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345 Críticas de los usuarios

Críticas de los usuarios:
6
El arte de vender humo
Si no eres una persona capacitada para ver opiniones contrarias a las tuyas, te recomiendo que no continues leyendo. Ahora mismo voy a contracorriente del consenso general, así que no espero una cálida acogida para esta crítica... pero no me importa. Solo te pido que, si te interesa, leas lo que tengo que decir sobre ella antes de dar al botón "No". Voy a ser 100% sincero sobre mi punto de vista y siempre intentaré argumentar el porqué de mis palabras.

Roma es una de las películas más hermosas que he visto. Las imágenes poseen gran sensibilidad, belleza y una cantidad de detalles abrumadora. Cada plano es una delicia que invita al espectador a introducirse en el mundo de blanco y negro retratado. Los movimientos de cámara son precisos y depurados. Me siento agobiado con solo imaginar el inmenso trabajo que se ha puesto en la ejecución de las escenas. La dificultad que algunas de estas conllevan combinada con el exquisito resultado final obtenido, logran que Roma ya sea un producto digno de admiración. Ahora bien, la fotografía no solo tiene una estética impecable. También hallamos momentos angustiosos rodados con la intención de hacer sentir al público que está ahí mismo, observando. En ocasiones utiliza imágenes estables y nos fuerza a quedarnos fijos presenciando los hechos para aumentar la sensación de agobio. El hiperrealismo que ha alcanzado Cuarón merece una mención aparte, pues lo que vemos realmente cobra vida.

Por ahora todo bien, ¿no? Los problemas, para mí, vienen después. Si elimino lo ya mencionado, creo que no tiene mucho más a favor.
Considero que para calificar como "buena" a una película, esta tiene que emocionarte. Ha de ser capaz de atraparte y hacerte sentir las sensaciones que ella quiera. Roma es preciosa, sí, pero no consigue emocionar un poquito por más de dos o tres escenas concretas en dos horas. Primero, la historia está descentrada. Se distrae continuamente perdiendo el tiempo con escenas que poco o nada aportan, dejando así de lado la trama principal. En consecuencia, el interés y la empatía del espectador por los personajes se reduce al mínimo. Es como si el director estuviera más interesado en demostrar sus habilidades puramente visuales en vez de contar su historia de forma satisfactoria. El tío sabrá construir escenas magníficas, pero, ¿de qué le sirve cuando no tienen nada que decir? El argumento de Roma puede pertenecer a una telenovela sin ningún problema, es bastante cliché. Sin embargo, eso no tiene por qué ser algo negativo. Mi queja de esto viene porque su historia es excesivamente plana, tanto, que podría haber sido contada en 25 minutos y no nos habríamos perdido nada. Cuarón tiende a irse por las ramas en escenas irrelevantes y alarga hasta el aburrimiento las otras con algún propósito que desconozco. Yo siento decir que alargar innecesariamente una escena no la hace más profunda. La hace más soporífera. Muy pocos directores han llegado a dominar la táctica de controlar el tiempo para conseguir que una película de ritmo lento no canse en ningún segundo. Cuarón no es uno de ellos, porque su única pretensión es demostrar lo bueno que es moviendo la cámara. No aporta misterio ni atractivo al argumento mediante la imagen, ni engancha al espectador para que le interese lo que ocurre. Roma no arranca hasta que le queda apenas media hora para terminar, momento en el cual ya nos ha perdido. El público es un mero espectador de los hechos, y no un partícipe de ellos. Lo vemos todo desde la fría distancia e indiferencia.

Los personajes son planos y arquetípicos. Tenemos pequeños destellos de profundidad exclusivamente en la protagonista. Tampoco hay un contexto mínimo de la agitación que ocurre en el lugar donde es ambientada la historia. No me he "trasladado" al barrio de Cuarón, no sé nada de él ni de su gente. Así, solo consigue mantenernos más alejados aún de la trama. Encima, el drama humano es inexistente, porque no hay atisbos de evolución ni hay arcos argumentales definidos. ¿Cómo nos puede importar la situación de la familia si no sabemos ni los nombres de quienes la forman? Se ha entretenido tanto en estúpidos personajes superficiales soltando la típica frase filosófica que no viene a cuento de nada, que ha olvidado dar tiempo a lo importante de verdad. Solo hay algunas pinceladas de auténtica complejidad dispersas sin cohesión a lo largo de la película, que acaban por resultar insuficientes a la hora crear una experiencia satisfactoria. Las actrices y actores no hacen trabajos destacables, aunque para ser sincero, tampoco contaban con mucho terreno donde trabajar.
Quizás es mi culpa. Es posible que yo sea el único ciego... No lo sé. Yo, simplemente, me guío por lo que sentí mientras la veía... nada.

Resumiendo: Roma no es "mala", sino del montón. Tiene sus cosas buenas. Sin embargo, ha sido declarada como una obra maestra "íntima" o "reflexiva", y no es así. Yo la veo como una historia vacía y pretenciosa envuelta en una fotografía hermosa para cubrir unas serias carencias de guion. El director la alarga hasta la saciedad sin tener nada que contar para hacerla parecer más "profunda" de lo que realmente es. Se trata de la típica obra en la que ha dado más importancia a la estética que al contenido. Al final, es como comprar un caramelo con un envoltorio bellísimo, pero que al abrirlo no contiene nada en su interior, salvo el humo que me han vendido pretendiendo que yo también me una al carro y diga "pues sí, el caramelo está riquísimo". Pues no. Me ha sabido a poco.


