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193 Críticas de los usuarios

Críticas de los usuarios:
5
Más mito que película
A mí me parece que "Desayuno con diamantes" es más mito que película, la verdad. O por lo menos no me dio la impresón que estuviese a la altura de la fama que le precede. La vi con ciertas expectativas (de ver algo sofisticado e inteilgente) y quedé bastante defraudado con lo visto. Es sofisticada pero no inteligente. A apesar de que Aundrey Hepburn sale muy monina y la banda sonora de Henry Mancini aún tiene más encanto que la propia Hepburn, lo que es la historia y la película me parecieron muy frívolas, con un desarrollo que queda bastante cojo (los personajes no evolucionan durante la película a pesar del giro final), la dirección de Blake Edwards me parece bastante superada con lo que podemos ver a día de hoy y se ha quedado desfasada en algún que otro aspecto importante.

El que una mujer salga de fiesta nocturna a día de hoy no resulta tan chocante como lo pudo ser en los 60, así que parte de la "transgresión" del personaje de Holly ha quedado diluido. En esta película sus dos protagonistas son personas superficiales que la única manera que encuentran para resolver sus problemas es la más frívola que se les pasa por la cabeza: con un braguetazo. Toma ya. Luego tenemos al personaje de Paul Varjak (cuantas veces llega a deletrear su apellido?), que debe ser el gigoló más soso de la historia del cine, un tío tan sumamente aburridísimo que no cuela que pueda seducir a nada. Y tiene parte que de sensibleras me sobraron
[spoiler]lo del hermano que nunca aparece, el marido con el que Holly se casó cuando tenía 15 años y aparece para recordarle que una vez fue una humilde chica y sobretodo la despedida del autobus[/spoiler]
Lo que es la historia de amor de por sí ya tiene un inicio poco creíble. Me pareció absurda. Vamos a ver, como nos podemos creer que en Nueva York una joven deja pasar a un desconocido cuando ella está en camisón de dormir y le deja hacer a su antojo por ahí? Hasta ahí pues no me acabó de cuadrar, podría cogerse con pinzas si se tiene en cuenta ese excéntrico cáracter de Holly, pero luego tanto el desarrollo de la escena y el diálogo carecen de pulso, sin feeling y me resultaron absolutamente artificiales.

Lo que son los aspectos románticos no me los acabé de creer, los cómicos no me hicieron gracia alguna (tronchante lo del vecino oriental o las anécdotas de la fiesta, uy sí) y la película me acabó resultando algo tontaca. No estoy diciendo que sea una película cutre pero si que no está a la altura de lo que a mí me parece ha de ser una película mítica.
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461 de 674 usuarios han encontrado esta crítica útil
9
Desayuno en Tiffany's
Basada en la novela "Breakfrast At Tiffany's" (1958), de Truman Capote, fue dirigida por Blake Edwards. Se rodó en NY, con un presupuesto de unos 2 M de dólares. Ganó 2 Oscar (música y canción), 1 Grammy (banda sonora), 1 Golden Laurel (sonido) y 1 WGA (guión). Obtuvo 3 nominaciones sin premio a los Oscar (actriz, decoración y guión adaptado) y otras. Se estrenó el 5-X-1961.

La acción tiene lugar en NY en 1960. Narra la historia de Holly Golightly (Hepburn), de 19 años, que dejó su casa a los 14 y se trasladó a NY en busca de la felicidad. Siente pasión por las joyas y sobrevive aprovehando sus encantos para obtener pequeñas cantiades de dinero de sus amigos nocturnos ocasionales. Un joven escritor de escaso éxito, Paul Varjak (George Peppard), que vive gracias al patrocinio no desinterresado de la Sra. Failansen (Patricia Neal), ocupa el apartamento superior al de Holly. Entre ambos surge pronto una gran amistad.

Protagonizan la película dos desarraigados, que sobreviven en un mundo de lujo, ocultando intimidades de marginación y prostitución. Están profundamente insatisfechos, atrapados en un mundo falso, venenoso y sin futuro. La pasión por las joyas y la obsesión por encontrar un marido rico, mantienen a Holly en un estado de aturdimiento que le permite seguir huyendo de si misma. Paul, más reflexivo, cae en la cuenta de su error. Se inicia a partir de entonces la lucha de Paul contra la inconciencia y los falsos sueños de Holly, que se resiste tenazmente ante la inminencia de su traslado a Brasil en compañía de un rico hacendado. Los intentos de Paul cerca de Holly dan lugar a unos diálogos llenos de matices y complejidades, de gran interés. La obra está punteada de un humor jovial e irónico (incendio del sombrero, reloj en el tobillo, hurto en unos almacenes ante la mirada del vigilante, etc.). Son escenas emblemáticas la visita de Holly al escaparate de Tiffany's mientras desayuna a las 6 de la mañana antes de acostarse, la canción de Hepburn en la ventana y otras.

