94 Críticas de los usuarios

“La deuda” de John Madden, resulta una película correcta, particularmente en sus dos terceras partes, la base principal de su corrección corresponde a la perfecta actuación de sus dos actrices principales que interpretan a la misma persona (Rachel) en tiempos diferentes, una sorprendente Jessica Chastain (que suerte ha tenido el cine con su hallazgo) en los inicios del filme, que sufre las perversidades y vilezas del mencionado “Doctor de la muerte” ese criminal nazi del campo de exterminio de Bikernau, espléndidamente interpretado por Jesper Christensen, y con el paso del tiempo es Helen Mirren con una actuación magnífica la que termina de dar carácter a la cinta, y en su rostro nos demuestra que ese prestigio que le han otorgado, sabe muy bien que no le corresponde. El resto de actores cumplen su papel de forma correcta, incluido Sam Worthington que a pesar de su poca expresividad, tampoco se lo reclama su papel.

A John Madden le ha faltado el saber dibujar a sus personajes masculinos de una forma más sutil y precisa, en definitiva más carácter, así como haber estado mucho más acertado en la parte final, seguro que su película hubiera dado mucho más de sí. Acertó perfectamente en los flashbacks realizados para dar continuidad a la cinta. A pesar de todo es una película digna de ver.

Mentiría si no reconociera que he disfrutado con este thriller como un niño pequeño. Y no sólo porque a todas luces cabe que se trata de un thriller bien diseñado, bien narrado y bien perpetrado sino, básicamente, porque me pirra todo lo que tenga que ver con la caza y captura de criminales de guerra nazis. Tanto desde un punto de vista cinematográfico (“Marathon Man”, “Los niños del Brasil” “¿Vencedores o vencidos?” …) como desde un punto de vista real (Simon Wiesenthal). Y no porque un servidor sea judío precisamente. Pero la simple idea de que más de 65 años después de la victoria aliada todavía puedan quedar venerables genocidas arios campando a sus anchas por Brasil, Argentina, Uruguay o Ucrania es algo que me repugna ontológicamente. Y es que admitir que muchos de esos hijos de puta hayan podido morir tranquilamente de viejos, a los noventa y tantos, en una linda casita con jardín, hamaca y vistas es algo que me revuelve las entrañas.

Aún así, si “La deuda” me ha convencido más allá de su trama argumental es, fundamentalmente, por su sobriedad. Por su honestidad. Por su congruencia. Porque a los protas no todo les sale bien. Porque mienten. Porque a ella le rajan la cara. Y porque los tres, en mayor o menor medida, acaban siendo unos putos desgraciados.

Pero ¡ay, ese final! Ese final lo empaña todo, Madden. En primer lugar, francamente, porque no cuela. Y en segundo, sobre todo, porque no encaja para nada con el sencillo y ponderado tono de una peli con mimbres más que suficientes para ganarse esas ocho honorables estrellitas que campeaban en su marcador cinco minutitos antes de los títulos de crédito. Una lástima, en serio. La diferencia entre un siete y un ocho es, para mi, crucial. Ainsss!!!

La llegada de el mes de Septiembre, suele suponer el final de la época estival de estrenos de blockbusters, para dar paso a un cine más serio, y que exige más al espectador, al mismo tiempo que le aporta historias más profundas y de mayor desarrollo. Ese es el caso de la película que nos ocupa, "La deuda".

Dirigida por John Madden, que recordemos que saltó a la fama por "Shakespeare in love", y con guión de Matthew Vaughn, director de "Kick-Ass" y "X-Men: First Class"; Jane Goldman, colaboradora habitual del bueno de Matthew; y Peter Straughan, que ya se encargó del guión de la alocada "Los hombres que miraban fijamente a las cabras". La historia, nos cuenta el conflicto emocional que sufren tres personas que en el año 1997 se ven unidos de nuevo por los sucesos que sufrieron juntos en el pasado. De esa manera, la cinta se estructura en dos partes: los flashbacks que acontecen en Berlín Este en 1966; y los acontecimientos que tienen lugar en el año 1997. A partir de aquí, se desarrolla una cinta que homenajea claramente a las películas de espías de los años 70, con un argumento que no sorprende por original, pero que si mantiene en tensión al espectador de manera constante con algunos momentos de gran cine de suspense.

