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45 Críticas de los usuarios

Críticas de los usuarios:
9
¿De qué va Tremé?
No es fácil decirlo. No porque no esté claro su argumento, pero no es tan sencillo como decir que es la historia de unos personajes en la Nueva Orleáns post-Katrina que luchan por tirar para adelante. Tremé abarca mucho más. Es rara. Quizá sea porque me recuerda a esas novelas viejas y gordas que tienen la rara virtud de atraparte sin necesidad de asesinatos, ni de misterios, ni de dejar un gancho al final de cada capítulo. Siempre SALVANDO LAS DISTANCIAS, pero cuando me pregunto qué es lo que hizo que devorase libros como Crimen y Castigo o Moby Dick… pues hombre. No es fácil responder. Y tampoco se puede decir que iban de uno que mata a una vieja o de un loco que persigue a una ballena. Eso es sólo un pretexto.

No me ha ido al terreno literario por gusto. En todo lo que veo escrito por Simon hay literatura. Y de la buena. Realismo sucio. Personajes chejovianos. Minimalismo, escenas cotidianas en apariencia intrascendentes; finales que no son finales sino transiciones (parafraseando al personaje de Goodman). Contar una historia prescindiendo de los detalles que rodean a lo que está pasando; revelar el motivo a través de la actitud de los personajes. En definitiva, y esto es lo que estaba tratando de decir, un estilo narrativo alejado de convencionalismos, elocuente y ejecutado con maestría.

El estilo narrativo de Simon hace grande a esta serie, pero lo que la hace fascinante es la música. Tremé es una novela de diez capítulos en clave de jazz con momentos absolutamente geniales donde la música trasciende y se convierte en recurso fundamental y sobre todo explicativo de la realidad que rodea a los personajes. Cuando los indios cantan “Indian Red” y de pronto aparece el “Katrina tour” (juro que estaba allí, y por poco le tiro una piedra al autobús), las miradas de la violinista cuando toca en la calle, Davis y compañía haciendo su versión del “Shame, shame, shame”… sobran las palabras. Mención especial al respecto en el spoiler.

Luego están los personajes. Un elenco magnífico. Puestos a quedarse con uno, me quedo con Davis. A todos os caerá gordo al principio; al final, ya me contaréis. Y por favor. A título personal, recordaré Tremé como la serie que me hizo empatizar de una maldita vez con los capillitas, esa especie tan en boga en mi tierra. Gracias a Big Chief Albert no me cagaré en la madre que les parió cuando mi calle esté cortada por una procesión. Clarke Peters definitivamente ES otra persona comparado con su papel de Lester en The Wire. Vaya pedazo de camaleón.

¿De qué va Tremé? ¿De qué va un concierto? ¿Importa?
Pues eso.
Los músicos son buenos, así que repantígate en el sofá y disfruta. Y hablando de disfrutar. Esta es mi crítica número sesenta y nueve. Vaya por Dios.
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107 de 114 usuarios han encontrado esta crítica útil
9
Nuevamente Simon.
Música en vena. Por las esquinas llenas de barro y humedad, por entre los cuerpos desaparecidos, por las calles y sus artistas callejeros, por los garitos llenos de humo y saxofón. Única y exclusivamente...música.

Treme basa su grandeza en lo cotidiano y lo sencillo. En el día a día de una población que saca fuerzas desde su interior, (y en su interior solo respiran música), para sobreponerse a el desastre. A la desesperanza, la rabia y la impotencia.

David Simon vuelve a enarbolar su bandera, la que lleva escrita "que se joda el espectador medio" en letras de sangre. Y la lleva hasta el límite, para elaborar un drama coral, emotivo y lleno de calidez. Por su sencillez y elegancia. Por sus múltiples referencias culturales. Y la calidad de las mismas.

Nueva Orleans bombea música. Jazz, Blues, Soul... Genial y maravillosa selección de temas. Núcleo de la serie. Y artífice principal de esa atmosfera tan única que lo envuelve todo. Que le da ese toque tan personal y la aleja de cualquier obra anteriormente hecha.

David Simon vuelve a crear arte en la pequeña pantalla. Música e imágenes. Vida y muerte. Apología y denuncia. Cine puro. Una nueva joya audiovisual que maravilla y encandila.

DOWN IN THE TREME.
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110 de 129 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
Razones por las cuales hay que ver Treme.
Expongo mis razones por las cuales yo recomiendo ver esta serie:

1º HBO es signo de garantía. El mejor cine lo hace la televisión y la mejor de todas es HBO.

2º David Simon. Creador de The Wire o Generation Kill. ¿Acaso necesitas más referencias?

3º Actores:

3.1 Paras los que vieron The Wire: Wender Pierce, el grandioso Bunk Moreland, interpreta a Antoine Batiste y Clarke Perters, Lester Freamon en The Wire, interpreta Albert Lambreaux. Lo cual hace más grande la serie, ya que para mi son los personajes que más me gustaban. Y aquí lo hacen de puta madre.

3.2 Para el resto de cinéfilos: Melissa Leo o John Goodman son actores que siempre da gusto ver trabajar.

4º La música. Si te gusta la música, sin importar el estilo, te gustará Treme. Si además te gusta el Jazz o el Rock o el sonido de las Brass Bands te gustará aún más. Yo como trombonista y amante de los instrumentos de metal e de decir que cada ver que Antoine Batiste (u otro cualquiera) se pone el trombón en la boca alucino. Sencillamente magnífico.

