29 Críticas de los usuarios

Estamos ante todo un alegato por la igualdad de la mujer, ambientado en un pequeño pueblo bereber, y basado en un suceso real de 2001 en una aldea de Turquía. Como el propio director ha indicado, bebe a su vez del mito de "Lisístrata" de Aristófenes, cuando las mujeres griegas con el fin de forzar la paz negaron a sus hombres las relaciones sexuales.

La historia a pesar de sus raíces en un hecho tangible y del previo trabajo de investigación cultural realizado por el autor, probablemente porque Mihaileanu no encontró a la realizadora árabe que buscó para que diese profundidad al contexto en el que desarrolla su guión, está algo desarraigada; mostrándose más como una fábula universal localizada en un lugar imaginario que como el análisis histórico de una etnia y su verdadera cultura. Lo cual no es en sí erróneo ni acertado, simplemente diferente si sabemos apreciarlo, y en el fondo sí revelación de una realidad de muchas mujeres discriminadas y tratadas aún como posesiones. Así la película, aun con final algo edulcorado como el de un cuento, no deja de llamar a la rebelión contra la injusticia, recordando que con tesón y sacrificio es posible el triunfo de una causa justa.

Por lo demás, se nos describe un entorno bello y bien ambientado que a través de una interesante fotografía con el predominio de colores ocres (casas de barro, montañas y tierras áridas del desierto), con la partitura de Armand Amar mezcla de música clásica y reminiscencias sonoras árabes interpretadas por la Orquesta Filarmónica de Praga, y un reparto que se esmera en interpretaciones que aúnan naturalidad dramática con pinceladas cómicas, nos acerca al corazón de un movimiento real que intenta abrirse paso desde las entrañas del mundo islámico para hacer compatible el Corán con la liberación de la mujer. Una mujer que incluso en occidente, a pesar de su teórico adelanto en este terreno, aún debe seguir luchando día a día por un reconocimiento para el que desde algunos estamentos sociales aún se muestran reticencias.

Porque ellas son la otra mitad de la vida, son quienes completan el sentido de la existencia humana.

"No tendré ninguna relación con mi esposo o mi amante.
Aunque venga a mí en condiciones lamentables.
Permaneceré intocable en mi casa.
Con mi más sutil seda azafranada.
Y haré que me desee. No me entregaré.
Y si él me obliga, seré tan fría como el hielo y no me moveré.
No levantaré mis zapatillas hacia el techo.
Ni me agacharé sobre mis cuatro extremidades, como la leona de la escultura.
Y si mantengo este juramento permitidme beber de esta copa.
Sino que mi propia copa se llene con agua."

(Juramento de la rebelión de las mujeres. "Lisístrata". Aristófenes. 411 a. c.)

Radu Mihaileanu tiene dos grandes virtudes: la primera es que es un buen guionista que sabe combinar tragedia y comedia. Lo ha demostrado en obras como 'Train de vie' y 'Va, vis et deviens'. La segunda es que tiene un gran dominio del montaje en paralelo. 'Le concert', su anterior película,es una auténtica exhibición de dicha técnica visual y narrativa.

En su nuevo filme titulado 'LA SOURCE DES FEMMES' ('LA FUENTE DE LAS MUJERES'), el rumano sabe de sus virtudes y las explota al máximo. Y no conforme con eso, se marca una interesante reflexión sobre el etnoturismo mediante una escena cómico-musical con más fondo que todas las obras actuales de la Gran Vía juntas.

Las protagonistas son las mujeres que, hartas de cargar con litros de agua a sus espaldas, se declaran en huelga y cierran el grifo del sexo a sus maridos para conseguir que canalicen el agua hasta el pueblo. "Es fácil ser revolucionario cuando eres rico", le recriminan al personaje principal a pie de fuente. El enemigo no es una persona sino la mentalidad cavernícola de todo un pueblo.

Mihaileanu realiza una valiente revisión del Islam como texto pasando y pisando por encima de las interpretaciones a la carta de quienes lo predican. La cinta aspira a convertirse en la utópica revolución interna y feminista del Islam. Y casi lo consigue, todo hay que decirlo.