Además, el film cuenta con un reparto excepcional, en el que ninguno de los actores desmerece lo más mínimo, con una Helen Mirren que vuelve a mostrarse soberbia, un Sam Worthington cada vez más en forma, y la novedad de Jessica Chastain que cumple a la perfección con su papel (siendo el más complicado, pues compite directamente con Helen Mirren). Mención especial merecen los cara a cara entre el nazi Jesper Christensen y los miembros del reparto, un ejercicio de tensión emocional espectacular.

Sin embargo, la cinta adolece de un gran problema estructural que le resta puntos. Mientras que el corazón acelera pulsaciones durante los flashbacks, el director no sabe mantenter el pulso en las acciones que acontecen en el supuesto presente, pudiendo llegar a perder interés por momentos la película en sus compases finales. Y es que, aunque John Madden pone todo de su parte para dirigir la película con maestría, el gran guión que tiene entre manos le queda grande.

Pero aún con eso, estamos ante un gran aperitivo para lo que los cinéfilos esperamos en los siguientes meses (o en la próxima semana, ¿verdad Terrence?), que es buen cine después de los excesos veraniegos.

¿Cómo se puede controlar el impulso de "machacar", teniéndolo totalmente al alcance, a alguien que ha matado, torturado y destrozado a miles de personas (miles de familias) durante años de manera totalmente intencionada y cruel? ¿Después de todo son personas que cometen errores como hacemos todos, no? ¡No! Yo no aguantaría. Aunque, por suerte, no me he visto en esa situación, a diferencia de los protagonistas de esta película algo más que interesante.

Estoy seguro de que pocos aguantaríamos sin desahogarnos. Pero esto no es un juego, es una misión donde el final no depende de ellos. El final ya está definido. Ahora sólo hay que llevarlo a cabo. ¿Lo conseguirán?

A veces las personas nos vemos obligadas a ser injustamente injustos con gente que no se merece lo que recibe. Gente que con lo peor que se le pudiera hacer no sería suficiente para llamarlo justicia. Y, aún así, nadie les ha hecho pagar ni un 1% de la moneda que éstos han estado cobrando a tantísima gente sin motivo alguno. Al fin y al cabo, no somos como ellos.

El film se va desarrollando de manera entretenida y regular, consiguiendo mantener un buen nivel durante las casi dos horas con un reparto excelente así como sus interpretaciones.

Una película que, aunque no excepcional, es digna de ser vista sin miedo a que decepcione. En general, una buena película.

La historia contará de ella, pasado el tiempo: «Remake del film israelí "The Debt", dirigido en 2007 por Assaf Bernstein que quiso coparse con decenas de Oscars y encontró decenas de capones».

Ay, la deuda, la deuda. ¡Cuidado, que el nazi te embarga! ¡Cuánta crisis! Sí, crisis y de cine. “La deuda” nos habla de la historia y deuda de una agente del Mossad (por pagar a todos con carne) después de dar caza al Cirujano de Birkenau, un criminal de guerra nazi, que dejó marcado tanto a ella como a sus compañeros de misión (y adictos al misionero). La cinta, como toda película, tiene un discurso (pero nada real). No habla de fantasmas del pasado ni doble moral criminal, ni sobre víctimas, verdugos o mártires porque finalmente la historia tiene que ser historia y es ahí donde la estructura del filme creo que patina.

Tiene sus momentos de acción, dramáticos y, por supuesto, de ‘Gran Hermano’: el villano se reserva el papel en el encierro en esa casa. ¡Qué malo que es el nazi! La pobre judía tiene que enseñar al monstruo el interior del potorro y someterlo a un thriller de espías donde se reivindica la justicia y la deuda del pasado y que suelta perlas funestas como «Los judíos no sabéis matar, sólo sabéis morir». ¡Qué malo que es el nazi! ¿Y si es tan malo por qué no lo matan? Ah, que le quieren juzgar...

