39 Críticas de los usuarios

Basada en la novela homónima de Jorge Franco, dirigida por el mexicano Emilio Maillé y exitosamente estrenada en su país de origen, Colombia, Rosario Tijeras luce unos “acabados” impropios del cine que acostumbra a llegarnos del continente latinoamericano, y es que su inusual suntuosidad estética, así como su elegancia formal, hacen que la película se desmarque del cine colombiano sobrio, hiperrealista y de denuncia comprometida que hasta la fecha se ha venido exportando desde aquel país. Exceptuando similitudes temáticas y contextuales, Rosario Tijeras poco o nada tiene que ver con el tono de La Virgen de los Sicarios o de cualquiera de las películas de Sergio Cabrera, y apuesta, con moderación pero sin tapujos, por un cine más embellecido aunque notablemente más epidérmico. Varios flashbacks desordenados a ritmo de música de baile y golpe de raya de cocaína, y trufados de varias escenas de cama algo gratuitas, sirven para armar un relato inteligible y melodramáticamente intenso que se queda en la superficie del meollo, sin ahondar en las verdaderas causas de la violencia, la pobreza y marginalidad. La repercusión que la cinta tuvo, pues, sólo nos lleva a admitir que nos hallamos ante un paso importante del cine colombiano en lo que a cuestiones puramente industriales se refiere, que peca de falta de pegada e incisión y cuya relevancia artística y reflexiva es más bien exigua, por no decir nula.

Tras ver esta película recomendadísima por Angelus que dice que es una de sus películas favoritas (tienes que ver mas cine amigo mío), no me queda mas remedio que escribir esta critica intentado explicar por que no me ha entusiasmado este film.

La historia es muy poco atractiva, muy mal narrada, a mi me da igual que una película empiece por el final además como en este caso si encima te deja una pequeña interrogación que si se desvela en su totalidad al final, lo que pasa es que en ningún momento la película tiene un orden, son todos recuerdos de un recuerdo que te lleva a otro recuerdo, entre ello siempre corta del mismo modo la escena apagándose la imagen, y luego recupera la imagen del mismo modo para contar otro recuerdo, por lo que se hace cansino por que lo repite unas 100 veces. En conclusión un desorden que provoca un desconcierto y que la película sea dificil de seguir.

El ritmo es lento, que tampoco me importa si esta bien utilizado, pero aquí no lo esta, el tiempo esta aprovechado en malos diálogos muy poco entendibles y no porque hablen en colombiano sino porque parece que los actores no quiere levantar la voz a ningún compañero. Esto tiene arreglo subes a todo lo que de tu televisor, pero aviso, cuando entre la banda sonora vais a flipar.

La película contiene algunas escenas que son unas autenticas tonterías que quitan toda credibilidad a este film, este tipo de escenas junto al desorden que tiene son las que joden verdaderamente a la película. Cuando la veáis estoy seguro que identificareis las escenas.

Los actores no es que estén muy bien, sobre todo los principales, a mi gusto pésimos sin llegar a transmitir ninguna sensación. Mejoran a estos los actores que aparecen en menor tiempo, mucho mejor.

Dicen que la película habla de una bella mujer que es sicaria y de drogas, que no os engañen, la película trata de un amor a tres bandas. Poca sangre para la gente que les atrae esto.

Un saludo Angelus.

« Retrato: Descripción de las características externas, de los trechos morales y de las costumbres de una persona o un grupo de personas »

¿Donde está aquí la descripción? Es más, durante todo el film, ¿se llega a analizar algún personaje o parte de un determinado grupo como es debido? La respuesta es sencilla y evidente: NO. Y es que no se puede pretender realizar un retrato cuando lo único que muestras son a una panda de patanes que follan más que hablan y cuyo único lenguaje parece ser el de la chabacanería de cualquier cerebro disecado.

« Interpretación: Acto, a través del cual, un intérprete hace sensible al público sobre aquello que sólo existe de un modo escrito »

Hacer sensible al público sobre algo, debo suponer que significa obrar de un modo, a partir del cual, el espectador pueda llegar a sentir sensaciones a través de lo que observa en pantalla. ¿Como coño vamos a sentir algo viendo a este ridículo elenco en pantalla? Manolo Cardona realiza una de las peores "interpretaciones" que haya podido ver en mucho tiempo, es más inexpresivo que un cacho de madera y, para colmo, su personaje es tan simple como una linea trazada en un papel. Luego, a parte, también están la protagonista, que a parte de mostrar desnudos, no hace absolutamente nada, ni una gota de carácter al sujeto que interpreta, ni NADA de NADA. En definitiva, deplorable que estos señores se hagan llamar actores. Lo único que merece la pena destacar es el cuerpazo de espanto de la chica esta...

