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24 Críticas de los usuarios

Críticas de los usuarios:
5
BASTARDO ROMÁNTICO, ENAMORADOR, PÍCARO Y SIMPÁTICO
Si dicen que Albert Finney se aburrió con esta película, no fue el único, yo también me aburrí como espectador; no toda la cinta es aburrida, hasta al menos la mitad es bastante interesante y con encanto, pero a partir de ahí decae como si fuera cuesta abajo. No obstante, mis respetos por este film que en gran medida parece como la premonición de la película "Barry Lyndon" doce años más tarde, hasta incluso en el parecido físico del mismísimo actor principal.

Fue una exageración que esta filmación obtuviese 4 oscar, pues sólo da la talla de película simpática y aceptable, sin embargo sobre gustos a veces ocurren cosas de este tipo.

Fej Delvahe
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29 de 34 usuarios han encontrado esta crítica útil
6
Sátira y crítica
“Tom Jones” mantiene algunos códigos estilísticos, tanto del autor como del Free Cinema en general. La figuración fuerte de los escenarios vuelve a ser una característica repetida y llevada al extremo en este caso, ya que se trata de un film ambientado en una época mucho más antigua y siendo además una comedia que se apoya sobre todo en la sátira. La profundidad y el uso de códigos iconográficos (pobres/ricos, dama/prostituta, caballero/salvaje, bueno/malo) vuelven a verse como algo común del movimiento. También se repiten la perspectiva naturalista, variabilidad de tamaños de plano, variabilidad en angulaciones de la cámara, iluminación neutra y travellings mediante cámara en mano. Coincidente con “La soledad del corredor de fondo”, Richardson vuelve a utilizar el efecto de aceleración y además añade el uso de fotogramas fijos en algunas ocasiones. El uso del sonido y las musicalización son también bastante similares.
www.criticasdecine2010.blogspot.com
De todas maneras, “Tom Jones” es un film algo alejado de lo clásico ya que su escritura, si bien es homogénea a lo largo de la cinta, alterna elecciones neutras y marcadas, donde hay siempre una idea de poner en evidencia la función lingüística, es decir, nos dice todo el tiempo “esto es una película, es una comedia, es una sátira”. Por ejemplo, juega mucho con el espectador mediante la mirada a cámara intencional de los personajes e, inclusive, éstos le hablan literalmente al público en pequeñas escenas, buscando complicidad en el rechazo a las “buenas costumbres”, a la hipocresía y a la tradición que critica -entre otras cosas- el film.

Si bien este libertinaje que propone Tom Jones es un poco contradictorio con el espíritu del Free Cinema, puede verse escondida debajo del humor una crítica a lo tradicional y al “paqueterismo”, que estaría de alguna manera en línea con el movimiento. Explotación feudal, sometimiento de clases dominantes, mujer como objeto sexual, alcohol, riqueza y miseria, casamiento, tradición, etc. son algunos tips que, como vimos en las entradas anteriores, vuelven a aparecer conformando la temática global. Una vez más, Albert Finney (al igual que en “Sábado noche, domingo mañana” es el galán y mujeriego, pero esta vez el film parecería jugar con esto y ya no juzgarlo moralmente. Además, la película presenta inicio, desarrollo y desenlace claros y bien definidos, dejando de lado el minimalismo de los films anteriores.
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8 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
La Inglaterra menos Victoriana
A priori podría parecer que Tom Jones (Tom Jones, 1963) era un paso atrás en la carrera de Tony Richardson. El director británico venía de realizar una de las películas cumbre del Free cinema, con The Loneliness of the long distance Runner (La soledad del corredor de fondo, 1962), una obra que trataba sobre las andanzas de un joven personaje interpretado por Tom Courtenay, y cuyo argumento utiliza Richardson como plataforma para diseccionar temas que hasta el momento resultaban tabúes en el cine británico, como la reacción autoritaria del sistema educacional, el gris porvenir de la joven generación de británicos, y la represión del poder hacía las clases más desfavorecidas.

Por esto, podría parecer que la adaptación de la novela de Henry Fielding (de título homónimo a la película) es una película evasiva, pero la realidad es que Tom Jones tiene poco que ver con las producciones históricas Hollywoodienses. Richardson se sirve de la película para crear una Inglaterra muy alejada de las convenciones puritanas, y donde el tono de frescura y relaciones sexuales resulta muy abierto. A pesar de que los protagonistas de la película, incluyendo nuestro protagonista interpretado por la joven estrella masculina del Free Cinema Albert Finney, forman parte del siglo XVII, lo cierto es que sus problemas y sentimientos son en realidad más propios de la generación coetánea a la de la Inglaterra de los años sesenta.