Si te ha gustado la crítica, puedes echarlo un vistazo a mi blog de cine y cómics:
http://lalistadealex.blogspot.com.es/
¡Gracias!
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1271 de 1661 usuarios han encontrado esta crítica útil
4
Muy bonita, tremendamente aburrida
No reincidiré en lo que ya imagino que se ha dicho demasiadas veces: la película es muy potente visualmente, está muy bien filmada, aprovecha muy bien el blanco y negro y tiene escenas espectaculares, vale. Entiendo que haya gente a la que le maraville, a mi personalmente, tragarme una película de dos horas y cuarto en la que no pasa absolutamente nada (vale, es exagerado, algo sí pasa de vez en cuando, nada extraordinario) me parece totalmente innecesario, por mucho que sea de época, esté en blanco y negro y bien rodada. En resumen, me ha aburrido muchísimo, y para mi una película que te aburre no puede ser una buena película.
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466 de 672 usuarios han encontrado esta crítica útil
5
Seamos sinceros: es aburridísima.
Recuerdo que hace aproximadamente 3 décadas, cuando era un adolescente que, además de ver las películas más comerciales que proyectaban en el cine quería ver otro tipo de cine de mayor calidad, comencé a seguir la lista de películas nominadas a los Oscars o premios similares de cada año, que en su mayoría también solían ser destacadas por la crítica internacional. De este modo, pude ver año tras año películas magníficas con historias que te atrapaban, te emocionaban, te divertían, te sorprendían,... y que cuando acababan tenías una especie de triste sensación, ya que te hubiera gustado que hubiesen durado al menos una hora más para seguir acompañando a esos personajes con los que habías compartido las dos últimas horas.

Esto me ocurrió desde finales de los años 80 hasta la primera década del 2000. Años en los que entre las cintas nominadas a mejor película era complicado decidir cuál era mejor y además había otras tantas igual de buenas que se quedaban fuera. Lo complicado, sin embargo, en los últimos años, es encontrar entre las nominadas a este tipo de premios una sola que realmente me guste. Siempre hay varias que no me gustan, algunas que se quedan en simplemente interesante y, con suerte, una que realmente me entusiasme. Pues bien, en estos últimos años o estoy perdiendo el gusto cinematográfico o noto que la crítica y los premios valoran un tipo de cine contrario al que a mí me atrapa.

Según parece, este año “Roma” está llamada a ser uno de los hitos del cine de 2018. Apenas ha habido disensión entre los críticos nacionales e internacionales y ya empieza a destacar en los primeros premios y nominaciones que se comienzan a conocer. Es la obra maestra del año.

Vi “Roma” el pasado viernes con unas ganas tremendas de zambullirme en esa maravilla que tanta gente que entiende de cine ha considerado y...me pareció aburridísima. No cuenta absolutamente nada que pueda llamarme mínimamente la atención. Carece del más mínimo interés o emoción nada de lo que cuenta. Los personajes (salvo en alguna secuencia de la protagonista) son mostrados de manera muy superficial por lo que es imposible conectar emocionalmente con ellos.

Lo único a destacar de la película es la interpretación de la protagonista (sobre todo en la escena del parto) y la fotografía. Por tanto, tienes la sensación de que has ido a una exposición de fotografía en la que ves algunas muy bellas pero, para mí, eso no es el cine.

Últimamente, no me ha quedado más remedio que volver al cine comercial en el que, de vez en cuando, puedes ver momentos de buen cine y normalmente entretiene. Siempre con la esperanza de que la próxima vez que la crítica y los premios coincidan en que una película es una obra maestra, lo sea de verdad.
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243 de 334 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
Cuarón y la mujer
“Esto es gracias a ti mamá, si yo estoy aquí es por ti” declaraba Alfonso Cuarón cuando fue galardonado como mejor director por Gravity en los Premios Oscar 2014. La madre del director le regaló su primera cámara Super 8 con la que comenzó a filmar películas domésticas, pero además de su mamá otra figura femenina impacto durante la niñez de Cuarón, ella fue Libo, su cuidadora y a quien le dedica su nuevo trabajo Roma. Estas dos mujeres sirven como base para las protagonistas de esta historia y donde se pueden ver reflejados además los recuerdos del cineasta en su infancia.

Por esto y mucho más podemos decir que Roma es el filme más íntimo y personal que ha rodado Cuarón en toda su carrera, un relato que nos traslada a esa cada vez más nostálgica Ciudad de México de la década de los 70s, donde podemos encontrar a un país polarizado por la diferencia de clases sociales (tema que aparece constantemente durante el metraje), pero también en crisis política y económica, víctima de la discriminación, la libertad de opinión o de los estereotipos sociales, de echo de esto último abusa el guion de Roma pues los personajes son obvios, unidimensionales, en ese aspecto el protagonista más complejo es el interpretado por Marina de Tavira, una madre de clase alta que debe lidiar con conflictos familiares y personales.

La trama de Roma es muy simple, a veces hasta un poco telenovelesca, pero lo importante es cómo está contada, pues Cuarón no abusa de los diálogos para dejar que sea la imagen la que coja el protagonismo, así a través de paneos milimétricamente pensados el director pasea la cámara para presentar y desarrollar las acciones de los personajes mientras que se apoya del sonido para reforzar la ambientación histórico- geográfica en donde se desenvuelve el relato, de modo que uno puede cerrar los ojos y aún así sentirse en la capital del país, escuchar a los vendedores ambulantes, la música de las calles, el grito de los vecinos, el ruido del tráfico vehicular, el ambiente de la sociedad, todo esto es pura narración visual y sonora digna de un maestro como lo es el también director de Children of men.

Pero el alma de Roma no es otra que la excelente Yalitza Aparicio quien personifica a Cleo, un personaje estereotipado sí pero muy humano, real, tanto hermoso como trágico, sobre todo cotidiano ya que a Cleo la podemos encontrar en cualquier rincón del país, una mujer luchadora, noble, maternal que es a su vez víctima del machismo y los abusos socioeconómicos que albergan en México. Cuarón no se olvida de esas mujeres y las homenajea en Roma, no lanza discursos feministas ni juzga, no hace falta, lo que hace el mexicano está muy cercano a lo que hacía décadas atrás Kenji Mizoguchi, recrea el mundo desde la perspectiva de la mujer y lo vacía en celuloide.

