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143 Críticas de los usuarios

Críticas de los usuarios:
4
Meretrices y vecinas
A Fernando León de Aranoa se le veía el plumero pero escondía sus múltiples defectos tras interesantísimas películas como "Familia" y "Barrio"; y llegaba a su cumbre con la estupenda "Los lunes al sol".

En "Princesas" sus detractores (que supongo tendrá) se podrán frotar las manos. Por fin el plumero ha quedado bastante al descubierto. Ni el Ken Loach español ni un cine comprometido y realista como el de los hermanos Dardenne, "Princesas" debe formar parte del sci-fi patrio.

En esta ocasión todo queda al descubierto: diálogos inverosímiles, dirección efectista y edulcorada y situaciones repetitivas y tremendamente absurdas. ¿Hay alguien que le pueda explicar a Caye (Candaleña Peña) que tiene que apagar o silenciar el móvil fuera del trabajo o en situaciones comprometidas? ¿Qué se puede comprar otro por dos duros y evitar TODO? ¿Por qué es puta Caye? ¿Por qué no lo deja? No entiendo nada de toda la patraña que cuenta Fernando León de Aranoa.

Todo el excelente trabajo interpretativo de Candela Peña y Micaela Narvaez y la banda sonora de Manu Chao se van al traste por un guión que hace aguas constantemente y llega hasta los límites del absurdo. Si Fernando León quiere ser el director más progre y comprometido del cine español y que encima sus películas sean un éxito de taquilla debería apartar bastante la vista de su ombligo.
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104 de 164 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
Dos heroínas de nuestro tiempo
Cuarta película de Aranoa, en este caso escrita, dirigida y coproducida por él. Rodada íntegramente en Madrid, se estrenó el 2-IX-2005.

La acción tiene lugar en Madrid, en el momento de la elaboración del guión (2003/4). Narra la historia de amistad entre dos mujeres sencillas, sinceras y auténticas. Una es española, se llama Cayetana/"Caye" (Candela Peña), tiene casi 30 años, su atractivo es limitado y periférico, es ingenua e idealista y es trabajadora del sexo. La otra es dominicana, se llama Zulema (Micaela Nevárez), tiene 22 años, es mulata, atractiva y exótica, inmigrante sin permiso de residencia, madre de un hijo que dejó en su país, es trabajadora del sexo. La amistad que surge entre ellas parte de la confrontación y avanza a través de la constatación de que ambas tienen mucho en común: son mujeres que corren los mismos riesgos. Ambas hacen, cada día, un esfuerzo titánico para poder sobrevivir, afrontan unas condiciones de vida durísimas y su trabajo comporta esfuerzos y sacrificios tan grandes que, en realidad, ellas son las heroínas de nuestro tiempo: son las princesas/heroínas de historias tan arriesgadas como las que vivieron las princesas de los cuentos milenarios. Su corazón está lleno de ternura, de deseos de amar y de ser amadas, de ánsias de comprender y ser comprendidas, de dar y recibir amistad. Caye y Zulema pasarán horas conversando, compartiendo esperanzas, riendo y suspirando. La película no hace un estudio sociológico de la prostitución, no aborda el tema controvertido de su legalización, no explica la opresión y la violencia que padecen sus víctimas. La película es un noble y apasionado canto a la amistad de dos mujeres, y por extensión a la amistad femenina, más allá de todas las contingencias. La película contiene momentos culminantes: cuando Manuel descubre el verdadero trabajo de Caye, cuando Caye explica a Zulema que su ideal de pareja es la del que irá cada día a recogerla al trabajo, cuando Caye entra airadamente en el apartamento de Zulema y la encuentra malherida en un rincón, las comidas de los domingos de Caye con la família, las escenas que muestran a Blanca, la princesa caída.

