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6 Críticas de los usuarios

Críticas de los usuarios:
8
¿QUE COMO TE AMO?
No le hagan ningún caso a la nota media que tiene esta película. "La pelirroja indómita" es una excelente cinta dirigida por el prolífico Mervyn LeRoy que contiene buena dosis de aventura, romance y discrepancias médicas. Por si esto no fuera suficiente, una espléndida Greer Garson lidera el frente femenino en esta desigual guerra de sexos y, aunque no sale victoriosa, al menos vence y convence -lo que es más importante- al hombre que ama y al temor de un pueblo indígena que primero la mira receloso pero luego la adora.
Greer Garson es la película de principio a fin y, fíjense ustedes si esto es cierto que, cuando ésta termina, nos da la sensación de haber visto una película con muchos toques de comedia. Pero realmente no los hay. Lo que ha ocurrido es que la atractiva y arrolladora personalidad de la doctora Winslow ha llenado cada secuencia de una simpatía, una luminosidad y una alegría desbordantes.
Como yo también ando desbordado y seducido por tan maravillosa mujer, me sentaré al piano, al igual que Dana Andrews, y con la misma cara de primavera, le voy a recitar aquello de: "¿Qué cómo te amo? De muy diversas formas..."
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13 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
Doctora en Nuevo México.
Cinta ambientada en el entorno de la ciudad de Santa Fe (Nuevo México) en 1880, cuya protagonista Julia Winslow Gard (Garson) es una joven licenciada en el Colegio Femenino de Medicina de Filadelfia.
No es ningún disparate. La primera escuela de Medicina para mujeres se abrió poco antes de la Guerra Civil estadounidense que comenzó en 1861. La Universidad Drexel de Filadelfia con su Escuela de Medicina de la Mujer será una de las pioneras, marcando un camino que se generalizará a finales del siglo XIX con numerosos centros docentes similares.
No fueron fáciles los comienzos profesionales de Julia, que deberá abandonar su ciudad de Boston ante la intolerancia y el vacío que recibió de sus colegas varones. Algo de esto mismo denunciaba recientemente la cineasta afroamericana Valerie Scoon en Daring Women Doctors: Physicians in the 19th Century (Doctoras atrevidas médicas en el siglo XIX). Un documental que busca dar a conocer a estas “mujeres pioneras que se enfrentaron a la hostilidad, el racismo y el sexismo para convertirse en médicos”.
Esto mismo es lo que bajo el envoltorio de un western nos muestra la película de LeRoy, trasladado en esta ocasión a una ciudad próxima a México, con una fuerte tradición católica y bajo el control de un poderoso ganadero que … también es médico, el Dr. Rourke O’Brien (Andrews).
Al llegar a Santa Fe tiene Julia ya dispuesta la consulta médica en la casa de su hermano el teniente David Gard (Mitchell), un apuesto sinvergüenza, jugador y tramposo. Todo está perfectamente organizado, con su sillón de dentista, camilla, vitrinas, frascos, batas blancas, aparatos de esterilización, etc. En la puerta un cartel indica: “Julia Winslow. M.D. Physician and Surgeon” (Médico y cirujano).
Pero también hay preparada en su contra una parte de la sociedad local con el Dr. O’Brien a la cabeza: “Una mujer médica es una cosa muy extraña, como un pollo con dos cabezas … la echarán a carcajadas”. Convencido que se trata de una fea solterona que abraza la medicina a falta de un buen marido, “Seguro que su pecho es liso como una tabla” o “¿Quién va a querer a una mujer que se pasa el día recetando pastillas”, se llevará toda una sorpresa al encontrarse con la bella pelirroja. Y, claro, él es viudo y todavía de buen ver …
Un auténtico choque de personalidades y de visión de la medicina se produce cuando ambos se conocen personalmente. En una de las mejores escenas los dos marchan en dirección contraria por la calle central de Santa Fe, cada uno en su coche de caballos, se cruzan, se miran ... persecución en medio del gentío, accidente aparatoso, pérdida del sentido. En la siguiente escena O’Brien se recupera perfectamente vendado en la pulcra clínica de Julia.