La música, de Mancini, se apoya en una partitura que enriquece la jovialidad del humor, la desesperación de los personajes y el ambiente festivo de los partys. Incluye la canción "Moon River", cantada por coros, Hepburn y silbada por Peppard. La fotografía es de Franz Palmer, en su última intervención en cine. La cámara se mueve en descripciones generales, fijación de detalles y primeros planos de Hepburn. Predominan los fondos de colores suaves, sobre los que resaltan masas oscuras, cálidas o frías intensas. El vestuario de Hepburn (Givenchy) y de Neal (Pauline Trigere), supervisado por la mítica Edith Head, es magnífico. El guión de G. Axelrod, es rico en sutilezas, lances cómicos e invitaciones a la reflexión. La interpretación de Hepburn es magistral en el papel más complejo de su carrera. La dirección se crece con el apoyo de Hepburn.

Película deliciosa, rica en amigüedades, sutilezas y buen humor. Imprescindible.
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220 de 300 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
No son diamantes todo lo que reluce
No es "Desayuno con diamantes" una obra maestra, ni tan siquiera un clásico de los grandes por más que algunos lo vean así. Y con todo, hay que reconocer en ella momentos de obra maestra y de clásico, pero una película debe ser juzgada por el conjunto, y ésta exhibe algunos defectos de base que sus aciertos parciales no logran disimular.

En su novela "Desayuno en Tiffany´s" Truman Capote pretendió esbozar un retrato de la parte más frívola e insustancial de la sociedad neoyorquina, pasto habitual de la prensa de cotilleos. Sin embargo, el relato de Capote carece de acidez y distanciamiento y acaba por resultar tan encantador como falto de profundidad precisamente porque se ve parcialmente contagiado por los vicios de la fauna que describe. A ello hay que sumar una cierta incapacidad del autor norteamericano para retratar el universo femenino: en la obra de Capote que conozco mujer e inteligencia parecen incompatibles. Y cuando es una mujer la que lleva el peso de la trama, como en este caso, el panorama resulta problemático.

Con semejante base no debería sorprender que el principal escollo a superar por Edwards a la hora de realizar la adaptación a la pantalla fuera una trama algo insulsa y a la que los guionistas hicieron poco por mejorar: convertir al protagonista en un mantenido e incluir un final totalmente hoollywodiense podían dar más carga dramática a la cinta, pero no se saca el debido provecho de los cambios. Tampoco resultan convincentes algunos personajes, con un histriónico Mickey Rooney en un papel de vecino cascarrabias totalmente exagerado, la vena cómica funciona sólo a ráfagas y en otras cae en el puro vodevil, y los diálogos son irregulares; apuntan buenos momentos, sobre todo en las discusiones de la pareja protagonista, pero se quedan a medias, sin rematar lo que bosquejan.

Naturalmente que esta película tiene sus aciertos, como ya se decía: Edwards sabe rodar, hallar el encuadre exacto y dar a cada plano la duración justa, y la mejor muestra la tenemos en el excelente plano de arranque o en la escena del guateque, narrada con un ritmo endiablado y la precisión de un mecanismo de relojería. La hermosa Audrey Hepburn se convirtió aquí en todo un icono (una de las pocas veces que se puede llevar con clase la tan temida anorexia) y sabe construir un personaje alocado a la vez que frágil e inseguro, capaz de pasar del registro más elegante al abiertamente cómico con total naturalidad.

Capítulo aparte merece la banda sonora. Hoy muchas de sus páginas pueden resultar desfasadas al pertenecer a la moda de los 60; pero resulta más que merecido que pasara a la historia gracias al bellísimo tema de Moon River, al que Mancini supo sacar todo el partido que pudo consciente de que, ahí sí, tenía delante una verdadera joya.

La otra, Hepburn.

Entre las dos lograron dejar para la posteridad una obra que de otra manera no hubiera pasado de ser una aceptable historia de amor narrada con oficio.
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129 de 147 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
El día en que Blake Edwards se rió de todos nosotros. Y nosotros le dejamos.
Que quede claro desde el principio: "Desayuno con diamantes" es una película hecha para soñar. Para soñar en rosa, a lo grande, con lo imposible. Como un paréntesis en el que todo parece detenerse durante un instante de eternidad: es más lo que transmite, que lo que es.

Paréntesis efímero, lujoso, burbujeante y decadente: fuera del cual la putilla anoréxica Lulamae flirtea con Mickey Rooney y José Luis de Villalonga. Fuera del cual, el escritor encarnado por George Peppard (ñam, ñam), se vende a ricas y maduras patrocinadoras de su "arte". Pero al abrirse el paréntesis, ella y él se ven absorbidos dentro de esa clase de vórtice conocido como "un día inolvidable". Dentro del mundo díainolvidablesco, Lulamae y el escritor son los felices habitantes de un mundo llamado Tiffany's, un mundo en el que las chicas de cascos ligeros encuentran a alguien que las quiera lo suficiente para darles un nombre y los escritores fracasados encuentra a un editor que les dice por fin que sus textos son dignos de ser publicados. En el mundo Tiffany's el tiempo presente ha desterrado al pasado y al futuro: todo se detiene, menos él y ella contemplando escaparates en Nueva York. Es tan ridículo, tan tópico y tan falsamente romántico, que resulta magistral.

