8 Críticas de los usuarios
Críticas de los usuarios:
Gary Moore que estás en los cielos
14 de febrero de 2011
La verdad es que el final no está en consonancia con la gran peli que es, pero otros cineastas más famosos, no mejores, hacían finales de pandereta y están en el olimpo sus pelis. Arizona, prisión federal es posiblemente la película que más rápido se me ha pasado y eso dice mucho de un gran guión lleno de aciertos. Acierto es coger un clásico de Huston y no joderlo. Acierto y del grande es coger a Katy Jurado junto con Ernest Borgnine y hacer una historia de amor de las grandes. Y como encima Delmer Daves fue colega de Harold Lloyd le casco un 9 que se lo merece. Y perdón por haberla puesto un 6 las dos primeras veces que la vi.
Y siempre me quedará en el recuerdo Out in the fields, Empty rooms, Still in love with you, Still got the blues. Gary Moore descansa en paz.
Y siempre me quedará en el recuerdo Out in the fields, Empty rooms, Still in love with you, Still got the blues. Gary Moore descansa en paz.
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18 de 24 usuarios han encontrado esta crítica útil
El Aleman (6,5)
24 de noviembre de 2007
Interesante western dirigido por Delmer Daves, un veterano en el género que ya un año antes nos dejó la mitica "El tren de las 3:10".
Arizona, prisión federal, que además cuenta con un buen reparto, encabezado por Alan Ladd con el que trabajó anteriormente en "Tambores de guerra", el fortachón Ernest Borgnine y la mexicana Katy Jurado, las de Ladd no se caracterizaron como las típicas del oeste, sin embargo si de héroe, que resulta curioso y se hizo famoso por su corta estatura, en esta encarna a un ex-presidiario apodado "El Alemán" que sale de la cárcel y mientras tiene dos días para irse del pueblo se le ocurre la idea de robar oro con su compañero John McBain (E. Borgnine), el argumento en si no está mal, salvo el final un tanto chocho, recomendable para los seguidores de este género o de estos actores...
Arizona, prisión federal, que además cuenta con un buen reparto, encabezado por Alan Ladd con el que trabajó anteriormente en "Tambores de guerra", el fortachón Ernest Borgnine y la mexicana Katy Jurado, las de Ladd no se caracterizaron como las típicas del oeste, sin embargo si de héroe, que resulta curioso y se hizo famoso por su corta estatura, en esta encarna a un ex-presidiario apodado "El Alemán" que sale de la cárcel y mientras tiene dos días para irse del pueblo se le ocurre la idea de robar oro con su compañero John McBain (E. Borgnine), el argumento en si no está mal, salvo el final un tanto chocho, recomendable para los seguidores de este género o de estos actores...
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14 de 20 usuarios han encontrado esta crítica útil
Oro, amor y sangre
26 de febrero de 2020
Un tesoro de incalculable valor escondido en las montañas. Dos hombres que se unirán para hacerse con él pese a las desaveniencias del destino, que parece jugar en su contra todo el tiempo. Una gran aventura en la que se verán enfrentados la amistad, la traición, el amor y, sobre todo y por encima de todo, el dinero.
Aunque la década dorada del sagrado cine del Oeste estaba tocando a su fin todavía quedaba tiempo para que en el panorama cinematográfico apareciesen un buen puñado de obras; en concreto el año 1.958 se vería adornado con algunas tan memorables para el mismo como "Horizontes de Grandeza", de las mejores de William Wyler, o "El Hombre del Oeste", sin olvidar otros títulos igual de efectivos ("Del Infierno a Texas", "El Vengador sin Piedad", "El Zurdo" o "Terror en una Ciudad de Texas"). En aquel año el artesano Delmer Daves daría también al "western" un par de trabajos que sin duda merecen ser recordados.
Uno fue "El Cowboy" y el otro el que nos ocupa, producción de Aaron Rosenberg para la MGM cuyo guión firmado por Richard Collins ("Motín en el Pabellón 11", "La Mujer Serpiente") adaptaba en realidad una de las más celebradas novelas de William R. Burnett, "The Asphalt Jungle", ya llevada al cine por John Huston (respaldada, para más inri, por la misma productora) y convirtiéndose en una de las películas imprescindibles y más influyentes del cine negro y de criminales; sin embargo el guionista trasladaría todo ese universo "noir" junto con sus códigos a los dominios del "western".
