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116 Críticas de los usuarios

Críticas de los usuarios:
7
Pueblo chico, Infierno grande
“El Ciudadano Ilustre” es la cuarta película realizada por la dupla Cohn-Duprat y, como sus anteriores trabajos, es una buena recomendación de cine argentino.

En la cinta, se cuenta la historia del Premio Nobel de Literatura Daniel Mantovani, un escritor nacido en un pequeño pueblo rural de Argentina, llamado Salas, del cual huyó hace más de 40 años para radicarse en Europa, sin haber vuelto jamás a pisar su país natal. Sin embargo, esto cambia cuando, sumergido en una crisis existencial, acepta una invitación desde Salas para ser nombrado “Ciudadano Ilustre”. Su regreso no irá tan bien como lo esperado y la expresión “Nadie es profeta en su tierra” se hará presente.

Como en “El Hombre de Al Lado”, la idea principal de la película es mostrar la incompatibilidad, la repugnancia que resulta del choque entre los opuestos. En la cinta del 2010, a partir de dos vecinos en disputa por una medianera, se trataban las diferencias de clases sociales. En esta oportunidad, vemos el contraste de dos culturas totalmente distintas. El exitoso intelectual del primer mundo se encontrará con un pueblo (exageradamente) del interior, atrasado en el tiempo, cuyos habitantes pasarán de recibirlo como un héroe a considerarlo el enemigo público N°1. Envidia, intolerancia y odio hacia Mantovani y su obra aflorarán, junto con acusaciones de traición e hipocresía, y todo irá en un “in crescendo” de violencia.

Oscar Martínez hace un trabajo formidable, entonando monólogos que son todo un goce y construyendo un personaje poco carismático, ambiguo y lleno de contradicciones. Bien merecida tiene la Copa Volpi recibida en Venecia. El resto del reparto también cumple en los papeles secundarios (un tanto estereotipados), aportando mucho a la ambientación de Salas. Mención aparte para Dady Brieva, cuya interpretación es responsable de los principales gags y resulta muy creíble en el plano psicópata.

La historia se halla dividida en capítulos no de forma gratuita, lo cual se agradece, y el guión, sin tener un nudo o conflicto específico que resolver, aporta una tensión constante que mantiene al espectador expectante a los hechos hasta el final del metraje; que si bien posee momentos en que el ritmo baja, estos son pocos. El humor es efectivo, sobre todo en la primera parte de la película, pero se vuelve algo básico y repetitivo en ocasiones.

En conclusión, otro paso en firme por parte de los directores Mariano Cohn y Gastón Duprat, de los principales a tener en cuenta dentro del cine argentino, y una película con grandes actuaciones que se disfruta mucho y suscita la charla tras su visionado.
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127 de 140 usuarios han encontrado esta crítica útil
10
Voy a explicar brevemente porque el 10
-Si nunca fuiste a un pueblo argentino, puede que la película no te parezca tan genial (aunque conozcas pueblos de otros países).

-Si no sos de los que aman observar las conductas humanas, puede ser que la película no te parezca tan genial.

-Si no te gusta el humor costumbrista, puede que la película no te parezca tan genial.

