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61 Críticas de los usuarios

Críticas de los usuarios:
9
Algo más que socios (9.0)
Desternillante comedia en la que dos hombres de personalidades dispares entablan una extraña amistad y consiguen construirse una vida a su medida.
El guión incide con un tino pocas veces visto en el cine en los aspectos más contradictorios de una sociedad machista y puritana. Viene a decirnos que no está de acuerdo con ese modelo como única opción posible para que una comunidad funcione. En la ciudad sin nombre todos son buscavidas, las leyes se van haciendo sobre la marcha, no está mal vista la poligamia si todos los miembros del matrimonio están de acuerdo en compartirse mutuamente, los mamporros pueden servir para arreglar diferencias de manera tan injusta como un juicio, etc.
Si a todo ello le unimos un ritmo narrativo vivo, unos personajes de lo más entrañables, unos decorados impresionantes y un porrón de canciones que hacen que uno se levante del asiento para bailar más de una vez, no es difícil entender por qué muchos la tenemos en varias de nuestras listas de películas preferidas.

Lo único malo es que al haber tantas canciones, la duración se les va de las manos. Quizás deberían haberse ahorrado unas cuantas.

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"Soy un ex ciudadano de ninguna parte. A veces echo de menos mi hogar."

"Las chicas inventadas son las mejores. Pero yo lo que necesito ahora es una de las peores."

- ¡No se puede comprar a una mujer con dinero!
- ¡Pues inténtelo usted sin dinero, je, je! ¡Yo ofrezco 250 dólares por ella!

- Señor Rumson, ¿es que cree usted que todo lo que produce la tierra debe usarse para hacer licor?
- Sí, siempre que sea posible.
- Debería leer la Biblia, señor Rumson.
- Ya he leído la Biblia, señora Fenty.
- ¿Y no le animó a dejar la bebida?
- No, pero frenó mi interés por la lectura.
(Amén, hermano Marvin.)

La discusión durante la cena entre los tres miembros del matrimonio múltiple es antológica.
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114 de 124 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
Legendaria
Una maravilla, chicos. Un espectáculo audiovisual de gran envergadura, de muchos quilates. De los que ya no se estilan.

Un Joshua Logan en estado de gracia supo aunar el tono desenfadado de una comedia musical al uso con el inconfundible aroma de un western clásico. Legendario. Todo ello en formato superproducción. Con pasta, extras y minutos a mansalva. A lo grande.

Sin embargo, “La leyenda de la ciudad sin nombre” siempre pasará por ser una ‘rara avis’ en la historia del western. Es pura, especial e irrepetible. Tiene cosas de “Siete novias para siete hermanos”, cosas de “Rio Bravo”, cosas de “Raíces profundas”, cosas de “Por un puñado de dólares”... Tiene cosas de western ingenuo, idílico, mítico, crepuscular y spaghetti. Tiene todo eso y mucho más. Putas, whisky, oro, póker... y sobretodo mucha lluvia, mucho barro y mucha música. Yo me quedo con esa secuencia en la que Ben (Lee Marvin) recorre bajo la lluvia las embarradas calles de No Name City. Solitario, melancólico, a contracorriente. Como siempre. Su voz grave, resquebrajada por el whisky y la bravuconería, desmenuza lánguidamente un tema mítico. “I was born under a wandering star”. El lamento del último hombre libre.
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82 de 87 usuarios han encontrado esta crítica útil
10
Nací bajo una estrella errante
Un pueblo que de sus defectos hace su bandera, Lee Marvin cantando una de las baladas mas populares de la historia del cine, Clint Eastwood interpretando con total credibilidad un pacífico buen muchacho; numeros musicales de excelentísima factura, cuestiones de moralidad -para su época, escandalosas- tratadas con total normalidad y una apoteosis final con muchisima mala baba....Señores, estamos ante una pelicula inolvidable y maravillosa.
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60 de 74 usuarios han encontrado esta crítica útil
9
Poema a la libertad en un exquisito western-fusión
Son escasas las ocasiones en las que las mezclas de elementos dispares producen resultados aceptables, normalmente las cosas no funcionan y como si de geometría habláramos las asimetrías que aparecen riñen claramente con cualquier tipo de orden o belleza en la estructura. Joshua Logan arriesgó y no le salió nada mal el resultado de su trabajo, de hecho le salió tan bien que cuarenta años después un tal Luisito se cuestiona ahora mismo por qué no le pone un diez como una catedral (por algo será desde luego, todo llegará)