Collins inicia la historia en las profundidades de la cárcel territorial de Arizona y Daves plasma con dureza la violencia de la narrativa en un áspero prólogo donde ante todo queda patente la fuerza bruta de la que se sirven los guardianes de la ley y la muerte como única solución para huir de ellos. El personaje del Erwin Riedenschneider de Burnett se transforma aquí en un inteligente y apuesto ingeniero llamado Peter Van Hoek apodado "Alemán", encarcelado por un robo que no cometió y quien prepara un plan de complejo entramado: asaltar una mina propiedad de la hermana de aquél que le tendió la trampa y venderle el tesoro al cuñado de éste.
Al mismo tiempo John, un hombre que compartió presidio con Hoek, llegará al mismo pueblo de Arizona que será el escenario primordial de los acontecimientos que van a desarrollarse; el argumento es fácil de seguir y adivinar y nada hará suponer al espectador que ambos individuos no se aliarán para trabajar juntos en el espectacular robo (de hecho Collins respeta la premisa de la obra de Burnett y el dúo se convierte en un trío). Entre tanto, una especie de subtrama entre John y una mexicana llamada Anita hará escorarse al film del lado del drama y el romance.
Esta intromisión provoca además la inesperada desmitificación de dicho personaje masculino, quien en un principio parecía caer en el estereotipo. Daves abre una brecha cada vez que Anita y John se encuentran, otorgando a éste una profundidad psicológica que no se halla en Peter y dotando a su película de un aire de melancolía, tristeza y, por qué no decirlo, oscuridad; mientras, nos plantea reflexiones sobre la soledad, la huella del oscuro pasado y la muerte y la dolorosa verdad bajo las apariencias (no tarda en desvelarse la verdadera condición de Anita y la refinada y elegante Ada), sin olvidarse de lanzar una afilada mirada al repugnante trato de los mexicanos por parte de los estadounidenses.
Pero Daves sabe que maneja un "western" y lo que nutre a éste en esencia, que es la aventura, predominante en ese tramo del film enfocado expresamente en el robo de la mina, donde la película combina de un modo muy acertado excitantes dosis de acción y tensión con trazos de puro cine negro y suspense, cortesía de un cineasta bastante experimentado en el género; de hecho parecerá que el cine del Oeste se aparta a un lado para dejar paso al espíritu de la obra de Burnett y a las claves del más clásico "noir" en lo que será un intrigante nudo argumental cuyos cabos se atarán, ni que decir tiene, en el esperado duelo en el poblado.
En efecto, si el "western" hunde sus raíces en el entretenimiento, en el frenesí de la acción que registra la cámara en campo abierto, en desvelar la condición de valientes y duros de los protagonistas y en una paleta de emociones basada en el ritmo y el movimiento, "The Badlanders" (detesto el título que le dieron en España) no podía ser menos, por lo que Daves nos honra con un combate clásico a golpe de revólver que en ocasiones parece remitir al "Duelo en el O.K. Corral" de Sturges, en el cual los mexicanos, relegados en muchas ocasiones, adquieren el auténtico protagonismo.
Un simpático y galante Alan Ladd con aires de Cary Grant se vuelve a poner a las órdenes del cineasta junto a un soberbio Ernest Borgnine que parece imitar los ademanes de Edward G. Robinson encarnando un personaje mucho más complejo de lo que a simple vista parece; ambos acompañados de la carismática actriz mexicana Katy Jurado (que iniciaría un romance terminado en matrimonio con el anterior), esa preciosa Claire Kelly, que no pasa de ser una mujer florero y poco más en la historia, y las buenas actuaciones de Kent Smith y Anthony Caruso.
Pese a que "The Badlanders" es incapaz de competir con su homóloga del negro, Daves, apoyado en la áspera fotografía de John Seitz y el buen diseño de producción, se desenvuelve con eficiencia facturando una obra dura, violenta, amarga en ocasiones y sobre todo entretenida.