Por segunda vez en su carrera Cuarón no trabaja con el “Chivo” Lubezki (la primera fue en Harry Potter y el prisionero de Azkaban) aunque la verdad es que no se nota, la fuerza visual de las imágenes es musculosa, desde las tomas en interiores hasta secuencias que se desarrollan en las calles, la playa o el campo rural, hay momentos netamente salvajes, crudos y sucios, escenas que te sacuden y noquean sin compasión alguna.

Cuando Cuarón ganó el Oscar por Gravity tenía a Hollywood a sus pies para hacer el proyecto que se le viniera en gana, pero el mexicano decidió regresar a su nación para crear esta obra a la que le ha puesto todo su corazón, se nota en cada el amor por ella en cada plano, en cada sonido, en cada idea que se ve en pantalla. Cuarón ya era uno de los mejores realizadores de la actualidad, hoy ha dado un paso muy importante para convertirse en un autor y voz del cine “mexicano” a la altura de Buñuel o Ripstein.
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204 de 284 usuarios han encontrado esta crítica útil
5
Roma para Libo pero no para mí.
Roma es un culebrón mejicano compactado en dos horas, con una preciosa y muy trabajada puesta en escena, cuya historia no me atrapó más allá de en dos actos puntuales, parto y playa, que cuando la vean ya sabrán de qué hablo. Todo lo demás es denso, fuera del contexto y por momentos te hace desconectar.

Roma es el capricho de su director por homenajearse a él, a sus referencias, a la que fue su criada, a su familia burguesa desestructurada y a su barrio rico, Roma, donde creció. Y esto lo sabes si buscas información, porque de lo contrario, si no eres mejicano ni conoces la historia y acontecimientos que la película refleja sucedidos allí en los 70s, te quedas cazando moscas con mucho de lo que estás viendo.

Resumiendo: Fotografía y técnica de rodaje impecable. Planos inusuales dignos de alabar. Pero con exceso de metraje innecesario para la carencia de guión y de interpretaciones que tiene, a excepción de la actriz novel que da vida a Cleo, que lleva todo el peso de la película y cuyo personaje representa a la antes citada criada de la familia Cuarón en su infancia, la señora Libo, a quien Alfonso dedica esta Roma tan excesivamente alabada por muchos y que, en mi opinión, no supera un 6 de nota.
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154 de 201 usuarios han encontrado esta crítica útil
1
Pocos se atreven a decir que Roma es mala, aburrida, horrible de ver.
Cuarón es un artista soberbio con la cámara, eso nadie lo puede negar, pero casi siempre nos deleita con guiones terriblemente aburridos y que no transmiten ningún sentimiento, excepto el de hastío y ponerte a pensar en otras cosas mientras dura la película o directamente hablar porque no puedes más. Lo siento, es mala de narices. Cuarón puede dedicarse a la fotografía y sería bellísima y le darían un millón de premios bien merecidos, pero el cine no es solo eso, no son imágenes perfectas pero sin nada más, el cine necesita una historia que te atrape, que emocione, que te haga olvidar el mundo durante lo que dura el metraje, que te transporte a otro universo. El cine, como buen arte, tiene que impactar al espectador.
Eso sí, graba de puta madre la caca del perro al que no sacan nunca de paseo. Un diez en imagen. En serio, si queréis aburriros este es vuestro mejor film del mes o del año.
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183 de 281 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
El Espacio Inexplorado
Un suave plano ininterrumpido, de izquierda a derecha o viceversa, le sirve a Alfonso Cuarón para macerar un relato sobre esas horas del día en las que nadie piensa que pasa algo.
Gran parte del público ya habrá vivido en ese espacio de casa familiar, habrá llevado a cabo los mismos actos cotidianos y no creerá que encierran nada especial.
Sin embargo, la metáfora durante los créditos iniciales se hace sencilla de entender, con varias aguas de fregada haciendo que el simple suelo de un patio refleje el inmenso cielo: pasando una y otra vez sobre la superficie, te asomas a vistas insospechadas en lo de siempre.

'Roma' es la historia de Cleodalgia Gutiérrez, Cleo, sirviendo la familia que la emplea y cuidando cariñosamente a sus niños, de manera incondicional.
Las imágenes desnudan su rutina de artificios, nos permiten notar su presencia cuando para los demás se hace invisible, y evidencian que sus tareas pasan impregnadas de puro cariño, aunque desde fuera se puedan ver estrictamente profesionales.
Es la clase de amor que perdona todo, que no pide a cambio: es el querer de una madre, esa fuerza poderosa tan maleable, la que la cámara busca sobriamente a cada "pasada".

No importa la cuidada indiferencia que le dedica la Sra. Sofía con su madre la Sra. Teresa, o la idolatría forzada a la que le obliga su pretendiente Fermín en cada día que tiene libre. Sus niños, cada vez que le dicen que la quieren, hacen del día algo increíble: nunca se la ve tan viva como cuando tiene que fingirse muerta por una pistola de juguete.
Entonces, a la madre designada se le aparece la oportunidad de ser madre real gracias a un embarazo, algo que supuestamente debería ser una bendición... y Cleo la recibe con estoica determinación sin palabras en medio de las bulliciosas calles de México, sabiendo que está sola de verdad, justo cuando más pide su corazón gritar.
Algo estamos haciendo mal, me relata cada "pasada" de la cámara. Algo hemos perdido en nuestro interior natural cuando un embarazo pasa a ser una bomba de relojería, que todos reciben con cierto miedo en la voz, y esa realidad terrible convive con criar niños ajenos, lo cual es aceptable a vista de todos.

