47 Críticas de los usuarios

Ya lo mencioné en otra crítica.
Yo conocí a un médico especial.
No se colocaba peras para enemas cortadas para imitar una nariz de payaso, ni iba por ahí disfrazado, ni convertía los objetos a su alrededor en puertas para la imaginación.
Pero sí tenía eso que le sobra a Patch Adams: humanidad a borbotones, ternura, amabilidad sin barreras y ese aura que consigue inmediatamente que todo el mundo a su alrededor se sienta automáticamente mejor.
No era un payaso con chistes y ocurrencias debajo de la lengua, pero conseguía resultados similares a los de Patch.
Porque él tampoco creía en el distanciamiento entre médico y paciente.
Porque para él los pacientes eran personas que necesitaban una mano consoladora.
Llevaba una bata blanca impecable y sus modales eran exquisitos. Sólo con verle a uno se le aligeraba el corazón. Aunque su aspecto causaba un gran respeto, era más bien el respeto que él se ganaba tratando a todos como a iguales. Lo mismo daba que estuviese atendiendo al alcalde, o hablando con alguna eminencia médica, con una enfermera o tratando al paciente más humilde. A todos los trataba con las mismas campechanas atenciones, para todos tenía palabras amigas. Se interesaba por sus familias, por sus tareas cotidianas, les invitaba a la conversación y siempre parecía tener alguna solución. No porque él fuese más sabio que los demás, sino porque casi siempre encontraba esas palabras con las que paliar un poco la inquietud y el dolor. No eran palabras vacías ni falsas, sino auténticas. La niña que yo era y que fue a su consulta en repetidas ocasiones, sobre todo a causa del asma bronquial infantil que me tumbaba cada dos por tres, percibió aquella esencia bondadosa desde la primera visita. Él también sabía hablar a los niños. Una vez, habiendo yo ido a su consulta probablemente por alguna infección de las vías respiratorias, me dijo: “no te preocupes, que no te vas a perder la feria e irás con tus papás y tus hermanos”. Y me lo decía con esa seguridad y ese tono que me encantaba porque no era un tono de condescendencia, sino de convicción. Y me dijo más cosas, no recuerdo cuáles, pero recuerdo su encantadora voz y aquello era como estar en un reino celestial.
Efectivamente, pocas horas después, la infección se había marchado como si nada y estaba yo en la feria disfrutando con mi familia.
Tal vez aquella rápida recuperación no se debía tanto al efecto de los medicamentos (que también se debería a eso), como por el convencimiento de que aquello tenía escasa importancia y se iba a curar muy pronto, sobre todo porque el médico lo creía así. Y bastaba que él lo creyera, para que yo también lo creyera.

Sólo hay una cosa a exigir a una película que se defina biográfica, y es que cuente la verdad, y no sea una sucesión de escenas, en parte romanticonas hasta el vómito, y en parte payasadas de un bufón. El propio Patch Adams, el real, renegó absolutamente de esta película, y es tan fácil como investigar su historia para comprobarlo. Repugna que lo presenten como un mísero payaso obviando el esfuerzo que pone en tratar a sus pacientes, de manera individualizada y aplicando todos sus conocimientos médicos, que en esta cinta son cercenados e ignorados. La vida del auténtico Patch Adams merece ser reflejada de un modo más real, y no con este bodrio que tira de clichés hasta el hastío. (El malvado stablishment, el speach final, la bananera utilización de los niños...)

Dato de hasta donde es capaz de llegar esta película en su desvergüenza en Spoilers.

Hacía años que alguien venía recomendándome fervientemente "Patch Adams"; no de manera constante, pero sí con una clamorosa recordatoria cada cierto tiempo.
Esta persona estaba totalmente convencida, así por las buenas, que un servidor caería rendido ante el film de Shadyac. Sin embargo yo intuía que, hablando en términos filmaffinitero, la experiencia con Patch no pasaría de un simple seis en el mejor de los casos. El problema para mi está en que Robin Williams no me hace ni puñetera gracia cuando va en plan cómico forzado; y aquí pintaba que el amigo partía con la intención de ponerse las botas con chorradas humorísticas al estilo Morancos de Triana; es decir, soltando sin filtro las primeras soplapolleces que le fuesen pasando por la cabeza.

