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181 Críticas de los usuarios

Críticas de los usuarios:
9
Original enfoque sobre una realidad que fue muy real - Pueden abstraerse conceptos muy actuales
El hundimiento nos habla:

- Sobre la humanidad de lo deshumanizado (sí señor@s, Hitler era una persona, con todo lo horripilante que ello implica), así como la deshumanización de la humanidad.
- Sobre la decadencia y el fracaso de lo insostenible.
- Sobre la incapacidad de reconocer los propios errores.
- Sobre la irracionalidad humana.
- Sobre la desconcienciación de grandes sectores de la juventud y otros colectivos de la sociedad.
- Sobre las distintas formas de afrontar un cambio de estas características: luchar por la vida; dejarse morir disfrutando de tus últimos instantes; suicidarse apáticamente; morir matando.
- Sobre lo absurdo de sobrevalorar sentimientos como el honor, la patria o el orgullo.
- Sobre el sinsentido del comportamiento humano.

Sobre una película brillante que muestra todas estas cosas con sencillez, contundencia y buen oficio.
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184 de 226 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
Sálvese quien pueda.
La SGM no la perdieron los alemanes en el Alamein, ni en Stalingrado, ni en Normandía ni en ninguna otra batalla de ingrato recuerdo para ellos, la perdieron en la construcción de su propia casa. Para edificar un edifico sano, robusto, perdurable, es necesario ladrillos y pilares consistentes que sean de fiar, y desde el primer momento Hitler estuvo rodeado de traidores, arribistas, advenedizos y falsos aduladores. ¿Cómo puedes pensar en ganar la guerra si el jefe de los servicios de inteligencia (la Abwehr) el almirante Canaris le decía a Franco en secreto que no entrara en el conflicto porque Alemania no podría ganar jamás, todo ello a finales del 41? Y suma y sigue con Rudolf Hess, Goering, Rommel, Himmler… El árbol nazi tenía tantas manzanas podridas que a la menor posibilidad optaron por jugársela al Führer. Aunque toda regla tiene su excepción: Goebbels, un hombre de una lealtad en política que pocas veces se ven, y mucho más cuando las cosas se han puesto tan feas.

Tal y como dice en “El hundimiento” Bruno Ganz en su papel de Hitler, debería haber hecho como Stalin y haber fusilado a todos muchos antes. En contra de lo que se piensa, Hitler fue un hombre demasiado confiado con su entorno cercano, mucho más que cualquier dictador que se nos venga a la mente. Tenía un sentido de la camaradería, casi familiar. Esto me recuerda que cuando al psiquiatra Carl Jung le encargaron analizar la escritura de Hitler, concluyó que predominaba en él un instinto claramente femenino. Eso explica que podía ser una “madre” con los suyos, con gran sensibilidad (recordar que prohibió que el marisco fuera cocido a fuego lento para que no sufriera), mientras que fuera de ese núcleo familiar (que sería el pangermanismo) se mostraría duro e impertérrito.

Anécdotas al margen, la película de Oliver Hirschbiegel es uno de los mejores filmes europeos de la década, postulándose como un ejemplo de lo que debe ser abordar un tema histórico moralmente complejo pero con objetividad científica. Esto ya no se ve. Desde hace mucho hay que subrayar quién es quién para que todo sea políticamente correcto.