El argumento es pues una absoluta excusa. Tom Jones es en cierto sentido el canto de cisne del Free cinema. Producida por la compañía habitual y que produjo muchos de los filmes del núcleo duro del grupo (Karel Reisz, Tony Richardson y Lindsay Anderson), la Woodfall film, aparte de contar con uno de los directores de fotografía que también participó en muchas de estas obras, como Walter Lassally. Sin embargo, la resonancia internacional de la película fue muchos más grandes que los filmes anteriores de la Woodfall, y Tom Jones consiguió además arrasar en los Oscars. Significaría por otra parte el fin de un movimiento, con la emigración de muchos de los miembros marchándose a las tierras soñadas de Hollywood, donde exceptuando quizá a John Schlesinger, ninguno volvería a triunfar al mismo nivel que en Gran Bretaña.

No hay una estructura lineal en la película. Tom Jones nos muestra desde el inicio unas peculiaridades formales que acabarán uniéndose al propio contenido del filme. Forma y fondo se unen de manera indisociable en la película. La primera secuencia es significativa, rodada como si fuera un filme mudo (recurriendo a interludios de texto y sin utilizar la voz) nos muestra el nacimiento de nuestro protagonista, un bastardo que sin embargo será acogido por una familia noble.

La máxima de la película se encuentra detrás de las cámaras, en las manos de Tony Richardson. Una gran parte de la frescura viene dada por la puesta en escena del director, que condiciona sobremanera el mensaje de la película. Por ejemplo, está claro que el guión de la película construye un personaje fuera de su tiempo con Tom Jones (siempre riendo, licencioso, sin ningún miedo a sus superiores y a pesar de estar enamorado sin ningún pudor a acostarse con mujeres) más contemporáneo que del siglo XVII, pero también ayuda que Richardson rompa constantemente con la cuarta pared, y que Albert Finney sonría una y otra vez al espectador, sobre todo cuando ha cometido alguna de sus múltiples pillerías. Incluso detalles como los fundidos en cortinilla sirven para que el espectador entienda que no está ante una producción cualquiera.

En este sentido, la película tiene en realidad una influencia de las películas de Richard Lester y del cine Beatle, que podríamos poner por lo menos al mismo nivel que la influencia del Free Cinema. Y es que en Tom Jones, el personaje protagonista podría pasar perfectamente como uno de los Beatles. No es sólo el humor irreverente y lleno de referencias eróticas (o que los momentos dramáticos estén contados en la película), sino también recursos formales que utiliza Richardson y que nos pueden recordar a los de Lester. La pregunta es si estos recursos se los apropia El director de Tom Jones de Richard Lester o eran aquellos años un momento propicio para realizar prácticas y experimentos en el cine.

Por otra parte la película, que está tamizada con una voz en off con la que el guión juega socarronamente en muchas ocasiones, nos presenta un personaje singular, que en gran medida representa las tendencias antimaterialistas, justo en un momento en el que la sociedad estaba contemporánea estaba empezando a fraguarse.

http://neokunst.wordpress.com/2014/07/06/ciclo-tony-richardson-tom-jones-1963/
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6 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
6
Se ha quedado vieja
o ha envejecido mal, según se mire. Se pueden adivinar los toques Richardson en esa época en la que el cine británico innovaba: actores que miran o se dirigen a la cámara, planos en stop o en avance, como si se hubiera adelantado al vídeo, osadía en algunas escenas -impagable la comida de marisco - , y actores a los que les faltaba mucho que aprender -sólo hay que ver como hace de borracho Albert Finney en esta película y como lo haría muchos años después en Bajo el volcán, aunque el tono predominante es el de la exageración, como exige el guión. Excelentes las actrices secundarias.
Ay, ojalá se hiciera un buen remake, con Ewan MacGregor de Tom Jones-que es calcado al joven Finney-.
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9 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
5
Una de las obras oscarizadas prescindibles
Tom Jones de Tony Richardson, es una comedia de aventuras basada en el siglo XVIII. Dirigida con un ritmo enérgico y con un estilo basado en un humor eficaz tan solo a ratos, es una obra peculiar pero con momentos inapetentes, quedando lejos de ser una digna ganadora de 4 oscars, entre ellos el de mejor película. Realizada de forma infructuosamente cómica, tiene un resultado poco satisfactorio que no cumple con lo que se espera de una película tan premiada.
La fotografía, es alusiva a la época por estar repleta de detalles que son estéticamente decorativos, en una competente labor visual. La música, es rítmica gracias a unos sonidos estimulantes que acompañan la acción y ayudan a exaltar el humor, gracias a unas melodías bellas. Y los planos y movimientos de cámara, completan un original trabajo técnico con gran uso de los travellings, avanti, retroceso, detalles, seguimiento, subjetivos, aéreos y cámara en mano rápidos, que dan dinamismo al film.
Las actuaciones, son decentes pero sin brillo. Con interpretaciones de Albert Finney, Susannah York, Hugh Griffith, David Warner y Edith Evans entre otros, en labores enfocadas a un humor más bien inexistente. Empleando para estos eso sí, unos vestuarios y caracterizaciones sugerentes a la época, con ropas elegantes y cuidadas, al igual que los oportunos decorados que te transportan.
El guion, escrito por John Osborne y basado en la novela de Henry Fielding, es una apuesta que trata lo hilarante pero con unas clases de ocurrencias que no llega al público, estando trabajado pero sin eficiencia ni dar al menos una leve sensación de jocosidad. Y emplea para llevarlo a cabo, una narrativa con voz en off explicativa y directa, que está llevada con un lenguaje clásico que intenta ensalzar el supuesto humor que contiene la cinta.
Para finalizar, la considero una obra que sorprendentemente consiguió 4 oscars entre ellos el de mejor película, la cual técnicamente está bastante conseguida pero carece de una trama con gancho o interés para el público. Por lo que la considero poco recomendable y tan solo destaco la música, planos, movimientos de cámara, vestuarios y caracterizaciones de una cinta carente de sustancia y diversión, además de otros puntos esenciales del más básico cine de comedia.
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6 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
Carne de horca
Deliciosa y fresca adaptación por parte del dramaturgo John Osborne y el cineasta Tony Richardson, de la novela picaresca y aventuras homónima escrita en 1748 por Henry Fielding (1707-1754), uno de los clásicos británicos de este tipo de literatura. Fielding era un confeso admirador de la novela y el estilo del gran Miguel de Cervantes. Osborne y Richardson ya habían trabajado juntos en el teatro y el cine, adaptando el segundo, la obra del primero, “Mirando hacia atrás con ira”, fiel reflejo del “Free Cinema”, un estilo que huía del academicismo y la pomposidad del acartonado y clásico cine británico. Tony Richardson, entre otros, lideró y alimentó este movimiento frente al cine que estaba vigente, el ansia de renovación que les era consustancial, sacudieron los viejos cimientos del cine.