Ni más ni menos que una vigorosa muestra del mejor y más puro cine del Oeste que se pudiera ver en la década dorada del género...
Aunque la década dorada del sagrado cine del Oeste estaba tocando a su fin todavía quedaba tiempo para que en el panorama cinematográfico apareciesen un buen puñado de obras; en concreto el año 1.958 se vería adornado con algunas tan memorables para el mismo como "Horizontes de Grandeza", de las mejores de William Wyler, o "El Hombre del Oeste", sin olvidar otros títulos igual de efectivos ("Del Infierno a Texas", "El Vengador sin Piedad", "El Zurdo" o "Terror en una Ciudad de Texas"). En aquel año el artesano Delmer Daves daría también al "western" un par de trabajos que sin duda merecen ser recordados.
Uno fue "El Cowboy" y el otro el que nos ocupa, producción de Aaron Rosenberg para la MGM cuyo guión firmado por Richard Collins ("Motín en el Pabellón 11", "La Mujer Serpiente") adaptaba en realidad una de las más celebradas novelas de William R. Burnett, "The Asphalt Jungle", ya llevada al cine por John Huston (respaldada, para más inri, por la misma productora) y convirtiéndose en una de las películas imprescindibles y más influyentes del cine negro y de criminales; sin embargo el guionista trasladaría todo ese universo "noir" junto con sus códigos a los dominios del "western".
Collins inicia la historia en las profundidades de la cárcel territorial de Arizona y Daves plasma con dureza la violencia de la narrativa en un áspero prólogo donde ante todo queda patente la fuerza bruta de la que se sirven los guardianes de la ley y la muerte como única solución para huir de ellos. El personaje del Erwin Riedenschneider de Burnett se transforma aquí en un inteligente y apuesto ingeniero llamado Peter Van Hoek apodado "Alemán", encarcelado por un robo que no cometió y quien prepara un plan de complejo entramado: asaltar una mina propiedad de la hermana de aquél que le tendió la trampa y venderle el tesoro al cuñado de éste.
Al mismo tiempo John, un hombre que compartió presidio con Hoek, llegará al mismo pueblo de Arizona que será el escenario primordial de los acontecimientos que van a desarrollarse; el argumento es fácil de seguir y adivinar y nada hará suponer al espectador que ambos individuos no se aliarán para trabajar juntos en el espectacular robo (de hecho Collins respeta la premisa de la obra de Burnett y el dúo se convierte en un trío). Entre tanto, una especie de subtrama entre John y una mexicana llamada Anita hará escorarse al film del lado del drama y el romance.
Esta intromisión provoca además la inesperada desmitificación de dicho personaje masculino, quien en un principio parecía caer en el estereotipo. Daves abre una brecha cada vez que Anita y John se encuentran, otorgando a éste una profundidad psicológica que no se halla en Peter y dotando a su película de un aire de melancolía, tristeza y, por qué no decirlo, oscuridad; mientras, nos plantea reflexiones sobre la soledad, la huella del oscuro pasado y la muerte y la dolorosa verdad bajo las apariencias (no tarda en desvelarse la verdadera condición de Anita y la refinada y elegante Ada), sin olvidarse de lanzar una afilada mirada al repugnante trato de los mexicanos por parte de los estadounidenses.
Pero Daves sabe que maneja un "western" y lo que nutre a éste en esencia, que es la aventura, predominante en ese tramo del film enfocado expresamente en el robo de la mina, donde la película combina de un modo muy acertado excitantes dosis de acción y tensión con trazos de puro cine negro y suspense, cortesía de un cineasta bastante experimentado en el género; de hecho parecerá que el cine del Oeste se aparta a un lado para dejar paso al espíritu de la obra de Burnett y a las claves del más clásico "noir" en lo que será un intrigante nudo argumental cuyos cabos se atarán, ni que decir tiene, en el esperado duelo en el poblado.
