63 Críticas de los usuarios

Cuando menos te lo esperas estás un domingo por la noche en casa, aparece en la pequeña pantalla una peli en la que aparece el Nicholson y Diane Keaton, y disfrutas de unas actuaciones de las que tendrían que aprender cuatro patanes guapaeras que deambulan desgraciadamente por las pantallas de cine.

Cuando menos te lo esperas ves una escena, como la de Nicholson cuando le da el infarto, con la que te partes de risa con una cosa tan seria como es una enfermedad.

Cuando menos te los esperas ves como un guión súper visto, se convierte en algo más solo por la presencia de dos actorazos, que hacen bueno casi todo lo que tocan. ¿Qué sería esta peli sin los dos actores principales? Nada.

Cuando menos te lo esperas disfrutas con una peliculilla menor, que dos genios hacen que se engrandezca.

Cuando menos te lo esperas surge el cine, y las actuaciones de Nicholson y Diane en esta película son para quitarse el sombrero y creer que todavía hay actores sueltos por Hollywood.

Película romántica muy agradable de ver y con algunas escenas delirantes. Los actores principales por si no lo he dicho, DE LIBRO.

Si alguien me hiciera pronunciar diez comedias románticas del mainstream norteamericano que salvaría de la quema en los últimos quince años me pondría en un serio compromiso. Lo que sí estoy seguro es que "Cuando menos te lo esperas" sería uno de los filmes que enunciaría.

Puede que sean Jack Nicholson y Diane Keaton en estado de gracia. También el interés con el que sigo la romántica comedieta de enredo durante todo su metraje y la gracia que me hace en bastantes momentos. Es obvio que me la sé entera, que sigue el paradigma de comedia romántica con sus ultra vistos puntos de inflexión y con un final previsible y típico.

Aunque creo que al estar hastiado de tanta comedia basura adolescente, ver a dos abueletes con sus rollos románticos y descubriendo el amor me toca la fibra sensible. Tal vez sea que me encanten los romances entre carcamales del tipo "Los puentes de Madison", historias de pura necrofilia, donde dos momias se magrean para regocijo de los morbosos e incrédulos asistentes.

"Cuando menos te lo esperas" es un entretenimiento disfrutable y garantizado. Olvidable, eso sí y con fecha de caducidad de 24 horas en mi recuerdo.

Cuando actúa Jack Nicholson, pocas veces te sientes defraudado. Esta comedia entretenida, divertida e inteligente, sirve para mostrarnos al Jack que, como pocos, sabe bordar los papeles de donjuan talludito, irónico, vehemente, capaz de reírse de todas las cosas de la vida y, sobre todo, de sus propias limitaciones y fracasos. Comedia romántica, pero sin pasteleo. Una espléndida Diane Keaton, también madura pero aún atractiva, coopera al éxito de esta historia. Muy recomendable para olvidarse de las penurias y sinsabores de esta vida.

Esta película es grande. Hay una frase magistral pronunciada por Diane Keaton refiriéndose a la indefensión de todo ser humano ante el amor. Dicho por su personaje de mujer madura y hacia su joven hija me pareció una de las frases más memorables que he oído en el cine romántico en los últimos años. Sé perfectamente que a muchos esto les parecerá una obviedad, pero es que siempre he creído que hay muchas personas rencorosas incapaces de reconocer la felicidad de los demás al enamorarse. Fuera y aparte de este inciso, el guion no puede ser mejor. Para mí, el mejor momento es el diálogo de los dos protagonistas en plena calle al salir del restaurante porque creo que expresa profundamente lo que uno puede llegar a decir enamorado y frecuentemente algo de lo que arrepentirse después. Una Música magistral y un final que creo que sobra pero esto es Hollywood.

¡Qué tontos somos! Aquí siempre con los mismos problemas: la falta de trabajo, que si la Ley Sinde, los niños desaparecidos, los japoneses que se comen a las ballenas… Mira que hay que ser cabezón.

Si todo era muy sencillo… Había que haber nacido norteamericano, joder. Y más concretamente: nacer en una “Comedia romántica norteamericana”. Y es así; ahí está el secreto. Da igual que tengas 60 años porque las viejas se enrollan con los jóvenes y las jóvenas con los viejos… y te lo pasas igual de bien. Allí todo es de puta madre.

