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426 Críticas de los usuarios

Críticas de los usuarios:
8
Gran historia
Debo confesar que esta película me ha atrapado por varios motivos:
- La trama roza el sobresaliente. El espectador se enfrenta a ella como si fuera una gran madeja de hilo del que vamos tirando poco a poco hasta descubrir todo el pastel.
- Los personajes protagonistas son estupendos, increíblemente interpretados, sin caer en estereotipos maniqueos.
- La ambientación es magnífica. Esa sensación de pueblo abandonado de la mano de Dios es fantástica.
- Mención especial para algunas escenas que realmente te dejan congelado en el asiento.*
- Desde mi punto de vista, algunos actores secundarios no están a la altura, aunque afortunadamente tienen pocas frases.
- Por último me gustaría aclarar que el final no es confuso, y que visto a todo lo que se está escribiendo por aquí, me gustaría explicarme en la parte de spoilers.*
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666 de 720 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
Isla mínima, talento máximo
El cine de género español lleva unos años en alza, y el thriller es uno de los más beneficiados de la nueva hornada de realizadores locales. Mientras que un porcentaje de estos nombres se han visto obligados a irse a trabajar al extranjero, con resultados desiguales en lo cualitativo pero ricos en lo económico (el caso más notorio, el de Jaume Collet-Serra y sus cintas con Liam Nesson), existe otro pequeño bloque de autores que sigue trabajando en el país: Cabezudo, con dos obras tan importantes como "La noche de los girasoles" y la miniserie "Crematorio"; Daniel Monzón, con "Celda 211" y "El Niño"; Enrique Urbizu con "No habrá paz para los malditos"; o Alberto Rodríguez, con su "Grupo 7" y ahora "La isla minima" confirman esta tendencia. Lo que sucede es que por fin se han plegado los bordes y si Cabezudo creó un modelo de calidad con "La noche de los girasoles" por fin ha llegado alguien a cogerle el testigo. Una cinta que además, al contrario de lo que ha ocurrido este año con "El Niño", no se rinde al modelo norteamericano para construir su narración ni sus secuencias de acción. Funciona como una obra de aquí, y de ahora.

"Grupo 7" ya supuso un salto de gigante para Alberto Rodríguez, que demostró nervio y talento para moldear a los actores a su gusto y sacar lo mejor de ellos, convirtiendo a su reparto no en un fin sino en un medio para llegar a donde quería. Si aquel film estaba azotado por la furia, la agilidad y lo, digamos, visceral, aquí la cosa cambia. El registro es más pausado, los silencios ganan fuerza y el ritmo es acertadamente tranquilo. No es cine contemplativo, tampoco vamos a volvernos locos, es simplemente una cinta perfectamente comercial que conoce el lenguaje que utiliza y lo explota con inteligencia. La historia sigue básicamente a dos policías encargados de resolver un caso de desaparición de unas hermanas, pero como no podía ser de otra forma, la cosa se sale de ese perfil para apuntar más hacia lo verdaderamenet turbio.

La inteligencia que se demuestra desde el propio guión ya es digna de elogio, sin ningún remarcado -visual, hablado- a la hora de disponer las pistas, funcionando en la atención al detalle con total certeza. Lo mismo ocurre con la dirección: Rodríguez estructura la película como una investigación inicialmente en conjunto, luego en paralelo alternando personajes y la concluye de la mejor forma posible, incorporando ciertos planos aéreos que podrían funcionar como finales de un mismo capítulo. En cierto sentido se ve que aquí podría haber una serie con mucho más metraje, porque los personajes principales son interesantes, da gusto verlos (las interpretaciones son excelentes, aunque Antonio de la Torre está bastante desaprovechado) y se atreve incluso a cerrar subtramas de forma razonable. Se me ocurren muy pocos thrillers recientes, españoles, europeos o mundiales, lo mismo da, que funcionen en este aspecto a un nivel tan alto.

Si a todo lo anterior le sumamos que Rodríguez filma como quien respira, creando algunas secuencias memorables (cierta persecucion nocturna, la forma en que usa la lluvia, los campos y en general el paisaje, para reforzar la narración y no a modo de simple decorado) caeremos en la cuenta de que estamos ante una película magnífica. No es excelente, pero lo mismo da: ojalá hubiera thrillers de este nivel cada año en el cine español. Que la produzca Atresmedia tiene aún más gracia porque no suelen tirar por este registro, pero cuando han hecho algo bien, hay que reconocérselo. Por cierto, siento que tengo que decir algo porque se intentado buscar el quote fácil a través de ello y quiero que la gente no se lleve a engaño: esto no es "el True Detective español". Si bien hay cosas que a un nivel muy superficial puede llevar a pensar en la serie de la HBO (secuestros, dos detectives, alguna situación, zonas pantanosas/lagos) es todo puro marketing. Etiquetas hechas para vender.

