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54 Críticas de los usuarios

Críticas de los usuarios:
7
Una niña saudí
Primer largometraje oficial de Arabia Saudí, resulta sorprendente, que además de ser dirigido por una mujer sea tan crítico con la realidad del país.

A través de los ojos de una niña se nos muestra el día a día saudí desde el punto de vista de la mujer. Casi un mundo extraterrestre a ojos occidentales. Las mujeres siendo sombras, ocultas a los ojos de los hombres, la religión presente en cada momento. Pero la película se adentra en ese mundo femenino y nos demuestra que las personas son iguales en todos los sitios, pese a las reglas morales que tengan que soportar y lo hace sin truculencias ni efectismos, con una mirada natural.

La pequeña historia de una inteligente niña que desea una bicicleta (algo mal visto en esa sociedad) y hará todo lo posible para conseguirlo. A su alrededor se van viendo las realidades represoras del colegio, el deseo de libertad de las mujeres, la insensibilidad de los hombres, la castración que supone la moral represora...

Wadjda posee un excelente ritmo, está realizada con sencillez pero con inteligencia, la pequeña protagonista borda un estupendo papel y la película posee momentos de una gran fuerza, como son aquellos en los que muestra su amistad con un niño.
Aunque no interesará a todos los públicos, Wadjda resulta una película muy recomendable ya sea por sus cualidades cinematográficas, que las tiene, ya para conocer otro mundo. Además huye de dramatismos, presentando la realidad de forma alegre y con cierta esperanza, sin caer nunca en el aburrimiento ni en la reiteración.
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74 de 76 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
¿Qué significa e implica ser mujer en un país musulmán integrista?
Hay películas necesarias que presentan y exploran un mundo reconocible y cercano y que sin embargo nos parecen salidas de otro mundo o de otra galaxia, es decir, que nos desvelan una cultura diferente a la nuestra donde la relevancia y significación de la mujer no sólo está en tela de juicio, sino que se relega a un abisal segundo plano que nos produce perplejidad, irritación y rechazo.

En esta película saudí (financiada con dinero alemán) se nos muestra un mínimo relato de una niña saudí de diez años cuya máxima ilusión es montar en bicicleta, lo cual choca con la sensibilidad, las creencias y la cultura que le ha tocado vivir. Y ese episodio en apariencia menor se encuentra enmarcado dentro del destino no menos atroz y lacerante de su madre, que por no dar un hijo varón al matrimonio, se ve relegada y contempla, impotente, como su marido se casa (guiado y asesorado por su suegra) con otra mujer para poder romper esa falta de virilidad en el linaje del marido.

Y además se presenta una blanca historia de amor entre esa niña, volcán emprendedor y llena de vigor e iniciativa, con un vecino de su edad que la trata como a una igual desde la fascinación que produce un sexo apenas intuido y del todo secundario, pero que se podrá acabar plasmando en un destino no menos frustrante y estéril que el de la madre repudiada y postergada (como viene a decir en un momento de la cinta, sin énfasis, pero sin equívoco posible).

Por lo tanto esta película ofrece un retrato sutil y complejo de la realidad social de un país bajo el persistente absolutismo religioso (que no se cuestiona ni por un momento) y cómo el día a día se ve masacrado y condicionado por esas reglas atávicas que reducen a la mujer en paridora de vástagos masculinos, cubiertas como objetos deleznables que hay que retirar de la luz del día, intentando desechar el influjo del demonio a cada paso.

Lo mejor de la cinta es que se muestra todo esto sin subrayados, sin énfasis, sin denuncias expresas, lo cual convierte el resultado final en un poderoso alegato a favor de la libertad individual y de la lucha por la dignidad personal. No hay sorpresas narrativas en la película, todo es previsible y poco original, pero al optar por la mera exposición de una realidad insoslayable, el resultado acaba siendo poderoso, intenso, envolvente y muy satisfactorio.