Los celos profesionales no hacen más que empezar al comprobar la limpieza y el uso tan frecuente que hace como antiséptico del ácido carbólico (fenol, como se sabe de olor muy penetrante), “No puedo salir a la calle con este maldito olor a desinfectante”. Admirado, le pregunta con retintín lo que le debe por la asistencia y si ha podido montar esa clínica y adquirir la elegante ropa que viste solo con sus beneficios médicos. Julia responde sincera: “Ni en mi mejor época hubiera podido comprarme vestidos con mis ingresos”, y un lacónico “No cobro a colegas”.
Los enfrentamientos entre los doctores se suceden a cuenta de Lister y de sus ideas modernas sobre la higiene quirúrgica. Rourke la acusa de falta de ética profesional por captar descaradamente su clientela de pago como venganza hacia los médicos masculinos. A todo esto, mientras tanto, surge el amor entre los dos colegas para complicar más las cosas … o para resolverlas.
Guion elaborado con una buena asesoría médica y dirigido con habilidad. Entre los personajes destaca claramente el de Julia, de personalidad muy bien definida que recuerda a ratos “La fierecilla domada” (Shakespeare, 1594). Cosa que no sucede con los demás protagonistas cuyos caracteres quedan un tanto desdibujados, especialmente su hermano David. Algo parecido ocurre con las interpretaciones, con Garson por encima de todos los demás, especialmente de Andrews al que se le ve muy envarado, con nota para algunos secundarios.
Estamos pues ante un western del subgénero médico, con un tratamiento entre la comedia romántica y el melodrama, pero con una evidente y muy temprana reivindicación de los méritos profesionales de la mujer en el terreno de la medicina.
Una buena película que no deben perderse todos aquellos que critican el papel de “florero” que, dicen, el género otorga siempre a la mujer, generalización con la que no estamos en absoluto de acuerdo.
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3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
Y el doctor se hizo mujer
Primeramente quisiera contrarrestar mi opinión a la crítica de un usuario que, con todos mis respetos por el juicio negativo que ha hecho de ella ( para eso están los gustos), la ha calificado de " antigualla" aduciendo que ( poniendo sus palabras textuales) " Presenta una guerra de sexos antediluviana, con unos presupuestos argumentales que hoy en día nos sonrojan sin duda alguna.
Y que nos sonrojan eso no lo voy a negar porque, afortunadamente, gran parte de esos supuestos que nos presenta la peli ( aunque yo también discutiría eso) los hemos dejado atrás. Pero, ¿ calificarlo por eso de antigualla?. Pues en mi humilde opinión es un pedacito de Historia lo que LeRoy nos presenta aquí y con bastante fidelidad y rigor a los modos de pensar de la época.
La acción se sitúa en 1880 en territorio de Nuevo México. Una forastera llega a Santa Fe procedente de Boston a reunirse con su hermano, un teniente del ejército. La gran sorpresa de todos sus habitantes se dará cuando descubran que esa mujer es doctora en medicina y que tiene el propósito de ejercer allí.
Creo que, a estas alturas, todos se pueden imaginar las enormes trabas que debían encontrar estas pioneras para ejercer su cargo. Con una soberbia Greer Garson que se come la pantalla, la cinta ya nos apunta en ilustrativos diálogos su penosa trayectoria " Si tuviera que comer de lo que gano como médico me moriría de hambre". La verdad es que, me parece, que LeRoy en realidad se ha mostrado demasiado amable al mostrar la tibia acogida con la que es recibida. Estoy seguro de que en la realidad sería mucho más difícil, más teniendo en cuenta que ese pueblo ya contaba con un doctor hombre.
Pero si de algo peca esta película es de no querer salir de su zona de confort y, para ello, LeRoy prefiere aglutinar todos los prejuicios en un sólo hombre; su colega y rival en la profesión Dana Andrews.
Y ahí es donde se nos muestran todos los prejuicios que la sociedad tenía ante estas mujeres.
" Seguro que es una solterona que no ha podido casarse". " Seguro que tiene el pecho plano y los pies grandes". " Te digo yo que esta clase de mujeres ocultan una frustración que las hace tomar profesiones de hombres para poder aliviarlas". " Esta manzana lleva gusano dentro".