No voy a sacar el tema de la actuación de Sam Worthington porque no soy un nazi, ni tampoco a hablar de la pelirroja de moda sino de por qué “La deuda” es una película de personajes incoherentes. Precisamente el que da ‘vida’ (o aniquila, según el gusto) Worthington quiere llevar a ese monstruo ante los tribunales y el juicio universal, que se sepa todo el mal que hizo al mundo… Lo fácil sería matarlo… convertirse en monstruos. Que al final las víctimas de los nazis se conviertan en nazis… Y es interesante que el filme de John Madden se plantee de manera crítica a los procedimientos del Mossad dignos de terroristas, que se nos inculque cierta duda en la evolución del personaje del personaje que interpretan Helen Mirren y Jessica Chastain… pero nada es lo que parece. Lo cuento en el spoiler porque es spoiler aunque si Mel Gibson hubiera interpretado el papel del temible ‘Cirujano de Birkenau’, la película hubiera ganado enteros. También con vestuario de Galliano y dirigida por Lars Von Trier, por supuesto. Al menos, hubiera sido más coherente.

Como bien saben, "La deuda" es un remake de la película israelí "Ha-hov". A falta de un visionado de la original me limitaré a comentar la versión americana.
La película de Madden es, ante todo, un thriller dramático bien realizado. Las piezas del argumento están en su sitio y, sin embargo, no entusiasma.
Recuerdo el argumento: la hija de dos agentes de Mossad, Rachel y Stephen, publica en 1997 un libro sobre la misión por ellos realizada en 1966. La misión había consistido en atrapar a un médico nazi que realizó experimentos con humanos en el campo de concentración de Bierkenau, y llevarlo a Israel para un proceso judicial. El libro viene a destapar la mentiras fraguadas por Rachel, Stephen y un tercer agente, David, llevándolos a retomar los cabos sueltos de una misión que distó de ser tan exitosa como proclamaron.
La película tiene como baza un buen desarrollo de las dos líneas argumentales: la del pasado en el este Berlín en 1966 y la de Israel en 1997. Ambas se van entecruzando, revelando poco a poco de la misión y de sus personajes. No importa que uno se imagine lo que pasó, sigue interesando. Y eso es gracias a la buena dirección de Madden y al guión.
Mi problema viene a continuación. El conflicto central viene a mezclarse con una suerte de triángulo amoroso entre los protagonistas, un triángulo que más que ayudar a caracterizarlos, lleva a confundirlos. He aquí mi mayor problema: ni me creo que los personajes del pasado remiten a los de 97, ni veo completamente redondos a los caracteres. Falta más psicología en las individualización de los personajes, mayor demora en las relaciones entre los tres agentes o entre ellos y el doctor. "La deuda" es una de esas películas que deberían ser más largas para poder dar desarrollo al drama psicológico.
Al final uno se queda con la impresión de ver dos películas mezcladas (la del pasado, la del presente), con personajes a los que no se ha llegado a conocer, una película que bascula entre la acción y el drama psicológico sin terminar de redondear ambos productos. Película estimable, sin embargo, bien hecha, aunque no entusiasme.

Me encanta el cine de espias, las tensiones y el suspense que generan.
Ante un inicio algo herratico y desconcertante, hay que estar muy atento pues la cronologia salta del pasado al presente sin parar, tras esto la película se estabiliza y pone la directa en el tramo del pasado.

La deuda es un film de espionaje como los de antes, no hay subidas ni bajadas, todo es suspense, incluso diría triste, el ambiente es melancolico y desesperanzador.
Los actores jovenes elegidos están todos correctos en sus roles, a destacar Jessica Chastain y su apasionada actuación.
El plantel de veteranos con Helen Mirren a la cabeza es impresionante, sobre todo Tom Wilkinson un actor que me agrada siempre que le veo en escena.

Todo gira en torno a un secuestro del pasado que con los años les pesara en sus conciencias, el pulso del director es impecable, termino la cinta y ni medi cuenta, es trepidante y muy espectacular la forma que se hilan los acontecimientos del pasado con el presente, las conversacíones entre el doctor y la chica son de lo más espeluznantes, se dicen cosas muy fuertes y atrevidas.
El ritmo es donde flaquea la película, hay tramos donde pasan millones de cosas y de pronto la calma se adueña de élla, que de repente ocurre otra cosa.

Pero ante la calidad de la historia y de la manera que és contada no aburre ni un segundo.

Una película muy entretenida y recomendable sobre todo para fans del género.

Lo mejor: Jessica Chastain y todo lo de la casa con el doctor.
Lo peor: pequeños bajones de ritmo y el desenlace un poco increible.