Totalmente lograda y recomendable para cualquier alma sensible. Un prodigio de sencillez y eficacia.
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63 de 71 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
Tenemos que hablar de Wadjda
Haifaa Al-Mansour denuncia de forma sutil y con mucho tacto, todos estos abusos y discriminaciones que, como ella, han sufrido millones de mujeres desde la infancia, convirtiendo así a La Bicicleta Verde en la primera película dirigida por una mujer en Arabia Saudí.
Con una narración de tintes autobiográficos, la directora cuenta de qué manera, Wadjda, una niña con una mente demasiado progresista para el lugar en el que vive, tratará de evitar a toda costa una serie de normas y prohibiciones con las que no está de acuerdo. Contada, como no podría ser de otra manera, desde el punto de vista femenino, el filme relata las preocupaciones, conflictos y dificultades que significan ser mujer en las diferentes etapas de la vida.
Alejándose del estilo demagógico y del drama descarnado al que este género suele ir ligado, Al-Mansour muestra dos historias paralelas, expresadas con ternura y con la intención de no ofender a nadie, pero sin dejar de lado el grito de protesta. Historias que no son más que el reflejo de miles de vidas anónimas, todas ellas unidas por un mismo factor común, el cromosoma X. La primera de ellas trata de la preocupación de una madre por mantener la monogamia de su marido, intentando por todos los medios ser la mujer más guapa, atenta y servicial de Riad, con los pocos ingresos que le quedan tras pagar deudas, facturas y a un chofer maleducado que, como tantos otros, se aprovecha de la prohibición de las mujeres para conducir, lo que obliga a la mayoría de las trabajadoras a emplear más de la mitad de su jornal en pagar a conductores privados intransigentes. La segunda es la de su hija de 12 años, una niña inquieta que disfruta jugando con su amigo Abdullah y haciendo cosas que no corresponden a una futura hembra respetable. El día que Wadjda ve una bicicleta verde en la tienda de su barrio, decide que ningún obstáculo evitará que sea suya, aunque tenga que aprender a recitar el Corán de memoria para ganar el concurso que su escuela ha organizado, y cuyo premio le aportaría el dinero necesario para poder costearla.
La lucha en favor de los derechos de la mujer es un movimiento que hasta este momento sigue siendo imprescindible en muchísimos países. Es gracias a películas como La Bicicleta Verde, cuando se consigue dar otro paso más en esa difícil batalla, reabriendo el interminable debate sobre la igualdad.
Geniales las interpretaciones de todo el, hasta ahora desconocido, reparto. Entre ellas destacamos las de los fantásticos niños Waad Mohammed y Abdullrahman Algohani, que conmueven por su complicidad, y dibujan nuestra sonrisa en más de una ocasión con sus travesuras. Estupendo reflejo de una sociedad ultraconservadora en la que al igual que la pequeña Wadjda, las mujeres aceptan las normas que les son impuestas pero no las entienden, es claro ejemplo la implacable y fría directora del colegio, capaz de emplear las más severas sanciones por el incumplimiento de lo preceptuado en el libro sagrado, y a la misma vez, recibir las consentidas visitas periódicas de un misterioso “ladrón nocturno”.
Una sencilla puesta en escena, sin alardes ni pretensiones de ningún tipo, donde es de destacar el poco trabajo que los actores han dado al equipo de vestuario por lo limitado de su indumentaria.
Tras compararse la versión original de la cinta con su doblaje al español, es de mencionar que, en esta ocasión, las voces traducidas no han sido las más acertadas, perdiéndose con ellas gran parte de la calidad interpretativa de los actores, en una película muy cultural donde el idioma juega un papel muy importante. Como también lo hacía el título original, Wadjda, un nombre propio que representa todo lo que la cinta defiende, La Mujer.
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24 de 26 usuarios han encontrado esta crítica útil
9
Wadjda.
Desde el Reino de Arabia Saudí llega una historia simple a la vez que excepcional, en la tónica del cine de oriente medio protagonizado por niños como las cintas iraníes "Los niños del cielo" de Majid Majidi o "El globo blanco" de Jafar Panahi.

En este caso, la historia relata la vida de Wadjda, una chica saudita de unos doce años extrovertida y vivaracha que siempre anda en los límites impuestos a las mujeres por la sociedad musulmana ortodoxa del país. Todas las chicas se rigen en una educación del mismo patrón social religioso, pero Wadjda es diferente, y se ve atraída por la bicicleta de Abdullah, su mejor y único amigo. Desde el momento en el que Wadjda fija su mirada en una bicicleta verde, ésta se convertirá en su gran objetivo y para conseguirla estará dispuesta a todo, incluso a involucrarse de forma desinteresada en un club religioso para ganar el primero puesto que conlleva un premio de 1.000 riales para comprar la bicicleta. Y no sólo todo esto, sino que Wadjda se comprometerá a romper los cánones tradicionales que se tienen de las mujeres, en este caso, lo mal visto que está que las mujeres monten en bicicleta por la calle, ya que se considera "indigno" a la vista del hombre.