En efecto, si el "western" hunde sus raíces en el entretenimiento, en el frenesí de la acción que registra la cámara en campo abierto, en desvelar la condición de valientes y duros de los protagonistas y en una paleta de emociones basada en el ritmo y el movimiento, "The Badlanders" (detesto el título que le dieron en España) no podía ser menos, por lo que Daves nos honra con un combate clásico a golpe de revólver que en ocasiones parece remitir al "Duelo en el O.K. Corral" de Sturges, en el cual los mexicanos, relegados en muchas ocasiones, adquieren el auténtico protagonismo.
Un simpático y galante Alan Ladd con aires de Cary Grant se vuelve a poner a las órdenes del cineasta junto a un soberbio Ernest Borgnine que parece imitar los ademanes de Edward G. Robinson encarnando un personaje mucho más complejo de lo que a simple vista parece; ambos acompañados de la carismática actriz mexicana Katy Jurado (que iniciaría un romance terminado en matrimonio con el anterior), esa preciosa Claire Kelly, que no pasa de ser una mujer florero y poco más en la historia, y las buenas actuaciones de Kent Smith y Anthony Caruso.
Pese a que "The Badlanders" es incapaz de competir con su homóloga del negro, Daves, apoyado en la áspera fotografía de John Seitz y el buen diseño de producción, se desenvuelve con eficiencia facturando una obra dura, violenta, amarga en ocasiones y sobre todo entretenida.
Ni más ni menos que una vigorosa muestra del mejor y más puro cine del Oeste que se pudiera ver en la década dorada del género...
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3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
La venganza siempre dicen que se sirve fría
29 de enero de 2021
No existe mayor causa de motivación que la venganza. En la historia que nos trae a cuento, dos conocidos, porque no se pueden considerar amigos, son puestos en libertad después de pasar un gran tiempo en prisión, uno por cumplir hasta el último día y el otro por hacer una buena obra, salvando la vida a un guardia.
Pero el destino les tendrá guardado una gran sorpresa, se reencontrarán en un pueblo lejano, donde diferentes motivos hace que ambos lleguen hasta allí con la idea de vengarse. A uno a través de una trama ilegal, le quitan una mina que daba muchos beneficios y dicha mina, es el motivo por el cual el otro protagonista se sintió estafado y no le dejaron ganar dinero a pesar de sus grandes conocimientos sobre ella. El problema es que han diseñado un plan para salir enriquecidos los dos, pero el sheriff del pueblo les ha dado 24 horas para marcharse de allí o volver a prisión.
Desde el momento que el alemán le cuenta el plan a su amigo, la película crece enormemente su emoción e interés, el plan, como se lleva a cabo, la música, la puesta en escena, te atrapa de tal manera que yo por lo menos disfruté como un enano. Las escenas dentro de la mina son una maravilla, dejando comprobar in situ al espectador, lo dificultoso del asunto. Me ha encantado el elenco de actores Alan Ladd como el alemán, un tipo muy sensato y centrado, con las cosas muy claras. Ernest Borgnine, me encanta este actor, todo lo que transmite y la guapísima actriz mexicana, Katy Jurado, que se convertiría en su mujer en la vida real.
El desenlace nos traerá una sorpresa bastante interesante.
Pero el destino les tendrá guardado una gran sorpresa, se reencontrarán en un pueblo lejano, donde diferentes motivos hace que ambos lleguen hasta allí con la idea de vengarse. A uno a través de una trama ilegal, le quitan una mina que daba muchos beneficios y dicha mina, es el motivo por el cual el otro protagonista se sintió estafado y no le dejaron ganar dinero a pesar de sus grandes conocimientos sobre ella. El problema es que han diseñado un plan para salir enriquecidos los dos, pero el sheriff del pueblo les ha dado 24 horas para marcharse de allí o volver a prisión.
Desde el momento que el alemán le cuenta el plan a su amigo, la película crece enormemente su emoción e interés, el plan, como se lleva a cabo, la música, la puesta en escena, te atrapa de tal manera que yo por lo menos disfruté como un enano. Las escenas dentro de la mina son una maravilla, dejando comprobar in situ al espectador, lo dificultoso del asunto. Me ha encantado el elenco de actores Alan Ladd como el alemán, un tipo muy sensato y centrado, con las cosas muy claras. Ernest Borgnine, me encanta este actor, todo lo que transmite y la guapísima actriz mexicana, Katy Jurado, que se convertiría en su mujer en la vida real.