Cleo no se imagina compartiendo más de lo que piensa con esos astronautas perdidos en el vacío, observados en sala oscura.
Y, sin embargo, yo percibo esa misma opresión,  esa misma falta de oxígeno, a la espera de un rescate piadoso que no llega, cada vez que esta ventana hacia la misma realidad de Roma me avasalla con una brutalidad tan natural como el amor que ya ha desplegado.
Inolvidable es el plano de la incubadora bajo los escombros, albergando nueva vida que late a pesar de todo, o esa pistola muy real que llena un marco donde solo puedes rezar por que Cleo no se encuentre al otro lado: la realidad es muchísimo más fragil de lo que nos habíamos pensado.

Desde siempre, desde el inicio de los tiempos podría expresarnos el tinte blanquinegro, despreciamos, atacamos y matamos el amor de una madre.
Es tan desinteresado, tan humilde, tan callado, que nos cuesta poco pensar que nuestra capulla superioridad es más importante: así lo hacen notar Fermín como patético samurái y el ausente padre de los niños, las dos únicas figuras masculinas prominentes, haciendo tristemente lúcido el posterior "estamos solas. Que nadie te engañe, siempre hemos estado solas".
Cuarón, en cierta manera, expía ese pecado original humano, masculino en su mayoría, cuando golpea a Cleo con todo el oleaje de sus desgracias... y sin embargo le concede leves momentos de equilibrio, donde el mundo le dice con claridad inusitada que puede hacerlo, que ella también merece estar completa a pesar de todo.

A mí, como a ella, como a cualquier persona que alguna vez haya sido cuidada, me conmueve profundamente esta revelación.
Me maravilla apreciar, de repente, personas como Cleo viviendo en universos que nunca miré.

Y doy gracias de haber asistido a una épica silenciosa donde el espacio inexplorado descubro que siempre ha sido, y esperemos que no sea siempre, el eterno matriarcado.
Ese que lleva siglos, milenios, demostrando que es posible amar sin reservas, porque al nacer o después hemos experimentado el crecer en brazos que nos esperan.
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111 de 158 usuarios han encontrado esta crítica útil
4
Bonito bostezo
No sabía qué pensar de Roma. Pero me lancé a verla porque Cuarón es responsable de una de las mejores películas que he visto en mi vida, "Hijos de los hombres", donde una espectacular puesta en acción y un personalísimo sentido de la estética iban de la mano de una historia apasionante.

Pues bien, Roma no tiene nada que ver. Preciosa fotografía, época histórica recreada minuciosamente y al detalle, casi de manera obsesiva. Planos maravillosos y un virtuosismo capaz de dejar con la boca abierta, a poco que te fijes.

Pero eso es todo. Por lo demás, la película no es más que un conjunto de escenas costumbristas, postales, si se quiere, sumadas unas a otras. Quiero decir que es aburridísima.

El guion es bastante malo. Sí, ya sé que la excusa artística es "la plasmación de una época de cambio en México" y bla bla, pero la historia, si queremos resumir, no es más que un dramón de cuarta, digno de cualquier telenovela o de filme de Antena 3 de domingo por la tarde. Y diluido, alargado durante más de dos horas. Insoportable.

Esperaba muchísimo más de todo el ruido que "Roma" ha despertado, pero sobre todo, de Alfonso Cuarón, que me ha decepcionado bastante.
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126 de 191 usuarios han encontrado esta crítica útil
3
Puro snobismo
Seguramente no hubiese visto esta pelicula porque no me gusta el cine de Cuarón, me aburre mucho, pero las críticas y la facilidad de acceso a la misma por medio de Netflix me decidieron. Tengo que decir que la he tenido que ver en 3 partes, la primera de poco más de media hora porque me dormí, la segunda de una hora porque tenía otras cosas que hacer y la película no te atrapa. Y por fin hasta el final, simplemente para confirmar que me retiro de Cuarón definitivamente.
Está bien que tiene un fotografía preciosa, pero uno no va al cine a ver fotos. Va a que le cuenten una historia que le entretenga, o que le emocione, que le evada de la realidad, pero esta película no hace nada de eso. Es simplemente aburrida.
No entiendo tanto premio ni tanta buena crítica como no sea por lo que pongo en el título "puro snobismo".
Creo que han hecho bien en distribuirla con Netflix porque en las salas hubiera sido un rotundo fracaso.
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110 de 161 usuarios han encontrado esta crítica útil
4
Basta.
No me creo un experto en cine, de ninguna manera. Solamente ví bastantes. Actuales, viejas, antiguas. Me gusta cuándo las mismas no están masticadas de antemano, que no son fáciles. Me gusta que mi cerebro trabaje mientras miro una película, disfrutar de algunos planos, todo de forma de aficionado, sin estudios. Ahora. Cuándo van a mostrarme durante tres minutos la espuma de agua con detergente de un patio que están baldeando...por más que se vea en el reflejo un avión y que quiera decir que el director cuándo era chico quería ser piloto (Inentendible), me siento como estafado. Cuarón sabe poner la cámara. Y nos lo hace saber durante dos interminables horas. Un canto a su Ego, podría decirse. Lo genio que és, nos muestra en cada plano. Un retrato del México de los 70 nos dice la reseña. Si bueno, está bien. ¿Pero tiene que ser así de infumable ese retrato? ¿Tiene que ser una tortura constante?. Tiene que estar en Blanco y Negro para que no veamos las imperfecciones. Yo también cuándo me saco una selfie estoy más lindo en blanco y negro. El Blanco y Negro disimula la pobreza, las marcas de la vida. Es muy tramposo. Y mucho más fácil. A ver, yo no quiero discutir a un Director que es el mimado de la crítica por más que sus películas sean insoportables. El hombre sabe. Pero que nos vendan ésto como algo esencial? No. No lo acepto. No es que quiera algo rápido y de vértigo para saciar el hambre de Ya mismo. No. Lo que quiero es que no nos vendan que éstas películas son buenas, si no cuentan de una manera adecuada un historia interesante. No nos tomen más el pelo.
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99 de 146 usuarios han encontrado esta crítica útil
3
Lo bien que se vende el humo
Resulta curioso pero hoy en día, aún teniendo más acceso que nunca a toda la información y saber del mundo gracias a Internet, pareciera que nunca resultara tan fácil vender humo. O, dicho de otro modo, convertir lo mediocre en joya (por no hablar de la caca de perro como símbolo artístico).
Esto es 100% costumbrismo en estado puro, sin añadidos ni conservantes ni colorantes. Hace años (ya décadas) le preguntaban en una entrevista a Camilo José Cela, posiblemente el escritor más sobrevalorado al oeste del Mississipi (y al este también) que por qué sólo escribía novela costumbrista y la respuesta del gran genio fue, en forma de exabrupto: "Es que todo lo que no sea costumbrismo es gilipollez". El problema que tienen muchos de los llamados "críticos" es que tienen asumido como hecho inamovible esta actitud snob y pedante de que el arte, si no es "diferente" no es arte. Y para ser diferente no hay nada como hacer planos laaaaaargos y lentos, narrando un constante "no pasa nada" y enfocando la cámara en detalles de los que cualquiera prescindiría, magnificando las cosas que carecen de absoluta importancia (piedras, manchas en la pared, rayaduras en el pavimento o cacas de perro). Y, por supuesto, en blanco y negro, porque cualquier cosa, ya sea filmada o fotografiada, en blanco y negro, se convierte, como por arte de magia, en arte.
La excusa del blanco y negro, de los supuestos planos-arte y de los guiones sin sentido ni contenido ya la ensayó de forma magistral el también sobrevalorado David Lynch en aquel engendro infumable, que algún comité ético del buen gusto debería poner en su lugar, denominado "Eraserhead".
¿Roma es cine? sí, porque son imágenes filmadas, de hecho es ligeramente más apasionante que las pelícuas iraníes de ver crecer el cesped, no mucho más pero algo sí. Y hay que reconocer que la actriz principal, Yalitza Aparicio,realiza un meritorio trabajo, ya que en su rostro recae el duro trabajo de suplir la ausencia de guión.