La parte cómica es horrible y la parte amorosa no se salva demasiado pero finalmente te ríes, finalmente te emocionas porque es una película cuyo trasfondo te invita a jugar a un juego de imágenes en el callejón del Gato, en que no somos nosotros quienes reímos y nos emocionamos, sino nuestro reflejo deforme ante la vista de otro reflejo deforme: "Desayuno con diamantes". Una jugarreta genial.

Creo que todos eran conscientes de estar rodando una gran y multitudinaria farsa: el tiempo se encargaría de demostrarles que el cine siempre es una farsa, pero que existen pocas películas, como éstas que demuestren de forma tan contundente que nosotros también somos igual de farsantes.
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101 de 120 usuarios han encontrado esta crítica útil
6
Una magnífica tontería
Eso es esta película. Una película totalmente insustancial pero todo lo bien llevada que podía haberlo sido, con una Audrey Hepburn que interpreta excelentemente un papel... soberanamente estúpido.

Son infinidad los detalles que me han disgustado de esta película, de la que esperaba muchísimo más (se me hizo eterna pese a no ser demasiado larga). ¿Qué "moralejas" que merezcan la pena pueden sacarse de esta película? ¿que una enorme joyería sea el lugar más bonito del mundo o donde uno se sienta "más seguro"? ¿que para "ser divertido" es necesario haber robado alguna vez en alguna tienda (aunque no se te ocurra nada más que hacer en todo el día)? ¿Que primero hay que intentar ligarse a alguna de las mayores fortunas del mundo, y si falla, ya habrá que conformarse con el amor verdadero? ¿Que hay que utilizar a la gente o pasarse con ella lo que haga falta para conseguir lo que queremos? (patético el personaje del vecino introvertido, de tan ridículo que quisieron hacerlo) ¿Que el amor consiste en una relación de PERTENENCIA (como explica en plan aleccionador Peppard)? ¡Por favor, que disparate! Tal vez el problema sea el tiempo que tiene la película (ya son 45 años), pero he visto cine mucho más antiguo que sigue siendo tan actual como el primer día.

Esta película acaba resultando todo un compendio de materialismo a ultranza, de falta de escrúpulos, de machismo... eso sí, en un envoltorio estupendamente preparado. La canción de Moon River, cada una de las 3 o 4 veces que sale, salva los muebles en buena medida (aunque es un recurso excesivamente manoseado y que demuestra también una excesiva falta de ideas).
Por último, lo que sí que se nota y que hace flotar esta película es (aparte del dinero que se nota que hay detrás) un excelente trabajo tras la cámara, con una gran dirección de actores y una muy buena fotografía (me encanta el plano en el que él abre la puerta la casa y solo se ve su sombra sobre el piso de ella, o el de ella sobre la cama con todo su cuarto revuelto).

En definitiva... todo un mito del cine que no debería serlo (eso debería reservarse solo para el tema principal de su banda sonora).

pdta: ¿Alguien quiere romanticismo del bueno? Que recuerde "Casablanca", 20 años anterior a esta película, pero 20 veces superior en todo.
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139 de 198 usuarios han encontrado esta crítica útil
9
Audrey, Capote, Mancini y Givenchy.
Es innegable, a mi juicio, que Holly Golightly es omnipresente en esta película: brilla en las escenas donde aparece y se le llama en los diálogos donde no interviene. Todo gira en torno a ''Lulami''.
Quizás Truman Capote en su libro ''Breakfast at Tiffany's'' imaginó a Marilyn Monroe como protagonista indiscutible de la obra en su posterior traslado al cine pero no soy capaz de imaginar Desayuno con Diamantes sin Audrey Hepburn. Es en esta obra donde se consagra la actriz belga como belleza atemporal y clásico de la historia del cine.
Locura, tristeza, comedia...todo confluye en el papel de Holly y es innegable la evolución de la actriz desde sus trabajos anteriores (evolución positiva teniendo en cuenta, por ejemplo, su interpretación en Sabrina).

Personita inmadura, alcanzando a veces el grado de egoísmo, soñadora incansable ante el escaparate de Tiffany's, inestable emocionalmente y sólo amante de una persona en su vida: su hermano Fred. La protagonista no es tan feliz como nos hace creer: búsqueda de cariño en un gato sin nombre, un mafioso en Sing Sing, un apartamento sin amueblar y hombres que sólo alcanzan a darle 50 dólares para el tocador...tras esa fachada de cariño incondicional, locura transitoria, se esconde una niña que busca su sitio en la ciudad de los rascacielos desde la ignorancia y la ingenuidad.