El desenlace nos traerá una sorpresa bastante interesante.
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2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Amistad y amor de oro
10 de agosto de 2019
Sencilla, directa, interesante, llamativa, emotiva, acertada, entrañable y notable producción en forma de western, en la que Alan Ladd y Ernest Borgnine, se convierten en protagonistas de una historia que consigue conectar con el espectador, gracias a una notable y efectiva presentación y desarrollo de personajes que conectan y enganchan al público en una historia de redención, venganza, deseos, oro, amistad y camaradería.
La película cuenta con un trabajo visual sensacional y todo ello con un tratamiento de la historia elegante, acompañado por una banda sonora agradable y emotiva para dar sentido a las emociones que viven los protagonistas, destacando la gran labor de Alan Ladd y Ernest Borgnine,
Los personajes quedan muy bien definidos y sus motivaciones e historias personales se convierten en motores fundamentales para sacar el oro de la mina.
El argumento no cuenta nada realmente novedoso, pero es innegable que los responsables de la película consiguen contarlo de una forma sencilla y acertada, dando sentido a todo lo que ocurre con el carisma y corazón de sus protagonistas.
La película cuenta con un trabajo visual sensacional y todo ello con un tratamiento de la historia elegante, acompañado por una banda sonora agradable y emotiva para dar sentido a las emociones que viven los protagonistas, destacando la gran labor de Alan Ladd y Ernest Borgnine,
Los personajes quedan muy bien definidos y sus motivaciones e historias personales se convierten en motores fundamentales para sacar el oro de la mina.
El argumento no cuenta nada realmente novedoso, pero es innegable que los responsables de la película consiguen contarlo de una forma sencilla y acertada, dando sentido a todo lo que ocurre con el carisma y corazón de sus protagonistas.
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Borgnine enamorado.
12 de octubre de 2020
Poco más de 24 horas tiene el ingeniero y geólogo Peter Van Hoek (Ladd), alias el Alemán, para ejecutar el robo de una mina y "colocar" el oro a quien lo envió hace unos años a la cárcel de Yuma. Cuenta por toda ayuda con un viejo compañero del penal, McBane (Borgnine), así como con un dinamitero mejicano.
La acción transcurre en la ciudad de Prescott (Arizona), donde el sheriff solo concede a Peter el tiempo que media entre la diligencia que lo ha traído y la que sale al día siguiente. En tan corto espacio podemos contemplar una bella historia de amor entre un maduro McBane, que en el fondo solo aspira a disfrutar de un modesto rancho, y una guapa mejicana, Anita (Jurado), a quien ha salvado de los toqueteos de un grupo de reprimidos "machotes". Por otros oficios ejerce también esta última el de comadrona y el de fulana. Para nosotros la historia de este amor crepuscular constituye lo mejor de la cinta. Las conversaciones, los descubrimientos mutuos ... la comprensión también, van poco a poco desnudando el alma de los amantes que no tienen tiempo de cruzarse ni un simple beso.
Armado con su martillo y su maletín de geólogo, se lanza Peter a las profundidades de la mina abandonada ayudado por sus dos amigos. La dinamita y el mal estado de los puntales están a punto de dar al traste con la aventura, que todavía se salda con una fractura de tibia y peroné que se soluciona de momento con tequila por todo anestésico. Tequila también usará luego el geólogo para desinfectar el cuchillo y sus manos cuando extrae con éxito una bala del pecho de McBane.
Además de la profundización en los caracteres de los dos amantes citados, destacamos la originalidad del guión y el desarrollo de la trama. El final resulta un tanto confuso con los fuegos artificiales de la fiesta local y lo que parece una toma de conciencia colectiva del pasivo pueblo mejicano. Es igual, la película merece la pena verla, aunque solo sea por ver a Borgnine lo bien que se defiende también en su papel de galán.