Puedo entender que haya gente que disfrute con este ejercicio de vacuidad, incluso que la puedan considerar una obra digna de ver, pero no puedo admitir que se me encumbre esta cinta a la categoría de arte y se me filmen escenas tan patéticas y ridículas como la del fuego en el bosque. Ni siquiera un director de serie Z habría filmado algo tan cutre e infame. Me parece increíible que nadie pueda catalogar como obra maestra una película que comete estos patinazos tan espantosos, dignos de un mal alumno de primero de escuela de cine.

Roma es de estas películas que, si las hubiera dirigido un director menos respetado no habrían merecido ni media reseña, pero se ha beneficiado de la fama (merecida o no, eso ya es otro tema de discusión) conquistada por Cuarón. Ningún crítico que se precie se atreverá a calificar esta película como se merece, ya que eso podría perjudicar su prestigio, y los críticos también tienen que ganarse las lentejas que, aunque a veces no lo parezcan, también son humanos.

Humo, mucho humo y además del tóxico. No pierdan el tiempo.
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80 de 122 usuarios han encontrado esta crítica útil
9
Una vida, un país.
‘Roma’ es la octava película en la filmografía de Alfonso Cuarón, y la tercera que filma en México, a donde regresa tras 5 años después de conquistar al mundo con ‘Gravedad’, para realizar su película más personal, pero también la más ambiciosa, que seguro marcará toda una época en el cine nacional y mundial.

La historia que cuenta ‘Roma’ es la de Cleo (Yalitza Aparicio), una empleada doméstica de origen mixteco que trabaja para una familia de clase media en la colonia Roma de la Ciudad de México en los inicios de los años 70, junto a ella trabaja Adela (Nancy García García), también de origen mixteco, y juntas a tienden a los 4 hijos de la familia, la que encabeza la señora Sofía (Marina de Tavira), quien además vive con su madre y está casada con un marido casi siempre ausente.

Los actos cotidianos de las dos empleadas domésticas son el punto de partida para narrar el día a día de una familia que empieza a volverse inestable, remarcado esto por la ausencia definitiva del padre, y que se sostiene por la fuerza de las 4 mujeres de la casa, Sofía, su madre y sus dos empleadas, siendo Cleo la más cercana y querida por los hijos, quien tiene una relación con un joven de su mismo origen que la ilusiona en sus salidas domingueras por las calles de la Ciudad de México.

Cuarón narra de manera virtuosa una historia en apariencia sencilla, la de una mujer que debe emigrar a la gran ciudad, insertarse en una familia ajena a quienes debe servir respetando las diferencias socioeconómicas que los separan, pero que a la vez la acogen de manera sentida como un miembro más de su familia, siempre y cuando cumpla con los quehaceres y deberes por cumplir en la casa, y que, como le sucede a su patrona, deberá enfrentarse al abandono del hombre que ama, lo que las pone en condiciones mucho más cercanas.

Si bien la historia se narra desde el punto de vista de Cleo, todo el relato esta conformado desde los recuerdos de la infancia que dan forma a una mirada sobre la familia y sobre el país, un país donde se niega el racismo, y se ha normalizado el clasismo, dando paso a un estado permanente de violencia latente que en los años recientes se ha recrudecido, pero que en aquellos años 70 se montaba un pasaje olvidable y vergonzoso para nuestra historia reciente como el “halconazo”, al que Cleo, como representante de toda una nación, deberá toparse de frente en un hecho que dejará una marca de por vida.