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La presencia de Helen Mirren y la promesa del aire acondicionado me han arrastrado al cine para disfrutar de este interesante thriller de John Madden y aunque no me ha decepcionado, ya que no esperaba nada en especial, sé que lo olvidaré tan pronto como termine esta crítica. La trama resulta muy atractiva y la combinación entre el suspense y el drama suele funcionar, pero me da la impresión de que el dilema que propone la película podría haber dado mucho más de sí, ya que este relato sobre el pasado y el presente de unos héroes sin heroísmo carece de la intensidad precisa para hacerla memorable.

No obstante ofrece diversos placeres: suspense elegante, narrativa clásica y sin prisas y un reparto cojonudo, con excepción de Worthington como siempre más plano que un lifting. El balance sale positivo. "La deuda", como decían en aquel anuncio de una conocida marca de chocolates, es puro placer adulto.

Cualquier película que tenga en cartel a Helen Mirren y Tom Wilkinson ya merece, al menos para mí su visión. Si a esto añadimos un thriller tan emocionante como este, mucho mejor.
Aunque la mejor parte se la llevan los actores que interpretan esos mismos papeles cuando son más jóvenes, agentes del Mossad encargados de atrapar a un criminal de guerra nazi y las consecuencias que ese caso acarreara en la vida de ellos.
Si la versión actual de esos personajes: Helen Mirren, Tom Wilkinson o Ciaran Hinds se salen, no quedan atrás sus mismos personajes más jovenes: Jessica Chastain, Sam Worthington y Marton Csokas, en especial la chica.
Todo el proceso de atrapar al nazi, la presión a la que se ven sometidos, sobretodo la chica, antes y después de que este sea atrapado y todo el juego de maltrato psicológico que el nazi, maestro de la manipulación, se trae con los personajes es buenísimo.

Si en una película sale Helen Mirren es difícil que sea mala. Y esta no es una excepción. Me gustan las películas con intriga, me gusta que poco a poco vayan dándonos datos de lo que está pasando hasta desencadenar un desenlace. Me ha gustado mucho, esta muy bien realizada y el desenlace es genial. Disfrute mucho viéndola y comentándola luego. Muy recomendable

Basada en la película israelí homónima, esta estupenda cinta logró un buen resultado comercial y artístico, gracias a su buena factura e interesante historia.

Producida y coguionizada por el actor Matthew Vaughn, destaca sobre todo por las interpretaciones del fantástico reparto, y por el acierto del guion a la hora de llevar adelante la fusión de los dos marcos temporales.

El espectador se mantiene en todo momento atrapado por la trama, gracias a los giros argumentales, y sigue con agrado hasta el final las peripecias de los protagonistas, y sus motivaciones.

John Madden ("Shakespeare in love") firma aquí uno de sus mejores trabajos, ayudado por el buen nivel técnico de la producción, y consigue dotar a los personajes de entidad e interés.

Película maniquea que parte de la base de que somos tontos. Retrata a los agentes del Mossad como si fueran hermanitas de la caridad incapaces de hacer daño a una mosca y con la competencia y la capacidad organizativa de una célula de la T.I.A. Los personajes son de mentira, sus motivaciones nímias y sus conflictos absurdos. Hasta el punto de que pretenden que creamos que tras 30 años de contar una mentira alguien puede tener un ataque de moralidad y desear decir la verdad sin un detonante verdadero más que la necesidad de llegar a un clímax narrativo.

En realidad, durante toda la película los personajes cambian de opinión sin venir a cuento, solo para generar conflicto y resultar heroicos o mezquinos según convenga. Excepto el malo malísimo, que tiene la única función de resultar despreciable a cada segundo. No seré yo quien defienda a los nazis pero nadie es así.

A continuación, una lista más detallada de tomaduras de pelo:

Competente thriller sobre una misión de agentes del Mossad y sus consecuencias a lo largo del tiempo. La realización y el desarrollo son buenos y esto, junto al interés de la historia en sí misma, ayudan a disfrutar de un buen ejemplar de thriller con aspectos políticos.

El reparto cumple muy bien su cometido, con la excepción del avatariense Worthington, alias "caradepalo", que no es que sea muy malo -ya que tampoco molesta en su papel excesivamente-, pero sí que es muy limitado y destaca en negativo sobre sus compañeros de reparto: a la señora Mirren y al señor Wilkinson ya les conocemos y sabemos de su competencia profesional, pero a la joven Jessica Chastain se la puede considerar un descubrimiento, de la que pronto podremos confirmar el talento que ya apunta aquí debido a que tiene pendiente de estreno "El árbol de la vida", "Criadas y señoras" o "Texas Killing Fields", entre otras. Se lo ha currado.

