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26 Críticas de los usuarios

Críticas de los usuarios:
9
¡Rodar o morir!
Dani corre por el parque. Juan intenta hacerle una paneo de seguimiento con la cámara. El Script se está liando un porro. La actriz quiere marcharse ya. Pero Dani, el director, guionista y actor, sigue corriendo ilusionado por su corto, con una pistola en la mano. Es de fogueo. Dispara al aire. La escena es una persecución. Exigencias del guión. La gente del parque se asusta con el falso disparo. Pasan dos policías y se llevan detenido a Dani por no tener permiso del arma ("es que era de mi tío..."). Fin del rodaje.

Pablo también va a rodar un corto. Contento, ilusionado, se monta con todo el equipo en el ascensor. Van la script, la actriz, la cámara, el sonidista, el dire de foto...todos, y con su correspondiente material; focos, trípodes, cámara, cables, chucos, etc. Pablo está ilusionado. El ascensor se atranca. Era su primer corto.

Albert rueda en un lavabo pequeña una escena donde 5 chicas van discutiendo por un maletín, en un corto con claras referencias a Tarantino, muy hablado y con grandes giros de guión. Conversa con su ayudante de dirección/amigo de cafés, cervezas y cines Dani. Dani comenta que el guión es muy complicado y sólo tiene 3 horas para rodar todo el corto en el lavabo. Albert lo tranquiliza, tiene un plan B: Si van mal de tiempo que entre un hombre de traje de chaqueta y las mate a todas. Fácil y sencillo. No hizo falta llegar a eso. Faltaron 4 de las actrices.

Pedro lleva una cámara casera al hombro, y corre persiguiendo a una amiga que intenta hacer de actriz. Queda demasiado cutre la cámara al hombre. Pero Pedro quiere rodar está persecución como sea. Consigue un monopatín y un amigo hace de maquinista empujándolo. Pedro sigue en el hospital.

Siempre hay pequeños fallos si no estás en Jolivú. La pértiga siempre sale en plano. No se dieron cuenta que se veía el reflejo de todo el equipo en las gafas de la actriz, y en el enorme espejo de detrás de ella. El micrófono estaba apagado y nadie se dio cuenta. Al cámara se le olvido poner el filtro. Al cámara (otra vez) se le olvido hacer burbuja con el trípode y el corto sale con todos los planos inclinados, a lo John Woo. Los actores llegaron tarde. Los actores no llegaron. Los actores llegaron temprano, pero se confundieron de pueblo. Se acabo la cinta a mitad del rodaje. El director se saltaba el eje constantemente. La actriz lleva en un plano una camisa roja y en otro es negra (la camisa). En postproducción se escucha la misteriosa voz del script comentando el partido de fútbol del Celta en la escena de sexo. Etc, etc.

(sigo en spoiler, leer sin miedo)
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43 de 48 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
Luces (ese foco, ¡más a la derecha!), cámara (el micro, ¡que está en cuadro!), ¡Aaaaaaacción!
Cuando uno se acerca al medio cinematográfico con mayor empeño y más ganas de conocer sus vicisitudes o secretos, comprende que todo aquel sueño de intentar emprender una aventura en susodicho medio, podría verse truncado por la compleja maraña que se esconde tras todas esas horas y horas dedicadas al proceso de rodaje y edición.
Y es que, lejos de fijar unos parámetros, inventar una buena historia y, como aquel que imagina desde su preadolescencia agarrar una cámara y empezar a realizar cualquier tipo de encuadre sin que nadie ni nada se lo pueda evitar, "Vivir rodando" nos transporta al verdadero sentido del cine, a todos esos cortes y tomas que nunca parecen tener una conclusión, y que se ven complicadas por la ardua dirección de actores, los intempestivos micros que aparecen cuando no es menester y los focos que son empujados un recuadro más aquí o más allá.