Otra cuestión por la que a mi ni fu ni fa pese a lo bien hablada de ella es el no fiarme, por la tendencia del espectador a puntuar generosamente lo que se cuenta y no el cómo se cuenta. Me explico; si la película "A" habla de un tío que ayuda al necesitado desinteresadamente, y la película "B" habla de un tío que disfruta violando monjas, no se tendrá en cuenta la calidad de la cinta por mucho que "A" sea un tostón y "B" esté magistralmente dirigida. Más bien se premiará "la intención", con lo cual el cinéfilo se convierte en juez del todo a cien más que en un jurado peliculero. Suele creer, a fin de cuentas, que aprobar a "Gandhi" y suspender a "Hostel" lo convierte en mejor persona (puse estos dos ejemplos por ser películas significativas del bien y del mal, sin poner en duda las virtudes de la primera y las carencias de la segunda).

Hablando ya de la cinta, decir que el Patch Adams este no es un médico simpático, es un loco que sabe de medicina simple y llanamente. La prueba está en que también hace el payaso cuando trata con superiores y con gente no enferma como bien demuestra en sus escenas finales.
Para los lectores más quisquillosos, señalar que me refiero única y exclusivamente al personaje ficticio. Al real nunca lo he tratado, o mejor dicho, nunca me ha tratado él a mi.

Película que se consume sin grandes emociones. Y por supuesto, de un sólo uso. Pero vamos, si no la ves tampoco te pierdes nada.

Es una película preciosa, de las que te dicen algo. No se acaba a los 120 minutos sino que se queda dentro de tí, en alguna parte, enseñándote una forma nueva de ver la vida, el mundo, las personas, incluso la enfermedad y la muerte. Recomiendo esta película a todo el mundo. Hace reír y llorar, y te deja imágenes preciosas para el recuerdo. Williams como siempre perfecto en la interpretación, el reparto acertado y el guión sensacional.

No me imagino a otro actor haciendo del Dr. Patch Adams, indudablemente que Robin Williams es uno de los mejores actores que combina muy bien el drama y el humor. Una película en que el Dr. Patch fiel a su peculiar forma de ayudar a sus pacientes, es revoluciona la medicina incluso con situaciones que lo hacen pensar si ese es realmente su camino, además de contar sin mucho apoyo a su proyecto, pero dio y dá mucho ejemplo a que la medicina no es solo una profesión sino además una VOCACIÓN DE SERVICIO.

Acabo de "repasar" ésta película y a diferencia de los verdaderos clásicos, no gana con el repaso. Cuando la vi cerca de su año de estreno yo era médica recién graduada y aunque a ratos parece increíble que en un hospital lo dejen hacer a uno tantas payasadas sin despedirlo, asumiendo que se trata de una simple exageración para que agrade más al público, a uno le cala el mensaje, que de tantas formas verbales nos pasaban los profes, interesarse por el paciente, acercarse a él como ser humano, mientras que en las formas no verbales, en la práctica, nos enseñaban a diario como alejarse, distanciarse, poner barreras infranqueables que hacen que los demás confíen en tí pues eres como una especie de "hechicero" que no debe develar sus trucos. En fin, lejos de aquel visionado hoy día, con 400 o más películas entre mis dos sienes he visto que cinematográficamente es muy pobre. Pobres actuaciones, exceptuando a Seymour Hoffman a quien no le he visto una mala. Robin Williams no está mal, pues el papel de payaso sensiblero le queda bien, lo que no cuadra es que desde el primer día en la escuela de medicina tiene calvicie y lo menos que uno le pone es 35. Es cierto que algunos empiezan tarde lo de la formación profesional pero no parece ser el caso de acuerdo con lo que deja ver el guión.

