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192 Críticas de los usuarios

Críticas de los usuarios:
6
¿Pero qué has hecho Clint?
El film tiene conceptos interesantes como la gran puesta en escena o una historia atractiva. Lejos de ser una "americanada", la peli es crítica con la sociedad y política estadounidenses (la necesidad del pueblo americano de héroes que tiren del carro o la manipulación de la verdad para alcanzar un objetivo), pero también tiene puntos negativos que me han pesado mucho.

En mi opinión el montaje le hace mucho daño a la cinta. Los saltos temporales no están bien narrados y pasado un rato se empieza a repetir el mensaje. La última hora me ha parecido mala y muy pesada. La banda sonora muy discreta, no aporta nada.

Espero que Letters from Iwo Jima sea mejor...
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162 de 213 usuarios han encontrado esta crítica útil
6
Excesos y carencias
De una factura técnica sobresaliente. Clint teje una maraña con los mejores hilos pero le falla el pulso. Presenta la crudeza y el horror de la batalla con un realismo incontestable. Nos habla del utilitarismo deshumanizado del poder. Conmueve mostrándonos la caducidad de los héroes que, así como suben, bajan y se pierden en la nada. Resalta el valor de los símbolos que son lo que conquistan al pueblo, se necesitan héroes aunque sean inventados. Y relata con todo lujo de detalles la odisea moral que anida en las entrañas del soldado. Pero no es una gran película. No lo es precisamente porque a veces no parece de él. El maestro ha conseguido en los últimos años que sus incondicionales nos contemos por millones y que nos traguemos cualquier cosa que venga firmada por él. Ese es el problema. Esta cinta decepciona, si fuera de cualquier otro sería más que notable, pero Clint es el mejor de la clase, de él esperamos más, esperamos lo mejor.

El conjunto no funciona. Sobra metraje. Sobra redundancia en el mensaje. Sobra desorden y falta ritmo. Los personajes no son presentados de la manera debida. Cuesta ponerles cara y sentir algo por ellos o con ellos. La frialdad es una constante en casi todo el desarrollo. El final es bueno pero excesivo.

Pero querido Clint yo te lo perdono porque, como dijo Baudelaire, no se puede ser sublime sin interrupción. Te perdono y esperaré que "Cartas desde..." o la siguiente (si la salud te lo permite) venga con tu sello, venga con lo mejor de ti. Esperaré al mejor Eastwood, a aquél que me emociona y me fascina. Esperaré.
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95 de 123 usuarios han encontrado esta crítica útil
9
la memoria de nuestro padres
Uno de los comentarios más halagadores que he oído de Clint Eastwood es que "es un Michael Moore con glamour". No es totalmente cierto, pero a veces los piropos, exagerando, e incluso deformando, ponen algo de justicia poética allí donde no llega la justicia real.
Eastwood no tiene la vena militante/combatiente de Moore, pero sí tiene una visión muy crítica de la realidad americana. A lo largo de su historia ha desarrollado todo un fresco profundo y amargo del mundo americano de los últimos años; ha filmado algunas de las obras más conmovedoras y personales que se hayan podido hacer sobre mitos tan recurrentes como el mundo de los pistoleros, el del boxeo, o, como en esta última cinta, el de los héroes de Iwo Jima.
Con Eastwood los personajes crecen y se llenan de humanidad. Tiene Eastwood una actitud muy generosa hacia todo y hacia todos, de modo que en sus historias no existe la maldad absoluta ni la bondad seráfica, sino que todos sus personajes acaban resultando entrañables, aun después de haber pasado por el infierno al que los seres humanos nos condenamos ciegamente.
En su última cinta (Flags of ours fathers) Clint Eastwood nos muestra el mundo brutal de la guerra, y, también, nos enseña el lado, raras veces entrevisto, de los intereses financieros que hay detrás de ese negocio bélico. En una historia apasionante de heroísmo fraternal, el director californiano nos trae a esos personajes sencillos que se agigantan en sus hazañas sangrientas sin dejar de ser los simples chicos que un día dejaron su novia en el pueblo; pone a esos héroes a su pesar en mitad de la vorágine de la guerra y de los turbulentos asuntos del dinero.
Una película absolutamente recomendable.
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104 de 147 usuarios han encontrado esta crítica útil
5
Eastwood mirando a Hollywood
Antes o después todos caen en la trampa. Se veía venir. Si bien el amigo Clint, a pesar de su republicanismo galopante, es el director de ultraderecha que mejor transmite acontecimientos tildados de liberales por sus coetáneos (drogas y genio en Bird, Eutanasia en Millon Dollar Baby, alegato contra el ojo por ojo en Mistyc River, libre sexualidad en Medianoche en el jardín del bien y el mal o ecologismo en Cazador blanco, corazón negro...), en Banderas de nuestros padres Clint Eastwood vuelve a realizar un film políticamente incorrecto. Denuncia a sus paisanos y los llama poco menos que hipócritas y mentirosos.