DiCillo, con un puñado de personajes, aunque tópicos, entrañables, gráciles y de esos que rezuman simpatía, nos introduce en el particular día a día de un realizador en un ejemplo brillante de como dar su propia interpretación del cine dentro de cine y, además, mostrarnos todos los entresijos y pormenores que podrían surgir en cualquier tipo de propuesta, por sencilla que sea, por metódicos que resulten los propios técnicos y por profesional que pueda resultar el equipo que está detrás de todo. Porque de las insalvables e infructuosas jornadas batallando tras una cámara, no se libra ni el más grande.

La originalidad de un trabajo que va de menos a más, y que en ni un sólo momento pierde un ápice de su velocidad y fuerza, dota esta extraña y peculiar cinta de un sentido del humor tan curioso como funcional, y nos acerca como muy pocos habían logrado a ese pequeño universo que es el plató de rodaje, haciendo que uno se sienta dentro, y viva el rodaje como uno más del equipo, con sus nervios, sus idas y venidas en el propio film e, incluso, la increíble ilusión de ver culminada una secuencia que se intuía complicada y que, en un golpe de gracia, se nos muestra que nunca hay que desesperar, que tarde o temprano las soluciones llegan y que, quizá, algún día seamos nosotros quienes, por otro golpe de la madre fortuna, logremos estar ahí, sufriendo, padeciendo, dando lo máximo, recogiendo todas las esencias de ese gran arte llamado cine y embarcándonos en una aventura hacía lo desconocido. Mientras, siempre nos quedará disfrutar de "Vivir rodando". Inolvidable.
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39 de 40 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
VIVIR RODANDO CON TALENTO
El rodaje de una película de bajo presupuesto da lugar a un brillante enredo satírico, que es también una cariñosa pieza de cine-dentro-del-cine; como "La noche americana", pero en 'indie'.
Con una tonelada de inteligencia, DiCillo aprovecha a fondo tres bazas: la oposición entre lo soñado y lo real, entre lo filmado y la filmación, y entre el color y el blanco y negro.
La paciencia del espectador es puesta a prueba el primer cuarto de hora, pero a partir de ahí la película empieza a ganar, creciendo rápido gracias al brío del guión, hasta alcanzar hilarantes momentos de total soltura, llenos de comicidad ingeniosa.
S. Buscemi, en su salsa, se luce, y Catherine Keener, que se echa a la espalda un papel técnicamente difícil, lo saca adelante de calle.
Otra demostración de que con cuatro cuartos y talento se pueden hacer buenas películas.
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30 de 34 usuarios han encontrado esta crítica útil
9
"La noche americana" de nuestra generación (tengo 22 años)
"Vivir rodando" es una película que ha realizado alguien que ama el cine para alguien que ama el cine: es decir, para sí mismo. DiCillo rueda en esta película lo que siempre ha querido hacer, sus experiencias, sus sueños de pequeño, sus discursos preparados, su rabia contenida. Esta película es un cóctel de cine independiente que explota desde el minuto uno.

DiCillo hace la película que quiere ver, y consigue maravillar a todos aquellos que soñamos con hacer dine independiente, cine con un puñado de euros (que no nos dará el ICAA, por descontado), cine en el que la primera de dirección lleve una camisa de trolls, cine en el que el actor guaperas se crea un genio y te cambie un plano, cine en el que no puedas controlar el sonido 100%, cine en el que las citaciones sean a una hora y los actores lleguen a esa hora +30 minutos, cine en el que el estrés sea el verdadero protagonista de la película.

Genial, veradera y envidiada (pero envidia sana, como dirían algunos en un falso eufemismo). ¡¡¡Quiero dirigir!!!

