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30 Críticas de los usuarios

Críticas de los usuarios:
7
Disco de Romances y Renacimientos
A día de hoy, sigo creyendo que todo espectador tiene su propio misterio personal con Terrence Malick, cuando ve alguna de sus películas.
Sin embargo, los misterios tienen una particularidad: hay que querer resolverlos, o no.
De ahí supongo que vienen las brutales críticas y las encendidas alabanzas a un director que, pese a todo, no cambia por nada ni por nadie.

Menos mal, porque sus películas no son sólo historias audiovisuales, sino testimonios, emociones, impresiones...
Me resisto a creer que "Malick no cuenta nada" cuando en un par de planos es capaz de conectar con mi subconsciente y hacerme recordar experiencias de mi propia vida, parecidas a las que él a menudo retrata.

'Song to Song' se podría definir, de manera simple, como la historia de un triángulo amoroso, y de las personas que viven atadas a él.
Están el ingenuo e idealista BV, la etérea Faye y el intimidante Cook. Los dos primeros, cantantes de la escena musical de Texas, y el último productor deseoso de aprovechar sus florecientes talentos.
A medida que vemos estrecharse su amistad también nos damos cuenta de la asimetría de su relación, del inocente romance entre Faye y BV, y de la voraz sexualidad existente entre Cook y la propia Faye; ambos hombres están enganchados a una mujer que prefiere sentirlo todo, vivir o sufrir cada experiencia, antes que darse cuenta algún día de que no ha vivido nada.

Faye recopila sus confusos sentimientos, intenta que encajen, habla de vivir "canción a canción", sin plantearse nada más que lo puramente inmediato... cómo negarse, cuando vemos que entre los tres existe una química sencilla y natural, donde cada uno se siente parte de algo más grande, una sensación indescriptible desgranada entre atardeceres y charlas de madrugada difusa.

Cook ya sabe de los sentimientos entre Faye y BV, y los respeta, sin echarse atrás, de la única manera que entiende: viviendo como un bestia, devorando experiencias y atenciones, lidiando consigo mismo sin dejar de vivir por los demás... "no puedo tomar la vida tal cual es" pronuncia en un momento de la cinta, quizás su único momento de claridad entre desvanecimientos etílicos.
También le dice a BV: "todo esto... las fiestas, los acuerdos, la fama... es solo un escenario tío, solo eso".
Quizá por eso órbita alrededor de los dos amantes cantantes, exigiendo su parte de esa belleza que comparten cuando están juntos, esa belleza única que le hace a él sentirse horrendo y monstruoso.

Malick opta por casi silenciar lo superfluo, las conversaciones banales, los ruidos de fondo, y te sumerge en un estado de ensoñación marcado por pensamientos y canciones, como piezas de un puzzle que nunca logra acabarse.
"Quisiera que todo este dolor sirviera de algo" dice un desengañado BV, el único que todavía piensa en el punzante amor como cemento de pasiones y melodías, no como la hambrienta soledad que han cultivado Faye y Cook.
El amor es dolor, establece Malick. Quizá no sólo dolor, sino también renuncia de otros amantes, otros hechizos que dejamos pasar, y a la vez aceptación de la incertidumbre que supone buscar una luz de guía, que muchas veces nos dirige por el camino equivocado.

"No puedes tenerlo todo" susurra una sorprendente Lykke Li como amor pasado y sabio, asemejándose más que nunca a esa guía que creíamos perdida.
Pero el caso es que queremos todo, queremos una buena vida, queremos todas las pasiones que entraron y se quedaron (una magnífica Cate Blanchett, una sensual y cálida Bérénice Marlohe), queremos no darnos cuenta de que hemos gastado amor cuando ya es imposible recuperarlo.
Queremos levantarnos de la cama y que el tacto del lecho no nos devuelva algún eco del pasado, acariciando nuestro corazón no amado.

En última instancia, Malick exhibe cómo necesitamos el amor para comenzar de nuevo, para despellejar nuestra piel y renacer como el fénix que a todos nos toca ser en algún momento.
Hasta que lleguemos a redescubrir deseo en el simple acto de desabotonar nuestra camisa, porque ella o él pasará su mano por debajo, hasta que podamos prescindir de ese escenario en el que nos movemos aparentando ser lo que no queremos.
Y si se te ocurre vender una ilusión de amor... cuida de no venderte tú a la ilusión, como la pobre Rhonda que encarna Natalie Portman, mujer de inocencia sencilla y maneras de lolita, que teme lo que su amor exige de ella, y se desespera porque las chicas de abdominales perfectos y belleza exuberante no sienten miedo alguno.

