51 Críticas de los usuarios

Nunca hubiera imaginado que Kevin Costner llegara a ser el artífice de que una película se sostenga sin que él sea el protagonista. Empezando por ahí creo que queda dicho prácticamente todo salvo explicar que cuando digo que se “sostenga”, no quiere decir que la película sea creíble y merecedora de un aprobado, aunque sea raspado.

Esta es una criatura que la tienes que aceptar como viene al mundo. Ritmo tiene, pero también tiene ritmo una salsa brasileña o una bachata y después de un rato te cansan de la leche. Trama peliaguda tiene, en exageradas dosis y actualizada a los crack económicos que van sucediendo por el mundo; malo ruso tiene también, Kenneth Branagh, y cumple porque tampoco tiene mucha dificultad el papel; y Agente secreto tiene también, pero ahí te quería yo ver.

¿Quién es Jack Ryan Operación Sombra? ¿El primo tonto de JB? ¿El agente 86 Maxwell Smart o el agente de Misión Imposible que siempre le pillan con la cogorza? Hay cosas que no me entran en la cabeza y a pesar de mi predisposición a ser indulgente con este tipo de agentes secretos, no puedo aceptar la falta de seriedad, la ausencia absoluta de un guión inteligente como corresponde a un servicio de Inteligencia, con algo de uso de la sesera que al menos una vez puedas decir: “joder, qué listos son”; y mucho menos se puede aceptar las consabidas carambolas a salto de mata para salir airosos en los momentos claves. Como el tema es secreto paso al spoiler.

Hace tiempo que Jack Ryan dejó de interesarnos, hablando con sinceridad (y al menos por mí). Esos tiempos dorados de "La caza del Octubre Rojo" y notables de "Juego de patriotas" y "Peligro inminente" se han ido diluyendo poco a poco hasta que ya se trató de rescatar al personaje y volver a hacerlo taquillero con la muy fallida "Pánico nuclear". Ahora, en vistas de los relanzamientos y reinicios de Bond y Batman (por ejemplo), vuelven a atreverse con el analista multiusos y hombre de acción llamado Ryan. Incluso mejoran y amplian su título ("Jack Ryan: Operación Sombra"), que casi parece un videojuego y todo.
Y el resultado final es la indiferencia total. Una cinta que se nota que ha llegado tarde a realizarse (o que no posee el pulso suficiente como para resultar fresca y atrayente) debido a su clásico y gastadísimo esquema y ejecución previsible y sin demasiado interés para el público actual (y puede que hasta algunos clásicos). No es una mala película, sencillamente es una muy previsible, muy gastada y que no pinta demasiado en los nuevos tiempos que corren.
Chris Pine hace lo que puede dignamente con el personaje (sobre todo en la acción), pero no nos quita ni a Alec Baldwin ni a Harrison Ford (menos aún éste último con la gran fuerza interpretativa y carisma que tuvo). El resto de secundarios son planos y no se aprovechan de la manera que pudieran desarrollarse. La dirección de Kenneth Branagh (que también se reserva un papel aquí) no es estéril, pero tampoco es que levante a la película de las ruinas.

En conclusión: una entrega con corte de reinicio que resulta entretenida, pero que ya no interesa sinceramente. No es que sea decepcionante o mala. Es sencillamente indiferencia. ¿Es este el final de Jack Ryan?... Viendo lo que llevan haciendo desde los últimos años, para mí lo último que supe del interesante Ryan fue en "Peligro Inminente" le pese a quien le pese.

Es una película muy mala y es dificil salvar algun aspecto. Tras unos veinte minutos de presentación de un joven Jack Ryan tan innecesarios como sosos, se va montando un guión que parece sacado de películas de los setenta donde los rusos son los malos, que toma momentos prestados de otras películas, Misión Imposible o Matrix por ejemplo (que parece inspirar una escena en la que Costner le sopla al protagonista a través de un pinganillo en el oído por dónde puede escapar de un edificio y de los malvados que le persiguen). Es lamentable ver a Keira Knightley (encanto de actriz con talento) reducida a hacer un papel de chica de la peli sin más, y Branagh sigue con su manía de actuar él mismo en sus propias películas, en este caso en el papel de un durísimo y malvado agente de inteligencia ruso, que no acaba de hacer creíble. En fin, mi única ambición al ver esta película era pasar un ratillo entretenido, pero a partir de los primeros veinticinco minutos fui dejándomela de tomar en serio y no conseguí tal propósito. Por destacar algo en positivo, pues eso, ver a Keira y a Costner, y poco más.