Por cierto, Buscemi se sale.
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19 de 23 usuarios han encontrado esta crítica útil
6
Crear cine
Película de visión obligada a todo aquel que le seduzca la idea de crear cine; ya sea en la dirección, fotografía, iluminación o en la actuación. Con "Living in Oblivion" uno se da cuenta de que esto de hacer cine no es tan divertido como imagina. Los extras del "cómo se hizo" en cualquier DVD, o las tomas falsas típicas en los créditos finales de las pelis de Jim Carrey, no son más que el minúsculo lado divertido o amable de la creación de una película. Detrás hay mucho más, y ese mucho debe de ser verdaderamente frustrante. Así nos lo hace saber "Living in Oblivion".

Así que ya lo sabéis; si queréis grabar una peli en plan casera, antes de empezar conviene echar un vistazo a esta cinta... y luego a llenaros de paciencia y valor.
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12 de 16 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
Divertidas travesuras
Aunque raro y original no sean sinónimos, ambos podrían aplicarse a esta película. Es bonito ver que hay atrevimiento en el cine, aunque venga con cuentagotas. En 1995 nos llegó esta pequeña joya que me descubrió un amigo hace poco tiempo. Le doy las gracias.

Tom DiCillo dirige esta barbarie, paradojicament, con una templanza ejemplar. El director estructura "sus películas" para que los 90 minutos no tengan el mínimo descanso, y lo consigue. Pero lo realmente delicioso de esta película es su guión, lleno de pequeños detalles, sin un final concreto pero sí con un fin. La inventiva de DiCillo cautiva desde el principio y consigue serle simpática al espectador, que ve cómo van sucediendo una serie de catastróficas desdichas desde la otra parte de las cámaras, esa que normalmente no vemos. Es ahí donde DiCillo aprovecha para dejar el mensaje informativo y crítico, que vendría a ser algo como: "siempre va a haber algún gilipollas que joda el tema. El cine está lleno de egos y de chapuceros, pero si le pones empeño, al final la cosa sale. Más bien o más mal, pero sale". Me resulta realmente interesante el descaro con el que el cineasta trata el tema, sin dar nombres de manera gratuita pero dejando claro algo que todos intuimos pero no sabemos, ya que no estamos ahí.

Steve Buscemi, como siempre, agradable. Su ya desquiciado personaje se nos presenta como el eslabón que intenta unir una cadena que parece estar abocada a la ruptura. Gran interpretación la del actor-rana en un papel que le va como anillo al dedo. Creo que también habría que destacar a James LeGros, que encarna al típico actor capullo con el ego por las nubes, como si lo llevase haciendo toda su vida. También digna de mención es la actuación de Dermot Mulroney como 'Lobo', ese tipo malhumorado pero sensible que es, tal vez, el personaje más humano de la cinta. Pero sin duda alguna, la estrella es Catherine Keener ( que en ese momento era la actriz fetiche de DiCillo). Tal vez me cueste ser objetivo, ya que creo que Keener se disputa con Naomi Watts el "título" de mejor actriz del momento, pero creo que aquí nuevamente se sale. Hace su papel (real) en el que es una gran actriz, y el de dentro de la película, en el que es una intérprete mediocre, y ambos los borda.

Resumiendo, que es gerundio: película original que seguro que no gustará a todos. Los amantes del cine la disfrutarán como comedia y le estarán agradecidos, y los que gusten de ver películas gamberras, también gozarán con 'Vivir rodando', una película rara y original que cuenta, además, con un director valiente y dos grandísimos actores.
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8 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
9
SUEÑOS DE UN DIRECTOR
Pasen y vean la divertida, difícil, tensa, repetitiva e interesante gestación de cine de bajo presupuesto. Steve Buscemi, icónico actor de este movimiento fílmico, ejerce de cómico e impagable maestro de ceremonias, asumiendo el papel de un director sudando lo suyo con su equipo para llevar a cabo unas tomas; sin desdeñar un buen lance con un protagonista masculino pagado de sí mismo y quizá otro tipo de lance con su protagonista femenina, de la que quisiera obtener algo más que una buena actuación ante su cámara.