5º La historia. David Simon cuanta una historia real, con gente real. En vez de hacer un drama de lágrima fácil se inventa unas historias profundas, salpicadas de humor, creando una trama sencilla, pero a la vez llena de matices.

6º Ambiente. Recrear el ambiente de destrucción de Nueva Orleans es uno de los mayores aciertos en cuanto escenarios que he visto en mi vida. Por desgracia, muchos de los escenarios son reales, lo que aporta aún más realismo a las historias.

7º Critica. Como en toda obra de Simon la crítica es fundamental. Si en The Wire ya nos ponía los pelos de punta con algunas situaciones aberrantes, casi surrealistas, de los mecanismo de poder en Baltimore, después de una catástrofe como esta, denunciar la ineptitud de la clase política es tan sencillo y tan cierto que asusta.

Y así podría citar unas cuantas más, pero creo que es suficiente. Espero, por el bien de los amentes del cine y las series de televisión, que esta serie dure lo bastante como para verse transformada en una obra maestra indispensable. Sino lo es ya. Para los que piensan que es un tostón infumable solo apto para gafapastas: empezar a disfrutar de la vida. ¡Sosos!
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76 de 82 usuarios han encontrado esta crítica útil
10
Amarás Nueva Orleans
Nueva Orleans tiene un espíritu único y auténtico, su cultura es una mezcla de raíces francesas, haitianas, africanas y norteamericanas.
Tiene su propio dialecto, el cajún, una variante del francés que crearon los colonos franceses que se asentaron en Luisiana, y que es también la comida tradicional de la ciudad.
Está a orillas del Mississipi, y el clima es caliente y húmedo, todo se vive a un ritmo más lento, incluso los habitantes de la ciudad hablan más despacio, arrastrando la palabras con su particular acento.
La ciudad de las reinas del vudú, esa antigua magia haitiana de espíritus y sacrificios animales.
La ciudad donde nació el jazz. La única ciudad donde una banda de música acompaña los féretros al cementerio tocando música triste y a la vuelta toca música alegre. Porque la vida es un carnaval. Y que tiene su propio carnaval, el Mardi Grass.
Posiblemente la ciudad más musical del mundo, donde nació Louis Armstrong, la música está en cada esquina, cada noche suena jazz en directo en los cientos de locales, hay jazz en la calle, en los funerales, se hacen continuamente desfiles en los que grupos de músicos tocan jazz y la muchedumbre los acompaña bailando y portando los tradicionales paraguas.

Todo esto es Treme, es jazz y blues por todos lados, es el espíritu de una ciudad única que no se ha apagado a pesar del huracán Katrina, que sigue tan viva como siempre, sus habitantes sólo necesitan un poco de ese viejo jazz, un desfile de música para recordar la alegría y vitalidad de su ciudad; ni todas las casas llenas de barro y los muebles podridos pueden impedir que los músicos vuelvan a coger sus trompetas, trombones y sus contrabajos y lo inunden todo con ese sonido único.
Inlcuso tras el paso de un huracán Nueva Orleans sigue siendo una maravilla, uno entiende que esa gente se aferre a sus raíces, que duerman en las casas destrozadas y se nieguen a abandornar su hogar. Un reparto coral de personas que intentan salir adelante en una ciudad arrasada y destruida, donde muchos lo han perdido todo.
Pero Nueva Orleans no es cualquier ciudad y sus ciudadanos lo saben muy bien, por eso nunca la abandonarán.
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38 de 49 usuarios han encontrado esta crítica útil
9
La silenciosa muerte (y resurrección) de una decrépita ciudad
Pase lo que pase en el último episodio de la serie, Treme tiene la suficiente consistencia, ya desde la primera temporada, para poder haber hecho un comentario anteriormente. Pero el tiempo te da una perspectiva más amplia de lo que engloba esta criatura de Simon.

La silenciosa muerte (y resurrección) de una decrépita ciudad, que vive bajo el amparo de la música, de la comida, de sus gentes, de Treme. Treme es el corazón latente de una ciudad que fue sumergida, responsabilidades a parte. Un barrio negro, de criollos, de tradición francesa, de supervivientes que lejos de huir, se esforzaron por darle a su New Orleans una nueva oportunidad de superar juntos la catástrofe después de la tormenta, como dicen ellos. El Katrina, arrasó Nueva Orleans. Arrasó Treme, pero no se pudo llevar el alma de la ciudad. Que vive en los bares, en las salas con músicos en directo, que improvisan conciertos, de blues, de jazz, de rock, etc., que fusionan elementos modernos y tradicionales. Donde los indios, desfilan el Mardi Gras, a pesar de todo. Donde la Brass Band siempre acompaña cualquier funeral.

Treme es ese sitio donde Simon toma las riendas de un proyecto que no parece ficción, que es tan real como suculentos son los platos que prepara Jannette Deschautel en su restaurante. Que es tan auténtica como la figura de Davis McCallary. Tan dulce como Annie y su violín, tan temperamental como LaDonna y sus miradas. Tan perseverante y sofisticada como Toni Bernette, tan honrada como el Teniente Colson, que es tan íntegra como Albert Lambreaux y tan variable como Antoine Batiste. Que suena tan bien como Delmond Lambreaux con su trompeta. Treme es todo eso, mezclado, macerado, con paciencia, con sabiduría, donde todo pasa despacio, donde nadie quiere perderse un martes de carnaval, nadie quiere perderse esas fiestas en Tipitina´s, donde coinciden los vecinos de Treme. Una serie coral que tiene tantas historias como personajes, y tantas vidas como personas.