Esta es la 5º película basada en el personaje de Jack Ryan, un personaje que quizás no sea tan conocido por todo el mundo ya que ha sido representado por varios actores muy diferentes entre sí (Alec Baldwin, Harrison Ford, Ben Affleck y por último en esta ocasión por Chris Pine) y quizás por eso no tenga una imagen definida y reconocible para la mayoría de la gente pero que podríamos resumir de una forma directa y clara como el James Bond americano, o incluso más cercano al personaje de Jason Bourne.

En esta ocasión nos encontramos ante los principios del personaje representados en unos primeros 30 minutos muy directos y explícitos que dejan muy claros las bases en la que se asienta el personaje introduciéndonos a continuación en lo que se podría decir que es su primera misión.

Estamos ante una película de acción sin duda pero a diferencia que otras del mismo género que encadenan una escena espectacular una detrás de otra en este caso no es así, se vuelca más en la historia y se centra más en la tensión y emoción de los actos y sucesos que ocurren más que en la pirotecnia de las explosiones y disparos, aunque también tiene las típicas escenas espectaculares de persecuciones y disparos pero más en un segundo plano. Algo que ayuda mucho a todo esto es un plantel de secundarios muy importantes más de lo habitual en este tipo de películas encabezados por su “mentor” (Kevin Costner) su novia (Keira knightley) y el “villano” (Kenneth Branagh, que además es el director de la película) y dejándonos momentos de mucha tensión y emoción en los que intervienen los cuatro o algunos de ellos.

Por lo que no sé si será porque mis expectativas no estaban muy altas o no esperaba mucho de esta película por lo que me ha sorprendido gratamente encontrándome algo mejor de lo que esperaba y en una buena oportunidad de asentar al personaje con una buena base para futuras secuelas que en mi opinión consigue de forma muy eficaz.

Jack Ryan es un producto de acción, pero con un trasfondo intelectual destinado a mostrar quienes realmente gobiernan el mundo.
Resulta inquietante, por lo que muestra y aquello que esconde. Pudiese parecer irreal, pero a poco que observemos, permaneciendo atentos, nos daremos cuenta de las dificultades que han surgido en los últimos años para ser libre, o por lo menos no perder cuotas importantes de esa libertad.


Observo que la puntuación en esta página no ha sido muy elevada, tal vez, porque a quienes va drigido este tipo de cine, no valoran lo que gratuitamente les es entregado, cuando supone un alto precio conseguirlo.



Un 7

Y yo que he visto a Branahg en Enrique V o en Mucho Ruido y Pocas Nueces... y de repente veo este enganche -que sospecho millonario- a la saga que tan buenos momentos nos ha brindado Harrison Ford y hasta el propio Baldwin. Lo de Pánico Nuclear tuvo un pase, pero esta es, sin duda alguna, la peor de la saga.

Un Jack Ryan rerfundado tras los acontecimientos del 11-S no lo hacen más creíble y las escenas de acción no aportan nada nuevo. Las conclusiones del contraespionaje son como conejos sacados de chisteras que quizás a los sobrinos del Tío Sam convenzan, pero que a mí me parecen aburridas.

Chris Pine ya me resultó cargante en Star Trek y aquí parece como si le hubieran teletransportado unos años atrás después de desbaratar una campaña klingon.

Costner tiene la misma y espontánea semblanza a la que nos tiene acostumbrados siendo un oficial en tierra de indios o un fiscal que persigue borrachines en la ley seca y que aporta tanto como Tarantino en Barrio Sésamo.

