22 Críticas de los usuarios

Arranca mostrándonos a una pareja viajando en un BMW en una noche lluviosa por una autopista inglesa y mediante la conversación que oímos entre ellos, se nos hace saber que él se dedica a reponer afiches por las estaciones de servicio, como medio de vida mientras le viene la inspiración para escribir una novela que es su meta ansiada y soñada y que ella le acompaña en esa noche con la intención de poner fin a la relación , ya que esta liada con un amigo de la pareja y parece ser está esperando el momento adecuado y buscando una coartada moral para soltárselo, sin acabar de decidirse.
En un momento de impasse de sus discusiones ella echa una cabezada, durante la cual debido a una maniobra rara que hace con el coche cuando busca el termo por el suelo del vehículo, es adelantado bruscamente por un camión blanco, maniobra en la que al ponerse el camión delante, vislumbra en un flash y debido a que la puerta corredera de acceso al remolque se abre y vuelve a cerrar rápidamente, a una mujer encerrada en una jaula pidiendo auxilio.
Todo esto a modo de presentación durante los primeros minutos de metraje, a partir de aquí tenemos una entretenida y más que digna película de terror (sin concesiones sobrenaturales), opera prima del inglés Mark Tonderai, con unos desconocidos actores (para mí) que desarrollan un convincente trabajo, una banda sonora eficaz que remarca de manera notable la acción (sin estridencias y con una ejecución que recuerda a Bernard Hermann en sus composiciones para Hitchcok), una fotografía sumamente efectiva tanto en las escenas lluviosas como en los estallidos lumínicos que forman parte esencial de la trama (estaciones de servicio y traca final), un guion con algún que otro medido y efectivo giro (aquí recomendaría lo de la regla núm. 1 para disfrutar una película de estas características: “No ir de listillo y dejarse llevar, sin buscarle tres pies al gato”) y una ejecución y desarrollo que la hacen digna de figurar en una lista de buenas películas de parecido eje argumental, a saber: “El diablo sobre ruedas 1971” de Steven Spielberg, “Desaparecida 1988” de George Sluizer, “Breakdown 1997“ de Jonathan Mostow , “Nunca juegues con extraños 2001” de John Dahl y la australiana “Wolf Creek 2005” de Greg McLean (ordenadas por año de rodaje y evidentes similitudes).
Por último, señalar que cuenta con un recio, seco y contundente final, redondeado con la escena inmediatamente precedente a los títulos de crédito finales que la hacen subir bastantes enteros en mi apreciación.

Es una cinta que si bien no propone nada nuevo, al menos lo que ofrece es absorbente e inquietante.

Tiene licencias, porque hay situaciones que por allí fuerzan un tanto el sentido común. Pero las mismas no tratan al espectador de idiota y son las normales que suelen aparecer en una película de esta naturaleza.

El filme me hizo recordar a “Joy Ride”, una digna cinta de serie B sobre un psicópata de la ruta que en esa ocasión andaba a la caza de unos adolescentes. También recuerda a “Duel”, la asfixiante ópera prima de Steven Spielberg.

Aquí se trata de un joven que va conduciendo por la carretera junto a su novia, cuando de repente ve algo raro en la parte de atrás de un camión: una mujer desnuda va encerrada dentro de una jaula.

A partir de allí se presenta una tensa road movie donde el inmiscuirse en los problemas ajenos será el motivo que da vida al conflicto de este thriller de terror sobre un maniaco del asfalto que trafica con seres humanos.

Es una obra respetable, que entretiene y nos brinda una hora y media de sobresaltos. Pero claro que el argumento está pensado para ser un pasatiempo, por eso no tiene mucho desarrollo de personajes ni tampoco se preocupa por brindar demasiadas explicaciones al por qué de las situaciones que se presentan.

Eso sí, es un filme intenso que presenta de vez en cuando algunos giros sorpresas como para asombrar a los espectadores. Y mínimamente la propuesta es potable si es analizada desde los objetivos que busca lograr en la platea.

Es una película de bajo presupuesto, donde vemos caras desconocidas dentro del ambiente artístico. Pero gracias a ello por allí se gana en realismo, pues las actuaciones son convincentes y espontáneas, además de que la nerviosa utilización de cámaras en mano también contribuye a generar la óptima sensación de caos para una cinta de esta naturaleza.