Nadie, ni siquiera el crimen quieren perderse esta serie. Una ciudad aparentemente utópica, que soporta una alta tasa de homicidios después de la tormenta y en la que una abogada lucha contra los desmanes de un departamento de Homicidios que sigue siendo igual de corrupto que en Baltimore. Nada es explícito, todo subyace en un barrio que vive sumido en una dulce depresión, en esa decrepitud y falta de ilusión en la sus vecinos se proponen vivir como siempre para no perder su esencia. Si la vida te golpea dos veces, levántate tres. Treme y su imaginería supera muchas líneas de guión. La música es guión también.

Si vienen los especuladores inmobiliarios para tirar y levantar nuevas viviendas por donde Katrina anegó, no les dejarán. Si quieres reconstruir tu casa y la administración, te pone trabas, “ Fuck them”. Si alguien quiere hacer un megaproyecto multimillonario, llevátelo de copas, y enséñale “what New Orleans is”. Si esas familias que esperan resolver crímenes sospechosamente silenciados y tapados por la policía, que acudan a Toni Bernette, y si los propios agentes la temen, es porque nunca, nunca, da por perdido nada.

Si te preguntan qué es Treme, es difícil explicar. Lo que vas a ver en Tremé requiere de paciencia. Es un manjar a fuego lento que tarda en cocinarse, no voy a decir que es solo para paladares exquisitos, pero sí exigentes. No es una hamburguesería, ni perritos calientes en puestos callejeros. En Nueva Orleans se come en restaurantes, se come en casa, se come bien. Cocinan, degustan, y brindan con buenos caldos. Beben Budweiser sí, y combinados en vasos de plástico. Pero lo hacen en locales con Kermit Ruffins tocando la trompeta, improvisando un duelo de bandas, aparecen las Brass Band, o en la que lo mismo Steve Earle te habla de esta ciudad que nunca se hundirá, o John Boutté te dice lo que hacen en Treme con un trombón y una trompeta, o suena el clasiquísimo "Jock-O-Mo" de Sugar Boy Crawford. Annie se sube a un escenario y deja boquiabiertos a los productores musicales. Seguro, que durante la serie, escucharás canciones, que no sabías que habían nacido en Nueva Orleans. Y es que la música se mama desde niño, en la escuela, en la calle, en casa, y se fusiona, y se le da una vuelta de tuerca, respetando siempre, siempre, la esencia de los grandes músicos. La escuela, en la que Antoine Batiste, ese músico que mendiga actuaciones, enseña a un grupo de niños de los sectores más desfavorecidos a tocar un instrumento. Ya desfilarán algún día en un Mardi Gras.

Así que, Nueva Orleans, al contrario que Baltimore, es una ciudad a la que David Simon te invita a ir, no sin cierta sorna, cuando atiza a esas agencias turísticas que organizan tours visitando los lugares anegados por el Katrina, para conocer Treme.

Treme vive el carnaval. Un Mardi Gras debe ser especial, ver al Big Chief y su pomposo traje, un concierto en el Tipitina´s, degustar esa comida cajún. Todo es redondo y está meticulosamente cuidado en una serie, en la que todo empieza después de la tormenta, pero que no acaba aquí. Eso sí, la llegada de Obama a la Casa Blanca, da aire a una población hastiada. Treme celebra la victoria de Obama. ¿Nuevos aires para New Orleans?. Alegato prodemócrata de Simon. No extraña. Nuevas promesas, ¿futuras decepciones? No lo sabremos. David Simon deja Treme, deja Nueva Orleans. La vida sigue. El legado de cada uno es el que es. Y este tipo, deja una pieza más en esta parte de Louisiana.

Bienvenidos a Treme. Hasta luego Treme. To miss New Orleans.
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14 de 16 usuarios han encontrado esta crítica útil
9
Treme by Ranxomare. Una historia de personas para personas.
Es de esas series que trata de personas para personas, historias de un día a día de un pueblo, en este caso New Orleans y sus barrios marginales, después del tifón Katrina, en una ciudad post apocalíptica carente de servicios y menos aún de protección, centrándose en la vida de varios personajes, con sus pensamientos, hechos, y actitudes antes los problemas que le surgen, pero todo ello siempre dentro de la atmosfera propia de la ciudad, llena de alegría, música, tradiciones y esperanzas de un futuro mejor.

La serie evoluciona, no se estanca, con cada nueva temporada, va marcando los pasos evolutivos de la misma, de sus congéneres y de lo qué le rodea, pero siempre todo contado de forma personal, como he dicho, historia de personas, para personas.

El drama es el día a día, salpicado con los demás elementos, pero sin indeferencia ya que hasta el más minúsculo detalle cuenta.