Un film vitalista y divertido que significó la consagración industrial del movimiento cinematográfico, arrasando ese año en los Oscars. Narra las peripecias de un joven bastardo, Tom Jones, adoptado por el señor Allworthy, un apuesto Albert Finney que saltaría al estrellato con su interpretación de un intrépido, licencioso y noble libertino que se enamora de la bella Sophie, que le corresponde, pero las diferencias de clase y los planes que tiene para ella su tía, hacen imposible su amor. Una lúcida sátira sobre la burguesía, la aristocracia y la nobleza del siglo XVIII, una descarnada visión de la naturaleza humana. Una lujosa producción, plena de humor y parodia, rodada en unos esplendidos paisajes de la campiña inglesa.

El film se abre con unas imágenes acompañadas de rótulos en claro homenaje al cine silente, sin intención de ser ceremonioso, todo lo contrario. La música y la fotografía resaltan la excelencia del film, donde no faltan escenas espectaculares como la cacería filmada de forma soberbia, donde los nobles se divertían a caballo y con los perros en pos de una presa. Tampoco faltan los duelos, los soldados, las tabernas, las posadas, las prostitutas, los salteadores de caminos, las calles mugrientas de un Londres con hedor a cloacas y lujosas mansiones donde la gente hipócrita, los rufianes y la mezquindad era moneda de cambio. La modernidad de esta historia reside en el papel destacado que asumen las mujeres, que adoptan una personalidad nada pasiva para las convenciones de la época, ellas suelen ser las más fuertes y atrevidas.

La voz en “off” permanente va punteando las vicisitudes de nuestro protagonista, sus alegrías y desgracias van siendo comentadas con un léxico rico en matices. El “Barry Lyndon” de Kubrick está emparentado en cierta forma con Tom Jones, el film del neoyorquino filmado 12 años más tarde, no obstante, daba una visión más académica suntuosa, perfeccionista y distanciada del periodo, en cambio ésta, es mucho más liviana, alocada y trepidante, siempre buscando la complicidad del espectador.
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3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
2
Mi viaje por los Oscars - 1964 Tom Jones
Puff, cuando llegué a Tom Jones en mi viaje por los Oscars, no sabía que me iba a encontrar porque no había oído nada de ella, podía ser una gran sorpresa o una decepción.

Y lamentablemente fue lo segundo... no conecté con la película en ningún momento, ni con su humor, ni con las actuaciones... quizás el vestuario y la ambientación me pareció los más interesante.

La cosa es que si pienso un poco en la historia que nos cuentan, hay cosas interesantes y giros que pudieran sorprender, pero no me ha gustado nada como esta contado todo y, sinceramente, me parece una obra menor, la peor de todas las que he visto en este viaje por los Oscars.

En fin, una película que no quedará en mi memoria, al menos para bien, quizás en los años 60 le hubiera pillado la gracia, en 2019 no se la he encontrado.

Seguimos viaje.