¿Qué emoción tan ingrata es la misma que cambia de piel según lo que pidas de ella?
La misma que te permite volver a empezar, por mucho que la hayas apaleado y la consideres muerta dentro de ti.
Al final, todo vuelve a su sitio, en un atardecer que sabe a fin de búsqueda, y en un lugar que huele a felicidad reverdecida.
"Esto. Solo algo como esto"

Vivamos de canción en canción, sí.
Quizá la única pena es que muchas no las queramos oír hasta más tarde (o nunca) y otras tantas no suenen cuando las necesitamos.
Pero nadie es dueño de su propio álbum.
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59 de 69 usuarios han encontrado esta crítica útil
4
Otro videoclip de dos horas
Para no hacer perder tiempo a nadie hablaré claramente: si te gustaron las dos primeras obras de este señor pero las demás te han empezado a caer gordas, no veas Song to song. No entiendo que sigan soltándole la pasta a este hombre para hacer lo de siempre: lens flares entre plantas, planos contrapicados con objetivos angulares, voces en off........Y así hasta que llega la siesta.
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38 de 66 usuarios han encontrado esta crítica útil
5
Tocando fondo.
Película muy similar a su predecesora Knight Of Cups; Personajes sufridos y atormentados bajo una lupa de linda y sugestiva fotografía. El guión se mueve como un pedo de culebra, bastante desorientado, sin brújula, dando la impresión de estar constantemente mareado por su propio instrospectivismo sordo de frustración existencial.

La cámara de Malick es un gran angular muy abierto y algo borracho, que tiende a deslizar su mirada en diagonal, y desmayarse en contrapicado, cuando se ve interrupido con un corte de toma abrupto; a otra fija, contemplativa, en otro lugar; resaltando una composición fotográfica minimalista de budismo chic.
Destellan muchos ases oblicuos y perpendiculares de luz de atardecer, porque casi siempre es atardecer. Los cortes de toma forman un bucle experimental cansador, sin ritmo, pulso ni continuidad, que hacen de la edición y montaje un mamarracho de vanguardia adolescente. Una lástima, porque la fotografía pese a todo aquello sigue siendo hermosa, de verdad, pero mejor sería si estuviera fija e impresa en papel para contemplar en una revista. La narración en off de sus protagonistas es susurrante, tímida y cansina; sin la fuerza profunda y solemne de "To The Wonder". Creo haber identificado varias tomas realizadas con GoPro, y todo entremezclado con distintas texturas y calidad de factura visual. Si no fuera por un aclamado director de foto, todo esto sería un esperpento infumable. Al menos la hizo opioide. Y por eso el 5 de mi valoración, en un ataque de generosidad y clemencia, y, porque también, no todo es tan malo; algunos flash de diálogos y cosas resultan pese a tanta improvisación experimental. Hay valentía al jugar fuera de cualquier molde. Te disculpo Malick. Sé que la próxima película será un golpe de timón y dejarás todos estos fantasmas agobiantes en el pasado: ya lo reconociste en rueda de prensa. Salud por eso, y con tramadol.

Pd: Es más, voy a meter la película en un programa de edición y le voy a reemplazar la pista de audio por un boiler room de música electrónica, uno como el de Nicola Cruz o El Búho. Quedaría estupenda.
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12 de 16 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
Acertado cierre de etapa
La carrera de Terrence Malick es una de las más inusuales que ha conocido Hollywood.
En apenas cinco años encadenó dos cintas que se convirtieron en películas de culto: ‘Malas tierras‘, aplaudida ópera prima, y ‘Días de cielo‘, por la que ganó el premio a Mejor director en el Festival de Cannes. Tras dichas películas, el director tejano se tomó un largo respiro y hubo que esperar nada menos que veinte largos años para el estreno de su siguiente trabajo, ‘La delgada línea roja‘, considerada por muchos como su mejor película hasta la fecha, y otros siete para ‘El nuevo mundo‘.
En 2011 se estrenó ‘El árbol de la vida‘, su obra más polémica hasta la fecha y que sin duda marcó un punto de inflexión en su carrera. La propuesta, tan arriesgada como ambiciosa, polarizó a crítica y público, calificada de obra maestra por unos y de estafa por otros, llegando a advertir determinados cines de las particularidades de la cinta ante la cantidad de espectadores que salían de la sala exigiendo que se les devolviese el dinero. Mientras tanto, la película se hacía con la prestigiosa Palma de Oro en el Festival de Cannes.
Tras el estreno de ‘El arbol de la vida’ se produjo un cambio en la carrera del cineasta, mucho más prolífica y marcada por la experimentación con la libertad narrativa. Dicha etapa la conforman las siguientes películas: ‘To the Wonder‘, ‘Knight of Cups‘ y ‘Song to Song‘, todas ellas rodadas y estrenadas en los últimos seis años. Esta reciente trilogía cuenta con dos elementos característicos: la ausencia de guión, dejando así margen para la improvisación por parte de los actores, y la importancia del aspecto visual frente al narrativo.
Este último período no ha resultado muy exitoso para el director, pues las películas no han contado con el respaldo ni del público ni de la crítica ni del público, que ha llegado a acusar a Malick de estar borracho de sí mismo, rodando escenas pretenciosas e inconexas que no llevan a ninguna parte. El director se ha justificado alegando que ha rodado de este modo para intentar encontrar “la verdad”, intentando capturar la realidad a través de momentos espontáneos y libres, en un proceso que se asemeja más al documental que al largometraje de ficción. Aunque el propio Malick ha llegado a arrepentirse de rodar de este modo, afirmando lo siguiente: “Recientemente he estado trabajando sin guión y me he arrepentido de la idea. Hay mucha presión trabajando sin guión porque puedes perderte muy fácilmente.”