Parte del valor de Desayuno reside en la temática: prostitución maquillada, quien ama por dinero y quien ama el dinero; es decir, la contraposición entre George Peppard y Audrey Hepburn, que pretenden encontrar en un elemento común la felicidad y solución a sus problemas, aquello que les haga olvidar el fracaso de su vida profesional y amorosa. Temática nada obsoleta en los tiempos que corren, por cierto, que Blake Edwards supo ''insinuar'' en aquellos años.

Póquer de ases compartieron cartel: Audrey, Capote, Givenchy...sin dejar de lado a Mancini, ineludible referencia, que con su ''Moonriver'' contribuyó a fabricar este clásico y cuya melodía acompañó de principio a fin a Holly Golightly por 5th Avenue.

Esta película se ha convertido en obra de culto a través de los años, quizás impulsada por el movimento Vogue y el aire chic que inspira el vestuario brillante de Givenchy; tras este papel, Hepburn se ha alzado como actriz fetiche de todo aquello que se quiere transformar en elegancia y de la moda que pide a gritos una retrospección de los felices 60.
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80 de 103 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
La más bella femme fatale
Blake Edwards se haría famoso por ser el director que más explotó la figura de Peter Seller como cómico, pero el camino de su éxito se inició con esta comedia romántica, que rompe muchos de los clichés (aunque no todos) del género que se venían obserbando en el cine estadounidense.

Aquí la historia de amor aunque dulce y emotiva en su forma, dista mucho de la complacencia e inocencia de ejemplos anteriores; la historia de amor es de dos inadaptados que rapiñan de la compañía ajena su sustento, un escritor de poca monta y una chica de Texas que sobrevive con sus encantos en la Gran Manzana. Se configura desde este enfoque una comedia que ataca algunos de los patrones de comportamiento de la jet-set (como la falsa amistad, el oportunismo o la condescendencia) y sus costumbres, poniendo en tela de juicio moral de que todo tiene un precio.

Aun así la mayor carga del guión se centra en una historia de amor contada con una dulzura exquisita y llena de altibajos, que la hace realmente impredecible en algunos momentos, con escenas realmente memorables. Audrey Hepburn simplemente deslumbra con una actuación fantástica, acompañada con un George Peppard que no acompaña en todo el film yendo de menos a más; y con un Mickey Rooney ciertamnete obviable.

En definitiva, se trata de un film con cierta carga crítica que destaca principalmente por una dirección fascinante y algunos de las mejores planos grabados a la actriz más bella de la historia sazonados con una banda sonora memorable obra del genial Henry Mancini.
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40 de 50 usuarios han encontrado esta crítica útil
5
"Desayuno con Diamantes (1960)" = "Algo pasa con Mary (2000)"
Antes de nada le pediré disculpas a Miquel porque me voy a reiterar en lo mismo: "Desayuno con Diamantes" es una película infantil, sin pies ni cabeza.

Ya está. Ya lo he dicho.

Los votos a partir de 5 estrellitas, que es mi apuesta máxima por esta película están regalados y son un despilfarro. Lo que ocurre aquí dentro, sospecho, es que hay mucho mitómano cegado por los diamantes de Tiffany’s y por la espectacular belleza de Audry. Ni aún así es justificable que esté alzada a la Meca del cine (la película, no ella). Hoy se contempla como el clásico con mayúsculas, por el Moonriver que nos conmueve a todos y por Audry. Punto final, ahí se acaba todo y no hay discusión posible, menos a objetar que esta película es absurda. Hoy vendría a ser algo parecido a “Algo pasa con Mary”, no digo más. Claro que a "Algo pasa con Mary" le pondré un 1 y a "Desayuno..." un 5, que tampoco soy del todo inmune al fanatismo cinéfilo.

La escena: Audry, guapísima cantando en la ventana el Moonriver. Hay un tema musical mítico y una actriz mítica. No puedo más que rendirme a esa evidencia porque me parece maravillosa, ella. Y sólo por ella, la película merece ser vista. Pero paremos ahí: todo lo demás es confeti, nubes de algodón, un carnaval, un sinsentido y una serie de diálogos que nadie comprende. Si están escritos por Capote, menos me sorprende aún. Capote es la maruja de la literatura americana.

Lo de “A Sangre fría” y me refiero a la novela es de escándalo. Va desmenuzando toda la macabra historia como si escribiera desde la sección de sucesos sanguinarios de El Caso. Engancha sí, pero no está más que narrándonos, con mucho estilo de acuerdo, el crimen de Puerto Urraco. Que no me hablen de él como primer novelista non-fiction de la historia, por favor.