Un saludo.
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3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
Oscarizada transgresión divertida y lúcida.
Una de las pocas veces que Hollywood oscarizó una película de cine tan transgresor, festivo y frívolo como "Tom Jones" y en verdad que con toda justicia pues se trata de una comedia pícara espléndida de ritmo, gags y narrativa, una sátira desenfadada, lúdica y lúcida de la condición humana, de la vida, el sexo, el amor y demás familia. Narra la historia del apuesto Tom Jones (Finney), un bastardo aristócrata que a lo largo de su vida tendrá un sinfín de aventuras amorosas. Con un espíritu plenamente logrado de orgía festiva, es un clásico y modélico vodevil erótico/pícaro, un ejemplo divertidísimo de filmar un continuo y loco ajetreo desprendiendo naturalidad, estilo y buen gusto dentro de una transgresión implacable.
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8 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
Tom y sus entretenimientos.
Albert Finney hace un extraordinario papel en este film, realizado de forma sorprendente por parte de prominentes británicos del llamado “Free Cinema” inglés, se nota bien a las claras que seguro que todos se lo pasaron extraordinariamente bien haciendo esta divertida comedia de aventuras narrada con frescura, cinismo y gran libertad formal narrativa.

En este divertido clásico se nos habla del guapetón de Tom Jones, abandonado nada más nacer y criado por un rico terrateniente, Tom se divierte alegremente dentro de la encorsetada sociedad inglesa llevando una vida de juergas y escarceos amorosos… hasta que su conducta le lleva a ser enviado lejos de su familia, su casa y de la única mujer a la que ha amado de verdad en su vida. Pero algunas personas nunca aprenden, y muy pronto sus correrías le llevan a juntarse con peligrosos sinvergüenzas a caer en los brazos de varias mujeres y finalmente a la cárcel. Pero ¿podrá el encanto de Tom salvarle… o pondrá la horca final a sus devaneos?

La figura del mujeriego simpático y de burlón encanto tuvo su máximo exponente en la divertida recreación que Albert Finney hizo en Tom Jones, gracias a ella siempre mantendremos en nuestra memoria la imagen del jovencísimo Finney saltando de balcón en balcón huyendo de algún marido celoso sin abandonar esa sonrisa pícara de su rostro. Uno de los grandes éxitos internacionales del cine británico, ganadora de cuatro Oscars en las categorías de Mejor película, Director, Guión adaptado y Música. A partir de una buena novela de Henry Fielding, el realizador Tony Richardson consiguió una excelente reconstrucción histórica, con muchos momentos cómicos. Una película magnífica llena de encanto, una farsa tremendamente divertida.
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4 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
Las picarescas y divertidas vida y hazañas de Tom Jones.
En la Inglaterrra del siglo XVIII tuvo gran éxito y cultivo un nuevo tipo de novela, entre ilustrada y piciresca, con gran influencia de la novela cervantina por el realismo de y la cotidianidad de las acciones y situaciones, la humanidad de los personajes y la capacidad para fusionar los elementos dramáticos con el humor. Y el principal represetante de esta corriente literaria, aparte de otros como Jonathan Swift o Daniel Dafoe, fue Henry Fielding, que escribió novelas llenas de aventura y vida, ridiculizando en cierto modo a la novela folletinesca, como " Joseph Andrews" o " Tom Jones", en las que los portagonistas, a pesar de tener algunas debilidades, se enfrentan a una serie de obstáculos para terminar descubriendo su origen noble y el destino los recompensa.
De forma Tom vivía como un hijo bastardo de un noble inglés dedicado a la caza y a alguna que otra mujercuela, sin hacer demasiado caso a sus estudios ni a sus tutores. Un día llegó Sophie, la hija de un rico hacendado de la comarca y se queda prendada de él, y él de ella. A Tom lo acaban echando de su casa por escándalo y se va por los caminos de Inglaterra con Sophie siguiendo sus pasos. El joven Tom irá ascendiendo en la sociedad hasta que, una vez conocida su vcerdadera procedencia, logre a su dama.
El espíritu picaresco de la obra literaria original queda fielmente plasmado en esta galardonada cinta británica por medio de unos personajes fielmente creados por el elenco en su conjunto, por la recreacíon de sus aventuras, caídas y pequeñas hazañas de Tom y por el vestuario y los ambientes, propios del siglo de las luces. Resulta muy curiosa y entretenida, gracias a sus divertidos enredos y situaciones cómicas, a la música que sirve para acelerar la acción y darles mayor gracia, a su inicio al estilo de las películas mudas, el narrador, y al tratamiento de toda la trama con gran ingenio e interesantes elementos visuales, como el modo en que se pasa de un escena a otra o en como se obvian algunas escenas o se realizan otras para respetar la educación y el decoro "de la época". No demasiado conocida, pero desde luego una buena película.
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3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
“Amor y escándalo: El mejor complemento del té”
Tremendo susto el que se lleva Squire Allworthy, cuando en su alcoba descubre a un bebé recién nacido, cuya madre no sabe quién sea. Alertada la familia, no tardan un minuto en ponerse de acuerdo: ¡Penny Jones! Y llamada ésta, el niño termina a disposición del señor Allworthy, quien decide adoptarlo y criarlo como hijo suyo con el nombre de Tom Jones. A Tom le tocará criarse junto a Blifil, el bien ponderado sobrino del señor Allworthy, y entre ellos se iniciará una particular rivalidad cuando el interés de ambos se deposite en la misma muchacha: Sophie Western.