Aparte de las actuaciones y ver su indeferencia en su país de origen, esta serie destaca por la música, el jazz, antiguo y moderno, mezcla de géneros, los músicos, consagrados y callejeros pero todos unidos, y las personas, ricas o pobres, da igual, todas amantes de su ciudad en una constante lucha contra el oportunismo económico que rodea a toda catástrofe.
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15 de 19 usuarios han encontrado esta crítica útil
10
La luz entre las ruinas
La única palabra que aparece nítidamente en mi cabeza cuando pienso en Treme es en plural: sentimientos. Quizás por contraste con la primera serie que creó David Simon para HBO, The Wire, una crónica letal sobre el devenir de la sociedad occidental en general, y del de una ciudad como Baltimore en particular. Drogas, política, corrupción, todo con un tono hiperrealista, cortante, que no concedía ningún tipo de tregua y que tampoco pretendía despertar sentimientos en el respetable, solo hacerlo pensar. En este sentido Treme es la evolución natural de las premisas primigenias del universo de Simon. Treme es todo lo que era The Wire (pausada, reflexiva, compleja, inteligente) pero además es profundamente emotiva. A uno le destroza el alma ver el día a día, la lucha por la supervivencia, de un grupo de perdedores con el agua al cuello en una ciudad derrotada, que no muerta, Nueva Orleans, o lo que de ella queda 4 meses después del huracán Katrina. Y de esta forma emprendemos un viaje acompañando a diversos personajes que se entrecruzan en la ciudad de la música americana y los carnavales eternos, un viaje lleno de tristeza pero también de esperanza, un viaje desolador y optimista entre las ruinas y el comienzo de la reconstrucción física de una ciudad con el alma rota que se sigue amando a sí misma, a su historia y a su leyenda, a su pasado pero también a su futuro. Una ciudad que se niega a morir, habitada por unos ciudadanos que luchan todos los días por salir adelante mientras conservan las esencias de lo que un día fueron, que a pesar de toda la fatalidad que se les vino encima, de la incompetencia de los políticos, de la diáspora a la que se vieron sometidos, siguen bailando, cantando, comiendo, tocando y por supuesto celebrando el Mardi Gras. Treme es una obra maestra, infalible, perfecta en todos los apartados, con mención especial para sus actores.
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14 de 19 usuarios han encontrado esta crítica útil
10
¿Es Treme lo mejor de David Simon?
He andado este último mes y medio revisionando por completo Treme. Recuerdo que me entusiasmó cuando la vi por primera vez, allá por el año 2010, pero en este segundo visionado me ha gustado aún más, hasta el punto que no se me dejaba de repetir una pregunta mientras la veía: ¿Será esta serie lo mejor que ha hecho David Simon?

Aparentemente el argumento no invita a pensar que estamos ante algo grande: la serie no es más que la narración de la vida diaria de un grupo de personajes, habitantes de Nueva Orleans, y más concretamente del barrio que da nombre a la serie, que luchan por salir adelante tras el desastre del huracán Katrina. ¿Puede un argumento así, dar pie a una serie tan y tan buena como lo fue The Wire? Sí, Treme es así de buena.

Es, además, una serie única, y no es el tópico manido: no hay nada que se le parezca a Treme. La serie es una sucesión de instantes de una vida diaria, más que una sucesión de escenas y secuencias. Seguimos a los personajes en sus trabajos, en sus casas, en las calles, en los conciertos. No hay una línea argumental clara, es una serie coral, sin dirección aparente, pero en la que todo fluye con una naturalidad pasmosa. Es la vida en su más pura esencia, plasmada en una pantalla de televisor.

Me cuesta encontrar ejemplos de un producto audiovisual donde se produzca esa cercanía con los personajes; a veces sientes que puedes tocarlos, hablar con ellos, son tus amigos. Es realmente fascinante cómo lo logra Simon, sin artificios, con total naturalidad. Hay que tener un talento inmenso para hacer lo que hace, y que a la vez resulte todo entretenido, tan pasajero, tan divertido. Sí, divertido, es sin duda la serie más divertida que ha hecho Simon (la primera temporada de The Deuce tiene algo de ese espíritu, pero sin tanta brillantez).

Otro punto que me fascina de la serie es la manera en como Simon nos cuela un documental serializado, explicándonos la historia de la relación entre Nueva Orleans y el blues y el jazz. Hay escenas que son, literalmente, entrevistas a algunos de los míticos músicos que colaboran en la serie, y que sin embargo pasan desapercibidas, cuelan como ficción, te las comes. Por no hablar del sinfín de actuaciones musicales (la serie está plagada de ellas), editadas de una manera perfecta para que nunca aburran, para que nunca estén de más. Hay tanta música, y tan buena, que a poco que te pique la curiosidad querrás saber más sobre muchos de los músicos y artistas que participan en la serie interpretándose a sí mismos. De hecho, gracias a Treme descubrí y aprendí a apreciar el jazz.

¿Y qué decir de la ternura que desprenden los personajes, el cariño que les coges? Simon en ningún momento abusa de sentimentalismo; no es excesivamente dramático al mostrar la muerte, ni cursi al mostrar el amor, ni discursivo cuando toca hacer denuncia social o política. Es todo tan sutil, tan ligero y a la vez tan profundo, que el sentimiento cala sin necesidad de hacer alarde de él. Es una maestría colosal, un dominio del lenguaje audiovisual apabullante.

