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166 Críticas de los usuarios

Críticas de los usuarios:
9
EL ANIMAL QUE VIVE DENTRO
1. La vida también es enigmática y chocante, replicaba Buñuel a un comentario sobre esta película. ¿Que por qué las repeticiones? Respuesta sardónica: La película quedó corta y había que alargarla.
Para Buñuel el misterio era elemento esencial de una obra de arte. Le irritaba la tendencia a explicar racionalmente imágenes casuales: "La mejor explicación es que no tiene explicación racional; es pura poesía, y nadie pide que le expliquen un poema. O no debería, al menos".

2. Idea insólita: a causa de una fuerza incomprensible, unos cuantos burgueses no consiguen abandonar una mansión donde han sido invitados a cenar. Obligados a convivir, las fórmulas de cortesía dan paso a la agresión. Por entre los jirones de la etiqueta emerge una naturaleza humana malintencionada que no se limitará a la violencia verbal.
La degradación de la convivencia va instaurando una atmósfera terrible, atenuada por el tono anecdótico con que avanza la narración: se hilvanan viñetas variadas, con diálogos muy cortos, rápido intercambio en régimen absurdo:

—¿Piensa permanecer mucho entre nosotros?
—¿Y usted?
—No, dígalo usted antes.
—Yo vivo aquí.
—Me lo esperaba…

3. Para Buñuel, la educación y cultura universitarias son barniz: la mentalidad de la élite se basa en un individualismo abstracto, inútil para lo comunitario, sin iniciativa práctica, conformista y falto de espontaneidad, que en situación límite se descompone en neuras y paranoias. Prisionero de códigos y tabúes, ante lo inexplicable aflora un fondo primario. La casa ya no es refugio contra la amenaza exterior. Invertida la función, se vuelve jaula. La amenaza está dentro.

4. Buñuel reescribió con fuerza narrativa una pieza compuesta con Alcoriza, “Los náufragos de la calle Providencia”. El título quedaba largo y pidió a Bergamín el de una obra de teatro suya, aparcada: “El ángel exterminador”. Ningún problema, está sacado de la Biblia, del Apocalipsis.
Con el productor Alatriste, Buñuel tenía libertad sobrada para trabajar a su manera más personal, parecida a la del entómologo: estudio distante e irónico del comportamiento de los personajes, mezclado con guiños privados y una constante buñuelesca, la imposibilidad absurda de satisfacer un deseo sencillo.
En la Residencia de Estudiantes, Dalí y Lorca, sin dinero, se encerraron un par de días en una habitación, fingiéndose náufragos que no podían salir y pedían auxilio.
También en la Residencia, Buñuel tuvo un compañero de habitación a quien odiaba por su manía de peinarse a conciencia sólo media cabellera, como hace un personaje de la película.
En la obra más original de Buñuel, lo intelectual y planificado tiene menos peso que la exploración subjetiva y arbitraria (como las repeticiones: de la llegada de los invitados, de las presentaciones y brindis…). No son películas para entender y descifrar sino para vivirlas.

5. Alatriste, cuando vio el film, recién terminado: “No he entendido nada. Es maravilloso”.
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338 de 367 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
Levemente decepcionante
No tenía ni idea de lo que iba a encontrarme antes de ver la película. Sólo sabía que estaba muy bien considerada. Me he encontrado primeramente con una presentación de personajes magistral, que te va dando pequeñas pinceladas de cada uno pero sin llegar a ahondar demasiado, no resultando para nada tediosa. De pronto unos señores se hacen unas señas y aparecen unas patas de pollo en el interior de un bolso; ahí te das cuenta de que esto no va a ser un drama sino algo más fantástico. Y ocurre lo que relata la sinopsis: inexplicablemente nadie quiere salir de aquella sala, desarrollan una fobia inexplicable al exterior. Vamos observando cómo se degradan estos personajes aristocráticos hasta alcanzar niveles animales, de supervivencia.