Claramente influenciado por el estilo narrativo de Miguel de Cervantes Saavedra, Henry Fielding (1707-1754) fue un novelista y dramaturgo inglés que, entre otras obras, se haría conocer por “Don Quijote de Inglaterra” (1734), “Joseph Andrews” (1742) llevada también al cine por Tony Richardson, y sobre todo “Tom Jones”, publicada en 1748, en las cuales la ironización de costumbres, la sátira contra los detentores del poder y lo picaresco en las relaciones de pareja, tienen un amplio espacio, contado todo con gracia y con un humor muy complaciente.

La versión cinematográfica de “TOM JONES” -con la que Tony Richardson se haría acreedor al premio Oscar por Mejor director y Mejor película, además de haber merecido el de Guión adaptado (a John Osborne) y partitura musical- es una divertida, provocadora y alocada aventura, ambientada en el siglo XVIII, en la que las infidelidades, la rivalidad por el dinero y las apariencias sociales, tienen su inevitable lugar entre la “nobleza” de la vieja Inglaterra.

Vamos a ver, con marcada objetividad, lo que significaba ser entonces lo que se llamaba “un hijo bastardo”; apreciaremos el trato que se le daba a una mujer que quedara embarazada sin haber pasado con su pareja por la bendición del cura; podremos observar el particular sentir de los herederos ante el pariente rico que pareciera a punto de morir y que luego se recupera; veremos a lo que se ven abocados los que juegan limpio, cuando despiertan los celos y la envidia de los que siempre están dispuestos a jugar sucio… y en fin que, “TOM JONES”, luce como un espejo implacable de aquellos en que, a muchas personas, no les resulta grato mirarse.

Estamos ante una muy buena y divertida película; con atinados diálogos; una ambientación intachable; encantadoras actuaciones de Albert Finney, Hugh Griffith y Susannah York, entre otros; y con momentos magníficos como la repartición de la herencia y la sorpresiva recuperación del señor Allworthy o la memorable escena de la frugal comida entre Jones y la coqueta señora Waters (inolvidable y sensualísima Joyce Redman) que ya hacen parte de los grandes momentos del cine.

Y entre otras, esta es una frase muy digna de recordar: “Feliz el hombre que puede gozar plenamente el día de hoy, porque si otro día llegase la adversidad, siempre podrá consolarse recordando lo que ahora ha vivido”.
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3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
10
Un clásico de la picaresca inglesa
Divertidisimo film que adapta un clásico literario del siglo dieciocho, por cierto, muy moderno y transgresor para su epoca, con un excelente reparto, en el que destaca un Albert Finney en su mejor momento, aunque también se rodea de unos excelentes secundarios, como el siempre fiable David Warner o la encantadora Susannah York. Un Tony Richardson que abandona los dramones de free cinema y nos deleita con esta deliciosa comedia, que a pesar de haberla visto en muchas ocasiones, siempre vuelve a hacerme reir, las aventuras y desventuras de Tom Jones me encantan. Un clásico inmortal.
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3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
6
La picaresca del XVIII.
Tony Richardson es un director británico perteneciente al Free Cinema, esa nueva corriente que se impuso en Inglaterra en los años 60, que al igual que la nouvelle vague en Francia o el neorrealismo italiano, trataron de romper el clasicismo artificial del cine que se hacía hasta entonces mediante el sistema de estudios y acercarse a un cine más realista o social que reflejase la sociedad de entonces.
En esta película en concreto, adapta una obra de Henry Fielding, escritor del siglo XVIII que narra las aventuras y desventuras de un pícaro bastardo en un tono festivo, jocoso y un pelín desvergonzado.
Esta película obtuvo ni más ni menos que cuatro Oscars. Vista hoy cuesta entender por qué, aunque tiene su lógica.
Desde luego es una cinta que en su día se debió de ver fresca y novedosa. Esta especie de parodia un poco extraña, no se parecía a lo que se había visto hasta entonces.
Los actores dialogan con la cámara, utilizan un lenguaje algo soez para la época, tiene recursos técnicos novedosos y desde luego, debió de ser muy original entonces.
Con algunas escenas realmente magníficas ( la caza del corzo, la comida alusiva al sexo...), la cinta está planteada como un enredo con muchas situaciones de slapstick.
Pero vista hoy, a pesar de tener un gran reparto, buena ambientación y todo eso, falla en lo más básico. Es una comedia sin humor.
Una comedia satírica, paródica, de trama vertiginosa y personajes pícaros, tunantes y desvergonzados que no hace reír. ! Pues vaya!.
De todas formas y esta es una apreciación muy personal, a lo mejor me equivoco, yo creo que esta película tuvo que suponer un ejemplo para muchos directores a la hora de adaptar cintas parecidas.
Se me ocurre por ejemplo, que Passolini se debió fijar mucho en esta cinta para adaptar sus " Cuentos de Canterbury" o " El Decamerón". También encuentro cierto parecido en la comedia " Golfus de Roma" de Richard Lester con su personaje descarado y su trama enloquecida.
Y cómo no, aunque salvando mucho las distancias, creo que Kubrick, también observó con detalle esta cinta a la hora de crear su magnífica obra maestra " Barry Lyndon", aunque naturalmente ésta, sea una película más académica, preciosista y bella.
Todo esto quizá sean chorradas mías y veo influencias donde no las hay, pero realmente creo que desde luego esta película aunque ya no sea capaz de llegar al público actual, sí se comprende que tuvo que causar cierta sensación en su época por lo novedoso de su tratamiento.
Por lo tanto la recomiendo, no como comedia que despierte hilaridad sino como película con elementos muy interesantes.
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2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
4
203. 10 EN DECORADOS Y FIGURANTES
Película que es una maravilla en cuanto a ambientación y figurantes. Parece una gran mezcla de teatro y musical. Sin embargo, a pesar de adentrarnos en el fabuloso mundo del siglo XVIII inglés, no conseguimos engancharnos a la historia, insulsa y falta de interés.