« Dirección: Actividad artística y técnica destinada a la realización de un film »

Seguramente se preguntaría el director de que narices le hablamos si alguien le contara de que va la cosa... ¿artística y técnica? ¿eso que es? , está claro que no sabes de que hablamos, amiguete... con ese uso de la cámara más primario que el que haría un orangután de un ordenador, esa especie de flashbacks que ni tú mismo debes saber a cuento de qué son expuestos, pues no hacen más que mostrar el proyecto como algo totalmente aborrecible y confuso y esa pericia para crear "ambientaciones" de tan alta calidad... En fin, donde iremos a parar...

Muy bien interpretada, buen casting, y correcta ejecución técnica. El único fallo: un guión caótico, para una historia que se pierde dentro de si misma.

Los continuos flashback, desorientan a un espectador deseoso (Es mi caso) de ver una película con cierta coherencia que la pierde continuamente, y a duras penas se salva por el despropósito al que nos conduce escena tras escena.

No la voy a suspender con nota muy baja, porque algunos elementos técnicos y artísticos se han gestionado con solidez.

Si antes de ver la película sentiste el libro, la adaptación cinematográfica te parecerá una porquería. Es excesivamente lenta y está compuesta de cientos de pedacitos separados entre sí por "fades", pedacitos que si los unimos no nos da absolutamente nada. La película está compuesta de diferentes parches de todos los colores, todos lentos, insulsos, sin sentido. Se pierde por completo la esencia del libro y no produce sensaciones. No la vean, es realmente floja.
Y para los que piensen que es el reavivamiento del cine colombiano, están en lo cierto en cuanto a la forma (las técnicas, la iluminación, el sonido) mas no en cuanto al fondo.

Basada en la novela del colombiano Jorge Franco y dirigida por el mexicano
Emilio Maillé, Rosario Tijeras es una atípica expresión de las películas
con mafiosos ligados al narcotráfico. Estamos acostumbrados a los grandes
frescos con gángsters de origen europeo o hollywoodense, y últimamente a
las versiones asiáticas, que nos han familiarizado con términos como
"yakuza"; pero no es habitual encontrar historias de origen latino,
enmarcadas íntegramente en su país de origen y narradas por cineastas
autóctonos.
Sin discutir que Rosario Tijeras se encuadra en la línea de un cine
industrial orientado a un público amplio (es uno de los títulos más vistos
en la historia de Colombia), resulta en varios sentidos una película
atípica y destacable.
El film es ante todo una tragedia
amorosa en torno del personaje que da título a la película, interpretado
por la colombiana Flora Martínez, una joven cuya belleza y sensualidad
esconden una vida torturada y marcada por la violencia de su oficio como
sicaria en el Medellín de finales de los 80.

Concebido en una estructura narrativa de saltos temporales que generan una
yuxtaposición de situaciones separadas por fundidos, estos fragmentos van
encapsulando en el tiempo una vida y una época, que nos llevan a
reconstruir el pasado de Flora, donde desfila una serie de personajes
secundarios con el turbulento entorno social de fondo.
Uno de los puntos más fuertes de la película es el retrato de esa Medellín
marginal, en que se mezclan el folclorismo con las más duras realidades.
La cinta alcanza sus mejores momentos cuando sale a las calles y respira
una realidad marcada por la violencia, la pasión y la paradójica actitud
de los personajes, donde el crimen se vincula con ritos religiosos y la
vida con la muerte.
El logrado envoltorio formal del film está influenciado por múltiples
referencias, ante todo, una estética publicitaria y del cómic (con sus
chicas malas al estilo Sin City), que ya sedujeron a otro latino como
Robert Rodriguez.
Una banda sonora potente y omnipresente refuerza la gran vitalidad de la
película y remarca el derrotero trágico de la actriz, una revelación
surgida de las telenovelas, quien transmite a su personaje la
contradictoria mezcla de fuerza y fragilidad.
Un aceptable melodrama, en síntesis, marcado por el dolor, el amor, el odio, la traición y la redención. Como las grandes historias que siempre dan que hablar, para bien y para mal.

