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10 Críticas de los usuarios

Críticas de los usuarios:
7
Totalmente infravalorada
Por fin he visto esta genial película, después de casi 15 años desde su estreno. Me ha parecido original, divertida y muy entretenida... No entiendo la media que tiene aquí en la web, pero tampoco es la primera vez que no coincido con ella...
El guión nos transmite, a través de la ironía, una visión contraria a lo que el balneario te vende durante todo el metraje...
El comienzo es excepcional...
Y las interpretaciones de todos ellos, sensacionales!
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33 de 36 usuarios han encontrado esta crítica útil
6
Una terapia peligrosa
El balneario del título es un sanatorio donde los enfermos, personas de buena posición y exquisita educación, se someten a terapias encaminadas a abatir sus males físicos tales como lavativas extenuantes, duchas a clientes maniatados, bailes de salón precursores del aerobic, canciones reídas (o carcajadas cantadas), baños con descargas eléctricas, abstinencia sexual, dietas vegetarianas... Terapias que hacen del balneario una especie de campo de concentración para reprimidos. El personaje central es el autoritario y puritano Dr. Kellog, interpretado por un histriónico y divertido Anthony Hopkins. Casi todos los personajes tienen sus buenos momentos, especialmente el incorporado por Matthew Broderick.

El filme no deja títere con cabeza (el naturismo, el capitalismo, el puritanismo, la hipocresía burguesa, el matrimonio, la mercadotecnia...), pero todo intento de ironía se disuelve poco a poco con una exposición machacona (como si Alan Parker quisiera asegurarse de que todo el auditorio se está enterando, incluso la pareja que se besa en las últimas butacas). No se puede negar que tiene momentos divertidos y buenas intenciones, pero para que una comedia crítica funcione debe ser más sintética y selectiva, y 120 minutos es un buen indicador de que la función no cuaja.
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24 de 29 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
Tontos antes, tontos ahora
No sé que pasa últimamente con esta página que tiene notas hinchadas para auténticos bodrios o, como en este caso, una nota bajísima para una película que no se merece semejante varapalo. El balneario de battlecreek es una sátira muy divertida y que no deja títere con cabeza sobre los movimientos higienistas nacidos a finales del siglo XIX y principios del XX; el problema de dichos movimientos no eran sus recomendaciones "per se", sino que sus seguidores las tomaban como si formaran parte de una especie de "religión del cuerpo", lo que les llevaba a hacer cosas absurdas cuando caían en manos de doctores fanáticos antisexo, como el doctor Kellogg (magistralmente interpretado por Anthony Hopkins), o de listillos pseudoterapeutas que aprovechaban el interés del público por los nacientes temas de la vida sana y aligeraban los bolsillos de su distinguida clientela con "terapias" absurdas, cuando no peligrosas. Para rematar, vemos a "empresarios" sin escrúpulos que con tal de llevarse lo suyo eran capaces de vender cualquier bazofia como el último grito en el cuidado del cuerpo. Todo lo que aparece en la película está tomado con mucho sentido del humor, pero esas absurdeces que los doctores obligaban a hacer a sus pacientes, esos aparatos estrafalarios (y otros peores), esos productos milagrosos capaces de curarlo todo, todo eso existía de verdad.

La interpretación de Anthony Hopkins me ha parecido genial, no conocía esa vis cómica tan increible que muestra en la peli que, por cierto y para que nadie se confunda y se espere otra cosa, no es una amable comedia de época y de enredos sociales, sino una sátira ácida un tanto escatológica (aunque también con un punto amable) sobre el comienzo del interés masivo por el culto al cuerpo en detrimento de la mente (esas escenas cuasifellinianas de gente corriendo, cantando o riendo a la vez, como verdaderos idiotas felices) y de los aprovechados que siempre han sabido sacarle beneficio a cualquier inquietud de la gente, vendiéndoles chorradas a precio de oro.