La película narra la historia de un triángulo amoroso entre dos compositores y un productor musical, todos ellos en búsqueda del éxito profesional. BV (Ryan Gosling) mantiene una relación romántica con Faye (Rooney Mara), quien a su vez tiene una aventura con Cook (Michael Fassbender), amigo de ambos.
La relación entre BV, de carácter inocente y tranquilo, con Faye está destinada al fracaso por el modo de vida de Faye, enfrascada en vivir todas las experiencias posibles y evitar ataduras (tal y como dice ella misma: “vivir de canción en canción“), sin plantearse más allá que el momento presente. Es por ello que, para huir del compromiso con BV, busca escape en la figura de Cook, por el que siente una fuerte atracción sexual, manteniendo así una aventura con él a espaldas de BV. Sin embargo, Cook, consciente de los sentimientos existentes entre BV y Faye y de la belleza de su amor, en contraposición con su mundana existencia, se ve obligado a huir, lo que a su vez le lleva a conocer a una camarera e iniciar una relación romántica con ella.

Ya estamos acostumbrados a que Malick se rodee de grandes figuras de Hollywood para el reparto de sus películas, contando en esta ocasión con nombres de la talla de Ryan Gosling, Rooney Mara, Michael Fassbender o Natalie Portman. Entre sus secundarios se encuentran Cate Blanchett, Val Kilmer y numerosos artistas musicales como Iggy Pop o Lykke Li. Tampoco es ninguna sorpresa que gran parte del reparto se haya quedado fuera del metraje, siendo los perjudicados esta vez Christian Bale, Benicio del Toro y la banda Arcade Fire.
Así mismo, Malick vuelve a contar una vez más para la fotografía con su fiel compañero Emmanuel Lubezki, quien vuelve a deleitarnos con escenas preciosistas, teniendo su trabajo vital importancia en la cinta dada la forma visual de narrarse la historia.

La película tiene numerosos puntos en común con las dos anteriores cintas del director: una historia que gira en torno a un triángulo amoroso, la presencia de personajes a la deriva deambulando por ciudades mientras sus pensamientos son narrados con voz en off, la fotografía de Lubezki… Sin embargo, la principal característica que diferencia y eleva a ‘Song to Song’ frente a sus predecesoras es que, a pesar de compartir dichos puntos en común, aquí se permite al espectador conectar con la historia que nos quiere contar Malick, quien también firma el guión, sin encontrarnos ante una simple sucesión de escenas inconexas a las que cuesta encontrar el sentido, como ocurría en sus dos últimos filmes.

En definitiva, ‘Song to Song’ es un drama romántico que continúa por la senda iniciada por las dos anteriores cintas del director, con las que, si bien comparte numerosos elementos, logra desmarcarse al lograr que esta vez lo que sucede en pantalla nos importe.


https://kinoblogsite.wordpress.com/2017/11/11/song-to-song-acertado-cierre-de-etapa/
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9 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
Malick Postmoderno 3.0
Nueva película de Malick donde una vez más vemos los mismos personajes existenciales, mismos conflictos internos, misma estructura, mismas voces en off (que funcionarían de igual forma en sus dos anteriores películas), misma fotografía (la más floja a mi gusto de todas sus películas) y mismas bellezas femeninas. Lo único que cambia es el entorno en donde se mueven estos desvalidos personajes, en una eterna búsqueda de su yo fragmentado en medio de un País ideal, donde nada los satisface.

Desde ese punto de vista, creo que esta película logra el cierre más satisfactorio de la tres. Que a diferencia de "To the Wonder y Knight of Cups, en ellas daba la sensación que podrían estirarse eternamente (lamentablemente sin aburrirme). Pero quería tocar un punto, que no sé si es porque uno ya se ha acostumbrado e interiorizado la propuesta de Malick, pero en Song to Song me dio la sensación que en Rooney Mara se hace (por momentos) totalmente explícita la "vanguardista" dirección de Malick. Simplemente la mayoría del tiempo no logré conectar con su personaje, daba la impresión que ni siquiera ella sabía lo que estaba haciendo, incluso en ocaciones miraba a la cámara y sonría fuera de su personaje.

Comparto el análisis de un crítico donde comenta la ausencia de Malick en el set (debido a su manera de dirigir casi fantasmal a través de una radio) y siento que esto influye completamente en el corazón de algunas escenas que prácticamente no expresan nada, están Vacías.

Por último recalcar algo que también me llamó la atención y es que la fotografía en esta película bajó considerablemente su nivel. No se a que se haya debido (¿pereza de Malick?) pero los encuadres y el aumento del gran angular muchas veces hacían ver la película con una calidad de GoPro utilizada por un estudiante de Cine.