Hasta ahí bien.

Lo que ocurre es que el conjunto de la obra me parece orientado a conseguir las preciadas estatuillas de los mismos tipos que años atrás lo tildaban de cazurro y de mal director. Se dejó aconsejar por el midas Spielberg para las escenas bélicas (craso error) y no pudo ejercer su dominio de la cámara a traves de la intuición innata que posee en ese campo. Tampoco enternece al espectador todo lo referente al trío de héroes que acompañan a la bandera. La denuncia es buenísima; su plasmación en la pantalla no. El indio borrachín no llega al aprobado ni de lejos por su actuación y tanto flash back desubica más que ayuda a quien está viendo la cinta. Eastwood pretende regalarnos cine de cinco estrellas, elegante, con aires de clásico... pero se queda en el camino debido, seguramente, a su ingreso en la cima del star system y a los consejos de todos los chupalatas que pululan por allí. Clint, tío... tú a lo tuyo, como has hecho siempre. Un saludo.

PD. Y como no podía ser de otro modo, aprovechar las postdatas, benditas ellas en ausencia de foro, para saludar a un colega filmaffinitero con el que me repartí estopa desde el comienzo de esta página. Gracias por el piropo, loco.

Axe pra todo, companheiro.
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47 de 64 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
Meticuloso y digno poema bélico
Largometraje nº 26 de Eastwood. Escrito por Paul Haggis y William Broyles Jr, se basa en el libro de investigación histórica "Flags Of Our Fathers: Heroes Of Iwo Jima" (2000), de James Bradley y Ron Powers. Se rueda en exteriores y escenarios naturales de Illinois, LA, Iwo Jima, Washington e Islandia y en estudio, con un presupuesto de 55 M dólares, el más alto de la filmografía de Eastwood. Es nominado a 2 Oscar (sonido y edición de sonido). Producido por Clint Eastwood, Steven Spielberg y Robert Lorenz, se estrena el 20-X-2006 (EEUU).

La acción tiene lugar en el Pacífico, Iwo Jima y EEUU, entre febrero y mayo de 1945. La batalla de Iwo Jima (19-II-1945 a 25-III-1945) es una de las más sangrientas de la IIGM. En ella mueren unos 7 mil marines. La fotografía del izado de la bandera en la cima del monte Subirachi, una de las más emblemáticas de la Guerra del Pacífico, la toma Joe Rosenthal el 23-II-1945.

El film suma drama, acción, historia y guerra. Forma con "Cartas desde Iwo Jima" un díptico de gran interés. Analiza los hechos desde la perspectiva americana, con afanes de rigor e imparcialidad. Muestra a los enemigos como personas humanas normales. Proyecta una imagen dura y detestable de la guerra, que contiene en mi opinión una condena clara de la misma. Denuncia la demagogia de los políticos. Censura la manipulación y la tergiversación mediática de la verdad. Desvela, con pasión, la dimensión humana de los soldados protagonistas de acciones consideradas heroicas. Respira un cierto aire de pesimismo y amargura contenida, especialmente perceptible cuando se exponen los sentimientos de instrumentalización, abandono y desaire, que embargan a los supervivientes. Las propuestas que conforman el fondo del film no son nuevas ni se explican mejor que en otros films, pero son adecuadas, convincentes y oportunas. Se presentan a través de formas de gran belleza plástica y notable sensibilidad estética. La suma de fondo y forma da lugar a un resultado consistente y clasicista, que sin alcanzar el nivel de obra excepcional, se sitúa con holgura entre los buenos films bélicos. Los caracteres se ofrecen muy contrastados: unos son muy virtuosos y otros muy negativos. Los diálogos son abundantes. Se sugieren paralelismos entre el pasado y el presente. Se relativiza el valor de la iconogrfía norteamericana. Son escenas memorables la de Bradley buscando a Iggy en el campo de batalla, el descubrimiento del cadáver mutilado y torturado del amigo y el baño de los soldados en la playa. El guión es algo disperso.