Venga risas, paseos por la playa. Bueno…, si te da un infarto, el médico de la Seguridad Social se puede hasta enamorar de ti. Por lo menos, después de atenderte te acompañará a casa. Y seguramente se parecerá a Keanu Reeves, fijo; no como el interino de Urgencias de aquí del barrio que se más feo que el Gran Wyoming.

Puedes ser un excéptico y decir: ¡Todo esta gilipollez que rodea a Diane es una puta mierda!, de acuerdo…
Pero yo me rindo definitivamente. Yo veo esta película y me lo creo. Tengo fe. Quiero acabar escuchando a Paul Simon, Kodachrome que me gusta más que la del final, en la cocina, de noche, comiendo tortitas con nata a la luz de las velas, viendo llover por la ventana, y sí: enamorado. Si no lo consigo, como vuelva a ver esta película cogeré la tele y la dejaré en mitad de la autovía de Madrid-Toledo a ver si se la lleva un camión por delante.
¡¡¡Pero si es que te gusta la mierda de la película, admítelo!!!

El propósito de esta película es loable; explorar el campo, poco habitual en cine romántico, de las relaciones entre maduritos y maduritas (hablamos de sesentones más que de cincuentones). El insoportablemente histriónico Nicholson es un abuelete con querencia por jovenzuelas macizonas, la última de su larga serie, Amanda Peet ; Diane Keaton, madre de la criatura y con un doblaje de ponerte los pelos en punta, es una mujer en etapa postmenopáusica que inesperadamente atrae la atención amorosa de un hombre veinte años más joven que ella. Los cuatro personajes se encuentran en la lujosa casita de la playa de la Keaton y empiezan los rifirrafes amorosos entre jóvenes y viejetes, con mucho mensaje feminista, buenas interpretaciones a ratos y un guión desigual que acaba cayendo en el aburrimiento más puro y duro. Al final, cada oveja acaba con su pareja, escrupulosamente emparejados por edades (espero que los validadores no consideren esto un spoiler).
Pues aunque el tema pueda hacer alguna aportación interesante, acaba sabiendo a poco. Keaton y Nicholson son una parejita odiosa y una no se explica cómo pueden sentir algo que no sea grima el uno por el otro.
Por añadir una apostilla a la crítica de Fej Delhave, comento que Diane Keaton y Keanu Reeves iniciaron un noviazgo tras rodar la película. Que cada uno saque sus conclusiones.

Comedia romántica con enormes actores y diálogos inteligentes. En primer lugar hay que advertir, que nadie se engañe, que se trata del film romántico que tantas veces hemos visto, con momentos de lágrima fácil y algún que otro tópico. Pero sus ingredientes son tan sabrosos que regalan una dosis de entretenimiento reflexivo muy agradable. Hay que destacar por encima de todo, esta increíble pareja protagonista, Jack Nicholson y Diane Keaton transmiten una química adorable que traspasa la pantalla y te mantiene la sonrisa durante las dos horas de metraje. Muy importante remarcar una de las temáticas principales de la película: La madurez femenina, que hace crecer la historia, ya que debate sobre el atractivo, la inteligencia, la soledad y la fuerza de la mujer madura. Quien mejor podía hacer este papel que Diane Keaton (injusta perdedora del Oscar) la antigua musa de Woody Allen enamora con su risa. Quizás con unos secundarios más elaborados y potentes (excepto Francis McDormand, que sigue en su buena línea) y un final menos esperado y más lúcido (Que estúpida manía tienen los americanos con París y la cosa esa de la ciudad del amor) tendríamos una película excelente. Pero su ritmo, su tono desenfadado, su sinceridad para tratar temas delicados, sus diálogos y sus actuaciones son argumentos suficientes como para sentarse y disfrutar.

Divertidísima comedia romántica que gira en torno a las magníficas interpretaciones de sus dos protagonistas principales. No se puede comparar con el Jack Nicholson de "Mejor imposible" porque ese excéntrico personaje con todas su peculiaridades es irrepetible, pero en este papel también encontramos a un Nicholson pletórico, haciendo las veces de viejo verde pasado de vueltas, frente a una estupenda Diane Keaton, tal vez pelín exagerada y con tendencia a la sobreactuación, aunque sospecho que el doblaje en este punto tiene bastante que ver.