Pero volvamos a la película: no hay un sólo personaje que se comporte como una persona, de esas de andar por casa o que te tropiezas en la calle. No. Son histriónicos del primero al último. Si es una comedia, puñetera la gracia que me hace... Blake Edwards debió sugerir: comportáos como si estuvieráis todos “chalaos” y venga... ¡Acción!

Ella, Audry, está de atar; él es una gabardina andante y un pelele con más paciencia que Job, por no mentar toda la gama de personajes secundarios, a cada cual más estrafalario (¡esa fiesta de disfraces es un desmadre! ¿y el chino? ¿a qué viene esa caricatura del chino?).

Aquí sobreactúa hasta el gato, Audry, Peppard y el resto del reparto, entre el que horror! aparece el tal marqués de Villalonga, uno de los rancios patricios españoles ya desaparecidos, que se congratuló toda su vida de haber besado a la chica.

No hay nada detrás de esta historia, no hay vida inteligente. Desengañáos. Es una película hueca, sólo una ilusión óptica con una preciosa banda sonora. Podréis ponerle mil diezes al Moonriver... pero no a la película.

Y por cierto, lo del gato no tiene nombre.
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63 de 97 usuarios han encontrado esta crítica útil
10
NUNCA DESAYUNAR UN BOLLO EN FRENTE DE TIFFANY TUVO TANTO GLAMOUR
Basada en la famosísima y epónima novela del extravagante y genial Capote, Edwards supo sobredimensionar aún más la pieza, a base de un portentoso alarde de elegancia y dominio técnico del medio como pocos conocieron en la historia del séptimo arte.

Cada fotograma respira elegancia y CINE (en mayúsculas por supuesto).

Con el inconfundible sello del cineasta (su mejor película de calle), Edwards nos plantea sus mismas inquietudes de siempre, sólo que esta vez, a su habitual paleta de colores expresionistas, sus situaciones inverosímiles llenas de elegancia y glamour en cantidades industriales y su minuciosidad en el detalle más recóndito, el cineasta añade un ingrediente más; trasladar magistralmente a la pantalla una obra maestra de la literatura universal, y hacer que la pieza tenga aún si cabe mayor sentido del espectáculo gozoso para el deleite sensorial de incluso el más común de los mortales.

Un espíritu libre, sin nombre, sin espacio, sin dueño, sin...nada salvo un hermano que...

Un escritor del montón, aunque con ganas por descubrir el mundo y llenar su hasta ahora vacía existencia de emociones genuinas y duraderas que intenta abrirse un hueco en la vida...

Ambos como en la vida misma se encuentran de manera fortuita, y a partir de entonces se convierten en una suerte de bohemios que viajan por un mundo aún por descubrir, bajo el mismo pliegue de un arcoiris que continuamente muta de posición...

Hagamos hoy cosas que nunca habíamos hecho antes.

Si aún no has visto esta película hazlo inmediatamente.

La mejor comedia romántica de la historia.


Moon River, wider than a mile,
I'm crossing you in style some day.
Oh, dream maker, you heart breaker,
wherever you're going I'm going your way.
Two drifters off to see the world.
There's such a lot of world to see.
We're after the same rainbow's end--
waiting 'round the bend,
my huckleberry friend,
Moon River and me.
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65 de 102 usuarios han encontrado esta crítica útil
10
Ya no se hacen películas como las de antes
Preciosa historia de amor donde las haya. Entrañable y maravilloso el personaje de Audrey Hepburn, te hace reir, te hace llorar y, sobre todo, te hace reflexionar sobre las contradicciones que conlleva enamorarse: el miedo a sentirte atado a alguien que de verdad te importa, ese miedo a depender de alguien y no querer aceptarlo.
En resumen, una joya para la eternidad.

PD: De veras resulta imposible no enamorarse de esta mujer después de verla y escuchar "Moonriver" salir de su boca. Simplemente magia.
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51 de 78 usuarios han encontrado esta crítica útil
2
Mito artificial
"Desayuno con diamantes" es un mito artificial y falsario. Una grandísima mentira colectiva, una leyenda, en el más estricto sentido de la palabra, sustentada en un imaginario deformado y falsario creado a base de merchandising, "wikiquotes" para ilustrar estados de Facebook, y miles de referencias en estúpidos reportajes de verano rellena-telediarios.

Me juego una mano a que el 90% de la gente que hace referencia a esta obra como paradigma de la memez a la que llamamos "glamour" y adalid del no menos memo palabro "sofisticación"ni siquiera la han visto. ¿Para qué? Basta en creer en Audrey Hepburn vestida de Givenchy como icono y comprar el cartel de la película para decorar el salón y aquí paz y después gloria.

Sobre Audrey Hepburn; Audrey Hepburn es una actriz inocua, insustancial e insípida. Si hubiera nacido hace menos de 40 años la llamaríamos... No sé, ¿Sandra Bullock?