La historia de Rosario Tijeras tiene fuerza, muchos ingredientes que la hacen interesante, además nos muestra como era la ciudad de Medellín hace casi veinte años, un lugar tan complejo y apasionante como peligroso. Es un apena que para contar todo esto se utilice un estilo tan vulgar y efectista, rozando en muchos momentos el ridículo (ese paseo con el muerto posiblemente esté inspirado en hechos reales pero en pantalla resulta grotesco).
En cualquier caso si por algo será recordada esta película es por la presencia rotunda de su protagonista, Flora Martínez. A su lado cualquier presencia masculina palidece, incluido Unax Ugalde que aunque se esfuerza con el acento colombiano, no esta especialmente acertado.
Intentando atraer la mayor cantidad de público posible han echado por tierra las posibilidades de una película que podía haber sido mucho mejor.

Sobredósis de lentitud a medida que va transcurriendo la cinta, comienza de una manera que no viaja en el tiempo en la medida que uno piensa como puede continuar viendo el principio.

¡Vale! que refleja la Colombia del narcotráfico, la cocaina en los bolsillos, la muerte en la ciudad mas violenta del mundo como es Medellín, pero si de la película hablo que para eso escribo mi crítica, es mejor verla a una hora que no entre sueño, porque uno se puede dormir y si acaso no sucede es para observar la belleza de su protagonosta, no por otra cosa. Sigo pensando que Unax Ugalde equivocó su profesión y estaría mejor en una serie de al salir de clase que en el cine, ya se vió en Cámara Oscura donde decepciona totalmente, ¡vamos! su futuro no es el cine ..¡al tiempo!.

Contrario al pensamiento de otros colaboradores en su crítica en esta página, la película es aburrida, carente de diálogos interesantes, en definitiva, película para dormir un ratito despues de ver las bondades que la naturaleza ha ofrecido a "Rosario Tijeras".

Algo incongruente es esta película, con unas interpretaciones bastante mediocres y una puesta en escena muy pobre.

Los resultados finales no llegan al aprobado, y eso que deposité en este film bastantes esperanzas, ya que la triple nacionalidad del mismo, (Colombia, España y México), hacían que mis apetencias iniciales se vieran al final saciadas...

Pero nada más lejos de la realidad, porque la película incurre en muchas obviedades y en un gran cúmulo de errores, empezando por la cada vez más solicitada apuesta por parte de directores y productores de diversos y muy molestos "flashback", que hacen que el largometraje en cuestión se resienta enormemente.

Así, pués, lo que digo siempre al final de cada crítica... otra vez será... ¿o no?.

Rosario es mucho más que una peli de amores odiosos, muertes, droga y pasiones contrariadas: esta obra se encarga de describir costumbres, ritos y mucha, mucha calle colombiana, de las más dura, de la "más peor".
No obstante, tiene una lectura que trasciende su contexto, se puede leer desde cualquier espacio e incluso esas tradiciones propias del mundo colombiano pueden aparecer para el espectador extranjero como dotadas de una magia que otorga un condimento extra a la película.

Los personajes son creíbles y cada actor tiene sus matices, sus formas: por momentos resultan notables los cambios de tono, como desde los gritos y la bronca se pasa a un susurro entre dientes, a pura fuerza pasional y es que esta obra es una obra de visceras, como debe ser, puesto que colombia debe, y muchas veces lo hace, sacar algo positivo de una condición social cada vez más paupérrima.

Lejos de la demagogia, Rosario se encarga de mostrarnos un torbellino de emociones en el que te podes enredar sin problemas, quizás no de la forma más feliz y este es uno de los mayores defectos de la peli: su estructura narrativa fragmentada y un discurrir argumental que en su desenlace no convence del todo hacen decaer una obra que pudo haber sido, y no lo dudo, de magnitudes inmensas.

Qué decir de una peli que antes fue una novela exitosa y que generó un filón abominable de engendros como "El cartel de los sapos" o "Sin tetas no hay paraíso". Ahora bien los productores se la juegan por seguir adaptando obras literarias bien conocidas (eterno mal de nuestra cinematografía), pues esto jalona taquilla y de paso le encargan el trabajito a un director que no tiene menor idea de lo que fue esa Medellín de los ochenta y a poco que seguro no le interesa; por lo que termina creando un dramononón que tendría poco que envidiarle a los mejores culebrones mejicanos, pero sin ningún atisbo de realidad nacional. Y no es que crea que una película debe ser un estudio sociológico, pero al menos debe hacer un retrato verosímil del mundo que retrata; algo que sí logra la novela de Jorge Franco. Y es que la mayor falencia que encuentro en esta película es un problema de verosimilitud, de credibilidad y por ello mismo de empatía con el espectador.