Hay tantos fallos argumentales en la película que no merece la pena ni spoilearlos.

El personaje analista de la CIA de los libros del recientemente desaparecido Tom Clancy, vuelve al cine por quinta vez en la piel de Chris Pine.
Hollywood tiene en los últimos años la manía de hacer reboots. Reiniciar sagas como si todo lo anterior no existiera. Pues conmigo eso no funciona. Yo todavía me acuerdo de "La caza del octubre rojo", las dos de Harrison Ford y "Pánico nuclear". Y creo que todas estas son mejores que "Operación sombra".
La película no es mala. Chris Pine y Kenneth Branagh están bien en sus papeles. El argumento es interesante y hay una buena traca final. Como todo lo de Tom Clancy, es espionaje puro y duro. No hay mucha acción pero no es lo que más importa, sino los tejemanejes de la CIA con un enfoque realista.
Pero sin darle más vueltas, podría haber estado mejor. Tiene un principio muy lento y en general más bien parece el capítulo de una serie, que no una supuesta superproducción. Branagh mueve demasiado la cámara en la acción y mete escenas de relleno.
Además, no me gusta que los malos sean rusos. Como las obras de Clancy son en la guerra fría, esto colaba. Pero ya que tratan de modernizar al personaje, podrían haber cambiado el contexto geopolítico a una situación más actual. La verdad es que no queda creíble, pero en fin, allá ellos.
Una de espionaje del montón, inferior a 007 y "Misión imposible", sin duda.

Kenneth Branagh además de dirigir, interpreta al antagonista de la cinta. Repite la fórmula usada en la adaptación del dios nórdico (aunque esta fórmula se está volviendo norma), de usar un actor no muy reconocido (al menos como héroe de acción), en éste caso Chris Pine apoyándolo con una actriz reconocida y atractiva; Keira Knigthey y un actor de carácter maduro como mentor; Kevin Costner.

Lo Bueno.

Tiene lo que se espera de una historia moderna de espionaje policiaco, esto sumado a unas interpretaciones correctas, nos muestra un espía humano y hasta vulnerable, cuya mayor virtud es ser un geek habil.

Lo malo.

El argumento y guión son algo flojos y tienen sus absurdos, Chris Pane ofrece una interpretación decente, pero no tiene el carisma aplastante que en muchas ocasiones (aunque no siempre) saca a flote guiones mucho más flojos de cintas de acción; un "gringo salvador del mundo" más, podría no ser tan bien recibido fuera de los EEUU. Trabajando un poco más los personajes, siendo menos pretencioso en dirección, o ambicioso en producción, tendríamos una película sin peros.

Buena como entretenimiento ligero, pero le falta cierta "magia" para lograr ser un producto redondo, recomendable para pasar el rato sin mayores pretensiones, aunque falla en su meta de dejarte con ganas de una nueva entrega.

Omoide & Dreams.

Nunca me terminó de llamar la atención esta película y ni siquiera el tráiler me convenció pero como tenía buen reparto y la dirigía Kenneth Branagh no me importaba echarla un vistazo sin tener en cuenta su pobre aunque justita recaudación en la taquilla ni las críticas mixtas en general.
La vi con expectativas bajas pero con el mínimo de interés como para que me entretenga y sin embargo me he encontrado con un producto más que visto y pretencioso de intento de hacer una saga como Bourne por parte de un estudio contrario a Universal y con un actor potenciado a triunfar con cara bonita incluida y que no termina de atrapar y mucho menos entretener.
Durando 98 minutos era lo mínimo que se le pedía a una cinta que solo cuenta con un par de momentos destacables y con solo un personaje que realmente hace gracia o por lo menos gusta como es el de Kevin Costner que con su carisma consigue hacer reír a más de uno pese a que tampoco consiga una actuación soberbia.
Una banda sonora que no destaca, una dirección más bien plana por parte de Branagh y un papel realmente mediocre para un actor que hace lo que puede y que ya se consagró como bueno gracias a las dos de Star Trek y Así somos. Keira Knightley es lo peor de la película resultando una mujer estorbo y florero que cada aparición suya se ve a lo lejos cuando tiene que aparecer y cuando no. Realmente tópico su papel y verdaderamente prescindible teniendo en cuenta que solo le da romanticismo y poco más a la historia.
En definitiva, una película con poca acción y sin carisma que no ha conectado conmigo como espectador y que pese a tener un par de escenas buenas como la pelea en el hotel con el negro gigantón o la persecución final. Pero a Branagh se le queda grande esta historia de un personaje que a mí personalmente me gustó más en Pánico nuclear refiriéndome claramente a Jack Ryan ya que no he visto más películas del personaje. Regular.