Suena muy bien, pero me temo que Buñuel no supo explotar todas las posibilidades que un argumento tan bueno le proporcionaba. Me da igual que el encierro sea una metáfora, me ha faltado más tensión, una atmósfera aún más malsana, situaciones más al límite. Creo que le falta fuerza a una gran parte de la narración, o bien más elementos fantásticos/psicológicos (como el de la mano) que fascinen. Me he llegado a aburrir. Por no hablar de la solución del problema, bastante simple y decepcionante. El epílogo en la Iglesia te puede resultar muy bueno o muy estúpido, depende de cómo tengas el día.

Tampoco ayuda el elenco de actores, correctos en algunos casos y directamente malos en otros. Imposible empatizar demasiado con los personajes con esas actuaciones tan normalitas.

En resumen, una película que arranca estupendamente pero que hacia la mitad se va desinflando lentamente. En mi opinión, por supuesto.
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206 de 266 usuarios han encontrado esta crítica útil
10
Un universo borgiano en Buñuel
Nos enseña ese genio llamado Luis Buñuel los entresijos de la burguesía acomodada, sus hipocresías y sus miserias, mediante imágenes cargadas de esa simbología propia de toda su obra que a su vez nos da las pautas del comportamiento humano. Pero lo realmente brillante de este trabajo, lo que le da el empujón de gran película a obra maestra, es que decide hacerlo de un modo que al espectador le resulte extraordinario. La reunión de los personajes en un salón durante una fiesta lleva la situación al límite en un encierro en el que terminan asemejándose a los náufragos de la isla de “El señor de las moscas” de William Golding, donde todos pueden mostrar lo peor del ser humano mientras la situación les denigra física y moralmente. No en vano, el pretendido título inicial era el de “Los náufragos de la calle Providencia”. Al mismo tiempo, el argumento se envuelve dentro de un contexto fantástico que recuerda al mejor Borges, siendo el motivo del encierro pura disquisición psicológica, aparentemente absurda pero necesaria como detonante, donde las situaciones se repiten y donde es el mito del eterno retorno la clave de la solución.

Muestra además de su talento con la cámara es precisamente que logra esas repeticiones argumentales usando en ocasiones la técnica de rodar la misma escena desde ángulos distintos para luego montar ambas –montaje que acostumbra como en el resto de sus películas a hacer él mismo–; y todo ello no exento de un trabajo impecable con sus actores y de una planificación metódica que aprovecha al máximo el espacio y los encuadres.

La pregunta inmediata que asalta al final de la proyección intenta comprender el porqué de ese título...“Yo primero pensé que el título tenía una relación subterránea con el argumento, aunque no sabía cuál”, diría Buñuel. “A posteriori lo he interpretado así: los hombres cada vez se entienden menos entre sí. Pero ¿por qué no se entienden? ¿Por qué no salen de esta situación? En la película es lo mismo: ¿Por qué no llegan juntos a una solución para salir de su encierro?”

En Buñuel se reúnen cine y vida en forma de surrealismo, y es “El ángel exterminador” muestra inequívoca de ello. Como todo surrealismo que se precie, pueden encontrarse tantas interpretaciones como espectadores, infinitas respuestas para una simple pregunta. En definitiva, qué mejor que las palabras del autor para definir su obra: “Si el filme que van a ver les parece enigmático e incoherente, también la vida lo es. Es repetitivo como la vida y, como la vida, sujeto a múltiples interpretaciones. El autor declara no haber querido jugar con los símbolos, al menos conscientemente. Quizá la explicación de El ángel exterminador sea que, racionalmente, no hay ninguna.”