Esa mezcla bien llevada de cosas diferentes es lo que la hace tan atractiva, pero primero de todo yo lo llamaría western, quizás luego comedia y en último lugar musical, no por la importancia de cada elemento, es sólo una cuestión de opinión. Su éxito se debe a unos actores que se salen, Lee Marvin y Eastwood viven cobijados en unos secundarios enormes, cualquiera que sea el que aparezca. Mi mayor elogio sin embargo quiero que vaya dirigido especialmente a Jean Seberg, de belleza insuperable y a la que pocos usuarios destacan. Yo de ella lo destacaría todo, principalmente el alma de su personaje, una pequeña dosis más para enfatizar la libertad; esa relación con los dos protagonistas será amoral, pero es libre y maravillosa.

Para acabar comentaré que lo tiene todo, más que subrayado en la mayoría de comentarios: buscadores de oro, partidas de póker, prostitutas, borrachos, caballos, tiros, barro y polvo... Lo que es cierto es que le falta la mala leche de las típicas películas del género, incluso Eastwood aparece como hombre modosito, enamoradizo, blandengue y casi abstemio. Eso sumado a que ciertamente sobra alguna actuación musical me impiden ponerle ese diez tan caro. Recomendable de todas maneras al amplio espectro de cinéfilos, la diversión está garantizada, el descomunal Lee Marvin os llevará a través del desorden más grande por el camino del hombre libre.
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29 de 32 usuarios han encontrado esta crítica útil
10
La leyenda del western
Hace algún tiempo, no más de un año, encontré un artículo sobre grandes clásicos de western en una sección dominical de un periódico que no nombraré. Era un artículo medianamente bien escrito, presuntuosamente bien documentado, con añadidos de protagonistas y alguna que otra anécdota. En ella encontré clásicos incontestables que, sinceramente, no se porque se dignan en colocar en tales especiales si ya se saben que éstos entran por ley (que un western entre por ley en una mierdecilla de lista me provoca un cierto sinsentido en mi razonamiento). Aun así, encontré alguna que otra ausencia que me produjo una cierta grima: dícese "El fuera de la ley", "Horizontes de grandeza", y alguna que otra más que yo recuerde.

No obstante, hubo una ausencia que más que grima, me engendró un diablillo de injusticia en mi vientre que no hizo más que repatearme y, beneficosamente, animarme a escribir semejante crítica. Me refiero, claro está, a "La leyenda de la ciudad sin nombre".

Es cierto que el pecado de olvidar ésta película cuando se habla del western es generalizado; ahora bien, ¿por qué demonios pasa ésto? Lo primero que me viene a la cabeza es que se la tache de musical. Bueno, desde luego que se trata de un musical, pero si mal no recuerdo tampoco he visto el título de la película de Logan en ninguna retorcida lista de los mejores musicales. No, payaso, no cuela.

Hacer una crítica de "La Leyenda" es escribir a contracorriente; y eso me gusta. Sabiendo que esta olvidada y que se la considera buena sin más, proclamarla como obra maestra del western (y del musical, que quede claro) le hace sentir a uno como un privilegiado maldito. Pero claro, cuestión de gustos.

Hablar de "La Leyenda" es hablar de un western verazmente pictórico e idealista, onírico y risueño; es hablar de lluvia, barro y oro; es hablar de burdeles, mujeres y viejas carrozas. Créanme, es hablar de envidia, obsesión y pasión...

Hablar de "La leyenda de la ciudad del nombre" es hablar del principio reinante en el lejano oeste, la libertad, la de sus viejos hombres sin hogar, los viejos románticos sin rey.