Aprobada si lo que se busca es una película repleta de nervio y de frenetismo. Más aún si uno disfruta de esas cintas en donde un psicópata, una carretera y algunas paradas transitorias tienen mucha importancia en la trama.

... además de poco creíble. Empezando por la actitud del protagonista, que hace todo lo que nadie haría (el chico parece tonto).
La peli tiene todos los tópicos del cine de terror:
-malo sin rostro (éste tapado con una capucha), que camina parsimoniosamente
-se me acaba la batería del móvil
-el coche no arranca

En fin, que está todo visto y no vale la pena perder el tiempo con esta peli
El único momento de tensión que salvo es el de la escena de los lavabos.

“Hush” es la película resultado de un largo trabajo entre su director, el polifacético Mark Tonderai (escritor, director, productor…) y su mujer, Zoe Stewart (productora). Entre ambos dieron forma a la historia y finalmente él firma la dirección y el guión de la obra mientras ella la produce.

La película, una trepidante “road movie” nos cuenta la historia de una pareja que no vive su mejor momento. Vagan por la carretera de estación de servicio a estación de servicio para que él ejecute su trabajo, poner carteles publicitarios en baños y lugares públicos del área.
En mitad de uno de estos viajes de trabajo, en plena noche, ven algo excepcional, la persiana trasera del camión tras el que viajan se abre un momento y vislumbran una mujer atrapada en su interior, pidiendo socorro. Inseguros de su visión y en absoluto de acuerdo sobre cómo actuar la pareja comienza a discutir, hasta su siguiente parada… allí sus peores sospechas se harán realidad, y será ella la próxima habitante del remolque de ese camión siniestro. Su novio no tendrá otra opción que perseguirlo y luchar por la vida de su amada…

La película, pese a su aparentemente tópico argumento, hace disfrutar al espectador de innumerables sorpresas, lo conduce hasta mil situaciones en las que su guión gira ofreciendo lo opuesto a lo que la audiencia espera. Detalles como este hacen que una película de estilo, que bien podía haber resultado de los más vulgar, acabe haciéndose bien amena, entretenida y a ratos trepidante.

La simpática e incansable actuación de su protagonista, los cuidados aspectos técnicos y el mantenimiento de un ritmo nunca moribundo consiguen que su metraje se haga efímero y que esta carrera contra el tiempo pase en un suspiro dejando una buena sensación en la platea.

Bien es cierto que esta buena impresión es efímera, y que “Hush” no será un clásico eternamente recordado, pero no se le puede negar que su función de entretenimiento la consigue, y con nota, sin recaer en estupideces ni excesivos tópicos como ocurre en las películas “adolescentes” de terror que pueblan nuestras pantallas en los últimos años, sino jugando a lo contrario.

En conclusión, un cuidado thriller de persecuciones, asesinos en serie sin rostro, amor y carretera, eterna noche y carretera… para pasar un buen rato sufriendo con su protagonista. Recomendable.
Enoch

'Pánico' es entretenida desde el minuto 1 hasta el final. Sin embargo hacía tiempo que no veía tantas casualidades tontas en una película. Sabemos que en este tipo de película te las puedes encontrar, pero ¿todas a la vez?. Eso me hace no creérmela.
Ni siquiera el final convence. No hay ninguna explicación, no logramos ver al secuestrador... es una historia completamente vacía.
En spoiler relato algunas de esas 'casualidades'

Me molan este tipo de pelis de persecuciones por la autopista, de gasolineras en medio de la nada y sobretodo camioneros transtornados. Para disfrutar este film no hay que plantearse nada de lo que vemos, disfrutar sin más de este film de consumo es lo recomendable. El guión flojea y hace aguas por todos los lados pero cada dos por tres da un giro y consigue interesarnos de nuevo. Escrita y dirigida por un director novel que ya anda trabajando en un nuevo thiller,"House at the End of the Street", al que habrá que tener en cuenta.
El chico protagonista es un desastre total, tiene un trabajo de mierda y está a punto de romper con su novia que le es infiel, con esos datos ya ha ganado la simpatia de casi todos los espectadores varones y nos pondremos en su piel. El camionero chungo es el malo del film y lo curioso es que no se le ve el rostro en todo el metraje, ni tampoco le vemos cometer ningún asesinato, aunque su presencia maligna nos acojona.
Momento para el recuerdo: El prota es perseguido por el loco de turno y se esconde en los baños de una estación de servicio. El camionero va abriendo las puertas de los retretes y mirando uno a uno , nuestro amiguito se esconde detrás de la puerta colgado de un ganchito, de ésos para colgar la chaqueta mientras se jiña, y consigue que no se le vea. Es un momento de tensión muy logrado.
La mayor pega es la falta de originalidad, si olvidamos éso disfrutaremos este film.

