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153 Críticas de los usuarios

Críticas de los usuarios:
9
Hijos de perra
De todos es conocido que Peckinpah no fue precisamente un maestro de la sutileza. Y a fé de Dios que “Perros de paja” es una de sus obras más paradigmáticas al respecto. La peli abre la veda a una procesión de títulos que, de la mano de la ultraviolencia, escandalizarán a la sociedad setentera y le mostrarán sus perfiles más abyectos.

Peckinpah se hace valer de sus prodigiosos movimientos de cámara, de sus zoom endiablados y de su magistral dominio de la cámara lenta para contarnos muchísimas cosas sin necesidad de diálogos, de palabras vanas, de rollos patateros. Esto es cine, señores!. Peckinpah mueve la cámara como un tanguero, maniobrando con ímpetu, con pasión, con brusquedad milimétrica. Sus clamorosos silencios, su aprovechamiento no sólo de la música sino del sonido, es acojonante. Thriller “in crescendo”, como marcan los cánones. Como un buen polvo. Y luego viene el montaje: tomaydaca, tomaydaca, tomaydaca. Brutal.

La peli da mucho que hablar. Es perfecta para un cinefórum de parroquia. Cobardía, provocación, erotismo, misoginia, maldad, venganza, violencia, honor, ética… Porque señores, aquí no se salva ni el apuntador. Un pueblecillo escocés habitado por una cuadrilla de borrachos, pendencieros, crápulas y haraganes capaces de modificar la conducta de cualquier pardillo. Luego está Amy, protagonista de la violación más ambigua que jamás había presenciado en pantalla. Y tantas y tantas cosas…

Sam nos ofrece una auténtica lección de cine. Y es que, como afirma mi buen amigo Santi: “Cuanto más cine suyo veo, menos valoro a Tarantino”.
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335 de 447 usuarios han encontrado esta crítica útil
6
... y gatos de mármol.
Recomendaría esta película por la presencia de Susan George. No sabría como explicarlo,
pero su personaje en esta cinta siempre me ha fascinado. Es a la única que me creo, y la razón por la me quedo enganchado a la historia. Además, añado que la 'escena del sofá' me parece maravillosa, 'carne' y 'acto terrible' aparte.

El resto me irrita. Enumero:

1) LA METAMORFOSIS.
Dustin Hoffman interpreta a un astrofísico. Un tipo inteligente y sensato al que le gusta la vida tranquila y ordenada junta a su esposa (Susan George). Llega un momento en el que se le hinchan las pelotas y pasa de soso a gaseoso. Lo que era un pringaillo decente se convierte en un depredador zen. Le suelta sonrisitas a su esposa y le comenta que 'tranquila chocho, esto lo tengo controlao'. Lo que era un personaje con matices ahora es plano. Y gratis. Curiosamente, su esposa se comporta como una impiadosa a los ojos del espectador porque, con toda la razón del mundo, está muerta de miedo. Como lo estaría la gente corriente. Como los astrofísicos apocados.

2) ESE PUEBLO.
El lugar apacible elegido por los protagonistas resulta ser una sucursal del infierno. Sus pobladores son gentuza que parece no cultivar sentimiento o motivación alguna. Pero no es culpa de ellos, sino de los guionistas, que se pasaron por el forro aquello de 'hasta el malo tiene un motivo'. Aquí no, aquí la gente es así de pelma porque sino la peli no avanza. Incluye de serie el típico ser despreciable con risa incómoda. Alcohol, insultos, bromas macabras, mal rollo a tope para que el espectador no tenga dudas. 'Cargátelos, Dustin'.

3) LA LOLITA.
No me la creo. Me parece tirando a irreal. Quiere seducir a todo lo que se menea y lo que no puede ser, no puede ser. No descansa la niña. En el pueblo no hay nadie que se la agencie porque está todo el mundo ocupado molestándonos a Rain Man y a mí. El único disponible no sabe multiplicar.

4) ESA CASA.
¿Tan difícil es entrar en esa casa? Que tiene ventanas por doquier. Que llevais armas y candiles. Que sois muchos y violentos.

Leo que esta película es un 'estudio de la violencia'.
¿Por qué la gente de ese lugar es tan violenta? Esto la película no lo 'estudia'.

Un 6, Sam.
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225 de 303 usuarios han encontrado esta crítica útil
10
Sam Peckinpah en estado puro
Una de las películas que más he esperado ver por años, de las que uno siempre habla pero nunca tiene la oportyunidad de ver. Afortunadamente en el intertanto pude nutrirme de cintas como “Tráiganme la Cabeza de Alfredo García”, “Cruz de hierro” o la monumental “La Pandilla Salvaje”, para pavimentarme el camino para encontrarme con la expresión máxima del cine de Sam Peckinpah.