Si te gusta el cine en general, la película te va a gustar porque de por si es buena. Pero si te sentís identificado con los tres ítems que escribí arriba, la película te va a parecer genial como a mi.
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115 de 159 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
Volver..
Daniel Mantovani a los 20 años, escapó de un pequeño pueblo, tal vez presentía que si se quedaba moriría de asfixia. Nunca volviò, ni para el entierro de su padre. Se fué sin que lo echaran, huyó para crecer, de un lugar donde no podría hacerlo, y paradójicamente su obra y sus personajes giran alrededor de sus vivencias en la infancia y adolescencia construyendo la base de su obra literaria premiada en Suecia.
Hombre reservado y de pocas palabras, se da el lujo de ir a recibir un premio Nobel y endilgarles en la cara a los patrocinadores del premio que "lo estàn usando", y luego se autoincrimina como principal responsable, quedando más o menos bien parado..o algo así. No sigue el protocolo (en la historia de este premio algunos otros tampoco lo hicieron) y a mi modo de ver tuvo suerte de que los suecos no le sacaran el premio de la mano y los casi 800.000 Euros que lo constituyen. Un hombre un poco particular..
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64 de 74 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
La laguna evaporada
¿Qué es cultura y de qué sirve? ¿Para qué o para quién escribe un escritor? ¿Para escapar de una cárcel sin muros ni barrotes? ¿O para refugiarse en la imaginación y crear un edén ficticio? ¿Acaso manda mensajes cifrados a todos los que dejó atrás o quizás lanza avisos en clave – como un náufrago atorado – escondidos en botellas de colores para que los encuentren y le rescaten? Este filme argentino no ofrece respuestas, sino que plantea una situación a caballo entre el esperpento, la tragicomedia costumbrista y el desencanto. No dictamina, sino que se contenta con arrojar una multitud de interrogantes mientras ofrece un retablo áspero y nada alentador de la sociedad que habitamos, ahíta de bullicio e hipocresía, cegada por los ajustes de cuentas y los desengaños, atiborrada de fantoches y embaucadores.

Hay regresos imposibles. Es utópico creer que podemos retornar de donde nos fuimos porque volver no es sólo regresar a un terruño, ya que nos olvidamos que el paso del tiempo es un barniz corrosivo que se escapa a nuestro albedrío y lo cambia todo, aunque el paisaje permanezca inalterable, las casas conserven sus desconchados y la gente simule ser la misma, pero nunca hay vuelta atrás porque no podemos desandar el decurso de los años que corroe a las personas y altera las sustancias. Sólo podemos volver a nuestro recuerdo que permanece inalterado o congelado, pero los andurriales – como los individuos – mudan de piel sin por ello cambiar, en apariencia, ni lo más mínimo. Todo deviene en un simulacro, se vuelve un engaño consentido.

La amargura y la desilusión campan a sus anchas, pero se ven atemperadas por el humor, la compasión y la ironía. El sarcasmo es al bálsamo reparador que hace habitable un pueblo espectral del que sólo cabe la huida para sobrevivir. Si no caeríamos presos del abatimiento o la depresión, del horror o de la angustia. Marcharse es la única forma de conservar para siempre inalterado un laboratorio fértil del que servirse para los experimentos narrativos o las divagaciones lingüísticas, es la paradójica dádiva fértil de una tierra baldía donde sólo germina el resentimiento o la fuga. Egregio despropósito querer regresar al calabozo de las desdichas y salir indemne. Las heridas no son sólo las del cuerpo y las cadenas anegan las charcas de la desmemoria que amenazan con asfixiar el ánimo.