"La isla mínima" es, sencillamente, "La isla mínima". Que no es poco. A ver lo que tardamos en ver un thriller así de bien facturado -y escrito, e interpretado- en nuestro país. Bastante, eso seguro. Y dicho todo lo anterior, y resumiendo: id a verla. Exige paciencia, pero la recompensa merece la pena. Los mejores thrillers son estos, de hecho. Dos joyas asiáticas como "Cure" o "Memories of Murder" pueden dar fé de ello.
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228 de 262 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
El cuervo
Ya se sabe que en España, la calidad de una película y la cantidad de sus diálogos son factores inversamente proporcionales, y una consecuencia inmediata para arreglar este problema, mucho más barata que impartir cursos de dicción a la mayoría de los actores nacionales, se puede obtener de películas como Vacas o Tasio. Hablamos del personaje rural, rudo y de poca palabra. Calladito y con la escopeta al hombro. Así puede fluir el metraje sin los cortes continuos que produce la antinaturalidad de las conversaciones y abstraen y disocian al espectador de la historia que se narra.

En La isla mínima las imágenes encefálicas, conseguidas gracias a una drónica, limpia y fractal fotografía, generan estructura y personalidad, que es mucho generar, no sólo en nuestro cine si no en el de cualquier parte del mundo. Se añaden a este ambiente campos secos, bigotes, pegatinas y coches viejos que dibujan una mezcla de distintas españas, todas oscuras: la reprimida, la de cañas y barro, la de Puerto Hurraco y la de la bola de cristal, no respectivamente.

El caldo de cultivo está listo. Para activar las reacciones poco hace falta. Y Rodríguez lo pone: un personaje más complejo que Rust Cohle (muy grande el chiquitín), otros buenos actores no muy conocidos y algún (inevitable por la historia) actor jovencito con frase, eso sí, bien vigilado y atado en corto. Una banda sonora a la que quizás le falte un poco de garra y por supuesto (y esto sí que está desaprovechado) dos o tres canciones con feeling, de las que empujan la emotividad, el empalme masivo o la humedad colectiva, que está de moda (a veces excesivamente), porque funciona, y funciona bien; el Sé de un Lugar, en la feria o el Hey para la disco con el chiquitín y las dos mujeronas. 1980, por dios, había bastante para elegir. Los ingleses se hinchan a pinchar a Bowie o a los Clash y los americanos a Cohen o Talking Heads. Porque funciona, joder, es la verdad.

Lo que sí que es arriesgado por estos lares es incluir acción. De la americana, la de las explosiones y los coches volando. Es demasiado caro y complejo, se requieren demasiados recursos que por aquí escasean, y al final se invierte todo el dinero y la imaginación (pregunten a Segura o Monzón) en tres escenas que no alcanzarían ni el diploma de consolación en un torneo internacional. Bien, pues la peli que nos ocupa tiene acción. En las escenas de violencia es directa y desagradable y en la de la persecución es inteligente porque está cargada de detalles y rodada con claridad. No se llevaría el primer premio, aunque le daría mil vueltas de campana al ganador.

Hay alguna cosilla desmesurada, como las niñas de un colegio de mala muerte de un pueblo perdido en una tierra salvaje, que cualquiera de ellas sería el pivón del curso completo, del A al D, en mi mega colegio pijo y urbanita de aquella misma época, o las conversaciones telefónicas con su mujer, intrascendentes a más no poder, del segundo prota. Pecata minuta para una producción magnífica que junto a otras dignas de este milenio como La noche de los girasoles, Celda 211, No habrá paz para los malvados o Grupo 7, parece que van creando un policíaco decente que no sé si desembocará en algún subgénero autóctono o no, pero mientras tanto, por el camino, yo me entretengo, tengo.
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203 de 228 usuarios han encontrado esta crítica útil
6
Una gran decepción
Si tuviese que resumir la película en una frase sería esta: un gran despliegue de medios técnicos y humanos al servicio de una historia plana y aburrida.

Empecemos, no obstante, por el lado positivo de la cinta: la ambientación, la fotografía, la composición de las escenas, los planos están verdaderamente cuidados, hechos con mimo y esmero; aunque pueda cansar tanto plano cenital. También son positivas las persecuciones en coche y la secuencia de desenlace bajo la lluvia. Los protagonistas, uno mejor que otro, pero no desmerecen.

Sin embargo, todo ese despliegue de medios está puesto al servicio de un guión que, en mi opinión, no funciona. Y no funciona en varios aspectos. Primero en su género: el film no funciona como un thriller, por mucho que se lo quiera ensalzar como tal. Como thriller es simplón, va de A a B, con absoluta linealidad, presentando una historia plana, por momentos aburrida, sin evolución de personajes, con una interacción entre protagonistas muy poco definida, con abundante sobre-información que luego no se aprovecha en la historia (ver spoiler) y con un final mal cerrado. Quizá como película costumbrista tenga más sentido, pero para mi gusto tampoco funciona correctamente en ese formato, porque como retrato costumbrista faltan minutos dedicados a los secundarios que den complejidad a la historia y que desarrollen subtramas más detalladas; que vayan más allá de la del thriller. ¿Es un retrato costumbrista dar unas pinceladas sobre la lucha obrera y el éxodo rural? Habrá a quién le parezca suficiente, a mi me parece escaso.