La sutileza no es una cualidad que destaque a este realizador. Los términos medios y la moralidad no son sus fuertes. La naturaleza de sus personajes van desde los mal nacidos a los menos mal nacidos, las ñoñerías sentimentales no estarán presentes aquí. Una dolorosa inyección de realidad. La falsa moralidad de Hollywood se fue de una patada hace mucho rato.

La verdad, no recuerdo una película que me haya tenido tan tenso desde los primerísimo fotogramas. Basta recordar a los niños jugando entre las lapidas de un cementerio, el bar donde se reunían esa pandilla de patanes que no logran mas que hacer sentir rechazo desde el comienzo, la tensa relación de un matrimonio que ya está destruido desde el principio de la película. Desde ahí, una difícil cuesta que hay que trepar, un ambiente malsano e hinchado por una hostilidad latente que llega a su momento de clímax en la infame escena del ataque del cual es victima Amy. De ahí en adelante, la película marcha implacablemente hacia la verdadera naturaleza del ser humano, la de un ser intrínsecamente violento, no hay nada que discutir sobre eso.

El derrumbamiento emocional de David Sumner (uno de los papeles mas impresionantes de Dustin Hoffman) se hace presente de manera gradual, hasta llegar al absoluto acabose, una de los desenlaces mas potentes que he tenido la suerte de gozar en una cinta, donde uno llega a temer de su propia naturaleza de ser racional por momentos. El maestro nos deleita con una perfecta e inquietante orquestación de imágenes que lo deberían poner como uno de los más trascendentes cineastas de los últimos 30 años.

El hombre degradado a lo mas primario. Simplemente una secuencia genial como inquietante, desenlace de un tortuoso camino que fue la película hasta ese minuto, tortuoso en el buen sentido de la palabra. El cineasta nos mete en un mundo demasiado sórdido pero demasiado real, el cual las hipocresías de esta sociedad de porquería no nos permite reconocer en el diario vivir, y al momento de encontrarnos con la verdadera naturaleza humana no nos sentimos preparados, y muchos podemos sucumbir en la cobardía o transformarnos finalmente, en David Sumner.

Para terminar no quiero usar el típico salvoconducto expiatorio de que la película fue hecha en 1971 y por tal razón, su impacto es mayor…patrañas!.
No amigos, el cine verdadero no tiene edad, solo un notable guión e impecable dirección son los puntos a considerar y no en la antigüedad del producto ya que el tema principal de la obra es universal y atemporal. ¿Apología o denuncia a la violencia? La verdad da igual.
Gracias, “Bloody” Sam.
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121 de 160 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
De ratas y hombres
Nada más comenzar la película, Peckinpah logra ya, sin preámbulos, un clima angustioso, que destila amenaza y hostilidad por los cuatro costados.
En el momento en que David Sumner pone los pies en ese pueblo maldito, algo muy crispador se ventea ya en el aire. Algo de lo que incluso su mujer parece participar de algún modo turbio.
David, un hombre de ciencias, un intelectual pacífico que busca un lugar tranquilo, huyendo de la violencia de su país natal, no tiene ni idea de dónde se está metiendo.
La agresividad humana, los peores instintos, le persiguen y le rodean, conduciéndolo inexorablemente hasta más allá del límite de su aguante.
Este thriller es sobre todo un thriller de ambiente, de clima, en el que todo se centra en un análisis muy seco, descarnado y desasosegante de las peores pulsiones humanas. La violencia se respira y se puede cortar. La hostilidad, el desprecio, el odio, la prepotencia, el instinto que lleva a demostrar quién es más fuerte y de desdeñar y burlarse del que se presupone débil, la provocación, la aberración sexual que impulsa a abusar de alguien contra su voluntad, el chantaje psicológico, el desequilibrio emocional y mental, el morbo de lo prohibido, tentar el peligro a sabiendas... Todo lo más oscuro que portamos en nuestro lote humano es expuesto bajo los focos como esos desagradables pedazos de carne sanguinolenta sobre el iluminado mostrador de una carnicería.
No hay ninguna situación inocente, pues al acecho se agazapa siempre alguna sombra vigilante. La esporádica felicidad de los Sumner se aprecia ya contaminada desde el principio; el aparente pueblecito tranquilo contiene un rebaño de hienas que están a punto de despedazarse a cada instante; los momentos de fiesta y esparcimiento transmiten precisamente lo contrario bajo la superficie.
La llama avanza por la mecha lentamente. La explosión es inminente.
No hay escapatoria.
Y puede que en un momento dado nos miremos y no nos reconozcamos.
Y ya no conoceremos el camino a casa.
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94 de 108 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
Violencia relativa, polémica servida (7,5)
Sigo sin encontrar la excusa por la cual Peckinpah tuvo que rodar esta historia en Inglaterra y ofrecer la imagen que da de los británicos de pueblo: todo el santo día holgazaneando, enganchados a la jarra de cerveza o botella de whisky, repartiendo palos, estrangulando gatos y si se tercia, violando a vecinas.