La música, de Eastwood, reitera un tema central, intimisma y lírico, al piano y a la guitarra, que en ocasiones se acompaña de un ligero fondo orquestal. Añade composiciones de la época (Irving Berlin, Sammy Cahn...) y actuales (Dianah Shore, Artie Shaw...). La fotografía, de Tom Stern, ofrece unas imágenes dominadas por los grises de la guerra y otras de colorismo sobrio, que desbordan belleza visual. Se incluyen algunas imágenes digitales.
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26 de 28 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
Buena, pero no tanto como la pintan
Clint se nos apunta a la moda de criticar el patrioterismo yanqui para aumentar su cuenta corriente (crítica que no hace al patrioterismo nipón en "Cartas desde Iwo Jima"). Asi que realiza una especie de versión "oscura" de "Arenas Sangrientas". Muchos de los temas reflejados en esta película o en "Cartas" ya han sido tratados en películas clasicas del género bélico como "El sexto héroe", "Casco de acero", "Men at war" e incluso algunas sobre el Vietnam como "El regreso". De hecho creo que hay un guiño a "Objetivo Birmania" (ver zona spoiler). Pero como Clint es un magnífico director consigue una buena película, pero no una obra maestra.

Lo peor:
Demasiados flashbacks. Creo que al final hace bastante confusa la historia.

Lo mejor: La ambientación del film y la historia que hay detras. "Al final solo luchas por tus compañeros".

Otras cosas comentables:

La historia de Ira Hayes creo que está mejor reflejada en la película "El sexto héroe" (The outsider) con Tony Curtis en uno de sus mejores papeles. En esta película me ha parecido que Clint ha querido elevar a Ira Hayes a una especie de altar.

La escena del sirope de fresa sobre el postre es realmente impactante.

Hay que reconocer que saben usar los ordenadores. La escena del convoy con los barcos en formación de "caja" es bastante buena. Lo mismo las escenas del desembarco y el despliegue marino. Todo digital, vale, pero bien hecho.

Errores destacables que he notado los he puesto en la zona spoiler

Resumiendo. Una pequeña decepción en cuanto a que me la esperaba mejor, pero aun así, es recomendable para los amantes de la historia de la WWII.

Por cierto, me gusto más "Cartas desde Iwo Jima". Es más típica película bélica.
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29 de 37 usuarios han encontrado esta crítica útil
4
Confuso somnífero.
Ya sabemos todos que hasta el mejor escribano echa un borrón, pero nunca imaginé que el maestro Eastwood lo hiciera a estas alturas, y menos aún con una historia con la cual era bastante difícil hacerlo por las amplias posibilidades que ofrecía de antemano.

Pero todo se queda en un fuego de artificios (nunca mejor dicho), con un desarrollo de la trama soporífero y desajustado, en el cual es demasiado fácil perderse por el continuo uso de los flashback y la imposibilidad de saber de quien está hablando o en que momento exacto del ataque a la isla nos encontramos.

Me ha hecho gracia leer la crítica de la web en la que se compara la escena del desembarco con la del Soldado Ryan, por favor, un poco de seriedad. Clint Eastwood quiere jugar a dos bandas en esta película y al final no consigue realizar ni una buena película de acción/bélica ni un buen drama. Se queda a medio camino de todo y por eso el film resulta tan confuso, lento e inverosímil.

La voz en off tampoco ayuda en nada, y llega un momento en que sus relatos sobre los ataques en la isla y el tour por el país de los tres soldados para recaudar dinero acaba por desquiciarte. Además, las entrevistas del hijo de Doc con los veteranos de guerra, y ese tono de documental, empeoran más si cabe el asunto.

En fin, que no conforme con este bodriete, Clint nos regaló otra película con su visión del ataque desde el lado japonés, más lenta e insufrible si cabe.

Menos mal que el genio no tardó en redimirse con Gran Torino ;-)
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25 de 29 usuarios han encontrado esta crítica útil
6
Hemos perdido a Pepito, otra vez
Tengo un amigo al que no le gusta ir a la montaña porque la naturaleza le aburre. Dice que "visto un árbol, vistos todos".
Y a mí me pasa más o menos los mismo con el cine bélico. Por supuesto que me doy cuenta de que hay diferencias entre Senderos de gloria y El puente sobre el Río Kwai, y que no es exactamente lo mismo Platoon que Stalingrado, pero esque me ponen a mí una escena de explosiones épicas y tiros épicos y, por muy bien rodada que esté, al cabo de diez minutos ya estoy pensando en mis cosas y oyendo el pum pum pum patapum a modo de ruido de fondo, como si de una épica lavadora vieja se tratase. Me desperezo un poco cuando llegan esas tradicionales escenas en las que bajan el ritmo de las explosiones, ponen música de yuyu (mayormente violines) y muestran los horrores de la guerra simbolizados por algún cuerpo mutilado, con las vísceras sueltas o los ojos arrancados o algo por el estilo. Pero enseguida empezamos otra vez con el pum pum pum y los soldados gritando cosas y siempre hay alguno al que llaman y no responde porque la ha palmado o la va a palmar enseguida, "¡Pepito!, ¡Pepito! ¡¡PEEEPIIIIITOOO!! ¡¡Repito, digo, Pepito!! ¡HEMOS PERDIDO A PEPITO!", y siempre hay alguno que quiere hacerse el héroe y salir de la trinchera a lo tonto y sus amigos le dicen que no salga "¡Qué coño te pasa, Juanito! ¡¡Quieres morir cómo Pepito!!", pero yo ya vuelvo a estar pensando en mis cosas.