‘Roma’ logra convertirse una experiencia que desborda lo cinematográfico, un registro naturalista que termina siendo una representación viva que transmite lo mismo desde lo visual que desde lo sonoro, con resabios al neorrealismo italiano y con ecos de los momentos más logrados de ‘Y tu mamá también’, cada plano sobresale por su belleza, hay si, algún exceso estilístico que irremediablemente resta, pero se impone la fuerza de una historia narrada con amor e inteligencia, donde los detalles cobran suma importancia, así como la información que habita en el fuera de campo.

La película es un logro mayor, desde su solvente guion y sobre todo el gran trabajo en el diseño de producción a cargo de Eugenio Caballero, que junto al poderoso diseño sonoro y de fotografía consiguen crear una atmósfera que abraza al espectador y lo lleva por un viaje a través del tiempo a un lugar y una época en la que quizá nunca estuvo, pero que se sabe forma parte de eso, logrando conmover de manera genuina, logrando Cuarón otra gran película en su filmografía, a la altura de ‘Niños del hombre’ y ‘Gravedad’.

https://tantocine.com/roma-de-alfonso-cuaron/
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80 de 126 usuarios han encontrado esta crítica útil
1
SOBREVALORADA ES POCO
No voy a introducirme en el apartado técnico de la cinta, ni en la fotografía, ni en el montaje... En este film no.
Dice el espectador más vulgar que el blanco y negro en este largometraje está bien empleado, que la puesta en escena es sublime, que te conmueve hasta romperte el corazón... parafernalias y más parafernalias queridos espectadores. Que no os engañen; la trama, ni te transmite, ni te atrapa, ni te conmueve, ni mucho menos empatizas con ella.
No había visto un largometraje tan vacío y más superfluo que ROMA en bastante tiempo.
La película es dispersa, nos encontramos con diferentes tramas vacuas con rumbo y dirección a ninguna parte.

“El Cine debería hacerte olvidar que estás sentado en una sala de cine.” Si Roman Polanski viese este film, seguro que le diría unas cuantas palabras a su compañero de profesión Alfonso Cuarón, ya que, tras el transcurso de esta cinta, lo primero que piensas es: ¿Dónde me he metido? Lo segundo: Mejor me voy por donde he venido. Y lo tercero: ¿Qué he hecho yo para merecer esto?
Esta película empecé a verla a las 22:00, y la hora en la que más disfruté de esta cinta fue a las 00:20, hora en la que ya podía desatenderme de este soporífero metraje.

Señoras y señores, no pierdan el tiempo en visionar este engaño cinematográfico.
No se que ven en ella, pero puedo asegurar, que es la película más sobrevalorada del año, del siglo, y muy probablemente, de toda la Historia del séptimo arte.
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78 de 131 usuarios han encontrado esta crítica útil
1
La Rosa de Guadalupe versión extendida
Me preocupa que ganen películas como ésta, la siento una impostora, un timo, y un atentado a lo que debe ser una verdadera Obra. Mucha gente tilda este filme de “Obra Maestra”, “Joya del Cine”, “La mejor película de Mexico”, y la verdad, con tantos bombos y platillos, me pregunto si todo obedece a una feligresía arrastrada por el mainstream, una moda, o simplemente querer trolear a la historia del cine.

De aquí partimos admitiendo lo obvio, la película es una oda al manejo de cámaras y fotografía, cada plano parece exquisitamente trabajado donde hasta la caca del perro y la fealdad de los barrios crean deleite fotográfico, pero lamentablemente la película no pasa de allí, es una bonita carcasa sin contenido, un hermoso chasis sin motor, y un bello cuerpo sin alma…

A mi entender, una “joya del cine”, u “obra maestra”, debe contar historias que cautiven, que te hagan entrañar a los personajes, que estés sentado en el asiento amándolos u odiándolos, o expectante durante toda la historia a ver qué sucede, y al final del visionado, una verdadera obra maestra te hace pensar en ella varios días, o al menos nunca olvidarla, pero para mí eso nunca sucede con “Roma” de Alfonso Cuarón.

Recuerdo que ya llevaba media hora, y sentía que la película aún no arrancaba. Ya pasada una hora, aún no tenía espíritu, ni un ápice de complejidad; y al final sólo esperaba una jugada del director tan explosiva o inteligente como para que todo valiera la pena, pero nunca llegó. Me sentía viendo la dramatización de una vida anodina, cotidiana, de cualquier mujer trabajadora en una casa de ricos. Quizás Cuarón, quería contarnos los día a día de su infancia privilegiada. Y hay personas que podrían decir que allí estaba el plus de la película, retratar una vida cotidiana, pero no, no hay nada convincente en ello. Creo que cualquier novela o documental puede hacer algo parecido o mejor que esta piñata sin relleno.

Película de planos finos de más de treinta segundos o un minuto; ¿qué sentido tiene ver una escena de 15 minutos en un campo polvoriento lleno de personas que no aportan nada a la trama?, ¿qué sentido tiene mostrarnos una mujer que le da 2 vueltas a una habitación para apagar 5 luces?, o las interminables escenas estacionando el carro, eso sin mencionar los 10 minutos de cubetazos de agua empezando la película…
¿Será mejor ver el “Gran hermano”?

Es peligroso para un verdadero cineasta, para una verdadera historia, la algarabía sobre películas como éstas, que más parecen un documental domestico, que una verdadera historia filmada, guionizada y trabajada. Aquí las actuaciones son ínfimas, y quedan además opacadas por todo el agobiante largometraje que se pudo reducir a una hora, y aun así hubiese sobrado bastante para contar. Repito, sí es para historia, más vale una novela de la Rosa de Guadalupe; sí es para fotografía, hay bastantes lindas exposiciones del México de los años 70 en ese país. Aquí solo vi una película sin alma, y sin sustancia, una historia como miles de millones…Tanto o más aburrida.