En definitiva, una película que a tenor de las críticas parecía una cosa, pero que después de verla, me ha parecido algo muy distinto; y sin lugar a dudas, muy alejado de ese "True Detective" que a pesar de sus defectos está muy por encima de la calidad de esta cinta. Pasable, sin más.
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316 de 478 usuarios han encontrado esta crítica útil
5
«Todo en orden, ¿no?»
Thriller con un toque negro, no demasiado, a cargo de Alberto Rodríguez, quien también co-escribe el guión de «La isla mínima». Loable y efectivo intento que siempre es de agradecer en el cine español, pero que termina descompensándose. Como veo que todo el mundo alaba el guión apunto en spoiler algunas lagunas, por no decir marismas, que no pueden tolerarse en una obra genial.

Factura técnica destacable gracias a la sincera y opresiva ambientación andaluza, y a una fotografía occipital impresionante cargada de símbolos y efectos visuales; por ejemplo el paisaje de los créditos iniciales es un cerebro en toda regla. El toque excelente lo aportan los actores, y no me refiero a Jesús Castro, a quien encuentro pésimo, sino al dueto protagonista. Raúl Arévalo es un intérprete con personalidad y reconozco que me encanta su estilo, su voz, sus ojos entornados; el hándicap con el que cuenta es que su personaje se perfila a la sombra de su compañero de reparto, el agente Juan, verdadero héroe de la historia. Javier Gutiérrez asombra en un papel dramático con un personaje que logra una sincronización absoluta entre la suavidad y la dureza; obvio el recurso de la enfermedad terminal como supra castigo divino por sus maldades porque me repatea.

Eso no es ser valiente, señor Rodríguez, sino caer en el cliché; el mismo en el que cae al introducir la Brigada Político Social y las torturas. Me pregunto qué aporta a la historia, excepto la tan manida y manipulada ambigüedad moral, elemento importante de la película que sin embargo no tiene fundamento: para que una persona sea buena y mala a la vez, hay que darle una justificación, una coherencia interna que no ocurre, o no se ve, en la película. De hecho, si la idea era confrontar dos modelos de pensamiento, «La isla mínima» ha fracasado. Primero, porque Rodríguez no imprime la tensión que se esperaría entre caracteres tan teóricamente contrarios, si es que lo son visto lo visto. Dos, porque hay una falta de diálogos alarmante, así que los personajes, silenciosos y profesionales, evitan tener que explicarse uno al otro su visión sobre la vida, la justicia, la política, la violencia o los remordimientos, y de esta manera se omite entrar en el laberinto del post franquismo con verisimilitud y reflexión.

Tal cual es, te hace pasar un rato enganchada. Al final, ¿todo está en orden o no? Pues mira, no lo sé, pero adivina quién es el culpable.
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277 de 433 usuarios han encontrado esta crítica útil
9
True Spain
Muchas son las voces que se alzan destacando las similitudes entre la nueva película de Alberto Rodriguez y la gran obra en ocho capítulos de Nic Pizzolato que es True Detective. Cierto es que el trailer lo recuerda (pura campaña de marketing), cierto es que en los diez primeros minutos lo recuerda... los planos, los paisajes, la pareja protagonista... pero antes que te des cuenta te habrás olvidado por completo de esa historia sobre sectas religiosas en los campos de Louisiana que viste hace unos meses... por qué la isla mínima es sin lugar a duda la mejor película que ha dejado el cine español este 2014.

Nada tiene que envidiar el Guadalquivir al Missisipi, la España profunda de la transición a la América sureña de las sectas ni el pasado de un policía oscuro interpretado por un gran Javier Gutierrez al secretismo y nihilismo del Rust de McCongaughey.

La historia va creciendo poco a poco mostrando unos paisajes imborrables y unos personajes inolvidables a la vez que se va desarrollando una trama oscura pero muy creíble donde deja claro que la España profunde existe y existió y hay lugares donde por mucho que el mundo avance, sus reglas y tradiciones nunca cambiaran.

Si algo debiera achacar a esta gran obra de cine negro es su final, demasiado precipitado. Comprendo que así es como quería contarlo, como quería terminarlo, pero después de más de 100 minutos de cine puro, con estilo propio y un ritmo imparable, el "sprint" final se siente precipitado e innecesario. Pero esta no es mas que mi humilde opinión así que animo a todo el que lea esto a ir a ver una gran película de un director cada vez más prometedor de un país que parece que por fin este año levanta la cabeza en el sector. ¡Esto Sí que es cine español!
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123 de 155 usuarios han encontrado esta crítica útil
6
Me esperaba más, y lo tiene, pero no lo vi al instante
Porque La isla mínima es una de esas películas que además de contar una historia, te deja un mensaje, aunque aquí, es un mensaje encubierto. O lo parece.