La música incluye dos canciones magníficas de Manu Chao y una selección de otras muchas. La fotografía está rodada cámara en mano con una estabilidad precaria de la imagen, como corresponde a un relato que pretende apropiarse del clima de un documento. El guión, de Aranoa, está escrito con maestría narrativa y fuerza dramática. La interpretación de Candela Peña es sobresaliente y muy correcta la de Llum Barrera en el papel de Gloria, la peluquera. La dirección eleva el drama a niveles sobrecogedores que integran realismo, sinceridad, lirismo y humor.

Película bien construída, que aborda el tema pocas veces tratado de la amistad femenina, encarnada en dos mujeres que comparten profesión, desarraigo, esfuerzos e ilusiones.
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54 de 74 usuarios han encontrado esta crítica útil
6
Irregular (6.5)
Loables intenciones, pero en el guión sobran más de dos detalles inverosímiles y más de dos diálogos cargados de poética afectación. Piénsenlo bien y encontrarán absurdas escenas como la del aseo de mujeres, la del coche de lujo o la de las predecibles sorpresillas; falsas algunas conversaciones como la de los equilibristas y las princesas o la de la vida tras la muerte; y estúpida la tontería que se traen con los móviles –se pueden silenciar, incluso apagar; ¿lo sabían ustedes?, pues Fernando León parece que no–.
Algunas de las canciones de acompañamiento están horriblemente seleccionadas.
Cuando Rodríguez Marchante habla de complacencias con el tópico, supongo que se refiere, por ejemplo, a la historia que adapta, según visión "leoniana" (me acabo de inventar el adjetivo), la de "Pretty Woman". Curiosamente es en esa historia, junto con la de la nostalgia de la inmigrante, en la que yo más entonados veo a las actrices y al director. En la historia de los maltratos y los papeles sí estoy de acuerdo con él.

Conclusión: una película de momentos –de momentos buenísimos y de momentos discretos– que se alarga un pelín más de la cuenta. El director tiene mucho –prácticamente todo– que agradecerles a las actrices, aunque él tampoco está exento de méritos, pues sabe dirigirlas bien.
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49 de 64 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
Los sueños de la prostituta son como los de la princesa…
Es así como Fernando León de Aranoa lo deja claro a través de dos protagonistas, personajes trazados para ir más allá de la actividad que ejercen y meternos de lleno a su vida y pensamientos. La vida de dos prostitutas que tienen que lidiar con clientes difíciles, la policía y corrupción, la discriminación racial y rechazo social por lo que representan y la constante disputa por las calles entre inmigrantes y nativas, son solo algunas de las cuestiones que trata esta película.

León de Aranoa a través de su cámara nos vuelve a mostrar calles alejadas del glamour y centrarnos en la realidad de estas mujeres, a quien la angustia o apatía las aprisiona. Cada una a su manera contacta a los posibles clientes y se marca sus límites con respecto al servicio. La película esta mejor lograda y genera controversia; desde mi punto de apreciación mucho más ágil que Los lunes al sol, donde la problemática del desempleo se volvió irremediablemente soporífera.