Personalmente ese retrato es para mí, la pura controversia de la película y no como escribieron los críticos en su día, la ultraviolencia que destila.

Dudo que estemos hablando de violencia gratuíta (lo que la crítica quería hacer ver). Estamos ante un caso de autodefensa, desbocado, inverosímil también y exageradísimo, pero en todo caso justificado. Supongo que Peckinpah pretende enfrentar fuerza bruta a inteligencia. No veo que estén reñidas. De hecho, Hoffman, cuando de verdad se cabrea, utiliza una retahíla de trucos a cada cual más ingenioso para zafarse de la pandilla de hoolligans del "idílico" pueblo.

Violencia gratuíta es hablar de patatas fritas con mayonesa o hamburguesas para acto seguido volarle la tapa de los sesos a un chaval tipo... ¿Tarantino? Y no es que vaya a criticar a Tarantino; sencillamente me sirve de ejemplo para poner en evidencia lo relativo del uso del lenguaje sobre todo cuando hablamos de violencia, lo cada vez peor considerada que tengo a la crítica (que se cebó con "Perros de Paja" por ultraviolenta, no en cambio por acercarse a la xenofobia) y por la doble moral que lo impregna todo.

Contra Peckinpah, particularmente en esta película, vuelvo a repetir: me pareció que se pasó tres pueblos con los ingleses y que mejor hubiera sido quedarse en al otro lado del charco, ambientar la historia en cualquier pueblo californiano y no jugársela provocando un probable cristo diplomático. Pero sobre todo y aunque no me sorprenda después de haber visto otras obras de su filmografía, lo que aburre de Peckinpah es su misoginia. La protagonista femenina de "Perros de paja" o está infantilizada o actúa como un putón verbenero. Lo mismo ocurre con Janis, la segunda chica.

¿Por qué Peckinpah no contextualiza, en el año 71 a la mujer de Hoffman, llegada de Estados Unidos, de la ciudad, emparejada con un científico y liberada por la revolución contracultural de los 60 del sujetador como lo estoy haciendo yo tal que ahora? Sencillamente porque no le da la gana tomarse la molestia de dar explicaciones y de aclarar el porqué del comportamiento de Susan George. Con dejarlo en que es un poco putón, mejor. Y claro, luego se creen los hoolligans que todo el monte es orgasmo... y sucede lo que sucede.

"Perros de Paja" es una película tensa, trepidante, muy bien ambientada, con una última media hora magistral y una caracterización de los personajes especialmente cuidada. Sin embargo, aunque probablemente sea su película más conocida y elogiada, no creo que sea ni haya sido nunca la mejor de Sam Peckinpah.

Aún así: imprescindible.
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82 de 104 usuarios han encontrado esta crítica útil
2
Sórdida
Sí, sordidez extrema, pero la película es más inverosímil en su desarrollo que cualquiera de Sólo en casa.

El cobarde, machista y despreciable astrofísico se convierte de repente en un Superhombre de acción que repele a varios expertos malhechores; pero ni entonces nos parece heroico.

No consigo creerme nada. No me creo a los personajes, no me creo sus motivaciones y, sobre todo, no me creo el desenlace, la última media hora. Empezando por una pareja (y no hablo de los actores) que muestra una nula química. Dos personas tan dispares y con tan poco entendimiento no se hubiesen casado en la vida; Así, se muestra una relación muerta desde el principio de la peli.

Además, es imposible empatizar con ningún personaje. El director trata a la mujer del protagonista, víctima de brutales abusos, de forma un tanto superficial e infantil, dibujándola prácticamente como un putón, pero por otra parte le confiere un carácter ambiguo de persona que disfruta con la humillación a veces, y en cambio se convierte en el personaje más fuerte moralmente otras. El espectador intenta empatizar con ella, pero yo me siento incapaz.

Pero peor aún es lo que sentimos por el personaje que interpreta Dustin Hoffman. El antisocial personajillo al que da vida nos provoca lástima a veces, pero otra sensación se impone: no se sabe quién resulta más despreciable a ojos del espectador, si los matones (a los que se vende como lo peor de lo peor, y ciertamente lo son) o el propio protagonista.