La historia en sí es atractiva; el tráiler te invita a acudir al cine el día mismo del estreno; el ambiente que se crea desde el punto de vista del espectador es inmejorable; está el poli bueno, el poli malo, el padre capullo, la madre sufrida, el chulito guapito, la guardia civil no demasiado competente, los que distribuyen la droga, el señorito, el periodista y alguno más que me dejo atrás, vamos, que tiene todos los ingredientes para hacer una muy buena película. Pero no. Se queda en la intención y aunque es interesante, promete más de lo que cumple. Hubo un momento en que mi acompañante al cine me hizo un gesto con la mano que interpreté como que estaba siendo aburrida y yo le hice otro en que le quise decir que solo llevaba media hora, que lo bueno estaba por llegar. Y llega, pero no del todo.

Arévalo está bien, Gutiérrez sobresaliente. De la Torre no convence, la madre no pega ni con cola y Castro vuelve a interpretar a "el niño" o tal vez a sí mismo, si sigue así va a estar más encasillado que Michael Landon. Bien dirigida con esos planos aéreos tan significativos... Puede parecer la misma historia de siempre de pareja de polis que investigan un crimen -doble en este caso- aunque en la España de los ochenta, en un pueblo sevillano, con la democracia en sus inicios, con todo lo que ello implica. Policías con un pasado e ideales totalmente opuestos, una crisis laboral con los jornaleros, unas niñas que se quieren ir del pueblo y un juez, o lo que sea, que mete prisas por cerrar la investigación.

Es en definitiva una peli interesante, que podía haber llegado más lejos, pero que se queda a medias. Ahora al menos ya sé distinguir entre un dos caballos y un dyane 6. En el spoiler cuento lo que yo creo que quiere dar a entender el director, o sea, el supuesto mensaje.
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106 de 145 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
El orden de las cosas
Tengo que decir que fui a verla con expectativas altas, y aún así no me defraudó. La historia engancha desde el principio, el ritmo es bueno, y la fotografía excelente. Hay algunas escenas muy logradas, como la persecución en coche nocturna, o la de la lluvia. Por momentos te preguntas si no estarás viendo una película americana con acento andaluz.

Los protagonistas, en general, están muy bien, la hacen creíble. A destacar el policía "facha", al que el actor Javier Gutiérrez sabe sacar todos los matices. Para mí solo chirría el personaje de la madre, que no pega con la actriz joven y guapa que han elegido.

Por lo demás, queda claro que es el retrato de una época, supuestamente democrática pero con el franquismo muy presente, no solo por las fotos del generalísimo en las paredes, sino por la manera de proceder de los personajes y el ambiente opresivo que se respira.

Y en cuánto al final...
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75 de 85 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
A vista de pájaro: los escollos de extirpar la maldad humana
Dar con el tono adecuado es siempre lo más difícil e inasible de una película. No basta con que la trama tenga interés o que la época y el lugar donde se desarrolla la acción sea veraz e inapelable. Tampoco basta con que el casting sea perfecto y eficaz o que los diálogos se ajusten al ambiente y sus personajes. Por eso debo alabar esta película – que si bien me parece imperfecta – porque asume riesgos, es original sin ser novedosa y, sobre todo, presenta una riqueza visual y una fuerza dramática encomiables. Presentar lo conocido como si lo estuviéramos habitando por primera vez es muy gratificante. Encontrar soluciones arriesgadas para caminos trillados merece nuestra atención y reconocimiento.

Desde las primeras imágenes el director, Alberto Rodríguez, nos apresa y seduce, captando nuestra atención. Con solo situar la cámara en un lugar inesperado – ese picado cenital atronador – siembra el interés y la inquietud, consiguiendo fundir la trama narrativa con la textura visual: ¿cómo interpretar lo que vemos? ¿Cómo atar cabos en un entorno taciturno y garrulo? ¿Cómo ver más allá de la superficie de las cosas y de las palabras hasta reconstruir la complejidad de unos crímenes atroces? Es esta opulencia de capas y sugerencias lo más admirable de la cinta. Reproducir una época (ese año de 1980 con ecos de servidumbres recientes y esperanzas inciertas), desagraviar el olvido, advertir los detalles que nos hacen vislumbrar exenciones malsanas y tóxicas, reparar la inquietud de una comunidad al borde de la nada y con ganas de huir y salir adelante.