Antes de concluir y me imagino que pocas veces se piensa o pregunta ¿en qué sueñan las prostitutas?
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27 de 32 usuarios han encontrado esta crítica útil
9
Princesas sin reino.
Fernando León en su cuarta película sigue centrado y dentro del drama social, y si antes fueron el desempleo, la marginación social, la drogadicción o la pobreza, ahora pasa revista a la prostitución y a la inmigración (de puntillas, el maltrato).
Cuenta la historia de Caye (identificable con calle, su territorio), una puta española, de ojos vivos pero tristes, que tiene aparentemente una familia bien, pero que sueña con la nostalgia, con lo que nunca ha pasado, con que alguien piense en ella y gastarse inutilmente 2.000 euros en unas nuevas tetas. En su camino se cruza Zulema, de origen dominicano, exuberante y hermosa, que día a día solo lucha por su regularización y con la alegría envuelta en llanto de hablar con su hijo. son dos putas, sí, y tal cual, dos princesas sin reino, desterradas, una realmente y la otra porque no encuentra o ¿no tiene? un lugar en el mundo, o ¿tal vez al final con su lunática madre?).
Aranoa hace una obra contundente y cercana, nada sensacionalista y muy natural, dónde es imposible la caída en algunos tópicos pero que son digeridos de forma elegante, equilibrada, de tal forma que la película me llega, me pega suficientemente adentro.
Las interpretaciones son muy buenas, pero especialmente tremenda la de Candela Peña, impresionante, vivísima en esas miradas humedecidas, llenas de desconocida nostalgia y de verdad. Me encanta su guión redondo y sus punzantes diálogos en la peluquería y sobre todo esas parrafadas de filosofía de todo a 100, de barrio, de vida, de calle que predica Candela Peña.
Hay, por lo tanto, un cruce de cine social y dramático, de desgarro contenido, con una poesía urbanita y un humor chocante y extraño (la enorme limusina cargada de prostitutas recorriendo la calle...). Hay una gran película, creo que la mejor hasta la fecha de su autor, pero da lo mismo pues está llamado a cotas mucho mayores dada su pluma y su cámara. Magníficas las dos canciones de Manu Chao.
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22 de 25 usuarios han encontrado esta crítica útil
4
...y sapos
Es cierto lo que dicen otras críticas: el objetivo de esta película no es criticar la prostitución, ni analizar a la clientela, ni condenar los abusos o a las mafias, ni reflejar una manera alternativa de sexo en España, ni abogar por la legalización, se reduce a decirnos que las putas son chicas como las demás con sus sueños y aspiraciones en la vida etcétera...O sea, como hacer una película para demostrar que el cielo es azul y los caracoles se arrastran sobre la tierra.

El afán de "normalización" es tan fuerte que se antepone a toda la película, a su potencial y sobre todo a su verosimilitud. Al director no le importa sacrificar historia, actores y en definitiva, su cine, en favor de unas convicciones y aunque eso sin duda tendrá su mérito, "yo sólo quería ver una película".

Es una lástima desperdiciar las pocas cosas buenas que se entrevén, como por ejemplo, el rol de una excelente Candela Peña que sólo se sale de tono cuando el amigo Aranoa la obliga a soltar unas perlas poéticas por completo incoherentes en su personaje. Algo que debe preocuparnos a todos porque esto puede ser un preludio de una futura carrera literaria de Fen-nando para cuando se le acabe el tema de las subvenciones.

Me gustaría conocer también (si alguien tiene idea) la razón por la cual la protagonista, española, de clase media, con aspiraciones de normalidad, es puta y no cajera del Carrefur, por ejemplo. Una cosa es que las putas sean chicas normales, que lo serán, otra muy distinta es que ejercer de puta sea una cosa normal en una chica. Que no lo es, por mucho que Fen-nando nos cuente lo contrario.

Mientras se puede gozar a tope de la peli sobre su colectivo favorito primavera-verano del 2005 y de cómo se ve reflejado en el voluntario que viene al barrio de las chicas malas a repartir condones y a sentirse limpito entre tanta mierda. Con música del ídolo perrofláutico Manu Chao, para que la cosa ONG se paladee con más condescendencia (y el Moodysson con los Rammstein, manda huevos).