Y por supuesto que Clint Eastwood es el mejor director actual de todos los tiempos del copón bendito, y por supuesto que admiro sus agallas, y por supuesto que las guerras son mu malas, y por supuesto que cuando aparecen los barquitos y los aviones por primera vez molan un montón, y por supuesto que son interesantísimas las escenas sobre el rollo de la foto de la bandera de marras y el poder de los símbolos y la importancia de la propaganda...
Pero anda que no hubiese yo disfrutado si me hubiesen dejado estar en la sala de montaje un ratito a solas con los rollos de la película y unas tijeras de podar setos.

Nota: sufi.
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36 de 52 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
Siempre Eastwood
Hace años que Clint Eastwood posee la capacidad de coger cualquier argumento y, con una dirección de actores firme, unas cualidades artísticas innegables y, sobre todo, un destacable dominio narrativo, convertirlo en una muy buena película.
En este caso se trata de una película bélica a la que Eastwood da su toque peculiar.
La batalla de Iwo Jima y el hecho de haber conseguido levantar la bandera de USA por primera vez en territorio genuinamente japonés supuso el principio del fin de la II Guerra Mundial en el frente del Pacífico. Ésto constituye en sí un hecho histórico innegable.
Pero al maestro Eastwood le preocupa sobre todo quién estaba allí para levantar esa bandera, por qué se hizo así, cuántos muertos costó esa foto, cómo se aprovechó luego desde el punto de vista propagandístico, qué fue de esos soldados que vivieron en Iwo Jima sus quince minutos de gloria que la vida, según Warhol, nos regala a casi todos,...
En definitiva, que sea el género que sea el que aborda, Eastwood nunca me defrauda.
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21 de 22 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
"Hay muchos imbéciles que se creen que saben lo que es la guerra..."
Enésima cinta con la Segunda Guerra Mundial como telón de fondo. "Banderas de nuestros padres", sin embargo, dista de ser una cinta bélica más para convertirse en una crítica a la falsedad e hipocresía de aquellos que manejan desde sus cómodos despachos los hilos de una guerra. Esos canallas que las hacen pero a la hora de la verdad envían a jóvenes a morir por ellos, por su país, dicen. Como muy bien nos muestra Eastwood en la mitad americana de su panfleto antibelicista, "tal vez lucharon por su patria, pero murieron por sus amigos, por aquellos que estaban allí luchando a su lado".

El motor de la acción lo conduce la legendaria fotografía de los soldados levantando la bandera americana sobre un monte de Iwo-Jima. Una foto que sirvió para seguir financiando la guerra, y que tuvo un enorme impacto en la sociedad de la época. Un "montaje", pues aunque la foto fue real (al menos en la película), se transgiversó de tal modo que aquellos que la levantaron fueron considerados los héroes y vencedores de una batalla que apenas había comenzado. La farsa les persiguió durante toda su vida, y su silencio fue comprado. La gente tenía que creer, al mirar la fotografía, que América iba a ser la absoluta vencedora de la contienda. A los soldados que salían en ella se les condecoró y alabó, se hizo de la guerra espectáculo, mientras que a los verdaderos héroes, aquellos que habían muerto en el campo de batalla, se les olvidaba: "No soporto que me llamen héroe, lo único que hice fue intentar que no me mataran".

Clint Eastwood sabe muy bien lo que hace y a pesar de que ésta no se cuente entre sus mejores obras, sí hablamos de un más que notable filme antimilitar, una durísima y afiladísima crítica a la América más oportunista y chabacana, que no duda ni un momento en sacar partido de muertes inocentes de jóvenes que son enviados a eso mismo, a morir por su patria: "Nos gustan las cosas bien claritas, buenos y malos, héroes y villanos. De esos siempre hay. Pero la mayoría de las veces no son los que nosotros creemos".

Para ello Eastwood reunió a Ryan Phillippe, Jesse Bradford y Adam Beach, un trío protagonista que cumple con sus papeles satisfactoriamente, y decidió mostrar las espectaculares escenas de guerra mediante flashbacks, presentados en forma de memorias de los tres combatientes. También hace uso de una paleta de grises que dan al filme un tono sombrío y triste y que lo aleja de otras producciones de este mismo tema.

Por todo ello, "Banderas de nuestros padres" se alza con voz independiente sobre otras cintas bélicas, al dejar la propia guerra un poco de lado y centrarse más en la horrible maquinaria que la hace continuar quitando vidas. Una necesaria reflexión de la mano del maestro Eastwood, que desmitifica el papel del héroe en las guerras, que dicho sea de paso, nunca deberían empezarse.

