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10 Críticas de los usuarios

Críticas de los usuarios:
8
Quiero la cabeza de Kunihide Kiyomaru
A la cabeza del asesino Kunihide Kiyomaru se le ha puesto precio. 1.000 millones de yenes que los 120 millones de habitantes de Japón intentarán conseguir sea como sea.
Cinco policías tienen la misión de escoltar al detenido hasta Tokyo para ser juzgado y condenado...y sólo tienen 48 horas.

"Los Protectores", o "Wara no Tate" fue una de las primeras películas que vi del director Takashi Miike. Cuando yo sólo esperaba cine muy violento y humor negro de él, a raíz de haber visionado las inclasificables "Audition", "Ichi, the Killer", "Osaka Tough Guys" o "Visitante "Q" ", me encontré de sorpresa con este emocionante "thriller" de acción que me tuvo pegado al asiento durante sus dos horas de metraje. Y es que eso ocurre con este señor, que siempre te sorprende, tanto para bien como para mal. Adentrándose en la década, al nipón le dio por hacer un cine más comercial, y en el que empleaba cada vez más presupuesto, nada que ver con sus primeros títulos.
Tras el intrigante y a la vez delirante "psychothriller" "La Lección del Mal", con el que el director recuperaba la esencia de su estilo más mordaz, decidió embarcarse en un ambicioso proyecto: adaptar la primera novela del escritor, cineasta y dibujante Kazuhiro Kiuchi, famoso sobre todo por ser el creador del manga "Be-Bop High School", de cuyo guión se encargaría Tamio Hayashi. La historia es sencilla: una niña, nieta de Ninagawa, poderoso hombre de negocios, ha sido violada y asesinada por el joven psicópata Kunihide Kiyomaru; el anciano, que desea ver a ese indeseable bajo tierra, publica a toda página, en cada periódico de Japón, el anuncio de una espectacular recompensa para quien le capture y le mate.

La película empieza con un plano que es distintivo del cine de Miike, no obstante aparca su característico sello y deja su humor negro desaparecido en combate, centrándose en el suspense y sobre todo en la acción. "Los Protectores" va revelandose como un film de acción de grandes proporciones, que nada tiene que envidiar a los de factura americana; mientras va profundizando en la psicología de sus personajes, el director nos invita a una intensa persecución donde se desata la violencia y el ritmo desenfrenado, con una forma y estilo a medio camino entre los de Walter Hill, John Woo y Johnnie To, encontrando algunos puntos en común con "Caza Legal" o el clásico de Eastwood "Ruta Suicida".
Se enlaza de este modo cuando Kiyomaru se entrega a la policía, maniobra de cobardía por excelencia, dos detectives de la Agencia Nacional de Seguridad, junto con tres agentes de policía, tendrán que cumplir la engorrosa tarea de escoltarle hasta la comisaría de Tokyo para ser juzgado en los tribunales...todo esto evitando los intentos de asesinato que los habitantes del país estarán dispuestos a cometer para ganar la recompensa. Una cacería de proporciones colosales que trae a colación lo de que "todo el mundo tiene un precio", siendo lo interesante que tal circo se desarrolla en Japón, país del honor y el orgullo por excelencia, pero como Fukasaku e Imamura nos enseñaron, en todas partes hay desalmados codiciosos dispuestos a hacer lo que sea por dinero, incluso matar si es preciso.

La codicia y la honradez, el cinismo y la conciencia, ideales que se enfrentarán constantemente, bien representados en los oficiales encargados de proteger a Kiyomaru, y en especial en Mekari. Como los anteriores aspectos comentados, la crisis económica de Japón, el deber de los honrados agentes de la ley y la propia maldad humana, la encarnada por Kiyomaru, también se encuentran en el punto de mira de Miike, así como la venganza, el derecho a tomarse uno la justicia por su propia mano, tema que el cineasta tocó bien en "Sun Scarred" (aquí se analiza la situación desde la otra cara de la moneda), y la corrupción en el cuerpo, lo que bien podría acercar a la película a las intrigas policíacas de Sidney Lumet o Ringo Lam.
El director divide la trama en dos partes: en la primera hora predomina la acción y el espectáculo, en la segunda el drama y el suspense, derivado de las luchas internas y las desconfianzas entre los agentes. Encabeza el reparto Takao Osawa, sorprendente, sobrio al principio, desatado al final, más que creíble en la piel de Mekari, paradigma del policía que acata las normas concienzudamente, viéndose transformado poco a poco por los acontecimientos, que le hacen sacar a la luz su oscuro y vengativo "yo" interior; éste se encontrará en un cara a cara constante con un Tatsuya Fujiwara repulsivo y fantástico dando vida a Kiyomaru, modelado por el cineasta de un modo muy particular.