Hay un dicho en euskara que dice: “kalean uso, etxean otso” (paloma en la calle, lobo en casa) que describe perfectamente al protagonista. Un tipejo débil y enfermizo, pero que trata de imponer su ley con los que son más débiles que él (físicamente, que no moralmente). Típico prototipo de maltratador en potencia. Y, esto sí, hay que valorarlo positivamente: Dustin Hoffman borda su caracterización.

El director transmite la amoralidad, la degradación de la condición humana y la violencia en todos sus aspectos, creando una película de visionado altamente desagradable, de los que dejan mal cuerpo. De hecho la película parece ideada de forma antiempática conscientemente, pero cuesta entender el motivo y sentirse implicado, se hace todo demasiado gratuito.

Además está la subtrama del enfermo mental y la hija de Tom, que no se sabe muy bien qué aporta al desarrollo de la película, más allá de dar una excusa argumental al desenlace y crear mayor confusión sobre la moralidad/amoralidad que el director pretende transmitir.

Podríamos usar de atenuante de varias situaciones la época en la que se hace la película, y pasar por alto varios elementos referentes a la mentalidad que transmite (altamente machista y trasnochada).

Pero las virtudes y los atenuantes no llegan para tapar todo lo demás.
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109 de 169 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
Camada de lobos
Primer film de Sam Peckinpah (1926-84) ajeno a la temática y al mundo del western. El guión, de David Zelag Goodman (“Adiós, muñeca”, Richards, 1975) y del propio Peckinpah, adapta la novela “The Sieg of Trencher’s Farm” (1969), de Gordon M. Williams. Se rueda en escenarios naturales de Cornualles (Inglaterra) y en los platós de Twickenham Studios (Twickenham, Inglaterra). Es nominado a un Oscar (fotografía). Producido por Daniel Melnick (“All That Jazz”, Fosse, 1979) para ABC Pictures, Amerbroco Films y Talent Associates, se estrena el 3-XI-1971 (RU).

La acción dramática tiene lugar en la campiña inglesa, entre una antigua granja alquilada como residencia turística y una pequeña población del Oeste de Inglaterra. David Sumner (Hoffman) y su esposa Amy (George) deciden establecerse por algún tiempo (un año en principio) en una zona rural apartada y tranquila, situada junto al pueblo donde nació Amy y donde vivió hasta que se trasladó a EEUU. Los motivos de su decisión se relacionan con el deseo de alejarse del clima de violencia que se respira en aquél país, agravado por la tensión social interior que rodea la evolución de la Guerra del Vietnam (1958-1975). David es matemático y quiere dedicarse durante un tiempo a la investigación. Es de temperamento pacífico, nervioso, impresionable y vulnerable. Amy es guapa, atractiva y sensual. Ha conocido los principios de la liberación sexual y de igualdad de la mujer que se imponen en los años 60. Es uno de los pocos personajes femeninos importantes del mundo de hombres de Peckinpah.

El film suma thriller, drama y horror. Constituye una obra de extraordinaria fuerza expresiva y de enorme capacidad de conmoción. Es una pieza clave dentro de la filmografía del realizador. Analiza la xenofobia con la que los recién llegados son tratados en una localidad pequeña, cerrada, ruda, perezosa y primitiva. Las inseguridades colectivas y la conciencia de atraso aportan algunas de las causas que engendran conductas de rechazo de las personas que vienen de fuera. El rechazo de manifiesta con demostraciones de desafecto, hostilidad, abusos, burlas, bromas de riesgo, invasión extemporánea de la privacidad del hogar y humillaciones. Muestra la conflictividad que rodea con frecuencia las relaciones entre la ciencia y la religión, que en este caso se concretan en el trato frío y tenso entre Barney Hood (Welland), el vicario anglicano, y David.

Expone cómo el mundo idílico del campo se halla poblado por conductas viciosas y perturbadoras, como el voyeurismo, el sadismo, el alcoholismo, el machismo, la violencia, la crueldad, etc. Focalizando la atención en un grupo concreto de personas, liderado por Tom Hedden (Vaugham), el film explora las causas, manifestaciones y consecuencias de la violencia. Explica cómo tiende a ser ciega, descontrolada y creciente hasta alcanzar, en algunos casos no infrecuentes, niveles extremos de paroxismo y locura.