Hay una cosa que no me gusta de la película. No soporto la introducción de la anciana Traudl Junge dando explicaciones y excusas. Si los alemanes hubieran ganado la guerra hubiera aparecido en un documental diciendo lo orgullosa que estaba de aquellos años, los mejores de su vida. ¿Cómo no vas a aceptar un trabajo de secretaria del Führer? Y de señora de la limpieza también. El arrepentimiento –si es que viniera al caso, que no veo por qué, es una administrativa ni el doctor Menguele- sólo tiene valor en tanto en cuanto la situación de privilegio se mantenga, una vez las tornas han cambiado y lo que era bueno pasa a ser malo, denota únicamente capacidad de adaptación y ganas de sobrevivir, lo mismo que han hecho las ratas toda la vida, pero no implica ningún mérito moral en cuanto al discernimiento.
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156 de 187 usuarios han encontrado esta crítica útil
9
horror y cenizas
No es la mejor película de guerra que he visto, pero el mejor Hitler que he visto. Y que no se me malinterprete: me refiero al trabajo que hace Bruno Ganz. Por expreso deseo, esperé a ver la película hasta que se estrenó en DVD, para poder escucharla en alemán, con subtítulos, y no me arrepentí. El doblaje en castellano no es que esté mal, pero sí muy lejos de llevar la sensación de fiera acorralada que el actor alemán imprime a Hitler. Por decirlo de otra manera: Bruno Ganz, en esta película, ES Hitler, y, hasta donde sé por lo que he leído, no lo es porque le imite sin más, lo que lo hace aún más meritorio. Si en los Oscar de ese año hubo una película capaz de hacerle sombra a la representación española, fue esa.
Como tengo la suerte de conocer a un berlinés cuya madre vivió en la capital prusiana toda su vida, he podido contrastar con él lo que sucedió en aquel inmenso campo de ruinas. La gigantesca morgue berlinesa, realmente, existió, tal y como aparece la ciudad en la película. Los rusos hicieron muy bien su trabajo, que no era otro que vengarse, y es lo que se refleja aquí. Eso sí, no aparece nada en la película sobre las cientos de miles de alemanas violadas; sólo muertos y heridos por doquier, pero ilustra bastante bien lo que fue uno de los episodios de más espantoso sufrimiento de la población civil durante la guerra que terminó en el 45.
Los persoonajes que acompañan a Hitler también están a la altura, desde la secretaria a la propia Eva Braun (me parece la segunda interpretación más notable de la película, y eso que el papel es secundario). El sonido es impresionante, y no podía serlo menos cuando apenas hay un par de minutos sin escuchar explosiones o tiros. Esa mezcla de orgía, muerte y locura que representan muchos SS da el toque surrealista ideal para aquel deleznable régimen de opereta. Es cine europeo, con un director europeo, pero con las trazas de una superproducción norteamericana. Genial, terrible, imprescindible.
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100 de 111 usuarios han encontrado esta crítica útil
9
La mejor representación de Hitler (en sus días finales) de la historia del cine
Impresionante película sobre los días finales de Hitler y de su imperio militarista. El papel que hace Bruno Ganz es enorme, nadie como este actor había logrado nunca interpretar a Hitler con tal perfección, pero de igual manera está genialmente conseguido el realismo de todos los personales, su idiosincrasia y del ambiente en torno al Führer, etc. Película de gran calidad que si hubiese sido hecha en EE.UU., contaría sin duda alguna con tres, cuatro o más oscar concedidos por la Academia de Hollywood.

Fej Delvahe
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63 de 71 usuarios han encontrado esta crítica útil
10
DE HOMBRES Y MONSTRUOS
Muy rara vez Hollywood ha brindado algún retrato creíble de Hitler o de cualquier otra figura destacada de la Alemania nazi, si es que lo ha hecho alguna vez. La cinematografía de los Estados Unidos siempre optó por una postura absolutamente maniquea, mostrando a las tropas de su país como los héroes y a los alemanes como los monstruos que se regodeaban en la maldad. Olvidan (o no les importa) que manzanas podridas hay en cualquier bando, y que los malos, por lo general, no se aceptan como tales. Esta película, que no procede de Estados Unidos sino, precisamente, de Alemania, muestra al Führer y a sus colaboradores desde ese ángulo tan poco explorado. No es que se nieguen los crímenes cometidos en ese período tan tenebroso de la Historia, no es que Hitler y su entorno se vuelvan queribles. Sencillamente, uno entiende, aunque no comparta ni justifique, qué motivos los impulsaron. Hitler no se veía a sí mismo como un monstruo. Al contrario, iba a llevar a Alemania a la grandeza y al mundo a una nueva Era Dorada. El nacionalsocialismo era el sueño que se derrumbaba para angustia de quienes querían ese futuro para su país. Viendo a Hitler y al matrimonio Göbbels sufrir por ese sueño tan acariciado que se desvanece, uno no puede menos que lamentar que no hayan luchado, y más exitosamente, por una mejor causa. Porque uno, a priori, no le desea dolor a nadie, pero hay cosas inadmisibles. Y no obstante, uno se lamenta igual, y no sólo por el Führer y sus incondicionales, sino también por esta maldita Humanidad que tan poco acierto demuestra a la hora de hacer elecciones. Decididamente, un enfoque distinto.
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43 de 44 usuarios han encontrado esta crítica útil
9
Gran Hermano en el bunker
Esta película parace tan realista que es como si se hubiese puesto una cámara oculta en el bunker de Berlín o si tu butaca en el cine estuviese allí. Yo además la he visto en versión original, lo cual es totalmente recomendable, puesto que oir a los personajes en alemán da un realismo aún mayor.