Pero tal vez, con estas palabras, Buñuel -como Borges- también juega con nosotros.
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137 de 165 usuarios han encontrado esta crítica útil
6
Otra de vanguardia
El genio de Calanda, cineasta irregular donde los haya, es una de esas figuras por encima del bien y del mal, al que muy pocos se atreven a criticar, mientras la mayoría se limita a repetir de forma borreguil lo geniales que son sus películas. Algunas, realmente lo son; otras, como este “Ángel exterminador”, no lo tengo tan claro. Con Buñuel, como con otros vanguardistas, nunca acabas de saber si estás ante algo sublime, o se están quedando contigo. Me parece raro que uno se pueda entusiasmar con esta película, aunque para gustos están los colores.
Muy bien, en ella encontramos algunas de las constantes del universo de este autor: que si surrealismo por aquí, que si realismo por allá, que si krausismo por arriba, que si ultraísmo y creacionismo por abajo, que si anticlericalismo, que si anarquismo… La película es tan críptica (o tan incoherente) que se presta a todo tipo de interpretaciones, desde la lectura en clave marxista-leninista según la cual las clases privilegiadas se destrozan entre sí, mientras las clases explotadas se mantienen al margen de la rebatiña, hasta la crítica al dominio de las estructuras ideológicas o sociales en general, pasando por la deshumanización del individuo cuando pasa a formar parte de un colectivo mediatizado por múltiples normas y tabúes. En fin, no deja de ser un filme interesante, pero ante el que hay que estar prevenido, puede resultar tan desconcertante como atrayente, o incluso insoportable, pese a su corta duración. Para iniciados y exégetas, yo prefiero emplear mi tiempo en tareas más banales.
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94 de 113 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
Crítica + Cosa que se le pasó a buñuel + El ángel exterminador 2
CRÍTICA:
Para ver como es debido "El ángel exterminador", es necesaria una mentalización previa: estoy ante una película surrealista, habrá cosas a las que no les encontraré explicación; estoy ante una película de Buñuel, si no le doy al coco poco voy a extraer de ella.

Creo que si uno realiza ese "calentamiento", el chute de cine de arte y ensayo está garantizado. Buñuel compone un relato novedoso donde los haya. El humor puebla la primera mitad de la cinta, que después se torna opresiva. El surrealismo y el onirismo (esa escena de la mano...) en un principio puede echar p'atrás, pero acaban formando parte de la atmósfera envolvente de el filme.

Supuestamente, "El ángel..." es una crítica a la burguesía. Sin embargo, yo la veo más como una crítica a la naturaleza humana en general. Buñuel ya utilizó a vagabundos y prostitutas para hablarnos y hacernos reflexionar sobre ella en "Viridiana", y ésta vez le tocó a los burgueses.

COSA QUE SE LE PASÓ A BUÑUEL:
Ojo a la escena en la que se ve a los corderos bajo la mesa. Justo después, cuando la anfitriona habla con sus criados en la cocina, en un plano, por la parte inferior de la pantalla, se cuela algo. Algo que tiene toda la pinta de formar parte del material de rodaje. Y aunque sea una chorrada, dejo aquí constancia de ese posible fallo.
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58 de 66 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
Ratomaquia surrealista
Descubrir un cineasta que no te defraude nunca resulta, hoy por hoy, una tarea prácticamente quimérica. Tal vez por eso mismo, los cinéfilos de pro nos vemos obligados a realizar labores de arqueología fílmica para ir descubriendo poco a poco todas esas venerables joyas del séptimo arte que, en la actualidad, no han perdido ni un solo ápice de su duende. Si bien cualquiera de esos hallazgos constituye, por sí solo, motivo de orgásmico regocijo, cuando dicho acontecimiento lo asociamos repetidas veces a un nombre propio el susodicho alborozo queda automáticamente elevado a la enésima potencia.

Así pues, tras las satisfactorias experiencias que me proporcionaron "Las Hurdes, tierra sin pan", “Los olvidados” y “Viridiana”, mi devoción definitiva hacia la obra de Buñuel llegó de la mano de “El ángel exterminador”, extraordinaria radiografía de la alta burguesía mejicana que cuenta, como no, con ese impagable aderezo surrealista y onírico tan genuinamente característico del cineasta de Calanda de Duero.