(Sigue en el “spoiler” sin desvelar partes del argumento)
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50 de 57 usuarios han encontrado esta crítica útil
4
Humanos con paja en la sesera
Un 7.7, no sé si preocuparme por mi gusto e ignorancia cinematográfica, o por la interpretación psicológica y la construcción social llevada a cabo sobre este ensayo de Peckinpah. Por más que he leído, y por más que he reflexionado a partir de las diferentes perspectivas favorables a esta película, no consigo entender que hay de glorioso y majestuoso en esta obra. Puedo entender que se alabe su banda sonora (aunque una nominación al Oscar me parezca excesiva), y que obviamente nos hallamos ante un gran director ("La cruz de hierro", "Grupo salvaje" o "Pat Garrett y Billy The Kid", entre otras), pero las interpretaciones no me transmiten lo suficiente, lo que sumado a la poca credibilidad que provoca el desarrollo de determinadas escenas clave en la historia (algo a lo que brevemente haré alusión en el apartado con contenido spoiler), nos deja un paisaje desolador en cuanto a la implicación a lo largo de toda ella.

En definitiva, pese a ser consciente de la naturaleza violenta del ser humano, y poder entender y admirar un buena representación de ello que induzca a un interesante y necesario debate, no alcanzo a verlo reflejado en "Perros de paja", al contrario que en la soberbia "Dogville" de Lars Von Trier, un clarísimo ejemplo de todo lo expuesto. Por ello, pese a que el balance entre las buenas ideas expuestas, una buena ambientación (ayudada por la destacable banda sonora), y sin duda la presencia de buenos profesionales (tanto en la fotografía, como en el reparto o la misma dirección), el peso de los aspectos negativos mencionados, me obligan a calificarla con un 4.5 (sobretodo por la sensación de que se le podía haber sacado más provecho), pero la sensación general es inapelablemente de decepción, por lo que me mantengo prevenido del alto porcentaje de usuarios que me otorgarán un "no" en cuanto a la utilidad de esta crítica (pese a que más bien, creo que se tratará de que "no" comparten mi opinión o perspectiva).
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53 de 74 usuarios han encontrado esta crítica útil
9
Un tratado de asertividad
Cuando en el colegio un matón se metía contigo, lo mejor era jugártela y responderle a la primera.
Mi experiencia es que, al no estar acostumbrados a que les plantaran cara, los matones de patio de colegio se replegaban y buscaban otra víctima propiciatoria con la que divertirse.
Dustin Hoffman borda el papel de esa víctima propiciatoria con la que se cebaban aquellos miserables acosadores. Han pasado muchos años desde que dejó de ser un alumno acosado por los bestias de la clase, pero sigue teniendo miedo a ese acoso y, lo que es peor, se avergüenza de ser acosado, como si fuera culpa suya por no ser más "macho".
A partir de ese punto, un Peckinpah en estado de gracia nos ofrece en este film un auténtico tratado de asertividad difícil de olvidar.
Grandes interpretaciones y acción contínua que no te permite un respiro.
Lo dicho, Peckinpah en estado puro.
Imprescindible.
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30 de 35 usuarios han encontrado esta crítica útil
9
Violencia necesaria
Una película increible. Tensión y el malestar en cada momento hasta alcanzar un climax terrible. La violencia y el juego de poder, la necesidad de dominación estan presentes durante toda la película incluso entre el matrimonio.
Las miserias son obviadas una y otra vez en pro de la convivencia...el personaje de Hoffman, un pusilanime, ve como los agravios se acumulan minando su dignidad y la estimación a ojos de su esposa. Llevado por los acontecimientos termina por marcar la línea, no tanto por principios, sino para no perder el último atisbo de orgullo que le queda.
De nada valen los logros si de repente un extraño nos arrebata nuestro amor própio.
La película revindica la individualidad y el derecho a existir mas alla de las convenciones impuestas por la sociedad. Rasca el barniz del hombre civilizado para descubrir al animal que hay debajo.
"Perros de paja" describe a aquellos que hacen uso de la violencia gratuita y sistemática, seres vacios, cobardes y amargados que se ceban en los más débiles.
Hoffman se convierte en el verdadero perro, uno que lucha por su propio derecho a vivir y el que todavía defiende algo que para él merece la pena.
Sinceramente espero tener lo que hace falta si me veo en similares circunstancias.
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38 de 53 usuarios han encontrado esta crítica útil
3
Vuelve el hombre
Hay un lugar en las islas británicas donde la consanguineidad ha hecho estragos. Todos sus habitantes son una pandilla de degenerados. Ellos, una caterva de salidos que en lugar de pensar con la materia gris lo hacen con la materia rosa, la que va por dentro del escroto. Ellas, unas calentorras zorritas que gustan de recibir su merecido, las muy pu... Sarna con gusto no pica, dicen. Pues bien, en tan pintoresco paraje recala una no menos pintoresca pareja formada por un astrofísico americano con pinta de panoli y su atraciva mujercita, oriunda del lugar, para más señas.