Que Haifaa Al-Mansour haya conseguido marcar un punto más en ese apartado del celuloide en el que las mujeres son capaces de demostrar que pueden y deben hacer cine (como ya empezara a hacer hace unos años la libanesa Nadine Labaki), y más si hablamos de Arabia Saudí, uno de los países musulmanes donde actualmente las mujeres tienen apenas derechos y su situación frente a los hombres es extraordinariamente desigual (Al-Mansour según ha dicho en una entrevista, tuvo que dirigir el film desde una caravana), aunque en la película la directora intenta mostrar una imagen de la realidad que se vive en el país de una manera muy humana y con la intención de ser apta para todo el mundo.

La niña protagonista, Waad Mohammed, resulta todo un prodigio, con un gran desparpajo frente a la cámara. Sería una verdadera pena que no continuara en el futuro, y si las circunstancias se lo permitieran, prosiguiera su carrera como actriz ya sea dentro o fuera de su país.

"Wadjda" no necesita ganar mil premios para demostrar que es una película única y especial, si el espectador después de finalizar su visionado reflexiona un segundo y llega a la conclusión "ojalá se hicieran más películas como esta", se quedará tremendamente satisfecho.
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20 de 20 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
Sociedad represiva
"La bicicleta verde" es el primer largometraje de ficción filmado en Arabia Saudí por un cineasta local. En un país en el que no hay salas de cine y en el que la exhibición comercial de películas lleva prohibida tres décadas -pese a tener cada año un festival de cine en la ciudad de Yeda- filmar se nos antoja una heroicidad y si, además, lo hace una mujer (Haifaa Al-Mansour) el mérito es todavía mayor en una sociedad tan conservadora como la saudí.

Por si fuera poco, "La bicicleta verde", partiendo de un tema aparentemente simple, aborda temas complejos como la situación de la mujer en Arabia Saudí, el machismo imperante o la rígida educación islámica en los colegios.

La película sigue en todo momento a Wadjda, una niña de doce años (excelente Reem Abdullah) cuyos movimientos y naturalidad en su vida cotidiana nos van mostrando sin estridencias las contradicciones de una sociedad represiva, especialmente con la mujer y con todo aquel que se sale un poco del rol que le ha tocado desempeñar.
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16 de 16 usuarios han encontrado esta crítica útil
5
LA NIÑA CANTORA DEL CORÁN
En cuanto aparece una película Árabe, Iraní, o de cualquier otro país exótico nos volvemos locos y empezamos a destacar sus valores cinematográficos, sus interpretaciones fascinantes y demás bondades que si su origen hubiera sido otro, habrían pasado simplemente desapercibidos.

La bicicleta verde es una historia sencilla, muy simple, cuyo guión también sencillo no aporta una estructura que mantenga al espectador pendiente de su trama. Pero es cierto que a los europeos nos gustan las historias y los cuentos de novela romántica, mil veces vistos , siempre y cuando vengan cubiertos por un burka. Que nuestro sentido crítico no nos haga caer en el papanatismo fácil. Debemos aprender a valorar el cine con criterio, donde se anteponga el buen hacer de un director, un guión complejo y bien estructurado, así como actuaciones que conviertan la historia en algo más que un sencillo paseo en bici de una niña cantora del corán.

Un cinco.
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26 de 38 usuarios han encontrado esta crítica útil
10
La niña que quería una bicicleta
Película que proviene de un país que no se prodiga en nuestras salas, la película tiene el interés por un lado de proporcionarnos un fresco sociológico de la vida en Arabia Saudí (ese gran amigo nuestro, del mundo occidental, donde las mujeres deben salir completamente cubiertas a la calle, donde no pueden conducir, donde no deben hablar con otros hombre, donde no deben ir en bicicleta... qué paradojas). Sin mostrarse como una película beligerante contra esta situación, lo es de forma sutil presentándonos diveras situaciones (esas bodas concertadas, por ejemplo) que nos hacen removernos en nuestros asiento; no hace falta que la directora aporte una valoración negativa de esa situación, es suficiente mostrarla.

Por otro lado nos encontramos con la historia de Wadjda, una niña que quiere una bicicleta. Algo totalmente anecdótico para nosotros, pero que en Arabia adquiere tintes de una verdadera odisea. La película es sencillamente maravillosa, con una actriz, la niña, magnífica, que sabe trasladar perfectamente a la pantalla con su actuación la constancia, la lucha, la pena, la alegría... Todo ello, repito, en un ambiente ausente de rebelión, de reclamaciones de derechos humanos, de forma explícita, pero con una carga de profundidad absolutamente brutal tanto en su desarrollo como en su precioso desenlace.