Y se equivoca Maillé, o sus guionistas, cuando cercenan las mejores cosas de la novela, pensando en crear un producto comercial, mainstream dirían otros, sin un ápice de profundidad; en fin: una película que funcione bien con cierto tipo de público educado en la despreciable línea amoresperros, que intenta crear un "así es" de la violencia en las urbes latinoamericanas (camino señalado desde el cine mexicano, y que, como en el caso de las telenovelas, se copia en A. L.); así que finalmente esta "Rosario Tijeras" se hace una peli de consumo masivo, narrada con el mismo pulso y los mismo tópicos de sus precedentes, y por ello carente de toda originalidad; y es que a veces uno agradece encontrar alguna cosa no vista, algo que se escape del cliché, de la frase común y del hacer hegemónico en nuestras cinematografías.

Finalmente, me quedo con la decepción de no encontrar en la peli las mejores cosas de la novela, especialmente con el uso de la narración en primera persona de un personaje como ese Antonio, aquí interpretado por un desubicado Unax Ugalde, que se despacha los monólogos más sencillos y poéticos, y esos sí verosímiles, que haya leído en mucho tiempo; de hecho si algo tiene interesante la novela es que el personaje de Rosario nunca lo vemos dibujado del todo, sólo vislumbrado en la penumbra a partir de ciertos detalles, conversaciones o imaginaciones de Antonio; mientras la película intenta contarnos la historia de Rosario con múltiples escenas de las que aquél narrador novelesco carecía; y ya de por sí, con este giro, el guión deja de ser la historia de un niño bien que conoce a joven sicaria que le representa un misterio indescifrable y una fascinación absoluta, por la historia de una putica matona de comuna, con afanes arribistas y relacionada con toda la fauna narcosocial de esa medellín no tan lejana; así de un solo golpe se pasa de una mujer en la sombra a una especie de heroína vengadora y prostituta.

Podría citar un largo número de películas que fueron cuidadosamente concebidas, pero que, luego, se truncaron o se vinieron a menos por numerosas causales: Limitaciones de presupuesto, plan de rodaje sin posibilidades de ampliación, incompatibilidad con algunos miembros del equipo técnico, trabajar con actores impuestos por los productores con los que no se empatiza o en los que no se cree, perturbaciones de la naturaleza, accidentes durante el rodaje…

Por razones como ésta, es que ya rara vez escribo para despotricar de película alguna y, a las que no me gustan prefiero, ahora, regalarles mi silencio, confiando en que, de esta manera, pasen más pronto al gigantesco promontorio del olvido. También, por estas mismas razones, es que se me hace difícil ser objetivo con el cine latinoamericano que, con frecuencia, se resiente por alguna o por varias de aquellas cosas que citaba antes y de las casi nunca nos enteramos.

De, <<ROSARIO TIJERAS>>, película colombo-mexicana que tuvo a su cargo, Emilio Maillé, pueden señalarse fallas en la vocalización (¿pero tuvo el director la opción de repetir otras veces tales escenas?); exceso de desnudos (¿voyeurismo del director o imposición de los productores con la esperanza de atraer más público?); actuaciones secundarias de muy bajo nivel (¿Se tuvo suficiente tiempo para prepararlos? ¿había presupuesto para pagar a gente profesional?)…

Pero, si uno consigue trascender estas habituales falencias, se encuentra con un filme muy interesante; válido argumentalmente desde diversos puntos de vista; acertado en más de un aspecto (el tratamiento que se da al personaje de Rosario, la recreación del sicariato…) y que nos pone ante la dolorosa semblanza de unos hechos aterradores que, quizás, nos lleve a ser considerados, por muchos, como una de las culturas más salvajes y atrasadas del mundo. Porque, lo que sucede en la película es cierto, vergonzosamente cierto, y sigue sucediendo de esta y otras maneras que superan toda ficción.

Esto, que suele ocurrir entre los sectores más arrinconados y excluidos de la ciudad (aunque a veces también en los estratos altos) suele ser el resultado de la falta de educación, del desafecto, de la violencia intrafamiliar... y de las extremas carencias económicas por el completo olvido en que los han mantenido nuestros gobernantes.