Y puesto que se trata de una sátira, no debemos tomarnos a los personajes demasiado en serio, están ahí para que nos riamos de ellos... y así poder reirnos un poco de nosotros mismos cuando nos veamos sentados ante la teletienda admirando el último cachivache que modelará nuestros abdominales o la crema que absorberá nuestras lorzas, o la dichosa pulserita mágica... ¿verdad que no hemos cambiado tanto?
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20 de 24 usuarios han encontrado esta crítica útil
5
La vulgaridad hecha buen gusto
Leer la sinópsis de esta película puede ser una de las sensaciones mas confusas que un espectador (lector) puede tener. No nos engañemos, con un argumento así se nos puede pasar por la cabeza que estamos ante una película cuyos protagonistas podrían ser Alfredo Landa, Andrés Pajares o Paco Martinez Soria. Mujeres semi desnudas en balnearios, hombres hormonados luchando por esquivar las restricciones sexuales de un tal señor Kellogg, el cual está obsesionado con la sana alimentación, y que acaba convirtiendose en una bacanal de sexo en algunos momentos, con infidelidades por doquier y líos de faldas. Aquellos que no hayan llegado a esta bizarra conclusión podrían llegar a pensar que nos encontramos ante una película de Jim Abrahams o de los Zucker, plagada de un humor absurdísimo, chistes fáciles, argumento simple y gases por doquier (sabiamente utilizados, eso si).
Pero curiosamente, ante lo que nos encontramos es ante una película de un humor delicado y casi inteligente, lo cual parece imposible má sabiendo que esos gases mencionados anteriormente hacen acto de presencia en más de una ocasión. La cinta goza de un humor especial, de un claro humor inglés, esa sensación que nadie sabe describir pero que todos conocen al ver una película con esa esencia, y es éste sin duda su mayor logro, conseguir de la propia vulgaridad el buen hacer.
El reparto no puede ser mejor, un Matthew Broderick en alza, un Anthony Hopkins haciendo un papel absolutamente diferente a todos sus anteriores y un John Cusack que vuele a hacer de John Cusack (lo cual no es malo).

Pero este extraño concepto no acabó de cuajar, y hay algo que no acaba de funcionar en la película. Alan Parker no consiguió una gran película, pero realmente el argumento es tan difuso (una vez acabada es muy difícil que alguien haga un análisis estructurado sobre la película) que poco más se podía hacer con el. El humor inglés es lo que la sostiene en algunos momentos, ese buen gusto tan extraño que provoca la sonrisa más que la carcajada.
Dentro de su orden caótico la película se deja ver, pero no más de un par de veces. Adecuada, locuaz y desordenada a partes iguales.
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17 de 22 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
Cómico Hopkins
Es mi papel favorito de los interpretados por este gran actor, precisamente porque rompe los esquemas y nos muestra una faceta suya donde se comprueba que es una auténtico profesional de los escenarios. Es también agradable ver a una atractiva Bridget Fonda y una plantilla de actores nada despreciable. La película es rara, muy divertida y original.
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14 de 17 usuarios han encontrado esta crítica útil
3
Absurda.
Perdida entre el chiste fácil y la tontuna burguesa. Su crítica se acepta, pero es torpe en el recorrido de sus tramas. Despierta poco interés en sus historias. Se esmera en apartados poco atractivos y se frustra intentando ser la comedia que no es.

Personajes de irritante presencia que intentan captar la atención de una audiencia cansada y desconectada. Interpretaciones mediocres con bigotes repelentes. Desdichas que no importan y conclusiones con poso efímero.

Una película tan absurda como cualquier tendencia burguesa (independientemente de su época). Otro patinazo del Sr. Parker.
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8 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
5
La gran pregunta es ¿por qué?
'El balneario de Battle Creek' pertenece a la pequeña pero importante familia de películas inexplicables. ¿Por qué la rodó Alan Parker, además del cierto prestigio de la novela original? ¿Qué tenía de divertido y/o maravilloso la historia de un matrimonio que acude a un balneario para curarse? ¿Es relevante el personaje interpretado por un Anthony Hopkins con los dientes para afuera? ¿Son divertidos los chistes de caca-culo-pedo-pis? ¿Por qué deben preocuparnos las cuitas del otro personaje interpretado por John Cusack? En fin, demasiados intérpretes para un filme que no añade nada a la filmografía de nadie.
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5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
Sobre recursos naturales y... otras terapias
The road to Wellville (El balneario de Battle Creek), es una película dirigida y guionizada por Alan Parker en 1994 sobre la novela de T. Coraghessan Boyle), música de Rachel Portman y fotografía de Peter Biziou. Nada puede frenar la búsqueda de la salud a cualquier precio bajo la garantía del visionario doctor John Harvey Kellogg (Anthony Hopkins), en una tragicomedia endiabladamente festiva en pro de la dichosa vida sana.