A la manera del psicópata clásico, pero sin esforzarse en buscar justificación en sus actos ni empatía en el espectador al contrario que su homólogo creado por Fritz Lang ocho décadas antes; un villano de genuina maldad que esquiva en todo momento cualquier atisbo de redención. Los siguen una correcta Nanako Matsushima, el siempre eficiente Goro Kishitani y el veterano Tsutomu Yamazaki, brillante interpretando a Ninagawa. Gran trabajo también el de los efectos especiales, el de Nobuyasu Kita a la fotografía y por supuesto el de Miike, quien maneja la tensión y la intriga con gran oficio durante toda la película sin necesidad de ser excesivamente violento ni tremendamente original.
Muchos tachan a "Los Protectores" de inverosímil y efectista, otros la dejan, sencillamente, por los suelos; llegó a Cannes, pero parece que, por A por B, a nadie le gustó en su momento. Poco me importa a mí, pues la considero, pese a los casuales fallos que pueda tener, uno de los "thrillers" más intensos y emocionantes que el cine ha dado en estos últimos tiempos, con un final del todo memorable. Con respecto a Osawa, volvería a dar muestras de su gran talento junto a Miike en "Lion Standing in the Wind".
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5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
5
Versión petarda de M, el vampiro japo
Esto me lo acabo de inventar, pero si te fijas un poco… El prota es un pederasta en busca y captura por el asesinato de la nieta de un magnate supermillonario. El ricachón considera que la justicia, y valga la redundancia, no va a hacer justicia a la infame muerte de la niña, por lo que pone precio a la cabeza del bellaco. Así que toda la población civil del Japón, que mira que hay gente, está deseosa de cargarse al canalla, y no dejan de intentar darle matarile. Por ello, la policía, cuya función debería ser proteger al honesto contribuyente, tiene que hacer un costoso despliegue de medios para proteger al asesino. Esto da para que arranque la acción y para algún debate de actualidad muy interesante…

… pero no, para qué molestarse. No es más que una boba peli de acción, bastante entretenida hasta su tramo final, que se vuelve excesivamente pachangero y termina por agotar. El problema, básicamente, es que la historia está muy desaprovechada y el guión es tonto de narices, con sus personajes planos, sus diálogos planos y sus encefalogramas planos, y el abuso de metraje no ayuda.
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5 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
3
No hay protección para esto
El director de culto japonés, Takashi Miike, presenta un relato trepidante y asfixiante en el que un grupo de policías deberá escoltar al presunto violador y asesino de una niña al que su abuelo ha puesto precio a su cabeza, haciendo que el camino que deben completar esté plagado de peligros.

La premisa del argumento conecta rápidamente con el interés del espectador que pasa a contemplar toda una oleada de violencia motivada por una recompensa que ofrece una cantidad importante de dinero a la persona que elimine a un presunto asesino del mundo de los vivos, dando lugar a toda una serie de situaciones en las que el peligro surge de cualquier rincón. El argumento ofrece la posibilidad de desarrollar diversos debates morales, como la de hasta qué punto merece la pena salvar o proteger la vida de un asesino y cuántas vidas deben perderse por salvar a semejante elemento. Por desgracia, el director ofrece un tratamiento plano y reiterativo, con unos personajes diseñados de una forma simple y efectiva, pero sin lograr ofrecer profundidad al relato.