Escenas como la del funeral de Johnefe, el ataque de Rosario y su compinche, al cadáver que velan en un barrio alto o la manera como se asesina a los propios amigos porque “sino otro lo haría”, dan fe de un hiperrealismo que impacta nuestra sensibilidad y nos llena de tristeza por nuestros hermanos.

Ya no se puede ir más allá en la oscuridad, ya no es posible que la degradación alcance otros niveles, y quizás, sólo queda esperar que un milagro, o la naturaleza implacable, limpien por fin la tierra del inmenso lodo y de los aterradores fantasmas que corren por las calles.

Supongo que esta es una de esas películas que o la amas o la odias y yo la amo. Hará unos años andaba yo por el videoclub buscando una película para ver y me encontré con esta. En la carátula una chica que estaba muy buena apuñando un arma con cara desafiante y de titulo ROSARIO TIJERAS, no es el titulo más atrayente del mundo pero tampoco es desagradable. Le di la vuelta para leer de que iba y vi que se trataba de una película colombiana, lo cual no me gusto, para ser sinceros, no recuerdo haber visto otra película colombiana aparte de esta. Atraído por la carátula alquile la película y ¡que gran acierto! Resulto ser a mi gusto un peliculón.

La historia me parece tristisima y me gustaría destacar la gran interpretación de Flora Martínez haciendo de Rosario, la cual es sublime.
La película trata de una mujer que se convierte en sicario por situaciones de la vida y que se divide entre el amor de dos hombres.
Una frase de la película dicha por Rosario que se me grabo en la mente: “El me dijo que por mi bajaría al infierno, lo que nunca entendió es que yo quería que me enseñara el cielo…pero ahí no ahí cielo”

Razones para ver la película:
- Conocerás el submundo pobre colombiano.
- Una historia bien narrada y entretenida.
- Te dejara la sensación de que has visto un gran drama.
- La bellísima actriz Flora Martínez.
- Amaras al personaje de Rosario.

Razones para no ver la película:
- Que no soportes la jerga colombiana.
- Que no te gusten los dramas.
- Que odies las películas que empiezan por el final y van retrocediendo.

Rosario Tijeras es, sin dudas, todo un ejemplo para cualquier mujer del mundo. Luego me dirán que sí, que es un ejemplo, porque con todas las atrocidades que ha vivido ha logrado salir hacía delante y todas esas cosas. Pues claro que sí. Un ejemplazo. Luego la tía se despelota ante el primer tío que se encuentra en la discoteca, se quiere follar al mejor amigo del tipo que se tira, se mete más coca que Robert Downey Jr. en sus buenos años y mata porque las compañías que tiene a su alrededor son personas admirables. Sin ninguna duda una mujer que es un modelo a seguir. Vamos, hasta estoy pensando en hacerme transexual solo para hacer lo mismo que ella.

La verdad es que “Rosario Tijeras” es todo lo que he citado en el primer párrafo. Follisqueo, drogadicción y un par de asesinatos a cada cual más demencial. No hay absolutamente nada más en su “genial argumento”. Vamos, que hasta el mismísimo Akiva Goldsman (guionista de joyas del calibre de “El código Da Vinci”, “Batman Forever” o “Perdidos en el espacio”) podría haber escrito un guión muchísimo mejor.

Una memez, una tonteria bien gorda tan tópica como aburrida, con actores realmente malos en el que destaca la protagonista solo por el mero hecho de despelotarse unas cuantas veces y en que Unax Ugalde da toda una lección de cómo no debe interpretar un actor si no quiere luego llevarse las iras de rizzo, y con una dirección tan plana como tremendamente efectista.

Vamos una de esas que no hay que ver, ni siquiera un domingo por la tarde. Preferiría antes comerme la comida de mi (famoso) gato y que la gente fuera diciendo eso de “El aliento de rizzo huele a comida de gato” o tragarme todos los programas del corazón seguidos.

Muy acertado film colombiano. Aunque a veces no siempre funcionen o estén muy justificados algunos saltos en el tiempo. Aunque sepamos desde el inicio el desenlace. Es ante todo un film realizado con estilo, con emoción, bien interpretado (sobre todo su protagonista, espléndida Flora Martinez). Se une al conjunto de grandes películas que narran la cruel realidad de una ciudad marcada por la violencia y la pobreza como es Medellín. Muy recomendable para amantes del buen cine latinoamericano y para los que no crean que en Colombia es posible hacer películas de calidad. Habrá que seguir de cerca a Maillé.