Muy recomendable, de las mejores película que he visto recientemente
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15 de 18 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
Mujeres en Arabia Saudí.
Cuando supe de esta película no me sorprendió mucho que se indicara que era la primera rodada por una mujer en Arabia Saudí; me sorprendió más, después, el saber que era la primera película rodada por completo en aquel país. Quedé sorprendido absolutamente al conocer que está prohibida la exhibición cinematográfica en el país saudí.

El rodaje se convirtió en una odisea para la directora, Haifaa Al Mansour, que tuvo que rodar muchas de las escenas de exteriores escondida dentro de una furgoneta sirviéndose de un walkie talkie para dar las instrucciones, pues no es adecuado, por aquellos lares, ver a una mujer trabajando junto a hombres y, menos aún, dándoles órdenes.

Wadjda es la joven protagonista de esta película y su título original. Una niña de 11 o 12 años que con su firme determinación de tener una bicicleta, algo muy mal visto en una niña en la sociedad en que vive, remueve un poco los cimientos de su entorno familiar y, sobre todo, escolar. A raíz de este hecho vemos la dificultad que tienen las mujeres en el país saudí de vivir como tales fuera de su casa. La mujer está de tal forma ninguneada por unas leyes y costumbres machistas que le resulta agobiante su propia existencia.

Película costumbrista, sencilla y compleja a la vez por lo que de manera natural nos muestra. Muy recomendable, por su calidad en sí, y por conocer la asfixia que hoy mismo sufre aún la mujer en ésa y otras partes del mundo, algo que a grandes rasgos conocemos, pero que aquí se nos muestra hasta en unos detalles que nos pueden resultar sorprendentes.

No obstante no estamos ante una película triste, sino todo lo contrario, pues la lucha y tesón con que la desempeña la pequeña Wadjda es todo un canto a un horizonte que ella abre a la esperanza.

A destacar, por último, la gran interpretación de la joven Waad Mohammed que crea un papel fabuloso al representar magistralmente a la protagonista Wadjda.
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12 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
¿Qué puede tener de malo una bicicleta?
“La bicicleta verde” es uno de los pequeños hallazgos que uno encuentra de vez en cuando en la cartelera. El hecho de ser el primer largometraje saudí, y el haber sido rodado por una mujer, con lo que ello implica en un país claramente marcado por la ortodoxia islamista, son elementos importantes para dotar a esta película de un “cartel” o “pedigrí” muy útil para el periplo en festivales y para el éxito de crítica y público. Pero es que, además, es una muy buena película.

Su gran mérito, a mi entender, es mostrar con un tono amable, casi de comedia, una historia que tiene un cariz marcadamente trágico. “La bicicleta verde” es una película luminosa y alegre, en la que el punto de vista se sitúa en la mirada de una niña tan dulce, tan manipuladora, tan vivaracha o tan repelente como cualquier otra niña de esa edad en un país occidental (o de donde sea). Wadjda no es sumisa, pero tampoco es una rebelde. Simplemente, desea tener una bicicleta. Haifaa Al-Mansour se vale de este argumento aparentemente banal para ofrecernos una película llena de contrastes, en la que la sonrisa te aparece constantemente en la cara para helarse inmediatamente. A pesar del buen rato que se pasa al verla, uno sale del cine un tanto encogido por la opresión y ahogo que cualquier mujer que viva en esos países ha de padecer, y que la directora describe con gran eficacia. Se trata de una película festiva, con un final esperanzador y positivo, pero que no por ello deja de ser una encendida crítica contra un sistema que hace del sentimiento religioso ultraconservador un modo de vida, y de la mujer un mero objeto sin voluntad.