Película para ese tipo de jovencitas que compran helado de chocolate cuando están depres...
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40 de 58 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
Los fracasados también buscan la felicidad
Me he visto sorprendido por las opiniones dispares que por una parte de la crítica ha recibido esta película. Solo por eso de las "almas gemelas" de las que habla Filmaffinity me he decidió a verla.

Esta película nos presenta a dos seres marginales, dos inadaptados de la sociedad:

El, un escritor que casi no ha escrito nada vendible, por lo que debe vivir de "sus otros encantos personales", ... ante las mujeres. La falta de confianza en él mismo le ha impedido terminar un libro empezado hace muchos años. Ni siquiera se ha molestado en poner cinta a la máquina de escribir.

Ella, procedente del campo, y casi sin formación (mas que unas clases de francés para aprender modales) y con una necesidad acuciante de seguridad que solo en el dinero espera encontrar, busca un marido, -cualquier marido con tal de que sea millonario-, y hasta entonces la mantienen sus pretendientes. El dinero da la seguridad, dice, y solo ante la Joyería Tiffany´s se siente segura. Es significativo el gato callejero que acogió, pero al que no ha puesto nombre, "hasta que no tenga su casa adecuada propia".

Estos dos seres fracasados, vividores, "parásitos de la sociedad", se conocen al ser vecinos ...
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31 de 40 usuarios han encontrado esta crítica útil
10
Desayunar con Audrey
Estamos yo creo ante una de las mejores películas de Blake Edwars y ante una de las mejores interpretaciones de la siempre glamurosa Audrey Hepburn, junto con "Vacaciones en Roma". Y tambien creo que es el mejor trabajo que ha hecho George Peppard, aquí en un papel donde está soberbio.
Basandose en un texto de Capote, Edwards hace toda una reflexión sobre la soledad, sobre la frialdad de algunas relaciones, sobre la amistad... Yo creo que es una película que adelantó lo que iba a ser la sociedad posmoderna, una sociedad hedonista, preocupada por el ocio, que valora más el tener que el ser. Muy significativo es el tema del gato sin nombre; metafora de unos individuos que no conocen su identidad, que no conocen su destino
Evidentemente hay que destacar la magistral obra musical de Manccini. El tema musical de "moon river" ya es como la sintonia del cine, una partitura portentosa que se ha ido inmortalizando con el tiempo. También destacar el arranque de esta película, ese paseo a las seís de la mañana... maravilloso.
En definitiva una obra maestra que ningún amante del cine puede perderse.
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34 de 47 usuarios han encontrado esta crítica útil
6
Cuando el mito supera a la realidad.
Yo quiero tomar un papel moderado a la hora de juzgar la controvertida “Desayuno con diamantes”.

Entiendo a todos y a ninguno. Por un lado me resulta fascinante como tantas personas puedan considerar a esta película una obra maestra y que la coloquen entre sus favoritas. Sobre todo mujeres. Es un tema digno de un estudio sociológico.

Evidentemente no creo que tengan conocimientos muy amplios de lo que es el cine o la literatura, pero no las hace falta, está Audrey, el icono cinematográfico más importante de toda la historia del cine junto con Marylin Monroe, sólo que la segunda lo es más para los hombres.

La historia no tiene guión, completamente cierto. Pero es verdad que destila romanticismo, y eso es lo que buscan sus incondicionales. Y tiene más cosas, glamour, vestuario, música, comicidad –absurda, estamos de acuerdo-, y Audrey...

No deja de ser curioso que muchas generaciones de mujeres tengan a esta película y el papel de Audrey como una meta a perseguir. Igual que lo es Julia Roberst en “Pretty Woman”. Por una vez no diré lo que pienso, no tanto para que no me fusilen esta crítica, sino porque ya me he mojado bastante en esta página. Les toca a otros.

Si pudiéramos despojar todo el aura mítica de la película, los que la adoran verían que su veneración hacia ella no era merecida, pero también todos los que la desprecian se calmarían y aumentarían su nota. Su voto en contra es más bien como represalia para molestar a los fanáticos -las fanáticas- de esta comedia romántica tan bobalicona, pero que tiene su punto mágico que la hace perdurar.

Del director no voy hablar. Yo ya he dicho muchas veces que Blake Edwards es más malo que el hambre. Pero tonto tampoco es. Que alguien me diga que director ha conseguido trabajar con todos y cada uno de los pibones de la época como Jennifer O'Neill, Kim Basinger, Bo Derek, Janet Leigh y la citada Audrey Hepburn.

Y por supuesto, Moon River es preciosa.
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37 de 55 usuarios han encontrado esta crítica útil
4
Soy súper pija de la muerte
Requisitos para rodar una película que más bien da dentera, basada en una novela que se me han quitado las ganas de leer:

-El papel principal es el de una chica que está como una cabra en un garaje, porque arrastra traumas infantiles, pobrecita. ¿Debería darme pena?