Con un estilo visual seco y elocuente (casi documental), con unos diálogos afilados y cerriles – así como con la memorable interpretación de Óscar Martínez – se consigue el milagro de dotar de vida un relato plagado de espectros y desguaces. La realidad produce monstruos.
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41 de 44 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
UN FILM QUE DEBE SER VISTO COMO UNA INSTALACIÓN
Su lanzamiento pareciera arrancar (al menos en Argentina) con un nuevo enfoque en la presentación de un producto cinematográfico, en donde se propone una ficción en la que se mezcla de manera endemoniada al actor principal con el propio personaje, supuesto escritor del mismísimo libro en el que se detallan las características de propio guión que constituye la historia.
Crear un personaje ficticio para intentar confundir al público con su posible existencia no es un hecho nuevo: todo el arte es creación de elementos desde la mente del artista. Así como la corporización de Dios o Adán en los murales de la Capilla Sixtina es mera imaginación de Miguel Angel, pero igual conmueve; los autores siempre han intentado dar vida a grandes inexistentes, se llamen Madame Bovary o Dorian Gray.
Hubo autores que dejaron atrás sus propias identidades para dar vida a escritores que nunca existieron. Como fue el caso del Bustos Domecq de Borges y Bioy Casares, o la inexistencia real de los escritores portugueses Bernardo Soares, Alberto Caeiro, Álvaro de Campos, y Ricardo Reis, elogiados y a la vez criticados entre sí por el verdadero inventor de ellos: Fernando Pessoa.
Aquí se crea un personaje absolutamente ficticio, involucrado en cuestiones también de ficción, como que haya él sí recibido el Premio Nobel que reiteradamente le fue negado a su compatriota Borges.
¿Puede la ficción distorsionar hasta tal punto la realidad? Cuando se lo hace ¿es más un juego que arte? Me vienen a la memoria las travesuras con la historia del Zelig de Woody Allen o los Gloriosos Bastardos deTarantino.
Andrés Duprat, el actual director del Museo de Bellas Artes en Buenos Aires, arquitecto y experimentado curador de arte, es también el guionista de cine que acompaña a su hermano con su socio Cohn en la interesante carrera audiovisual. Pergeñaron años atrás los distintos ciclos de la serie televisiva “Televisión abierta”, un engendro entre kitsch y bizarro que ha hecho las delicias de toda una generación, y crearon la dinámica chisporroteante del canal Ciudad Abierta.
Así como los “happenings” y las “instalaciones” recrearon unas décadas atrás la concepción de las artes plásticas algo más inactivas, estos tres artistas se han propuesto ahora que el cine trascienda el mero hecho de ser una proyección a secas. Y pasar así a ser una conjunción de actos creativos, conjugados en una unidad de percepción múltiple y activa.
Leer el libro o ver la película, ¿son opciones? ¿La entrega de los Premios Nóbel es una realidad más concreta de la que se filma o la idea que se plasma en su relato desde supuestos testigos? ¿La obra creada con personajes actuados es más o menos posible que los acontecimientos que se cuentan en cualquier historia? ¿El hecho creativo deja de ser ficción cuando se lo corporiza?
Como cualquier otro mito, una historia instalada como tal suele ser más fuerte que la historia original que le dio sentido. Y muchas veces es más verdadera desde el relato, que lo que sucede en el día a día. Al menos, suele ser más permanente. ¿No es un argumento de validez?
El texto de Duprat (o del trío, nadie termina de asegurarlo) abunda en guiños sobre la propia naturaleza de la creación, válidos para descifrar –o tal vez comenzar a hacerlo- sobre la intención de esta propia obra.