Redonda historia de múltiples lecturas de espejo, por la confusión que a buen seguro existió entre el rodaje real y el rodaje ficticio dentro de la película, constituye un taller de cine independiente que no oculta sino diserta sobre las ilusiones, disputas, nervios, sueños, excentricidades varias, miserias y egos descontrolados de quienes lo hacen posible.

Uno de esos casos en que uno, antes de verla, se convence e intuye que está ante una gran película. Ése fue mi caso cuando se estrenó. Posteriormente, su visión "sólo" me hizo disfrutar y reafirmarme ante tal convicción.
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6 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
Asi se hace cine
Que hacer una película es difícil eso lo sabemos todos, pero es necesario que de vez en cuando nos enseñen que se siente cuando todas las circunstancias se vuelven contra ti y te impiden realizar tus sueños. Hace poco veíamos a Terry Gilliam en la difícil tesitura de sacar adelante una película, su propia versión de Don Quijote, un sueño frustrado... en Vivir Rodando esos sueños rozan el borde del abismo, se tambalean y finalmente.... y hasta aquí puedo leer. Una película que hay que ver tantas veces como se repite una toma.
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11 de 17 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
"Solo 30 segundos"
Porque en lo que duran los 30 segundos de un "Wildtrack de ambiente de sonido" un equipo de rodaje siente, imagina, fantasea, llora y se emociona.

Porque en un rodaje hasta el más inexperto auxiliar de producción siente y trabaja igual de duro que la mayor de las celebridades.


RAZONES POR LAS QUE VERLA:

- Una muy buena película de cine sobre el cine.

- Un guión cargado de originalidad que tanta falta hace.

- Una comedia ácida y mordaz con situaciones cómicas a más no poder.


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LO MEJOR: El enano.

LO PEOR: Quizá demasiado dirigida a un público entendido en cine...
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8 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
Steve Buscemi interpreta a Tom DiCillo
Tom DiCillo rodó esta gran película que parece sacada de sus propias experiencias. DiCillo que trabajaba a las órdenes de uno de los grandes del cine independiente como es Jim Jarmusch sabe muy bien que es hacer una película con bajo presupuesto y en "Vivir rodando" lo refleja de una forma inmejorable.

Nick (Steve Buscemi) ha de rodar un film en el que todo le sale más. Lobo (Dermot Mulroney) pasa por una crisis emocional, su actriz Nicole (Catherine Keener) y su actor Palomino (James LeGros) tienen muy mala relación, Tito (Peter Dinklage) un actor enano, tiene una mala reacción con el director. El sonido es desastroso, las actuaciones mediocres y para colmo el propio director pierde en más de una ocasión los papeles.

Todos los actores están geniales, sobretodo Buscemi y Mulroney que son los que tienen los papeles más agradecidos. El film es bastante gracioso y tiene puntos realmente divertidos.
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11 de 18 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
Convengamos
Convengamos en que no todo el cine independiente de USA es bueno.
Convengamos en que Tom DiCillo no es el mejor representante del cine indie norteamericano de los últimos años.
Convengamos en que esta película está dedicada especialmente a aquellos que hacen cine, o que conocen íntimamente los entresijos de la creación de una obra fílmica.
Convengamos en que Steve Buscemi es uno de los grossos.. uno de los mas grandes actores vivos de comedia.
Convengamos en que Catherine Keener sin ser una belleza sublime, realmente "atraviesa" la lente.
Convengamos en que Peter Dinklage es un enoooooorme actor enano (otra vez descolla, y van..)
Convengamos en que la película no es perfecta, en que puede ser algo despareja.
Convengamos en que si no convenimos en nada, a mi me importa un pito, porque me reí, me divertí, me entretuve, disfruté mucho y la peli en definitiva se merece al menos un ocho.
Convengamos aunque sea en.. Hasta pronto.
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4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
Delicia
Tom Dicillo, camarógrafo de algunas de las primeras obras de Jim Jarmusch, dirigió su primer largo en 1991 (Johnny Suede), aunque el reconocimiento por parte de la crítica no le llegó hasta el 95, cuando consiguió en Sundance el premio al mejor guión por Vivir rodando, su segunda película y la mejor hasta la fecha de toda su filmografía. Esta original cabriola metalingüística, entretenida y de vocación claramente independiente, narra, a pie de cámara y con alguna que otra concesión al onirismo, el desastroso rodaje de un filme de autor realizado con más pasión que medios. Fresca, ilustrativa y rayana a la genialidad, Vivir rodando da buena cuenta de las dificultades tangibles con las que cualquier equipo técnico puede hallarse a la hora de filmar.
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4 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
El extraño placer del rodaje
Somos muchos los que soñamos con realizar una obra cinematográfica. Plasmar una idea en el papel, tomar una cámara y un par de actores y ponerse a grabar. Parece sencillo al pensarlo, sin embargo, son pocos quienes verdaderamente se atreven a llevar sus ilusiones al abismo de la puesta en escena, a sumergirse en un proyecto de siempre imprevisibles consecuencias como es hacer cine.