-La chica no da ni golpe y saca pasta permitiendo que tíos ricachones o que fingen serlo la inviten a cenar, le den un dineral para el tocador (¿es que en los restaurantes caros de Nueva York había que pagar para ir al tocador? Como yo no soy muy pija y no frecuento los restaurantes de postín, pues no conozco las normas de etiqueta en esos sitios). Ah, por supuesto, también les saca a los tíos lo que éstos le dan para el taxi. Total, que los tíos esperan mojar, le dan dinero, la invitan y después ella los deja plantados. Qué estilo de vida tan interesante (menudos pardillos estúpidos y menuda pájara).

-Estábamos en que los ingresos de la muchacha consisten en lo que les saca a los pardillos de turno. Pues bien, como ella tiene esos traumas y no sabe lo que quiere, se refugia bajo vestidos de Givenchy, kilos de maquillaje, cigarrillos con boquilla de un metro, y se va todos los días a desayunar delante de la joyería Tiffany's. Jo, qué súper interesante de la muerte la vida de esta chica, oye.

-Añadamos que se busca un montón de amiguetes panolis borrachines y pijos entre los que siempre espera encontrar un filón al que echar la zarpa (ella se conoce de memoria la lista de los 100 tíos más ricos de América, menuda lumbrera).

-Por supuesto, como es más bien ligerita de cascos, bastante inaguantable y tiene más pájaros en la cabeza que pelos, todo acaba por salirle de culo.

-Ah, pero le sale un amigo de verdad, su vecino de arriba, que está como un queso pero tiene un gran defectillo: que no está en la lista de los ricos de América. Pobre infeliz. El único que adecenta un poco la película, a mi juicio.

-Para completar el cuadro, coloquemos a otro vecino, pero que es más feo que una multa, tonto del bote y, por supuesto, oriental y con voz de pito (un oriental no puede ser un galán en una peli hollywoodiense, claro, por eso vamos a poner a este menda como un adefesio). Ah, y también meteremos al reputadísimo ¿actor? José Luis de Vilallonga, seductor de momias, para hacer de galán latino. Qué nivelazo.

-Como clave para el éxito total, pongamos a Audrey con su elegancia (porque no muchas ostentaban tanto glamour natural) luciendo modelitos y peinados y representando el típico y tópico papel de lo que se supone que es el gran sueño femenino: vestidos de diseño, joyas y soñar con casarse con un millonario.
Precisamente en la película que la encumbró como la reina de la elegancia, es donde ella me provoca más bien ganas de rechinar los dientes. Pero la culpa la tiene sobre todo Edwards, y la novela de Capote.
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32 de 46 usuarios han encontrado esta crítica útil
3
¿Romántica?... creo que no
- Estas casada con un hombre que te adora, tienes un hijo precioso, un buen trabajo; casa, coche... ¿Por qué no eres feliz?, ¡Lo tienes todo!, ¿Qué te pasa?, ¿Qué ocurre dentro de esa cabeza?.

- No lo se, no soy feliz y punto. No tengo ilusión por nada.


Este diálogo podría perfectamente ser parte de una conversación cualquiera y del todo corriente. El caso es que la imaginaria chica está casada con una muy buena persona, aunque ya no siente amor por él. Bueno; realmente, nunca lo amó. Sí lo quiso, pero no lo amó. Y es que le tenía tanto miedo a sentirse sola y no querida, que al final, tras repetibles fracasos acabó por abrirle las puertas al primer hombre decente dispuesto a compartir el resto de su vida con ella.
Naturalmente, al tiempo, quizás a los dos o tres años, esta mujer se va desinflando como un globo. El cuerpo le va pidiendo algo más; algo, que jamás podrá ofrecerle alguien que nunca deseó.

No voy de listo, esto pasa; es real. El mundo está lleno de matrimonios postizo; de esos de por conveniencia casera. Tú me das compañía a cambio de que yo te de la mia. Un binomio, vaya. Todos conocemos varios de estos; un tío, un primo, un vecino...


