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9 Críticas de los usuarios

Críticas de los usuarios:
8
Make yourself comfortable, this is Yorkshire
Decir que la televisión le saca varias cabezas hoy en día al cine sería comentar una obviedad y, a pesar de que me encantan las obviedades, no la cometeré. Hoy he terminado de enfrentarme a esa hercúlea y épica saga que es Red Riding. Y no es que sea especialmente larga, ni que cuente una historia medieval ni nada por el estilo. Son sólo tres capítulos de hora y media de duración cada uno, pero cada minuto esta cargado de una densidad para cuyo comparativo utilizaré una canción de Jethro Tull: Thick as a brick. Y es que Red Riding juega la baza del film noire más puro, ese de "te llevo por aquí... ¡Pero no!" que se sabe grande. Pero empecemos por el principio. ¿Qué es Red Riding? Adaptación de las novelas de David Peace por parte del Channel4 que conforman la tetralogía Red Riding, es decir, que se han conmido una de las cuatro que la conforman, 1977. Dirigida por tres diferentes realizadorez: 1974, por Julian Jarrold; 1980, por James Marsh (cuyo documental Man on wire ganó el Oscar el año pasado); y 1983, por Anand Tucker. Es deudora del gran cine americano e inglés del género policíaco y negro por su trama, pero totalmente alejado de este por su tratamiento a nivel visual y su tratamiento literario. No estamos ante el brillante Dennis Lehane, si no más bien ante el Fincher más oscuro y tenebroso. Y es que si hubiera que utilizar una película para compararla con esta ambiciosa producción no habría solución posible, por lo que habría que mezclar dos: Zodiac, el Fincher más denso, obsesivo y estudioso de la psicología de los personajes, y Seven, el Fincher más críptico, truculento y pesimista que sacudió al cine en los 90. Buenos referentes, pero, ¿Cumple con las expectativas?.

Para empezar, hay que decir que Red Riding cumple con lo que se propone: el espectador tiene que ver las tres partes enganchado cual colegiala a Física o Química. Es imposible no estar atento a la pantalla durante esa hora y media simplemente magnética que dura cada episodio. El hipnotismo con el que los directores ilustran la historia hace que todo se nos muestre ante nosotros de una forma puramente psicológica, casi freudiana. Red Riding se clava en tu subconsciente por la inteligente utilización de la fotografía y del sonido, es una película llevada de forma meticulosa en su vertiente más técnica. Nunca antes se había mostrado una Inglaterra más deprimente, nunca antes Yorkshire se había mostrado como un lugar tan poco humano, tan enfermizo, donde vivir es morir cada día un poco. Como dijo Paul Schrader, el cine negro es una cuestión de estilo, casi una forma de vida, y desde la producción se le ha dejado claro a los tres directores. En los sitios que visitamos, ya sean ciudades como Manchester o pueblecitos comandados por un cacique chuloputas, nos topamos con días más negros que grises, donde el sol está más solicitado que un trabajo, y donde las oportunidades de prosperar pasan por ser policía, y no honrado precisamente.
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30 de 32 usuarios han encontrado esta crítica útil
6
Yorkshire: adiós.
Tercera y última parte de la negra trilogía fílmica.

Esta tercera entrega se antoja decepcionante. El rigor narrativo de las dos primeras es sustituido por una suerte de zozobra confusa que te aleja de cualquier posible empatía. No sabes casi nunca si estás en 1983 o 1974 o vete a saber cuando. Mal narrado. Tampoco el objeto narrado cobra una especial relevancia pues la historia del abogado defensor está explicada superficialmente, la del policía arrepentido cobra aires de surrealismo y la resolución final, a pesar de contar con el apoyo previo de tres películas, es precipitada y está mal contada. Problemas de guión y de dirección, sin duda.

Aún así, es notable destacar que las dos tesis de la trilogía son lucidamente válidas: la primera, que son muchos los ciudadanos (si no todos) los que aún viven en una sociedad feudal dominada a sangre y fuego por empresarios y poderes fácticos y morales; y segunda, por si alguien no lo tenía ya claro, la pobreza mata. Hay que reconocer el trabajo cumplido por esta producción para satisfacer la necesidad que la televisión nos recuerde constantemente estas dos ideas y favorezca el pensamiento crítico.