Tom Shadyac lo ha tenido muy fácil en esta ocasión. No hay nada para triunfar de forma rápida y directa, que a través de un hecho real que cale en la gente. Y mucho más efectivo, cuando tratas con personas enfermas y próximos a la muerte.

La historia de Patch Adams, es la de una persona con inquietudes poco normales, que se sale del guión escrito por la sociedad, y el cual tiene que luchar contra viento y marea para conseguir que la gente escuche sus ideales. En principio la verdad es que parece un auténtico desquiciado, un pirado de la vida, el cual se ha equivocado de camino. Pero a medida que se va saltando el protocolo oficial, y comienza a imponer sus ideas, la gente va reconociendo lo efectivas que son para aumentar la felicidad y la calidad de vida de los pacientes. Es una peli muy divertida, creo sinceramente que acertaron de lleno en el actor, la calidad comediante de Robin Williams es la ideal para el papel del personaje real de Patch Adams. Un tío simpático, con carisma, inteligente y altruista. Cuyo fin no es terminar una carrera y ser reconocido socialmente por su título de doctor. Al contrario. La finalidad buscada, es que la gente sea tratada con calidad, aunque su bolsillo no se lo permita. Son muchos los que al principio lo ven un tipo absurdo, pero a medida que pasa el tiempo, se unen a su causa. La causa del DOCTOR ADAMS.

Es una peli muy emotiva a la vez que divertida, reiremos, lloraremos, nos enfadaremos, no dejará indiferente a ningún espectador. El reparto en líneas generales muy acertado, destacando el protagonista por encima de los demás.

No soy capaz de entender a esos productores y directores que hacen este tipo de películas. Tienen la fascinante historia del Dr Adams, cuya filosofía sobre medicina ya de por sí resulta fascinante, y lo convierten en un payaso. No contentos con eso, lo llenan de todos los clichés posibles buscando una cosa: que el espectador derrame hasta la última lágrima, haciéndole creer que lo que está viendo es una gran historia.
No estoy diciendo que me parezca una mala película. La interpretación está muy bien, el nivel técnico también, y bueno, está "bien contada", pero está intentando engañar. Está contando una historia ficticia y que no resulta creíble, haciendo ver que se puede llegar a ser médico sin estudiar, que a los ancianos enfermos les encanta que los asusten con globos y gritos en mitad de la noche, y lo más indignante, ¡que a los médicos no les importan sus pacientes!. Es genial que l tratar con mejor humor y cariño sea beneficioso, pero si los médicos no deben tener enlaces afectivos con sus pacientes es por buenas razones: porque se debe trabajar de forma objetiva, sin que los sentimientos nublen la mente del doctor, y porque en caso de que el paciente muera, el médico, quedará emocionalmente destrozado.

En fin, odio las intenciones sentimentaloides de esta obra y su mínima lealtad hacia los hechos reales, pero como película tal cual no me parece mala. Es un conjunto de elementos bastante notables, usados con unos fines que ni comparto ni me parecen decentes

Hermosa y poética película, con bellos efectos y una gran actuación de Robin Williams, basada en una historia Real con una gran propuesta y todo un tratado para la medicina. Muy emotiva y fuerte, unos diálogos espectaculares. Me permito transcribir el bello e inolvidable poema de Pablo Neruda del cual hay un fragmento en la película. Genial obra del cine.

"SONETO XVII

No te amo como si fueras rosa de sal, topacio
o flecha de claveles que propagan el fuego:
te amo como se aman ciertas cosas oscuras,
secretamente, entre la sombra y el alma.

Te amo como la planta que no florece y lleva
dentro de sí, escondida, la luz de aquellas flores,
y gracias a tu amor vive oscuro en mi cuerpo
el apretado aroma que ascendió de la tierra.