Quinta entrega de Jack Ryan, personaje recurrente creado por Tom Clancy en más de una decena de novelas.

En ésta nos cuenta los inicios del personaje y su adscripción a la CIA, siendo por tanto una precuela de las otras cuatro películas en el que el personaje lo encarnan diferentes actores, excepto las dos de Harrison Ford, que para mí son las mejores.

Ésta no está mal, presentándonos un trepidante final durante los últimos quince minutos apoyado en un guión original que destaca una guerra económica de la antigua Unión Soviética para destruir la economía americana.

Un notable 7.

Hemos vuelto a un clásico, el siempre jugoso y suculento enfrentamiento entre Estados Unidos y Rusia, la guerra fría, el conflicto bélico de antaño transformado en conflicto económico, espías y agentes infiltrados que se dedican a teclear ordenadores y copiar datos. Esperaba más acción física, más lucha cuerpo a cuerpo aunque, con todo, los movimientos y sucesos presentados son efectivos y contundentes; Kevin Costner en su repetido papel de agente reclutador de la CIA y Kenegh Branagh haciendo de las suyas, en una interpretación que sólo él entiende -la dirección es algo que controla con más acierto y le da mejores resultados- más la destreza del protagonismo de Chris Pine como toque de tensión, intriga y adrenalina concentrado en unas pocas escenas de Moscú que ponen la guinda y el colofón a la evolución previa. En general es hábil y sutil en el cumplimiento de sus funciones con diálogos frescos y poco cargantes, una suavidad y actitud mansa en la exposición que evita cualquier complicación con escenas demasiado enredadas; de la trama ofrece pocas explicaciones de las que te enteras relativamente poco -idea general subyacente que apenas captas-, es la excusa y el pretexto para toda la operación, te vale el complot ofrecido o cualquier otro; el toque humano y afectivo es expuesto con delicadeza y finura sin llegar a mancillar una acción que debe ser la protagonista principal. Ofrece un poco de todo con corrección, elegancia y sabido cumplimiento del deber; gusta sin esfuerzo, agrada sin lamentaciones y entretiene sin apenas darte cuenta. No es un peliculón ni la mejor de su género pero tampoco es un filme nimio ni falto; con pocos ingredientes organiza una buena fiesta, ligera y amena, buena diversión sin malos rollos con momentos para la charla, la sonrisa, la emoción, el nerviosismo y mucho más sin agotamiento por el éxtasis pero tampoco aburrimiento por las ausencias; un agradable y placentero resultado medio.

http://lulupalomitasrojas.blogspot.com.es/

Película que se hace muy, muy pesada (sobre todo para los que nos gusta el cine de acción)
Creo que sería un pecado el tratar de incluirla con las anteriores películas del personaje de Jack Ryan... No tiene nada que ver, ni pies ni cabeza... No creo ni que los guionistas hayan tratado en ningún momento de establer algún vínculo.
Para mi gusto, además de carecer de acción, la han cagado en el tema sentimental, ni el protagonista ni su pareja reflejan en ningún momento nada.