Quizás falte complejidad en la definición de personajes – algo lineales y monocordes – pero la poderosa trama policiaca avanza sin desfallecer ni un momento, arrastrando al espectador a la execrable montaña rusa de las bajezas y perversiones humanas más deleznables. A veces querer escapar de la desesperanza es caldo de cultivo propicio para el abuso y la extorsión sexual. Carrusel de monstruos de suaves manos y encopetado silencio distante. No hay nada como tener dinero para comprar el silencio sepulcral. Y la impunidad permanece como una constante que dibuja un mapa negrísimo y desolador lleno de corruptelas y falsas promesas que son sólo el cebo mendaz de la iniquidad.

Radiografía de una época que casi sigue siendo la nuestra, donde la belleza paisajística no disimula los lodazales enfangados de la podredumbre humana. Muy potente, muy certera y arrolladoramente pertinaz. Toda una experiencia cinematográfica.
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67 de 76 usuarios han encontrado esta crítica útil
5
Un auténtico despropósito de guión...
Leo con estupor las buenas críticas de esta película y no me lo creo. O yo he visto otra película o la gente anda un poco despistada y le cuelan cualquier cosa... Vayamos por partes:

La película está muy bien ambientada y su fotografía es muy buena. Además, las interpretaciones de los dos protagonistas son muy buenas, no así las de otros actores con papeles secundarios.

Pero lo realmente horrible de esta película es su pésimo e incongruente guión, algo que no entiendo cómo ha colado como una maravilla y cómo la gente se lo traga sin más. El que la gente se trague eso sin rechistar me hace comprender muchos de los desastres que actualmente soportamos en España... De hecho, yo creo que si esta película fuera americana esa misma crítica que la ensalza la habría vapuleado, y como la gente repite lo que ve sin pensar, pues todos habría dicho que era una basura. Eso y que A3Media y otras productoras le han dado mucho bombo y han soltado duros a mucha gente para que hable bien de esta película que no pasa de entretenida. Vamos a los spoilers, allí verán que el guión no hay por donde cogerlo... Si alguien me puede responder a las preguntas que lanzo a continuación yo retiro mis groseras palabras...
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89 de 125 usuarios han encontrado esta crítica útil
5
BAJO MINIMOS
Ya decía Harry Callahan "que las opiniones son como los culos". Hay una especie de "efecto masa" (no tan solo en la crítica de cine) por el cual en el momento que los dos o tres "más rápidos del oeste" inclinan la balanza en un sentido, todos se lanzan en la misma dirección y convierten en verdad mayoritaria lo que dista mucho de serlo.
Y todo esto es porque pensando que "La Isla Mínima" es un film decente para las basuras que se perpetran por estos pagos, está muy lejos de la excelencia pregonada a los cuator vientos. Es una película policíaca y por tanto yo lo primero que deseo es que las cosas estén muy bien explicaditas. Y yo salí del cine sin saber quién era el asesino y por qué lo era, lo que denota una vez más el eterno problema del cine español: el guión. Es un film mucho mejor dirigido que escrito y aún me imagino las revisiones múltiples que habrá llevado su escritura pero hay cosas...Todo se centra en el antagonismo (incluso político) de los dos personajes principales pero eso incluso se resuelve a profundidad cero. ¿Qué sabemos del personaje de Raúl Arévalo aparte del hecho de estar esperando un hijo (y eso...¿es relevante?) ¿No hay policías en el cine español que no sean alcohólicos? ¿El jefe de la pareja sobre el terreno? ¿es el comisario de zona? ¿es un juez?, ¿es el gobernador civil? ¿es el delegado del gobierno? ¿es...¡que alguien me explique quién es! ¿Importan mucho los problemas de los jornaleros? ¿importan las drogas?. Oigan... un poquito de orden porque todo esto va muy despacito y de repente el film se pone a correr para terminarlo a la carrera en una resolución harto confusa. Es cierto que está muy bien fotografiado y ambientado pero la empatía con cualquiera de sus personajes (por eso no emociona lo que les ocurra) es nula. A toda la gente que sale entusiasmada del cine me gustaría recomendarle un film absolutamente magistral que ni siquiera ha sido jamás editado en DVD que se llama "El arreglo", protagonizado por Eusebio Poncela. Ese es el film modelo que nunca tuvo seguimiento desgraciadamente y que 30 años después sigue vigente en todo su esplendor.
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100 de 151 usuarios han encontrado esta crítica útil
3
Sobreactuada
Película en la que todos sobreactúan a rabiar, el director sobreactúa planos de ambientación, uno de los policías sobreactúa en su papel de tipo duro, el otro policía sobreactúa su papel de persona íntegra y demócrata (aún así ambos buenos actores), la madre sobreactúa luto poniendo cara de insecto palo, los actores foráneos sobreactúan un supuesto acento sevillano-gaditano y hasta el músico sobreactúa música de película psicokiller. Toda esta sobreactuación podría estar muy bien y funcionar (no desmerece la plasticidad del entorno de las marismas del Guadalquivir) si el guión no fuera tan plano y recurrente, es decir, que estamos ante una trama tan simplona, tramposa y falta de criterio que ni el mejor director de fotografía ni los mejores actores podrían haber salvado semejante despropósito. Concluímos por tanto que ante un guión pobre no hubo más remedio que optar por esta sobreactuación y lugares comunes (tipos fumando, planos cenitales, etc.)
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81 de 121 usuarios han encontrado esta crítica útil
1
Minimizando, que es gerundio
Entiendo perfectamente los 10 Goyas de "La isla mínima" (bueno, menos el de Nerea Barros, que sinceramente ni lo entiendo ni entiendo a quien la eligió en el casting para hacer de madre de las dos niñas, porque una de dos, o debía de estar borracho o estaba loco por tirársela).

