6 Críticas de los usuarios

No he encontrado hasta el momento otra película española, ni de ninguna otra nacionalidad que haga referencia a “La guerrita”; aquella actuación patética, una vez más del ejercito español en tierras africanas. Esta vez como digo los paracaidistas españoles tendrán su momento de gloria en Sidi Ifni. Lo que empieza como una comedia de paleto, Jose Luis Ozores ¿Quién si no?, que llega al campamento para que le puteen un rato, termina en plan realista con sus muertitos y todo. No es este país muy dado a recordar sus desastres bélicos. Deberíamos aprender de otras cinematografías como la inglesa por ejemplo recordando sus derrotas a manos de los zulúes, y otras etnias. Claro que aquí no hay dinero para gastárselo en esas cosas. Además igual nos hacen recordar lo estúpidos y cabrones que fuimos con otros pueblos, mejor dar las subvenciones a los de siempre, a los que mejor lamen culos para que sigan haciendo sus rollitos de parejas y tríos. La película no es ninguna maravilla pero simplemente por ser la única que toca el tema de Sidi Ifni debería verse. ¡Ojo! también allí tuvimos nuestros héroes. Y los pobres soldaditos de reemplazo sacrificados por la incompetencia y poca vergüenza de la clase militar franquista.

Esta película en forma de humor describe bien lo que es la brigada paracaidista del ejercito de aire, en fin tambien no las describe con cierto humor la mala época que se pasa de recluta, en la mili, jejejeje, con demasiada permisividad, por parte de los mandos .
Los paracaidista del aire son una unidad de ÉLITE, dentro de nuestras fuerzas armadas, asi que la peli, es genial, refleja perfectamente la formación en aquel entonces, y su entrenamiento de forma superficial,

Luego esta el toque histórico de una guerra olvidada por muchos españoles, la guerra de Sidi-Ifni, fue una guerra dura, pero por la política de aquel entonces, no se le dio mucha publicidad, en fin hubo gente que estuvo allí, en fin se merecen todo el respeto del mundo y de sus compatriotas, y
sobre todo a los familiares, que dejaron alli, a hijos, padres, etc etc ,

La película no es buena, claro. Pero es que me gustan los paracaídas y ver a J. L. Ozores, casi haga lo que haga. Y más en estas películas en las que él lleva todo el peso. La película, en su día, gustó mucho, por Ozores, que ya llevaba trabajando desde diez años antes. Gracias a él la película se deja ver.
Por fortuna lo de las novatadas ya no se lleva, pero las de aquí tampoco son tampoco demasiado duras y uno acaba riéndose con las caras de Ozores.
Lo que no se acaba de entender es cómo, contando con el asesoramiento militar, se permitían algunas de estas tonterías. Además, el personaje del paleto no está bien dibujado, porque dice cosas de gente inteligente. “El que se ría de mi, me lo cargo. Eso está ya jurao”.
Y la empanada de lomo que se jama con su madre, de lo que no hay.
Y estas películas sirven para descubrir actrices fantásticas, como Carmen Rodríguez, que hace de madre del recluta. Un papel muy corto pero se ve que llevaba toda la vida actuando.
Por último, las escenas de la guerra están bien rodadas, sobre todo los planos generales.

Guion basura que pretende hacer reír a base de putear inmisericordemente a un paleto. Hoy los paletos ya no existen, les ha pasado como a los pitufos negros, una transformación. Pasaron de ser seres bobalicones, pero serviciales y dispuestos, a poligoneros y chonis con muy mala leche.

En fin, dejando de lado esa pequeña reflexión, a mí la película me ha dejado mal cuerpo, viendo como se basa en que la mayoría toma como diversión la humillación constante del paleto. Bromas de mal gusto, sin ninguna gracia, el teniente condescendiente... una pena en gente ya tan crecidita.

Porque al final, te das cuenta que el paleto era el menos paleto de todos.

Simpática comedia de Ramón (Tito) Fernández, con guión de Vicente Escribá, y que tiene dos partes claramente diferenciadas.

La primera es muy fresca y divertida. Todo lo que tiene que ver con la instrucción militar del protagonista y las pesadas pero entrañables novatadas que le gastan sus pícaros pero leales compañeros.
En esta parte uno/a se ríe bastante y se lo pasa bien, degustando los kilos de bondadosa comicidad de ese gran actor que fue José Luis Ozores, que en paz descanse. Él es el rey de la función, logrando que la sonrisa y la franca risa no abandone al espectador.

Sin embargo, una vez comienzan los sucesos más o menos románticos, con la aparición de las bonitas chicas que esperan impacientes a sus enamorados en horas de permiso, la cosa se tambalea un tanto, siendo el no va más los últimos minutos, los bélicos, donde el patriotismo, la valentía y compañerismo se muestran en todo su esplendor.

Con todo, es una cinta, en líneas generales, maja, chistosa, con buenos intérpretes, y lo mejor de todo, una asombrosa y maravillosa fotografía a todo color y pantalla.

Una película que creo todavía se mantiene bien, gracias a los intérpretes y a un humor blanco, ingenuo a veces, aún eficaz.

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Hijos de una época y de las circustancias de una época, los actores y las actrices españoles de la segunda mitad del siglo XX limitaban sus prestaciones a lo que sus directores, hijos de la misma época y de las circunstancias de la misma época, les pedían; y es por ello que Jose Luis López Vázquez, Rafael Alonso, Florinda Chico y Julia Caba Alba, por ejemplo, o Jose Luis Ozores, que encarnaba a la perfección la inocencia y la bondad, habrían llegado a la luna junto a Neil Armstrong si sus carreras se hubieran desarrollado allende los mares.
AHÍ VA OTRO RECLUTA, siendo una película mala, es también hija de una época, y, en la exaltación ineludible de alguno de los valores patrios, o de sus circunstancias, aprovechó para pintar, de paso y con la brocha gorda, a buena parte de los tipos que, por entonces, pululaban por los cuarteles y centros de instrucción de aquella España azul y nuestra.
Ya no me queda nadie de entre los que me enseñaron los nombres de los actores y actrices que menciono, ni de entre las que, en las casas de mi infancia, me enseñaron a quererlos; pero cerrando los ojos, con la revisión de cintas como AHÍ VA OTRO RECLUTA, de Ramón Fernández, es, ciertamente, como si estuviera allí.