Con razón Truffaut decía que el mayor peligro que corre un director es el de perder el control de su obra durante el proceso de realización. Cuántos grandes autores no consiguieron imponerse tras los fracasos inevitables de una jornada de grabación y fueron condenados al olvido. El caos del plató acaba separando, irremediablemente, a muchos artistas del mundo del cine. O acaban empacando productos muy contrarios a sus ideales. Pocos se atreven a llevar sus ideas honestamente hasta el final, a vivir de ellas y por ellas, a vivir rodando…

Vivir rodando fue, precisamente, el título con el que llegó a España en 1996 la segunda obra de Tom DiCillo, director, guionista y actor ocasional que junto a Jim Jarmusch se inició en el movimiento independiente de cine americano de los ochenta. Una película que exploraría de forma cómica los intríngulis de las producciones independientes con una frescura inédita fruto del recorrido de su director hasta entonces.

DiCillo venía de realizar su ópera prima, Johnny Suede (1991), con Brad Pitt como protagonista en uno de sus primeros papeles. Desde entonces, llevaba varios años tratando de sacar adelante el que sería su tercer film, Box of Moonlight (1996), pero se veía imposibilitado, una y otra vez, por la continua falta de presupuesto y por un equipo de trabajo poco comprometido con la obra.

Lejos de desanimarse, DiCillo decidió transformar toda su frustración en impulso creativo. Se puso a escribir y elaboró un guión satírico sobre las experiencias que había estado sufriendo. Primero, pensó en realizar un pequeño sketch con la ayuda de sus amigos y el antiguo equipo de Johnny Suede. Luego el resultado fue tan gratificante que se decidieron a realizar un largometraje con la intención de presentarlo al Sundance Festival donde, acabarían ganado el premio a Mejor Guión en la edición de 1995.

Como DiCillo no quería ir mendigando dinero a las productoras para el proyecto, acordaron que quien quisiera participar lo haría gratuitamente. No obstante, les entusiasmó tanto la idea que incluso acabarían pagando por actuar y formar parte. Y así, de la frustración a la ilusión compartida, nació “Vivir Rodando”.

La historia nos cuenta las desventuras de un equipo de rodaje en su intento de llevar a cabo un film independiente de muy bajo presupuesto. Liderado por Nick Reve (alter ego de DiCillo), un sufrido director, encarnado por Steve Buscemi, que llevará sus nervios al límite. Ya sea por los sucesivos accidentes que ocurren en plató o por la incompetencia de los estrambóticos individuos que le rodean.

Personajes variopintos e hilarantes, desde un descerebrado operador de audio exhibicionista, hasta un director de fotografía hipersensible que gusta de llevar un parche pirata en las grabaciones. Crearán situaciones insostenibles y surrealistas que interrumpirán continuamente las escenas. Para desgracia de Nicole Springer, una talentosa e infravalorada actriz cuya carrera se resume en una escena de ducha con Richard Gere. Un personaje brillantemente interpretado por Catherine Keener en el que refleja de forma irónica las experiencias sexistas que había tenido en la industria.