Buñuel es un genio porque su obra traspasa cualquier indicio de convencionalismo narrativo y argumental sin resultar plúmbeo o abstruso en ningún momento. Muy pocos cineastas son capaces de ejecutar una disección sociológica tan precisa y contundente en el marco de una situación absolutamente kafkiana con tanta naturalidad y verosimilitud. Una muestra más, en suma, de cine transgresor y conspicuo apto para todos los públicos.
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65 de 82 usuarios han encontrado esta crítica útil
6
Hoy en día para el espectador medio, es una película difícil de asimilar.
Leyendo otras críticas o la misma sinopsis de esta película se entiende que hay un alud de mensajes políticos, crítica a la burguesía, análisis del comportamiento del hombre en cuanto forma parte de la masa, y muchas otras lecturas que sería interminable enumerar.
Yo modestamente no me he enterado totalmente de ellas, creo que muchas han pasado por delante mio y no las he cogido al vuelo, yo he visto una cinta bastante rara y perturbadora con un punto de partida interesante, con algunos golpes de efecto certeros, unos actores bastante discretos y la sensación que la situación de degradación extrema podría haber llegado mucho mas lejos. Cine añejo que ha envejecido mal y que quizás no es justo juzgar con dureza, el tiempo pasa factura y para algunas películas mucha factura.
Aún así es interesante y perturbadora.
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54 de 67 usuarios han encontrado esta crítica útil
9
Rompiendo esquemas
Cuando vi esta película por primera vez quedé totalmente desconcertado. No sabía qué pensar, o me hizo pensar tanto que no lograba sacar ninguna conclusión. Con el estilo propio del surrealismo de Buñuel, éste nos muestra una más que mordaz historia arrebatadora acerca del hombre como animal, como ser humano y como ser social. Un estudio antropológico entre cuatro paredes que nos ofrece una perspectiva tan aprehensiva de esta condición humana que agota la mente, supera los límites de lo que estamos acostumbrados a ver y oir. Estimulante, un jarro de agua fría, una película técnicamente excelente y argumentalmente arrebatadora. Pese a ser surrealista (algo que a unos encanta y otros detestan) es una obra maestra, un reto intelectual. Recomendadísima para todos aquellos que aún se sienten filósofos.
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59 de 82 usuarios han encontrado esta crítica útil
10
Obra maestra
Obra maestra del gran Buñuel.

Todo comienza en una perfecta cena de la burguesía donde ya ante la aparente cortesía se atisban los primeros cuchicheos y demás parafernalia. Pero, inexplicablemente, al finalizar la misma, como por una fuerza sobrenatural, no pueden abandonar la casa de los Nóbile.
Con el paso de los minutos, esa, como ya he dicho, cortesía inicial se torna en voraz hipocresía, insolencia, desprecio, insolidaridad, cinismo, victimismo, egocentrismo,... Problemas de clase adinerada, que empieza a ahogarse en sí misa. Con ejemplos de guión al estilo de "la odio, prefiero el hambre y la sed antes de soportarla", que muestran el cada vez más profundo odio que comienzan a profesar por sus iguales.

Es un fiel retrato de esa sociedad elitista. Toda la película, se basa en una metáfora de esa superclase. Una metáfora de cómo están encerrados en sí mismos, donde sienten frío en un ambiente tan cargado y claustrofóbico. Pasan un auténtico calvario. Poco a poco la violencia y la impaciencia se apodera de la situación.

Por otro lado se ven las banalidades de una vida cargada de infidelidades y falsas apariencias. Comentarios hirientes como "huele usted a hiena" y "vivimos en una pocilga como cerdos,me dan asco todos ustedes, les detesto". Otra frase lapidaria: "Lo que desde niño he odiado más, la grosería, la violencia y la suciedad, son ahora nuestros compañeros inseparables,es preferible la muerte", nos resume en esencia el cáriz que toma la pelicula. Cómo poco a poco se convierten en lo que nunca "les han educado a ser" y realmente son. Ésa es su verdadera forma de actuar, ésa es la verdadera educación que tienen, precisamente aquélla que creen que aborrecen.

En fin, una perfecta radiografía de la burguesía, que pone los pelos de punta, sin más escenario que un comedor grande y pantagruélico. Eso le basta al autor, para despojar a este tipo de gente de su condicón de ser humano, y elevarlos a la de bestias que no dudarían en devorarse entre ellos mismos.

Por otro lado, muy buena la comparación con las ovejas como rebaño que son y las peticiones desesperadas al Altísimo y a la Virgen, viajecito a Lourdes incluido.

Película grata, sorprendente, tanlentosa, que pone los pelos de punta y arremete sin piedad contra los acaudalados. Realmente, me llega a poner muy nervioso y crea un gran ambiente claustrofóbico, que te sumerge tanto en la trama, que llegas a sentir lo mismo que los protagonistas de la misma.

Por todo esto, y mucho más, un 10. ¿ Dónde quedarán esos Buñuel, Bardem y Berlanga, ahora? ¿Habrá algún otro director del Estado que nos regale tales dosis de CINE con mayúsculas? A ver,...