Excelente guión y excelente interpretación (cosa poco frecuente en los tiempos que corren: vease War of the Worlds). Película muy valiente que rompe el tabú de mirar a Hitler como un hombre... y es que lo más trágico de lo que ocurrió en aquellos desgraciados años es que los protagonistas no eran marcianos, sino personas de carne y hueso, apoyadas por un pueblo europeo, culto y "civilizado". Para mí la película es una mirada a ese lado oscuro que todos llevamos dentro.
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42 de 50 usuarios han encontrado esta crítica útil
9
Espeluznante y asombrosa
Lo más destacable de la película, y que sería suficiente para ponerle nota, es la magnífica interpretación que del Führer Hitler hace Bruno Ganz. Soberbio. Autoritario en ocasiones; sobrio y distante hasta con sus más allegados; pero también desquiciado, superado, HUNDIDO.

Es una interpretación insuperable, lo que da más valor al hecho de que los secundarios estén prácticamente a su misma altura.

La historia, está muy bien enfocada, con un guión que evita caer en juicios morales, y presenta la historia (y la Historia también) sin edulcorar. Este punto era crítico en una producción como esta, dada la trascendencia y relevancia histórica de la caída del Tercer Reich, y se ha superado con creces.

El aspecto técnico, impecable. No destaca por sí solo, pero sí da vigor y sobriedad a la cinta. Cumple con creces. La ambientación, exquisita, perfecta.

En resumen, sobresaliente película germana, muy recomendable.
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19 de 21 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
“Ellos nos votaron”
Imagino que uno de los motivos por los que Alemania sentirá vergüenza retrospectiva debe de ser el hecho de que Hitler no llegó al poder por la fuerza.
Salió elegido por sufragio popular.
El pueblo alemán votó al partido nacionalsocialista por propia voluntad.
¿Justificaciones? Se pueden buscar todas las que se quieran. Que había depresión económica, que Alemania estaba mal, que la muchedumbre suele seguir a quien la emboba con discursos acalorados…
Y Hitler tenía una labia muy acalorada, sí.
El pueblo alemán decidió votar a un psicópata asesino que les hablaba de razas superiores e inferiores, que hablaba de exterminar a los judíos y, en definitiva, de pisar todo resto de civilización y de humanidad.
Ellos le votaron. Y luego pagaron por ello.
Oliver Hirschbiegel narra los últimos días de Hitler, ya acabado y empecinado en sus delirios irrealizables, encerrado en el búnker de Berlín donde se suicidaría, mientras la ciudad caía destrozada bajo el bombardeo de la artillería rusa, y muchos morían víctimas de la explosiones, de los disparos, fusilados, ahorcados, o quitándose la vida.
Nos muestra al chiflado deleznable al que una mayoría de personas había votado, y al que nadie de los suyos tuvo agallas de hacer frente. Ni siquiera cuando se les iba cayendo la venda de los ojos para ver ante sí a un hombrecillo al que se había permitido pasar por encima de cualquiera para convertir el mundo en un lugar catastrófico.
Sí, se debe de sentir mucha vergüenza al cabo de un tiempo cuando uno se mira a sí mismo con la conciencia intranquila y contempla estas perspectivas:
-Que votaste al partido de los monstruos.
-Que gritabas de emoción cuando escuchabas los fanáticos discursos de Hitler.
-Que te creías miembro de la Raza Superior.
-Que te daba igual o incluso te alegrabas de que estuvieran exterminando a millones de seres humanos. Incluso puede que tú mismo contribuyeras directa o indirectamente al asesinato de personas.
-Que, si no habías votado a los nazis porque no te habías dejado arrastrar por esa fiebre espantosa, después te mezclabas con la mayoría, fingías ser un seguidor del partido, alzabas el brazo diciendo “Heil, Hitler” si había moros en la costa, veías las desapariciones de familias enteras y, aunque sentías compasión, el terror a ser el siguiente te hacía mantener la boca cerrada y no hacías nada más que salvar tu pellejo.
Imagino que, los supervivientes que tenían algo de conciencia y capacidad para pensar por sí mismos, o que despertaron de la pesadilla y se dieron cuenta realmente de dónde se habían metido, experimentaron vergüenza de alguna manera. Por haber votado. Por haber aclamado.
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34 de 53 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
EL HUNDIMIENTO DE LA LOCURA
Esta película refleja los últimos días de la vida de Adolfo Hitler, excelentemente interpretado por Bruno Ganz. Si bien sufrió muchas criticas en Alemania, creo que fueron realmente injustificadas y con un conato de intolerancia. ¿O acaso que Hitler amara a su perro puede generar que alguien suponga que era un ser humano digno de compasión?. Creo que en la película queda bien reflejada la locura irracional generalizada de una doctrina nacionalsocialista fundada en el odio racial, la raza superior aria, la militarización encausada para la conquista en pos de un ideal contrario a Dios y a la naturaleza humana. Esta película si bien es larga, es soportada por el espectador por su riqueza histórica y su cruda realidad en la exhibición de la locura fanática de los seguidores de Hitler. Lo único lamentable es a comienzos de la película que se observe el micrófono en dos oportunidades. Son detalles que no deberían ocurrir
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29 de 44 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
Reflexiones a raíz del tema del filme...
Dejando a un lado las interpretaciones del filme (que me parecen bastante buenas), y los detalles sobre la grabación (está bien hecha, pero sin llegar a ser nada del otro mundo), creo que mi crítica se va a centrar en el tema del sentimiento de esos alemanes que salen reflejados en la película.