Este retrógrado y simplista planteamiento, que al mismísimo Sáenz de Heredia le hubiera parecido anticuado, es sin embargo celebrado mayoritariamente, por lo que veo, como obra de culto por la simple razón de venir firmado por Peckinpah, autor de westerns notables pero también de apologías gratuitas e infumables de la violencia como la cinta que nos ocupa. Donde esté una buena escopeta, que se quite el álgebra, y tira más pelo de coño que carreta de bueyes. Eso por supuesto.

La misoginia del director nunca se reveló tan burda. Presenta a la mujer, en especial al personaje de Susan George como un compendio de tres elementos básicos: poco cerebro, un par de tetas, y una surtida gama de gemidos -o histéricos alaridos, según la ocasión. Hoffman tampoco sale muy bien parado, aunque al final acaba sacando el genio. Como para no ponerse de mala hostia, con el coñazo que dan las gaitas y las risitas del gilipollas caza ratas.

Todo son tópicos y muchas situaciones están tan exageradas que resultan ridículas. El montaje no ayuda demasiado. Su supuesto dinamismo sólo me transmite pomposidad y y efectismo zafio. Y eso que me gusta Peckinpah. Malos y buenos son grotescos, caricaturas de personalidades anormales, en todos los sentidos. El más creíble es el tonto del pueblo, al que Warner presta su habitual cara de pasmado.

Ya lo dice el refrán, el hombre se hace a palos, y la mujer a empujones.
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54 de 87 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
Recuerdos del patio de recreo...
He aquí una verdadera pelicula de testosterona , con la que muchos hombres nos podremos sentimos identificados (que no digo que no pueda ser disfrutada por mujeres ni que muchas mujeres también se puedan sentir también identificadas, ni mucho menos). No puedo dejar de acordarme del colegio y de las típicas peleas porque no-se-quién se ha metido con tu madre o te ha dicho no-se-qué; no podías dejar que invadiesen lo que es tuyo, no te podías dejar avasallar. Con el tiempo, las ofensas que nos afectan son distintas y cada vez menos, pero ciertas veces sentimos ese mismo sentimiento y esa necesidad de "marcar tu territorio". Esto es un verdadero análisis de la naturaleza del hombre, de las inseguridades y miedos que realmente llevan a la violencia y son inherentes a la misma (la gente no se pelea porque sí y de repente, la violencia se gesta a través del miedo a una amenaza y son las situaciones límite las que nos llevan a realmente plantar cara a esa amenaza con la decisión y el valor del que está acorralado y no puede escapar).

Por desgracia, podría tomarse como un alegato al derecho a portar armas de fuego o a la violencia como único método para solcionar conflictos, argumentando que las amenazas pueden venir en cualquier momento y de cualquier lado. Sólo espero que nadie extraiga una conclusión tan simplista, pobre y maniqueísta de esta gran obra maestra, de este excelente estudio de la naturaleza humana, de este intenso y atemporal "western" del gran maestro que es Peckinpah.

I love Peckinpah.
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22 de 26 usuarios han encontrado esta crítica útil
5
inverosimil y confusa
Es una película de culto y hay que luchar contra esa visión. Lo que realmente nos ofrece la película es una sucesión de actos inverosímiles e increibles, así como unas actuaciones no pobres, sino confusas. la actriz principal no logra transmitir nada mas que confusión. No se sabe si esta excitada, triste asustada, envalentonada... esto resta mucho a una película que no tiene mucho que ofrecer salvo saber en que momento y contra quién se usará la trampa para osos.
El uso de la música molesta más que inquietar y las motivaciones de los personajes asombra por lo estúpidas y previsibles.
Muy sobrevalorada por quienes creen ver un relato sobre el miedo, la pasión y la naturaleza humana y sus límites.
En su época pudo escandalizar por su violencia pero hoy en día ver a Dustín Hoffmann pegar con un palo queda más falso que un episodio de los Power Rangers
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31 de 45 usuarios han encontrado esta crítica útil
9
Los perros del sanguinario Sam.
Incontestable oda a la violencia de un director que supo mostrarla y manejarla de manera inconfundible para darle un sentido y una justificación a pesar de sus excesos, críticas recibidas e inimitables recreaciones.

Sam Peckinpah consiguió sumergirnos en las profundidades de los instintos humanos más primitivos y salvajes cuyo resultado final es la destrucción por completo de la escasa inocencia que pudieran tener los personajes, así como la propia dignidad y condición humana que nos hace distanciarnos aunque solo sea un poco de cualquier animal de carroña.

La película rezuma en todo momento una tensión que va in crescendo con cada gesto, cada mirada, cada segundo de silencio que bien pudieran ser eternos para quien los sufre. Celos, provocaciones y el siempre presente orgullo son los ingredientes de esta obra y que cuya mezcla da como resultado el sufrimiento, el drama, el abuso, el ridículo y hasta un constante humor de lo más ácido.