Quizá la historia daba pie a más matices. Es más, el respeto a la libertad individual también es una asignatura en la que nuestra sociedad occidental debe mejorar. Vista desde aquí, el tono alegre del film le otorga también un cierto aire de ajenidad, de escapismo, que seguramente es algo contrario a lo que la directora pretendía. Pero, de todos modos, “La bicicleta verde” es una de esas pelis que uno tiene la sensación de ser rabiosamente necesarias. Y, además, es muy entretenida.
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11 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
6
Interesante propuesta social en Arabia Saudí, pero podía haberse sacado más jugo en manos de una dirección más experta.
Estamos poco acostumbrados a ver películas en Arabia Saudí, su cultura, su gente y sobre todo los problemas que tienen las mujeres que no quieran seguir los cánones establecidos. La película es sencilla por su forma de rodar, pero a su vez compleja por lo que cuenta y sobre todo por lo que oculta.
La protagonista no está contenta con la disciplina religiosa, tanto en su casa como en la escuela, en donde la mujer no puede opinar y tiene que estar totalmente supeditada al hombre. Es una sociedad muy evolucionada en muchos aspectos, como los tecnológicos, pero no en la religión y la importancia de la mujer en la sociedad. Hay muchos detalles en donde se ve su revelación, pero tampoco puede quedarse atrás, se marca un objetivo material para poder poseer lo que tiene su amigo Abdullah.
Esos pequeños detalles de insumisión están bien, pero quizás le falte algo de intensidad, debido a la inexperiencia de la directora. Un argumento similar hubiera tenido más matices en manos de Kiarostami, Panahi o Ghobadi. Pero en este caso cuenta con una gran actuación de Wadd Mohammed, con una gran escena dramática en la parte final.
El final es el esperado, como casi todo lo que transcurre en la película, pero es emotivo y bien contado.
Ojala se hicieran más películas como esta, tan sencillas y con tanto mensaje, pese a sus deficiencias.
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19 de 28 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
El velo: entre dios y ellas.
Wadjda es una película sencilla, que quizás en manos de una directora más experimentada nos podría traer una obra de arte sin precedentes, aún así es una historia atrevida, critica ante las costumbres y la sumisión de la mujer en un mundo Islamico.
Sin embargo la defensa del velo y sus costumbres, no son ni políticas, ni religiosas si quiera, es una convicción personal arraiga a la fe, nombrado en el Corán una sola vez de manera sutil y hace referencia tanto a hombres como a mujeres de allí que la actitud y culto hacia éste, sea meramente cultural, ya dirían las feministas de tercera generación que esta película es una oda al feminismo neolítico de occidente debido a la tristeza de sus escenas y la poca esperanza que se vislumbra para estas mujeres.
Los movimientos feministas islamicos no son nuevos, comienzan en los 90s como continuidad del feminismo nacionalista árabe, que cobró importancia entre los años 40 y 50 en que las mujeres lucharon codo a codo por la descolonización hasta ser marginadas nuevamente en el periodo de independencia. está película es homenaje a esa época, en la que el marxismo como critica de la región plantea otra alternativa de vida, con ella la del feminismo laico, el cual no dio fruto por que el pueblo árabe es un pueblo arraiga al islam que constituye una memoria, una historia como experiencia milenaria que el pueblo se niega a dejar.

Si bien el feminismo islamico comenzó en los 90, no lo hizo de la nada, es la continuación del feminismo nacionalista árabe, que cobró importancia entre los años 40 y 50 y en el que las mujeres lucharon codo con codo con los hombres por la descolonización. Pero después de la independencia, fueron marginadas y el feminismo nacionalista quedó muy ausente. La generación joven, la que ha seguido y tenido acceso al estudio del islam, ha visto que todo lo que decían las feministas laicas no era del todo cierto, que la lectura que las instituciones han hecho de los textos sagrados, todas controladas por hombres, son las responsables de la marginación de la mujer, una historia milenaria que ha originado en personas como Haifaa criticas y empoderadas de una lectura contra aquellas instituciones que han hecho de sus textos sagrados una ofensa patriarcal.
Película interesante que por momentos solo causa rabia y asco ante sistemas tan opresivos e insignificantes (claro, desde mi visión) no quiero "morir para tener 90 mujer o 90 bicicletas" como lo citan en una conversación, considero que los elementos propios del islam podrían hacer de esta película una rica en su fotografía, en sus planos y sus guiones. sin lograr esto que se convierte en critica ortodoxa del cine logra lo deseado, atraer al público y critica un sistema patriarcal despótico.
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10 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
5
VERDE, QUE TE QUIERO VERDE
Wadjda es una niña saudí que quiere una bicicleta para echar carreras con su amigo. Le gusta una de color verde.
Con esto acabo de resumir hora y media de peli.

Si le hubiese gustado una bici de color rojo, se titularía: La bicicleta roja.
Si quisiera un lazo de seda para el pelo, sería: La ratita presumida.
Si Wadjda deseara un balón, se llamaría: Quiero ser como Beckham.
Si estuviese encaprichada de unas medias de nilón con perlitas en los tobillos, pues: La señorita encaprichada.
Y si para ser feliz la niña quisiera un camión, sería una canción de Loquillo.