Mi palabra final que lo define todo es DECEPCIONANTE

Me da la impresión, por las pocas críticas que ya aparecen sobre esta película aquí, que la última película basada en el personaje creado por el fallecido Tom Clancy, Jack Ryan, va a ser vapuleada de malos comentarios y de odiosas comparaciones con sus predecesoras. Mi amigo Eduardo, el fan de la saga de James Bond, es el que se encargó ayer de elegir peli de cine para un sábado por la tarde y, no podía ser de otra manera, ésta fue su elegida sin dudarlo en, según él, homenaje al creador del personaje principal, ese Tom Clancy que tan buenos ratos nos ha dejado con sus novelas de espionaje. Sorprende enormemente que el británico Kenneth Brannagh se haya puesto al mando de la dirección de una película de acción como la que nos ocupa y me tengo que quitar el sombrero porque Brannagh nos ha dejado un trabajo más que competente, muy entretenido, con un Jakc Ryan humano y de aspecto humilde solventemente interpretado por un cada vez más asiduo de las pantallas de cine, Chris Pine. El joven actor, que ya sorprendiera gratamente en la última película de Star Trek como capitán de la nave, vuelve a dejarnos una buena actuación dándole un toque, como ya he comentado antes, muy humano al personaje de ese espía de la CIA que se ve de la noche a la mañana envuelto en una trama más que peligrosa de conspiraciones internacionales. El propio Brannagh de regala el papel de villano de la peli interpretando con maestría a un peligroso ruso y el siempre interesante y agradable de ver, Kevin Costner, completa este trío que, para mí, entretienen con una acción elegante e inteligente. A Keira Knightley le pediría que dejara de poner esas incomprensibles caras que cada vez me irritan más. Es agradable verla interpretando papeles contemporáneos, pero su exagerada expresión facial últimamente está fuera de sitio. En definitiva, para mí un más que entretenido film que se pasa en un suspiro, bien dirigido e interpretado.

En los momentos centrales, Kenneth Branagh desarrolla la trama con precisión, utilizando elementos siempre clásicos, pero altamente efectivos.

Chris Pine, resulta verosimil en su papel; y pese a su aire de chavalote majete, transmite algo lateral al espectador que lo hace creíble.

Kevin Costner domina con acierto el lugar donde fue ubicado por el director, cómodo y resolutivo por su amplia trayectoria abarcando variados registros.

¿Que le podemos pedir a una película de espías? Que nos entretenga y en la medida de lo posible... sorprenda.

Por todo ello debo concluir: Objetivo cumplido.

Uno de los escritores más influyentes de finales del siglo pasado y comienzos de este fue Tom Clancy, que identificó que la típica novela de espías estaba polarizada entre las astracanadas tipo James Bond (que ahuyentaban al lector medianamente serio) y el lento hiperrealismo de LeCarré (que exigía la paciencia de Job para aceptar la realidad de que «espiar es esperar» y analizar miles de tediosos datos en busca de la aguja en el pajar). Clancy le dio al lector un término medio con tramas globales, que se desarrollaban en varios países, desde varios puntos de vista, que iban de la táctica militar a la estrategia política y con toda clase de acción muy bien documentada y detallada sin escatimar ningún concepto tecnológico. Su gran mérito, además de ser novelas (al menos las primeras) sumamente entretenidas, es que acercó la tecnología militar al lector común. Es verdad que dejó la parte literaria de lado y que algunas novelas eran más guiones de cine en el fondo y en la forma, pero a mi modo de ver, esa falta de complejos le hacía aún más digno de aplauso ya que las novelas terminaban siendo trepidantes.

El hombre murió repentinamente en 2013, tan asquerosamente rico como influyente, presumiendo de contactos en las altas esferas políticas, militares e industriales. Y probablemente fuesen ciertos. Para entonces, sus novelas se había vuelto algo convencionales, buenos que siempre ganaban a los malos, y habían dejado de interesarme, pero siempre le consideraré uno de los grandes autores de mi biblioteca. Dentro de su obra, Jack Rayn sería su trasunto, su alter ego presente en la gran mayoría de sus novelas cuya carrera en la ficción asciende a la vez que ascendía el autor en popularidad. De un simple analista de la CIA en “La caza del submarino ruso” o un anónimo héroe civil en “Juego de patriotas”, va ascendiendo en la jerarquía de los servicios secretos (subdirector de la CIA en “Peligro inminente”) hasta dar el salto a la política como vicepresidente y presidente (tras un atentado parecido al 11-S predicho con bastantes años de antelación en “Deuda de honor”). En sus últimas novelas, Ryan gobernaba EEUU en un segundo plano mientras todo quedaba en casa porque su hijo adquiría protagonismo empezando su carrera en la CIA desarticulando sus primeras células terroristas chispas.