"La leyenda de la ciudad sin nombre" es la leyenda del oeste, es decir, el western. Y, como diría Nietzsche, está más allá del bien y del mal, como uno bien entiende de esas, ahora legibles, retruécanas listas.
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26 de 30 usuarios han encontrado esta crítica útil
9
Maravilloso triángulo sin cortapisas, prejuicios ni tonterías moralistas al uso
Qué gusto da ver cómo dos tipos como Marvin y Clint enamoran a, nada menos, que una musa del tan liberal cine francés de la Nouvelle Vague, Jean Seberg: sin necesidad de escenas explícitas, todo lo que les une es la sexualidad deliciosa, libre, amantísima de la rubia ejemplar en un mundo de hombres lastrado por la mezquindad de la búsqueda desesperada de dinero... sin amor.

Y en esas que estos dos tipos duros, aunque Eastwood compone a uno de sus personajes más tiernos, además de enamorar con artes disímiles, se ponen a cantar sin saber hacerlo, como los actores de un musical teatral, que dicen más que cantan pero imponen temas que quedan grabados en mente y corazón.

En 1969 fue una creación muy audaz. Como esta embozada en la censura de la época, se le criticaron cuestiones sin importancia, pero lo esencial ahí está para quien lo quiera ver: una historia de amor a tres bandas sin muertes de por medio, sin locura de celos y tragedia posmoderna en torno a una hermosa actriz que murió a edad temprana.

Seberg rodó en América algunos éxitos como Bonjour Tristesse, sobre la novela de Françoise Sagan con David Niver, y Lilith, una tierna historia romántica con Warren Beatty. Estuvo casada en cuatro ocasiones. Sus tres primeros matrimonios terminaron en divorcio. En 1979, a los 41 años de edad: fue una persona más frágil y vulnerable de lo que aparentaba, que se suicidó con una sobredosis de barbitúricos. Su hija Nana murió a los dos días de nacer, y nunca se recuperó del golpe. Intentó suicidarse el día en que hubiera cumplido años desde el año 1971 al 1979. Encontraron su cuerpo en lo que parece ser que fue su octava tentativa. Pero aquí está, segura de sí misma, amando y dejándose amar en plena libertad, en medio de la naturaleza, acompañada por una música encantadora y por hombres dispuestos a todo con tal de hacerla feliz.
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22 de 25 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
Clint Eastwood en un musical
Debido a la proliferación de musicales existentes en los años 60, Clint Eastwood decidió arriesgarse protagonizando “La leyenda de la ciudad sin nombre”, encarnando a un personaje que no tenía absolutamente nada que ver con lo que este genio había interpretado hasta la fecha: un buen tipo, agradable, prácticamente abstemio, algo melancólico y un tanto blandengue, cuya profesión es la de buscador de oro, aunque lo que realmente le gustaría encontrar es un gran amor. Su personaje contrasta no sólo con la imagen que todos tenemos de Eastwood, sino con su compañero de fatigas, un genial Lee Marvin que es el verdadero protagonista: un borracho, centro de todas las juergas, que tiene como afición partir la cara de vez en cuando al bueno de Eastwood, lo que demuestra que este formidable cineasta tiene el suficiente sentido del humor como para reírse de sus típicos personajes.

Joshua Logan (Camelot, Sayonara) fue el encargado de dirigir esta divertidísima película en la que tienen lugar sentimientos tan dispares como la soledad, el amor, la búsqueda de un lugar en el que echar raíces, el sexo sin tapujos, la codicia o la juerga continua, que es lo que, en última instancia, parece que persigue la gran mayoría de los personajes.

Así pues tenemos diversión a raudales en un musical muy alegre, vistoso y con mucho colorido, de moralidad inexistente, en el que Eastwood comenzó a mostrarnos su gusto por la música, ya que es uno de los cantantes del reparto. Muy divertida.
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22 de 25 usuarios han encontrado esta crítica útil
9
Y yo decía que no me gustaban las de vaqueros ni los musicales!!!
Pues tendré que eliminar este tópico que me ha acompañado hasta que este película me lo ha desmontado de un plumazo.