Un ejemplo de esta sutileza y respeto por los personajes ya se ha mencionado en otra crítica que he leído por aquí: cuando uno de los personajes, Sonny, comprende al mismo tiempo que nosotros que no será nunca un músico de éxito, que le falta talento para ello. Lo averiguamos de una manera muy simple, no hace falta provocar una situación donde se humille al personaje, como habría hecho cualquier otro guionista en cualquiera otra serie, sino simplemente mostrar su mirada al ver lo bien que toca el pianista que le ha reemplazado.

La serie está repleta de momentos como ese, arrebatadores en su belleza y su emotividad, pero con un tratamiento que es siempre exquisito, elegante e incluso austero, lo cual no impide que la serie emocione y cale hasta el tuétano. Es probablemente la serie más humanista que he visto jamás, y debo añadir que la más optimista, alegre y esperanzada de su autor, en la línea del propio espíritu de la ciudad y los personajes, gente a los que la vida ha golpeado, pero empeñados en seguir adelante, ya sea a golpe de trombón, bailando en la "second line" o desfilando en Mardi Gras.

¿Realmente es tan buena como The Wire? Sí, creo que sí lo es. ¿Volveré a ver algo tan bueno hecho para televisión? Tengo serias dudas: evolucionamos hacia una cultura audiovisual en la que productos como este serán cada vez más y más raros y, lamentablemente, poco apreciados. Pero por mí que no quede: ¿Estás harto de las series morrallas que te venden en Netflix y las nuevas plataformas y quieres ver algo realmente bueno y original? Dale una oportunidad a Treme. Si el primer episodio te parece un tostón, eres libre de venir aquí y darme un negativo; pero si te gusta, ya me lo agradecerás, ya.
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11 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
Declaro a David Simon como cúspide del cine actual
Sinceramente tenía mis dudas en esta serie por dos sencillas razones:

1.- El alto nivel de sus predecesores (The Wire, Generation Kill, The Corner, etc.)
2.- Estaba seguro de que me encontraría una serie buena, pero típica (miseria, suciedad, humedad, etc. después del Katrina).

Afortunadamente, me equivoqué...

Nos encontramos ante otra obra de arte: el retrato de un territorio después del Katrina, su policía, los negocios, los servicios... pero el retrato impactante es el cultural. Si bien es cierto, es recomendable tener algo de cultura musical, aunque no se tenga, nunca es mal momento para empezar a aprender de donde han salido la mayoría de los músicos de exquisita excelencia de Estados Unidos; y ahí es donde reside la serie: Una ciudad con una filosofía de vida diferente, con tradiciones, con cultura, un nido de melodías, ritmos y colores que se alejan de los rascacielos, Hollywood, la Casa Blanca o Wall Street. El glamour de una ciudad olvidada antes y después del Katrina.

Con respecto a su antecesor, The Wire, nos encontramos con algo muy diferente: conversaciones más cortas, un ritmo más rápido, pero eso sí, igual de atrayente y pegadizo, nervioso por cual va a ser la próxima escena.

Los actores no tienen nada que envidiar (lógicamente superan) a los de las series de fast-food. Los personajes siguen siendo un fuerte: un músico mujeriego arruinado; un vividor que sobrevive al día día sin trabajar, una pareja sentimental y musical que tocan en la calle, la familia liberal que luchan contra las injusticias del sistema. Y no sólo eso, los personajes tienen cada uno su propia personalidad.

Que decir de la banda sonora, David Simon, no se deja ningún aspecto olvidado; e incluso en algún momento de la serie puede darnos la sensación de que estamos ante un género musical. ¿Efectos especiales?, es mejor imaginarlos a verlos.

El entorno no podía ser mejor ¿creías que el Carnaval sólo era en Brasil? ¿Qué los indios desaparecieron? ¿Que las tradiciones tribales eran cosa de África?

Bienvenido a Treme.

Apuntes: desgraciadamente la serie (por lo menos en la versión española), sigue fallando -como en The Wire- en una cosa, totalmente ajena a los productores de la serie, y es en el doblaje, por lo tanto recomiendo verla en Versión Original.
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12 de 17 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
Después de la inundación
El Tremé, para quien cómo era mi caso, no lo sepa, es un barrio de Nueva Orleáns, pero también es una más de la las buenas series de la cadena HBO. La verdad es que llegué a esta serie atraído exclusivamente por su creador David Simon, un señor que ya había creado otras series como Generation Kill o la obra maestra The Wire, y que cuando esta acabó, allá por el 2008 se lanzó a contar otra historia, esta vez completamente distinta.

Se trataba de hacer una serie sobre la vida cotidiana de un conjunto de personajes en el Nueva Orleáns posterior a la inundación causada por el huracán Katrina en 2005, y la verdad es que el invento le salió bastante bien.

Tengo que confesar que no me suelen gustar este tipo de historias, ni en películas y mucho menos en series. ¿A que tipo me refiero? Pues a las historias corales, sin un protagonista claro, en las que realmente no pasa nada porque no hay una historia definida. No es que no ocurra nada, pues pasar pasan muchas cosas, sino que no hay una historia única y definida. En vez de una trama general hay muchas historias entrecruzadas, las pequeñas historias particulares de cada uno de estos personajes, que están relacionados algunos con otros de alguna forma, pero que realmente no se conocen todos entre ellos.

No es fácil contestar a la pregunta ¿de que va Treme?, porque realmente se basa en la grandeza de lo cotidiano y de los acontecimientos sencillos y normales del día a día. No hay un protagonista definido y claro más importante que los demás.