El ritmo se oxigena gracias a pequeños pero certeros golpes de humor y a escenas bien filmadas como, por ejemplo, el debate entre los hombres jóvenes y viejos, los "indignados" del pueblo. Los personajes de la cinta están cuidados y trasmiten verdad por todos sus poros. Del primero al último.

Sin embargo, en mitad de un paisaje desértico la película tiene varias lagunas. El ritmo está lleno de intermitencias y el conflicto ya no es tan conflicto porque, en lugar de concretar, da demasiadas vueltas sobre sí mismo. Algunas tramas secundarias (especialmente la que atañe a los personajes de Luobna, Slim y el buhonero) hacen la zancadilla a un metraje al que ya le cuesta avanzar por sí solo.

El director rumano (pero afincado en la France) recurre al mismo esquema narrativo de 'Le concert' y su fórmula del equívoco para resolver la trama. El problema es que en esta ocasión el resultado es previsible y fallido. Es verdad que 'La Source Des Femmes' es una buena lupa con la que observar la importancia de lo infinitamente pequeño, pero los rayos del sol acaban traspasando la lente y quemando el objetivo.

Escribe la crítica “intensa, dura, sentimental, delicada, tierna, bella, sensible” si además añaden que es un relato con fuerza y que sales del cine algo obnubilado y continuas durante largo rato rumiándola, podríamos aventurar que nos hallamos ante una notabilísima película. Pero claro no todo iba a ser perfecto y también posee y quizás en elevadas dosis, excesos más propios del que busca el efecto que la causa. Con todo a mí algunas de las cosas que muestra me han encantado, la fuerza de esas mujeres ante la incomprensión, no ya de sus hombres, sino de toda una cultura y una forma de proceder. En contra de ellas, la historia, la tradición, la interpretación sesgada de la religión. A favor de ellas, simplemente la razón, pero una razón, eso sí, apabullante, abrumadora, rotunda. Bueno la razón y el corazón de cualquier persona de bien.
Los cantos y bailes de las protagonistas me parecen extraordinarios, así como sus letras y algunos momentos del guión. Y no digamos sus personajes, desde la fuerza y belleza de la protagonista, la no siempre dulce Leila, a la impresionante presencia del más carismático y sorprendente de todos, Vieja Carabina. Extraordinaria la actriz y contundente su perfil de luchadora, de sufridora, con un carácter sin duda imprescindible para reponerse a tantos contratiempos. También acertado su desenlace, y lógico, en una salida elegante y coherente a una situación de muy muy complicada resolución.
Es verdad y también lo apuntan algunos críticos que es un cuento bien intencionado, que pretende abarcar demasiado y en consecuencia se queda en la superficie. Yo añado además que flirtea en abundancia con los tópicos, que casi todo nos suena de haberlo escucharlo muchas veces, pero por otro lado pienso que no por conocida una dura realidad debiera ser ignorada o inamovible. Si bien algunos evidentes defectos le impiden convertirse en una obra de gran calado, también es notorio que me ha hecho disfrutar con generosidad en algunos pasajes, que he sentido emoción, que he tomado partido incondicionalmente y que me ha devuelto a los sentimientos de la juventud, cuando se hace bandera de las causas imposibles, cuando se persiguen los sueños, y cuando por imposible que parezca, algunos de esos sueños se consiguen.

Es un bello cuento de amor y sobre todo alegre.

Se disfruta y uno sale contento de haber ido...aunque no pueda dejar de pensar todo el tiempo que es muy rosa.

Bien interpretada y contada,por momentos muy bella.... pero le falta el ser creíble para ser redonda.

Desafortunadamente el mundo real es mucho mas " jevy ".

Un bonito cuento de ciencia ficción en el que la llave del progreso femenino se encuentra entre las piernas. Mujeres haciéndose valer como objetos de deseo del hombre. Muy feminista no suena. Pero Mihaileanu quiere convencernos de que lo es. Todo ello en un contexto islámico rural a priori muy amenazante pero que al final está más endulzado que un especial de Navidad de Mi pequeño Pony.