Hacía tiempo que no me reía tanto. ¡Es totalmente revolucionaria!. ¡Y del año 1969!. Jajajaja!. No quiero ni imaginarme la crítica moralista de aquellas épocas. ¡Es genial!. Trasgresora, desvergonzada y sobre todo ¡muy divertida!

¿Pero cómo es posible que a mi edad no la hubiera visto antes?. Por favor, es muy recomendable y con unos diálogos desternillantes.
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19 de 20 usuarios han encontrado esta crítica útil
10
Extraordinaria
Si tuviera que escoger una película, probablemente me quedaría con esta. Es la que más veces he visto, y aún me engancha.
El argumento es original y divertido, la fotografía excelente, los actores soberbios, las canciones de la banda sonora son estupendas (es una de las pocas películas en la que las canciones no me aburren) y el ritmo genial.
Hay dos escenas que me encantan: la oración por el muerto y la subasta. "-¡no se puede comprar una mujer con dinero! -¡pruebe a comprarla sin dinero!
Recomiendo verla en version original con subtítulos, tiene mejor sabor, y se ve que las canciones dicen mucho al argumento.
Lo que menos me gusta de la película, como en otras muchas (¿quien es el iluminado que traduce los títulos?) es su título en castellano. El original "PAINT YOUR WAGON" da una mejor idea del nomadismo de los buscadores de oro.
La recomiendo encarecidamente
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18 de 21 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
Solo falla el final.
Solo por ver y escuchar a Lee Marvin interpretar la composición estrella de este musical “Yo naci bajo una estrella errante” vale la pena visionar esta película, sobre aquel enorme barrizal rodeados de gente que van a algún sitio y otros que no van a ninguna parte, es realmente una escena épica e irrenunciable. Justo es reconocer que el comienzo es también espectacular. “Están muertos esos dos, pregunta alguien” “Si no lo están peor para ellos porque yo los voy a enterrar ahora mismo, contesta Marvin”. La cinta transcurre con un ritmo y un guión insuperables, ingeniosos e irónicos a partes iguales, rompiendo moldes en su planteamiento, con números musicales excelentes, que lejos de entorpecer más bien apoyan la narración.
Llega un momento en que a Logan se le acaba la inspiración y derrocha de forma lamentable la última parte del filme, de manera incomprensible da un giro hacia la risa fácil, con un punto grotesco y de mal gusto, firma un final blandengue y sensiblero, no se si buscando el beneplácito de la taquilla y la aprobación del productor, pero en cualquier caso renunciando por completo al camino señalado en las dos primeras horas de metraje.
Es realmente una pena esta fuga de vértigo, porque lo que podía haber sido una película redonda se torna por momentos en vulgar y entrega un desenlace que firmaría el mismísimo Walt Disney. Aún así hay muchas cosas dignas de resaltar, la interpretación, con un Lee Marvin magnifico, la música es extraordinaria, los emplazamientos están a la altura y algunos diálogos y situaciones nos divierten con rotundidad. Quizás sea pesado pero lastima de un final acorde, hubiera sido una película como dice su título de leyenda.
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16 de 19 usuarios han encontrado esta crítica útil
9
La película de mi infancia. Grandes Marvin y, por supuesto, Eastwood.
Colorido western cómico-musical de finales de los 60, donde se pretende reflejar la conquista del salvaje oeste en la perspectiva de las ciudades nacidas al calor de la promesa de oro.
Por lo que he leído, fue un fiasco en su momento en taquilla, y tiene sentido, puesto que mezcla géneros como pocas películas de su época -algo común hoy día-.
A mi me marcó al verla con 10 años aproximadamente -peleas, borracheras, mujeres licenciosas, amistades traicioneras, etcétera. Pero al volverla a ver años después mantiene el tipo con dignidad. Y a donde no llega la película le alcanza la nostalgia.
Lo mejor: El duelo entre amigos Eastwood versus Marvin, la famosa canción que canta el horrendo cantante Marvin (I was born...nanana...grey staaar).
Lo peor: Que en realidad es un 7 pelado...
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13 de 16 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
Autohomenaje a lo "amoral"...
...más no "inmoral", es lo que ha hecho Hollywood con esta película, a la que bien podríamos ubicar en un género inexistente: el anti western. Sin responder a los esquemas tradicionales de las películas del "lejano oeste", no hay en ella ninguna de la mayoría de las estereotipadas escenas habituales que caracterizan a la larga tradición de films de su estilo. Ni indios malos ni blancos buenos - o viceversa -, ni violencia, tiros a mansalva, bandas de forajidos, ejércitos conquistadores de territorios "salvajes", etc. En su lugar, hay una historia de "amores atípicos" que, situados en época de la "fiebre del oro" decimonónica, refieren a valores que han caracterizado a la sociedad californiana un siglo después. A lo largo de una serie de temas musicales de alta calidad, intercalados con diálogos y escenas altamente impactantes, los personajes - magníficamente caracterizados - se desenvuelven e interrelacioanan "humanamente" entre sí, comprensivos del otro, abiertos a nuevas experiencias, amplios. Sin exagerar, diría que es una película "referencial", de culto, que propone valores encomiables encarnados en seres sensibles y contradictorios, no arquetípicos si no ambivalentes.
En síntesis: una perla del cine norteamericano imposible de soslayar.
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9 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
La fiebre del oro
En 1969, la compañía Malpaso decidió colaborar con la Paramount para producir la que sería una de las propuestas más arriesgadas en la carrera de Eastwood como actor. En los años 60 abundaban una cantidad de musicales con éxito, al estilo de Sonrisas y lágrimas o West Side Story. Alan Jay Lerner, autor de musicales como My Fair Lady o Camelot (ambos se llevaron al cine), quería llevar a la gran pantalla otro de sus musicales, Paint your Wagon. Él mismo hizo funciones de productor y su inexperiencia en el terreno le hizo pagar un precio caro, hasta el punto de que La leyenda de la ciudad sin nombre (título que adoptó en España) fue la única película que produjo. Lerner se excedió de tiempo de rodaje y de presupuesto, y el film no obtuvo en Estados Unidos el éxito esperado.