El principal problema del film, es común a casi toda obra cinematográfica: está obligada a ceñirse a un tiempo limitado, que permita al espectador no sentirse abrumado de estar inmóvil mucho tiempo frente a una pantalla. Un tabú comercial que concluyó con la actual fortaleza que hoy tiene el streaming ya que cientos de personas pasan horas y horas para ver temporadas de 12 o 13 horas de sus series favoritas.
Y dado que gracias a internet, hoy se puede conocer todo el espectro de la crítica cinematográfica de un saque, invito a los lectores a hacerlo.
Antes que nada, quiero que conozcan mi posición frente a la crítica periodística, teniendo en cuenta la curiosidad de que yo mismo la he practicado en algún momento de mi labor. La crítica es –apenas- una opinión arbitraria y bien solitaria de alguien que, con algún bagaje técnico y cierta experiencia trata de orientar sobre lo que presenció.
Pero la obra de arte siempre está ahí, en general para ser apreciada, degustada o vivida. La tarea del crítico es sólo brindar una expresión personal a través de sus prejuicios, paradigmas y muchas veces la peor parte de su yo: fobias, obsesiones y visión distorsionada. También apenas.
Yo pienso que pocos críticos entendieron lo que es y lo que pasa con esta nueva experiencia.
“El ciudadano ilustre” es una creación fantasiosa de Daniel Mantovani, que poco tiene que ver con que sea o no ilustración de un caso vivido por él. Hace cuarenta años que dejó su tierra, y sólo le queda imaginarse todo. Intenta explicarlo en una conferencia de prensa, repleta de críticos que le hacen preguntas que lo exceden.
Estamos frente a una verdadera “instalación”, revestida con cierto aire oculto de ser un film o un relato escrito. Y si nos basamos en la obra completa del trío, no hay que leerla como una secuencia de escenas costumbristas, sino como una verdadera madeja que apela más al surrealismo que al naturalismo.
Pero la mayoría de los críticos argentinos siguen creyendo – los verdaderos y los de la ficción- que la historia es una obra costumbrista más. Habría que recordarles que la ficción es ficción, y un film es un film (http://www.todaslascriticas.com.ar/pelicula/el-ciudadano-ilustre).
Y hablando de limitaciones, este comentario era más largo, pero debió ceñirse a ¡6000 caracteres!
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45 de 57 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
Entre el ego y la sencillez disfrazada
Muy buen film basado especialmente en la gran actuación de Oscar Martinez y en el excelente trabajo de todos los actores de reparto. La composición del protagonista, de ese ser egocéntrico y ácido, es perfecta. La pintura sobre un pueblo pequeño, del interior, de campo, es impresionantemente real en actitudes, modos y ticks de sus habitantes. La linea fina entre una supuesta admiración y la envidia, esta perfectamente tallada. La historia, dos horas apasionantes que no decaen, aunque baje el ritmo en algunos pasajes. Hay que verla.
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34 de 41 usuarios han encontrado esta crítica útil
9
Comedia negra... negrísima.
«Creo que hice una única cosa en mi vida… escapar de Salas... mis personajes nunca pudieron salir y yo nunca pude volver», dice Daniel Mantovani, antes de volver a su pueblo natal (Salas) después de cuarenta años y luego de salir otra vez del mismo, ante la concurrencia que asiste al lanzamiento de su nueva novela, que se divide en cinco capítulos al igual que esta película. Las palabras de este argentino recientemente galardonado con el Nobel de literatura encierran una profunda contradicción: se ha convertido en el protagonista de su novela (en un acto de extremo egocentrismo) y justamente (como escritor y personaje) a duras penas ha logrado escapar con vida de su pueblo y definitivamente nunca más podrá volver.