También funciona a la inversa como relato de fantasía. Como hombre occidental que soy caigo en la tentación de imaginarme como sería vivir en ese pueblo, rodeado de bellezas exóticas y obedientes, que trabajan como mulas mientras tú te pasas el día en el bar con los amigotes rascándote las partes blandas a dos manos. Y cuando finalmente tu mujer se decide a revelarse ante tamaña injusticia... (sigo en el spoiler)

Hubo una época no demasiado lejana en la que se puso de moda llegar tarde a las fiestas. No solo porque así uno se aseguraba no aportar absolutamente nada a las siempre engorrosas tareas de montaje de la celebración en cuestión, sino además porque se suponía que atrasar la llegada hacía que aumentaran las ganas de ver al invitado de momento ausente. Claro... ¿qué podría estar haciendo a parte de estar en la estupenda celebración? ¿Le había surgido un plan mejor? Sería eso... de modo que cuando apareciera, tocaría un interrogatorio masivo para averiguar en qué había ocupado su tiempo. A más tardanza, más popularidad. Esta regla que parecía cumplirse en toda reunión social, no acostumbra a verse correspondida en los festivales de cine.

Cannes no es la excepción, al menos en su edición del 2011, ya que la película encargada de clausurar la Sección Oficial a Competición recogió el abucheo más sonado registrado a lo largo de todo el certamen, por parte de la crítica especializada. Y eso que el director que la amparaba es un auténtico revienta-festivales, al haber conseguido éste premios gordos tanto en Venecia, como en Berlín, como en Sundance. Su asignatura pendiente está en La Croisette, y de momento, así seguirá siendo. Muchas ganas había de ver lo nuevo del franco-rumano Radu Mihaileanu, autor de la que fuera una de las mayores sorpresas del cine europeo hará ya dos años: 'El concierto', estimable filme en el que un grupo de músicos judíos, antiguas estrellas del Bolchoï buscaban una última oportunidad de alcanzar la gloria... ahora en el Teatro del Châtelet de París.

Tanto ésta, como 'Vete y vive' y 'El tren de la vida', tenían como principal punto en común la elección de personajes judíos para llevar el peso de las historias, todos ellos cargando con dramas humanos de emotividad demostrada. Virtuosos de instrumentos musicales que malvivían en Rusia, emigrantes etíopes que llegaban a Israel, o un pueblo entero que intentaba huir de la amenaza nazi montado en un tren que debía llevarles a la tierra prometida. Un cineasta fiel a sus orígenes... unas raíces que en 'La fuente de las mujeres' son dejadas de lado, al centrarse ahora la acción en un pueblo norteafricano, en el que los credos hebreos quedan muy lejos. Quizás sea por esto (porque el cineasta se encuentre desubicado) que podemos hablar claramente de su primer trabajo decepcionante en la que de momento era una notable carrera cinematográfica.

Si atendemos a lo que está pasando en muchos países árabes y del Magreb en los últimos meses, es fácil deducir que algo está cambiando en el Islam.

"La fuente de las mujeres" es una película islámica que cuenta una historia de cambio (rebelión) que, no obstante, pretende mostrar la "cara amable" de unas gentes ancladas en una anacrónica pero al mismo tiempo real Edad Media, con televisor y teléfono móvil.

Es ésta una suerte de motín sexual, cuya posible carga metafórica no carece de suavidad en el tratamiento de unos personajes (hombres) aferrados a una absurda tradición cómodamente malinterpretada, que victimiza a otros (mujeres).

La sencilla formalidad, no exenta de evidentes pretensiones apaciguadoras, con que Radu Mihaileanu cuenta esta historia que incluso no abandona cierta comicidad en su planteamiento básico, conduce al espectador a más de 2 horas de entretenida curiosidad, aderezada por la ya típica exhibición de ésa cultura diferente que, sin embargo, no carece de los nexos comunes que, a todo humano, hace reaccionar de un modo u otro.

En resumen: un buen rato de entretenimiento exótico.

Excelente película, que reconcilia con el cine cuando se sale, como aquí, de lo trillado, lo mil veces visto, la falsedad.
Es una buena historia, muy bien interpretada y con un guión que avanza a buen paso,manteniendo el interés, a pesar de que el final sea previsible.
El intento de dar una visión distinta del trato de las mujeres en el Islam es más que loable, aunque no sea del todo realista. Hacen falta muchas Leilas para que, al menos en algunos países islámicos -no en todos- la mujer sea tratada como lo que es, persona humana en nada inferior al hombre.
Por lo demás, lo de la huelga de amor es muy antiguo, ya se le ocurrió a Aristófanes en Lisístrata.
Pero aquí también funciona.