Atenta y humildemente, para servirles.
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45 de 56 usuarios han encontrado esta crítica útil
9
...
Ya en "las armas secretas", Cortázar, en uno de sus relatos desgranaba con sutil inteligencia la posición de los llamados "nuevos ricos" (nada que ver con los labradores del campo que ocupan el resto de la literatura hispana del mismo siglo), que en el regreso de fin de semana desde sus casas rurales hasta las de la ciudad se encontraban impedidos por un atasco. Éste era de los que no sólo duraban minutos, sino horas y finalmente incluso días y semanas. De igual manera, los protagonistas de "El ángel exterminador" son forzados a una situación del absurdo, encerrándos durante tiempo indefinido en el mismo comedor dónde acaban de cenar y obligados como los personajes del cuento de Cortázar a hacer nueva vida. Primero encargados de afrontar el tiempo para el ocio (el desayuno y las charlas), para la vivencia (mientras esperan que alguien los rescate), y por último para la supervivencia; que es cuando aparece como en todo relato de encierros colectivos el sexo (infiel), la muerte (decrépita), y la locura (malsana): temas universales (Y buñuelianos).
Pero Buñuel va mucho más allá de donde llegaba Cortázar, no sólo por un discurso más virulento sino porque no habla sólo de los nuevos ricos, sino de los de siempre, los que estaban en lo alto y siguen estando. Esa clase social que intenta solucionar el tránsito a los nuevos tiempos con una cena salpicada de humor, apreciación artística y discurso pseudo-intelectual y que finaliza con un encierro voluntario (?) en ese mismo salón que les alejará para siempre del resto de la sociedad. Es ahí cuando aparecen los brutales contrastes entre el grupo de selectos amantes del buen gusto que eran y los seres humanos despojados de toda dignidad (incluida la cara educación que han recibido) en que acaban convirtiéndose. Y por supuesto el fin de todas las normas de decoro que antes veneraban como religión, casi como si estas se hubieran tomado de buena gana una divertida venganza
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40 de 49 usuarios han encontrado esta crítica útil
3
obra maestra?
Me esperaba mucho de esta película, considerada una obra maestra, y me decepcionó totalmente. La premisa de la película es buena, un grupo de amigos va a una fiesta y no puede salir de ella, pero está fatalmente desarrollada y con escenas totalmente previsibles, por no hablar del final, simple, malo e incoherente. Los actores no están a la altura, la banda sonora brilla por su ausencia, algunas escenas son redundantes, otras alargadas.

En fin, una película totalmente sobrevalorada por varios motivos: es en blanco y negro, es de buñuel y como todo el mundo dice que es una maravilla se produce un efecto dominó y para estar en la onda sólo puedes decir tú también que es una maravilla, sino no entiendes de cine.

Pues no, por momentos un peñazo de película, los primeros 20 minutos son interensates, todo lo demás se diluye en un argumento que no aporta nada más.
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95 de 163 usuarios han encontrado esta crítica útil
10
Realista hasta la médula.
Que un surrealista declarado como D. Luis Buñuel admirase a un reconocido novelista como D. Benito Pérez Galdos (“El Garbancero”, para Valle-Inclán) puede parecer una paradoja; pero quizá si miramos el surrealismo como la profundización de la realidad, está aparente contradicción desaparece. Digo esto, porque generalmente se suele tomar esta película como una de las muestras supremas del sentir de Buñuel. Y lo es, razones hay sobradas. Sin embargo, soy de la opinión que no hizo Buñuel otra obra más “realista” que esta. Con un argumento que a primera vista puede ser irracional, la maestría de Buñuel se encarga, con el bisturí afilado de su cámara, de desvelar las rutinas y símbolos que mueven a ese microcosmos en decadencia hasta desprenderse de toda cultura y quedar reducidos a esa esencia animal que compartimos todos; de ahí que sea tan difícil desprenderse de la sensación de que todo lo que nos muestra no es extraño. Somos nosotros. Buñuel aclaraba en su biografía que la película ganaría más si en vez de haber sido rodada en México lo fuese en un ambiente más burgues y menos caótico como Londres. Creo que el tiempo ha quitado la razón a este pensar y vivamos todos como los náufragos de la calle Provindencia, dejándonos llevar por las apariencias en donde la salvación ya no es posible, pues ni siquiera la sacrosanta Iglesia escapa, sino que más bien acoge, ese hechizo que muestra esta magistral película.
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39 de 52 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
Los premios.
Llegan a la casa. Alta sociedad mexicana, sofisticada, “chic”. Los actores quizás no den del todo el pego, vale. Aceptamos barco. Sin embargo, diré que esa burguesía advenediza, incómoda en su papel de clase alta sin tradición, me resulta especialmente aterradora. Por mexicana e inexacta, con doble X. Con anglosajones posiblemente la intención del director quedaría mejor representada (el propio Buñuel se preguntaba cómo habría quedado la peli en Europa). Pero la cara de actor mexicano, de pecho abultado poco dado al frac, es especialmente propicia para la reflexión sobre la condición humana. Asusta más. Deja menos resquicio al optimismo de que algo puede hacerse simplemente porque es posible hacerlo materialmente.