Mosquea un poco el mensaje feministoide de la peli. Eso de que los hombres mayores deben de fijarse en mujeres de su edad porque ellas son más inteligentes, más hechas y más derechas no se lo cree la guionista ni de coña. Y por muchas pelis de éstas que haga los tíos de 60 años no van a empezar a coquetear con sesentonas, mientras que sus carteras se puedan permitir algo más apetecible y menos blandiblú. Vamos, que le digan a Flavio Briatore que deje a Elisabetta Gregoraci por María Teresa Campos, que es poco más o menos lo que se plantea aquí.

De todas formas tampoco es para mosquearse, que las maduritas también tienen su público. Vamos, que hay gente pa to, que pa gustos colores y que cada cual se busque la vida como buenamente pueda y le dejen. Y el que no se lo crea que mire la sección del Pronto "El amor no tiene edad", que lo va a flipar.

Noto cierto recatamiento y prudencia a la hora de valorar y hablar sobre esta película.

¿ Qué pasa ? A mí tampoco me gustan las americanadas, ni soy adicta a las comedias románticas.
Lo mismo me chuto un Pi que me degusto un Festen de primera o me pongo para merendar con un Bosque del luto...

Pero me gusta sonreir y soñar, soñar que yo también envejeceré así de bien, que pasearé descalza por la orilla del mar, y tendré al lado un tipo de esos que lo mismo le das una patada en los huevos que un beso eterno de tornillo.

Y cuando los actores son de primera, pues no hay que volverse remilgado.
Subamos la nota al amor, al humor y a las sonrisas...
¡que buena falta nos hace!

Besos
Bárbara

Una película muy divertida y entretenida. Jack Nicholson, a pesar de su edad, borda el papel a la perfección gracias a su talante y a su experiencia. Diane Keaton se deja seducir por él y el resultado es un impecable film de amor en una etapa de la vida en la que uno ya ha criado a los hijos y poco se espera... lo poco que se esperaban ellos tener tan romántica y cómica relación; y además, para fortalecerlo todo, aparece como secundario Keanu Reeves. Una película para pasar un rato agradable, sencilla y que tal vez no lloras de risa, pero disfrutas.

Aparte del magnifico trabajo de los actores, creo que la película es una excelente crítica al genero masculino. Cuando mayor se hace el hombre más desea tener joven a su compañera, sin valorar la aportación de una compañera de su edad, esta es la lección que aporta el personaje de Diane Keaton, una mujer madura, desengañada sentimentalmente, y madre, que se vuelve a enamorar, casi del unico hombre del que no deberia.
Keeanu Reeves, aporta la otra cara de la moneda en que un hombre joven se enamora de una mujer madura, cosa más inprobable.
Las partes de enredo son mágnificas y toda la película respira una elegancia y un "glamour" excelente.
Una película muy recomendable.

Meyers echa mano de ciertas fórmulas costumbristas, tiene a su disposición a actores de renombre y cuenta con una historia tan demodé como depurada de todo latigillo desgastado. Sin prólogos ni epílogos de más, Cuando menos lo esperas gana por lo visual y sensiblemente familiar, sin sorprender pero tampoco sin agobiar desde el constante deja vu que produce.

Él, hombre de años encima, de miles de experiencias a cada vuelta de esquina. Es un Don Juan con todas las letras: preciso, calculador, efectivo. En resumen, un sabio del arrabal, un fantasma afrodisíaco. Ella, a pesar de que la sitúan como opuesta a él, comparte esa misma mirada abarcativa que otorgan los años, sólo que en este caso su distancia para con todo lo que la rodea la transforma en un especimen tan valioso como difícil de conseguir. Entonces: él apunta a lo fácil y es fácil, por naturaleza. Ella observa desde su torre de marfil como los galanes de turno intentan bajar el puente levadizo que los separa de su trofeo.
Y galanes hay: está un Reeves tan discreto desde su papel como inusualmente correcto desde lo que produce en el espectador, es un tercero sin discordia, un contrapuesto del amor principal entre los protas. Ese amor que tanto bebe de variopintas influencias, tiene algo de clásico, algo de bello, algo de mundano y ciertas pizcas, solo pizcas, que pueden llegar a catalogarlo como un amor de esos que se quedan grabados.
Lamentablemente, la decisión por parte del director y el guionista por ese desenlace echa por tierra cualquier intento de trascendencia por parte de esta peli, que sale de lo más hondo del cine romántico desenfadado para culminar en exactamente el mismo punto.