En el cine muchas de las novelas de Ryan han sido adaptadas, casi siempre con éxito, aunque con diversos grados de fidelidad (al personaje y al libro). Quizá le ha faltado continuidad como para asentarse en la iconografía popular con un rostro conocido, ya que gente de primerísima línea como Alec Balwin, Harrison Ford en dos ocasiones y Ben Affleck se han metido en su piel. Esta “Jack Ryan: Operación Sombra” no está basada en ningún libro y da la sensación de ser un intento por crear una saga que luego se abortó ante el advenimiento de las plataformas de streaming y la opción de una serie que terminaría siendo protagonizada por el estomagante John Krasinski. Ambas comparten libertad creativa para crear al personaje de la nada, un respetable presupuesto y una buena factura técnica… y el hecho de no me interesan. En un género que tiende a la bournización, con buenos que no son tan buenos y cometen errores y malos que no son tan malos y no son estúpidos, tanto la serie como esta película muestran a un Ryan listillo y sabelotodo, que anticipa los movimientos enemigos escuchando un fragmento de conversación telefónica y detecta conspiraciones relacionando dos noticias de “El Mundo”. Y que físicamente es un portento de agilidad, fuerza y destreza con las armas.

Pero lo peor es la previsibilidad. Se percibe claramente que es de esas producciones donde EEUU y sus aliados pueden sufrir un cierto golpe inicial que justifique la trama y recurrir a los expertos de la CIA, pero a partir del minuto quince sólo van a morir malvados o algún esporádico inocente que refuerce la necesidad de justicia expeditiva. Naturalmente, una vez que el plan maestro del villano queda al descubierto, no existe la más mínima oportunidad de que tenga ninguna clase de éxito, ni parcial ni mucho menos total. Eso es algo que Clancy sabía manejar muy bien en sus novelas, equilibrando los daños provocados y recibidos por unos y otros o reproduciendo situaciones de ventaja táctica o tecnológica para recrear combates asimétricos en los que pequeñas unidades bien entrenadas causaban grandes daños a enemigos peor preparados. “Jack Ryan: Operación Sombra” no se toma tantas molestias y Ryan neutraliza las amenazas usando sus cojones.

Pero tampoco nos cebemos. Dirigida por el siempre majestuoso Kenneth Branagh, la película tiene una gran fuerza visual, mucho ritmo y la fría elegancia que le caracteriza. Además, la trama es bastante sólida y justifica localizaciones espectaculares por todo el mundo. Una lástima que la acción, tan idealizada como poco realista, no sea tan consistente como la historia. Con un planteamiento más equilibrado y menos previsible, hubiese sido una gran película. Con todo, mejor que la serie. Chris Pine hubiese podido ser un gran Jack Ryan.

Película muy ridícula, pero de estas que te hacen gracia de lo mala que es; va de un héroe norteamericano que ama mucho la bandera usana y combate al enemigo (los rusos, otra vez), te ríes como te ríes de El Equipo A, solo que había mucha más ironía y sabiduría en el quinteto ochentero porque al menos los personajes tenían cierto carisma.

Jak Ryan es insulso y vacío y por eso necesita ser convertido en un superhombre que vale tanto para un roto como para un descosido, es analista, marine, motero, artificiero de bombas, pistolero, twaikondista, etc.. .