Sin más, decir que lamentablemente Malick me sigue gustando, y pese a todo disfruto sus películas como muy pocas en la actualidad. Su puesta en escena logra muchas veces sensaciones que me sumergen de lleno en esa espiritualidad etérea que no logra cualquiera. La naturaleza como eje principal del desarrollo de sus películas, sigue estando presente. Los personajes pasan a un segundo plano y solo queda dejarse llevar por el sonido del viento, susurros y pasos fantasmales, que pese a no conducir a ningún lugar, te sientes parte del mundo infinito donde transitan.

Espero que Malick intente un cambio narrativo en su próxima película, si no, a esperarla de igual forma.
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9 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
6
El arte de la repetición
Lo bueno

La fotografía de Lubesky sigue funcionando, como es utilizada no tanto.

El personaje de Mara lleva el ritmo de todo el filme, el único que parece tener un desarrollo digno de ver.

Nos alejamos de Knight of Cups y To the Wonder, este cierre de trilogía es un poco más poética.

En ocasiones funciona el estilo de Falso Documental.

Buen uso de la música.

Lo malo

El estilo de Malick es complicado, a veces irrita, otra veces encanta, y la mayoría de las veces divaga en medio de una fotografía como tirada a un videoclip. Sí. La trilogía es cansona, este cierre es el más regular, pero parece que lo peor que le pudo pasar a Terrence es haber ganado la palma de oro con el Árbol de la vida. Desde ahí, todo lo que ha venido, parece una mala copia de ese filme.

Demasiado larga, demasiado pretenciosa, demasiados personajes secundarios.

Un guón Malick, un guión te vendría bien para variar.


Opinión personal-Una primera hora que interesa, una segunda parte que a veces se pasa de insufrible. Este estilo de Malick es canson, a pesar de la preciosidad de sus imágenes, el cine, es más que eso, que imágenes bonitas.
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8 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
1
Infumable
Historia contada en off por los mismos protagonistas analizando sus emociones y con una filmación rara al estilo "actividad paranormal". Realmente cuesta seguirla, si la miras mas de 40 minutos, sos el rey de la paciencia. Pésima. 1\10.
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18 de 31 usuarios han encontrado esta crítica útil
1
MUY MALA
He conseguido por cabezonería acabar de ver esta 'película'.Lo he logrado en tres partes. El tedio, el aburrimiento, el sopor, el sueño se apoderaba de mí, pero me he obligado a verla entera. No comprendo que conjunción cósmica llevó a estos grandes actores a aceptar formar parte de este bodrio. Bueno sí, su director. Tomadura de pelo total, truño absoluto. Voces en off describiendo estados de ánimo?. ..
Ha tardado tres años en estrenarse, de verdad hacía falta?
Un 1 porque no puedo ponerle menos.
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8 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
2
Qué mareo
Unas cansinas voces en off diciendo cosas, casi siempre paridas, topicazos (como quiero ser libre) y cosa absurdas para que parezcan importantes.
Dos parejas haciendo cosas sin sentido alguno, muchas veces tirados por el suelo. Que si le mira la nuca. Que si besa un pie. Que si...¡Yo qué sé!
Los actores, especialmente Gosling, están como si no acabaran de creerse lo que tiene que hacer.
Pretenciosa como pocas veces he visto.
Escenas breves, con una cámara que se cree que ella es lo principal y que acaba mareando.
Larga larga como un castigo.
Escenas siempre interrumpidas, porque no se quiere contar una historia que tenga algo de sentido.
En fin, asegurado el aburrimiento.
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6 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
4
Cuando lo mejor que tiene una película es su trailer
Conozco pocas películas de Malick pero considero por ejemplo que Malas Tierras es una de las mejores obras del séptimo arte. Como bien decía, conozco poco a este director pero dado el nivelazo de los actores que tiene en esta película y el toque mágico de Malas Tierras me esperaba mucho mas de lo que me he encontrado.
Le doy un cuatro y considero que viendo la bazofia que ha resultado soy demasiado generosa.
Y es que se pueden hacer cosas muy grandes sin usar a los actores de moda de hollywood y crear momentos de videoclip y anuncios recargados de preciosismo cada media hora.
Y la culpa no es de los actores. Todos hacen un trabajo extraordinario, dan su mejor esfuerzo. Intentan transmitirnos ese cóctel molotov de sentimientos que nos quiere hacer sentir Malick. Pero a pesar de sus esfuerzos no lo consiguen.
Y es que se intenta hablar de muchas cosas.
Amor, odio, rabia, ira, poder, resentimiento, celos, autodestrucción, bondad, maldad y ternura.
Se intenta hablar de todo eso pero la historia no se sostiene por si misma.
Malick intenta hacer un muestrario de sentimientos y examinarlos con la lupa de un cirujano pero no logra penetrar debajo de la piel con su bisturí.
Vemos a los personajes abalanzarse hacia el vació, rozar los limites del éxtasis y la decadencia.
Pero nos falta un porque y un como. No sabemos exactamente porque sienten lo que sienten, porque son lo que son.
Y al final la película acaba por ser un producto meramente artificial. Como una de esas rosas de plástico que parecen desprender un perfume embriagador pero que una vez que te has acercado a ellas revelan su verdadera identidad.
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15 de 26 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
Cine de autor
No entiendo a los detractores de Malick. El director ha pasado por tres etapas en su carrera cinematográfica:

-Una primera, narrativa, en la cual la información se nos daba de la manera tradicional, esto es mediante diálogos, miradas, etc. Aquí pertenecerían filmes como "Malas tierras" o "Días del cielo".
-La segunda sería un híbrido entre la primera y la tercera. Tenemos una historia narrativa pero en la que empieza (o ya hay de manera considerable) una voz en off que sirve para mostrar los pensamientos y sentimientos de los principales protagonistas. "La delga línea roja", "El nuevo mundo" y "El árbol de la vida".
-En la tercera y última etapa la voz en off se impone a todo lo demás dejando de lado radicalmente el cine narrativo convencional. Aquí encontramos sus tres últimas películas: "To the wonder", "Knight of cups" y "Song to song".

Cuando digo que no entiendo a los detractores del último Malick (porque es habitual que se compare con el de su segunda etapa) es porque el proceso hasta encontrar su estilo depurado se ha dado poco a poco y de manera regular. Terrence volverá a dirigir otra película y su estilo volverá a ser el mismo: Una excelente fotografía con personajes atormentados lidiando con problemas de la talla de la búsqueda de la felicidad, las preocupaciones familiares, la búsqueda de la libertad, etc., mientras que esto se entrecruza con voces en off y pocos diálogos, así que no entiendo el reproche a éste, su último largometraje.
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8 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
AQUEL DíA EN EL QUE CANTASTE SOBRE LAS AGUAS
La capacidad de un cineasta no reside sólo en su mirada, sino en la experiencia global provocada en el espectador. Cuando asisto a los territorios de Terrence Malick, siento que mis sentidos se agudizan: necesito más tiempo para observar cada plano, necesito más tiempo para comprender sus palabras; para compartir sus diálogos, y fundirme con sus canciones. El tiempo se dilata y dejo de percibirlo tal y cómo es, si es que realmente existe un durante.

Me siento mecido en lugares de ensueño que parecen mucho más extensos, mientras me pierdo en mis propias experiencias vitales, sin dejar en ningún momento de sentirme hechizado, por las hiperrealistas situaciones que viven sus intérpretes. A veces puede ser un lugar, otras una mirada o un gesto; acompañadas por sentimientos y actitudes, que no pueden ser otra cosa que La Vida. La Vida, ese estado permanente de consciencia, que se adereza con la compañía de otras personas. Con el rozar de otra piel. Sintiendo que te deslizas, en una espiral de amores y desamores, casualidades y traiciones. Encuentros, desencuentros y muerte.

Malick nunca ha dirigido estrictamente a sus actores. Prefiere inocular estados de ánimo, y a partir de breves indicaciones dejar que el torrente de emociones empiece a fluir. No permite permeabilidad, y prefiere que las situaciones crucen cauces con distintos grados de profundidad. Y en esta ocasión más que nunca, decide arrullar yendo de canción en canción, mientras nos esboza con pinceladas largas el ascenso y la caída dentro de la industria musical. Una muy poco banal excusa, para seguir desnudando almas solitarias, en un permanente estado de soledad habitada. En el que conocer a alguien, lleva a otra persona, mientras que sin darte cuenta estás conociendo a la siguiente. En un juego de decisiones, que parecen seguir un extraño hilo invisible con destinos, muchas veces inexorables.

Un demiurgo que juega a su antojo con sus criaturas, permitiendo en ocasiones que escuchemos sus pensamientos. A veces lejanos, otras cercanos. Con abundancia de planos largos, minuciosamente planificados; cuidados hasta el último detalle. Cámara que parece captar lo más íntimo, y que provoca cierto reparo a mirar, por miedo a que podamos interferir dentro del relato. Todo en un mundo de incesantes cambios. Repleto de picos y miserias, en el que la sensación de espejo es inevitable. Malick no nos deja ver, nos exige Mirar. Más que nunca quiere que escuchemos y dejemos de oír. De productor a compositor, de cantante a oyente. Susurrando. Viajando de un escenario a otro, de concierto en concierto; boca con boca y a corazón abierto. Mimetizándome con canciones que palpitan, mientras acaricio tus mejillas.

Más allá del mundo entero, más allá del universo. Pasó una noche, pasó una mañana; la siguiente pista del reproductor había comenzado. Madre, Vida, Pareja y Caballero. Y bajo su sombrero tejano, parecía oírse sólo un “te quiero”.
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6 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
3
Minicrítica de Song to Song (2017)
“SONG TO SONG”

Año: 2017
Director: Terrence Malick
País: EEUU
Calificación: 3/10

Reconozco que ésta es la primera película que veo de Terrence Malick, acercándome a su figura con bastante curiosidad ya que el director estadounidense es, cuanto menos, una figura controvertida que no deja indiferente a nadie: o bien amas sus películas o bien las odias. Pues bien, tras el visionado de "Song to Song" parece más bien que voy a ser de los segundos. Y, además, me molesta soberanamente que con semejante reparto que ya quisiera para sí cualquier director, el resultado sea tan mejorable.