Pero bueno, a lo que iba: ésta es una historia apasionante, se bebe del tirón, el tiempo se pasa volando, la fotografía es una maravilla, hay tensión, hay misterio, hay personajes emblemáticos...

Hay de todo, menos un mínimo de coherencia en el guión. Y ya paso directamente a despotricar a saco y a hacer preguntas incómodas:
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63 de 89 usuarios han encontrado esta crítica útil
5
Una excepción al halago general
Es curioso que, leyendo por internet, algunas críticas de espectadores, colmadas de halagos y bienaventuranzas hacia el film, vayan acompañadas de preguntas al respetable, solicitando ayuda sobre ciertas cuestiones básicas del argumento y desenlace que no les han quedado resueltas. ¿Se puede uno arrodillar ante una película que no ha entendido? Parece que muchos, sí.

En mi caso particular no puedo participar de la aclamación más o menos general. Encontré una ambientación y puesta en escena buenas, al igual que la fotografía, o algunas de las escenas de acción, pero sentí bastante aburrimiento y desinterés durante buena parte de su metraje. Ni la historia, ni su desarrollo me engancharon. El pueblo es un sitio triste, mohíno, donde todo el mundo parece amargado, apagado, tanto que hasta da la sensación de que les importa un bledo las barbaries que han sucedido. Estamos hablando de los años 80 y ahí parece que estamos cuarenta años antes. No existe contraposición entre unas figuras u otras, a excepción de los dos policías, con el rol "democrático" de uno y el "fascista" del otro. Esto ya nos suena demasiado a poli bueno y poli malo.

Quizá lo mejor fueron los últimos diez minutos, aunque no el desenlace mismo porque es confuso (no abierto, confuso) y te deja con una sensación de insatisfacción que no debe nunca suceder en un thriller que se precie.

Por tanto, sobrevalorada.
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79 de 126 usuarios han encontrado esta crítica útil
3
Dormitando en la butaca...
Como siempre las buenas críticas de prensa te hacen escoger esa película. No sé que le verán. A mi me pareció aburrida, lenta, con diálogos escasos y muy poco interesantes. Quieren darle tanta tristeza y oscuridad que se vuelve lóbrega e insulsa. No me encaja la actriz que hace de madre de las niñas. Es demasiado joven y guapa. Las compañeras de clase parecen de serie. El guión está desaprovechado y podían recrear para hacerlo más interesante el sufrimiento que padecieron las niñas. Lo único los paisajes de Doñana y las vistas aéreas. Recuerda un poco al crimen de Alcasser y todas las especulaciones posteriores pero creo que Pepe Navarro era mejor guionista. Nos hace recordar los objetos y situaciones de finales de los 70. Los abusos, prebendas y represiones de antaño, que, por desgracia no están tan abolidas como nos gustaría. El niño de "El niño" que poniendo morritos y monosílabos ya hace papelón.En fin, porque era el día de la fiesta del cine y me salió barato, que si no me cabrearía mucho más. No me quedan ganas de volver a ver una película española. Creo que desde "El lobo" no he visto nada decente.Sigo en el spoiler
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46 de 62 usuarios han encontrado esta crítica útil
2
TIENE QUE SER BUENA PORQUE NADIE LA ENTIENDE.
Me ha encantado alguna crítica sobre la película, por la honestidad que demuestra al reconocer lo que muchos no son capaces. Yo tampoco la he entendido, me aburrí e incluso me dormí. Jamás conseguí, a lo largo de su metraje, entrar en ella.

Esto me lleva a recordar la fábula de aquel rey que para probar la estupidez de sus vasallos los reunió para mostrarles su burro volador.
-Solo los inteligentes, lo verán.

Por supuesto, la mayor parte de ellos lo veían. Con LA ISLA MÍNIMA pasa un poco lo mismo. Yo no he logrado ver EL BURRO VOLADOR.