Pues, a pesar de lo que pueda parecer, no se trata de otra comedia de gags sobre el cine como aquellas que comenzaban a aflorar en los noventa. La película se desmarca, ya desde un inicio, abriendo con un diálogo jocoso entre los ayudantes de cáterin. En una suerte de sátira y homenaje a todos los sectores invisibilizados que son vitales durante el desarrollo del rodaje.

Presenta un amor honesto por la creación cinematográfica, de aquellos que ya no se ven hoy día. A lo largo de la cinta acompañamos a sus protagonistas en el set de rodaje, en los camerinos, entre bastidores, dentro y fuera de las grabaciones. Vivimos el proceso con ellos. Porque DiCillo te invita a mirar y a formar parte del equipo. Porque el cine es un proceso de gran implicación emocional. Nos lo recuerda, de nuevo, con un arrebatador Buscemi, aquel director que ansía comerse el mundo con una ingenuidad casi infantil que recuerda al Ed Wood de Johnny Depp, pero que persevera y persevera para ver realizada su obra, su sueño.
Sueño que recorremos y que nos descubre las relaciones sentimentales de los personajes, así como sus inquietudes y aspiraciones vitales. Mostradas alternativamente en blanco y negro y a color con una fotografía cuidada y un rigor en los encuadres poco habitual.

Con todo esto y apenas noventa minutos de duración, aún le queda espacio para la crítica. Centrada en el personaje de Chad Palomino (James Legros), un actor rutilante de la industria que dice admirar el trabajo de los directores independientes. Una caricatura de la hipocresía de aquellas estrellas, forjadas en Hollywood, que recurren a producciones independientes solo para mejorar su estatus de cara al público. Hay quien afirma que es una pantomima de Brad Pitt…

(sigo en spoiler por falta de espacio, pero sin destripar la trama)
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3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
Por mi experiencia como cineasta amateur...
...Esta peli es cojonuda. Ninguna que yo haya visto expresa de forma más sincera (aunque con muchos toques de humor irónico, del que a mí me gusta) la exasperación que puede llegar a sentir un director de cine, que no es ni más ni menos (y esto queda muy bien explicado en la cinta) la única persona de las veinticinco que hay en el set que está verdaderamente preocupada de que el rodaje vaya bien -generalmente, las otras veinticuatro tratan de impedírselo de mil maneras distintas- y, consecuentemente, el que más sufre de todos.
Especial mención al conflicto que tiene con la actriz principal... ¿Por qué los directores nos obsesionaremos tanto con una actriz concreta? Debe ser por la soledad que sentimos al dirigir, nadie nos comprende del todo, todos nos cuestionan continuamente... Y uno desea tener cerca a alguien especial y de confianza para sentirse un poco normal... Y casi siempre, sin éxito alguno.
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5 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
9
rodar vivendo
Humor inteligente, originalidad a borbotones y una galería de personajes inolvidables.

Una muñeca rusa con la que se juega a meter el cine dentro del cine y los sueños dentro de los sueños para obtener finalmente una afilada sátira sobre los delirios de grandeza de quienes hacen cine, desde los directores, claro está, hasta los actores o los guionistas.

Cine independiente que se mofa del cine independiente.

La carrera de DiCillo resulta brillantísima hasta la fecha, aunque haya tenido algún pequeño tropiezo. Lástima que no se le conozca demasiado y siempre se le mencione a la sombra del "dios indie" Jarmusch, en mi opinión menos talentoso, aunque mucho más pretenciooooso.
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4 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
Dejando tripa y corazón
Pequeña película, de esas que cuando empiezan ya habían empezado, y que terminan antes de que te des cuenta, acerca del rodaje de una película independiente. Cine dentro de cine, elaborado con suma inteligencia, aprovechando la repetición de tomas y los desvaríos mentales de los estresados técnicos y actores, para desplegar una especie de origami infinito.