Lo que me molesta de "Song to Song" no es la forma en la que está grabada (de hecho, me suele gustar mucho el uso de grandes angulares, contrapicados o que parezca que la película está grabada de un modo bastante amateur cuando también hacen uso de estas técnicas directores como Xavier Dolan o Sean Baker) y la estética de videoclip en una película me encanta (soy de las pocas personas que conozco a las que SÍ que le gustó Spring Breakers). Lo que me molesta de "Song to Song" es que es una película carente de todo: ni guion, ni fotografía, ni trama ni buenas actuaciones de un reparto que no puede estar más desaprovechado.

Al guion le sobran unos cuantos puntos de intensidad, con una voz en off soltando frases que parecieran sacadas de una novela de Federico Moccia mientras se va desarrollando una ¿trama? que rara vez concuerda con el grado de intensidad casi kitsch que contienen los diálogos internos en off de los protagonistas.

Esto podría llegar a perdonarse si la fotografía de la película fuera espectacular, como por ejemplo sucede en las películas de Sorrentino, que carecen prácticamente de trama pero se compensa con un impacto visual brutal. Pero lo que sucede en "Song to Song" es que la búsqueda de la estética se convierte en el todo por el todo y en el leit motiv principal durante todo el metraje y encima sin conseguirlo. Unas horas después de ver la película no recuerdo ninguna imagen de ella que se me haya quedado especialmente grabada en la retina.

Por último, en cuanto al nivel de las actuaciones, "Song to Song" no es ni mucho menos la mejor actuación de ninguno de los cuatro protagonistas. Mención aparte merece una Rooney Mara totalmente anodina que no logra transmitir al espectador ninguna de las emociones que se supone que debería transmitir su personaje; ni erotismo, ni ese lado "salvaje", ni el espíritu aventurero, ni tristeza, ni melancolía. Nada.

Me ha gustado más como catálogo de arquitectura vanguardista que como película.
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5 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
3
Danzar sin parar
Me aburrió. Las actuaciones son convincentes con muy buenos actores y actrices, las tomas son interesantes y coloridas, incluso algunas tienen intensidad emocional, pero visualmente resulta vertiginosa mientras que la historia y lo que viven los personajes parece estancado en un culebrón extremadamente superficial. O sea, cerca de la mitad de la película consideré que no había más nada para ver. No la recomiendo.
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12 de 21 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
El vendedor de humo?
Terrence Malick me has vuelto a desconcertar. A pesar de tu capacidad para exasperar a la par que entusiasmar a tus más fieles seguidores, entre ellos yo, por favor intenta volver a conseguirlo como en tus primeras cinco películas porfi.
No se si viendo de nuevo estos dos últimos experimentos tuyos "Knight of cups" y la que nos ocupa ahora, recién vista y habiéndome sentido maravillado y estafado a partes iguales, podré volver a confiar en tu gran cine.
Porque dejas que los actores actúen a su libre albedrío? no ves que algunos están para asesinarlos, tal es el caso de Fassbender en esta película o de Ben Affleck en mi defendida "to the wonder", sin embargo otros se benefician de este asunto como Ryan Gosling tb en este film o Christian Bale en la soporífera "Knight of Cups"
No seas tan caprichoso con incorporar imágenes tan subyugantes, para que te apoderes de nuestras emociones, que nada tienen que ver con lo que nos cuentas.
En fin con todo y con eso, seguiré siendo fiel a tu cine.
Ahh se me olvidaba y gracias por las breves apariciones de Patti Smith, Red Hot Chili Peppers, Iggy Pop, John Lydon y Tegan & Sarah
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3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
2
Terrence, contrata a un guionista.
Lo pillo. A Malick le va el rollo filosófico, una de esas personas que siguen a rajatable ¨no digas, muestra¨.

Pero hace tiempo que no le cuadra. Sus películas comienzan a parecer más vídeos para promocionar festivales o lugares, que películas complejas.

Y es que aquí Malick, puede jugar a ser creador pero las cosas como son, no cuenta nada nuevo. Los personajes son previsibles, las imágenes no dicen nada y la historia va a tirones (o eso pensé yo cuando vi la relación de Fassbender con Portman).

El metraje pierde fuelle conforme pasa (como todo con Malick, uno empieza ilusionado y acaba cansado) y aunque los actores están perfectos, los personajes parecen condenados desde el principio (se ven los malos y los buenos demasiado pronto).

No sé si un guionista podría hacer que las películas de Terrence volviesen a ser lo que eran (La Delgada Línea Roja o El Nuevo Mundo son extraordinarias) pero creo que al menos le ayudarían a establecer mejor los conflictos o lo que quiere explicar. Si la película trata sobre la fama o los diferentes efectos que esta tiene en las personas, es preferible no divagar, porque al final, la gente se acaba perdiendo.