Me sorprende por último que se queda muy pobre además en su revindicación. Personalmente creo que hubiera sido una buena oportunidad de abogar por la legalización de este trabajo: las princesas se beneficiarían cantidad y los miserables plebeyos que con nuestros impuestos costeamos sus chequeos potorriles en la SS, ni te cuento.
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60 de 102 usuarios han encontrado esta crítica útil
5
Ahora toca: Prostitutas
Da la impresión de que León de Aranoa hace siempre la misma película pero cambiando el colectivo. Le da resultado por partes pero esto tiene aspecto de agotarse. Bien Candela Peña y en general el reparto. Le pueden algunos diálogos demasiado literarios o filosóficos que, si bien pueden entrar en el día a día de algunas prostitutas dan la impresión de estar metidos con calzador, deprisa y corriendo. Lo mejor sin duda es cuando logra captar la emoción en la relación de Caye y Manuel. Por lo demás hay muchas situaciones que se ven venir, lugares comunes por donde parece inevitable que la acción transcurra y que le restan credibilidad y originalidad. Un film correcto sin más que sin duda pone ante el abismo a León de Aranoa de cara a su próxima película porque otra de éstas ya no nos la vende.
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25 de 33 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
"Existimos por que alguien piensa en nosotros, y no al revés"
¿Es posible abarcar un tema de tan mala fama y tantas veces tocado en el cine como la prostitución, acompañando el argumento de un melancólico lirismo con el que pueden identificarse otras personas, sea cual fuere su dedicación en la vida? ¿Se puede hablar de algo popularmente vulgar sin caer en la ordinariez? ¿Se puede retratar a una prostituta en una película de la misma forma que a una princesa, llenándola de sueños, esperanzas, coquetería y temor por abandonar su reino? Para Fernando León de Aranoa, director de “Los lunes al sol” (2002), sí es posible. Ya lo hizo en “Barrio” (1998), donde escogió a un pequeño grupo de chavales de un barrio bajo de Madrid y les transportó a una dimensión en la que desde su palpable normalidad buscaban el sentido de su existencia.

En “Princesas” (su sólo título predice lo que nos acontecerá en la película), sus principales protagonistas son dos. Por un lado, Caye (Candela Peña) una melancólica prostituta que dice ejercer de forma pasajera para pagarse una operación de aumento de pecho. Su estilo de vida es el principal causante de su infinita tristeza y la creación de una nostalgia inversa, esa en la que no se echan de menos los buenos tiempos pasados -puesto que no existieron- si no los que se desearía se produjesen en un futuro cercano. Y por otra parte, la dominicana Zulema (Micaela Nevárez), que lleva diez años en España y practica la prostitución para enviar parte de sus ingresos a su país, pensados en la manutención del hijo que allí dejó. Los “papeles”, el permiso de residencia en nuestro país, son su prioridad, y por ello mostrará una actitud sumisa ante un cliente que promete conseguírselos. Caye y Zulema, la una española, la otra dominicana. Ambas con sueños, ilusiones y esperanzas por una vida mejor. Las dos con la meta de poder llegar a convertirse en “princesas”, no en el sentido literal del término, sino en el significado que se le quiere dar a la palabra desde esta película.

(Sigue en el SPOILER sin desvelar detalles del argumento, por falta de espacio)
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16 de 18 usuarios han encontrado esta crítica útil
5
Otra película española sobrevalorada
No creo que "Princesas" sea mala. El drama está básicamente bien tratado, y la cámara es correcta y las actrices geniales. Sin embargo, nadie se cree esas situaciones (la de la limousina es de risa) ni esos diálogos pretenciosos y recargados de putas/filósofas. Hay momentos que conmueven, no digo que no, y otros son de pura demagogia. Y eso sin contar los topicazos sobre el asunto, que son bastantes. Lo que tampoco puedo entender es cómo el personaje de Candela Peña llegó a la prostitución. Es un personaje de clase media que está colgando de la nada. Podrían decirme muchos que la película no es más que un pedazo de vida. Puede serlo, pero es un pedazo de vida con unas pretensiones sociales y hasta contestatarias tremendas. Pretensiones que no cumple.
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17 de 22 usuarios han encontrado esta crítica útil
4
Una muestra más del talento de Aranoa
Fernando León de Aranoa ya nos había demostrado su talento con el manejo de la cámara en otras anteriores producciones, al igual que ya nos había demostrado su habilidad para jugar con el lenguaje audiovisual para mostrarnos multitud de metáforas en sus películas.