¿Qué trato de decir con esto? Pues que la peli no cuenta nada. No es más que una historieta agradable y hueca, que desaprovecha conscientemente todo su potencial crítico. Cine para no molestar. Cine que quiere ser, pero no se atreve. La primera cineasta saudí tuvo la oportunidad de gritar, pero eligió hablar bajito, no fuese a despertar a alguien.

Teniendo en cuenta que los niños son niños, nazcan donde nazcan y hasta que la estupidez de sus mayores les estropee, la supuesta transgresión de una niña que quiere montar en bici en un país donde está mal visto que una niña monte en bici, no es más de una excusa para hacer un anodino y complaciente retrato de la sociedad saudí. Una cosita amable y curiosa para el disfrute occidental.
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18 de 27 usuarios han encontrado esta crítica útil
6
Pequeña revolución en Converse
La historia arranca con un primer plano de las Converse de Wadjda, poniendo ante los ojos del espectador occidental una llamativa dualidad: un símbolo muy familiar insertado en un ambiente que nos es desconocido. Deportivas de modernillo en un colegio femenino saudí.

Aparte de su fuerza connotativa (la invitación a ponernos "en los zapatos" de Wadjda), las Converse apuntan a la idea de fondo que mueve la película: toda gran revolución se gesta en pequeños actos de rebeldía contra una situación injusta.

Las zapatillas de Wadjda, así como su afición al rock cañero y su poca discreción en el arte de ocultarse ante los hombres, intentan ser reprimidas por un ambiente cuya doble moral se nos resume en esa directora del colegio implacable en su aplicación del estricto machismo oficial, mientras que de noche y cobijada por las cuatro paredes de su casa se lo salta metiendo a su amante.

Los pequeños actos de rebeldía de Wadjda son de una autenticidad que no admite más replica que el "no se puede porque no se puede". Ella actúa por simple afán de vivir la vida. No se puede acusar de intenciones subversivas a una niña de diez años que no sabe qué es la subversión. Nada despierta mejor la empatía por la situación de las mujeres en Arabia Saudí que sus mohínes de decepción cuando algo se interpone en su camino hacia tener una bicicleta.

La película gana todavía más fuerza cuando se conocen sus correspondencias con la realidad. Haifaa Al-Mansour es la primera mujer saudí en dirigir una película. Y La bicicleta verde, a su vez, se trata del primer filme rodado íntegramente en Arabia Saudí, el país donde el cine está prohibido. Al-Mansour crea un inteligente paralelismo entre su entusiasmo por contar una historia y el entusiasmo de Wadjda por comprarse su bicicleta.

Estas dos entusiastas también tienen en común su forma de adaptarse a los límites que las rodean para terminar rompiéndolos. La directora con su empeño, pese a las inclemencias, por rodar toda la película en los escenarios callejeros de Riad en aras del realismo (que, paradójicamente, resulta lo más exótico de la película para un espectador ajeno a ese mundo). Y la niña, que para conseguir su bicicleta juega a ser el ojito derecho de la directora participando en un concurso sobre versos del Corán que no parecen decirle nada.

Wadjda termina como la heroína de su propia revolución silenciosa, como ejemplo de que el auténtico empeño por vivir la vida suele abrirse paso. El machismo oficial de Arabia Saudí sigue ahí, pero al menos punteado por pequeñas victorias. La mejor nota al pie es que, de hecho, Arabia Saudí levantó la prohibición de ir en bicicleta a las mujeres poco después del estreno. Y ahí siguen las mujeres saudíes que lanzan su pequeño desafío al grabarse conduciendo (otra práctica prohibida para ellas, que sufre en sus carnes la pobre madre de Wadjda) y subirlo a YouTube. Y ahí seguirán, esperemos, los niños como el pequeño Abdullah, que no tiene para Wadja más que una sonrisa de inocencia pura.

[Texto original en revolverdeblake.blogspot.com]
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10 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
5
El intento saudí.
La descripción de la vida cotidiana de una niña saudí (de carácter bastante repelente, por cierto), sirve de hilo argumental para denunciar (una vez más) la situación de la mujer en una sociedad retrógrada, que utiliza la aplicación extrema de una supuesta "moral" religiosa, como instrumento de control sociopolítico.

Ya hemos visto otras veces esta misma intención en películas iraníes, libanesas, egipcias... en las que (aún bajo el disfraz de la comedia) se destilaba más rabia (o más mala leche) que en esta.