Tenga su 1, que aunque le iba a poner 4, está tan inflada que hay que bajarle a esas estadísticas engañosas.
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38 de 52 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
Un Cuarón imbatible
Roma

Había que darse prisa. “Roma” estará únicamente en dos salas -Cines Verdi- de Madrid y Barcelona durante una sola semana. Después pasará a formar parte del patrimonio exclusivo del inabarcable universo de Netflix. “Los tiempos cambian que es una barbaridad”, anunciaba don Hilarión en la famosa zarzuela que, junto al resto, duerme hoy en la acartonada placidez que procuran las más sombrías buhardillas. Por eso corrí a verla en su primer día de estreno con las ansias de un colegial a la hora del recreo.
Porque de la maravillosa y deslumbrante película que ha dirigido, escrito y fotografíado Alfonso Cuarón, este cronista se siente testigo presencial. Y lo que vi me transportó a mis ya lejanas 26 primaveras cuando yo era un joven e inexperto habitante de la Ciudad de México. Cuarón tenía apenas 11 años en 1971 y yo me casaba con una criatura que se me apareció como una diosa para concederme la inmortalidad al aceptarme en su vida contra todo pronóstico.
Cuarón, como él mismo ha declarado, rememora aquí algunos pasajes de su infancia en el seno de una familia de clase media en la Colonia (barrio) Roma. Retazos, fogonazos de pura vida. En un blanco y negro intenso, avasallador y casi hiriente, sus personajes respiran autenticidad por los cuatro costados. El cineasta mexicano -prescinde incluso de la música- da plena libertad a la cámara para que ésta se exprese por sí misma y encuentre en cada mirada, en cada gesto, la insoslayable realidad que aprisiona y asfixia a las mujeres mexicanas.
Yalitza Aparicio -no sé en qué milagroso cáliz ha fermentado esta prodigiosa criatura-, se mete en la piel de Cleo, casi una niña, al servicio de la familia que evoca Cuarón, emigrante de un mundo indígena olvidado y abandonado a su suerte por los sucesivos gobiernos mexicanos. Ella es el espejo, la reencarnación dolorosa y viviente de miles, de millones de mujeres indefensas, humilladas, ultrajadas por el mal aterrador de un machismo amoral, cruel e indecente que persiste hasta nuestros días.
La matanza de Tlatelolco ocurrida tres años antes aún planea como una sombra siniestra y ahora, el grupo paramilitar conocido como “Los Halcones” creado por el Gobierno del Presidente Luis Echeverría, afila sus garras, oculto en las oscuras sentinas del Poder para terminar masacrando a un buen número de los estudiantes que se manifestaron un aciago 10 de junio de 1971, festividad de Corpus Christi.
La superficie frágil e inestable sobre la que se asienta el pueblo de México -en una película llena de alegorías-, tiene también su simbolismo en la eclosión de un angustioso temblor que tantas vidas ha cercenado en el Valle sobre el que se construyó la antigua Tenochtitlan. El caos, la improvisación y esa sensación de constante incertidumbre que preside la vida y destino de sus protagonistas presagiaban ya el devenir de un país que ha terminado por convertirse en un gigantesco campo de batalla sembrado de cadáveres: cerca de 40 mil homicidios y subiendo en este año que finaliza. Hace tiempo que los dioses abandonaron a los pobladores de México. Corrupción, impunidad, inseguridad, desigualdad y todas aquellas lacras imaginables, son los nuevos jinetes del apocalipsis que asola al país. Lo que pudo haber sido y no fue tortura, una y otra vez, a una parte de la ciudadanía que no entiende cómo se ha llegado hasta aquí.
Hay elementos en esta realización que me recuerdan al neorrealismo italiano y sobre todo a la inmortal “Los olvidados” de Buñuel. Cuarón ha llevado a cabo un colosal trabajo de ambientación y tanto la inocente Cleo como su ama, aún en distintos planos sociales, representan la parte más humana y tierna, lo mejor de México: las mujeres. Ellas son los cimientos que han sostenido y aún sostienen los frágiles pilares que todavía quedan en pie en una sociedad agusanada, fragmentada y a la deriva, cautiva de su propia ignorancia e incapaz de diagnosticar el mal que padece.

Emilio Castelló Barreneche
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40 de 65 usuarios han encontrado esta crítica útil
1
¿Drama,comedia,tragedia,documental?
La ví por Netflix en TV. La unánime respuesta enormemente favorable de los críticos profesionales me hace pensar que Netflix ha puesto toda la carne en el asador para conseguir que este aterrizaje en el estreno directo con película de director prestigioso salga avalado por una crítica profesionalmente incomprensiblemente unánime en la alabanza, para mí desproporcionada. A Netflix le deseo mejor ojo y política de promoción en futuros estrenos.
Y ahora al ajo:
Después de 2h15min. me quedé con ganas de saber en que género incluir este engendro de Cuarón. al que normalmente valoraba como un buen cineasta. No me acongojé en ningún momento, tampoco reí ni siquiera sonreí, no pasa nada anormal dentro del devenir de mil familias mejicanas ordinarias y coetáneas, como documental es difícil identificar la réplica gubernamental a los estudiantes, único acontecimiento fuera de los familiares que aparece en la película. O sea que nínguno de los 4 generos de cabecera está ni minimamente tratados o realizados.
. No hay crítica social: la familia y el hospital tratan muy bien a Cleo en las circunstancias de aquel Méjico. Yo que conozco algo México DF apenas estaba seguro de que la acción transcurriera allí y solo la manifa, los tiros y un cartel donde aparece el nombre del canditato Echevarría me hacen entender por los hechos que estamos en México DF, sin que aparezca en ningún momento una breve toma de los lugares donde ocurrió aquella tragedia.