La acción transcurre en la ciudad de Prescott (Arizona), donde el sheriff solo concede a Peter el tiempo que media entre la diligencia que lo ha traído y la que sale al día siguiente. En tan corto espacio podemos contemplar una bella historia de amor entre un maduro McBane, que en el fondo solo aspira a disfrutar de un modesto rancho, y una guapa mejicana, Anita (Jurado), a quien ha salvado de los toqueteos de un grupo de reprimidos "machotes". Por otros oficios ejerce también esta última el de comadrona y el de fulana. Para nosotros la historia de este amor crepuscular constituye lo mejor de la cinta. Las conversaciones, los descubrimientos mutuos ... la comprensión también, van poco a poco desnudando el alma de los amantes que no tienen tiempo de cruzarse ni un simple beso.
Armado con su martillo y su maletín de geólogo, se lanza Peter a las profundidades de la mina abandonada ayudado por sus dos amigos. La dinamita y el mal estado de los puntales están a punto de dar al traste con la aventura, que todavía se salda con una fractura de tibia y peroné que se soluciona de momento con tequila por todo anestésico. Tequila también usará luego el geólogo para desinfectar el cuchillo y sus manos cuando extrae con éxito una bala del pecho de McBane.
Además de la profundización en los caracteres de los dos amantes citados, destacamos la originalidad del guión y el desarrollo de la trama. El final resulta un tanto confuso con los fuegos artificiales de la fiesta local y lo que parece una toma de conciencia colectiva del pasivo pueblo mejicano. Es igual, la película merece la pena verla, aunque solo sea por ver a Borgnine lo bien que se defiende también en su papel de galán.
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Interesante
8 de junio de 2022
Sabía que John Houston había hecho mucho mejor esta misma trama en The Asphalt Jungle pero el desarrollo de la historia de Houston fue sacrificado por la acción. Delmer Daves es un director bastante bueno de westerns y acción y es lo que hay aqui.
"Arizona" es una buena película para los sábados por la tarde, para descansar después de la paella.
Alan Ladd es Peter Van Hoek, ingeniero de minas que tiene en mente atracar a sus antiguos jefes y recluta a un antiguo compañero de celda de la prisión de Yuma, interpretado por Ernest Borgnine. Sterling Hayden en la primera versión.
Ladd estaba en decadencia.
The Badlanders (título original) es un ejemplo perfecto del tipo de películas que estaba haciendo después de Shane, películas de acción rutinarias que podrían haberse hecho como cualquier número de westerns de televisión que brotaban por todas partes en ese momento.
"Arizona" es una buena película para los sábados por la tarde, para descansar después de la paella.
Alan Ladd es Peter Van Hoek, ingeniero de minas que tiene en mente atracar a sus antiguos jefes y recluta a un antiguo compañero de celda de la prisión de Yuma, interpretado por Ernest Borgnine. Sterling Hayden en la primera versión.
Ladd estaba en decadencia.
The Badlanders (título original) es un ejemplo perfecto del tipo de películas que estaba haciendo después de Shane, películas de acción rutinarias que podrían haberse hecho como cualquier número de westerns de televisión que brotaban por todas partes en ese momento.
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Oro y venganza
17 de febrero de 2023
Alan Ladd y Ernest Borgnine. Qué puede salir mal. Nada. Es perfecto. Un buen guión, un metraje muy moderado, corto incluso, una escenografía clásica en un Western es igual a luna película bastante entretenida.
Se dice que es un remake de La Jungla de asfalto (John Huston, 1950), pero no le veo la semejanza por ninguna parte. Pero por ninguna, ni desde el punto de vista estético, ni en el trasfondo, ni en el moral. Ni en nada. Allí era la planificación de un atraco y las vivencias para reclutar al personal. Aquí es una búsqueda de oro de un protagonista y de venganza de otro.
Me gusta Delmer Daves. Una mezcla de artesano y de cineasta de estudio, del sistema de producción en serie de películas de cine.
Se dice que es un remake de La Jungla de asfalto (John Huston, 1950), pero no le veo la semejanza por ninguna parte. Pero por ninguna, ni desde el punto de vista estético, ni en el trasfondo, ni en el moral. Ni en nada. Allí era la planificación de un atraco y las vivencias para reclutar al personal. Aquí es una búsqueda de oro de un protagonista y de venganza de otro.
Me gusta Delmer Daves. Una mezcla de artesano y de cineasta de estudio, del sistema de producción en serie de películas de cine.
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