Eso es lo que ofrece esta película y sobre la cual se sustenta todo el conjunto. Gira básicamente alrededor de agentes secretos, espías y complots a nivel internacional, y lo hace bastante bien, debo decirlo. Nunca he sido un gran seguidor de este tipo de cintas, pero cuando se hacen las cosas bien y no se cae en el más profundo tedio son productos que se dejan ver.
Se cataloga como un thriller con tintes de película de acción, pero donde predominan los diálogos, las mentiras, los engaños y las conspiraciones. Aconsejo no venir a verla con la idea preconcebida de que es otra ''Misión imposible'' o algo por el estilo porque no van por ahí los tiros. Personalmente pensé que sería similar, dado que su tráiler era un poco engañadizo, pero ya os puedo adelantar que no es así.
La historia tarda un poco en arrancar. Los primeros minutos funcionan a modo de introducción, es decir, el clásico movimiento de mostrar lo sucedido previamente para luego, poco después, reflejar el presente de la trama algunos años después. Esto se utiliza mucho en el cine últimamente, con ello no digo que no me guste, y sirve para ahorrarse quizás más minutos de los necesarios. De todos modos tarda mucho en entrar en materia, en mostrar lo que todos queremos ver y, en resumidas cuentas, a ser aceptable. Al principio peca de ser algo lenta y también un poco aburrida, todo va unido, pero todo esto se acaba evaporando, por suerte. Desde los primeros 20 minutos en adelante la cosa va mejorando, ofreciendo más interés y más emoción al asunto, y si hasta ese entonces no te ha aburrido ya no lo hará.
El reparto cumple mejor de lo que parece a simple vista. Cuenta con varias caras conocidas que hacen esto más llevadero. Está Chris Pine en el papel protagonista, un papel que desempeña correctamente. Este actor, bajo mi punto de vista, tiene potencial y creo que en un futuro será alguien importante en este mundo. Junto a él está un Kevin Costner más que correcto en un personaje que le viene como anillo al dedo. Hacía bastante tiempo que no veía una película suya donde su interpretación me gustase tanto. Keira Knightley, la chica de la función, cumple bien, aunque siempre la he catalogado como una buena actriz. Los demás ya no son tan importantes ni cuentan con tanto peso en la trama global pero ninguno desentona y forman un conjunto aceptable sin más.
Las secuencias de acción están bien llevadas. Logra hacer creíble lo que estamos viendo y eso acompañado de una correcta puesta en escena hacen que gane algunos puntos más. No diré que sea algo innovador o que muestre cosas nunca vistas hasta ahora, ni mucho menos, pero creo necesario recalcar sus puntos fuertes, que los tiene. Como decía en este apartado cumple mejor de lo esperado, con unas persecuciones y unas peleas muy bien coreografiadas. Tal vez para algunos estos detalles sean lo de menos, hay gustos para todo, pero siempre son cosas que suman o restan puntos en función de como se hagan.
En resumen ''Jack Ryan: Operación sombra'' es una película entretenida, llevadera y que se basa en su totalidad en el mundo del espionaje. Si te gusta el género es muy probable que te acabe gustando bastante, y sino siempre puede funcionar como una buena opción de entretenimiento básico sin mayores pretensiones. No es de lo mejor de lo que llevamos de 2014, es obvio, pero tal vez sirva como una buena opción de cine para una tarde o noche aburridas.

Lo mejor: Entretiene, la puesta en escena y la parte intermedia de la cinta.
Lo peor: Los primeros 15-20 minutos son un poco lentos y tediosos.

* Interesante *

Antes de ver la película vi en Youtube una entrevista a Chris Pine que decía que había visto miles de vídeos de Tom Cruise, porque quería intentar salir en pantalla corriendo tan guay como él. En ese momento pensé: si eso es todo lo que le preocupa para interpretar al personaje, estamos apañados...
Pero una vez visto el filme, he quedado gratamente sorprendido. Y es que thriller de espionaje + Kenneth Brannagh no podía salir mal. Buena adaptación del personaje de Tom Clancy.
Aunque el guión es muy simple y le falta algo más de profundidad, es bastante entretenida.