Sinceramente, y con el paso del tiempo, muchos (por no decir todos) nos hemos dado cuenta de la barbarie que cometió el III Reich. Y no me refiero a la II Guerra Mundial (que dejó firmada el Tratado de Versalles en 1918), sino a la teoría racial del nacionalsocialismo de Hitler y las consecuencias que dicha teoría trajo a Europa. Sin embargo, ¿alguna vez nos hemos preguntado qué sintieron aquellos alemanes, nacionalsocialistas hasta la médula, que sí creyeron en Adolf Hitler, que sí creyeron en el III Reich y que sí creyeron en la teoría del "Mein Kampf"?, yo creo que si nos lo hemos preguntado, nunca nos lo pudimos imaginar tal y como lo refleja esta película.

A mi me hizo recapacitar bastante. Los nacionalsocialistas no eran "seres de otro mundo", ni "perturbados mentales", ni tan siquiera "asesinos sanguinarios" (así nos los pintaban hasta ahora, salvo alguna excepción) Los nacionalsocialistas que creyeron en Hitler se contaban por millares, y a pesar de que entre esos millares hubiese asesinos y hubiese perturbados, la mayoría era gente corriente, gente como nosotros....que atraídos por un discurso convincente, y dadas las circunstancias de la época, creyeron en Hitler hasta el final. Es una visión tan real como escalofriante.
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22 de 30 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
buena, muy buena
A El hundimiento se le acusó de ser una película que humanizaba la figura de hitler. Es verdad que en algunas escenas aparece un dictador un tanto amable y con sentimientos hacia su mujer, pero en esencia creo que la película es fiel a lo que fue este despiadado y malvado ser, quién al ver que el Reich se hundía decidió quitarse la vida y confesó que no le importaba nada Alemania y que todo lo que le estaba sucediendo en ese momento se lo merecía. Aunque lo más destacable del film, es sin duda la magistral interpretación de Bruno Ganz, (se merecía una nominación al Oscar, al menos más que Clint Eastwood) que nos vuelve a mostrar que es un gran actor encarnando a uno de los personajes más difíciles que puede haber, Hitler, y lo hace calcando todos sus gestos, su acento... brillante
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20 de 27 usuarios han encontrado esta crítica útil
9
El documento definitivo sobre la caída del III Reich
Acabo de volver de Munich, y pasear por las mismas calles por las que tuvo lugar el putz y visitar algunas de las tabernas en donde el dictador predicó sus incendiarios discursos me han animado a escribir la crítica de una de las mejores recreaciones sobre el fin de lo que supuso aquella época, pues "El hundimiento" recrea con avalado rigor histórico, hasta el más ínfimo detalle, lo que supuso el colapso de la que tenia que convertirse en la milenaria Gran Alemania.