Sátira graciosa, que revisita casi todos los roles y clichés del gremio, que demuestra puro amor por la realización de cine (más que por el cine en sí). Nos despliega sueños, ilusiones, esfuerzos, frustraciones, y, sobre todo, las milagrosas soluciones con que uno se topa cuando, contra todo pronóstico, no baja los brazos (del todo) y decide encarar la realización de una película. Un guión soberbio por lo sorprendente y chiquito aunque presuntuosamente rebuscado, se ofrece lleno de emocionante vitalidad.

A la sombra de otras mucho más conocidas películas sobre rodajes, ésta se mantiene vital, apasionada, viviendo en el olvido, esperando a ser descubierta. No se la pierdan.
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2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
9
¿cómo es rodar cine "indie"?
Con este film DiCillo demuestra (una vez más), el sentido del humor irónico y esta vez, autoirónico que ya demostró otrora.
DiCillo crea una película independiente partiendo de su prestigio ganado en el campo de esta índole (Box of moonlight, Johnny Suede)
El film esta divertidisimamente protagonizado por el siempre genial Buscemi y con unos secundarios muy acertados también, en especial Mulroney y LeGros.

Memorable.
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5 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
Esto es cine
Tom Dicillo nos transporta en esta interesante comedia, a un universo donde conoceremos algunos de los misterios que conlleva realizar una película con un presupuesto reducido.

Sus personajes, almas inconscientes que sueñan con hacerse un hueco en la meca del cine, trataran de hacer todo lo posible por reconocerse y ser reconocidos. Resulta cómica la superficialidad con la que los personajes desenmascaran sus miedos e inseguridades, y como luchan por algo que para cada uno de ellos, tiene enorme sentido en su ridicula existencia.

Esta película retrata con enorme agudeza las frustraciones y desengaños de muchos individuos que sueñan con destacar en la industria cinematográfica norteamericana; pero que por expresas circunstancias, estarán abocados a continuar por la estela de la mediocridad; Quizá algunos de ellos es lo que realmente desean.
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1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
6
Soñando cine
Es muy característico de los sueños, el soñar (valga la redundancia) con algo que bien ha pasado o bien va a pasar en breve, algo que te importa mucho y tiene ocupada tu parte del cerebro consciente y subconsciente. Normalmente la realidad suele ser alterada y se mezcla con tus miedos o inquietudes e incluso muchas veces con desenlaces surrealistas.

Como pronto descubriremos, en clave de sueño dentro del sueño, se nos presenta una película sobre los entresijos de los rodajes de films de poco presupuesto. Esto es parte de su original planteamiento y puesta en escena, pero no parte de un argumento dirigido a un giro final o una telaraña a lo M. Night Shyamalan. Con un reparto acertado con Steve Buscemi a la cabeza, nos deja echar un vistazo detrás de las cámaras. Desde material barato que funciona mal, a directores desquiciados, actores con complejos, lios amorosos en plató, estrellas de cine con cameos con el que creen iluminar la pantalla de un film al que se reabajan para trabajar y sobretodo el duro trabajo de pasar horas y horas con la misma escena por todos los problemas mencionados.

La cinta como digo tiene sobretodo un planteamiento y puesta en escena originales aunque quizá le falte algo más para ser una obra realmente reseñable aparte del hecho de que en algunos momentos puede hacerse levemente repetitiva aunque sea parte necesaria de lo que nos quiere transmitir. Pese a ello es sin duda una película cuanto menos interesante y que gana enteros en el recuerdo una vez pasan horas de su visionado.

Nota: 6'5

En twitter: @er_calderilla
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1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
Logra mucho con poco
Gran comedia que exprime los pocos elementos con los que cuenta de manera estupenda, con guiño a El Discreto Encanto de la Burguesía incluido. Plasma el bestiario típico de los rodajes de cine independiente a la perfección.
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1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
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