Te amo sin saber cómo, ni cuándo, ni de dónde,
te amo directamente sin problemas ni orgullo:
así te amo porque no sé amar de otra manera,

sino así de este modo en que no soy ni eres,
tan cerca que tu mano sobre mi pecho es mía,
tan cerca que se cierran tus ojos con mi sueño.

Pablo Neruda"

¿Qué fue antes: el huevo o la gallina?

¿Es este un guión a la medida de Robin Williams o es Robin Williams un actor a la medida del personaje de Patch Adams?

Desde luego que muchas partes de la historia estarán exageradas/adornadas para que resulte más divertido, pero la verdad es que viendo al auténtico Patch Adams (tengo el dvd original y como extra viene una entrevista con el susodicho) queda la duda de si el amigo Williams se queda incluso corto en la película.

Por lo demás, la historia es de las que entretienen y gustan de ver, planteando la cuestión de si a los médicos les basta con saberse los libros y tratados para curar a los pacientes o si por el contrario la interactuación médico-paciente es fundamental. Williams "Patch Adams" lleva la segunda opción al extremo, conviriéndose en una suerte de doctor-bufón que consigue unos resultados sorprendentes...

Las ambiciones y las ilusiones de la infancia desaparecen en nosotros cuando nos convertimos en miembros adultos de la sociedad. Hasta que nos indicaron el camino más correcto, el mundo era muy simple y lo veíamos con sinceridad. Un pequeño universo propio, donde nuestras ilusiones eran lo más importante, tan amplio e inmenso como lo quisiésemos construir. No ganamos nada con el cambio a la realidad, al contrario, perdimos. Debemos volvernos a sentir como esos niños, y superar la barrera de la mediocridad impuesta por nuestro entorno. Pasar la frontera de lo que los demás ven correcto en cada una de las etapas de la existencia, y forjar un futuro propio, con tus objetivos, sin pensar en el dinero, en lo que es adecuado, en el futuro acomodado. Todos somos estudiantes o trabajadores de lo que es correcto, miembros útiles de la sociedad. Nos hemos adaptado a un mundo que nunca fue nuestro. Tenemos que abrirnos paso en este lugar, y volver a encontrar el borde de nuestro antiguo universo. Aquel donde éramos puros y sinceros. Aquel donde no escogíamos profesión a causa del futuro que tuviese o los años que hubiese que dedicarle. Aquel donde tener o no pareja no condicionaba nuestras ganas y lo que realmente pedía nuestra alma. Aquel donde fuimos, durante un tiempo muy escaso, verdaderamente sinceros y libres.

Perdido en esta búsqueda se encuentra un hombre adulto, para el cual la vida carece de la importancia suficiente como para valorar en su justa medida el precio de su propia existencia. Al ser un peligro, no para los demás, si no para si mismo, decide adentrarse en el único sitio donde le pueden proteger contra su mortal enemigo; un centro psiquiátrico. En este lugar, cuando la vereda parece más angosta y oscura al estar rodeada de maleza, súbitamente se abre a un hermoso valle, el cual despierta una parte de sus recuerdos que creía olvidados y que pertenece a un pasado tan difuso como las siluetas que se entreven en un paseo por la niebla un hermoso día de primavera. Su ilusión es ayudar a los demás, su ilusión es hacer a las personas felices asistiéndoles en sus peores momentos, su verdadera ilusión es ser médico.

Nos enseña trazos de la vida de un estudiante de medicina que tenía una visión diferente de la misma. Basada en hechos reales se ajusta muy bien al mensaje que pretende dar. Con una interpretaciön por parte de Williams genial, se dice de este que cobro 20 millones de dólares por su papel y que fue criticado por el verdadero patch por no dar ni un solo céntimo para su causa. Robin Williams acompañó al auténtico Patch Adams en sus visitas a los hospitales para preparar el personaje.