En críticas he leido que en la interpretación de Bruno Ganz solamente encontraremos registros de histeria, depresión profunda o silencio total, con cambios de uno a otro registro en cuestión de escasos segundos, pero si hubiesen leído un poco acerca del pintor de brocha gorda en sus últimos días, sabrían que esto no es una mala interpretación, sino que como es contrastado por supervivientes del bunker, como la secretaria personal de Hitler Traudl Jünge, éste era el estado de ánimo del dictador en aquellos días. Aquejado de Parkinson, con un uniforme estropeado y manchado y la mirada perdida contemplando un cuadro de Federico el Grande con la esperanza de que ocurriera un milagro en el último momento, no hacía más que mover ejércitos que sólo existían sobre el papel y dictar órdenes contradictorias a las que ya nadie hacía caso, cosa que se retrata fielmente en la película junto a otros actos como la defensa de la capital en si.

Todo lo que se narra es rigurosamente cierto, desde la última imposición de condecoraciones a chavales que se enfrentaban a los tanques rusos sobre bicicletas armados con un lanzamisiles de un solo uso, hasta la llegada de dos fanáticos aviadores al bunker sitiado para despedirse de su führer. Personajes reales interpretados a la perfección, destacando especialmente al detestable Himmler (si, también estaba así de loco) y a la patética e ingenua Eva Braun, que al fin y al cabo consiguió que el hombre que nunca se casaría porque su novia era Alemania se casase con ella en sus últimos minutos.

Es un retrato contrastado, documentado y fiel a lo que sucedió en aquellos días de abril, narrado de forma objetiva, en dónde se expone sin emitir juicios de valor y se recrea absolutamente todo hasta el más insignificante detalle (en cuanto a vestuario, quizás sean los mejores uniformes alemanes jamás vistos en una película). Una delicia documental a la que el único pero que le puedo encontrar es que quizás resulte algo pesada e indigesta para los no amantes de la historia, pero que ni mucho menos expone propaganda aliada como he poco menos que alucinado leyendo por ahí.

"¿Cuando me entreviste con Eisenhower como le saludo? ¿Le doy la mano?"
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19 de 25 usuarios han encontrado esta crítica útil
9
De mala leche hasta sus últimos coletazos
Puede que sea la mejor interpretación que se haya hecho nunca del loco del bigote y seguramente una de las más logradas películas sobre el final de la IIªGM en Europa. La aportación de Bruno Ganz merece la mayor consideración posible, más allá de la simple imitación, su presencia crea una atmósfera sobrecogedora en muchos momentos. La locura hasta el límite, la obcecación y la absurda sumisión al loco del bigote son los elementos con los que juega a la perfección el director, Oliver Hirschbiegel, de manera que la importancia de los secundarios se debe a que hundirse, se hundieron todos.

El paseo por un Berlín arruinado no deja lugar para abstracciones, todo se señala como fue, tal y como se sufrió dentro y fuera de ese búnker maligno. El dictador atrapado, sí, con sus más fieles padeciendo el loco final que se acelera, desde luego, pero también en las calles, en las ruinas que observan cómo las últimas generaciones levadas de la Alemania imperial, prácticamente niños, se exponen a una muerte segura ante el ejército ruso.

La guerra es muy perra, eso lo sabemos todos, y es por culpa de almas enfermas como las de Hitler que la Historia está llena de páginas escritas con sangre. En el "Hundimiento" se enseña su locura sin límites en ese patético final. Las caracterizaciones de los grandes nombres del partido nazi son inmejorables. Imprescindible para los amantes del buen cine, por dura que sea.
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14 de 16 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
Bruno Ganz.
83/04(09/05/15) Notable y valiente film del germano Oliver Hirschbiegel, narra con neutralidad desprovista de maniqueísmos la Caída del Régimen Nazi, cuenta con vigor los últimos días del tirano Hitler en su reclusión voluntaria del búnker, un retrato que lo enfoca de modo humano, algo criticado, por darle alma, lo que debe dar terror es que una persona común, fuera capaz de provocar tantas muertes, capaz de ser seguido ciegamente por gente de todo tipo. El audaz guión de Bernd Eichinger (también produce), se basa en varios libros, “Hasta la hora final” de Joachin Fest, el de las Memorias de Traudl Junge (secretaria personal de Hitler en sus últimos años), co-escrito con Melissa Müller, el de las Memorias de Albert Speer, “Dentro del Tercer Reich”, el de Gerhardt Boldt, “Los Últimos días de Hitler: Relato de un testigo”, el del doctor Ernst-Günther Schenck, “Das Notlazarett unter der Reichskanzlei: Ein Arzt erlebt Hitlers Ende en Berlín”, y el de Memorias “Siegfried Knappe, Soldat: Reflexiones de un soldado alemán, 1936-1949”, lienzo desolador de la decadencia humana, con personajes encerrados en el subsuelo, alejados de la realidad, con situaciones surrealistas, especie de purgatorio.