Con un final histriónico e irremediablemente brutal en su desenlace, uno puede apreciar la valentía de un trabajo bien hecho e insuperable en su forma y significado. Puro Peckinpah.
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18 de 20 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
De la ira de los mansos y otras cuestiones
La película atrapa desde el principio, te sumerge en una atmósfera densa que huele a vileza, abyección, cerveza amarga y sudor rancio. La agresividad latente se puede masticar y augura un desenlace inequívocamente trágico. El ritmo es ágil, supongo que propiciado por un montaje –para unos, acertado, para otros, no tanto, según veo– que ofrece una sucesión rápida, casi violenta, de un plano tras otro. La cámara, además, juega con mucha habilidad. Todo va “in crescendo” y tú ya estás dentro de la historia antes siquiera de poder parpadear. La banda sonora es buena, si bien no siempre me parece que esté insertada de manera adecuada, vamos, que hay momentos de gran tensión en los que la música que acompaña invita a pensar en una campiña bucólica, y eso no me cuadra. No obstante, diría que, en general, “Perros de paja” destila maestría.

Con todo lo anteriormente dicho, y con la salvedad ocasional de la banda sonora, uno se preguntará: ¿y tras tanto halago, por qué racanear a la hora de puntuarla? Pues porque hay algunos puntos en los que la historia, a mi parecer, chirría. Para argumentarlo, creo que es mejor que pasemos al spoiler, donde hablaré de la “ira de los mansos” y de otras cuestiones que no me convencen, aunque no por este orden.
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18 de 22 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
Un duro, dramático y genial film, que al final, abusa del romanticismo.
Que pequeño es el ser humano ante la violencia, que minúsculos somos cuando el mal quiere imponer su acto vil, sin importar el día y la hora, no importa si estas sólo o acompañado, si eres rico o pobre, no importa nada, la bestialidad humana contra la humanidad, es el predomínate, dueño y señor en el acto, y ante eso al ser humano gentil, perdido, lo primero que le surge desde las entrañas es el miedo, la nublidad del raciocinio, un disparo de adrenalina para nada acostumbrado, que marca el comienzo de la lucha.

Hoffman, con una gran actuación, a medio camino entre la debilidad y la desesperada y agónica lucha personal y familiar, va asentando su carácter con cada escena, en una lucha que está presente incluso del principio, primero ante la envidia, después ante la perversión, para acabar con el acto vil, el asesinato.

La pega, la gran pega de este duro, dramático y genial film, es que abusa del romanticismo, la vida real es más dura y el final, casi siempre es muy diferente. Bienvenido a la Humanidad.
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16 de 19 usuarios han encontrado esta crítica útil
3
La bestia macho propietaria.
Más que el retrato de la brutalidad en el ser humano, esta película, parece un documental del reino animal, de cómo el macho cuida su territorio de otros machos que se lo quieren disputar y pelea a muerte contra ellos para lograr su cometido.
Película de un machismo recalcitrante, realmente es chocante la forma absolutamente negativa en que retrata a las 2 mujeres, como si estas merecieran todo lo malo que les sucede, la primera y más importante, Amy, la hacen ver como inmadura, provocadora, irritante, tonta y finalmente masoquista.
Tampoco se salva Janice, una adolescente estúpida, inconsciente, que sola se mete en la boca del lobo, en fin, entre las 2 hembras generan la tragedia en la que se ven envueltos los machos.
De todos los personajes el único que muestra cierta complejidad es David, aunque tampoco se puede entender, al principio se muestra indiferente a todo y al final muestra una brutalidad y psicopatía realmente absurda.
Los demás personajes que vendrían siendo los atacantes son de caricatura realmente.
La infinidad de incoherencias las comento en la zona spoiler.
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15 de 17 usuarios han encontrado esta crítica útil
2
Más vale paja en mano que esposa salida revoloteando
1. Pueblo de la Inglaterra profunda con tasca concurrida, muchos tíos y pocas tías.

2. Población de tarados, alcohólicos, de escasas luces y más calientes que el pico una plancha.

3. Rubia buenorra también pelín salidilla y con un punto exhibicionista algo peligroso en este entorno.

4. Marido de la rubia. Intelectual, tranquilote y poco propenso a excesos carnales y no carnales.

Alguien tiene la menor duda de cómo puede terminar este cocktail molotov? Pues justamente como estás pensando.

Tengo que decir que lo más alucinante de toda la película es cómo un personaje como el de Dustin Hoffman puede haberse casado con semejante petarda, por muy buena que esté.