Nancy Meyers es una autora peculiar. Siempre dentro del género de comedia, igual te hace una ñoñería para niños (Tú a Londres y yo a California), una insoportable absurdez al servicio de un pésimo actor (¿En qué piensan las mujeres?) o una excelente comedia romántica (The Holiday).
Una vez vista Cuando menos te lo esperas, Meyers me demuestra que en la última la flauta no sonó por casualidad. La mujer sabe escribir comedias románticas en un momento en que cada vez es más difícila hacerlo bien. Ya la definí como una especie de Richard Curtis americana, pero ahora queda confirmadísima como tal. Y no es decir poco.
La razón de este éxito que ha cosechado Meyers en mí es que da gusto encontrarse con una película así, que te entretenga y te emocione a partes iguales sin insultar tu inteligencia ni tus niveles de azúcar. Se agradece infinitamente que la historia de amor envuelva no a un par de imberbes veinteañeros, sino a dos personas ya prácticamente ancianas que reclaman su derecho a enamorarse, algo que el cine evita casi siempre. Lo que sí es seguro es que tanto Jack Nicholson como Diane Keaton aún deben estar agradeciéndole a la directora que les diera esos dos personajes tan maravillosos. Y ambos corresponden con las mejores versiones de sí mismos, dejando a un lado sus histrionismos y resultando, por tanto, excelentes. La actriz en particular está inmensa. Y resulta toda una sorpresa comprobar cuánto mejora Keanu Reeves cuando no tiene que tomarse en serio el argumento.
En definitiva, una de esas comedias románticas que da alegría ver de vez en cuando, escritas con elegancia e interpretadas con maestría.

Lo mejor: Diane Keaton
Lo peor: como todas las películas de Meyers, es demasiado larga, y a la directora aún le falta mejorar en los diálogos "importantes", como el del final.

¿Qué tiene esta mujer para exhalar tanto encanto dondequiera que esté, atrayendo involuntariamente a los hombres más interesantes en varios kilómetros a la redonda?
Erica es una mujer de mediana edad, que escribe obras de teatro de mucho éxito, está divorciada y desengañada del amor y le gusta estar en su casa escribiendo. Pero su apacible y retirada vida va a cambiar cuando conozca al madurito ligue de su hija, al que tendrá que cuidar cuando éste sufre un infarto en la casa que Erica tiene en la playa. Vamos viendo el especial duelo interpretativo de ambos, que al principio no se podían ni ver, pero acaban aceptándose y compenetrándose hasta el punto de enamorarse. Pero, ¿están preparados para una relación? Por otro lado, el joven y atractivo médico que atiende a Harry tras su infarto se enamora de Erica y a ésta se le plantea la excitante perspectiva de salir con un hombre veinte años más joven que ella.
Con un entretenido guión, diálogos brillantes y absorbentes, magníficas actuaciones (sobre todo Diane Keaton), una preciosa fotografía y música inmejorable, observamos planteamientos que siempre son de actualidad en el complicado tema del amor:
-Los grandes desengaños amorosos que a menudo nos llevan a cerrarnos en banda ante nuevos amores.
-La madurez como momento pleno de la vida en el que uno no tiene por qué renunciar al amor, en el que es tan normal como en cualquier otra época de la vida enamorarse y amar.
-El temor al compromiso y a amar de verdad a alguien, por la dependencia emocional que ello conlleva y por el miedo a tener que cambiar un estilo de vida al que uno ya se había acomodado.
-El manido tópico de que la gente joven es más cabeza loca y prefiere simples flirteos y aventuras a relaciones serias, etc. El personaje de Jack Nicholson sólo salía con chicas menores de treinta porque estaba convencido de que se toman las relaciones con menos seriedad que las mujeres más maduras, y así él podía limitarse a divertirse con ellas sin más complicaciones.
-También se afrontan los prejuicios hacia las parejas de edad desigual. ¿Cómo te sentaría a ti, como madre, ver que tu hija veinteañera sale con un tipo que tiene más de sesenta? Por más que intentemos ser ecuánimes y razonables, lo cierto es que es un asunto que sigue chocando a la sociedad. Pero, a los ojos de la sociedad, aún se ve más chocante que una mujer de cerca de sesenta salga con un joven. Ahí quedan expuestos esos temas y no podemos menos que reflexionar sobre ellos.
En suma, bonita, graciosa y tierna comedia romántica sobre el amor en la madurez.