En los momentos finales la película obliga al espectador a ser benévolos y conceder una enorme licencia que se toma la película, pero ello no le resta intensidad y cierta emoción a esa conclusión.

Esta es la típica película que parece mejor de lo que es en realidad. Bien presentada, ritmo excelente, actores muy dignos y en su sitio, dirección competente y acabado elegante... Se trata del típico producto redondo en todos sus aspectos técnicos y dramáticos que deja buen sabor de boca porque suscita en el espectador la impresión permanente de que va más allá de lo que en realidad alcanza y de que está ante una película de calidad más que notable.

Pero sólo es apariencia porque fracasa estrepitosamente tanto en el argumento como en la resolución de los puntos fuertes -y centrales- de la trama. No me detendré porque no es caso de desvelar nada y no me gusta hacer "spoilers", pero el hecho es que la película nos presenta a los peores y más ineficaces agentes de la historia del Mossad (haciendo constantemente lo que no deben y equivocándose en casi todas las decisiones importantes que adoptan), y tiene uno de los finales más folletinescos que recuerda una película "de espías". Puro rocambole.

Es entretenida, curiosa, y la salvan tanto el excelente oficio de su director, como la eficiencia de sus actores principales (especialmente Helen Mirren y Tom Wilkinson) -elementos que la llevan adelante con enorme eficacia-, pero se descubre muy pronto que no tiene nada más y, lo peor de todo, produce una sensación de "dejá vu" tan perpetua como exasperante.

Interesante, pero no es lo que parece. Simplemente está bien vendida.

Es una buena película que, entretiene y mantiene un ritmo muy bueno desde el principio. No entro a hacer valoraciones sobre las delicadas cuestiones que maneja. Hay cosas que si no se han vivido o no te han tocado de cerca, es muy fácil juzgar a la ligera sin tener todos los datos y todos los puntos de vista en cuenta. Así que, básicamente se trata de un film muy bien hecho y mejor interpretado. Solvencia de todo tipo es lo que mejor define esta historia que, "desentraña" (con matices porque este tipo de operaciones son hoy en días más secretos a voces que otra cosa...) los vericuetos por donde pulula la llamada "justicia" paralela. Miles de pelis se podrían hacer con las miles de posturas existentes. Probablemente ninguna sea la correcta. Pero eso, es algo que ocurre con, prácticamente todo en esta vida... y más cuando se juntan conceptos y hechos basados en el nazismo, la respuesta paraoficial israelí, el conflicto político generado en torno a los métodos, los sentimientos y comportamientos humanos, las reacciones, etc...bufff Mucha tela que cortar. Lo importante es que no es panfletaria sin llegar tampoco al compromiso estricto y que, cinematográficamente hablando, es un producto más que válido.

Magnífico thriller con momentos dramáticos intensos y máxima tensión. Actuaciones, banda sonora y giros argumentales interesantes convierten a La deuda en uno de los mejores trabajos de 2011. Se trata de una pélicula que sólo podrá saborear en toda su extensión un público que esté dispuesto a ver un filme adulto. No apta para quien crea que va a visionar una mera película de acción destinada al puro entretenimiento, sin pretender entender a los personajes y las circunstancias históricas en las que se enmarca la historia. Por desgracia, muchos trabajos de estas características se pierden en el olvido porque no gozaron de críticas serias. De las que realiza un crítico de esos que no temen sumergirse en cualquier tipo de cinta.
De momento, El topo tendrá que esperar a que termine de leer la novela, pero ya estoy deseando ir al cine a verla.

John Madden director de ‘Shakespeare in Love’ realiza éste entretenido y convincente remake de la película israelí 'Ha-Hov' de Assaf Bernstein. Un thriller político sin pretensiones, que cumple su función a la perfección. Nos narra la misión de tres agentes del Mossad en el Berlín del Este intentando capturar al cirujano de Birkenau, uno de los más crueles carniceros del exterminio nazi que consiguió escapar de la justicia internacional. Una película que transcurre sin ninguna irregularidad, salvo un final algo forzado.