UN 2
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39 de 52 usuarios han encontrado esta crítica útil
2
Muy muy muy decepcionante
1) La trama es flojísima, hace agua por todos lados.
2) Historias paralelas (traficantes, cazador furtivo, empresario, pescadores, etc.) que no llevan a ninguna parte y solo descentran de la que debería haber sido la verdadera trama.
3) Detalles que parece que van a terner inmportancia y después "nunca más se supo".
4) Quedan un montón de "flecos" sin explicar.
5) El desenlace te deja con la boca abierta, pero por mal resuelto.
6) Protagonistas mínimamente desarrollados, solo esbozados, además de muy muy poco creíbles.
7) Actuación penosa de los secundarios. No entiendo cómo le han dado un Goya como actriz revalación a Nerea Barros.¡Si apenas aparece! E insuperable (por mala) la actuación de uno que aparece con una escopeta para contar la desparación de su novia.
8) Pfff, para qué cansarme.

Lo único bueno: la fotografía.

Conclusión: no perdáis el tiempo yendo a verla. Como siempre, otra película española totalmente sobrevalorada. Y van... Qué barbaridad!
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29 de 34 usuarios han encontrado esta crítica útil
9
Louisina no es Sevilla ni el delta del Mississipi las marismas del Guadalquivir
Dos referencias se viene inmediatamente a la mente después (e incluso antes) de ver La Isla Mínima: True Detective, la magnífica serie de la HBO, y el caso de las niñas de Alcasser. Puede que ambos casos los parecidos sean más superficiales que otra cosa, pero desde luego están ahí.

La Isla Mínima cuenta el la desaparición de dos niñas de un pueblo y su investigación por parte de un par de policías de caracteres opuestos.

Y ya desde el principio de la película, con espectaculares e inverosímiles (por lo poco vistas) tomas aéreas, queda claro que el paisaje, el entorno va a ser un personaje más de la película, y que esos engañosos y laberínticos paisajes que nos muestran son una especie de metáfora de la historia que nos van a contar.

No es que Alberto Rodríguez, el director, copie el argumento de True Detective, pero la coincidencia superficial si que está ahí. Sin embargo, Louisiana no es Sevilla, los pantanos que forma el Mississippi no son las marismas del Guadalquivir, ni True Detective es La Isla Mínima. Aquella es más perfecta, más redonda, pero esta tiene personalidad propia, y como tal debería ser juzgada y valorada, sin comparaciones para bien ni para mal.

La ambientación y el toque local están magníficamente conseguidos: aquí los personajes no beben bourbon, sino ginebra, no escuchan country sino a Baccara en la discoteca del pueblo y no van a un club de stripteas frecuentado por camioneros, sino al puticlub. La recreación de un tiempo (la transición, las huelgas, los viejos métodos y actitudes que se resisten a desaparecer...) y un lugar (un pueblo dejado de la mano de Dios, todavía en el subdesarrollo, los jornaleros del campo para la cosecha,...) está muy bien conseguida, y no sólo porque logren ser verosímiles enseñando los modelos de coches correctos para la época (si no sabéis cual es la diferencia entre un Dos Caballos y un Dyane 6, aquí la aprenderéis), sino porque consiguen una atmósfera opresiva, pesimista, de desesperación. Mujeres resignadas, jóvenes sin futuro que quieren abandonar el pueblo para tener uno, ferias de pueblo con sus casetillas para tirar con la escopeta de plomillos, jornaleros itinerantes que llegan para la cosecha y que se marcharán con ellas, obreros en huelga,...

Hay que reconocerles tanto a Javier Gutiérrez como a Raúl Arévalo que están magníficos en sus papeles de los dos policías tan –aparentemente opuestos- pero decía antes que el ambiente, el pueblo, marisma, es otro personaje más. El uso del paisaje como un recurso está muy conseguido, la lluvia, la marisma, persecuciones nocturnas por caminos de tierra,...

El resto de los actores me gustó menos, la verdad. Nerea Barros no está mal, pero no me la acabo de creer interpretando a la madre de las niñas. Y el papel de Antonio de la Torre como el padre y el barquero del pueblo no le da mucho para lucirse.

Luego está Jesús Castro, Quina, que repite exactamente el mismo personaje de El Niño, el chulito guaperas del pueblo, aunque aquí es un secundario, y que no se si es que no da para más y es que lo han encasillado o que simplemente no da para más y se limita a hacer de si mismo. También repite (de El Niño), Jesús Carroza, que ya es un secundario habitual de las películas de Alberto Rodríguez: aparecía en 7 Vírgenes, y también en Grupo 7. Pero aquí su papel de Guardia Civil local es tan corto que la verdad es que es difícil de juzgar.

Siempre es de agradecer que el cine español se atreva sin complejos con películas de género, y este director parece que va lanzado. Esta es una película policiaca, de cine negro más que un thriller, Es una película oscura, son prestamistas, con traficantes de droga, de abusos y de extorsiones, no sólo sexuales (esas son las más evidentes que se muestran), sino también de los poderosos, los caciques del pueblo contra los más humildes (que sólo se insinúan, apenas se dibujan). Creo que por el tema, y por la coincidencia de las niñas, las quinceañeras misteriosamente desparecidas, recuerda bastante el caso de las niñas de Alcasser. Por eso y por más cosas que dejo para el spoiler.