"Hay muchos imbéciles que se creen que saben lo que es la guerra... sobretodo aquellos que no han estado en una".
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20 de 21 usuarios han encontrado esta crítica útil
6
Abanderando la guerra
Eastwood se pone al frente de la dirección de un proyecto auspiciado por Steven Spielberg que suponemos consciente de resultar repetitivo de haber realizado esta película, prefirió delegar en las manos del veterano Harry, una película que se centra en el drama sufrido por unos soldados a los que la historia les convirtió en héroes de la manera más rocambolesca. Al menos Eastwood tiene las ideas mucho más objetivas que Spielberg, los buenos no lo son tanto y los malos tampoco y lejos de pretender ensalzar los valores patrióticos (que según Spielberg sólo tienen los Americanos) tiene el aplomo de narrar las miserias de la guerra. Ni siquiera en el mismo frente las cosas son como parecen, los soldados que aparecen en la foto no son los que luego son homenajeados y el sufrimiento de los caídos es pretendido ser sustituido por el instante reflejado por una cámara de fotos, un emblema para recaudar, una foto para enmarcar y miles de muertos que jamás serán recordados. “Banderas de nuestros padres” no es ninguna obra maestra, está muy lejos de los mejores trabajos de Eastwood, se puede encontrar entre sus virtudes, la manera en la que se destapan todas mentiras que se esconden debajo de la propaganda militar, sin embargo cae en lo repetitivo, sin ser un film especialmente largo, termina por ser cansino. Lo mejor sin duda lo reservó Eastwood para los ojos del lado japonés, pero eso es otra historia.
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15 de 16 usuarios han encontrado esta crítica útil
5
Bandera a media asta
“Banderas de nuestros padres” tiene varios lastres que provocan que el estandarte se quede a media asta:
El primero es formar parte de un díptico junto a “Cartas desde Iwo Jima”, donde Eastwood tiene la posibilidad de explorar sobre el mismo escenario una perspectiva menos trillada.
El segundo son los parecidos razonables con “Salvar al soldado Ryan”, aunque al contrario de lo que ocurría en el filme de Spielberg, el montaje y la estructura de la historia evitan el desplome al dosificar hábilmente la toma de la isla bajo la senda del flashback.
El tercero y definitivo es que conciencia pero no emociona. Algo imperdonable para el tándem Eastwood / Haggis, que consiguió agotar las existencias de kleenex en veinte kilómetros a la redonda de todos los cines donde se proyectó “Million dollar baby”.

No sé si el problema de Eastwood es que sus películas están realizadas sobre una plantilla de guión ejemplar, como incluir a un narrador y una voz en off que indague y saque sus conclusiones sobre la historia. Grave error para aquellos a los que no nos gusta que nos den el manjar mascado, imperdonable si esas conclusiones son impuestas y redundantes como es el caso y no existen dobleces (“Mystic river”).
Aunque las intenciones finales son muy dignas: los héroes son creados por nosotros, ciertos intereses y tienen fecha de caducidad al gusto de consumidor, los resultados no llegan (salvo que el fanatismo a Eastwood le nuble la vista a alguno – al fiel de la iglesia del director, Carlos Boyero, no por ejemplo) a tocar ni de lejos sus cumbres más altas (“Sin perdón”, “Mystic River” y “Million dollar baby”).

No obstante, en esta narración desde un punto de vista americano de la batalla de Iwo Jima, aparece el buen cine con mención honoris causa para la secuencia de la simulación en un estadio de la colocación de la bandera, donde un uso notable del montaje sirve para recordar a los compañeros caídos en combate.
No es la única, aunque toda esta interesante visión antiépica repleta de melancolía se cae en picado y se hunde el conjunto en su recta final al ser incapaz de sacar una simple emoción en un repaso a las vidas de todos los protagonistas.
Es el peor de los errores que denota que una vez acabado el recurso del flashback del campo de batalla no hay película, y si la hay resulta insípida e intrascendente.