Un matemático, que sólo busca tranquilidad, paz y silencio para trabajar cómo coño se puede casar con una tía que se pasa todo el día floripondieando a su alrededor, moviendo el culo, silbando, chillando, haciendo el canelo y despelotándose? Y el tío, todo hecho polvo, coin la pizarra llena de numeritos, intentando concentrarse en vano. Pordiossssss! Con una tía así se echa unos cuantos polvos y luego se la manda pa su casa; no te casas!

Yo sinceramente hubiera estallado mucho antes que él. Y mucho más violentamente. Qué pesadilla de mujer!
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67 de 123 usuarios han encontrado esta crítica útil
2
Seré el único
Como muchos aquí, esperaba ver esta película desde hace un tiempo. Finalmente la conseguí y pude visionarla con la tranquilidad de estar en un lugar seguro, para evitar el shock del que tanto se hablaba en las críticas.

He de decir que me sorprendió lo mal construidos que están los personajes. Al principio el único que se salvaba era Dustin Hoffman, pero a partir de la mitad del filme incluso él asombra por lo mala que es su actuación. Eran los setenta, una época llena de psicodelia en todos los ámbitos, pero la película es completamente surrealista en el mal sentido. Nadie hace nada por convencer, por hacer real una trama que estoy convencido mejorará con el remake, por primera vez en la historia del cine. Como no he investigado a fondo las causas que llevaron a Hoffman a participar, me aventuro a suponer que él y Peckinpah eran amigos y que le hizo un favor, invitándole a participar, junto con una panda de "don-nadies" del cine británico y pésimos actores todos, en un proyecto flojísimo en guión y pobre en su construcción final.

Una gran decepción.
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34 de 57 usuarios han encontrado esta crítica útil
6
Perro come perro
Sí que deja malas sensaciones esta cinta de Peckinpah, y al parecer, leyendo algunas críticas, no me ha pasado sólo a mi. Dicen algunos que «Perros de paja» es una película para hombres, y es posible que así sea, aunque también es verdad que quizá seamos las mujeres quienes más angustia sintamos viéndola.

Un pueblecito inglés con una abrumadora presencia masculina es el marco infernal para una historia que, en última instancia, resulta ser un thriller que gira en torno a las dos pulsiones básicas del ser humano: la muerte y el sexo. Sobre la parte sexual, mucho se ha comentado, especialmente la secuencia de la agresión sexual, tachada incluso de misógina por esa fascinación que parece sentir ella hacia uno de los agresores. Esto tiene su lógica dentro de la historia: frente al aparente apocamiento del marido, Amy busca la fuerza, la determinación, la valentía del «macho», representado aquí en un Bobby que domina a la hembra. Sentimientos de culpa y de deseo se mezclan hasta convertirse todo en una auténtica aberración moral, física y psicológica. Mi opinión personal es que, sí, es retorcido y es desagradable saber que todavía hay hombres que creen que cuando las mujeres dicen no, es en realidad sí.

Respecto a la violencia, quien se lleva todo el protagonismo es un Dustin Hoffman que se sale de la pantalla de lo bien que lo hace. Genial. Su personaje, David Sumner, es un señor del que discrepo que sea pacífico. Obsérvese los arranques que tiene hacia su mujer, la forma de tratarla a veces, esas miradas que echa, esa autoridad que desprende en algunos momentos, y siempre sin perder esa imagen, sólo imagen, de timidez y cobardía. De ahí que a mi me resulte completamente normal que en la media hora final, que es lo mejor, David haga todo lo que hace. Y utilizando la inteligencia, que para eso es un cerebrito.

Claro, hasta ese desenlace Peckinpah ha intentado por activa y por pasiva que sintamos hacia los cinco indeseables del pueblo una total antipatía, para que así mueran ante los aplausos generalizados. Otros han apuntado también que de estudio de la violencia nada, y tienen toda la razón: aquí sólo hay maldad, crueldad y/o vicio, pero sin conocer en profundidad los resortes ni las variables de esas actitudes, supongo que porque Peckinpah lo considera una condición implícita en la persona, sin que se requieran más explicaciones; de hecho, hasta podemos creer que lo ve natural, ni bueno ni malo, y que de crítica, nada. En fin, lo tomo como válido sólo y exclusivamente porque es, como ya he dicho, un thriller casi de terror, y en este género se presupone unos malos muy malos, y punto.

Por momentos, llega a ser asfixiante y tiene la gran virtud de crear un clima insano desde los primeros compases. Interesante, sobre todo si lo quieres pasar mal, muy mal. Yo no creo que vuelva a verla.
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13 de 15 usuarios han encontrado esta crítica útil
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