Se agradece. Se agradece el haber encontrado un buen film de este género, que de todos los amantes es sabido la dificultad que entraña el encontrar uno bueno. Se agradece el haber estado en tensión en muchas de las situaciones de la película. Se agradece el dejar la película con un buen sabor de boca, y darse cuenta de que en ocasiones merece la pena pagar por ellas.
No es para ponerla en el cielo, pero me atrevo a decir que de las 10 últimas del género que he visto, esta es una de las mejores (lo cual demuestra el escaso nivel, o la mala suerte que tengo), y espero que las siguientes como mínimo estén al nivel de ésta.
Siempre hay margen de mejora.

Lo cierto es que la peli empieza impactante, como esas películas verdaderamente originales que de vez en cuando encontramos en el género. De esas que empiezan en la nada, en una situación de lo más cotidiano, como lo que a ti o mi podría sucedernos. Y de repete un giro, un flash que te atrapa... pero la peli se queda ahí...Pasa por alto casi todo, no explica muchas cosas de las que, con una idea más hilada darían forma a una peli más compleja. Así que ahí se queda, sin un argumento sólido detrás.
Así que lo que podría ser un peliculón se va diluyendo como un azucarillo en el café sin que al final te quede apenas nada de su sabor. Una pena. Aún así habrá que estar atentos a este director novel.

Hush es una película interesante, a los que os guste el cine de gore no flipareis nada de nada ya que todo el gore nos lo ha dado ya la saga Saw, pero si os gusta el cine de miedo y amor es una película recomendable. A la hora de calificarla yo le daría un 6 ya que es una película de esas que a todos nos gustan que no dan mucho miedo, pero se mete entre medias el amor ¿no?. La "ñoñeria" y la "mariconeria" hace a esta película bajar su calificación al 6 pero desde mi punto de vista no es cine de miedo, sino un prototipo de película americana que se llama miedo por no llamarse otra cosa.

En 1971, con su ópera prima “Duel” (la traducción castellana de “El Diablo Sobre Ruedas” es un spoiler malo que pretende encasillar esta obra maestra en el género del terror, y de esto habría que hablar mucho), Steven Spielberg marcó el punto de partida de una carrera de fondo (valga la redundancia), en la que, de un tronco común, han salido diversas ramas que han ido “flirteando” con diversas temáticas, dibujando así un interesante árbol genealógico de lo que conocemos como “road movies”.

De hecho, ¿por qué no leer en sus raíces los duelos y las persecuciones a caballo de las que tantas veces hemos sido testigos en los “westerns”? ¿a caso no es también un duelo lo que libran Zakes Abbot (muy decentemente interpretado por William Ash) y el psicópata de turno (Andreas Wisniewski), quien, a pesar de a penas vérsele la jeta, sabe personificar a un mal de esos que dan auténtico “yuyu”? Cambien la carcasa narrativa de esta díada, y sustitúyanla por el vaquero o pistolero que montado sobre su corcel blanco o pinto va tras el salvaje apache o el bandolero que ha secuestrado a la hija o a la mujer del sheriff, llevándola a su guarida. Tampoco habría estado tan mal una persecución a caballo tras una carreta, que hubiese reemplazado el “old fashioned” BMW de los protagonistas, y el destartalado camión-jaula (sarcástica simbología del transporte de ovejos, cerdos o gallinas, lo que ustedes quieran, al matadero).

Sin embargo, también en su ópera prima 37 años después, el novicio Mark Tonderai hace su versionado de “far-west”, o “road movie”, tiznada de horror (igual sólo para despistar), rindiendo un homenaje al referente de esta casta fílmica, con ese ingrediente base del careo, del enfrentamiento entre un héroe sin demasiados recursos que se las tiene que haber con un clan de perversos villanos, que se ceban sobre inocentes e indefensas damas.