El inteligente guión trata el tema sin posicionarse, toma distancia con los personajes, no los hace empáticos, ni desagradables, desde la asepsia y el rigor, sin artificios sensibleros, con imparcialidad, sin sectarismos, con gran intensidad, con enorme naturalismo se nos exhiben los “monstruos” en su lado intimista, visión singular que turba, ejemplo es la presentación de Hitler, en el inicio, el primer encuentro con Traudl Junge, Hitler aparece condescendiente, amable, comprensivo, dicta con delicadeza una carta, y perdona con ternura errores en la transcripción mecanográfica, alejado de la proyección (justa) de su imagen del Gran Satán del SXX, nos descoloca hábilmente. El film nos habla de la deshumanización, de no saber aceptar el fracaso, de lealtades inquebrantables, de mantener el sentido común, de la delgada línea que separa el patriotismo del fanatismo, de lo confuso de la palabra honor, de lo complicado de mantener la nobleza y dignidad en ambientes opresores, del la xenofobia, de si es correcto desobedecer a tus superiores cuando crees que lo que te ordenan es injusto, y sobre todo nos habla de lo pernicioso de los liderazgos incontestables, del Adanismo.

Hirschbiegel dirige con ritmo pétreo, sólido, ágil, asfixiante, componiendo personajes muy bien delineados, ricos en matices, creando situaciones electrizantes por las emociones que desbordan, con diálogos y soliloquios fulgurantes, cuadro deprimente de la Naturaleza Humana, con gente que se cree que el mundo es solo una obra de teatro en la que ellos son los protagonistas, y los millones que mueren simples figurantes sin alma, somos testigos de la patética personalidad de los canallas que impulsaron la peor de la Guerras, el nazismo no lavó cerebros, los centrifugó. El búnker se convierte en una especie de corte en descomposición, Hitler en el ocaso físico y mental es un rey macilento, allí las intrigas palaciegas son continuas, traiciones, mentiras, ansias de suceder al “monarca” a su esperada muerte, asistimos a como un demente manejaba tropas sobre un mapa como el que juega al Risk, tropas imaginarias, ante la perplejidad de los mandos, que no se atreven a decir la verdad, ello punteado por secuencias bizarras, de borracheras, fiestas, bacanales, bailes, patéticas entregas de medallas a niños, ejecuciones sumarísimas, ahorcamientos, calles sembradas de cadáveres, cuerpos mutilados, acentuando el tono de Apocalipsis en que viven en el búnker, con el trasfondo del sonido estridente de continuos bombardeos, transmitiendo al espectador congoja y zozobra, lo hace sentir incómodo.

El director crea un mosaico más allá de la figura de Hitler, bajo su influjo hay varias subtramas, mirada poliédrica de los acontecimientos: La de la secretaria, ve los hechos con una miscelánea de embrujo inocente y melancolía; La de los Goebbels, reflejo del fanatismo dogmático más extremo hacia Hitler; El doctor militar Ernst-Günther Schenck, representa la sensatez y el humanitarismo en medio del horror; La del desencantado General Monke refleja el hastío del guerrero, pero obligado por el sentido del deber; La del niño Peter Kranz, empujado en su ingenuidad a combatir en las derruidas calles berlinesas, reflejo de la sin razón de una guerra que convoca a niños a coger las armas, esto mientras su padre Wilhelm, intenta que deje de “jugar” a la guerra, este refleja el cansancio vital de la población civil.