De hecho, el propio Eastwood la recuerda como una de las experiencias más desagradables de su carrera, pero no por el resultado final de la película, sino por la laboriosa producción que le obligó a estar en el rodaje más tiempo del debido.

La leyenda de la ciudad sin nombre se trata de un western cantado y una comedia llena de memorables gags como “¿Qué es un fornicador? No lo sé, no soy hombre religioso” y de maravillosas canciones escritas por Alan Jay Lerner y Frederick Loewe. El film se hace largo y plomizo, pero también tienen momentos simpáticos y divertidos.
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7 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
10
NUNCA EL OESTE FUE TAN DIVERTIDO
Lee Marvin en una interpretación maravillosa, histriónico, malhumorado, siempre botella en mano, sucio, follonero y sin embargo encantador. Clin Eastwood o mejor dicho "Socio", en un papel totalmente al otro extremo de lo que nos tenía acostumbrados hasta el momento y Jean Seberg como la mujer perfecta que todo el mundo desea. Un pueblo abandonado a la suerte de Dios, que vive con sus miserias y sus sencilleces que se ve puesto patas arriba y unas gentes que cambiarán con los nuevos tiempos. Todo ello aderezado con música y humor del que ya no se hace para pasar dos horas y media maravillosa y placidamente frente al televisor. Diálogos socarrones, irónicos y punzantes, escenas como la subasta o la del toro que valen ya el visionado y una crítica (nunca sabré si constructiva o destructiva) hacia el progreso obligado y las ciudades que todo lo arrasan, está es una de las películas más deliciosas de su género y de las que no te conformas con ver una sola vez.
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10 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
9
Bienvenidos a la ciudad sin nombre.
Magnífica, inquietante, divertida a más no poder, excelente...