Poco a poco nos vamos dando cuenta que las historias de unos personajes están relacionadas de alguna manera con las historias de otros, tejiendo un red sobre la base de la vida cotidiana de los mismos, que básicamente construye en reconstruir, su casa, su ciudad o sus vidas, después de la inundación. De hecho, la imagen de cabecera de la serie va cambiando temporada tras temporada, desde un logo pintado en una pared mohosa y embarrada, hasta otro flamante y recién pintado sobre el yeso blanco, pasando por todas las etapas intermedias, claro.

Y por supuesto los músicos, porque sin ser una serie musical, la verdad es que la música es muy importante en Treme: blues, jazz, soul,... Al parecer el Tremé es uno de los barrios más antiguos de la ciudad, donde viven mayoritariamente criollos y personas de color, y cuna de la música de brass band (ya sabéis esas bandas de instrumentos de viento metal (trompa, trombones, trompetas,...) que marchan en desfiles y demás.

Si te gusta la música de jazz y blues, desde luego esta es tu serie. Suena continuamente, en todos los capítulos y durante gran parte de los mismos, como banda sonora o formando parte de la escena. Y aparecen multitud de músicos reales de interpretándose a si mismos, desde gente perfectamente desconocida para alguien que no sea un gran conocedor de este tipo de música (como es mi caso) hasta verdaderas leyendas vivas como por ejemplo Fats Domino.

Y por supuesto, en Nueva Orleáns no podía falta el Carnaval, y el Mardi Gras está muy presente en la serie. De hecho esta empieza a finales de 2005, tres meses después del Katrina, cuando la ciudad se prepara para el inminente Mardi Gras de 2006, y acaba poco después de la llegada de Obama a la presidencia, cuando se prepara el Mardi Gras de 2009.

Lo que mejor retratado está del carnaval de Nueva Oreleans son los desfiles de los “Indios”, cuadrillas o tribus –formadas exclusivamente por habitantes negros del barrio- que salen a la calle a desfilar vestidos con aparatosos trajes de plumas imitando a los de los indios americanos al ritmo de tambores y cantos tribales. Trajes que pasan meses cosiendo y bordando, con un diseño nuevo cada año.

Si quieres leer más, pásate por: http://el-pobre-cito-hablador.blogspot.com.es/2014/05/treme-despues-de-la-inundacion.html
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8 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
10
Esto no es TV, es AMOR
Amor a la vida, a la música, a la amistad y, sobre todo a una ciudad; lo de David Simon hace tiempo que se dejó de medir con las escalas habituales. Podríamos empezar a desgranar pamplinas del tipo "esto no es para todo el mundo", "es otro ritmo", etc, pero no nos engañemos: nadie desprecia el jamón ibérico y a nadie le parece feo un Rolls Royce. Y Tremé es eso, una demostración de adonde se puede llegar en televisión en cuanto a niveles de excelencia: no hay peros, no hay fisuras, un reparto perfecto se mueve en un escenario perfecto y nos atiza en la cabeza y en el corazón con un argumento perfecto. Otra cosa es que alguien se sienta incómodo si visualmente le sacan de New York o Miami, o que no sepa distinguir una música de calidad, o que solamente vea capítulos autoconclusivos, o que no quiera ver LA VIDA en el el sofá. Tremé es Nueva Orleans, y Nueva Orleans es Tremé: habiendo visitado la ciudad, la sensación de que Simon ha capturado su alma es total y aún por superar, jamás se ha traspasado la cuarta pared de forma semejante. Uno puede recorrer sus calles reconociendo decenas de lugares, y esperando que detrás de cada esquina surja un personaje. Pero no es solo eso, y el guión es una trama coral en la que se profundiza en el mundo de la música, en el de la alta cocina, en la política, en el valor, en la integridad, en la felicidad de las pequeñas cosas... Es dificil de explicar el grado de implicación del reparto en este proyecto y la conexión emocional que se establece con el espectador. No se ha visto TV si no se ha visto Tremé, copón.
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7 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
4
No hay que Treme decir la verdad
La mejor forma de definir esta serie es que está llena de matices y vacía de contenido. Sin dudas es un producto para una minoría y que es desconocido para el gran público.

He visto solo la primera temporada y lo dejo aquí porque no tiene algo que sí tienen las grandes series: CLIMAX.
En todo momento el ritmo es plano, sin sobresaltos, que solo está bien aderezado por una música excepcional y una gran calidad como solo sabe hacer la HBO.

Por otro lado los personajes. Todos están perfectamente matizados pero al mismo nivel. Ninguno sobresale, ninguno te caerá mucho mejor que el resto o lo odiaras a muerte y ninguno tiene momentos estelares.
No hay un doctor House con sus locuras faltando el respeto a su jefa, no hay un Tony Soprano entrando en cólera o un Walter White desquiciado.
En capítulos de casi una hora no te ponen en tensión o te emocionan pese a las buenas maneras de los actores.

