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20 Críticas de los usuarios

Críticas de los usuarios:
7
Un trozo de la historia de Europa
Ambientada entre el ocho y el diez de abril de 1940 durante la invasión alemana de Noruega. No, no es una película bélica, aunque tenga algunas escenas de guerra, como el hundimiento del famoso crucero de combate alemán, Blücher, por los cañones del fuerte Oskarborg ,

Erik Pope construye un drama bélico desde dos puntos de vista. La familia real noruega y el embajador alemán en Oslo, Brauer. Alrededor de ellos giran los acontecimientos y el resto de personajes. Braüer, diplomático no nazi, quien ni siquiera estaba informado de lo que se venía encima, lucho hasta el último momento con sus limitados esfuerzos por parar la invasión y negociar algún tipo de acuerdo. Patéticas sus imágenes, como un hombre que con las manos quisiera detener una riada de agua.

Pero lo mejor está en el dilema moral que se plantea en la monarquía. Pactar con el invasor o luchar y evacuar a toda la familia real a Inglaterra. Magistral la interpretación de Jesper Christensen como el rey Haakon VII. Un anciano desorientado y superado por los acontecimientos que trata de encontrar la energía y el orgullo para afrontar tan dura prueba y ser el faro de su pueblo. A su lado el heredero Olaf, con la fuerza de la juventud sólo piensa en ir a la lucha sin importar los escasos medios a su disposición.

Erik Poppe sabe emocionar y conmover al espectador. Y lo consigue gracias al soldado adolescente Seeberg. Parábola de la Noruega devorada por la ambición nazi. Bastante fiel a los acontecimientos históricos y pese a su limitado presupuesto que no le permite lucirse más en exteriores, de lo que quizá le hubiera gustado a su director, es de lo mejor en cine bélico que han estrenado este 2016.
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32 de 33 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
Crítica de La Decisión del Rey por Cinemagavia
La película describe muy bien cómo la familia real y los ministros escapan en un tren especial hacia Hamar, la forma en que la familia se ve obligada a separarse y cómo un gobierno prácticamente inoperante que intenta trazar una linea de negociación ineficaz con los alemanes, ve al rey como un auténtico líder. De hecho, el propio Führer, conocedor del carisma y capacidad de liderazgo del monarca, solo considera a Haakon VII como interlocutor válido en la negociación. El rey guiado por su profundo sentido de Estado y del deber, su gran capacidad de sacrificio y firmemente decidido a salvaguardar las instituciones democráticas y la dignidad de su país, toma la decisión mas osada y valiente a la vez, Noruega resistirá. Sin embargo, primero le dice a Curt Bräuer, que su país es una democracia y no una dictadura, cuya soberanía reside en el pueblo, por lo que no puede decidir a solas por los noruegos, y a continuación, comunica al gobierno que no puede ceder a las exigencias planteadas por los alemanes y que deben de ser ellos como representantes del pueblo los que tomen tal decisión, sin embargo, avisa de que si se rinden a los alemanes, él y su familia abdicarán.

Cuando Haakon VII murió en 1957 a la edad de 85 años, la simpatía y la popularidad del monarca entre la población era abrumadora. La monarquía en Noruega, sobre todo después de las acciones que tuvieron lugar en abril de 1940, es muy especial para los noruegos porque ha sido elegida por el pueblo. A pesar de que el rey puede nombrar y destituir gobiernos y estar en teoría por encima de la ley, tiene un mero papel representativo como vemos en la película. La actitud y decisión de Haakon VII supuso poner el bienestar de su pueblo por encima de la suya propia, no interferir en los asuntos de Estado, convertirse en un símbolo de la resistencia contra la ocupación nazi, y lo que es más importante, convertir a la monarquía en un icono unificador del pueblo noruego.

Es importante resaltar que La Decisión del Rey es un drama histórico y no una película bélica. Nadie espere una típica película de guerra llena de acción ya que Erik Poppe se centra en el diálogo y la diplomacia, con numerosas escenas filmadas en las salas de estar de la familia, en las oficinas gubernamentales y en los bosques nevados. Los realizadores dejan muy claro en los créditos, que La Decisión del Rey está inspirada en el libro de Alf R. Jacobsen, sobre los dramáticos acontecimientos vividos por la familia real en su salida de Oslo en 1940, por lo que la trama es ficticia aunque muy cercana a la realidad y basada en hechos históricos.

Las pocas escenas de batalla existentes en la película están muy bien realizadas. En La Decisión del Rey tan solo veremos dos secuencias de acción importantes, el mencionado ataque a la flota alemana y un tiroteo intenso en una zona de granjas a las afueras de Elverum, donde la Guardia Real Noruega con el apoyo de granjeros, jóvenes y cazadores de la zona, consigue parar los pies a los alemanes. Este ataque rodado magníficamente de noche, cámara en mano, en un espectacular ambiente nevado, consigue transmitir gran realismo y una sensación de agitación constante. Debemos tener en cuenta que, Noruega al ser un país neutral, su ejército no poseía armas de carácter ofensivo como granadas de mano para ser utilizadas en el asalto de trincheras enemigas e incluso la mayoría de su equipo estaba anticuado, por lo tanto el ejército noruego se centró solo en la defensa con rifles y ametralladoras.