Si te gusta la música o eres fans de ir a los conciertos...puede que la película te anime con las imágenes. Es creo lo único que puedo matizar del largo en cuestión.
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3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
Una canción muy humana
Song to Song me ha dejado un buen sabor de boca. Al contrario de lo que opina gran parte de los usuarios y críticos profesionales, a mí no me ha parecido una película larga ni tediosa. ¿Un poco previsible? Pues sí. Pero igual la considero interesante. Me gusta el tratamiento de la imagen, el sonido... Cómo a través de la fotografía el director narra la historia.

La música es el contexto, y el drama el plato fuerte (romántico-personal).

Nos expone temas como la vulnerabilidad, el vacío existencial y la búsqueda de la felicidad, los cuales el personaje de Rooney Mara representa mejor, a mi parecer (también creo que es el que está mejor desarrollado de todos). Los de Gosling y Fassbender podrían estar mejor, y los secundarios pienso directamente que no aportan mucho a la historia.

Malick insinúa, pero no muestra. Como por ejemplo las escenas eróticas. Y cuenta más a través de monólogos en primera persona que en los propios diálogos. Algo que me parece también interesante y, porqué no, original.

En conclusión, considero este film un tanto experimental, que te conduce hacia lo más hondo del ser y te produce unos sentimientos y emociones reales.
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2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
5
Un collage vintage
Vida y música, amor y dolor, ambición y desilusión. Todos estos ingredientes se entrecruzan en mayor o en menor medida en esta huida hacia adelante de cuatro habitantes de Austin, Texas, que buscan progresar y cumplir sus sueños a toda costa.

Desde que hace casi 20 años Terrence Malick deslumbrase con la bélica La delgada línea roja, lleva dando tumbos, amasando con ambas manos la cal y dejando caer la arena a borbotones. Si no le fue suficiente con tener el dudoso honor de conseguir que muchos espectadores abandonasen la sala antes de pasar los primeros 15 minutos de la floja El árbol de la vida, en este nuevo largometraje no dejará a nadie indiferente y volverán a ondear de forma enérgica las banderas de sus detractores…la verdad que se lo ha vuelto a poner a huevo. Desperdicia imperdonablemente a los cuatro actores protagonistas y que cualquier otro director vendería su alma al diablo por tenerlos a sus órdenes. A saber: Michael Fassbender, Ryan Gosling, Rooney Mara y Natalie Portman. Esta película está compuesta por pinceladas deslavazadas, sin orden e inconexas, como una obra menor y trasnochada de alguien que tuvo un nombre importante en el mundo del arte y que ahora no vendería sus obras ni en el mercadillo de segunda mano de los domingos. Muchas imágenes lanzadas “al tun tún” para que el espectador, si es que aún sigue concentrado y atento, las ordene y monte su propia composición. Película de ritmo frenético y desordenado, lo que en el argot académico sería un brainstorming cinéfilo, pero que si eres capaz de subirte a su endiablado tren tiene muchos temas interesantes, muchos sentimientos contenidos, mucha soledad enlatada y muchas ambiciones frustradas. Tiene algo que te engancha, aunque sea difícil de explicar con argumentos fiables. Y sobre todo, una fuerza visual tan apabullante que ya sólo por eso merece la pena darle un voto de confianza…aunque sea un voto en blanco.

Sacapuntas de oro: Su innegable potencia visual y la fuerza de la música en directo. El magnífico reparto.

Sacapuntas de madera: Si no entras rápido en la historia corres el riesgo de desconectar y ponerte a rezar para que acabe pronto. Puede parecer un videoclip por el amontonamiento de las imágenes. Demasiado uso de los primeros planos, de planos desenfocados y de filmar cámara en mano…(cualquiera diría que es otra mala película de Xavier Dolan). Excesiva en metraje.

Nota: 4 Sacapuntas.
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6
Crítica de Song to Song por Cinemagavia
*Song to song es una película que prometía mucho

En esta ocasión, Song to song es una película que prometía mucho en su tráiler. Por desgracia, el tono e intensidad se diluyen como el agua. Ni la historia, ni los personajes ni su ambientación funciona. Y, sin embargo, se aprecia desde el principio el sello inconfundible de Terrence Malick. Por lo tanto, se trata de cine de autor. No solo porque el guion sea suyo, como suele ser en su filmografía. Su estrecha colaboración con Chivo Emmanuel Lubezki se hace patente con sus grandes angulares.

La cámara se mueve constantemente con la pretensión de separar la delgada línea entre el cuerpo y el alma. Porque este es el modo en que narra Malick, como si fuera un poemario intercalado con imágenes que representan las ideas. La función de los actores se limita al gesto, a las emociones, al movimiento. Y los pensamientos de los personajes se desvelan con voz en off.

Al público general no le incomoda ver a actores como Rooney Mara y Michael Fassbender en actitud jocosa o libidinosa. Más bien es la narración de Malick la que hace a los actores renunciar al drama, desvaneciéndose la ficción. A veces pretende ser tan realista con su enfoque documentalista de la imagen que provoca el efecto contrario. Y así es difícil conseguir que el espectador mantenga la atención. Se desentiende de una historia que se complica más de lo que es. Un cruce de relaciones entre artistas musicales y anónimos.