Todo esto hoy nos hace sonrojar, claro que sí. Y sin embargo, yo aseguro que no está tan superado ni muchísimo menos. Parafraseando un dicho de la cultura popular española de la época " Mujer bachiller, mujer barbuda", nuestros pobres abuelos estaban convencidos de que si se cultivaban las mentes femeninas, alguna extraña transformación se producía en sus cuerpos, al punto de que perdían su feminidad hasta, casi, casi, desarrollar un pene mayor que el de sus compañeros.
Y no vayamos tan atrás en la época hombre. Todos estos calificativos, la mujer se los ha llevado en cada paso que ha dado a lo largo de la Historia. Las sufragistas, las feministas...solo que, hoy, no somos tan elegantes en nuestros insultos hacia ellas y las que antes eran calificadas despectivamente como solteronas o mujeres que no las quería ningún hombre, hoy directamente las calificamos como " malfolladas" o " esa lo que necesita es un buen nabo". ¿ Estamos seguros de haber superado los prejuicios hacia ellas?.
No, no. En este aspecto, esta película de antigualla nada.
También me ha resultado muy interesante el antagonismo que sostienen los dos colegas con respecto a sus métodos. Una es partidaria de la nueva escuela que promueve los métodos antisépticos, que en su día debió representar también una revolución con no pocos detractores que en la peli también los representa Andrews.
Poco a poco, la pareja va resolviendo sus diferencias en base al conocimiento y al respeto que se va generando entre ellos. Y entonces, surge el amor.
La verdad no sé por qué se ha decidido darle el formato de western a esta película porque, en mi opinión, no lo precisaba. Para mí, toda la subtrama protagonizada por Cameron Mitchell está de más. Su personaje no está bien dibujado y da la impresión que se ha utilizado su historia para darle algo de acción a un tema que, en realidad, no lo necesitaba. Para mí, este es un drama médico- feminista rural y así debiera haber seguido hasta el final. Y la protagonista, casi absoluta, Greer Garson. Dana Andrews no se encuentra muy cómodo en este papel. No me extraña. Su papel es un poco ingrato a pesar de que se lleva a la chica.
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1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
6
Un Cinemascope espléndido y un Dana Adrews lamentable
Esta producción de la Warner del año1955 está rodada en Arizona en un espléndido formato Cinemascope auténtico como corresponde a aquellos años recientes de tal invento. Desmerece un poco el Warner color que quiso competir entones con el Technicolor, pero se le parece poco. Se agradece en su pase por TV el haber respetado el formato original, hecho que muchas veces no ocurre con las famosas mutilaciones laterales de la imagen para adaptarla a la pantalla de TV.
Con relación al argumento del film, es un western menor, mezcla entre comedia romántica y drama sin grandes méritos, con algunas secuencias que no resisten el paso del tiempo, donde Dana Andrews muestra lo que siempre hizo, ser un actor mediocre, estático y poco creíble por tanto. Si brilla la belleza de Greer Garson y su buen hacer, aunque nada comparable a otros trabajos suyos anteriores. También podemos contemplar a Cameron Mitchell, que pocos años antes protagonizó positivamente, como en este film,. "Como casase con un millonario", en compañía de la malograda Marilyn Monroe y Lauren Bacall.
La película refleja la influencia abundante de Méjico y algunos retazos de España.
Recomendable para pasar el rato sin grandes pretensiones.
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1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
6
Muy previsible
Una historia que sabes cómo va a acabar antes casi de empezar. Me gusta mucho Dana Andrews, me parece un actor de aquella época, hombres grandes, guapos, hieráticos, poco expresivos, no excesivamente dotados para la interpretación pero que hacían creíbles sus papeles, sus personajes.
La pelirroja, no tan guapa cómo pudiera parecer, es Greer Garson, para mi desconida.
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3
¡Zanahorias, qué antigualla!
Como bien apunta José Antonio ZG en fecha muy reciente, este film ha resistido muy mal el paso del tiempo. Presenta una guerra de sexos casi antediluviana, con unos presupuestos argumentales que hoy día nos sonrojan sin duda alguna.
En cuanto al color que otro comentario refiere, tiene cosas graciosas como ver que el pelo de la chica es màs bien rubio antes que cobrizo, como se ha dicho, se supone que cosas del cromatismo del film.
El título que he puesto a mi crítica alude a la sempiterna interjección pronunciada por una coprotagonista, llamada Espuela. Expresión que suena un poco ridícula en España, y desde luego, casi lo más gracioso de esta película.
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1 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
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