Lo anterior evidencia un perfecto guion circular, al que se agregarán buenas actuaciones donde cada personaje se incorpora hábilmente a la trama.
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31 de 35 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
Los premios
En un momento dado habla de Kafka, de su estilo simple, de sus frases sencillas (yo, si mal no recuerdo, diría que no tanto, sí pero no, es decir, no utiliza(ba) adjetivos sorprendentes ni giros barrocos o un vocabulario muy extenso, pero es una prosa alambicada, reflexiva, de muchas frases largas y párrafos interminables y apretujados, con una lógica retorcida de una manera casi judicial) como modo más directo, sincero y eficaz de resultar perturbador.
Al principio, cuando recoge el premio, en su discurso comenta que se ha vuelto cómodo para el poder y que un escritor debería ser lo contrario, incómodo por naturaleza, revulsivo, hiriente si de verdad es un creador y no un mero florero que las instituciones ponen para decorar los salones (es decir, la práctica totalidad).
A la mitad de la historia, una mujer le pregunta (o reclama) por qué no escribe "cosas lindas" (el lugar común que asocia lo lindo con la mentira consoladora, con la evasión narcótica. Cuando muchas veces es justo al revés, lo más lindo es lo más desgarrador, claro, si está bien expresado ese dolor y no es mero histrión bobo y espectáculo vacuo).
Bueno, pues podemos tomar estas cuestiones para hablar de esta difícil película. Sería un buen modo de intentar entenderla ya que su apariencia de sencilla comedia satírica confunde o simplifica su fondo esquinado, vidrioso, complejo.
Por partes:
- Estilo sencillo o no. Sí, lo es. En primer término. Pero si te fijas, ves que no tanto. Porque da bandazos y se mueve a fuerza de contradicciones. Comienza como retrato del típico intelectual ególatra y muy inteligente que está harto del mundo y pasea su asco allá por donde va. Solitario, maniático y ridículo. Parece terreno de comedia conocida. Con ciertos toques de drama moral. Al correr de los minutos gira hacia el sarcasmo suave y la sátira más o menos amable. Después, hacia la rotunda crítica moral de las costumbres, de la ignorancia y la brutalidad, el tono se ha agriado y oscurecido. Para un final sombrío, irónico y metaficcional. Más o menos.
- Cómodo/Incómodo. Es fácil de ver, toca temas transitados, la fotografía, la narración, las interpretaciones, todos los ingredientes en juego parten de un costumbrismo caricaturesco "agradable" ("terrible palabra"), lugar seguro para el espectador. Pero esa calma chicha no dura mucho. La condescendencia simpática o el tópico más o menos sobado desaparecen para dejar espacio a una denuncia cruda, casi a un esperpento moral. De la pesadilla cómica al horror posible. De los abrazos y besos a la violencia como banalidad. Casi no lo notaste, pero el cambio no por gradual dejó de ser menos brusco en su aspecto más ético.
- Cosas lindas o feas. Se habla mucho, aunque quizás no lo parezca tanto, de lo que supone escribir o crear. Y este es uno de los puntos claves que se relaciona con otros de parecida importancia y dificultad. ¿El artista debe ser buena persona? ¿El artista, para mejorar el mundo, debe decir cosas buenas? No y No. Eso responde convencido el protagonista. La obra literaria debe ser autónoma y libre. Y, al contrario que políticos y otros sinvergüenzas, debe contar las cosas como son, sin miedo ni disimulos, lejos de la mentira oficial que se esparce/vende/propaganda mediante cada día. El compromiso supone riesgo, sinceridad, crítica, no cobardía, trampa o más oscuridad, ni mucho menos masajeo ni apuntarse en cada momento a la moda que dicta del poder ese rato. La literatura debe servir de espejo, no como panfleto o manual de ciudadanía, para que el lector, a través de los personajes, entienda, asimile de forma indirecta, absorba los valores o sus contrarios encarnados en seres de ficción contradictorios de tal forma que pueda desarrollar sospecha, capacidad analítica y un mínimo de interés por el mundo para así salir de su minucia personal tan irrelevante y burda o intercambiable.
Y otra pregunta. ¿Importa que el autor haya vivido lo que narra? Tampoco, eso es lo de menos, morralla, pienso de chismosos. Lo que cuenta es la verosimilitud de la ficción, su lógica interna, no la trivial vida del autor.
Es muchas cosas esta película, pero una de las más llamativas, y supongo que polémicas y discutidas, consiste en la denuncia, a través de una parodia muy ácida, de la Argentina pueblerina llena de cazurros, caciques y estupidez.
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26 de 29 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
Bravo Oscar Martínez!
Me encantó y ya queda entre mis favoritas del cine argentino.
Por qué? Tenemos un guión muy bueno (introducción, nudo, desenlace). Diálogos con contenido real, guiños a la literatura, situaciones que nos hacen pensar. En resúmen: una película de verdad, creíble, de las que se pueden recomendar sin lugar a dudas.
Perfectamente narrada, el espectador comprende lo que allí ocurre sin necesidad de segundas y terceras miradas.