Vi esta película en el cine con dieciséis años sin saber a que me metía y lloré como un niño. No creo que ninguna película me haya hecho sentir tanto, supongo que me tocó mi fibra sensible. Esa comunicación honesta y profunda, ese amor a la vida y la verdad que nos saca de la oscuridad... Para mi era una película que sencillamente tocaba la esencia de la vida. Ahora, medía vida después, veo la película y no me parece tan buena, ya no ese "ese peliculón" (cuanto se rieron de mi mis amigos por decir eso... malditos), quizás sea por que ya se separar un poco mejor las cosas y uno no se abandona tan fácilmente al sentimiento, o tal vez porque después de verla diez veces ya no es lo mismo. Pero lo que está claro es que me hizo sentir muchísimo y que la recomiendo enormemente. No apta para tipos duros.

Una curiosidad: en una entrevista al verdadero Patch Adams este se queja de no haber recibido ni un solo dolar de Robin Williams para su "hospital de la risa"

Comparto el objetivo del director: presentar la medicina oficial como una fábrica de enfermedades carente de humanidad o empatía con el enfermo. Y presentar en contraposición otra forma de ejercer la medicina que conecte más con el paciente como persona y no tanto como enfermedad. Ya que los que poseen las enfermedades son los pacientes, ellos no son sólo un órgano enfermo. Esta medicina holística, que considera al paciente antes que nada como un ser humano con sentimientos y emociones, sin embargo se vuelve demasiado excéntrica en manos de R. Williams, quien parece a veces más un payaso que un médico. Pero este aspecto no resulta ofensivo en el conjunto de su forma de ver la vida y de vestir, por ejemplo.
A destacar el desenlace amoroso, muy sorpresivo, y explicable psicoanalíticamente el final de la amada de P. Adams.

Sin duda una película salvada por Robin Williams ya que la dirección y el guión resultan un tanto facilones.
Predecible y con una buena dosis de sentimentalismo barato y facilón, es la clásica película familiar que se ve sin problema además de que te hace reír, llorar y pasar un buen rato.
Una película más, una película un tanto del montón aunque también desprenda humanidad y sea una lección para todo doctor que precie llamarse así pues muchas veces estos olvidan que tratan a un ser humano.
La película tiene los clásicos moldes del cine barato familiar con bromas de esperar y momentos facilones característicos de este género pero gracias a Robin Williams la película posee un carácter entrañable que hace ser enternecedora en muchos momentos.
En mi opinión tiene un guión un poco mal construido, sobre todo el principio, se tenía todo lo necesario para hacerse una gran película pues humor, lamentos y lloros estaban asegurados, lo malo, la dirección.
Independientemente de lo buena o mala que pueda ser la película hay que saber sacar la esencia de ella y con ello me refiero a la diferente visión que plasma sobre la seguridad social y el trato al enfermo por parte del doctor, un tanto revolucionaria pero sirve de ejemplo saber que hay que luchar por eso en lo que se cree y aquí se defiende una nueva visión, una visión más humana de la medicina defendiendo no solamente el derecho del ser humano a vivir más tiempo sino ha vivir con mayor calidad de vida, esa es la mejor esencia de la película.

A veces, el cine muestra su lado más humano y utiliza su titánica voz para hablarnos de historias que merecen la pena, y en este caso, nos regala -eso sí, amplificada y edulcorada, pero quién se atreve a criticar eso en una película de Robin Williams-, la impagable labor del doctor Patch Adams por hacer mejor la vida de aquellos que más indefensos están ante sus avatares, los enfermos graves y terminales. Tan solo el hecho de que la historia sea real ya dice más de lo que yo pueda añadir.

Una recomendación: Cuando terminen de verla, tan solo piensen que es verdad...