Con estos actores, con sus sombras y gestos extraviados en un papel poco habitual, no hay lugar para otra cosa que no sea el miedo al individualismo inescrutable que convierte al “otro” en imprevisto. Pienso que lo que se pierde por el actor mexicano en tradición de gentleman, se gana en corporeidad, en inmediatez. Hay lagunas en cuanto a las interpretaciones de acaudalados a la gresca con sus hábitos y madrigueras, pero se consigue un mayor efecto en cuanto a oquedades existenciales porque nos afecta más directamente. Sin glamour alguno que amortigüe el efecto.

Hay muchas cuestiones válidas a los efectos del debate… la idea de agresividad que subyace en las relaciones, el animal que late en pesimismo natural debajo de la piel humana. Leviatán, tal y tal… La visión de burguesía atorada en la historia, también. Neo-capitalista, que dirían ahora. Algunos golpes de humor grueso. Y luego, muchos símbolos que Buñuel negaba que fueran tal cosa, pero que quedan como vestigios de reminiscencias cansadas de la antigua escritura automática sin limpiar. Sin explicaciones. Por mucho que las interpretaciones parezcan obvias en ocasiones… Ese oso y el bolchevismo, por dios, es lo primero que viene a la mente.

En ese sentido, la peli tiene imágenes típicas de Don Luis, un sarcasmo poco sutil... Pero no conviene dejarse estrangular por el sentido y los esfuerzos hermenéuticos por gratificante que sea el juego de preguntas y respuestas. Interesa el clima sofocante, reiterativo en su hiperventilación. Ese clima que tan bien reproducen estos actores que Buñuel propone (manos, blusas abiertas). A veces los detalles son algo y a veces no. A veces son bromas, recuerdos. Pero siempre serán lo que el espectador quiera que sean. Ya se trate de un oso, un halcón, o un wáter con vistas.

“Un mayordomo es un burgués de corazón”
Buñuel.
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22 de 23 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
Calle Providencia
En la calle Providencia sita la mansión del matrimonio Nóbile. Dentro de la mansión, o mejor dicho, prácticamente dentro de las cuatro paredes de una habitación de esa mansión, Buñuel, con su surrealismo más realista, nos monta una película de hora y media.

El Buñuel surrealista queda plasmando en el motivo que impide a un grupo de burgueses salir de la mansión, pero luego, siguiendo la estela de “El señor de las moscas”, Buñuel convierte la cinta en un ejercicio de realismo puro. Las reacciones de sus comensales salen a flote y el instinto más primitivo del humano -la supervivencia- aparece con fuerza.

Ya antes, durante la cena, Buñuel nos avisa que no va a ser una pacífica y fraternal pitanza. Entre las bromas de los anfitriones y los mordaces comentarios entre invitados, el director nos abría una puerta para observar y prepararnos.