“Banderas de nuestros padres” huele demasiado a ceremonia de los Oscars, a cine académico-convencional mientras que en “Cartas desde Iwo Jima” se intuye otro tipo de cine mayor. Ese que sí perdura en la memoria y que se recordará con el paso del tiempo, como la famosa foto de Joe Rosenthal.
Probablemente sean dos proyectos ligados en cuanto producción y al mismo tiempo con diferente enfoque y espíritu. Lo estándar frente a lo artístico. Aunque en este cine “estándar” se nota en demasía la mano del artesano y para bien.
¿O cuántos directores americanos pueden ser “nominados” al Oscar por una película bélica en la actualidad?
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41 de 69 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
La guerra se da dentro y fuera del campo de batalla
"Banderas de nuestros padres" es una película que trata sobretodo del recuerdo y de su determinante importancia para el decurso normal de la salud de nuestros pensamientos, ideologías y simplificando a tope, de nuestra manera de comportarnos. Por eso Clint Eastwood se asoma sólo y únicamente a la batalla primera donde los americanos toman el monte "kuribayashi", porque la toma de ese monte es suficiente como ejemplo para ver la atrocidad de la guerra y para ver también a través de la "mítica" imagen de la bandera que la guerra también se forja fuera del campo de batalla. Alrededor de eso gira el film, alrededor de esa retroalimetación entre guerra pura y dura (En Japón, Iwo Jima) y la guerra psicológica que los soldados libran en EEUU al tener que ir de gira como si fuesen los Rolling pregonando una heroicidad que ellos no sienten cono tal, ya que son seres humanos, y además jóvenes, para que la gente del país invierta en bonos para la guerra.

Clint Eastwood va más allá de la propia batalla y se centra sobretodo en la vida de los tres soldados que izaron la bandera de repuesto, al volver de Iwo Jima. Se centra en cómo sobrevivieron, los que pudieron, y sobretodo, a través de la figura del personaje del enfermero, en la importancia que tiene para la salud real de las venideras generaciones el contar esa historia para conocer de primera mano cómo fue aquella monstruosa guerra.

De nuevo Congratulations por su película Mr. Esatwood, deseoso estoy de ver la cruz de esta moneda con nombre "Cartas desde Iwo Jima".
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17 de 24 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
I was in Iwo Jima...
La ambición todo lo puede, está claro. Por suerte para nosotros, Clint Eastwood es un verdadero genio y convierte lo que toca en oro. Tras regalarnos la maravillosa "Million Dollar Baby" y esa Obra Maestra infravalorada llamada "Mystic River", el vaquero más famoso de la historia nos trae la versión "yankee" del conficto de Iwo Jima en la Segunda Guerra Mundial. A falta de ver "Cartas desde Iwo Jima", el punto de vista nipón del conflicto, hay que admirar de nuevo al genio y agradecerle una cinta como "Banderas de nuestros padres".

A nivel argumental, "Banderas..." se ha vendido como una cinta épica, de guerra, al más puro estilo "Salvar al Soldado Ryan"... y nada más lejos de la realidad. Todo lo que sucede en el campo de batalla son flashbacks, siendo lo restante un drama donde la política, la explotación de la figura del héroe, la marca, el mito, y el interés del ser humano de querer sacar provecho de todo. La lucha interna de los tres hombres que sobreviven a la guerra y partícipes de la mítica fotografía de la carátula, el recordar a los caídos, etcétera, son el eje central de un relato íntimo y muy humano.

Todo el guión está impregnado de esa humanidad, para lo cual Eastwood recurre a rostros jóvenes y "poco" conocidos como Ryan Phillippe, Jesse Badford o Adam Beach en el rol del trío principal, o secundarios de lujo como Paul Walker o Robert Patrick. Sorprendentemente las actuaciones no son nada del otro mundo, algo que sorprende de una cinta de Eastwood. Todos cumplen, sin más, interpretando sus roles pero en absoluto emocionando demasiado, aunque evidentemente hay momentos sensibles y que son capaces de inspirar alguna lágrima.

La magnífica fotografía y un evidente dominio de la cámara ayudan a que técnicamente estemos ante una obra redonda, sublime. Desde las primeras imágenes, al brutal desembarco -que me niego a comparar con ningún otro- e incluso la preciosa y metafórica imagen final: Todo está perfectamente mostrado. Una BSO a la altura ayuda, por supuesto. Y también un tratamiento perfecto de las secuencias de guerra, sin miedo a ocultar las consecuencias de disparos, explosiones y demás mediante cuerpos de soldados mutilados de mil y una formas. Es bastante gore, pero siempre de forma justificada.