Hitler es protagonista absoluto, cuando el no aparece lo echamos en falta, baja la intensidad, su aura sobrevuela cada fotograma, se nos expone con tridimensionalidad, con aristas, con sutiles rasgos de humanidad, persona de carne y hueso, una bipolaridad que se manifiesta perturbadoramente durante todo el metraje, lo vemos dar de comer con cariño a su perro Blondi, dar las gracias por una buena comida al cocinero, mezclado con ataques de histeria, bajones de humor que los sumen en silencios, colérico, monólogos iracundos contra sus demonios personales, tipo inseguro, megalómano, acomplejado, trastornado, alejado de la realidad, paranoico asolado por la decrepitud física, de andares encorvado, con ataques continuos de párkinson que intenta esconder a sus espaldas, tipo temperamental y revanchista, capaz de ansiar la destrucción de su nación, repudiando con desprecio e indiferencia a la población, llegando a decir que no derramará lágrimas por ellos, proclamando en sus estertores su irracional odia a los judíos.

Bruno Ganz metamorfoseado en Hitler, no lo interpreta, lo clona, se expresa como él, se mueve como él, lo aleja de la fácil a caricatura histriónica, le aporta originalidad, patetismo, emite como su cuerpo sobrelleva el peso del fracaso, la decadencia física, su encorvamiento, su uniforme desgastado,... (continua en spoiler)
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13 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
El final de un mal jugador de ajedrez.
Este viaje al bunker donde paso sus últimas horas Hitler es una parte de la historia que no se había tratado debidamente en el cine. Hemos visto mil veces el desembarco de Normandía, películas de espionaje, Pearl Harbour, Iwo Jima.... Pero esto también es parte de la historia, parte de la II guerra mundial y una parte importante.
Ver como se desmoronaba el poder Nazi, como cual ratas todos intentaban salvar ya fuese su pellejo o su honor es un espectáculo bochornoso y digno de ver. La absoluta fidelidad histórica y el tono realista casi documental hace que la experiencia sea casi imprescindible para cualquier amante de la historia. Incluso sabiendo el nivel de maldad y absoluta falta de humanidad de los Hitler, Goebbles y demás poderes nazis uno no puede evitar sentir escalofríos ante algunas afirmaciones y actos que cometen, unos seres realmente espeluznantes.
Y volviendo al título de mi crítica (que uno divaga y divaga y pierde el hilo) como mal jugador de ajedrez Hitler prefirió quemar todas sus piezas (su pueblo, sus soldados, sus ciudades) que firmar unas tablas una vez perdida la partida. No creo que nadie descubra ahora que Hitler y compañía fueron unos hijos de p...
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13 de 16 usuarios han encontrado esta crítica útil
5
Que sí, que está fantástico Bruno Ganz pero...
... ¿cuántos de vosotros habéis vuelto a ver la peli? ¿Y a cuántos os apetece volver a verla? Es que veo esa nota tan alta, esas alabanzas desaforadas siendo la peli que es...

La vi en el cine en la época de su estreno. Ganz se sale en el papel de Hitler. La peli es muy interesante, por supuesto. Pero dos horas y media de la plana mayor nazi encerrada en un bunker y Adolf perdiendo los papeles, sabiendo además cómo va a terminar la verbena que han montado... Demasiado.

Pues eso, que una vez y no más. Por eso mi 5. Mis dieses para las pelis que no me canso de ver, aunque artísticamente sean un pufo.
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13 de 16 usuarios han encontrado esta crítica útil
9
Pelicula alemana sobre los nazis alemanes
Impecable. No le pongo un 10 porque quizás la he visto en frío, según la echaban por la tele sin esperar mucho de ella.

Como siempre otros han dicho ya mucho, personalmente me quedo con dos cosas esenciales:

1- Rigor detallista es cada uno de los sucesos.
2- Ausencia de demagogia

Lo cual me da una envidia tremenda al comprobar que en Alemania pueden hacer una película de su más negra Historia con seriedad y sin entrar en manipulaciones revanchistas ni moralistas. Basta con documentar el hecho de forma milimétrica.