...es lo que parece ha hecho el director con este interesante film.
Un grupo de mujeres de toda edad de una población remota de la región del Magreb bajo la órbita del Islam, que tienen que realizar contidianamente el sacrificio de trasladarse por la montaña hasta la única fuente de agua próxima a su pueblo, deciden hacer - tras arduas discusiones - una huelga de piernas cruzadas*, de modo de presionar a sus escasamente ocupados esposos para que las reemplacen en la tarea, cosa a la cual éstos se niegan con argumentos religiosos, costumbristas, etc.
El tema, potente en sí mismo, despierta interés, aunque un dispar guión, algunas actuaciones poco convincentes y una edición imperfecta, no favorecen la empatía con los personajes. El film mantiene atento, pero "no emociona". Es intenso y al mismo tiempo "algo frío".
Pero quizás su principal defecto sea haber puesto en boca de pueblerinas sometidas - muchas de ellas analfabetas - un conjunto de argumentos propio de las mejores elaboraciones intelectuales de feministas occidentales de primer orden. Y lamentablemente eso - la subversión del nivel de lenguaje en sentido antropológico-social -, ridiculiza a los personajes y degrada la calidad de la película, aunque afortunadamente la banda sonora de Armand Amar la realce continuamente.
En síntesis: tema interesante, tratamiento desparejo. Pero se puede ver, ya que trata más o menos bien una cuestión de derechos humanos de alcance universal.

*Este recurso ya fue usado en su momento en una de sus novelas por Jorge Amado, el gran escritor de Salvador, Brasil.

Es cierto que tanto romaticismo hace que la película sea poco creible y empalagosa, pero la historia que cuenta es la historia cotidiana de muchas mujeres del mundo, que tienen que dedicar muchas horas de su día en la obtención del agua. En muchos lugares, estos recorridos son además muy peligrosos porque las mujeres son acosadas y violadas, o incluso, asesinadas.

Por eso me gusta, porque cuenta de forma muy clara cuales son las reinvidicaciones de las mujeres, dejando paso a la esperanza de que las cosas pueden cambiar mediante nuestra lucha. Quisiera ver esta película con muchas mujeres más.

El dramaturgo griego Aristófanes relató, en su obra Lisístrata, como las mujeres de Atenas acaban con la guerra al negarse a mantener relacione sexuales con sus maridos hasta que se firmase la paz.

Si cambiamos Atenas por esta indefinida aldea arabe, y la guerra por la necesaria canalización del agua para evitar un largo y accidentado camino en su busca, tenemos esta película bien intencionada, pero con una fuerte crítica al machismo musulmán.

Un loable intento de tragicomedia donde las mujeres tienen la voz cantante.

Lo que me había resultado grandioso en otros films del director (como "Vete y Vive" o "El concierto") está presente en los primeros minutos de La Fuente de las Mujeres.
Sin embargo, y a riesgo que los lectores se ofusquen, lo grandioso se acaba por derrumbar pronto.

Una aldea de Medio Oriente, donde las mujeres se encargan de buscar el agua, colapsa el día que las muchachas deciden dejar esa labor y utilizar como método de protesta una huelga de sexo.

A poco tiempo de tomada esta decisión la sociedad comienza a colapsar y trae además, otros problemas coyunturales.

Aclarar que las actuaciones son soberbias y las puestas en escena y escenarios, son sublimes.
El problema es que cuando a su director se le acaban las ideas comienza con la reiteración desmedida. Y con la reiteración llega el "panfleto" con mensajes aleccionadores y frases que mejoran la vida.
Casi a la par que los hombres van perdiendo la paciencia con la medida tomada por las mujeres, el espectador pierde la paciencia con el director.
Entonces los últimos veinte minutos, que parecen de más, se hacen insostenibles.

Tal vez el carácter pretencioso del film, que pretende ser serio antes que emotivo, le quita el combustible para llegar a un final logrado.

En un electrocardiograma de momentos, algunos excelentes alternados con otros tediosos, La Fuente de las Mujeres equivoca el camino. Aunque por momentos sea inolvidable.