Lo más interesante de La Decisión del Rey, sin lugar a dudas, son los abundantes diálogos entre el rey, Jesper Christensen, y su hijo, el príncipe Olav, interpretado por Anders Christiansen Baasmo a lo largo de todo el metraje. A pesar de las continuas discrepancias y diferencias existentes entre ambos, sienten un gran respeto y amor mutuo. Sus percepciones acerca de la guerra, la nación y el papel del rey son muy diferentes. El príncipe refleja un carácter impaciente y apresurado, además, su formación militar influye en sus decisiones, siempre encaminadas a rechazar todas las reclamaciones alemanas, mientras que el monarca, es una persona pragmática y con una importante formación humanista. La interacción entre Anders Baasmo Christiansen y Jesper Christensen es excepcional y la sensibilidad mostrada por Erik Poppe, para representar el antagonismo existente entre padre e hijo, entre la prudencia de la edad y el ímpetu de la juventud es uno de los puntos fuertes de la película. A destacar también, la interpretación del actor austriaco Karl Markovics (El Gran Hotel Budapest, Los Falsificadores) por su brillante papel de un embajador alemán que, a pesar de estar luchando en una batalla perdida, no renuncia nunca a conseguir un acuerdo diplomático para evitar la guerra.

El desarrollo narrativo de la historia depende de continuos intertítulos, encargados de identificar fecha, lugar y hora de los acontecimientos, muy necesarios para situar al espectador, sin embargo, al presentarse como un corte negro, rompe el ritmo de la película y, quizás, se podía haber evitado colocándolos en las mismas escenas.

Cinemagavia: https://cinemagavia.es/pelicula-critica-la-decision-del-rey/
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22 de 24 usuarios han encontrado esta crítica útil
6
Sobre cómo lo políticamente correcto se vuelve historia y cine
Vi “Kongens Nei” (“The King's Choice”, la “Decisión del rey”, Noruega, 2016) dirigida por Erik Poppe (esta es la primera película que le veo) y con guion de Harald Rosenløw-Eeg y Jan Trygve Røyneland. Basada en hechos reales, expone la invasión nazi a Noruega en 1940 y la forma en la que el rey y su gobierno asumieron con estoicismo las presiones de Hitler para volver Noruega un estado títere. Obviamente, las pocas noticias existentes de esta cinta aluden a la buena aceptación que ha tenido en Noruega, incluso de su casa real, pues obviamente deja bien parada a la monarquía. Sin embargo, llama la atención el silencio de la crítica ante la obra que ahora comento. ¿Por qué? Seguramente porque no ha tenido una amplia difusión, pero también porque la película, si bien está muy bien hecha en cuanto la producción (la escena del hundimiento del barco alemán, de un lado, y el combate entre los soldados noruegos que quisieron frenar el avance de los paracaidistas nazis, son meritorias), sigue siendo una película de lo “políticamente correcto” vuelto historia y cine. Está llena de clichés, pero también hay que decirlo, no son de aquellos que vuelven empalagoso el filme; son llevaderos y no obstaculizan el entretenimiento del espectador. Eso sí, muy importante el énfasis que se hace en la importancia de la monarquía constitucional europea, aquella donde el rey poco o nada interviene en el gobierno, salvo momentos radicales y demasiado críticos que se vuelven leyendas, algunas exageradas, otras acertadas. En este caso, si le creemos a la cinta, la dignidad de Noruega se mantuvo gracias a la decisión del rey de no doblegarse ante las exigencias de Hitler, a pesar de la intermediación del bienintencionado embajador alemán. Incluso, en la historia, este embajador logró poner una fuerza dramática muy interesante entre un coronel del ejército alemán, representante de la fuerza bruta, y un embajador, representante de la moderación y la diplomacia. Se pueden dar clases de teoría política con esta obra. Finalizando, no es nada del otro mundo, aunque no es mala tampoco (la calidad de muchas de sus escenas lo demuestra). Para quien esté interesado en la historia de Noruega puede serle más interesante; sin embargo, quien la vea, no pierda la oportunidad de reflexionar sobre los temas políticos de trasfondo. 2017-06-17.
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15 de 17 usuarios han encontrado esta crítica útil
6
Jaque al Rey
Quizás no tenga toda la épica hollywoodense ni sea un retrato de bravura descontrolada y sin sentido que con generosos derrames sangrientos deja a vastos públicos satisfechos, pero “Kongens nei” (2016) es un largometraje histórico que es 100% noruego en su esencia, muy distinguible por quienes tenemos la fortuna de conocer a dicho pueblo escandinavo.

Para cinéfilos regulares, el film va de más a menos, o mejor dicho, tiene su momento para posteriormente sufrir un desgaste a raíz de su duración por sobre las dos horas.

En cuanto a relevancia histórica resulta más que interesante la trama que desarrolla, acerca de la llegada de los nazis a una neutral Noruega, con los roles de la monarquía, el pacifismo natural de los escandinavos (contrastante con su pasado vikingo) y los intentos estrafalarios de diplomacia dentro de una avanzada germana sin ánimo de dialogar sino imponer.

Al igual que “Antropoide” (2016), son capítulos que se hacen desconocidos para lo que estamos acostumbrados a ver sobre cintas de la II Guerra; más pausadas, vividas y contextualizadas en plan de chico a grande, que era como las naciones europeas veían al régimen del Fuhrer, amenazadas por su poderío bélico. Diferentes de las ostentosas armadas aliadas y con un grado de simbolismo mayor basado en prácticamente, solo la voluntad.

En sí “Kongens nei” refleja puramente el adn noruego, ese que no se relaciona con la fuerza de las armas, sino con la integridad moral, el deber y los gestos más que las acciones explícitas. “La forma” de hacer las cosas es lo que la hace una película sensiblemente noruega.