Colombia en la década de los 90´s fue un país convulsionado por La violencia del narcotráfico, de eso ni dudarlo pero si era necesario plantear el problema de la droga en la pantalla grande debieron de escoger un mejor guión porque este cojea de todas las piernas que tiene. Ni siquiera la belleza sobreexpuesta de Flora Martinez salva esta mezcla del Leon de Besson con Nikita del también director francés con algún personaje de Amores perros de Iñárritu, además es absurdo el uso deliberado de flasbacks y otras técnicas de montaje para dar a entender absolutamente nada,todo un ejemplo de como no se debe malgastar tiempo en productos que al final te dejan con la impresión de que cualquier pelicula mediocre es superior. Olvidable.

Partiendo del hecho de que todos sabemos como acaba la historia de Rosario Tijeras porque además de ser un mito es una novela, y también una canción, la película cuenta de forma diferente sus andanzas, la protagonista es una chica muy atractiva y no hay momento para el descanso, me ha encantado el acento colombiano de Unax Ugalde.

Rosario Tijeras tiene mucho de donde cortar para insistir en los aspectos negativos de la película como: su guión predecible y lento; la superficialidad en el comportamiento y proceder de los personajes; el abuso de los saltos de tiempo en la narración; la nula interpretación de Unax Ugalde y Manolo Cardona; el trabajo de caracterización de los personajes, así como las evidentes locaciones en desacorde al tiempo en que se relata la novela; y los esbozos de una novela muy por arriba de lo presentado (aseguran sus lectores).

Este recorte al cine colombiano tampoco es para seguir la línea negativa, vaya que es un producto de inicio entretenido para después tornarse cansado; un proyecto que tampoco puede ser tachado completamente como prescindible, hay películas mucho peores de sicarios adornadas con caras famosas, efectos especiales y escenas llenas de acción, o peor aun, las copias malhechas del cine gringo en las que todo resulta falso, por recordar alguna: El año en que trafiqué con mujeres, realmente penosa.

Las películas que enfocan la realidad de América Latina, sumergidas en contextos violentos siempre darán como resultado opiniones encontradas: hay gente molesta por las tendencias del cine de drama social; hay otros que piden la fidelidad con la novela; y muchos más que se apeguen a la realidad por más ruda que parezca. Si revisamos cada crítica se podrá notar las exigencias del cinéfilo, que no siempre es convencido y menos cuando las circunstancias no le son tan ajenas.

Se agradece que la gente interesada por difundir el cine de este país, presente películas con gran calidad, no obstante Rosario Tijeras se posiciona en la categoría de entretenida, y faltante de otros elementos en la trama que la enriquezcan.

Interesante historia basada en el libro homónimo de Jorge Franco Ramos en el que repasamos la historia de Rosario Tijeras, una mujer peligrosa la cual fue abusada y violada a los ocho años por su padrastro. Unos vecinos la violaron a los 14 años, aunque después se vengó de uno de ellos cortándole los testículos con unas tijeras (de allí su apodo). Convertida en asesina y prostituta por su hermano mayor, que la vende a sus socios narcotraficantes. Rosario ya adulta proclamada como dueña de nadie, vive la vida al filo mientras intenta arreglar su pasado y los hombres en su vida, no haciendo las mejores elecciones por su camino.

Flora Martínez y Unax Ugalde son lo mejor del reparto, destacando el conseguido acento colombiano del español, mientras que Flora compone magníficamente un papel complicado, de muchos altibajos emocionales y de una dualidad brutal, pasa de una asesina sin escrúpulos a una hermana hiper protectora. Pero en Rosario Tijeras hay un problema muy común en este tipo de cine y es que no aporta nada nuevo.

Se diluye la intensidad del flashback en un metraje demasiado largo. Pudiendo haber sido un preludio más que digno de "Colombiana", se queda a medio camino entre una película juvenil, un drama de género y un filme de narcos; ora navegando dignamente entre las tres opciones, ora naufragando en los tres. Aunque también podríamos proclamarla dignamente ganadora analizando únicamente el romance imposible entre dos jóvenes de mundos bien distintos aunque con una raíz humilde común.

Unax Ugalde, digno, a diferencia de la impresión que suelo llevarme de sus interpretaciones en la pequeña y la gran pantalla.

Quizás sea la notable falta de pretensión la que lastra el resultado global.