Interesante película que vislumbra la defensa universal por la igualdad de género, en una cultura diferente pero con los mismos problemas de las mujeres en todo el mundo, donde los hombres justifican por diferentes mecanismos la sumisión, la obediencia, la separación de roles, entre otros. En su lucha, las mujeres destacan que todo gira en torno al amor y afecto mutuo. Las interpretaciones, vestuario, paisajes, muy buenas. Lo disfruté todo hasta el final.

Estamos ante un film feminista, rodado en clave de protesta, bastante bien construido, pero carente de riesgos. Yo me considero extremadamente feminista, quien me haya leído antes sabrá que suelo criticar detalles -mínimos- argumentales que dejan mal parada a la mujer, y la realidad es que pensé que me identificaría más con esta película, pero me ha dejado un poco indiferente.

Verán, para mi gusto, la narración nunca alcanza un clímax dramático o de verdadera tensión; más bien, siempre se mantiene en un lugar "seguro", dentro de lo que podríamos denominar "comedia dramática", es decir, quiere penetrar en la mente del espectador pero jamás se arriesga a mostrar algo realmente potente. Y, ojo, con eso no me refiero a que deban ser explícitos o morbosos, sino simplemente un poco más rotundos, algo más serios, que me recuerden que lo que veo realmente sucede y "debe" dejar de ser así. La cinta en general peca de un exceso de bondad, le falta lo que por aquí llamamos "mala leche", ya que como comedia lo mejor que ofrece son los chistes sobre la influencia de la TV mexicana.

La banda sonora es muy buena, ya es algo característico de los films árabes. Aunque los musicales que meten con calzador están totalmente de más, sabemos que a los musulmanes les gusta cantar y que incluso lo hacen muy bien, pero las canciones con moralina simplemente sobran; quedan muy forzadas, y no aportan nada que no sepamos.

Las actuaciones son buenas, tampoco como para tirarles tantas flores, pero en definitiva son un pilar importante que sostiene en gran medida la narración algo monótona de Mihaileanu.

Técnicamente es correcta, lo que más destaco es la fotografía, pero no pasa de acertada, nada que la distinga entre otras.

Finalmente su resolución es muy convencional, muy ajustada a lo que había sido su propuesta cómica. De más está decir que si hubiera apostado por algo más dramático hubiera llegado mucho más lejos.

Por cierto creo que mamá miraba "Esmeralda", aunque tal vez me equivoque de piedra, ¿sería "Rubí" o "Topacio"?...

Lo mejor: probablemente el reparto femenino.
Lo peor: no sabe decantarse por un género, se queda en el medio de la comedia y el drama.

Llego tarde a esta película del 2011 que nace paralela a la Primavera Árabe, pero que sigue más vigente que nunca.
Quizás habría que cambiar los escraches a los políticos por una Huelga de Amor como propone este grupo de mujeres, encabezadas por la bellísima Leïla Bekhti, que llevan la fuerza del viento del desierto para soplar contra la tradición, las normas de los hombres y la mezquindad de gobiernos y mandamases.
Fondo social y arte reivindicativo envuelto en una sincera y auténtica historia de amor, sin empalagos y musicada con laúdes y percusiones del Rif que me recuerdan algunos de mis muchos viajes a Marruecos.
Totalmente recomendable para aquellos que creen que ser diminuto no quiere decir que te dejes empequeñecer.
Ojo al detalle del móvil ¡!!!

Llamativo el parecido más que razonable entre Leïla Bekhti y nuestra Paula Echevarría (Dos bellezones)
¿O no?

Cine con mayúsculas. Recomiendo a todos a ir a verla, a las mujeres para se sientan orgullosas en su lucha por la igualdad y a los hombres para que se habran a lo justo, que es esa igualdad. En la película dicen cosas muy importantes con una gran fuerza, por boca de la esposa joven y por la madre viuda ya madura.

La verdad es que disfruté bastante con el anterior trabajo de Mihaileanu, "El concierto". También con esta nueva propuesta que nos acerca la "Lísistrata" de Aristofanes a la problemática de la mujer en general y a la del mundo árabe en particular en nuestros días.

El director ha tenido la virtud de abordar un tema más que sangrante con un envoltorio bello, emotivo, romántico, divertido y porque no, comercial. Consigue con ello llegar a nuestras conciencias con una distribución internacional mucho más amplia de lo que hubiera conseguido si la cinta hubiera sido más realista y descarnada.