Creo que a la hora de valorar esta película es necesario obviar por un momento el si es una buena o mala cinta. Yo soy partidario de elaborar las críticas no solo basándonos en lo que vemos a través de los ojos sino también a través de nuestro corazón, ya que si solo viéramos cine buscando la perfección artística y olvidáramos los sentimientos que éste nos transmite todo esto perdería sentido. Existen películas que sin ser obras de arte tienen ese algo especial que las convierte en imprescindibles debido a su alto contenido emotivo. Eso es precisamente lo que ocurre con Patch Adams. Técnicamente quizás tenga defectos, no lo sé. Sinceramente esta será la primera vez que voy a olvidarme de eso para escribir una crítica hacia una película. Cuando me decidí a verla no esperaba encontrar diálogos shakespirianos ni filigranas cinematográficas: aquí no se trata de eso. No entiendo a la gente que critica esta clase de films por el simple hecho de buscar llegar al corazón del espectador en lugar de a sus ojos.
Estamos ante una de las películas más entrañables y conmovedoras que existen, de esas imprescindibles en cualquier videoteca y que a los niños les deberían mostrar desde pequeños. Pero lo más hermosa de esta cinta no es lo que se ve en ella, sino la alegría de saber que todo lo que vemos sucedió realmente, pues la película está basada en hechos reales. Es admirable que exista gente capaz de dejarlo todo con tal de hacer feliz a los demás, especialmente a los más necesitados, a los que no pueden valerse por si mismos. Porque a veces todo lo que necesitas es a alguien a tu lado que te haga sonreír, GRACIAS PATCH.

Muchas veces me he preguntado, ¿por qué hay tantísima gente que no toma en serio a la gente divertida? Incluso, hay personas que les sacan el cuerpo a los humoristas, sobre todo cuando se da la ocasión de escucharlos en persona. ¿Hay razones válidas para que esto ocurra? ¡Claro que sí! Y dos de las más importantes son: 1. El temor y odio a la burla. 2. Un rechazo inconsciente a verse reflejado en las tonterías (torpezas) que recrea el cómico, que podrían traer las propias a la memoria, pues, si hay algo que la mayoría de la gente desea borrar de sus recuerdos, son las ocasiones en que ha lucido como un perfecto idiota… pero ¡¿Quién será el que no le ha dado este placer a la sociedad?!

Empero, hay quienes creemos que si hay algo serio en este mundo es la risa, porque para causarla se requiere histrionismo, una cualidad que poseen muy pocos; creatividad para poder disponer del tono de voz más ajustado, ademanes, muecas y movimientos ingeniosos; y además, una excelente memoria para retener un montón de datos –a veces dificilísimos- que no cualquiera lo logra. De otra parte, es cierto y ha sido científicamente demostrado que, como explica “Patch” Adams, la risa “aumenta la secreción de endorfinas que, a su vez, aumentan la oxigenación de la sangre, relajan las arterias y reducen la presión, produciendo un efecto positivo en el sistema cardiovascular y haciendo que funcione muchísimo mejor el sistema inmunológico”.

Las razones por las que la risa -como las terapias psicológicas- no tiene cabida en los hospitales donde tratan las mal llamadas “enfermedades físicas”, incluyen precisamente ésto: Si las enfermedades llegan a entenderse (asumirse) como lo que realmente son, es decir, desarmonías psíquicas que presentan signos y síntomas físicos… sencillamente se viene a menos aquel turbio negocio.

Como película, <<PATCH ADAMS>> tiene encanto a borbotones, gracia pertinente y deliciosamente impertinente y, en especial, tiene a unos cuantos seres humanos que buscan dignificar una profesión que todavía camina por relucientes pisos, sin llegar a comprender que, bajo las baldosas, se viene haciendo un lodazal que amenaza con hundirlos en la peor de las ignominias.

El director, Tom Shadyac, consigue enaltecer a un personaje de la vida real –el médico Hunter “Patch” Adams- que nos merece el mayor reconocimiento, y al que Robin Williams ha recreado con una vitalidad memorable. Algunas circunstancias y personajes se han modificado: La linda Karin, por ejemplo, es la conjunción de diversos amigos de “Patch”, y lo que sucede con ella le ocurrió a un amigo. También, la historia se ha condensado en siete años, habiendo sucedido en cerca de quince. Pero, la mayor parte de los hechos ocurrieron tal y como se cuentan, y así, se rinde homenaje a ese médico fundador del instituto Gesundheit, localizado en West Virginia, EE.UU., donde, con mucho humor, una alimentación adecuada y unas cuantas oraciones que conecten con la Fuente, se ha devuelto la esperanza a miles de pacientes en los últimos años.