El tema lo pide.

Sin embargo, el intento de Al-Mansour sólo está conseguido en parte, debido a que su corrección sólo puede mostrar la evidencia formal de una historia que carece de la energía necesaria para traspasar la línea de lo méramente anecdótico, desperdiciando (¿intencionalmente?) el verdadero dramatismo que (sin duda) contiene lo que (parece) que se quiere contar.

Así, el resultado se queda en una mera excusa para explicar casi nada.

Lo sorprendente de esta coproducción germano-saudí es precisamente eso: que sea saudí y que, además, Al-Mansour sea una mujer.

Por lo demás, nos encontramos con una película correcta, rodada en zona exótica, que se deja ver si mayores complicaciones.
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16 de 25 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
Problema o realidad
Wadja es una película original. Partiendo de esta base y del flojo esquema que voy a seguir para hacer esta crítica, podemos imaginar que el resultado de ambas será interesante. Y lo es, sobre todo en el caso de la segunda (es broma). Lo que quiero decir es que lo que nos sugiere la directora -que, por cierto, es la primera directora de Arabia Saudí y ésta su primera película- es una panorámica crítica de la realidad que ella habita.

Hablo de realidad porque lo que viven allí, la fuerte sumisión de la mujer con respecto a la religión musulmana, está asimilado por bastante gente. No por la directora, evidentemente, pero sí, sobre todo por los hombres que ejercen un “proteccionismo” innecesario sobre éstas, que a veces aceptan con total naturalidad lo que les ha tocado vivir. Distinto, el concepto, del que tenemos nosotros en Occidente sobre este tema, que es el de “problema”, el cómo en el siglo en el que estamos puedan seguir existiendo pautas de comportamientos tan decadentes para aquellas que nos dan a luz, que trabajan como campeonas y consiguen aguantarnos.

Para expresar esto, la directora utiliza una fotografía elegante de una ciudad bastante desértica donde están los muy ricos y los muy pobres (sin clase media, algo así como España dentro de 10 años); unos diálogos inteligentes y nada pretenciosos; una música minuciosa; y lo más importante, una actriz principal increíble para la edad que tendrá.

El resto de elementos ya están servidos y vienen de la mano de lo anterior. Las votaciones variaran según el espectador, pero lo que está claro es que la opinión general será buena y todo el que vaya a ver la película saldrá con un buen sabor de boca y quizás un lagrimita (o una traqueotomía si se le atragantan cuatro palomitas en la garganta). Así que vaya a verla, disfrute solo o en compañía, y luego vuelva a valorar la banalidad del contenido de mí modesta critica.
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11 de 15 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
Quiero ser como Perico Delgado
Wadjda es una niña de mente occidental que no conoce occidente, no entiende a su sociedad pero no le importa porque ella actúa libremente, hace caso a su instinto, tiene agallas y pedalea sin miedo a caerse. Su actitud y su sonrisa enamoran y su relación con su amigo (quien sabe si futuro marido) te hace enternecer.

Una historia de contrastes que puede parecer floja al principio, pero que poco a poco es llevada por el buen cauce y acaba siendo contada magníficamente.