Las interpretaciones de todo el reparto son ostensiblemente mediocres, destacando negativamente el histrionismo que desatan algunos de los intérpretes, haciendo que su aportación pueda resultar cómica. Lo que podría considerarse el punto fuerte del relato -la constante sensación de peligro a la que están expuestos los protagonistas- se convierte, a su vez, en el “talón de Aquiles” del reparto, puesto que éste cae en la reiteración de situaciones, haciendo que de forma sorprendente decaiga el interés del mismo.

Algunas situaciones resultan forzadas e insostenibles, cae en la reiteración de las mismas, haciendo que el viaje resulte monótono y aburrido, sin la tensión y energía esperada, convirtiéndolo en un relato pasajero y olvidable que alcanza un desenlace pobre. Takashi Miike ofrece un trabajo decepcionante, donde se echa en falta su atrevimiento a la hora de rodar y presentar productos violentos e incómodos para el espectador, cayendo en lo convencional. Es como si el director se hubiera acomodado en su trono de prestigio y hubiera olvidado apostar por la osadía de sus trabajos anteriores.

En resumidas cuentas, Los protectores de Takashi Miike, se vuelven en contra del director y se convierten en su mayor enemigo. Una película sin personalidad, previsible y totalmente prescindible.
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1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
4
Demasiado confusa
Situaciones risibles, lo que parece ser una buena idea se va convirtiendo en una película aburrida, repetitiva, tediosa, liosa y pierde todo lo que podia ofrecer.
Y eso que el comienzo promete, la caza del asesino por cualquiera que quiera cobrar el suculento pago.
Después de verla te deja la sensación de pérdida de tiempo, que está todo muy desaprovechado, desde su trama, pasando por sus diálogos, sus actores que no dan la talla. Es floja y no cumple con su premisa. Un placer.
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1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
Takasi Miike en estado puro.
Una película de acción 100% Takashi Miike, con una historia directa y que implica a mucho personajes, altas dosis de violencia y tiros por todos lados.

La cosa viene a ser un poco ¨todos contra todos¨, o todos contra el protagonista mejor dicho, y la verdad es que es muy disfrutable verlo pasar mal durante toda la duración del film. Es una película tensa, llena de persecuciones, peleas y tiroteos, y cuenta con una parte final aceptable.
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1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
5
Los medios justifican el fin, pero el fin no justifica los medios.
Una niña de tan solo 7 años, es encontrada sin vida a causa de ser brutalmente violada. Esta niña es la nieta de alguien de mucho poder, que encima tiene problemas de salud y se esta por morir, por lo que no duda en poner un precio de 1.000 millones de yenes (algo así como 10M de u$s) a la cabeza del sospechoso de asesinato de su nieta.
Bajo este contexto, un grupo de policías se tendrá que encargar de trasladar a dicho sospechoso hasta el tribunal en Tokyo, pero claro, no podrán confiar ni en ellos mismos, ya que habrá un centenar de personas (desde medico hasta policías) con intenciones de matar al asesino y cobrar la recompensa.

La película esta bien, empieza con un ritmo que va de muy mayor a muy menor, quizás cayendo demasiado sobre el final, volviéndose un tanto repetitiva y lenta, considero que le sobraron un par de minutos.
No obstante, tiene tomas aéreas muy bien filmadas, secuencias con una puesta en escena esplendida con decenas de extras, una fotografía que por momentos es destacable y muy buen uso de los diálogos, aunque por momentos simplemente estemos ante una película efectista.

A lo largo de la película podemos ver que se tocan varios temas interesantes para analizar o quedarse pensando, ya sea la crisis económico-laboral de japón, la corrupción policial, la ausencia política, el famoso orgullo oriental y su oposición hacia el dinero, el rol de la policía en la sociedad, etc etc.
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2 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
1
EL COLMO DE LA IDIOTEZ
En mi vida he visto muchas películas malas pero ésta que de verdad se lleva el premio mayor. Takashi Miike conocido director con una amplísima filmografía ha hecho en “Los Protectores” su peor película. Absurda desde el principio con una premisa muy pobre, llena de clichés y de diálogos penosos que dan es risa. De verdad que desconcierta bastante porque parece escrita por un guionista principiante.