Recomendación:
Más que interesante. Algo lenta para muchos públicos pero sensiblemente representativa para el pueblo noruego.

=Cité de Lord Buyinski= www.buyinski.wordpress.com
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13 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
Muy interesante y bien realizada.
La decisión del rey -Erik Poppe- narra las horas previas a la invasión alemana el 9 de abril de 1940 y, especialmente, los días posteriores a esa fecha. Días en los que el rey noruego Hakoon VII se convirtió en una figura transcendental para el futuro de sus compatriotas.

El director noruego Erik Poppe centra la historia en dos personajes. Por un lado en el rey Hakoon y por otro lado en el embajador alemán en Oslo, Curt Bräuer. Ambas figuras se encontraron en el centro de la tormenta iniciada el 9 de abril y lidiaron como pudieron con la situación.

Sobre el rey noruego recayó toda la responsabilidad, ya que el Gobierno que por aquel entonces dirigía la nación se vio superado por las circunstancias e incapaz de decidir si rendirse a los alemanes o luchar contra ellos. El monarca -perfectamente interpretado por Christensen- debía sacar fuerzas de flaqueza en aquel momento y convertirse en la figura que protegiese los intereses de sus ciudadanos, tomase la decisión que tomase. Muy acertada es la representación de su hijo, el heredero al trono Olav, un hombre más joven y enérgico que únicamente contempla la opción de hacer frente al invasor con las armas, a pesar de tener un ejército mucho menos preparado que el nazi.

Por su parte, el consul alemán era un hombre más propenso al diálogo y contrario al derramamiento de sangre. Desde el primer momento queda claro que a pesar de representar los intereses del III Reich en otro país, no es un nazi. Sus constantes enfrentamientos con los líderes del ejército al frente de la invasión persiguiendo una salida sin violencia al conflicto hacen que el espectador pueda empatizar fácilmente con su personaje.

os encontramos ante un filme muy interesante, con buenas escenas bélicas y con una trama muy bien llevada que hará las delicias de aquellos aficionados al cine político. Las negociaciones entre ambos bandos están presentes desde el inicio de la película y la tensión de aquellos momentos está muy bien reflejada. Si bien es cierto que la duración del filme puede jugar en su contra, los 133 minutos del mismo pasan sin lastrar el ritmo gracias a un guión muy ágil.

Mención aparte merece la música compuesta por Johan Söderqvist, creando la atmósfera perfecta en las situaciones de mayor tensión, así como en los momentos más emotivos de la obra. La película fue seleccionada por la Academia de cine noruego para representar al país en la ceremonia de los Oscar de 2017, si bien no quedó entre las cinco finalistas. Pero lo merecía.