Princesas, no es más que un paso más. Un paso ¿hacia donde? Fernando León, principal representante español del cine social (en la ficción), no nos ofrece nada nuevo en esta película. Vemos un film cargado (y recargado) de paralelismos lingüísticos que nos dice hacia dónde y de qué manera va la película, limitando así nuestra posible libre interpretación. Incluso hay un momento “copiado” de su anterior trabajo Barrio. Aquí es cuando me pregunto ¿cuál es la diferencia entre un homenaje y un plagio?

Princesas es una película de las que se dice que “con ver el trailer ves la peli”, con todos mis respetos. El punto álgido de la película, cuando entra en juego la música de Manu Chao, todo un artista.

Y dejo una cuestión en el aire, para los más avispados: ¿Qué sentido tiene que no haya ni un único plano fijo en todo el film?
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15 de 19 usuarios han encontrado esta crítica útil
3
Princesas no, prostitutas.
Llamemos a las cosas por su nombre. Y Fernando León de Aranoa es un listo. Eso no se le puede negar. Este tío te coge lo que el llama los bajos fondos, se hace una película y lo que suben son los fondos de su cuenta corriente. Es lo que hace siempre y cada vez peor (si es que alguna vez lo hizo bien y fue mínimamente honesto, porque la verdad es que da la sensación que detrás de esa apariencia de "eh, yo soy de la calle" se esconde un pijis empedernido). Así que ha llegado la hora de no permitírselo más, al menos que no vuelva a aprovecharse de esta manera de una temática que debe tratarse de una manera más seria, y no como un vehículo para autovanagloriarse a si mismo como "el mesías del Retiro"...Por supuesto que hay libertad de espresión y (se supone) que cada uno puede expresar lo que quiera, de la forma que quiera y con los medios a su alcance, pero no me quiero imaginar cuantos guiones de temática similar, social, llegan a las productoras, y mejores que este y son rechazados a manos pares. Pero al final tenemos que tragarnos un nuevo truño de un director que ya sabemos lo que nos va a ofrecer y que va cuesta abajo.
Yo soy de la opinión de que hay que hacer algo más que vestirse como un hipiie o llevar el pelo sucio para pretender que a este trabajo se le preste atención, hay que tener algo dentro y no encasquetarnos una película de lacrimal.
Y que conste que las actrices no tienen culpa, ya bastante es aparecer en la película, pero las actuaciones son correctas sin más, otro aspecto más que ha sido hinchado por la crítica española que...dejémonos de tonterías, ha hinchado toda la película.
Ya sabemos que la industria del cine en España va muy mal, que se hacen poquísimas películas en España y que las hacen siempre los mismos, vale que todo vaya en definitiva, a peor en cuanto a cantidad y calidad, pero esto si que no. Que nos vendan esta basura como una gran película, eso si que no cuela, eso sí que no. Si un día vas andando por la calle y te encuentras una piedra, podrían salir infinitas películas como esta. Pensadlo, es absurdo pensar que esta película, correctilla como mucho, haya sido calificada de gran película...es increíble, pero en fin, en estos tiempos que corren parece que todo el mundo tiene ganas de agarrarse a un clavo ardiendo...
En fin, esperemos con ansiedad la siguiente película de Aranoa, que será de un grupo de toxicómanos que duermen en un túnel abandonado porque la sociedad los rechaza. En ellos brilla aún la esperanza de no estar infectados del SIDA, pero la vida les va dando hostias hasta que los ojos se te ponen en carne viva de llorar y pienses en lo dura que debió ser la vida de Fernando León de Aranoa para hacer ese tipo de películas.
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33 de 56 usuarios han encontrado esta crítica útil
3
LA INCREÍBLE HISTORIA DEL CINEASTA HISPÁNICO QUE QUERÍA SER KEN LOACH
Su nombre: Fernando León. Don erre que erre. Mister conciencia social del cine patrio. Su objetivo: denunciarlo todo. Aunque se la sude tres pares de cojones. No. Denunciar queda bien. Es premiable. Es izquierdoso. Es lo que defienden los pseudointelectuales.