La fotografía bien, aunque no voy a dar más la murga con el rodaje en B&N en pleno siglo XXI (ya hubieran querido los grandes directores del B&N disponer del color para haber sido aún mas geniales).

Los planos largos en demasía no permiten valorar la interpretación de los personajes. Solo con Cleo usa planos medios pero solo cuando la inexpresividad de ésta ralla en el aburrimiento. Ni un solo plano cercano que llene al menos un 1/8 de pantalla para los otros personajes.

¿Está haciendo un documental con cámara lejana? ¡No! Porque bien se cuida en recoger en primerísimo plano la rueda del coche que aplasta las mierdas (hasta 8 bien contadas por las cámara) que ha dejado en el patio el perro familiar. Esta escena y el baldeo inicial del patio a base de manguerazos (8 minutos con los títulos) y posterior casí de la misma duración -esta vez con añadido de sosa para limpiar mejor- son los únicos sucesos a los que Cuarón concede los honores del primer plano. ¿Será escatológico el jodio?

¿Ha escrito una historia familiar? Pero hombre, haber puesto algo de pimienta (o de chile que es más propio) en ella porque tal como las has reflejado es vulgar, anodina, aburrida y premiosa. Le doy ideas en el spoiler.
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36 de 61 usuarios han encontrado esta crítica útil
1
Decepcionante. Peor imposible
No entiendo como una película tan pésima, sin argumento ni trama en absoluto puede tener una puntuación así.
Una pérdida de tiempo total.
Siempre me suelo guiar por las puntuaciones de esta página, pero esta vez ha sido decepcionante comprobar que dista tanto de la realidad.
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33 de 55 usuarios han encontrado esta crítica útil
2
Hacía tiempo que no quitaba una película a mitad
Mira que hice el esfuerzo porque las críticas la habían puesto genial, la nota era alta, Alfonso Cuarón, todo apuntaba bien. Pero 1 hora después sin que hubiese pasado absolutamente nada, ni una escena que despertase ningún tipo de emoción, me rendí. No entiendo como puede tener la nota que tiene.
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29 de 47 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
Imagen sin semejanza
Roma, el barrio de Ciudad de México donde Cuarón creció. El director firma su obra más personal; con gran peso autobiográfico, de hecho; para resaltar aquello que le pasó inadvertido siendo niño: la vida de las sirvientas de su casa y el caldeado clima social de la ciudad y del país en los años 70. Seguimos el día a día de Cleo, la asistenta de esta familia burguesa, que recorre la casa y el barrio haciendo recados, ajena a los sucesos tanto personales como sociales, que Cuarón nos sugiere en los márgenes de las imágenes que nos muestra.

Porque esa es la principal baza de la película: la composición de la imagen, sobre todo el uso de la profundidad de campo. Nada nuevo si recordamos el impecable trabajo de fotografía en la carrera de Cuarón, principalmente en el terreno de ciencia-ficción. Sin embargo, sí que sorprende este espectacular despliegue técnico para un drama en el que la acción rara vez ocurre en el centro de la pantalla.

Desde la primerísima escena de la película Cuarón nos deja claro el capital papel de la composición del plano. El reflejo del cielo se desdibuja en el agua de las baldosas recién fregadas de un patio. La imagen se vuelve borrosa a medida que el agua fluye y entonces, el reflejo de un avión cruza la pantalla. No es el único avión que veremos en la película, pues se trata de un truco, tan simple como efectivo, para, como ya habíamos dicho, aumentar la profundidad del plano. El mejor ejemplo de esta composición sería el de la clase colectiva de artes marciales al aire libre. En primer plano, Cleo y los espectadores, a distancia media, los jóvenes realizando la coreografía y al fondo, en el cielo, de nuevo los aviones.

Al igual que se ha hecho durante siglos en la pintura para representar los paisajes, el detalle en los elementos alejados del espectador contribuyen a componer la perspectiva. Es por ello que se podría decir que parte del trabajo fotográfico de Roma recae sobre la composición de cuadros en movimiento. Directores como Béla Tarr, Pawlikowski e incluso Coppola con Tetro han perfeccionado esta composición en los últimos años, regalándonos imágenes asombrosas. Estos son unos pocos de los nombres que vienen a la mente cuando admiramos el blanco y negro de Cuarón. Pero el mexicano osa expandir los límites de la imagen hasta lograr panorámicas espectaculares que nada tienen que envidiar a los ya mencionados gracias al sumo cuidado de cada elemento, de cada detalle que componen los cuadros.
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26 de 41 usuarios han encontrado esta crítica útil
2
Insoportable y una pérdida de tiempo
Atraído por las excelentes críticas de los entendidos y la puntuación de esta web, me dispongo a ver la película. Ya es un poco difícil entender el motivo por el que en pleno siglo XXI a alguien se le ocurre hacer una película en blanco y negro (salvo excepciones más que justificadas).
Pues bien, le vendo la película a mi mujer, le digo que tiene unas excelentísimas críticas, apago luces y comienzo a verla.
5 minutos
10
15 empiezo a resoplar
20 esto es insoportable
24 minutos, viendo que estoy malgastando mi preciado tiempo decido quitarla y no seguir con esta tortura.
¿Esto es cine de calidad, de autor y con personalidad? ..... definitivamente no entiendo de cine.
Para mi el cine es un cuento que te provoca curiosidad, una historia que de atrae, algo que te cuenta algo y definitivamente esta película en sus primero 24 minutos no es nada de eso ..... más adelante no lo se, pero creo que moriré sin saberlo.
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23 de 35 usuarios han encontrado esta crítica útil
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