Más sobre esta y otras películas en el blog: argoderse.blogspot.com.es y en la página de facebook: argoderse
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8 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
¡¡ALT FOR NORGE!! "Todo por Noruega".
Ya hable sobre la trilogía de Estonia y las consecuencias que en ella tuvo la 2 º guerra mundial y ahora le toca el turno a Noruega, esta cinta trata sobre la campaña relámpago que sufrió a manos de los nazis durante la segunda guerra mundial terminando con la ocupación del país.
Situando históricamente la película, resaltare que Noruega durante la 2º guerra mundial, era un país neutro durante la contienda, pero sus reservas de hierro y sus costas estratégicamente eran importantes tanto para aliados, en este caso los británicos como para los alemanes, por ello en Noruega se dieron una serie de circunstancias que provocaron que su neutralidad se viera menoscabada en cierto modo por actuaciones tanto de alemanes como británicos en sus costas, lo que provocó que finalmente alemania decidiera invadirla.
El director relata de una manera muy acertada y cronológica como se sucedieron estos difíciles 11 días en los que ante la invasión alemana, el gobierno noruego y primordialmente el rey Haakon VII y su hijo el príncipe Olav, en cuyas personas se centra la película, renunciaron al exilio, y se quedaron a defender la voluntad del pueblo noruego, que les había elegido democráticamente como sus representantes, por lo que no aceptaron la ocupación nazi así como sus términos y condiciones, esto provocó que entraran en guerra, situación que fue aprovechada por un partido muy minoritario en Noruega al frente del cual se encontraba Quisling para dar un golpe de estado y situarse al frente del país, cosa que le venía de perlas a Hitler, pues este partido eran afín a su causa, y Alemania por tanto otorgó legitimidad a este gobierno, dejando de reconocer como legítimo al gobierno vigente hasta ese momento, pero el gran problema era que a nivel internacional e interno dicho gobierno carecía de legitimidad por lo que Hitler buscaba que el rey Haakon VII les apoyará y reconociera al gobierno de Quisling, para conseguir popularidad, legitimidad y rendir Noruega.
Para que esta parte, se entienda mejor aportare que hay 2 formas de reconocimiento, la forma De Iure y la forma De Facto, el reconocimiento de facto se otorga cuando se duda de la viabilidad del nuevo gobierno, un ejemplo seria Reino Unido que reconocía De facto, el gobierno de Franco y por el contrario de Iure al republicano porque lo consideraba como el gobierno firme y permanente, pues en la película pasa lo mismo se reconoce internacionalmente de Facto al gobierno de Quesling pero De iure al gobierno que estaba vigente junto con el monarca Haakon VII como el firme y legítimo.
Un ejemplo aquí sería el caso de Alcalá Zamora y el Duque de Alba que eran embajadores diplomáticos de España simultáneamente durante la guerra civil, es decir, uno de la causa republicana y el otro de la causa franquista en Londres.
Destacar durante la película el papel del embajador Curt Brauer, y su encuentro y conversación con el rey Haakon como el momento más intenso, bello y carismático del largometraje, para intentar llegar a un acuerdo de negociación que resultase beneficioso para los 2 países pero el rey tiene claro que su papel es puramente representativo, pues la forma política y de gobierno es una monarquía parlamentaria y por lo tanto el no se considera idóneo para tomar decisiones de estado pasando por encima de un gobierno elegido democráticamente por el pueblo y aquí es en donde el rey se gana históricamente el gran favor y respeto de sus paisanos a nivel histórico, considerándose su negativa a capitular y extralimitarse de sus funciones frente a la Alemania de Hitler como un símbolo de lucha.
Añadir que LOS EMBAJADORES, gozaban de inmunidad y eran respetados, incluso sus premisas se consideraban territorio de otro país, mediante el principio de extraterritorialidad, lo que significa que si se atenta contra ellos se podría producir un “casus belli”; Brauer en este caso era un tipo de embajador ad hoc significa "una vez", es decir, voy negocio, vuelvo y se termina, eso sí un enviado ad hoc necesita plenos poderes del estado que lo envía para poder hacerlo, en este caso como bien refleja la película Brauer, tenía los plenos poderes para negociar en nombre de Hitler.
Finalmente comentar que la película es muy famoso en Noruega y que incluso toda la familia real acudio a su estreno y que el actual rey estuvo presente en muchas escenas durante el rodaje pues le producía una intensa emoción recordar el gran papel que desempeñaron su abuelo y padre.
Por último añadir que el símbolo de la resistencia noruega era un simple clip, un objeto insignificante que significaba unión y que es un invento noruego, los alemanes al enterarse de ello prohibieron los clips en noruega bajo pena de muerte. Actualmente existen aún numerosos estatuas y símbolos en forma de clip representativos de ello.
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5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
Revelarse o negociar, frente al nazismo, sin olvidar las consecuencias
Preciso, sofisticado y detallista drama bélico noruego sobre la invasión nazi durante el inicio de la Segunda Guerra Mundial que está basado en hechos reales, muy buenas actuaciones y una sólida fotografía que es acompañada por una trama pausada e intensa. Potente interpretación de Jesper Christensen.
El director Erik Poppe consigue conjugarse con mucha solidez a un detallado guión escrito por Harald Rosenløw-Eeg y Jan Trygve Røyneland. La trama es minuciosa e intimista, sin por eso dejar de lado los aspectos bélicos bien logrados; posando la intensidad narrativa sobre las negociaciones y los conflictos humanos que generan frente a enormes decisiones como la de ingresar o no a una guerra, ampliando la visión a una inteligente dualidad contrapuesta.
Combinando los aspectos políticos, con los personales y los bélicos, la propuesta de Erik Poppe tiene varias aristas destacadas que entretienen y atrapan, especialmente porque se detiene en los detalles sin dejar de imprimirle un realismo creíble y sensible que emociona –dándole preponderancia al patriotismo sin caer en la vulgaridad de buenos y malos, más allá de algunos altibajos que no restan.

Calificación Fanaseriecine: 7 ½ sobre 10
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5 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
Luchar o morir
La decisión del rey es el quinto largometraje del director Noruego Erik Poppe, entre sus anteriores trabajos destaca “Mil veces buenas noches” que pudimos disfrutar hace unos años en nuestro país. El resto de su filmografía paso desapercibida.

La película nos cuenta el acto más importante de toda la historia de este país nórdico. En abril de 1940, con los nazis abordando la invasión Noruega, el monarca Haakon VII tuvo que afrontar la decisión más importante de su reinado, Aceptar la rendición que le proponía el embajador alemán Curt Bräuer en nombre de Hitler.

Era capitular o morir, un ultimátum que el rey y el gobierno rechazaron por unanimidad.

El director sabe reflejar bastante bien todo lo acontecido con una gran dirección de actores, un buen ritmo y una gran puesta en escena. Muchos tramos de la cinta la dirigen con la cámara en mano para conseguir una mayor credibilidad en los hechos. La escenografía, vestuario y fotografía son espectaculares y hacen que el espectador se meta en la historia.

Se trata por tanto de una película de luchas íntimas basada en las interpretaciones o, más que eso, en la imagen que dan sus actores principales y, aunque hay muchos con suficiente relevancia en el conflicto, el danés Jesper Christensen, en el papel del rey, y el austriaco Karl Markovics, el embajador, resultan memorables.

En definitiva un película más sobre la segunda guerra mundial, pero en este caso a través de un hecho histórico muy poco conocido por la mayoría de los espectadores. Muy recomendable.