Carreras entre chorros a presión, enemas, baños, shocks eléctricos, dietas condenadamente frugívoras o ejercicios en plena naturaleza, son algunos de los recursos empleados para llegara hasta la salud plena junto a aireadas risas y pegadizas melodías a favor de los mejores alvéolos pulmonares y baños interminables de vapor que eliminan impurezas oxigenando poros eliminando toxinas liberando al cuerpo de obstrucciones insanas acumuladas en el tiempo.

Durante 120 minutos Alan Parker nos muestra un canto a la salud (según el doctor Kellogg) envolviéndonos en constantes secuencias sobre recursos naturales y… otras terapias de la época entre matrimonios con dificultades, voluptuosas relaciones al abrigo de la discreción, y un servicio médico excelente a favor del vegetarianismo mostrado a través de peculiares personajes entre los cuales: el matrimonio Eleanor y Willliam Lightbody (Bridget Fonda y Matthew Broderick), la alegre Virginia Cranehill (Camryn Manheim), el irreverente George Kellogg (Dana Carvey), la insatisfecha Ida Muntz (Lara Flynn Boyle), el bon vivant de los pequeños placeres Endymion Hart-Jones (John Neville), la eficiente enfermera Irene Graves (Traci Lind) o el oportunista emprendedor Charles Oussining (John Cusack).

Si algo reboza a borbotones durante todo el metraje es el sentido de la caricatura humorística diversificada entre el numerosísimo grupo de secundarios y extras asistiendo a una comunión coral naturista-vegetariana donde aprovechados doctores circunstanciales mediante terapias subidas de tono ayudan a remediar a hurtadillas las insatisfacciones sexuales de pacientes indisciplinados, lo que no desmerece frente a las pequeñas aventuras amorosas en el entorno del balneario.

En palabras de Anthony Hopkins esta película: “Es una parodia alegre y afectuosa sobre la obsesión por la salud”; por su parte, Bridget Fonda puntualiza sobre algunos aspectos específicos en su contenido como "la fiesta, el sexo, la codicia y el amor". En cualquier caso también es una película que enseña aprendiendo a gozar de los efluvios humanos, de la naturaleza, de los paseos y de la sonrisa de la bicicleta. Para Alan Parker todo es más sencillo al referirse a su película como agradable, placentera y festiva donde las almas se encuentran los odios se desvanecen y se restituyen amores dormidos.
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4 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
4
LOCOS, CUERDOS Y ENFERMOS.
La brillantez de este trabajo de Alan Parker, se aloja en la novela de T. Coraghessan Boyle, extrayendo pasajes divertidos, o chocantes, o de una absurda comicidad, con los cuales ha creado un despropósito que tal vez pretendía algo que no ha quedado bien plasmado.

Todos los actores están magníficos, ajustados a sus papeles, interpretados con solvencia, aunque alguno con escasa convicción. No así Anthony Hopkins, participando de la locura y sumergiéndose en ella, desde su buen hacer.

El mayor problema de El balneario de Battle Creek, es su foco disperso. Las subtramas podrían haberse evitado, remarcando pasajes mas cinematográficos.

A mi entender, Alan Parker, creyó en la historia, y al intentar trasladarla tal vez no se dio cuenta que el material, aunque atractivo, resultaba disperso, en ocasiones desasosegante, y con importantes limitaciones para su ejecución.
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4 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
Originalidad
Acabo de ver la película y también me sorprenden las bajas calificaciones. La película no es un canon estructural de la comedia como puede ser To be or not to be. Claro.
Es toda una sucesión sin parar de secuencias. Una sucesión de encuadres. Una sucesión de escenarios.
Es sobre un tema original en el cine. Divertida y suficientemente fina para abordar escatologías que en otras películas serían pura basura. Hay que tener mucho talento para que el disparate del argumento no se desparrame. Y a eso contribuye mucho, aparte de toda la escenografía y vestuario, la dificilísima pero excelente interpretación de algunos personajes estrafalarios.
En fin, que me lo he pasado muy bien, gran mérito de una película, y me he repasado algunas de las modas irracionales de la humanidad.
Y se me ha ocurrido que en breve se harán películas similares sobre lo woke, que ahora está tan de moda, entre gente tan irracional pero no carnal como la de ese balneario que parece la antesala de un futuro consejo de ministros.
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