El sobresaliente reparto está compuesto por una correcta Helen Mirren, Tom Wilkinson, Ciarán Hinds y un sorprendente Sam Worthington, en quien destaca la sutileza a la hora de enfrentarse cara a cara con el actor danés Jesper Christensen.

Lo mejor: su trama política.

Lo peor: el último cuarto de hora.

La verdad es que la historia que cuenta la Deuda es original e interesante, pero la película no acabó de convencerme, si bien pasé un rato ameno.

Por un lado la profesionalidad de los jóvenes espías del Mosad no resulta muy creible, los personajes son un poco arquetípicos y en general los actores que encarnan esta primera parte dejan bastante que desear.

En la segunda parte de la historia (cronológicamente) los actores están francamente bien y todo resulta bastante creíble hasta el chapucero final.

Así que por mi parte un 6 y va que chuta. Para pasar un rato ameno más que suficiente.

'Si vosotros permaneciereis en mi palabra, seréis verdaderamente mis discípulos; conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres' Juan 8:32. No voy a entrar en una peliaguda discusión en torno al concepto de la verdad. Lo que cuenta es que “vivir en la verdad” termina siendo un planteamiento ético de alta envergadura no apto para cualquier mortal de esos que andamos dando tumbos por la vida y sus accidentes. Por ahí leí que la responsabilidad está asociado a la libertad, y que decidir: bien o mal, depende exclusivamente de nosotros, y a la larga, acarreamos las consecuencias de esto. La película “La deuda” más allá de la cacería de un jerarca nazi, siempre bajo el signo de la venganza reparadora, es más que todo el conflicto ético entre lo moralmente correcto o la mentira encubridora que pragmáticamente nos salva o absuelve de una culpa que nadie quiere cargar. Más allá de la historia de amor no correspondido, más allá de lo penoso que es recordar un acto genocida llevado a cabo de una manera planificada, lo que resalta e impresiona, a mi particularmente como espectador, es el acto de redención tardío. El ajuste de cuentas final que termina por redescubrir una mentira oculta, y lo que es peor, manipulada sin ningún tipo de pudor y decoro, bajo el chantaje de la propia salvación personal y social. La integridad de David es conmovedora y apabullante, tanto en lo que respecta a sus sentimientos como convicciones políticas, es el único que acepta vivir en un infierno estando consciente de ello y procurando reparar los desvíos y las atroces consecuencias de la fallida misión. Tiene a su disposición la posibilidad de liberar un secreto que le produce oprobio, aunque por amor y lealtad se vea imposibilitado, es prisionero de sus ideales, en un sentido, diríamos que sobrehumano. Vive la tragedia de una vida de espejismos y desdichas aunque sin renunciar a su integridad. Fracasando en todo, termina triunfando en todo. Su sacrificio es consecuente con sus ideales y termina por representar el triunfo de la justicia y la dignidad en un mundo de oportunistas, hipócritas, egoístas y falsos. Lo increíble de todo esto es que David termina siendo un personaje secundario dentro de ésta tragedia “griega”, mientras que es el personaje de Helen Mirren, de paso, tremenda actriz, la que cataliza todas las contradicciones que se van produciendo. Es la mirada femenina, al principio cómplice y confundida, la que termina por tomar partido, y reparar, si así de pudiera decir, los extravíos de una vida en la mentira, y con ello, alcanzar una especie de paz y liberación.

Vamos a imaginar que mañana aparece el soldado XXX en la tele. Con el rostro lleno de lágrimas y con la culpa devorándole, este bigardo de dos metros con los brazos como jamones, confiesa que fue él quien mató a Bin Laden, pero que en realidad... oh, Dios... ¡no le hicieron ningún funeral musulmán durante el vuelo! Y no sólo eso, sino que se pasaron todo el vuelo de vuelta meándose en el cadáver y haciendo burradas. "Oh, me siento TAN mal por haber engañado a la gente", dice el menda.

¿Usted se escandalizaría? Porque a mí lo que me escandalizaría sería que de hecho le hubieran celebrado un funeral en vez de haberlo cosido a palos... Así que menos remordimientos, y más tomar All Bran por la mañana. Y si uno quiere asegurarse de que el sujeto no escape, mejor no correr riesgos y llamar a Pepe o a Sergio Ramos.