Pero es justo decir que esta serie no está sobre valorada. Habrá gente que guste de esto y le parecerá perfecta, pero un servidor me ha dejado frío y en busca de una nueva serie a la que engancharme.
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23 de 42 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
"I will have satisfaction"
Agua fría.
Trombones sin muletas.
Negros sobre el tejado de los coches.
Flamencos del Missisipi.
Tragedia del pobre de siempre.
Micrófonos en el lecho del mar.
La Mafia añorada frente al mentecato del Estado.
Mujeres dos escalones por encima.
La solidaridad de una trompeta sedentaria.
Un parlanchín como idealista musical.
El disfraz peludo de un pandereta perseverante.
La búsqueda de una aguja en un pajar.
Trigueros encima de un mostrador.
La herencia del talento emigrante.
Matrimonios de reivindicación.
El desfile musical como el último de tus suspiros.

"Treme" barrunta tormenta...
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14 de 24 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
"What A Wonderful World"
Banda de sonido: soberbia. Actuaciones: magníficas. Ambientación y escenografía: excelentes. Guión: de alto interés e impacto. Información suministrada al espectador: valiosísima.
Pero Tremé es más que eso: es denuncia, desesperación, nihilismo, depresión... Y también esperanza, confianza, solidaridad y alegría de vivir. Es una serie que nos deja ver como, llegada la hora de la desgracia, solo a la gente le interesa la gente; solo al pueblo le interesa el pueblo.
Llegada la hora del desastre, solo "al uno" le interesa "el otro". Al menos, así es como funcionan las cosas en el sistema capitalista yanqui. Y TREME lo muestra en toda su dimensión. Una joya.
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6 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
10
Música en la calle
Treme es desesperación, alegría, vida, muerte y sobretodo música. Hay indios, especuladores, artistas, camareros, gente honesta, trabajadora, perdida y luchadora. No hay finales, sólo transiciones. No hay historias completas, sólo fragmentos de vida.

Una experiencia para disfrutar el momento en la que vemos el día a día de un barrio de Nueva Orleans y como sigue adelante después de la destrucción y la tragedia, pero sobretodo una historia universal de vida contada a través de acciones sencillas y cotidianas, y un nuevo acierto de David Simon.
Una historia en que las ideas se transmiten más mediante música y emociones que con diálogos y en la que todos los personajes, que constituyen un gran reparto coral y contribuyen a la historia, están vivos.
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4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
looking for that tune
Treme es, como The Wire, una obra tan bien contada que uno termina por asumir la existencia de sus personajes. Parafraseando al Dr. Eldon Tyrell, es ''más real que la realidad''. La capacidad documental y descriptiva de David Simon lo acercan más al género documental que a la ficción. Por ello, al final, tenemos unos personajes ficticios jugando a ser reales en un terreno de juego real, y eso los hace mucho más intensos, más autónomos.

Sin ser tan ambiciosa en cuanto a su trama como The Wire, pero manteniendo el tono de sátira política, Treme es más un retrato de la sociedad de Nueva Orleáns y su cultura musical. Y aquí reside la grandeza de esta serie: su belleza está en la vivencia del drama del Katrina a través de ese universo jazzístico, en cómo encajan los terribles hechos que se nos cuentan en ese ambiente de blues, vaudeville, brass bands, swing, minstrel tunes, romanticismo tradicional y avant-garde, fiestas, funk, alcohol, drogas, sexo, trompetas brillantes, barbacoas de Kermit Ruffins y exhibiciones de Coco Robicheaux... porque no olvidemos que Simon nos va a llevar allí, nos va a meter en ensayos, raves, jazz en directo, nos vamos a empapar de ese mundo. Y esto hace de Treme una serie especialmente dedicada a los amantes del jazz y sus corrientes satélite. Lo que la hace, por defecto, ideal para cualquier amante de la libertad.
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8 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
Tenía que ser David Simon, tenía que ser, HBO.
Mi primera impresión al terminar de ver la primera temporada de Treme, es que tengo que bajar un punto la nota al resto de películas y series valoradas, para que Treme brille por encima de todas ellas, porque estamos ante una obra maestra del cine de las que es casi imposible ver en los tiempos que corren, con tanta superproducción, efectos especiales, 3D, y tramas y personajes tan simples y fáciles de diluir por el espectador que este olvida que efectivamente, el cine es un arte.

En Treme todo esta cuidado el detalle, muy realista, con personajes ficticios que en la mayoría de los casos no lo parecen, y además, con personajes reales de Nueva Orleans, músicos reconocidos del Jazz a nivel mundial.

¿Qué mas se puede pedir? por mi parte, que se sigan haciendo aunque sea de tanto en cuando, obras como esta, que me recuerden lo grandioso que es el cine.
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7 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
9
La ciudad que hablaba con notas de música
''La caja tonta'', todos hemos escuchado esa frase alguna vez. Tus padres te lo decían cuando te tirabas horas viendo la tele, los profesores defendían a capa y espada los libros y tachaban la televisión como un entretenimiento estúpido, todos estaban en contra de la tele.

La tele tenía un hermano mayor, se llamaba cine. Él era el hijo pródigo, mucho más viejo que ella. Puede que todos los ojos se centraran en la pequeña de la familia pero los halagos y el respeto eran para el varón. Todos admiraban lo que contaba y cómo lo contaban, mientras él relataba historias la gente le escuchaba mientras lloraba reía o simplemente se quedaba maravillado ante tanto talento.