Lo mejor: La puesta en escena, la fotografía y el vestuario.
Lo peor: Faltan datos históricos de los hechos.
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2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
El dilema Noruego
Colaborar con los nazis y perder la independencia o el derramamiento de sangre del pueblo noruego, este asunto es el hilo conductor de la película, donde el embajador alemán (un gran Karl Markovics) es el autentico protagonista lidiando con el gobierno noruego llevando una invasión y finalmente negociando por una paz con el rey que parece desearla mas dicho embajador que los propios mandatarios noruegos, significativo es el dato de los créditos finales indicando que acabo en el frente ruso. El monarca se ve envuelto en este asunto mientras emprende una huida con toda la familia real, es entonces donde el embajador por orden del Reich negociara solo explícitamente con el rey Haakan VII, papelón para un rey que solo es de carácter representativo. Esta obra de intriga política que se centra en sus personajes con una mirada intimista pero que no llega a profundizar del todo con el personaje de Jesper Christensen para hacerla más reflexiva pero aun con todo esto resulta ser un buen producto histórico a causa de una muy buena ambientación y sobre todo esos tres días tan importantes para la historia de ese país narrados con pulso firme y precisos con todo detalle sumando así un gran rigor histórico. Digna de mención algunas escenas bélicas sobre todo la del hundimiento del acorazado alemán Blücher bien rodada y sobre todo no son de las que te esperas en un film de esta índole, pero si de verdad hay algo que merezca queja son los movimientos constantes y mareantes de la cámara mostrándonos a todos y a todo, se ve que no encontraron trípodes en el rodaje, como también algunos zoom gratuitos que ni a Franco Nero.
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2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
Una valiosa lección
La decisión del rey

Qué estupenda película ha hecho el director noruego Erik Poope. "La decisión del rey" es un gran acierto cinematográfico, una admirable lección de cómo contar una historia condensada en los tres días críticos que a partir del 9 de abril de 1940 obligó a la pacífica y civilizada Noruega a lidiar con uno de los dilemas más endiabladamente enrevesados de su historia reciente.
Conforman la columna vertebral de esta apasionante narración tres personajes fundamentales sobre cuyos hombros recayó gran parte del peso de la responsabilidad durante las 72 horas cruciales en las que Noruega se jugaba su futuro: el actor Jesper Christensen como el rey Haakon VII, Anders Baasmo Christensen en el papel de su hijo y heredero, Olaf y Kavl Markovics tan empecinado como bien intencionado embajador alemán en Oslo, Curt Bräuer. Una de las grandes virtudes de Pooper es la de haber elegido a estos tres formidables actores, responsables sin duda de conferir al relato un intenso dramatismo y, sobre todo, dotarla de asombrosa credibilidad.
El rey Hakoon VII tenía 68 años en 1940 y reinaba desde 1905, cuando ocurrieron los hechos. Y se dan dos interesantes circunstancias que conviene destacar: no era noruego sino danés e, insólitamente, fue el primer monarca de la historia coronado por votación popular en un país soberano durants más de cinco siglos. En ese momento ya era un hombre envejecido, cansado, sufría de fuertes dolores de espalda por lo que las obligaciones propias de su cargo le suponían un gran esfuerzo y sacrificio. Sin embargo, Hakoon jamás claudicó, se mantuvo firme en el trono hasta muerte en 1957 y siempre gozó de la adoración y apoyo incondicional de su pueblo.
En el breve espacio en el que discurre la trama, nos acercamos al ser humano despojado de la pompa de su investidura, cercano, familiar, íntimamente comprometido con sus súdbitos, respetuoso -a pesar de las fuertes presiones de su entorno más próximo- de las leyes que rigen a su país, donde el rey tiene carácter representativo pero no gobierna. Se muestra ético y prudente, imbuido de una inalterable vocación democrática, inteligente, responsable y profundamente angustiado por el sufrimiento que pudiera acarrear las consecuencias de una decisión equivocada.
Y entre la nieve, el frío y la ventisca que envuelven el paisaje de un crudo mes de abril noruego, nos hallamos frente a un relato trágico y tierno a la vez, veraz, sumamente aleccionador y constructivo para todo aquel que sienta la necesidad de aprender de un documento de incontestable valor histórico que no hubiera desmerecido un título como el de "La dignidad del rey".

Emilio Castelló Barreneche
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2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
Cuestión de ética
No contentos con arrasar Polonia en la operación relámpago los nazis pusieron las vista en Noruega vital para aprovisionarse de materias primas crucial para los 5 años de guerra que estaban por venir. Los mandamases nórdicos se veían pues ante una disyuntiva, la rendición o el respeto a la democracia, esto que parece tan evidente supondría pérdida absurda de vidas humanas y más teniendo en cuenta la aplastante superioridad militar del Tercer Reich. "La decisión.."narra como sucedieron los hechos en aquellos días de Abril, de como los felones pronazis inexistentes entre las opciones políticas de los noruegos dieron un golpe de estado a la nación y como tanto el gobierno electo, parlamento, el embajador aleman horrorizado por los desmanes de sus compatriotas y por supuesto el Rey intentaron inútilmente llegar a un acuerdo imposible. Magníficamente ambientada, con excelentes interpretaciones que no se quedan en un frío argumentario de como suceden los hechos históricos sino que además nos hace entender que detrás de cada hombre y mujer , de cada político, de cada militar hay seres queridos y sentimientos de los que uno debe abstraerse cuando de la nación se trata. Por tanto al contrario de Dunkerke en esta película sin entrar en excesivas profundidades se tratan las relaciones humanas de una manera sútil pero inequivocamente reveladora y hasta emotiva. Y como cada obra de arte enreda con su moraleja cabe destacar que una democracia madura no se puede permitir la verguenza que las decisiones importantes que afectan a la nación no se pueden decicir entre dos actores en una habitación a oscuras, ¡que diferente de esa Cordillera de Darín donde ocurra más bien todo lo contrario y que viene a explicar cuan diferente funcionan los estados del cono sur y los del norte de Europa!
Muy recomendable
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2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
Te mete dentro
Ante todo decir que no una película bélica ni un documental sobre la invasión de Noruega por los nazis. Aun cuando incluye unas sugerentes y novedosas secuencias tanto sobre el hundimiento del crucero alemán Blücher, en la Batalla del Estrecho de Drøbak desde la fortaleza de Oscarsborg, como las relativas a la Batalla de Midtskogen, acosando al Rey, se trata más bien de un retrato intimista sobre la importancia de la Jefatura de un Estado cuando éste tiene que decidir su futuro ante una encrucijada en la que cualquier apuesta vale su precio en tragedia humana.