Espléndida y nada sutil moraleja del comportamiento humano. Y para que no queden dudas, utilizaba como vínculo a personas burguesas con modales refinados. Si además de todo, la cinta cuenta con una excelente fotografía, unas actuaciones muy solventes (excepto el que hace de hermano, que sinceramente no lo aguanto) y unos encuadres de lujo, puedo decir sin miedo a equivocarme, que me encuentro con una de las joyas de Buñuel.
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24 de 28 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
Salid si tenéis lo que hay que tener.
Dadas las numerosas interpretaciones que pueden hacerse sobre El ángel exterminador y ser todas ellas perfectamente válidas según la opinión de cada persona, empezaré por explicar lo que me ha sugerido esta película:

Nos encontramos ante un grupo de personas de la alta burguesía que se disponen a cenar como invitados en la mansión de los Nóbile tras llegar de la ópera. Estos señoritos y señoritas están evidentemente un peldaño o dos por encima en la escala social que por ejemplo los sirvientes de la casa. Pero si están a un nivel superior es porque sus normas de conducta son exquisitas conforme a lo que determina el protocolo, sus temas de conversación son hartamente interesantes, reina la cordialidad entre todos ellos y el clima social es excepcional. Por supuesto, todos ellos mantienen una imagen bien cuidada e inmejorable (barbas bien perfiladas, trajes y pajaritas ellos y, vestidos escotados, joyas, colgantes y peinados perfectos ellas). No cabe esperar menos de jóvenes arquitectos, reputados médicos y sus adorables esposas y prometidas. Pero… ¿qué ocurriría si estas personas no pudieran salir de una habitación por extrañas circunstancias y se vieran obligadas a convivir entre ellas?

Lo que sucede es lo que vemos en la película: este grupo de personas dejaría de ocupar ese primer puesto en la sociedad para instalarse en el último dejando por el camino y en evidencia toda esa fachada que eran las ricas vestimentas y joyas, los buenos modales y el gran saber estar por puros reproches, actitudes ruines los unos con los otros, envidias y odio para todo aquel que se precie. Nada es lo que parece o intentamos aparentar. Lo único que reina es la falsa modestia, hacer lo que todo el mundo hace y pensar como todo el mundo piensa. Todo esto puede funcionar bien siempre que no aflore ninguna situación imprevista o que nos desconcierte ya que de darse esta situación tal y como sucede en la película se irán sucediendo todas nuestras reacciones más primitivas e inevitablemente humanas que intentamos mantener encerradas.

Buena película pese a que en ciertos momentos pueda venirse un poco abajo o adolezca por falta de tensión aunque puede que hasta este aspecto sea buscado ya que muchas veces no es necesario que ocurra nada para que nos descompongamos con todo y con todos.
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20 de 21 usuarios han encontrado esta crítica útil
3
¡Buñuel aún está descojonándose!
Diálogo de Luis con la almohada (Mexico, Navidades de 1961):
- A ver, ¿y si hago una película que empieza con una fiesta de ricachones que no pueden salir de una habitación sin ningún motivo?
- ¿Y luego qué?
- Ah, no se, sobre la marcha.
- Pero ¿qué mensaje subliminal quieres colar oh gran genio?
- Tú lo has dicho, como soy un genio dejaré que el público se haga pajas mentales.
- Jajaja qué bueno.
- Sí, va a ser el despiporre.
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107 de 196 usuarios han encontrado esta crítica útil
3
Un chicle ácido
Cuando masticas un chicle ácido, el primer mordisco inunda ¡tus papilas gustativas de potente sabor, unos minutos depués, echas mano de la memoria para recordar que estás mascando un chicle. Puedes tirarlo a la basura o seguir mascando estoicamente para amortizar la inversión.

Cuando después de media hora de entusiasta visionado (media de 8,3) sentí que Buñuel se estaba riendo en mi cara, pude haber parado la reproducción y lanzar esto al más profundo abismo electrónico, pero no, siempre había querido ver una de Buñuel y por mis ... que lo haría, que no habría perdido media hora de mi vida. Y así fue, perdí una hora y media.