Pero... ¿saben qué? Que incluso el cine social hay que saber hacerlo. Y León es inoperante. Su nivel visual no pasa de documentalismo televisivo tirando a la baja (no me digan que León y su dire de foto no se podían currar planos a lo Iñarritu), sus diálogos no reflejan esa verdad que el "autor" quiere mostrar (las putas de Madrid NO hablan con tanta corrección como en este largo) y el mensaje se ve venir a quilómetros de distancia.

Lo único salvable: las dos actrices protagonistas. Ambas mantienen el tipo excelentemente y lidian con diálogos a veces absurdos.

Porque que Candela Peña filosofe cada dos por tres... vamos, hombre... peliculero. Pero luego el de Aranoa quiere ser realista.

¿En qué quedamos? ¿Realidad? ¿Poesía? ¿Aunar ambas cosas con torpeza?

Pfff.
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27 de 45 usuarios han encontrado esta crítica útil
5
"Princesas"
Se rumorea que la Infanta Helena, la Infanta Cristina, la Infanta Naranja y la Periodista Letizia han visto esto en DVD y están desoladas. Y la Fiscalía puede que ya haya iniciado los trámites para que el juez Del Olmo ordene la retirada de la película.
Aunque la Casa Real todavía no se ha pronunciado de forma oficial sobre este grosero e irreverente despropósito, salta a la vista que tienen motivos de sobra para mosquearse:

Sólo les diré que, a lo largo de casi dos horas de película, Fernando León de Aranoa no deja de hacer chistes fáciles e insinuar una y otra vez (en ocasiones de forma nada sutil) que las Princesas son en realidad unas putas.