Se trata, pues, de cine político y psicológico, la recreación filmada de un hecho histórico que encumbra la figura de un monarca como símbolo patrio de una Noruega democrática y, en consecuencia, con división de poderes, resistiendo lo que puede, desde su tradición neutralista, ante el imperialismo hitleriano. Sin dejar de subrayar, por otro lado, cómo en aquella Alemania devastadora convivían, con los asesinos, élites que también hicieron cuanto pudieron por evitar la barbarie.

A mí la dirección de Erik Poppe me parece positivamente teatral en su mimo por reflejar la terrible soledad intimista de quien se percata que, de repente, ha pasado de ser una figura simbólica, representante del Estado no gobernante, a tener que decidir con todos los poderes en la mano y ante una situación excepcional que a él es encomendada por el Gobierno y el Parlamento.

Con un muy limitado presupuesto, borda una muy sensible realización cinematográfica, durante más de dos horas, de una tragedia histórica con un estilo profundamente nórdico, entremezclando, en el pavor del momento, frialdad, humanidad e integridad moral, y consiguiendo que el espectado se enganche, se involucre, se emocione. El guión, basado en un texto homónimo, ‘Kongens nei‘ [2011], de Alf Reidar Jacobsen, es una maravilla de profundidad y finura y realismo. Con una buena interpretación coral, destaca la magistral la interpretación de Jesper Christensen, como el rey Haakon VII, y de Karl Markovics como embajador alemán.

La ambientación es austera y a la vez embriagante, destacando las escenas caseras y las de debates reflexivos o decisorios. Muy buena fotografía de John Christian Rosenlund, con una convincente utilización de la cámara subjetiva, aunque en ocasiones rompa el precioso y pretendido ritmo pausado. La banda sonora del sueco Johan Söderqvist ayuda a crear la atmósfera adecuada, ejerciendo el difícil papel que precisa una película de esta naturaleza, la eufonía funcional, de modo que se subrayen los sonidos y el silencio de la tragedia que se está relatando.

Todo un buen cine de teoría política sobre un hito histórico [7,5 sobre 10].

pd. Para los españoles es inevitable el recuerdo del golpe del 23F de 1981 y la democrática defensa de Juan Carlos I.

El quicio de la mancebía [EQM]
https://elquiciodelamancebia.wordpress.com/2017/08/12/la-decision-del-rey-noruega-2016-de-erik-poppe/
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1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
Una situación compleja
Cómo tomar una decisión con respeto a tus valores. Muestra bien la evolución del personaje y la presión. Tanto rey como embajador alemán juegan sus cartas y lo pelean bien.
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1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
6
Tres días de la historia de Noruega.
El 8 de Abril de 1940, al haber minado la marina británica previamente la costa noruega, 14 buques de guerra alemanes entran en aguas jurisdiccionales de este país que, hasta ese momento, mantenía la neutralidad en el conflicto europeo, con la intención de ocuparlo. Las baterías artilleras responden hundiendo uno de los barcos y a continuación Alemania invade el país escandinavo incluyendo numerosos ataques aéreos sobre la población civil. La acción transcurre desde ese momento hasta el 11 de Abril. Tres días históricos para Noruega pendientes de la reacción de su rey, Haakon VII, quien solo podía firmar la declaración de guerra, la rendición o la abdicación.

Erik Poppe dirige esta producción noruega, danesa, sueca e irlandesa con guion de Harald Rosenlow-Eeg y Jan Trygbe Roneyland basado fielmente en la novela homónima de Alf R. Jacobsens. El guion se centra en las vicisitudes del rey en esos días, en los esfuerzos del embajador alemán Brauer por evitar la declaración de guerra y la carnicería que esta acarrearía consigo, y, en tono menor, en el comportamiento del joven soldado Seeberg firme defensor de su patria.

A pesar del tema no estamos ante una película bélica, solo asistimos a una batalla, y sí ante una obra intimista sobre las reacciones del rey, de su hijo el príncipe Olaf y su familia. También en el caso del embajador alemán se hace hincapié en su situación familiar. Se presenta al monarca como a un hombre muy familiar, adorador de sus nietos, inseguro por el momento que vive e incluso asustadizo, quien, sin embargo, es consciente de la responsabilidad de su cargo; su decisión final, difícil de tomar, es lógico que fuera controvertida y aún hoy lo continuará siendo para algunos.

Para el espectador no noruego resulta lógico pensar que este filme solo puede tener cierto interés más allá de lo puramente cinematográfico. Si no se conoce bien la historia de ese país hay elementos que se pueden escapar y otros que pueden ser mal interpretados. Aunque la descripción que se hace resulta pedagógica, al final se añaden rótulos para explicar lo que ocurrió después con la suerte de los personajes principales, no siempre resulta completa esa labor; desconocemos, entre otras cosas, la composición política del parlamento y, sobre todo, la figura de Vikund Quisling, quien, al frente de su partido filo nazi, Nasjional Samling, da de inmediato el golpe de estado, lo que será determinante en la acción a tomar finalmente por el rey.