“El humor -dice una antigua leyenda- es un arma invisible, un poder que te salvará incluso de ti mismo y que servirá a tus descendientes para que puedan luchar e incluso volar”.

Después del reciente e inesperado fallecimiento de Robin Williams.. no he dudado ni un segundo en volver a visionar las películas que más me gustaron y de paso visionar películas que no había visto de este gran actor, este fallecimiento ha sido muy fuerte para algunas personas.
En mi primer visionado: me ha encantado.. me he encontrado un producto muy bueno, estamos ante un Robin Williams perfecto, una historia basada en hechos reales totalmente disfrutable y entretenida, la historia me ha emocionado y me ha gustado mucho.
Yo soy de esas personas que cuando visionan una película basada en hechos reales.. se meten mucho más en la película y disfrutan aún más los personajes, todo ha ocurrido de verdad.
Desde principio hasta final he disfrutado totalmente la historia.. repleta de humor y drama, consigue emocionar al espectador y sacarle carcajada en más de una ocasión, el personaje interpretado por Robin Williams cae muy bien desde principio hasta final, gran historia y grandes personajes.. no nos podemos olvidar de esa perfecta banda sonora, acompañando excelentemente a las escenas.
El reparto es muy bueno: Robin Williams esta insuperable desde principio hasta final.. ofreciendo una interpretación muy grande, Monica Potter, Philip Seymour Hoffman, Bob Gunton, Daniel London, Peter Coyote, Irma P. Hall, Richard Kiley, Barry Shabaka Henley, y el resto del reparto.. muy buenos, interpretando muy bien los personajes.
El guión esta cuidado, ofreciendo grandes diálogos y frases.. el ritmo es muy bueno, esos 105 minutos aproximadamente de duración se hacen totalmente disfrutables y no se hacen pesados, se hace muy entretenida.
En definitiva: estamos ante un producto muy bueno, basada en hechos reales y que cuenta una gran historia, Robin Williams está sembrado e insuperable, se hace totalmente disfrutable y entretenida, consigue sacar carcajada y emocionar al espectador, muy recomendable para pasar un buen rato en familia.

No he podido evitar al volver a ver esta película, hace ya años atrás, sentir ciertos momentos irónicos de Patch Adams con Robin Williams, la lucha contra el suicidio, ver el lado bueno de las cosas, tener fe en la vida y seguir adelante ... cuesta creer como una persona que tenía estos valores en las películas y también en la vida real, al menos en apariencia, haya terminado como lo ha hecho, claramente esto es indiferente a la película pero no he podido evitarlo, es lo que he sentido y lo quería expresar, en el transcurso de la película pensaba ... "Patch Adams podría haber ayudado a Robin Williams"

Algo coronada esta película, es buena pero no hay que dejarse llevar tanto por la emoción que intenta crear para que la aplaudamos más de lo debido y necesario. Si, es cierto, Robin Williams vuelve a dar la talla (sin duda los 90 fueron su mejor época y los 80 con sus inicios) y el concepto y reflexión que nos ofrece la película es fascinante pero ... ¿es realmente tan profunda? la respuesta es no.

Patch Adams busca la lágrima fácil, busca de forma lo más rápida y sin miramientos que el espectador se enamore de la cinta, una fórmula que posteriormente realizarían películas como Lo Imposible de 2012, aunque el caso de esta mencionada es aún peor.
Ese es el gran fallo de la película: La necesidad de provocar como sea unas lágrimas y hacernos saltar de emoción sin dejar que la película respose y lo haga de forma natural y a su ritmo.