A mi pesar, no obstante, este episodio en concreto me parece todo un inexplicable atropello narrativo y un decepcionante mal sabor de boca para concluir una notable serie de películas para televisión que podía haber sido memorable y se queda en buena.
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4 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
9
Un bosque oscuro
Inquietante y esperanzadora sorpresa. Caperucita anda perdida en un bosque realmente oscuro, terrorífico, dónde las criaturas deformes y los hombres malos acechan. Un bosque dónde los árboles han crecido retorcidos y se beben la luz para dar sólo sombras, arañando la carne con sus larguísimas ramas secas. Todo lo domina la oscuridad y una podrida humedad. Y siempre el lobo. ¡Ay, de los cazadores de noble corazón! Dejen atrás toda esperanza. Las tres películas son pura congoja. Buen cine tejido con cariño, maestría y paciencia. Muy británico, por cierto.
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3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
En el año de nuestro señor 1983
Estamos aquí ante el broche idóneo para esta miniserie británica. El carcomido esqueleto del cuerpo policial de Yorkshire había sido radiografiado con astucia, ingenio y pericia por parte de Tony Grisoni, adentrándonos en un universo de sanguinario método, donde las libertades y derechos de los habitantes de tan desamparada zona quedaban delimitadas conforme a los turbulentos negocios y las redes de corrupción allí establecidas.

El año 1983 nos sirve la entrega más impactante de todas. Tiene un efectismo necesario, propio de ser la parte resolutiva de la pequeña saga. Si en los dos volúmenes anteriores, uno quedaba anonadado por lo presenciado, aquí el espectador ya consigue respirar con mayor frescura al presenciar como un abogado panzudo y abandonado decide desentrañar los misterios del Lobo, recibiendo, a su vez, con optimismo la redención de Maurice Jobson, un agente de la ley atormentado por el mal hecho.

“Se está haciendo realidad: narcóticos controlados, fuera de las calles. De las vidrieras a nuestros bolsillos. Todo el Norte de Inglaterra… las chicas, los negocios, las revistas, toda la maldita cosa. Tenemos una oportunidad aquí. Una oportunidad para invertir el dinero de nuestra pequeña empresa y volverlo algo incluso más grande. Algo grandioso (…) ¡Por el Norte! ¡Donde hacemos lo que queremos!“.

“Aquí está uno que escapó y vivió para contarlo, del Karachi Social Club y el Hotel Griffin, Wakefield Nick y St. Mary’s Hostel. Autopistas y estacionamientos, parques y baños, ricos ociosos y desempleados. Ya que mierda venden, y mierda compramos. De chicos sin madres y madres sin chicos. De toda la carne muerta y de mis amigos muertos, bares y clubes, de cunetas y estrellas, informaciones locales y escombreras. De tejones y búhos, de lobos y cisnes. Aquí está un hijo de Yorkshire. Aquí está uno que escapó. Uno, dos, tres, cuatro, cinco, seis, siete… Todos los niños buenos van al cielo”.

En definitiva, el cierre oportuno con el que dar la última pincelada a un paisaje tan escabroso, hiriente, nauseabundo.
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4 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
Justicia final
Una niña de 10 años desaparece. El comisario Maurice Jobson descubre similitudes preocupantes con el caso de Clare Kemplay en 1974. Los remordimientos le atormentan ya que él y sus colegas contribuyeron a poner entre rejas al hombre equivocado, el joven Michael Myshkin. El abogado John Piggott trata de demostrar la inocencia de Myshkin enfrentándose a un sistema corrupto. Es hora de corregir algunos errores del pasado.

Nos presenta una sociedad enfermiza y corrupta en esta adaptación, basada en hechos reales, de la novela de David Peace, sobre asesinos en serie británicos.
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2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
Final
Lo mejor de este capítulo o película independiente es que se ha acabado ya por fin la tortura de "Red Riding". Aunque parezca una broma, ver que es el último capítulo/película alegra a cualquiera. Ya cogí la película con una mejor actitud que la segunda (¡Dios, que mala es la segunda parte!).

Lo mejor de esta película es la actuación de David Morrissey. Desde un capítulo en el que sale en el "Doctor Who" no había visto una buena actuación de este hombre. Y siempre oigo buenas críticas suyas. Yo no lo veo. Me parece un actor mediocre. Pero en esta película actúa muy bien. Pero muy bien. Creo que es el único que actúa bien.