Excelentes actuaciones de Oscar Martínez y Dady Brieva. El resto de papeles también destaca, enmarca y eleva la actuación de los protagonistas. El pequeño pueblo, con sus calles, casitas y habitantes, es en sí mismo una fotografía de la realidad tan opuesta al actor principal.

Al verla te invade esa sensación de que hay algo entre el protagonista y el pueblo que nunca termina de cerrar. Esa desazón de alguien que ya es otro, en un lugar cercano a sus afectos, pero a la vez lejano a sus ideas.

Por momentos causan gracia tantas situaciones de falta de afinidad entre Daniel Mantovani y los personajes de su pueblo natal. Son ellas las que han sido plasmadas a la perfección por los directores, las que dan sustento al film.

Martínez ha compuesto su personaje de una forma que a mí me ha transmitido mucho (sus palabras, sus gestos), y quiero felicitarlo en ésta humilde crítica. La película tiene su sello personal.

Lo que menos me ha gustado es el final, demasiado abrupto para el ritmo que lleva la película.
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20 de 22 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
Los laberintos del arte
Una historia muy bien narrada, sin fisuras en el guión, con brillantes actuaciones y con una trama que atrapa de principio a fin. El público argentino probablemente encuentre mayor cantidad de guiños en el sarcasmo de los diálogos y de las distintas situaciones que hacen a su desarrollo ya que la ambientación del clásico microclima pueblerino de la pampa húmeda –y de sus personajes- es perfecto, por lo que en algún punto el costumbrismo se impone por sobre lo universal. De todas maneras el director se las arreglo para plasmar con eficacia una muy buena historia a partir del retorno de un premio Nobel de literatura a su pueblo natal, pero también es interesante como logra dejar al espectador sensible a las cuestiones del arte y de la cultura con algunas buenas preguntas para trabajar en casa.
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18 de 19 usuarios han encontrado esta crítica útil
9
Maravillosa
Creo que puedo decir, sin temor a soltar un exabrupto, que estamos ante uno de los grandes actores latinos de nuestra época. Se que se trata de un grande en Argentina, pero yo no tuve la suerte de conocerlo hasta hace poco. Oscar Martínez me deslumbró con su interpretación de Mauricio en Relatos Salvajes. Confirmó mis sospechas en su inconmensurable papel de Comisario en Capitán Kóblic. Y con este papel de Daniel Mantovani, Nobel de Literatura, me reafirmo en que estamos ante un coloso de la interpretación.
La película nos muestra a un apesadumbrado, a la par que condecorado, escritor de renombre, de alguna manera pasivo, hastiado y desencantado ante los reconocimientos y éxitos internacionales. Hasta que recibe la llamada de su pueblo natal, Salas, escenario e inspiración de todas sus premiadas y laureadas novelas, para ser nombrado ciudadano ilustre.
Villa de provincia, la cual Mantovani no ha pisado desde que la abandonó hace cuarenta años, Salas es una población estancada en el tiempo que, recibiendo la visita de su mas excelso paisano, reacciona con un entusiasmo desmedido.
Aturdido ante la avalancha de emociones inmediatas, el ilustre visitante ira vislumbrando los entresijos de una sociedad que oscila entre la veneración más pueril y desenfocada y el rencor mas sórdido y mísero hacia quien emigró en busca del éxito y lo consiguió.
A mi me transportó a ese pueblo encapsulado en mitad de la nada, haciéndome partícipe de una historia que navega entre la comedia, el drama y lo más recóndito de una población profunda e inquietante.
Creo que, aunque se trate de Argentina, podemos extrapolar Salas a cualquier punto de la geografía española, donde se reproducirían las costumbres y los hábitos con milimétrica exactitud.
Excelsa radiografía del ser humano.
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15 de 16 usuarios han encontrado esta crítica útil
6
JOLINES, NOS HEMOS QUEDADO SIN COMODINES.
Se califica como comedia, y al mismo tiempo drama. Yo no he visto la comedia, aunque sí una desdibujada sátira sobre como nos enfrentamos a una misma situación, manejándola cada uno según nuestros intereses.

La historia se presenta con un hilo argumental perfectamente definido en su ejecución, pero en escenas independientes, que podrían incluso situarse en su mayoría, aleatoriamente a lo largo de la película y no apreciaríamos ninguna diferencia . Y esto no es una crítica negativa, lo destaco, simplemente, como algo que me ha sorprendido.

Una actuación correcta de Óscar Martinez, pero bajo mi punto de vista, nada destacable como para ser merecedora de elogios y premios.