En definitiva, "Banderas de nuestros padres" es una película maravillosa, notable sin duda alguna. Con un apartado técnico sublime y un mensaje universal, lo único que la aparta de una mayor consideración es su ambición: Easywood ha filmado auténticas Obras Maestras y particularmente me parece que esta no cae del lado de otras como "Mystic River" o "Million Dollar Baby". Pese a todo, de visión obligada sin duda alguna. Espero como loco poder ver "Cartas desde Iwo Jima" y descubrir la versión nipona de esta historia convertida en poema por el grandísimo Clint Eastwood.
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18 de 27 usuarios han encontrado esta crítica útil
4
Eternamente lenta
Impresionante el por culo que da Clint Eastwood durante 132 minutos con la bandera. La mezcla de cine bélico con cine actual es algo muy atractivo para mi gusto. Pero "Banderas de nuestros padres" se cae con todo el equipo. La trama bélica que va alternando con la de los tres muchachos en tierras americanas muy mal. Se ve muy desordenada. Incluso durando algo más de dos horas la película no queda muy claro quién es quién. Sin contar con que se hace eternamente lenta.
Durante esta cinta, descubrí esos pequeños detalles desapercibidos hasta entonces que tiene mi reloj.
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16 de 23 usuarios han encontrado esta crítica útil
10
Comparando con“Saving Private Ryan”.
Es una tentación comparar “Flags of Our Fathers “ con “Saving Private Ryan”. Ambas se refieren a la Segunda Guerra Mundial, y se asoman en una época en que los hechos ya son lo bastante lejanos como para que, ni directores, actores y espectadores tengan poco que ver con los mismos y en la que la producción del cine bélico escasea y el poco se refiere a batallas más recientes.
Entre las dos hay coincidencias: Los trepidantes veinte minutos primeros del film de Spielberg del desembarco en Omaha y las espectaculares escenas de la flota dejando su carga humana en Iwo Jima del de Eastwood. Claro que se parecen: ambas películas pretenden hacernos ver un desembarco y las tácticas del mismo son las que son, o sea una multitud de hombres al asalto, lanzados a la incertidumbre de la playa en pos de la conquista del territorio, previas las maniobras de bombardeo, aproximación y embarque en las frágiles lanchas. Pero son Films radicalmente opuestos.
Spielberg, que bebe de fuentes como el cómic y los clásicos del cine – en realidad “Saving Private Ryan” es un magnífico homenaje a reconocidos autores del género, como Fuller, Kubrick, Wicky entre otros, de los que reproduce escenas conocidas- busca la anécdota; el impacto visual de horror, como cuando un soldado va buscando su brazo recién amputado, entre el combate; “Saving P.R.” es un improbable relato sobre la prevalencia de algunos factores de inteligencia emocional en la guerra: Un general se preocupa de enviar un equipo de élite para salvar al cuarto vástago de una familia que ya había contribuido al sacrificio con la muerte de los otros tres.
Eastwood, sin ser tan explícito en las secuencias de morbosa espectacularidad, ofrece una ácida versión de la situación; seguramente sin proponérselo, le sale un anti “Saving Private Ryan”, puesto que en Iwo Jima nadie pretende salvar a nadie –incluso cuando la escuadra se dirige a su objetivo y se cae un soldado al agua, ahí se le deja. La US Navy no va a detener su avance por una minucia así- en Iwo Jima un fotógrafo logra un encuadre excepcional, que pone en marcha toda una campaña propagandística, al objeto de conseguir que la población civil siga dando soporte a la hecatombe, comprando bonos y enviando levas de soldados. Ahí se fabrican héroes donde no los hay, mientras los auténticos yacen en las arenas volcánicas de la isla japonesa. Ahí no hay generales que pretendan salvar a soldados Ryan. Y Eastwood, este nuevo gran clásico, lo explica con la maestría que le llevó a filmar “Sin perdón” y con la energía y sutileza con la que retrataba los personajes de “Mystic River”.
De la estética de cómic de Spielberg, a la grandiosidad clásica y profunda de Eastwood, me quedo con la segunda, puesto en la coyuntura de haber de elegir. Por lo tanto, mi criterio es: Eastwood, 1; Spielberg, 0.
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10 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
4
Ni más ni menos que Clint Eastwood
Viendo "Banderas de nuestros padres", uno se pregunta que ha llevado a críticos como Hilario J. Rodríguez a decir que Eastwood, al igual que Bergman, Godard o Kurosawa, es un cineasta cuya obra "está más allá del bien y del mal". No hay que ser un excelente aficionado al cine para caer en la cuenta que Clint Eastwood, si bien es un buen calígrafo con la cámara, acostumbra a contar sus historias con un trazo lo suficientemente grueso como para que tengan cabida los manoseados y frívolos conceptos sobre la violencia y la cultura que suele endilgarnos en sus películas.

"Banderas de nuestros padres" no es una excepción a lo dicho, y si no fuera porque esta película de Eastwood, al igual que la mayoría de su filmografía, son un ejercicio depuradísimo de puesta en escena, ni siquiera recomendaría su visionado.
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16 de 25 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
El mundo al revés. Peor como historia que como espectáculo.
Cuando se estrena una película de Clint Eastwood uno está acostumbrado a leer muchas aberraciones, entre ellas que es uno de los mejores directores de la historia del cine. Y no es verdad, para nada.
Lo que pasa que el nivel ha bajado mucho con todos los directores videocliperos para adolescentes de ahora y a los que nos encanta el cine clásico sólo lo encontramos en la actualidad en tipos como Eastwood de los que cada vez quedan menos. Pero no se le puede comparar con John Ford, ni con Howard Hawks ni con Raoul Walsh. Eastwood en todo caso estaría al nivel de un Delmer Daves o Don Siegel pero nada más, ni tampoco menos.
Eastwood tiene cantidad de películas mediocres y un puñado de ellas malas, obras maestras sólo recuerdo “Sin perdón”. Ni “Million Dolar Baby”, ni “Mystic River” lo son en absoluto y aunque son buenas películas no dejan de estar muy infladas por mucha crítica que influye en el público.