A través de los despropósitos de un bastardo acogido por un noble, sufrimos los doblajes añadidos posteriormente, huella de los cortes de la censura en ellos, sin aparente motivo para ello.

La escena más llamativa de la película es la de los dos amantes comiendo todo tipo de alimentos, en un juego de seducción muy atrevido para la época.

También las escenas con animales son espectaculares y únicas. Hoy día sería imposible por la protección a la que están sometidos.
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2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
Grande Tom Jones y la pasión por vivir
La primera vez que la vi me decepcionó del todo, me parecía inexplicable que ganara cuatro oscars entre ellos el de mejor película. Sin embargo en un segundo visionado con más tiempo e interés me he dado cuenta de que se trata de una gran película. No solo es una entretenida comedia de enredo de época ambientada en la puritana Inglaterra del siglo XVIII, sino toda una crítica a la hipócrita moralidad de la sociedad de entonces. Especialmente a la de los más acaudalados que se supone eran los referentes por su educación y posición.

Albert Finney resulta del todo convincente en este papel y fue nominado al Oscar. También están espléndidos el truhan de Hugh Griffith y la sufrida y encantadora Susannah York. David Warner aparece también en uno de sus primeros papeles en el cine.

La moraleja es que la falsedad de la gente de la época les hace ser una sociedad hipócrita que juzga duramente a los demás sin ver la viga en el ojo propio. Al final queda claro que la mojigatería de sus personajes les hace ser unas personas detestables. Y es precisamente su protagonista, Tom Jones el más íntegro de todos, el más auténtico, el más simpático. Un tipo que víctima de las circunstancias y de su atractivo, se ve envuelto en un sinfín de aventuras amorosas que a punto están de costarle la vida. No se trata de un crápula, simplemente es un enamorado de la vida que demuestra ser mejor tipo de lo que aparenta. Y todo ello está contado con mucho humor, sano erotismo y un guión excelente que también se llevó el oscar merecidamente. El codiciado galardón me imagino que se lo dieron porque estrenó en una época revolucionaria como fueron los intensos sesenta, tal vez si se hubiese estrenado una década antes habría resultado escandalosa y ni tan siquiera habría sido nominada.
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1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
6
PLAUSIBLE EJEMPLO DEL CINE BRITÁNICO DE LOS AÑOS 60
Tony Richardson llevó a la gran pantalla la novela homónima aventurera de Henry Fielding en esta algo sobrevalorada producción británica que consiguió varios premios Oscar, entre ellos el de mejor película y mejor director.

El reparto es excelente, brillando especialmente un magnífico Albert Finney en el papel principal de antihéroe pícaro y ligón.

Uno de los principales aciertos del film es el tono cínico y desenfadado expuesto con dinamismo en la variación de escenarios y caracteres, además de una notable ambientación de época y de un heterogéneo catálogo de personajes, algunos de ellos simples caricaturas con indisimuladas intenciones de crecimiento social.

Dignos de resaltar son también los momentos románticos en la verde campiña con baile de máscaras incluido, y una sensacional secuencia de cacería, pero no es menos cierto que la película peca de una cierta redundancia en las acciones de sus personajes principales.
Además como comedia costumbrista tampoco posee excesivo humor, aunque es justo decir que el enfoque jacarandoso otorgado por sus hacedores suscita interés por la historia y provoca que ésta no aburra prácticamente en ningún momento.