Si esta película la hicieran Pepito Pérez y Periquita Gómez no pasaría más que como una peli del montón y, probablemente, sería bastante criticada. Como los actores principales son de peso la cosa cambia y para algunos es la quintaesencia de la comedia romántica. Pues no.

Y no, porque está genial la proliferación en el cine del romance entre personas ya entraditas en años, pero cuando nos colocan a Jack Nicholson como galán castigador de jovencitas la cosa ya adquiere tintes de ridículo. Francamente hay que ser muy incondicional de este señor para entenderlo.

Y no, porque la modernidad de las parejas de hoy puede resultar fantástica para muchos, pero no hay quien se crea que el sexagenario novio de una chica pase a ser el admirador de la madre, que, a su vez, le cuida después de un infarto sufrido en su propia casa. En España todo esto es casi como el primer viaje del hombre a la Luna: dicen que existió pero aún hay muchos que no se lo creen.

Y no, porque aunque sea algo más probable, es cuanto menos extraño que un treintañero guapo y con éxito profesional se prende de una señora veinte años mayor, aunque sea la estilosa Diane Keaton. Probablemente mi opinión no sea muy populista, pero lo que no me va es la demagogia.

Y no (vuelvo a Nicholson) porque este señor vuelve a hacer una vez más el mismo papel de siempre, con sus mismas caras y hasta con las mismas sempiternas gafas negras.

Se me hizo larga al final por dar tantas vueltas al asunto y tanta marcha atrás y adelante... por lo demás es una película que no está mal pero nada más.

¡Quizá lo que más ilusión me hizo es volver a ver a Starsky!

Originilidad ninguna, acaso que la comedia romántica se basa en una pareja de la tercera edad, y por ello se salva, ya que la pareja en cuestión son dos maravillosos actores que se comen a todos los demás en pantalla y en especial y como siempre, Jack Nicholson. El título resume la película, no hay nada más, excepto grandes momentos protagonizados por los ya nombrados. Este 6 siguiendo mi criterio de votación puede que sea excesivo, pero por el reparto no puedo darle menos. También decir que a pesar de no ser un actor de mi agrado Keanu Reeves, no se ha encasillado con Matrix y ha salido con soltura, sólo le falta un buen papel que le consagre y le saque definitivamente de Neo.

Nancy Meyers, además de una conocedora total del género más antiguo de la historia del Cine, es una perfecta narradora de historias de amor de segundas oportunidades, con un increíble timing cómico además de la intensa capacidad de provocar emoción además de risa en todos sus trabajos.
Como en ¿En qué piensan las mujeres? o en The Holiday, con Cuando menos te lo esperas encontramos a varios personajes que de un modo u otro han renunciado no solo a la búsqueda del amor sino a la posibilidad de encontrarlo. Y como en aquellas, la vida les tiene esperados varios encuentros inesperados que harán que su escepticismo y su concepción de la pareja y el amor cambien, y con ello su felicidad.
Partiendo aquí de un material de lo más clásico (y predecible) Meyer borda otra de sus – burguesas – comedias que no obstante tienen alma. Conservan muchas más ideas que su sola historia, y su torrente de diálogos en el guión da una acción – reacción de vértigo. Su clasicismo y lujo en escenarios y cámara ampara a sus personajes por si solo. Además introduce algunos gags realmente tronchantes. Pero si también tienes un abanico de secundarios que aportan justo lo que se necesita (McDormand, Peet, Reeves) mejor que mejor.
Pero estaríamos hablando de otra película si no fuese por la unión, fusión, de Keaton y Nicholson. En absolutamente todas sus escenas separados y juntos (o sea en todo el metraje), la fascinación, el humor, la química, la carisma, el poder, la frescura, la emoción de sus caracterizaciones hacen de Cuando menos te lo esperas la fascinante reflexión que es sobre el paso del tiempo, las segundas oportunidades y el derecho de todo ser humano a amar y ser amado.