En España he visto alguna película de similar perfil, pero solo en círculos de poca transcendencia. Mientras tanto seguiremos tragando trabajos del calibre de "Libertarias".
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9 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
Sólo para valientes
Leí de esta peli algo así como que era "un crudo retrato de los últimos coletazos del poder del fanatismo y la histeria vivida durante la caída del imperio del loco del bigote", y me imaginé que narraría lo del 11-M / 14-M...
Sin embargo, para sorpresa de todos, resulta que el prota no es nuestro loco del bigote sinó otro: un viejecito encorbao con temblores en la mano al que todos llaman cariñosamente Mein Fürher y que es capaz de combinar cierta amabilidad y ternura familiar con el desprecio total por la población civil y la planificación industrial de asesinatos y torturas.
La peli está muy bien hecha, y nunca está de más recordar que, aunque los buenos tengamos claro que nosotros somos los buenos, los hijosdeputa de los malos a veces también tienen muy claro que los buenos son ellos, y eso lo complica todo...

Eso sí, pasarse casi tres horas escuchando bombardeos y alemanes enfadados pegando gritos y suicidándose es un coñazo de cuidado que yo sólo recomendaría a los más valientes.

Nota: notable.
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47 de 87 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
¿Fue Hitler un ser humano?
Han pasado más de cinco décadas desde que Adolf Hitler abandonara este mundo. Ojalá no hubiera venido nunca. Desde entonces, las generaciones que no vivimos directamente aquellos acontecimientos en los que se vio envuelto el mundo a mediados del siglo XX hemos considerado la figura de Hitler como una especie de demonio inhumano, un ser abyecto procedente del mismísimo infierno...Porque, ¿cómo entender si no lo que aquel político siniestro hizo con los judíos y con otras monorías dentro y fuera de Alemania? ¿Cómo entender Auschwitz, la política de ghettos, la "solución final"? Cualquier persona con sentimientos, con un mínimo de empatía por sus semejantes, no alcanza a comprender cómo alguien pudo ordenar la muerte de 6 millones de personas a las que ni siquiera consideraba seres humanos...¿Por qué invadió Polonia, Francia, Noruega, Checoslovaquia, etc. iniciando el más salvaje y devastador conflicto bélico sobre nuestro Planeta? Debía estar loco.

Pues no. Hitler era un ser humano. Eso es lo que nos enseña la película, entre otras muchas cosas. Esa es la terrible lección que nos otorga un magnífico Bruno Ganz transmutado en el Hitler de los últimos días. Un ser humano abyecto, despersonalizado ("Le conozco desde hace quince años y ni siquiera sé cómo es", dice su pareja, Eva Braun, en un momento de la película), acomplejado, criminal, lleno de odio, histérico, celoso, inseguro, paranoico, tiránico...Pero un ser humano, a fin de cuentas; lo cual es, en definitiva, lo peor de la cruda realidad, porque si hubiera sido un dios vengativo y omnipotente nada hubiéramos podido hacer contra él. Así que, si era una persona de carne y hueso, ¿por qué nadie le puso freno o acabó con él antes de que fuera demasiado tarde? Me refiero a alguien de dentro, de su propio entorno ¿Cómo es posible que tejiera esa red de amistades inquebrantables a su alrededor, de fidelidades? ¿Por qué una chica de veinte años se convierte en su secretaria y se mantiene fiel hasta el final? ¿Por qué hombres y mujeres, por otro lado valientes, le juraron permanecer hasta el fin? ¿Por qué una madre como Magda Goebbels decide asesinar a sus seis hijos por honor, por fidelidad a su Führer?

Todas estas preguntas quedan en el aire, aunque podemos intuir la respuesta. Mirémonos en el corazón de cada uno y decidamos si nosotros hubiéramos caído o no en la misma trampa ideológica que los protagonistas de esta dramática hstoria. No hay héroes, todos son villanos. Todos están condenados por la Historia. Hitler, Eva Braun, Joseph Goebbels, su mujer Magda, Traudl Junge...Todos, envueltos en el oprobio y en la ignominia de la Razón. Todos eran seres humanos, de carne y hueso. Lo que significa que la Historia pudo haber sido diferente y esa es la principal lección que podemos extraer de esta gran película.
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8 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
Poco mas que decir.
Desde luego que el señor Ganz está soberbio, pero no lo están menos el resto del reparto (en especial el médico). Me uno a todas las opiniones anteriores que la consideran una gran película, porque de verdad que lo es.
-Lo mejor: el tratamiento distante, casi documental, con el que se expone la trama.
-Lo peor: quizás el último plano con la auténtica secretaria. Su frase suena a excusa vergonzosa.
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