La primera impresión que me produjo la película no fue muy buena, lo siento pero me altera el acento de los actores. Paciencia, me dije. Ninguno de los personajes me interesaba, así que ardía en deseos de que comenzaran a sufrir.
Cuando al fín empieza el "asunto", después de unos veinte minutos de insoportable charla entre personajes insoportables, la cosa se anima un poco. Un poco, durante poco tiempo, porque en seguida vuelve a caer en el tedio. Durante la hora y media de película no ocurre nada que merezca la pena ver, el drama, la degeneración y barbarie que esperaba ver no existe, los personajes que salen de la mansión son los mismos que entraron.
Si a alguien le interesa invertir su tiempo en una película que no dice nada, en la que no hay ninguna escena para el recuerdo ni ningún personaje memorable... si a alguien le gusta este bodrio simplemente es porque el director se llama Luís Buñuel.
Absolutamente olvidable.
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32 de 47 usuarios han encontrado esta crítica útil
10
Yo soy también un tierno corderito
Al colocar Luis Buñuel la lupa sobre un estrato social que conocía muy bien salta constantemente del surrealismo, con todas sus críticas connotaciones: psíquicas, imaginarias e irracionales, al hiperrealismo en el que se aprecia, además del deterioro físico, la pérdida de autoestima al saberse escudriñados sin pasar por la peluquería y con manchas de sudor.
Gigantes con pies de barro estos burgueses que se derrumban si les falla el servicio y el protocolo, que conscientes de su ineptitud son incapaces de tomar una mínima decisión aún cuando sus vidas corran peligro, que sólo creen en los milagros y que se convierten en pestilentes hienas en cuanto su barniz de gentes educadas y selectas se cuartea.

Catastrofista, por no decir apocalíptica, la conclusión de Luis Buñuel al dar por hecho que pese a esa falta de valores y a su inutilidad, ellos son las columnas de una sociedad que se dirige hacia el fin, como ovejas buscando un matadero. Porque si torpes son ellos, ¿qué seremos quienes les permitimos gobernarnos?.

Han pasado más de cincuenta años y "El ángel exterminador" disfruta de gran lozanía; en nuestros días (2011), están sucediendo cosas que guardan un inquietante paralelismo con aquellas que suceden en el film de Buñuel. ¿Qué me decís si no de políticos, entidades financieras, visitas papales y ciudadanos aborregados? ¿Alguien sabe qué hacer, alguien sabe salir de esta tétrica mansión?
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18 de 20 usuarios han encontrado esta crítica útil
2
El oso, el oso es la clave de esta alegoría mística
La lógica del surrealismo es que no tiene ninguna lógica. Se trata de plasmar lo inconsciente, imaginario e irracional mediante un proceso de automatismo psíquico. Por ejemplo, el producto de los sueños. Ahora bien, ¿esto para que sirve? Pues supuestamente para hacernos partícipes de un conocimiento que excede de lo racional. Funciona de la misma manera que el símbolo cuyo carácter evocador es capaz de captar la esencia más profunda y al mismo tiempo intangible de la realidad, más allá incluso de lo físico. Dicho esto, ¿consigue la pintura de Dalí algo parecido? Sí. ¿Y "El ángel exterminador"? Pues rotundamente no.

Queridos, no busquéis metáforas, ni mensajes ocultos, ni chorradas en esta película. Mi título es una broma no tan grande como la del propio Luis Buñuel, que rechazó de plano cualquier interpretación alegórica sobre la misma, más allá de la suave crítica a la degradación del comportamiento humano, especialmente de las clases más altas. Ahora bien ni una chispa de Borges, la comparación ofende, ni se puede equiparar con el profundo estudio de "El señor de las Moscas" de Willian Golding. Pero sí cualquier película del montón sobre catástrofes muestra mucho mejor la evolución humana que en esta tomadura de pelo.
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41 de 67 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
Gran Hermano surrealista
Es una obra onírica. Luis Buñuel maestro del surrealismo hace una película de difícil interpretación pero con matices concernientes a la naturaleza humana y la degradación de su comportamiento ante una situación límite.
Buñuel la realiza en México a pesar de haberla imaginado en Londres lo cual es llamativo ya que los personajes son adecuados a la realidad europea y muy lejanos a cualquier aristocracia latinoamericana.

Se puede hacer un paralelismo o imaginar a Buñuel como el ideólogo del reality show que logra un film en el que sus protagonistas se ven obligados a una convivencia que desentierra lo peor de cada quien, haciéndolos olvidar su procedencia, educación y estirpe.

Este film está incluido en la lista de las mil mejores películas de todos los tiempos del New York Times.

Dr.Juventus
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