Magnífica joya cinematográfica disfrazada de comedia que, sin pretensiones ni aires de grandeza, encierra sentimientos profundos llevados a la pantalla con una sensibilidad fuera de lo común. Esta sensibilidad también se manifiesta en los momentos cómicos, haciéndolos entrañables. Algunas de las ideas que trata este filme son el eterno debate entre sexo y amor, el paso del tiempo, y de cómo algunas cosas puntuales pueden tirar abajo los principios de personas hechas y derechas.
Es ésta una película que se da un aire a "Mejor Imposible", no sólo por Jack Nicholson, sino también por la mezcla de estilos, actuaciones prodigiosas y músicas elegantes que componen esta maravilla.
Las actuaciones prodigiosas son, cómo no, las de Diane Keaton y Jack Nicholson. Ella utiliza infinidad de registros al verse su personaje en situaciones muy diversas. Él, por su parte, utiliza esa socarronería y esa expresividad tan clásicas de él que lo llevan a bordar papeles tan dispares como los que interpreta en "El resplandor", en "El juramento" o en esta pequeña obra maestra.
Por último, la música. Como ya decía, la música ambiental propia de la película es muy similar a la de "Mejor Imposible". Además, se han incluido canciones muy conocidas; alguna clásica como el "La vie en rose" de Édith Piaf, y algunas actuales de Crazy Town o Maroon 5.

¡Que sorpresa! He de reconocer que no me esperaba nada de esta película, pero la verdad es que me he llevado una grata sorpresa, me encantó.

Nos encontramos ante una comedia-romántica diferente, escrita por la entendida en la materia Nancy Meyers, el único fallo que tiene esta mujer es que hace películas demasiado largas, pero bueno, eso se puede perdonar. En esta cinta hay situaciones sencillamente delirantes, ver los llantos de Diane Keaton, tiene mensaje (algo poco común en el género), tiene la dosis justa de drama, que ayuda a entender la situación de los personajes, sus problemas, el por qué de sus actitudes, etc..., no es excesivamente pastelosa, es lógica y verosímil, cuenta con actores encantadores, con música adecuada, en resumen una delicia. Lo único que puede fallar, por decir algo, es el final, debería haber sido otro.

Diane Keaton está encantadora, soñadora, radiente; Jack Nicholson está perfecto y la breve aparición de Keanu Reeves es de lo más agradable. No os la perdais, pasaréis un rato muy agradable. Una gran comedia-romántica.

Efectivamente es una comedia que aparece cuando menos te lo esperas. En esta época en la que poco puedes esperar de estas películas, de vez en cuando sale alguna como esta, sí, género comedia romántica, que te hace recuperar ¿por qué no? La magia en un amor normal y corriente, del que puede sucederte a ti o a mí.

Sencillamente es una de esas películas que se sale de lo ordinario gracias a varios factores muy bien hilados. Un sólido guión, unos estupendos actores como sólo pueden ser Jack Nicholson y Diane Keaton, humor sencillo y original, y las dosis correctas de picardía, ternura y moraleja.

Como decía, el guión es sencillo, y por ello mismo brillante. Harry Sanborn, acaudalado empresario y solterón empedernido, gusta de ligar con chicas a las que supera por varias décadas en edad. Tras sufrir un accidente en la casa de su última conquista (Amanda Peet) se ve obligado a guardar reposo, siendo cuidado por su madre, Erica Barry (Diane Keaton), una exitosa escritora divorciada. La relación entre ambos pasa del disgusto que ambos sienten por la forma de vida del otro, hasta la amistad, el respeto y la admiración. Cuando ambos se separan para seguir sus vidas se dan cuenta de lo que significó el otro y cómo su vida se ha visto alterada.

Lo interesante de esta película no es precisamente que ambos se enamoren, lo cual era obvio que iba a pasar, sino el tipo de transformación que sufren, no sólo ellos, sino también el resto de personajes. A través de las conversaciones (atención a la hermana de Erica, Zoe, interpretada por Frances McDormand, siempre metiendo el dedo en la llaga. Ella, con sus ideas, trastoca todos los argumentos a favor y en contra de las conductas de los protagonistas) conoceremos una nueva forma de enfrentarnos a las situaciones, y es por medio de la verdad, por dura o incómoda que pueda resultar. A veces, de hecho, resulta que es adorable, y por ello se hace insoportable.

Lo mejor de la película es el ritmo que le impregnan Jack y Diane, y lo peor, sin duda, es la actuación de Keanu Reeves. No es una sorpresa para mí que sea una decepción, pero ya de por sí la relación entre Erica Barry y el joven doctor resultaba rara, artificial, como para que una actuación mediocre nos la terminara de fastidiar.

[...]

Fragmento extraído de www.generacionfriki.es