La idea de que un millonario pague una descomunal fortuna en yenes por ver al asesino de su nieta muerto, me recuerda a Ransom de Ron Howard otro infame producto que tiene una premisa más o menos similar, pero esta vez la propuesta es llevada al extremo (diría yo hasta el delirio) dónde todo el mundo quiere a Kiyomaru (el asesino) muerto. Entonces suceden escena tras escena intentos de mil formas posibles por matar a Kiyomaru, como si a nadie le importara nada más que el dinero que hay de por medio. La sola idea de una propuesta de ese calibre tal cómo está presentada no se la compra cualquier guionista decente que se respete. Pero a Takashi Miike y a su guionista Tamio Hayashi les vale cinco cualquier argumento de verosimilitud. Total, pareciera que les les basta con tener el respaldo de la novela original de Kazuhiro Kiuchi en la cual está basada este esperpento para sentirse a salvo.

Larga, tediosa, muy mal dialogada, pésimamente actuada, y con un final patético: Nada se salva. Ha sido una decepción después de haber visto estos meses grandes producciones que nos están llegando de Oriente que me hacen pensar en un resurgimiento del buen cine de orige asiático. ¡Lástima…!
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2 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
4
"El deber es el deber"
Una niña aparece muerta, poco tiempo después, un multimillonario pone un anuncio en el periódico donde indica que le regalará una enorme cantidad de dinero a quien mate a Kiyomaru, el hombre que según él mató a su nieta e incluso ha tenido otras víctimas. Como es de esperarse, inicia una cacería humana en contra de este hombre, por lo que se asigna a un grupo de policías para que lo custodien y cuiden que no sea asesinado.

De esta forma, la película se centra en cómo estos oficiales deben velar porque el presunto asesino no sea presa de algún ciudadano con deseo de ganarse un buen dinero. Wara no tate se presenta como un desbocado thriller, cine de acción desde los primeros minutos, road movie sangrienta, dudas, traiciones, ofrecimientos de dinero, cine de mucho movimiento, poco contenido.

Por más que el guion de Tamio Hayashi -realizado en base a una novela escrita por Kazuhiro Kiuchi-, intenta meter en la trama algún grado de crítica social, esta se diluye rápidamente al no ser el interés real de la trama, Miike solo subraya sobre todo este trayecto que pareciera infructuoso, volviéndose finalmente un evento poco creíble e inverosímil, lo que le resta mucha fuerza a la redundante propuesta de poco más de dos horas de metraje. Poco más de que hablar para un producto mediocre que apenas y se sostiene.
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4
Como destrozar una película
Esta película de acción hará las delicias de algunos y hará perder la paciencia al resto. ¿El problema? Su primera mitad es buena, tanto en el arranque como en el desenlace, pero pronto se hunde en esa característica del cine asiático que alarga las escenas dramáticas hasta lo imposible, quizás porque no estamos acostumbrados a cierto tipo de narración, aunque a eso hay que añadir unos diálogos risibles, una dirección plana y unos actores sin personalidad. La premisa es interesante pero está mal desarrollada y aprovecha –en menor medida- el hecho de que cualquiera puede ser nuestro enemigo (movido por el dinero), incluso aquellos que son nuestros amigos. La premisa de un desconocido que ofrece una fortuna a quien asesine a un criminal no es nada nuevo pero aquí se vuelve interesante porque junta todos los elementos y los mezcla en una batidora para ofrecernos una primera mitad estimulante (en cuanto a los términos de ritmo y acción). Pero no hay más. Una buena escena de acción (la del autobús) y nada más. El problema es que poco a poco perdemos el interés por conocer los motivos de tan sugerente planteamiento y, al desaparecer la acción, “Los protectores” se convierte en un infumable peñazo con tintes morales que hace que el espectador desconecte de todo. Recomendable tan solo a los amantes del cine asiático de acción… y ni eso.
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4
Regulera
Lo que tendría que ser un apoteósico thriller de acción es pura rutina interpretativa que no transmite y se muestra demasiado poco creíble. La falta de ritmo le resta todavía más a una película que podría ser de un caos para disfrutar ya que todo promete y que por ese mismo motivo la caída es más dura.
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