Nota: 6,5
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1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
10
El Moll Flanders masculino
"Tom Jones", esá basada en una novela de Henry Fielding, al estilo de los clásicos literarios del XVIII. Tuvo en taquilla unos resultados magníficos tanto en Gran Bretaña como en otros paises y logró cuatro óscars, correspondientes a la mejor película, mejor director, mejor guión adaptado, y mejor música. Es pués, uno de los grandes títulos de la cinematografía británica, que presenta una excelente combinación de magníficos actores, buenos técnicos y un acertado ritmo narrativo. Por otra parte, la ambientación es excelente y la fotografía de Walter Lassally, recrea a la perfección el colorido de la época. Para algunos críticos. esta película es una especie de James Bond rural, y primitivo, pués el erotísmo presente en las primeras películas del agente 007 también se encuentra en este largometraje, con el que el actor Albert Finney logró una merecida popularidad.
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6 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
El más osado gallo aventurero del reino
Nacido no de la fatal casualidad, sino de la libidinosa infidelidad, el pobre Thomas Jones llega a un mundo sin tener que haber llegado, donde se cata tanto lo bueno como malo, amontonándose tras las lindes de las campiñas de una Somerset en su era georgiana.
Empiezan así las tribulaciones de un alegre aventurero distinto a todos los demás...

Tan distinto que por ello Henry Fielding, el inefable orador de la sátira hiriente y la burla ingeniosa, logra un éxito sin precedentes, quedando su extensa novela cuyo título lleva el nombre de su héroe, entre las más representativas de su época. Como otra versión de su “quijotesco” Joseph Andrews, el autor y abogado simplemente prosiguió su visión de la sociedad británica de su tiempo, atacando (a pesar de sus orígenes aristocráticos) la corrupción y el cinismo de las clases nobles, pretendiéndose protegidas tras apariencias de gran virtud, la acentuación de lo paródico sobre lo dramático, su lucha personal e infatigable contra las ideas puritanas de Samuel Richardson y el delirante uso de la forma del lenguaje literario.
Más íntima en su forma de conectar con el lector, “Tom Jones” también se presentaba más audaz y desenfadada en su abordaje de temas como la hipocresía, la promiscuidad, la prostitución, la crítica social o el incesto; en cualquier caso su protagonista, aun con sus deslices pendencieros y pícaros, es un modelo de bondad y lealtad intachable. Por desgracia el joven Albert Finney no lo ve así cuando le ofrecen el papel, considerándolo un personaje pasivo y falto de carisma, pero las negociaciones resultaron bien para Tony Richardson en su empeño por trasladar el texto del nativo de Somerset junto a su colaborador John J. Osborne.

Se trata de un distanciamiento absoluto en lo respectivo a su propia carrera anterior. Cuesta creer que una de las voces más poderosas del realismo social británico y el “free cinema” en blanco y negro adaptara una sátira, sangrante, pero en la comedia al fin y al cabo; lo hará rechazando sus códigos, adoptando el color e incluso proponiendo con Jones el reverso de sus jóvenes contemporáneos, esa “generación furiosa” de los presentes años '50 y '60, a lo largo de que sería un rodaje lleno de accidentes, problemas con el equipo y actores y sobre todo el clima. El director renegaría más tarde del producto...
No atisba uno este sentimiento de contrariedad al ver el film, que se inicia alardeando de su estilo innovador e irreverente, en homenaje al cine mudo, presentándonos al pequeño Tom, supuesto hijo de una sirvienta pobre que será objeto de compasión por parte del hacendado Allworthy, para terminar a su cuidado. Es la mayor particularidad del trabajo de Richardson, un triunfo de la forma y la estética que no hace sino plasmar a través de la ingeniosa puesta en escena la visión única de Fielding, sobresaliendo la voz de un narrador muy implicado en los eventos que, como ocurría con su análogo en el libro, busca la total complicidad con el espectador.

Pero hay elementos y signos que hacen de nuestro héroe un singular personaje en tierra de nadie. Igual que los jóvenes furiosos que el director ha ayudado a reivindicar, Tom tiene la desgracia de criarse y crecer en un mundo de maldad, de villanos cínicos, de conspiradores pertenecientes a clases altas y burguesas que al final, a pesar de sus fingidas buenas costumbres, modales frívolos y elegantes vestimentas, se revelan tan miserables, ruines, celosos, groseros y lascivos como los sirvientes y pobres que pisan y de los que se aprovechan.
También, igual que ellos, el esfuerzo de Tom por llegar a un fin dichoso sólo termina en fracaso, aplastado por los que ostentan el poder y manipulan a los pocos bondadosos que aún quedan...pero éste no aparece con el ceño fruncido que exhibía el Colin Smith de “La Soledad del Corredor de Fondo”, sino con una amplia sonrisa y una dulce ingenuidad. No importa el ambiente donde le han criado, Tom es consciente de sus orígenes, prefiere ser humilde y no consumirse en la angustia, disfrutar de los placeres terrenales, prefiere ser un pícaro inocente que un amargo frustrado. Su hazaña se verá dividida en dos partes bien diferenciadas, desarrollándose una primera hora dentro de su residencia en Somerset.

