más en evidencia. Algo estática, con un elenco artístico discreto salvo el gran Simon, ha envejecido regular y casi no conserva la fuerza de su estreno. Sigo sin entender cómo se valoran ciertas obras de Renoir solo por llevar su firma mientras otras del mismo no se ponen en el gran lugar que merecen.
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1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
4
Prefiero el remake
Para mi gusto, me parece un poco tonta, quizás la forma de narrarlo, ya que el remake "Perversidad" me parece una obra maestra, con lo que una buena historia si no está bien contada...

La historia se cuenta un poco a salto de mata, donde no tiene mucho sentido como se conocen, o parece hecho de una forma un poco "poco real".

Otro punto por ejemplo, cuando le detienen, demasiado "chulo" se pone para estar declarando en un asesinato.
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2 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
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