Ryan Gosling ya había experimentado con el musical en La la land (Damien Chazelle, 2016). En Song to song, sin embargo, prescinde del baile, el piano y la voz para verle tocar apenas los instrumentos. Incluso Michael Fassbender también había sido un músico incomprendido en la inclasificable Frank (Lenny Abrahamson, 2014). Aquí su personaje tiene otras dotes, mucho más ociosas.

*Vuelve a jugar a ser Dios

La música está de fondo, en un festival de Austin, Texas… Donde se celebran algunos de los más conocidos, como SXSW o Austin City Limits. Allí coinciden artistas como Iggy Pop, Val Kilmer, algunos miembros de RHCP o Patti Smith. Esta última con unas líneas trascendentales para el devenir de Faye, el personaje de Rooney Mara. El cuarto protagonista es la novia camarera del productor Cook, Natalie Portman. El prestigio de Malick permite que grandes estrellas del cine sigan deseando trabajar con él. Y siempre dispuestos a darle total libertad escénica para encajar sus actuaciones en plano. La ciudad de Austin también es protagonista. De su área metropolitana en coche a sus parques naturales, pasando por las alturas de los rascacielos desde una suite.

En Song to song, Terrence Malick, fiel a su estilo, vuelve a jugar a ser Dios. Pero esta vez lo hace de forma banal. Decide adentrarse en el mundillo de la industria musical para presentar unos personajes que disfrutan del placer. Y, claro, a ojos de un buen cristiano como Malick no parece que esté bien visto. De modo que les plantea el dilema del amor o la profesión. No olvidemos que el tímido de Malick estudió Filosofía en su juventud. Por lo que su obra siempre ha tenido un componente muy racional sobre las ideas más emocionales. Así que intenta demostrar que el ser humano siempre toma una elección en la vida. Y en este caso muestra las elecciones de Faye y el resto. Con una puesta en escena que permite soñar a cualquiera con hacer cine de cualquier manera. Lo que importa es que tengas algo que decir.

*Con Song to song permanece su visión opuesta

Terrence Malick hace ya mucho tiempo que no comulga con los cánones de la cinefilia contemporánea. Tardó veinte años en volver a dirigir una película, de Días del cielo (1978) a La delgada línea roja (1998). Y, si en su juventud fue aclamado por la crítica, a su regreso fue elevado al olimpo de los más grandes. Sin embargo, cada nueva obra que ha estrenado desde entonces solo ha conseguido dividir a la crítica. Por no hablar del público, cada vez más minoritario. Esta última década ha sido la más prolífica del director y, por el contrario, la más floja. Comenzó con entusiasmo con la espectacular El árbol de la vida (2011). Recibir la Palma de Oro en Venecia impulsó su comercialización y el público acudió en masa a verla. No obstante, la mayoría no fue bien informada y se levantó a mitad de metraje de su butaca.

Su prestigio, quedando en entredicho, no le ha impedido seguir filmando, entre documental y ficción, hasta seis largometrajes más. Con Song to song permanece su visión opuesta entre la belleza de la naturaleza y el pecado humano. Es un hombre de fuertes convicciones cristianas, y lo hace presente en cada una de sus obras. Una de las razones por las que determinado sector de la crítica pone en duda su trabajo. El amor, el paso del tiempo o la propia existencia humana son cuestiones que plantea de nuevo. Esta vez confrontándolos con la debilidad del ser. Poniendo en evidencia la obsesión del artista por conseguir el éxito a costa de quienes le ayudan en ese viaje. Y mostrando que no hay nada más fuerte que el deseo de amar.

*Conclusión

Hay que ser justos en la vida. Y Terrence Malick es sincero. Lo que muestra en Song to song es algo visto ya, por la trama en sí y por el estilo del director. En resumen, podría decirse que es un festival de besos con melodía en mitad del territorio cowboy. Pero no defrauda a sus seguidores. Si bien Malick ha perdido algo de frescura en los últimos años. Por eso solo puede acogerse al fabuloso elenco que forma esta película para llamar la atención de un público desconocido. En definitiva, un trabajo soportable para quienes lo conocen.

Escrito por Carlos Vera
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4
La música no amansa a la fiera
Hermana espiritual de Knight of Cups, Song to Song es otra cinta experimental de Terrence Malick, rodada cámara en mano, con unos planos extraños, como si el director estuviera filmando la boda de su prima. Aquí quizás hay algo más de argumento, y regarlo todo de música siempre ayuda, pero la sensación es la misma que deja Knight of Cups: no nos están contando nada, absolutamente nada. Se sostiene la función por Natalie Portman, Michael Fassbender, Ryan Gosling, Cate Blanchett, Rooney Mara o Val Kilmer, pero poco más hay que rascar.
Quizás a los fans de Malick, cuya mejor película para quien esto firma sigue siendo la primera, Malas tierras, les convenza más, pero para los demás está complicada la cosa.
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