La crítica de Boyero define la película a la perfección, hay que reconocerselo:
"Una película agridulce, que te hace sonreír de vez en cuando, que habla con sutileza de una moral tan hipócrita como asfixiante, eficazmente contada y resuelta, protagonizada por una niña que te puede enamorar"
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7 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
Chicas valientes ante la barbarie
Si valiente es la niña protagonista de la película no lo es menos la directora que muestra de manera meridiana la situación de la mujer en un estado integrista islámico como Arabia Saudí, donde no existen salas de cine -están prohibidas- y sin embargo es aliado de la Unión Europea y EEUU -¡cochino y pringoso petroleo! Una situación de servidumbre y sometimiento absoluto en la que casi todo le está vetado; no puede mostrarse en público ni salir sin la tutela de un hombre; incluso el uso de la bicicleta es un tabú para las niñas -atenta a su virginidad-.
La primavera árabe no ha llegado a los países ricos de la peninsula arábiga, pero filmes como éste anuncian cambios en el horizonte, esperamos que así sea.
La interpretación de la joven actriz, en su papel de inocente y testaruda rebelde con causa, le da a la cinta un credito añadido y hace olvidar las deficiencias formales de una realización algo pedestre, comprensible dada la bisoñez de su intrépida autora.
¡Muy recomendable!
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6 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
Al final, la esperanza
Es una película que merece la pena; refleja muy bien el machismo y la hipocresía de la sociedad, en este caso, musulmana, aunque podría hacerse extensivo a otras sociedades. Ese machismo que ejercen los hombres pero también las mujeres como indicaba hace pocos días en un periódico una abogada iraní, Premio Nobel de la Paz. No obstante, en mi opinión, también transmite esperanza, no solo por la gran voluntad de la niña sino también por el niño co-protagonista que a mí me parece un personaje maravilloso. Muy recomendable.
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6 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
Esperanzas de cambio
Es el primer largometraje saudí que veo en el cine. Resulta extraño que sea una mujer quien relata las peripecias de una niña de diez años dentro de una sociedad castradora respecto de la mujer. Por lo mismo, no sorprende que el financiamiento provenga de capitales alemanes, única vía posible para que los anhelos de esta chica sean expuestos en pantalla. Wadjda ahorra dinero para comprar una bicicleta y poder compartir una carrera junto a su amigo Abdullah. La niña recita el Corán, pero es crítica respecto de la religión imperante. Su temple quizás corresponda a una nueva generación de mujeres dentro de una Arabia Saudita fuertemente tradicionalista. Es una historia simple, incluso didáctica, acerca de lo que les está permitido a las mujeres en dicha sociedad, pero narrada con un tono alegre que alberga esperanzas de cambios. Me recordó a “Niños del cielo” (1997) de Majid Majidi, obra maestra del cine iraní, tanto en su exquisita música de flauta, como al hecho de que en ambas hay una competencia, rasgo que uno creería privativo del mundo occidental. En ambas cintas los objetos son fuertemente simbólicos, de dignidad los zapatos y de indignidad la bicicleta, pero ambos representan la superación del ser humano más allá de la religión. Hay que reconocer, eso sí, que el guion de “Niños del Cielo” roza la perfección, en cambio la simpleza de “La bicicleta verde” radica en la honestidad para abordar los prejuicios del mundo musulmán.
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6 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
9
El espíritu de Malala va sobre dos ruedas
La bicicleta verde, o Wadjda (un título mucho más apropiado), es una película con discurso. En ningún momento Haifaa Al-Mansour esconde su intención de criticar la opresión de Arabia Saudí (y por extensión del mundo musulmán) sobre las mujeres con su colección de prohibiciones y reglas ancladas en el pasado. Desde el principio, la protagonista es presentada como una heroína no sólo para las mujeres saudíes o musulmanas, sino para todos los espectadores en general, sean de donde sean, porque lo que su empeño en conseguir la bicicleta simboliza es la lucha contra las dificultades, la inteligencia y la persecución de los sueños con ahínco y sobre todo valor. Pero quedarse en el mensaje es quedarse muy corto también. La bicicleta verde no sólo es un retrato sobre la vida en Arabia Saudí o un cuento sobre el arrojo de una niña. También es una interesantísima tragicomedia familiar (la relación entre los padres de Wadjda), una reflexión sobre la educación y las relaciones entre maestros y alumnos (las odiosas profesoras de las niñas) y una bella historia de amistad casi prohibida entre una niña y un niño donde se vislumbra cierto conato de romance pre-adolescente, sobre todo por parte del niño. El resultado es una cinta muy agradable de ver, tierna, que provoca lágrimas y risas y deja con un excelente sabor de boca.
Por supuesto, nada sería lo mismo sin el encanto e infinito carisma de la maravillosa Waad Mohammed, un prodigio de simpatía y naturalidad en su actuación, con esos ojazos y esa sonrisa maravillosa que se bastan y se sobran para mostrarnos todas las facetas de Wadjda: la doméstica, la escolar, la femenina y la "masculina". No hay que olvidar tampoco a su homólogo masculino, Abdullrahman Algohani, también estupendo en la piel de ese chaval dispuesto a aceptar a su amiga tal y como es que es Abdullah, ni por supuesto a Reem Abdullah, absolutamente soberbia en la piel de esa madre que representa a todas las mujeres jóvenes de Arabia Saudí, obligada a tener dos caras y a seguir una moral y unas leyes absurdas e hipócritas.

En definitiva, una pequeña joya a descubrir y disfrutar al máximo, pues hay mucho que disfrutar.

Lo mejor: Los actores y la mezcla de denuncia, ternura y humor de la propuesta.
Lo peor: Le sobran algunas escenas y subtramas algo superfluas (como la de las dos chicas acusadas de pecar y la implicación de Wadjda con ellas)
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