Nota: suficiente.
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50 de 92 usuarios han encontrado esta crítica útil
1
¿Sensibilidad o Moralina? ¿Emoción o Verguenza?
En mi opinión, el referido "cine social" de Aranoa emite un molesto tufo moralizante. Princesas resulta particularmente sonrojante en este sentido. Los diálogos están entretejidos torpemente en base a unos motivos que resultan patéticos en el peor sentido de la palabra: acude mucho Aranoa a la "metáfora" que da el título al film. Una "métafora" que aparte de su "ingeniosísimo" juego con la P, engloba un ñono y vergonzante mensaje cargado de grotesca autocomplacencia. Acerca de lo de "social" en Aranoa, y hablando de Princesas en particular, referir que me resulta extrañísimo que se pueda considerar a este señor un cineasta social o comprometido. La baratura de sus diálogos considerados filosóficos o emotivos resulta insufrible. La emoción que intenta transmitir Aranoa me pone enfermo poque está preñada de una autocomplacencia que hace patente que el director padece algo así como megalomanía galopante. Se hace a la luz durante el "disfrute" del film que Aranoa ha escrito y rodado unos diálogos para gritar a los cuatro vientos: "soy un genio, soy el poeta de los pobres, soy un intelectual progre y hippy, y además soy comprometido, hago cine serio, cine social". Vamos, que se le ve el plumero a lo descarado. Por supuesto, hay Goyas para las pelis de un señor que, en mi opinión, quiere pasar por poeta, por alguien "extremadamente sensible". El problema de este "rol" que Aranoa se ha autoasignado como creador cinematográfico es que queda visible como tal, como una impostura, en su obra. Se nota que el amigo es falsillo, que no tiene mucha idea de lo que narices está hablando y que en realidad elige temas claves de nuestra sociedad porque le quedan bien a su impostura, aportando a su "rol" modernidad, frescura y compromiso. Así, además de poeta sensible es poeta urbano, la voz de los marginados. No sé... Lee Chang-Dong sí me parece que hace cine social, no Aranoa en este disimulado vodevil de "buenas y sanas" intenciones, sin poder de denuncia, de desencubrimiento.
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15 de 22 usuarios han encontrado esta crítica útil
10
Inolvidable
La verdad, me gustó mucho. Eso de mezclar la ternura y la dureza da resultado. Los diálogos de la peluquería son buenísimos. Creo que Aranoa no nos ha decepcionado, al contrario, supera con creces su anterior película "Barrio".
Mis felicitaciones a Candela Peña, espectacular en su interpretación. Ya la admiraba hace algún tiempo pero desde "Princesas" ha pasado a formar parte de mis actrices preferidas. Un gran descubrimiento el de Micaela Nevárez y muy buena Llum Barrera en su papel de peluquera.
Desde aquí la recomiendo a todo el que no la haya visto o no sea aficionado al cine español.
UN SALUDO A TODOS LOS CIBER-CINÉFILOS
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9 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
Calle de noche, calle de día
La protagonista se llama Caye, Cayetana, y su nombre abreviado hace un juego de palabras que va con su profesión, hacer la calle.
Un juego de palabras al son de las melodías urbanas del grupo Manu Chao, que dedicó esa canción a todas las Cayes, todas las que exhiben y venden su cuerpo pateándose el asfalto a sol y a luna.
Una de las profesiones más antiguas e ingratas es tratada con gran sensibilidad por León de Aranoa, mostrándonos con tanta dulzura como crudeza el desvío hacia un poco más de humildad y menos arrogancia, porque las putas también son personas. Que hayan elegido vender su carne y sus habilidades para el sexo no da derecho a nadie a humillarlas, a maltratarlas, ni a insultarlas, ni a creerse sus dueños, ni superiores, ni con derechos sobre ellas. Lo malo es que el planeta no funciona así. Las putas están expuestas a todo, en esas calles desventuradas. Las juzgamos, las despreciamos. Nos proclamamos sus árbitros y jueces. Pensamos: “Muy desesperada hay que estar para caer en eso. Cualquier cosa antes que acabar así.” Estoy segura de que todas las que lo hacen por desesperación, porque les han dado con puertas y ventanillas en las narices cientos de veces, porque les han negado ayuda, porque están solas como la una y porque habitan en una selva de cazadores sin escrúpulos, pensaban eso mismo. Que eso sería lo último que harían, si no podían tirar adelante.
Y, mira por dónde, acabaron cayendo en el último recurso, cuando todo lo demás falló. Quién sabe de lo que se es capaz cuando se está con el agua al cuello. Porque quien mira los toros desde la barrera habla con mucha ligereza. Todos lo hacemos. No hacemos el esfuerzo de imaginar por lo que han pasado y pasan esas mujeres. Las que se patean las calles semidesnudas y expuestas a lo que les quieran hacer. Supongo que eso da la medida de sus apuros, de sus problemas, de las puertas a las que han llamado y que nadie les ha abierto.
Es un tema muy peliagudo. Pero muy mal vamos si olvidamos que esas mujeres tienen dignidad por el solo hecho de ser humanas. Aunque ellas mismas crean que no, porque a fuerza de que la gente se lo escupa a la cara y las trate como a basura, acaban creyendo que no la tienen. Quien no sienta compasión, ni consideración y abuse de ellas nombrándose su tirano, debe de tener una piedra en el sitio donde debería estar el corazón.
Caye añora cosas que nunca ha tenido, y que puede que no tenga nunca. Añora que alguien la trate como a una princesa, porque no todas las princesas tienen reinos a sus pies, ni coronas, pero al fin y al cabo ellas también son mujeres, y todas sentimos las cosas de forma más o menos parecida.
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9 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
9
¡Ay, Candela!
Es cierto que hasta la fecha, tus interpretaciones han destacado por esa inteligente ingenuidad que siempre has sabido transmitir, pero debe reconocerse que Fernando León de Aranoa te lo ha puesto en bandeja. Un personaje como Caye es algo que marca una carrera cinematográfica y tú has sabido aprovechar la ocasión. ¡Felicidades!