Los cabos sueltes que se habían quedado (sobre todo en la primera), se resuelven en esta parte. Por lo que los que vieron la segunda lo hicieron para nada. Porque además las historias que habían comenzado en la segunda parte se olvidan en esta tercera parte de la trilogía. Por lo que enfada pero alivia al espectador. Enfada porque yo quiero saber qué pasa pero me alivia ya que no se mete en historias aburridas y soporíferas como las que se viven en la segunda parte.

Diría que disfrutaran, pero no. Disfrutarán cuando acabe la película.
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2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
Crónica de un mundo podrido, tercera parte.
Interesante trilogía (o miniserie, según se mire), realizada para televisión, que ya me dejó el gusanillo de verla cuando la pusieron en cierto canal de cine vilmente erradicado que existía hace un tiempo. No diré que estamos ante la obra cinematográfica neo-noir definitiva, ni mucho menos, pero para ser tres telefilms son de altísimo nivel, siendo la envidia de proyectos aún más ambiciosos y a la vez menos logrados en su resultado final.

En esta la tercera parte, que supone el cierre de la historia, se destapa todo lo relacionado con el asesino en serie que guía toda la trama, siendo algo con lo que el espectador medio está más familiarizado, por lo que se la tacha de efectista. Lo que sucede es que el tema del asesino en serie en las dos primeras partes, “1974” y “1980”, no tiene en realidad ninguna importancia, siendo un enorme macguffin, ya que no supone más que un pretexto como podría haber sido otro cualquiera para abordar el tema principal: la corrupción. En “Red riding” se dibuja un ambiente gris, malsano y sucio, poblado por una sociedad podrida cuyas vidas están regidas y protegidas por una autoridad criminal. En cada episodio, uno o varios protagonistas intentarán luchar contra el mundo, con tal de hacer su trabajo y lo moralmente correcto, encontrando dificultades a todos los niveles que tratan de silenciar cualquier tipo de acusación o denuncia hacia su forma de proceder y de abusar de su poder. Tras pasar de forma superficial la trama de los asesinatos en las dos primeras partes, en la parte final había que solucionarlo, porque es lo que se espera siempre de una película, aunque en este caso tampoco creo que hubiese una necesidad real de cerrar el caso, ya que siguiendo la estela de las otras partes podría haber finalizado de una forma más pesimista y menos peliculera. Puede que hubiera ganado enteros, aunque el resultado final hubiera sido muy deprimente. Sin embargo, “1983” es una más que digna guinda para este pastel.
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1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
6
LA PRIMERA PARTE LA MEJOR Y CON DIFERENCIA
El Lunes pasado, día 4 de mayo de 2020, pasaron por televisión la última parte, que ya imaginaba que no seria como la primera (decepcionada pero no tanto porque ya tenía la experiencia de la segunda) Aquí aparecen personajes de la primera parte. Asistimos al sufrimiento del policía principal contemplando como sus dos compañeros interrogan al presunto culpable con toda suerte de barbaridades, violencia física de toda índole, y encima ver como uno de ellos (el malo, malísimo compañero policía) le dice que se ha vuelto blando y ha perdido facultades al ver como torturan)

No es que esté mal el capítulo pero una vez has visto el primero, el nivel del segundo y este tercero que nos ocupa, es bastante más modesto.

Ha valido la pena ver la serie entera, y con la nostalgia de pensar siempre en el PRIMERO. Final confusa y liado. Hago Spoiler...

Puntuación: 6

Anna Inglés i Bardí.
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1 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
2
Muy desagradable y contada a trompicones
Muy desagradable porque abundan las escenas de policías mafiosos ejercitando violencia física y psíquica sin venir a cuento. Y el resto de los personajes y de las escenas tampoco se libran de presentar caracteres y situaciones desequilibradas y gratuitas.

Y además está contada a trompicones porque no siempre se ve una relación lógica entre las diversas escenas, ni entre las que suceden en la actualidad o las que representan un flash back, ni por qué se relatan algunos acontecimientos para hacer bulto sacados por completo del contexto general.
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5 de 18 usuarios han encontrado esta crítica útil
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