“Banderas de nuestros padres” no es mucho peor que aquellas, pero no ha tenido buena prensa, y de ahí el relativo fracaso.

Es inevitable hacer comparaciones con “Salvar al soldado Ryan”, porque esta película busca siempre el referente de aquella, -se nota la producción de DreamWorks- por ejemplo creo que el desembarco de esta película es mejor que aquella, simplemente majestuoso y por ver los quince minutos de lucha encarnizada ya merecería entrar en el cine. Es curioso que precisamente en la parte más humana que es donde se supone que Eastwood resultaría más poderoso que Spielberg no lo consigue. Es cuando nos encontramos las escenas más lastradas y menos auténticas, mientras que curiosamente en la parte más de acción está muy bien; realmente si la película hubiera sido puramente bélica estaríamos hablando de la mejor de la década, sin embargo nos termina por cansar con la historia de la dichosa foto de Iwo Jima


“Banderas de nuestros padres es en ocasiones confusa y sobre todo no consigue trasmitirnos del todo el interés para sentirnos realmente volcados con la historia, algo que sí lograba Spielberg.

Es verdad que se agradece la crítica hacia los medios de comunicación y los políticos en general y en la continua tergiversación de los hechos históricos pero eso no es suficiente para que la película vaya decayendo a medida que avanza el metraje, hasta terminar haciéndose larga y un poco pesada. Esta vez el Oscarizado guionista Paul Haggis (“Crash” “Million Dolar Baby”) no termina por tocar la tecla correcta a lo que hay que sumar que tampoco los actores ayudan a que la cosa mejore.
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10 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
6
Ya quisiera Spielberg y aún así, decepciona.
Clint, en su enésimo intento por redimir a su patria expuesta al vituperio y al escarnio, se la juega en un colosal esfuerzo cinematográfico por rendir homenaje a los chavales caídos en combate a los 19 años. No a la manera tradicional, haciendo ondear banderas por aquí y acullá. Sino destapando una farsa montada por los medios, callada por los excombatientes y acabando por deplorar otra vez, la imagen de los veteranos de guerra norteamericanos.

Una epopeya bélica que nada tiene que envidiar a la cinta, (si nos detenemos en los medios), con la que tanto se le compara, “Salvar al soldado Ryan”, crítica y dura con la sociedad americana sedienta de héroes, pero narrada tediosamente, durante más de dos horas y con demasiados saltos en el tiempo y el espacio.

Nada que destacar con respecto al reparto. Sí en cambio por lo que se refiere a su prodigiosa puesta en escena. Pero desde luego, no es este el estilo de Eastwood, el de las grandes superproducciones.

Una película sobrecargada, llena de excesos pero con una primera hora espectacular. A mitad de la cinta, Eastwood parece que desiste, aburrido y se pira a otra cosa dejándonos con cara de pócker.

Quizás a Iwo Jima.
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8 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
5
Impresionante bajón de señor Eastwood
¡Pufffff!
Esto si que es una decepción. Fracaso desde dos puntos de vista distintos:

1) Fracaso para el cine bélico:
Desde luego es una decepción para mucha gente que esperaba una película bélica entretenida (y digo esto porque conozco a mucha gente que piensa lo mismo). Una película que cuenta una historia muy interesante pero que, la película en sí, no es interesante. El desembarco en la "Playa Roja" contiene una de las mejores escenas de guerra que yo haya visto jamás pero que se echa a perder con el resto de la película. Sin duda, hay decenas de películas bélicas más entretenidas que esta. Desde luego decepciona profundamente al género bélico.

2) Fracaso para el señor Eastwood:
Menuda diferencia entre algunos de sus últimos trbajos como "Million Dollar Baby" o "Mystic River" (por no hablar de sus clásicos de siempre). Un verdadero bajón que dejará huella en su carrera como director. Muy mal, Clint, muy mal.

En resumen, una película con un argumento muy "curioso" que nos da a entender lo que ocurrió de verdad en Iwo Jima y por ello, insuspendible, pero desde luego, una totalmente dispensable superproducción tanto para el cine bélico, como para Clint. Es incluso inferior a "Cartas desde Iwo Jima". Ciertamente indigna de formar parte de la filmografía de Eastwood.
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10 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
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