La dirección peca, desde mi punto de vista, del abuso que se hace de la cámara unida al steadycam, que llega a aburrir, aunque trate de dar cierto aire de documental y verosimilitud a la ansiedad que se trata de transmitir. Tanto correr con la cámara, pegarla al cogote de los actores, esos desagradables y antiacadémicos barridos que se hacen con ella, todo ello, es propio de un trabajo mediocre carente de planificación escénica, lo que lacra negativamente el resultado final del conjunto de la obra. La excelente fotografía de John Christian Rosenlund y la interpretación del veterano actor danés Jesper Christensen son lo mejor del apartado técnico-artístico.
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1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
Minuciosa narración de un momento histórico
En abril de 1940, las tropas del Tercer Reich se plantaban en Oslo sin apenas encontrar resistencia militar de una sorprendida Noruega, donde reinaba el rey Haakon VII -originalmente perteneciente a la familia real danesa-, primer monarca elegido democráticamente por el pueblo noruego. El rey (Jesper Christensen), la familia real y el gobierno huyen hacia el norte buscando más tiempo para tomar la mejor decisión frente a la propuesta de rendición que les ofrece el Führer: mantener la figura del rey (bien valorada en el país germano), pero disolver el gobierno elegido democráticamente por el pueblo noruego para colocar a un político con mala imagen dentro del país escandinavo, pero bien visto por los gobernantes nazis.

Ese es el dilema que nos presenta Erik Poppe -único director que ha recibido cuatro veces el Norwegian National Film Critics' Award- para narrarnos uno de los momentos históricos más importantes -a la par que desconocido- de la historia reciente del país escandinavo. Para ello utiliza uno de sus recursos técnicos más característicos: cámara en mano para transmitir una experiencia en primera persona, inquietud, nerviosismo en las escenas de habitación y sensación de caos en las secuencias de batalla. Su infalible método se puede apreciar muy bien también en su anterior obra: Mil veces buenas noches (Tusen ganger god natt, Erik Poppe, 2013, NOR), protagonizada por Juliette Binoche y Nikolaj Coster-Waldau.

La decisión del rey hace un repaso de dos horas a la historia de la primera mitad del siglo XX de Noruega. Con una buena introducción para entender la situación social-política del país, se procede a una meticulosa y rigurosa narración de los hechos -rotulados con fecha y hora de cada acontecimiento- tal y como ocurrieron. El enfoque no es único, sino que se opta por varios puntos de vista para analizarlo: el poder y la cotidianidad de la familia real; las intentos de diplomacia por parte del embajador alemán, Curt Bräuer (Karl Markovics); las conversaciones del gobierno y el parlamento noruego; las tropas alemanas, y el ejército escandinavo.

La decisión del rey es la minuciosa crónica de los tres días que transcurrieron desde la amenaza de invasión nazi hasta la declaración de guerra entre Noruega y Alemania. Todo el aura que rodea a un momento histórico que los noruegos aún sacan a relucir para presumir de ser uno de los países más democráticos y defensores de la libertad. Es un magistral thriller político-militar, perfectamente documentado y contado con una narración inquietante con un horizonte en absoluto tranquilizador. Es la historia del hombre que dijo "No" a Hitler.
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1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
5
Flojera patriotera
Ya no paso ni una más. Puse a parir 'Dunkerque', los del brexit nos amenazan también con nada menos que 'Churchill', y ahora vienen los noruegos contándonos su vida. Hasta ahora eran los yanquis los que tenían la exclusiva de 'semos los mejores', pero ahora nos venden la moto hasta los noruegos.
Sobre lo que pasó en Noruega y lo que determinó su monarca habría mucho que hablar. Si 'Dunkerque' ofendía a los franceses, 'La decisión del rey' ofende a los daneses, cuando resulta que no es precisamente glorioso ni el desastre vergonzoso de Dunkerque ni la liebre del monarca noruego. Y por eso es más insoportable este tipo de películas pretendidamente 'heroicas'.
Por lo demás esta peliculita no tiene más que una buena ambientación y falla en casi todo lo demás. Es pesada, la cámara falla hasta en detalles ridículos, las actuaciones pobres y a veces pobrísimas, tanto como que el embajador alemán, que es el mejor de lejos, parece fuera de sitio además de fuera de sí durante todo el film. Ni siquiera la hermosa Noruega luce. Hay alguna buena secuencia como la de los buques alemanes entrando en Oslo de noche, pero que viendo lo flojjo de la obra diría que es por casualidad. El metraje es excesivo y la película resulta somnolienta.
El país más rico del mundo creo que lo podría/debería hacer mejor cuando pretende lucirse. A partir de este coñazo patriotero juro solemnemente ni acercarme a cosas parecidas, porque parece que hay epidemia. A 'Churchill' ni regalado.
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10 de 20 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
BLANCO O NEGRO
Muy buena puesta en escena de esta película 100% Noruega en que el nuevo Nacionalismo Socialista que empezaba a reinar en Europa ponía en una encrucijada al Rey Haakon VII de Noruega.

Aunque este metraje esta basado en la historia real, no es muy conocido y tampoco pretende ser un documental, pues parte de ello se explica a través de la ficción. El guión como trasfondo de una lucha a la sombra entre un diplomático y un Rey ante una decisión a blanco o negro que pone al espectador la piel de gallina.