Mi valoración un 6
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17 de 22 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
La película ilustre.
Una comedia dramática de humor acido, que gracias a un ágil guión se torna entretenida, aunque tenga sus breves baches. Ingenioso el hecho de separar la historia en capítulos, como si fuera un libro que cobra vida con imagines y sonidos. El premio Copa Volpi ganado por Oscar Martínez en el Festival Internacional de Venecia es más que justo. Martínez se carga a sus espaldas absolutamente el film, y nos hace pensar que con otro actor el resultado seria muy distinto. Una actuación excelente. Dady Brieva y Andrea Frigerio también lo acompañan muy bien.
Es muy lindo salir del cine con la satisfacción de a ver visto una muy buena película.
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14 de 18 usuarios han encontrado esta crítica útil
9
Gran guión
La he podido ver en la Seminci y me ha encantado.
Navega entre la comedia y el drama, con un guion sólido nos retrata de forma detallada la vida de un pueblo de provincias argentino.
Todo ello sacándote la sonrisa y haciéndote pensar sobre el chovinismo nacional y sobre la cultura. El discurso sobre la cultura que da el escritor es soberbio, lo mismo que el que da al recoger el novel.
El guionista, junto a los dos directores dibujan unas caricaturas de los personajes dignos del mejor Azcona y por momentos hasta de Buñuel, mostrando así esa capa de los seres humanos donde surge la envidia y el complejo de inferioridad.
Gran interpretación de Oscar Martínez.
En la rueda de prensa de la Seminci, Nora Navas dijo que al leer el guion se sintió "riendo y horrorizada a la vez, del ser humano".
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12 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
Muy buena
Independientemente de la calidad de la película (actuación de martinez: 10 puntos; dirección: buena; actuaciones secundarias regulares/buenas) que hacen a la puntuación de la película (y de cualquier película), hay un elemento que seguramente divida a quienes vean la película (que posiblemente fuera de Argentina pocos puedan entender) y que hace a una gran parte de la puntuación: una crítica cruda a la mediocridad, al paternalismo, y a distintas costumbres y formas de la política argentina de los últimos 100 años. Por esto último la pelicula se sube al podio de mejores películas argentinas de la década.
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11 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
9
LA FICCIÓN DENTRO DE LA REALIDAD.
Esta película, no es realmente una comedia, tiene sus partes de humor ácido, pero no tanto. El personaje central, Daniel Mantovani, interpretado por Oscar Martínez, es una delicia, lleno de contradicciones, se coloca el filme a sus espaldas. El lugar y los personajes, existen verdaderamente en el interior de los países latinoamericanos, los frikis, el machismo desmesurado, el costumbrismo. Todo el ambiente que se muestra en el filme, es verdadero, aunque la historia sea pura ficción. A medida que se desarrolla se va tornando oscura y cínica, yo diría incómoda. Puede suceder cualquier cosa!!!! Recomendable. Le doy 9-
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10 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
El ciudadano ilustre- Retorno al génesis
Invitado por la distribuidora del filme, A contracorriente Films, el día 5 de octubre acudí de buen gusto a los Cines Verdi de Madrid al preestreno de la película argentina El ciudadano ilustre, dirigida por Mariano Cohn y Gastón Duprat. Si bien un filme anterior suyo, la comedia negra El hombre de al lado, me satisfizo con moderación, su nueva obra superó mis expectativas y me dejó con un buen sabor de boca. Una comedia que, aunque abrace la sátira ácida, también toca registros dramáticos críticos y muy acertados, y tan sólo una puesta en escena visualmente mediocre reduce los enteros de un producto fino y devastador.
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12 de 17 usuarios han encontrado esta crítica útil
6
El lugar donde sus personajes no pudieron salir y el no pudo volver!!!
Agil e interesante fresco sobre algunas aristas del mundillo literario.Es entretenida,mucho mejor la primer parte.En la segunda se dan algunas escenas que rozan el mal gusto y grotesco.
Muy buena actuacion de Oscar Martinez revelandose ante el establishment y buscando reencontrar el sentido de la vida.Lo intenta regresando a su pueblo luego de casi 40 años.
No es muy buena pero te deja pensando y no es poco decir.
Muy buen casting en busca de personajes estereotipados.
Segun mi compañera, Daniel Mantovani espera enconntrar en Salas vivencias que ayuden a destrabar su bloqueo literario.
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10 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
9
El tiempo pasado, no siempre fue mejor
Acida y demoledora película, ya desde su arranque, con el discurso que da en la ceremonia del nobel, se intuyen las criticas veladas y no tan veladas al mundo de la cultura y la literatura, el protagonista que decide, volver a su pueblo de la Argentina profunda de donde huyo despavorido en busca de un sueño, ahora borracho de éxito decide volver, pero lo que nos pasa a los seres humanos las cosa no son como uno las recuerda, solo una interpretación entre otras muchas.El protagonista Ocar Martinez esta soberbio en su papel, sobre todo cuando al principio de la película refleja el vacio existencial que da el éxito absoluto, es un mito viviente, que vive en una bonita casa, con una secretaria super eficiente, pero se le ve que eso en el fondo no le satisface, por eso vuelve a su pueblo, a recupera la ilusión perdida.Muy divertido el microcosmos del pueblo, la cutrez y sencillez de todo, los habitantes que ven a su cuidadano ilustre, como un marciano, otros como un ególatra que ha triunfado a base de criticar con eufemismos al pueblo,otros como un genio y otros como un rival, como su amigo de juventud que al final se caso con su novia de juventud, aquí se muestra la disyuntivas importante del film, entre una vida familiar(supuestamente idílica) y el éxito acompañado por la soledad. En resumen una buena película con multiples lecturas y un final ambiguo y divertido.
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8 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
“No serás profeta en tu tierra”
Sabio y certero refrán, está escrito en la memoria colectiva. Con la escusa de la vuelta a su pueblo natal de un escritor laureado con el Nobel en busca de sus recuerdos de infancia, además de confraternizar con sus paisanos, recibir y agradecer la medalla que alude el título del film, los creadores de esta película profundizan sobre la naturaleza humana, una comedia dramática sobre la estulticia, su banalidad, la envidia malsana, el resentimiento de la mediocridad, el odio visceral al triunfador y la mezquindad más deplorable. Refleja en cierto modo la idiosincrasia de un pequeño pueblo que por supuesto, sería injusto extenderlo a un país, es tan negro el retrato social lleno de cretinos miserables y oportunistas que sus creadores debían haber sido algo menos radicales con el paisaje humano.