Si te ha gustado y quieres leer más, pásate por: http://el-pobre-cito-hablador.blogspot.com/2014/10/la-isla-minima-las-comparaciones-son.html
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34 de 45 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
“¿Todo en orden?”
Considero que ya hay suficientes críticas para esta película (lo cual me parece un triunfo, porque esta película se lo merece), como para que tenga que añadir mi opinión. Pero hay tanta confusión el final que me gustaría dar mi opinión al respecto (que no aclarar, ya que cada uno tiene su interpretación).

Antes de eso, que decir de esta película…que da fe y esperanzas en el cine español (para un servidor en un estado, de calidad, mejor que nunca), con una dirección sobresaliente, un guión muy bueno, una fotografía asombrosa (los títulos de créditos son fabulosos), un reparto insuperable (Arévalo está muy bien, pero Gutiérrez esta maravilloso y genial, una verdadera sorpresa), etc.

Lástima las dudas que genera el final y su ritmo pausado (que no aburrido). Y por cierto, si se parece mucho a True Detective, pura casualidad, obviamente. Espero que se lleve todos los Goya habidos y por haber, ya que es superior a la correctísima el Niño y a la mediocre Magical Girl (desconozco cual será la cuarta nominada).

A continuación, los spoilers del final:
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23 de 24 usuarios han encontrado esta crítica útil
9
El cambio que nunca llega
Camino sediento. Corro. Corro mucho mientras el sol golpea mi cabeza y mis poros expulsan líquidos por doquier. Los mosquitos están al acecho para devorar mi piel sin remedio. Los flamencos graznan mientras buscan aguas de mejor consuelo. Yo sigo buscando al criminal, trato de encontrarlo en la época del cambio, en la época del cambio que nunca llega.

Alberto Rodríguez ha logrado trasmitir con cada plano y cada martilleo de suspense una traslación mental del espectador hacia su historia. Una historia extraordinariamente trabajada, filmada como sólo unos pocos saben hacer y gestionando cada pieza de rodaje como una joya que ha de guardarse en un museo. Y es que el cine de género está viviendo uno de los mejores momentos que se le recuerdan en los últimos años gracias a la aparición de talentos que han surgido a fuego lento. Rodríguez nos muestra como en los inicios de los 80 en la España profunda de la Andalucía rural todo seguía funcionando de otra manera, y como la entrada de la democracia crecía despacio, gota a gota.

“La isla mínima” sorprende desde sus primeros planos. Brillantes planos aéreos del Coto de Doñana y de las orillas del Guadalquivir a cargo de un notabilísimo Álex Catalán muestran su poderío, echando un pulso titánicos a aquellos cenagosos y embarrados que Cary Fukunaga nos regalaba del Misisipi en “True detective”. Y es que sin duda la comparación nos vendrá a la cabeza. Aunque señores yo lo tengo claro. Me quedo con el agua andaluz, las bandadas de aves recorriendo la puesta de sol y las carreteras empedradas de aquellos vivarachos y arriesgados ochenta españoles.

El guion no se aleja en historias secundarias, componiendo una historia que funciona como una flecha directa a la atención del espectador. Una pareja reflejo de dos estilos de vida y de política pelearán codo a codo para buscar a dos niñas desaparecidas en plena época de cosecha. Un conflicto de intereses de carácter local que chocará con las pretensiones de los policías encargados del caso. Unos Raúl Arévalo y Javier Gutiérrez en el papel de sus vidas, peleando por dar realismo a una historia de supervivencia y búsqueda.

Una historia cruda que no cae en recursos fáciles y donde cada fotografía secunda la potencia del guion, no siendo un mero artificio a ojos del asistente. Un montaje perfecto que muestra una vida rural dura donde cuesta arañar una sonrisa y donde de lograrla te trasmite casi malestar. Un doble juego maestro donde política, periodismo y justicia tratarán de encontrar una línea común. La línea curva de la senda del Guadalquivir en búsqueda de aquella “Isla mínima”.

Secundarios de la talla de Antonio de la Torre, Nerea Barros, Jesús Carroza o el potencialmente taquillero Jesús Castro (“El niño”) completan una historia de final meticuloso y donde las piezas encajan por su propio peso. El peso del saber hacer.

Sin lugar a dudas la película española del año.

Lo mejor: Prácticamente todo, aunque me quedo con Javier Gutiérrez y la excelsa fotografía de Álex Catalán.
Lo peor: Alguna reacción de algún personaje poco relevante.

Valoración:
Banda sonora: 8
Fotografía: 10
Interpretaciones: 8,75
Guion: 8,5
Dirección: 9
Satisfacción: 9

NOTA FINAL: 8,8

@hilideseda - www.habladecine.com
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