A pesar de sus más de 2 horas (133 min), el ritmo narrativo no decae en ningún momento gracias a los planos mayormente subjetivos. Cabe destacar en gran medida la banda sonora que marca de forma eufónica y primordial ayudando a mantener la historia.

Y como no puede ser de otra manera, el pequeño lunar lo pongo en alguna escena, en que la cámara subjetiva le da un ritmo alto innecesario.

Película altamente recomendable.
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3 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
CARL VS. HAAKON VII
No es que el cine noruego inunde nuestras pantallas precisamente. Bienvenido pues este quinto trabajo de uno de sus directores más destacados y del que a tenor de lo visto merecería visitar los anteriores y estar muy pendientes de los futuros, entre los que se encuentra un film que se estrenará este año sobre los atentados terroristas que se produjeron en Utoya, a las afueras de Oslo en 2011.

"El no del rey", título original es una sobria y bien desarrollada narración de los tres días de Abril de 1940 donde el rey Haakon VII de Noruega vio junto con su pueblo como su país era invadido con una rapidez y fuerza inusitado por las tropas nazis. Su papel meramente formal dentro de la antigua tradición democrática parlamentaria noruega se ve trastocada al pedirle Hitler personalmente la rendición de su país por encima del gobierno establecido. Un pesada losa que abre un dilema institucional y moral ante el pueblo que lo había aclamado en 1905 cuando era un príncipe danés al que se le ofreció la corona noruega al separarse esta de Suecia.

Tres días de huida en las que el embajador alemán en Noruega intenta por todos los medios recabar esa firma con la que se podría evitar un conflicto desigual que acarrearía la pérdida de muchas vidas. El rey se muestra de la mano de Poppe como un hombre común apegado a sus lazos familiares con los miedos y temores inherentes a cualquier ciudadano y como el máximo representante de una institución que encarna el espíritu de su pueblo. Supongo que nadie querrïamos vernos en esa situación. Un dilema y una angustia que el director consigue transmitir y llevar más allá, a todo un pueblo simbolizado en ese joven soldado que aterrado por lo que se le viene encima debe cumplir con su deber. Poppe impone un ritmo sostenido y mantiene la tensión a pesar de los fundidos que nos acotan el tiempo breve en que ocurrieron los hechos, apoyado en una estupenda fotografía y en unas actuaciones más que convincentes. Cine histórico que cumple su función didáctica y que plantea preguntas que cada espectador debe contestar. Como debe ser.

cineziete.wordpress.com
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8
Haakon VII, rey de Noruega y príncipe de Dinamarca. ¿Otra vez Hamlet?
Cuando en 1905 Noruega se separa de Suecia, adoptará por votación popular la monarquía parlamentaria como forma de gobierno. Un Rey sobre el que recae la representación oficial, pero con un Gobierno que dirige los destinos del Estado apoyado por un parlamento elegido democráticamente.
Y como monarca fue designado el príncipe Carlos de Dinamarca, que fue coronado en Oslo como Haakon VII de Noruega en medio del fervor popular.
Y a la altura de este aprecio estará en las duras jornadas de abril de 1940 cuando Hitler ordenó la ocupación de Noruega. Consciente del prestigio del anciano monarca, le propondrá el reconocimiento de un partido minoritario pro nazi a cambio de ocupar el país sin emplear las armas.
Ahí va a estar la cuestión. Otra vez tenemos a un antiguo príncipe danés con sus dudas. Otro Hamlet. Respetar la soberanía popular y la independencia del país o claudicar para evitar el derramamiento de sangre. Haakon (Christensen) lo tiene claro cuando recuerda una frase del propio Hitler: "Un pueblo que cede ante un país extranjero no merece vivir".
Una cinta histórica, rigurosa, muy bien ambientada, preciosa fotografía, color, banda sonora, paisajes ...
Pero también intimista que muestra la vida en el seno familiar, incluso las diferencias entre padre e hijo (rey y príncipe), "No quiero ser el rey que tú eres". Tal vez sobre algo de ñoñería y de lágrimas infantiles.
No es una obra bélica en el sentido tradicional. Apenas asistiremos al hundimiento de un navío y al desigual enfrentamiento entre las adiestradas tropas invasoras y los voluntarios que pretenden cortarles el paso en una granja.
Mención especial a la labor del embajador alemán en Oslo, Curt Bräuer (Marckovics). Un diplomático de la vieja escuela fuera de lugar. Un hombre bueno que intenta por todos los medios evitar muertes y que, caído en desgracia, acabará sus días en el frente Oriental.
Gran escena la del encuentro del embajador con el Rey y el Gobierno noruego en el gabinete de Historia natural de un colegio en la frontera con Suecia.
Una buena película que muestra una página importante de la historia moderna de Noruega y del importante papel que en la misma jugó la monarquía parlamentaria.
Muy recomendable.
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5
Noruega, 9-11 Abril 1940
Una de esas películas sobre lo mal que lo pasan reyes y ministros durante tiempos de guerra. Hasta tienen que huir de su país a veces.

Está basada en hechos reales. Resulta que también en Noruega fueron malos los nazis. Menos uno, que era medio bueno pero no le hacían caso.

La película explora mucho el tema familiar, especialmente la relación rey padre-futuro rey hijo. No sé por qué no se menciona que ambos se casaron con primas suyas, es un paralelismo que hubiera dado aún más fuerza al relato.

Lo mejor son un par de escenas bélicas.

Gustará a: monárquicos, osos de peluche, Winston Churchill
No gustará a: diplomáticos, cruceros de guerra, padres de familia
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4 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
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