Sin embargo, los elogios no deben ir sólo para ti. La película respira esa emotiva autenticidad que sólo algunos saben mostrar en una pantalla. Un guión bien mesurado, donde hasta el tópico resulta interesante, un buen elenco interpretativo, una buena banda sonora... quizá no pueda superar éxitos alcanzados por Fernando en anteriores películas, especialmente la inolvidable "Los lunes al sol", pero no por ello debe dejar de reconocerse que el cine español sabe estar a la vanguardia del verdadero cine de calidad.
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8 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
5
Aburrida y pretenciosa
Me animé a verla por las buenas críticas. La película empieza bien pero transcurre muy lenta, sin dinamismo, y acaba aburriendo. Me vi deseando que terminara.

Hay muchas situaciones, personajes y diálogos poco creíbles. Candela Peña hace el papel de una prostituta, pero no sé por qué motivo no hace más que pronunciar monólogos profundos y trillados, llenos de filosofía, poesía, complejidad... No hay quien se crea alguien así en la vida real, puta o no.

Da una visión irreal de la prostitución, como queriendo mostrárnosla cercana y cotidiana, llegando al absurdo.
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8 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
4
Fallida
Magnífica en cuanto a fotografía, música, e interpretaciones, resaltando en este último apartado la actuación de Candela Peña en el papel de Caye. También es más que correcto el acercamiento que hace Fernando León a la historia de Luzema (Micaela Nevárez), real y reconocible, ajena a los efectismos y bien contada. Lamentablemente no puedo aplicar los mismos adjetivos a la historia supuestamente principal, la de Caye (agudeza sin límites de Fernado León al pensar el nombre, por cierto). Y no puedo aplicar esos adjetivos porque para empezar Fernando León se hace el longis a la hora de darle un sólo motivo sólido (y no sólido) y palpable de porque el personaje interpretado por Candela Peña se ve abocada a ejercer la prostitución: es una chica de clase media, con piso propio, sin bocas que mantener al margen de la suya, no existe ningún chulo que la chatajee de modo alguno y ni siquiera tiene problemas de drogadicción. El espectador se pregunta: ¿porqué es puta entonces? No hay respuesta. Al espectador (al menos a mí) se le hace dificil empatizar con los abatares y desasosiegos por los que atraviesa la protagonista sin conocer el porqué, el origen de toda la situación. Es como si fuera puta porque le da la gana.

Mención aparte merecen los "sesudos" dialogos que intercambian Candela Peña y Micaela en diferentes momentos del filme. Quien haya visto la peli sabrán a cuales me refiero: esos en los que más que putas parecen filósofas de tres al cuarto. Diálogos trufados de frases sensibleras, absurdas, ajenas al contexto y encajadas a martillazos en conversaciones que hasta ese momento se mantenían en una cotidianidad más real y creíble. Evidente y cantosa la intención de Fernando en manipular los sentimientos del espectador de la forma más barriobajera.

Finalmente pregunto si Fernando León tomó al sufrido espectador por tonto o se creyó que vive en el país de las maravillas (él mismo o el espectador) y que se iba a tragar sin sonrojarse la escena de la limusina. Ya sé que se ha nombrado esta escena en otros comentarios con igual o mayor incredulidad, pero que por mucho que lo pienso no sé que pinta esa increíble (en el menos positivo sentido del termino) escena en una pelicula que se supone que pretende pintar la realidad con rigor.
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7 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
1
Indignante
Me parece indignante la manera en que Fernando León de Aranoa escoge los sectores más desfovorecidos de la sociedad para hacer pupa en el corazoncito del espectador sin ningún talento para hacer creíbles los personajes, tirando de tópicos, inventando frases prefabricadas, especulando con una realidad que desconoce y se nota. Fernando, tú no te has ido en tu vida de putas. No tienes ni idea. Candela Peña está muy grande, pero el papel parece creado para ella. Lo único resaltable de la pelicula.
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20 de 34 usuarios han encontrado esta crítica útil
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