El sabor que me deja a la conclusión Desayuno con diamantes me recuerda a esas mismas personas que viven cada día sin ilusión.
Audrey personifica aquello de espabilar a ultima hora; -¡Cuidao, que ya no hay rancho en Brasil y te estás haciendo vieja!-. No lo encuentro romántico; más bien desesperado.
A George Peppard, mientras le dure lo flamante a la otra, podrá ser feliz. Lo malo es cuando se empiece a desinflar. No creo que le haga gracia, ya que se ve, que es una persona a la que le encanta que los planes salgan bien.
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43 de 69 usuarios han encontrado esta crítica útil
3
OSEA DIVINA
Seguramente a las damas que de jóvenes jugaban con “Barbies” y soñaban con conocer a su “Ken” ideal puede que toda esa estética tan elegante que rodea a la protagonista y la forma en la que despacha a notables caballeros a destro-sinistro haga que no se percaten de que la susodicha es una estúpida inmadura de dudosa estabilidad mental que se dedica a vivir a costa de dichos hombres (todo un ejemplo oiga). La "trama" (nótense las comillas) es exponencialmente mas predecible de lo que suelen ser ya de por sí las películas románticas, y sus diálogos son patéticos, totalmente vacíos (mención especial merecen las escenas que nos descubren el pasado de la “prota”). Y bueno, ejemplarmente elegante y perfectamente peinado nos encontramos a nada mas y nada menos que... (¡atención chicas!) ... al joven George Peppard (Coronel John "Aníbal" Smith para los amigos), que es el encargado de hacerse el tonto y enamorarse de la delgadísima Audrey Hepburn. Conmovedor.
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38 de 59 usuarios han encontrado esta crítica útil
10
Moonriver
Poco se puede decir, añadir, criticar de esta peli. Está considerada una de las grandes de todos los tiempos y una de las 10 mejores en su género, la comedia romántica. Esto sucede porque todo confluye para ello. Audrey Hepburn, Blake edwards, Henry Mancini y Truman Capote son los cuatro pilares en los que se basa esta obra maestra. Hace mucho tiempo que no la veo y me muero de ganas de hacerlo al escribir estas líneas. Porque, ¿Hay otra peli que destile tanta elegancia? Edwards pocas veces estuvo tan acertado, anterior o posteriormente, quizás sólo en VICTOR O VICTORIA y DÍAS DE VINO Y ROSAS, otras dos de las grandes.
Exquisitez, glamour, elegancia, romanticismo, otros cuatro fuertes ingredientes para aderezar esta delicatessen. Mancini firma otra gran partitura, que ya forma parte de nuestra BSO colectiva contribuyendo al séptimo arte con MOONRIVER, silbada, tarareada, o medio susurrada por Hepburn, es una delicia. Una de las mejores que han sonado en una pantalla nunca, por cierto, gracias a Audrey, que amenazó con retirarse del proyecto junto con la canción, que no gustaba mucho a algún cateto de productor. Obra maestra.
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22 de 28 usuarios han encontrado esta crítica útil
10
"Moon river", la canción con la que se enamoraron varias generaciones.
Deliciosa comedia romántica, una de las que de verdad le ponen el calificativo al género de la excelencia hecha cine. De un guión del montón, sin altos ni bajos, bastante previsible dada la época de filmación, Blake Edwards, uno de los grandes reyes de la comedia se inventa ésta llena de romanticismo, sofisticada, con la carismática y preciosa Audrey Hepburn, que no necesita a nadie más, quizás a excepción de "gato" para protagonizar una de la mejores, sino la mejor, comedia romántica de la historia. Incluso su coprotagonista, George Peppard, es absolutamente olvidable, ya que su aportación es testimonial.

Y todo el glamour y el romanticismo gira alrededor de "Moon river", la canción que enamoró a varias generaciones, que obtuvo el Oscar a mejor canción, que en la película también interpreta Audrey y silba Peppard, así como el Oscar a la mejor BSO. Una verdadera obra de arte, y más, si como me ocurrió a mí, te enamoras de esa alocada, preciosa y atractiva Audrey Hepburn.

Sin dudarlo, un 10 y a favoritas.
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21 de 26 usuarios han encontrado esta crítica útil
3
Duermo con película
Su fotografía es magnífica, la banda sonora maravillosa, la dirección y realización impecables, la actuación de Audrey (solo la de ella, las de los demás no, con especial mención al chirriante vecino japonés) es soberbia...

¡Amigos, esto es cine! ¡CINE CON MAYÚSCULAS, por supuesto; toda una OBRA MAESTRA!

Pero, ¿y la película?

La película es una mierda como el copón de grande; muy aburrida; a los 15 o 20 minutos empecé a temerme que el resto de película iba a ser tan aburrido como lo que llevaba visto, y por desgracia, acerté; a lo largo de casi 2 horas intenta contar una historia donde no hay ninguna historia que contar... los personajes se reúnen, salen a la calle, intercambian palabras entre ellos... pero apenas existe argumento (y el que hay es absurdo). Qué alegría me dio cuando por fin se acabó y puder descansar...

Recomiendo encarecidamente que no la regaléis a alguien por quien sintáis aprecio.

Por lo bonita que está Audrey, lo bien que actúa, y lo pasables que son los últimos minutos, le doy a la película un 3 (imposible aprobar este ridículo bodrio), en vez del 0 que se merece. Perdonad a este miserable, Oh Expertos Cinéfilos.

El gato está extraordinario, supongo que le dieron algún Oscar por esto, ¿no?
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35 de 55 usuarios han encontrado esta crítica útil
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