Por todos es conocido el periodo brillante que atraviesa el cine argentino, los aficionados podemos recordar un puñado de películas que han triunfado en todo el mundo. Esta me parece de las mejores del pasado año, por su profundidad analítica, su vigor narrativo que va creciendo y sorprendiéndonos a medida que avanza su trama. La película basa toda su fuerza moral en el personaje de Daniel Mantovani, un tipo de principios pese a sus debilidades acomodaticias y opiniones discutibles, sus reflexiones sobre la cultura (estoy de acuerdo en que no debe tutelarse ni politizarla cuando es subvencionada), la vanidad, el egocentrismo de un escritor y la relativa subjetividad de la verdad, plantea serias digresiones que invitan a reflexionar al espectador, que en todo momento se le trata como un adulto capaz de pensar por él mismo sobre lo que plantea el film.

Tras un discurso desconcertante para los académicos suecos cuya estupidez está suficientemente demostrada en sus últimos galardones, algunos de ellos incomprensibles, nuestro protagonista deja bien claro su opinión sobre los premios en el ámbito cultural, especialmente la literatura. Mantovani regresa a Salas para ser honrado y dar unas charlas con estatua incluida, ver su antigua novia y amigos de infancia. Asistimos a un retrato coral costumbrista que nos va demostrando cómo son en realidad cada uno tras el agasajo inicial, la hipocresía, el arribismo y la manipulación política dentro de las vicisitudes del escritor que al menos le servirá para sumar nuevas experiencias vitales. Gracias por leer un puñado de apuntes para la reflexión, sugeridas en todo caso por este notable film.
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7 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
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