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Tal vez el predicamento es que no debemos ser tan nobles, tan bondadosos, tan leales, tan serviciales, porque el mundo que nos rodea es demasiado cruel y repugnante y eso no puede hacernos ningún bien. Pero al ser todo esto una sátira el joven Tom se puede permitir un final feliz, de puro vodevil.
Final feliz, tras el peor de los rodajes que soportaron Finney, Richardson, David Warner y otros, también tuvo la carrera fílmica de la película, cuyos productores presagiaban un desastre y boquiabiertos quedaron al anunciarse sus nada menos que diez nominaciones en los Oscar. Sí, puede que sea imperfecta, pero también virtuosa en toda su irreverencia. ¡Como el joven que orgulloso le da nombre!
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6
Entre el humor primitivo y los nuevos estilos
Tom Jones (1963), comedia británica dirigida por Tony Richardson, obtuvo el Oscar a mejor película en un tiempo de crisis para la industria de Hollywood, que comienza a mirar a los autores europeos en vistas a una necesaria renovación. Con Albert Finney y Susannah York.

Por Nicolás Bianchi

Se considera que la película que marcó un antes y un después para la industria hollywoodense fue la violenta y juvenil Bonnie & Clyde de 1967. Muy rudimentariamente, lo que es anterior pertenece al período clásico, aunque el esplendor que puso a la estadounidense como la primera industria cinematográfica del mundo ya se había apagado tiempo antes. Algunos últimos intentos como Cleopatra (1963) fracasaron y pusieron en una delicada situación financiera al estudio que la produjo, la 20th Century Fox.

Los tempranos años 60 son un tiempo en el que lo viejo ya no funciona y lo nuevo todavía no termina de despuntar. Por eso es que se registran varios premios Oscar a películas británicas, como Lawrence of Arabia (1962) o Tom Jones. Por otra parte la mayoría de los estudios estadounidenses deja de filmar en California, por lo que la mayoría de las películas adquieren, de alguna manera, un componente extranjero.

No es el caso de la comedia que es el propósito de estas líneas ya que se trata de un producto por completo británico. El principal dispositivo cómico que presenta Tom Jones es la parodia o satirización de las maneras caballerosas, algo típicamente inglés. Por más engolados que sean los personajes y refinadas sus palabras, la acción los espabila en múltiples enredos, tropiezos, empujones.

El personaje Tom Jones es un hombre joven que alguna vez fue un bebé hallado en una cama, sin que nadie lo que reconozca. Fue luego adoptado por un escudero que aspiraba a ser caballero. Tom, interpretado por Albert Finney, es un segundón que no puede acceder a la nobleza por su origen bastardo. Se pierde constantemente en amoríos con mujeres y peleas con otros varones, muchas veces derivadas de aquellas relaciones. Su vida parece tomar cierto orden cuando forma pareja con Sophie (Susannah York), pero el padre de la muchacha tiene otros planes para ella.

La película cuenta con un narrador en off que sitúa las acciones, aunque esa tarea luego es cumplida por otros personajes. Con cierto desenfado la película utiliza la primera persona y rompe la cuarta pared en más de una situación. El mismo protagonista puede hacerlo para rematar un gag u otro personaje para explicar lo que está pasando. Tom Jones es completamente autoconsciente y liviana, todo lo que sucede debe ser obligatoriamente tomado en broma.

Esos recursos novedosos, o al menos muy poco frecuentes en las comedias premiadas por Hollywood, se combinan con algunas escenas en las que se utilizan formas del cine mudo. De hecho la introducción no contiene diálogos pero sí acciones que se intercalan con subtítulos a pantalla completa. Luego cuando los personajes se besan por primera vez la cámara pasa de un plano fijo general a primerísimos planos de los personajes, en un montaje que también recuerda al cine antiguo. Por último el efecto de acelerar las imágenes para dar mayor sensación de comicidad es tanto un recurso añejo como una marca del humor británico, utilizado copiosamente, por ejemplo, por el humorista Benny Hill.

Tony Richardson, el director del film, fue uno de los integrantes de la corriente del Free Cinema, jóvenes cineastas que, con un toque más autoral, buscaban retratar a personajes del común. En Tom Jones todavía se puede apreciar algo de sátira social, aunque muy lavada por el tiempo. Las grandes producciones fracasan y el esplendor de lo clásico se apaga. Los autores avanzan. Se aproximan los tiempos en que el nombre del director será más importante que el del estudio que produce el film.
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3
¿De verdad esto se llevó un Oscar?
Empecemos por lo bueno:
- La ambientación está muy cuidada: trajes, palacios, alcobas, cacerías, chabolas...
- Los actores lo hacen bien: tanto los principales como los secundarios. Y el maquillaje consigue transmitirte la suciedad, la miseria y la asquerosa abundancia de los privilegiados (sonrojados como cerdos).
- La cámara tiene buenos movimientos, zooms, travellings y consigue transmitir dinamismo. Llega incluso a marear en algún momento.

¿Y lo demás?
Un aburrimiento supino que no aporta nada, no divierte, es zafio, vulgar y da un espectáculo de relajación moral que ni divierte, ni alecciona, ni es sugerente. Soez como los ingleses. Ya podrían aprender de nosotros, los caballeros españoles.

¿Pero en qué cabeza cabe decir que esto es mejor que Irma, la dulce? ¿Estaban comprados los jueces?

Vaya caca de película.
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