Algo le pasó al hermano mayor. Sus historias ya no eran tan buenas, de hecho la gente creía haberlas escuchado ya. La gente ya no se emocionaba, la gente ya no admiraba lo que escuchaba. De vez en cuando tenía algo que les volvía a hacer dar volteretas, pero esas historias eran pocas y escucharlas era como encontrar diamantes.

Pero su hermana aprendía, había crecido y algo dentro de ella se había forjado. La tele también escuchaba al hermano con la admiración de todos, también sabía apreciar el tacto de un libro y todo en ella era pasión, quería contar sus propias historias.

Y la caja empezó a hacerlo. La mayor parte de ellas les hacía recordar a los que la escuchaban todas aquellas buenas historias que contaba su hermano. La gente empezó a sentir palpitaciones cada vez que se sentaban a escuchar.

Y esta es la historia de como unos cuantos autores y cadenas han dejado el orden de las cosas patas arriba. Han cambiado todos los valores que para nosotros eran Dogma, han hecho que la televisión sea digna de admiración (al menos la del otro lado del Atlántico). Y David Simon, uno de los baluartes del arte en nuestra pequeña pantalla lo ha vuelto hacer. Nos ha vuelto a contar una historia de pérdidas, de injusticias y sobre todo de personas. Y esta vez no utiliza escuchas, ni teléfonos, ni buscas, ni drogas. Esta vez los que hablan son los trombones, los saxos, los pianos, los violines, y toda la gente que ha sufrido una gran catástrofe y que siguen levantándose día a día para poder sobrevivir, aunque el gas no funcione, aunque no puedan entrar en sus propias casas, aunque no encuentren a sus familiares.

Algunos gritan y alzan la voz, otros han sobrevivido al Katrina, pero en realidad murieron ese fatídico día. Aún queda el Mardi Gras, los locales de jazz y r&b y toda esa gente llena de amor por la música, pero la ciudad sigue llorando a pesar de que lo hagan bailando.

Me alegro de estar viviendo la época dorada de la televisión.
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6 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
Enamorándose de Nueva Orleans
#Treme vuelve a demostrar que David Simon retrata como nadie la sociedad en la que vive el americano medio. De hecho, confío en que Nueva Orleans le habrá levantado un monumento por esta carta de amor a la cuna del Jazz, música que llena cada uno de los capítulos de ésta magnífica serie, junto al Blues o el Country.

De nuevo nos encontramos con una historia coral por donde deambulan camareras, abogados, periodistas, cocineros, profesores, políticos y sobre todo músicos, muchos músicos. Y es a través de los ojos de estos personajes que descubrimos como vivió la ciudad los meses posteriores al huracán Katrina y el peso que tiene la escena musical en este rincón de Estados Unidos. La serie no tiene una trama tan desarrollada como tenía The Wire, sino que se compone de pequeños retazos que nos hacen sentir el día a día de la gente común; pero al igual que ésta, hace un retrato crítico de la sociedad que entre todos estamos construyendo, con sus luces y sus sombras, mostrándonos que siempre se puede mejorar, pero sin dar sermones moralistas.

A los amantes de la música les encantará, ya que se recrea especialmente en las actuaciones, por donde pasan grandes figuras y descubrimos a grandes desconocidos, y el que espere un melodrama se desesperará, porque huye de mostrar los momentos más excesivos para evitar ser manipulador. Pero esto no quiere decir que al final de las tres temporadas no acabemos enamorados de sus personajes y de una ciudad que nunca me había llamado la atención, pero que tras esta serie me parece conocer como si hubiera estado viviendo en ella.
Muy recomendable, aunque no para todo el mundo, y es que ya lo dijo Simon: "que se joda el espectador medio".


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3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
9
La música, el último reducto de esperanza.
Treme es La Música respirando por los poros de una ciudad moribunda. Es la pasión por el lugar al que perteneces mientras observas cómo se derrumba y nadie hace nada para evitarlo.
Treme habla del respeto a las tradiciones y de los lazos que nos unen a ellas, pero también habla de mirar al futuro con esperanza y de cambiarlo todo para mantener la esencia...
Treme es rabia ante los poderosos y sus palabras grandilocuentes, es religión y arte...
Treme habla, en definitiva, de la vida y de lo que hace que ésta tenga sentido... la música, la familia, el amor, los amigos... pero, por supuesto, sin estridencias ni sentimentalismos baratos, sin buscar la lágrima fácil y sin tratar al espectador cómo si fuera un estúpido al que hay que darle todo mascado.

Es imposible no intentar compararla con The Wire, y además, es lógico, ya que ésta supuso un antes y un después en la ficción televisiva. Quizás no se pueda decir que es mejor, pero tampoco es peor, que ya es decir mucho. Pero si puedo decir que, al menos en mi caso, se siente más cercana. Puedes verte a ti mismo en muchas de las historias y dan ganas de investigar si realmente esos personajes son ficticios o si, por el contrario, realmente existen y vagan por las calles de New Orleans buscando un garito en el que poder tocar.

Cómo ya se lleva escuchando bastante tiempo (algunas críticas ya lo comentan), quizás el cine esté a punto de decir su última palabra para los que buscamos algo más que puro entretenimiento. Quizás el último reducto de la calidad sean las series de TV encabezadas por HBO y todas las joyas que produce.

Esperemos que la segunda temporada mantenga el nivel, porque ésta serie tiene muchas papeletas para convertirse en un nuevo referente.
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6 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
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