Jack Ryan, ese James Bond yankee, joven simpático e inteligente él ha vuelto a la carga de la mano de Kenneth Branagh. El intento de insuflar nueva vida a la franquicia del agente americano parece quedarse a medio gas, su saga (exceptuando la magnífica La Caza Del Octubre Rojo) no goza del peso de por ejemplo 007, si bien las películas de James Bond en su mayoría no son nada del otro mundo destacan por su colorido y forman parte del folclore cinematográfico contemporáneo y eso Jack Ryan no lo ha conseguido pese a unas decentes películas con Harrison Ford al frente y una ólvidable Pánico Nuclear que fue la ultima de la saga allá por un lejano 2002.

En la ocasión Branagh dota a un acertado Chris Pine de un traje clásico pero con los mejores materiales, la seda y el charol no arrastran la producción a un espectáculo mayor y el intento si bien es válido tampoco es ninguna virguería trascendental. A Pine lo acompañan un solvente Kevin Costner y el propio Branagh que se reserva el papel de ruso comunista irredento que es de largo lo mejor de la película, en pocas escenas es capaz de irradiar maldad malvada, de la vieja escuela vamos un tipo que quiere ver arder la economía de Estados Unidos y claro, eso no puede permitirse. El filme tiene dos grandes secuencias de acción rodadas en Moscú y en Nueva York y Pine es un tipo dotado y elegante para tales situaciones pero parecen algo exiguas en su funcionalidad en la película y esta parece ir a tirones sin que llegue a enganchar en ningún momento.

En fin, película recomendable sin más con el típico “esta guay y es entretenida” con tres importantes baluartes en su favor… A saber, Chris Pine como un buen Jack Ryan, Kenneth Branagh como un buen malvado y una acción efectiva y rodada con nervio por el propio director inglés. Porque a Keira Knightley yo creo que si no la hubiesen puesto no hubiese pasado absolutamente nada.

Parece que al flemático de Kenneth Branagh le ha pillado el gustillo a eso de dirigir (presuntos) blockbusters, después de unos años algo perdido tras sus mejores años shakesperianos.
Tras la estimable “Thor” nos llega con este intento de resucitar (otra vez) a esta especie de Boy Scout americano tan aseado, tan pulcro, tan guapo, tan fiel, tan noble, tan romántico... a mí la verdad es que este Jack Ryan tan pluscuamperfecto me cae un pelín gordo, el muchacho. Siempre metido en líos y en complots que resuelve sin empacho el tipo aun siendo un simple analista de la CIA.
En esta ocasión se tiene que enfrentar con un pez gordo ruso que quiere acabar con el mundo a base de cargarse la economía. La verdad es que tampoco ayuda demasiado el argumento para que la película triunfara, la verdad. No se trata de una trama que enganche demasiado, no nos vamos a engañar. De hecho, llegado un punto, tampoco importa demasiado lo que ocurre, para ser sinceros.
Tras haber interpretado a este personajes actores de la talla de Alec Baldwin (el mejor), Harrison Ford (el más famoso) y Ben Affleck (el peor), ahora le toca el papel a Chris Pine, que tampoco hará olvidar a sus predecesores. He leído por ahí que se prepara una serie sobre Ryan para TV y que en esta ocasión lo interpretará John Krasinski. Es curioso, pero este espía norteamericano ha tenido ya casi las mismas caras que James Bond con solo un tercio de sus films.
En definitiva, una película más de las aventuras del analista creado por Tom Clancy, pero esta vez sin basarse en ningún libro en concreto; en la que el bueno de Kenenth Branagh se dedica a poner la música a toda pastilla, atronando en la pantalla. Un film bastante rutinario, sin ninguna escena que se quede en la retina; un intento fallido en una época en la que ya tenemos a Bond, a Hunt y a Bourne; ¿para qué queremos a este pijo?.
El reparto tampoco sobresale demasiado: Kenneth Branagh es el único que parece tomárselo demasiado en serio porque Keira Knightley tiene una cara de aburrimiento que no puede con ella; Kevin Costner ha comprendido que es mejor para su carrera aceptar papeles secundarios que no le exijan demasiado para brillar y Chris Pine está peleando con Ben Affleck por ser el Jack Ryan más lánguido de la historia.