Joshua Logan consigue crear un maravilla de película (seguramente su mejor), que mezcla comedia, drama y unas cuantas canciones, a lo que se une un trío actoral de lo más acertado, empezando por Lee Marvin interpretando a ese borracho y divertido Ben Rumson, Clint Eastwood de muchacho honrado otra vez sin nombre con el apodo de "Socio" (al final dice como se llama), un registro diferente a lo que ya acostumbrados estabamos, y Jean Seberg como la chica de los dos y... deseada por todos.

El guión deja unas frases buenísimas, el ambiente es encantador y gozoso para la vista, y claro, la banda sonora igual, pese a que algunas escenas musicales se alargan un poco... pero se les perdona por el buen rato que te hacen pasar, una joya que quizás esta algo olvidada, por eso es que la recomiendo a todo el mundo.
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8 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
10
VENTE A LIGAR AL OESTE
Epopeya en formato musical de un amplio grupo de buscadores sumidos en la fiebre del oro, que se establecen en un boscoso lugar, con el firme proposito de encontrar el preciado metal y prosperar. Una historia contada a través de dos protagonistas, memorables y entrañables borrachín Lee Marvin y un jovencito Clint Eastwood, que por sorteo compartirán a la única mujer allí presente, deviniendo la esposa de ambos. Tal como suena.

Un magnífico y diferente western, sin protagonismo de balas y tiros, que incluye bonitas canciones, destacando la melancólica y autobiográfica balada que entona el personaje de Lee Marvin, con su grave voz: "Wanderin' star". Antológica.

Emocionante y muy divertido largometraje. Como muestra de tal diversión, véase la escena en la que para la incipiente ciudad, Lee Marvin y varios más se apoderan de una forma ilícita, hilarante y descarada de unas "cocottes" francesas, a fin de cubrir el imprescindible cupo de obreras del cariño que su nueva casa de lenocinio necesita: Una enteramente masculina población obliga. Atención a la letra de la canción cantada por los hombres, al saber que está al llegar el, como ellos denominan, "alivio". Uno de los grandes momentos de una gran comedia.
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8 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
I was born under a wandering star.
I was born under a wandering star.
De sobra es conocida la faceta de músico de Clint Eastwood, quien no sólo es un gran aficionado al Jazz, como dejó claro en Bird (1988), sino que también es compositor. Pero esta película siempre quedará grabada en mi mente por una canción, y sobre todo por la forma de interpretarla: Lee Marvin cantando con su ronca voz esta fantástica Wandering Star, mientras los habitantes, sin esperanza, marchaban; unos eran del tipo de persona que sabe a donde va, otros por el contrario no, pero marchaban bajo las estrellas errantes.
Antes de ver un western, sobre todo si hemos visto en la cartelera a iconos como Clint Eastwood o Lee Marvin, uno está preparado para contemplar a los tipos más duros del lugar. Esto queda claro al principio de la cinta, cuando Ben Rumson (Lee Marvin) se entera de que California pronto será aceptada en la Unión (Estados Unidos). –Cuando un territorio se convierte en un estado, me marcho a otro territorio salvaje. Responde el propio Marvin, un tipo que dicta sus propias reglas y dice haber infringido todos los mandamientos. Pero resulta que en esta ciudad sin nombre, no hay sitio para la violencia (exceptuando, claro está, unos cuantos mamporros para solucionar ciertos malentendidos).
Estamos ante una película simpática, amable y muy crítica con el comportamiento machista y retrógrado de la época, pero sobre todo, cómica, muy cómica. Con varios guiños en el guión a los grandes genios del humor, Los Hermanos Marx. Un musical que gusta a todo el mundo, o al menos del que nunca he oído nada negativo, a excepción de Hommer Simpson (puede verse la reacción de este al ver la película poniendo en youtube “pintemos nuestro carro, Los Simpsons”). Y aprovecho para darle las gracias a mi compañero de sección por descubrírmela ya que hasta este momento era muy escéptico con los musicales.
La cinta, dividida en dos partes completamente diferenciadas y separadas a su vez por un intermedio de 4 minutos, que ha sido conservado de la proyección original para su adaptación a DVD, se centra en Ben y “Socio”, dos amigos que han creado una sociedad tan fuerte que está por encima de toda ley. Su camaradería y respeto les llevarán a no pelear nunca por dinero, mujeres o cualquier otro motivo. La historia transcurre en California, entre 1840 y 1850, y muestra el levantamiento (primera parte), asentamiento y destrucción (segunda parte) de una pequeña ciudad en la que en un principio todos sus habitantes eran hombres. Posteriormente llegarán las mujeres, el juego y la religión al pueblo, esto traerá consecuencias devastadoras, como por ejemplo que, tal y como reza el cartel de entrada a la ciudad, los miembros de su población hayan pasado de ser hombres a ser borrachos.
Un decorado espectacular acompañará, esta historia cantada de la fiebre del oro, de amistad, amor y gente que ha nacido para ser libre, sin que nadie les diga como tienen que vivir o como tienen que ganarse la vida.
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8 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
9
Original y muy divertida
Muy buena película protagonizada por un gran Lee Marvin que lleva el peso del film en todo momento. Comparte protagonismo con él Clint Eastwood, que interpreta a un personaje totalmente opuesto a lo que nos tiene acostumbrados. Es una película imprescindible para todo el mundo; muy divertida pero a la vez con un fondo que hace reflexionar al expectador. La banda sonora es excelente pero si tengo que ponerle una pega es que hay demasiadas canciones (quizá sobren un par de ellas en mi opinión). Eso sí, no es un musical
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13 de 21 usuarios han encontrado esta crítica útil
10
Oro puro
Realmente, este musical reúne tantas peculiaridades sin necesidad de aportar una opinión personal que por sí mismo hará que los amantes del séptimo arte se sientan atraídos a echarle un ojo.
A saber:

1. Enmudecer bajo un repentino ataque de síndrome de Stendhal ante la actuación de Lee Marvin.
2. Ver a un Clint Eastwood joven haciendo un irreconocible papel de tímido galán bonachón, y oírle cantar.
3. Es una película explosiva a todos los niveles, donde se aprecia cada dólar (y fueron unos cuantos) de los que el estudio invirtió en tan arriesgada apuesta.

No puedo, por otro lado, ser muy objetiva con esta película. Su Banda Sonora sigue siendo a día de hoy una de mis favoritas, algunos de sus personajes se han hecho legendarios, en primer lugar el ya mencionado Lee Marvin bordando el papel del socio Ben Rumson, pero tampoco desmerece en absoluto un jovencísimo Ray Walston (que por cierto, FA ha escrito mal, en cuanto termine esta crítica les enviaré un mensaje para que corrijan su nombre), y sobre todo, un guapísimo Harve Presnell que pone los pelos de punta al cantar "They Call the Wind Maria" con una voz que atraviesa todos los escudos que uno quiera colocar. Jean Seberg, en cambio, no me parece deslumbrar con su actuación.
Este original western cargado de gags visuales bastante provocativos para su época me ha servido para demostrar que existen las excepciones a quienes me han reconocido aborrecer todos los musicales. Dos personas que aseguran tal cosa, cayeron rendidos ante esta película.

Absoluta, y encarecidamente recomendable.
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6 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
Estrella errante
La despedida cinematográfica de Joshua Logan, una comedia musical muy popular en su día, ambientada en la época de la fiebre del oro en el Oeste.

La historia se centra en un triángulo amoroso compuesto por dos hombres antagónicos (Lee Marvin y Clint Eastwood) que forman sociedad y comparten mujer (Jean Seberg) durante la fundación, el esplendor y la caída de La Ciudad sin Nombre. La canción ‘Estrella errante’ se convirtió en todo un éxito.




"Hay dos tipos de gente: los que van a alguna parte y los que no van a ninguna."
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5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
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