Un buen trabajo coral actoral, con un fotografía y un diseño de vestuario excelente, dentro siempre de los margenes suavizados del tono de fabula o cuento moralizador que entronca perfectamente con la tradición oriental.

La lucha de estas mujeres de aldea por conseguir su dignidad termina en un falso final feliz, al igual que la obra de Aristofanes dado como está el patio al respecto despues de 2.500 años.

Desconozco si la película muestra la realidad de poblaciones de tradición rural musulmán en cuanto a la relación de hombres y mujeres. Muestra sin embargo la forma de vida de una población rural aparentemente del norte de África con bastante detalle. Tiene gracia el contraste de una mujer hablando sobre un burro con su hijo a través de teléfono móvil, con la falta de agua corriente y luz eléctrica en el pueblo. Es un ejemplo de la falsedad de la protección de un Gobierno que siempre pone excusas que no se entienden para facilitar servicios básicos en comparación a otros, como la telefonía móvil en la que hay menor intervención estatal. La película tiene dos mensajes fundamentales: la importancia del amor y de la libertad. La excusa es la lucha por los derechos de las mujeres, pero la falta de amor y libertad, afecta por igual a hombres y mujeres. Ambos anhelan un porvenir sin injerencias de otros que por razones de tradiciones o mantenimiento de privilegios les impiden poder acceder a ellos. Se muestra también la dificultad de poder luchar por ello, el riesgo de perder el medio de vida o la aceptación de quienes te rodean. Poner en riesgo la comodidad de lo conocido a cambio de lo desconocido por miedo, aunque se trate de obtener bienes tan preciados como la libertad o el amor. Creo que la película está bien hecha, mantiene el interés con una buena puesta en escena y buenos actores. Hay partes accesorias que no se entienden bien, y es fácil confundir los personajes porque algunos se parecen mucho. Además, no se llega a conseguir la plena compenetración con los personajes. A los menores, la película puede aburrirles.

El último siglo ha tenido una fortaleza social que, seguramente, nunca antes se había visto: el poder de la agremiación, la fuerza de los movimientos sociales. Esta es precisamente una película que nos va a mostrar ese poder y esa fuerza en la osada desventura de un grupo de mujeres que decide enfrentar a sus "hombres" para dejar de lidiar con el transporte del agua. Las mujeres descubren su hegemonía y la sacan a relucir. Reclaman, dan la espalda, aman y recelan.
La cinta de Mihaileanu es un excelente documento para caracterizar cómo surge un movimiento social y cómo altera la agenda política.
Se destacan, además, las actuaciones de todas las mujeres, jóvenes y ancianas a las que seguramente les vino muy bien saber que también tenían fuerza para ofrecer arte.

Este film nos sitúa en una remota aldea del norte de África. Allí, las mujeres del lugar, llevan a cabo,cotidianamente, una fatigosa tarea: buscar agua en una zona montañosa. Cargar los baldes bajo el sol abrasador, sumado al esfuerzo físico que la labor exige, pone en riesgo la salud de estas mujeres. A tal punto, que una de ellas, a punto de dar a luz, sufre una caída con consecuencias fatales.
Sólo Leila, una joven a punto de casarse, hace oír su voz y propone a las mujeres, que exijan a los hombres ,buscar el modo de solucionar la provisión de agua para la población. ¿Cuál será el modo de ejercer presión para que ellos se pongan en acción? Una huelga de sexo.
La supremacía del varón y el sometimiento , al que están acostumbradas estas mujeres, hacen que, éstas últimas, se muestren reticentes a acompañar a Leila en esta protesta. Sin embargo, poco a poco, cambian de actitud y los varones se ven obligados a poner, manos a la obra, ante la firme decisión de sus mujeres.
La película es, en sí misma, un fiel retrato de la situación de la mujer en aquellas culturas donde la igualdad de derechos aún sigue siendo una asignatura pendiente.
A través del film, se aprecia, también, la vida cotidiana de los pobladores: las relaciones vinculares, las costumbres, los rituales.
Una película sumamente interesante!
Mi blog:unespectadorunamirada contiene comentarios sobre otros films. Los invito a visitarlo.