Ello podría sonar a tópico del llamado heteropatriarcado según los del “mainstream”. Pero el caso es que nos pintan a una chavala, compañera del prota, algo despeinada, que no tiene ninguna intención de seguir con el amorío. Y no tiene reparos en dar a entender que se ha treginado a otro, y en usar el pretexto más chorra que se le podía ocurrir a Tonderai en el redactado del guión, para decirle sin más al maromo que ahí había terminado la cosa. Eso sí, te dejo y te lo suelto zampándome tus galletas.

Pero Zakes pasa por alto el afeo, y nada más ser consciente de que su compañera (o técnicamente ya “ex”, como se mire) ha caído en garras del malo, decide ir en pos de ellos para salvar, no sólo a la chica, sinó también su mancillado honor: eso de que le dejen por otro siempre suscita sentimientos de inferioridad y de culpa que requieren ser tratados con una prueba de coraje y de valentía: trasladable al argumento de la de pistoleros, y en sustrato más hondo, al mito del caballero andante que acude a rescatar a la princesa agarrada por el dragón, al que persigue hasta su guarida (generalmente una caverna).

Esta línea diverge del clásico “road” de terror “spielbergiano” que alabábamos al principio, y del que beben otros como “Nunca Juegues con Extraños” (2001), “Sin testigos” (1993)… en los que el demente criminal acecha a sus víctimas en una incesante carrera, ya sea persiguiéndolos desde fuera, o a suerte de rapto; así como tampoco se corresponde con “roads” en las que el principal es quien persigue a los villanos para consumar una venganza, como sucede en “Sin Aliento” (2004), o las ya de corte surrealista y futurista que siguieron a la prima de la saga “Mad Max” (1979).

El arquetipo subyacente en el personaje de William Ash es, sin duda alguna, el del caballero andante. A diferencia de las yanquies, se nota en esta producción británica el mayor nivel de pedigrí dramático que los actores imprimen en sus papeles, las veces es cierto que de forma excesiva, demasiado teatral, sobretodo la Bottomley (Beth, en la película), que no aguanta el pulso de los giros en extremo forzados del guión, que en momentos chirría más que los neumáticos de los destartalados vehículos de los principales.

En esta subespecie de “road”, los coches no son los que encarnan en sí una personalidad por encima de la identidad anónima de sus ocupantes: en otras historias parejas, sobretodo las del otro lado del “Charco”, lucen “Mustangs”, camionazos de lujo, “ferraris”, “porsches”… en “Pánico” parece que hayan sacado los autos de la chatarrería, y son los rostros de los personajes los que definen el proceso de identificación del espectador (a excepción del psicópata, al que veremos siempre con la cara oculta o tapada).

El perfil de William Ash como "campeón de torneo" no se corresponde ni mucho menos al del Lancelot (Robert Taylor), en “Los Caballeros del Rey Arturo” (1953): gallardo, resoluto y con las ideas más que claras en lo que respecta a su cometido. En “Pánico (Hush)”, más bien aparece esa figura endeble, tragicómica, de una personalidad que evoluciona desde lo pusilánime, miedoso e indeciso, a alguien capaz de enfrentarse lo suficientemente a sí mismo como para pelear y derrotar a su adversario, después de un periplo de desventuras que no auguran nada bueno para su destino final (véase “El Caballero Verde”, de Stephen Weeks; 1984).

Un esquema de leyenda artúrica en la que podemos perfectamente identificar el rol de cada cuál, teniendo en cuenta, como ya dije más arriba, que en algun caso ese papel no está demasiado claro, o, mejor dicho, ni bien dibujado en el script, ni interpretado con gracia (Christine Bottomley).

Uno de los aspectos que más me encantó de la fotografía de Philipp Blaubach, es el juego de luces en carretera durante la primera escena: combinación de esta claridad entre amarillenta y verdosa, que rodea el set del interior del vehículo guiado por Zakes, en una típica lluviosa noche inglesa. Esta primera parte en la que se narra la situación de tensión y crisis en la relación de los dos jóvenes protagonistas,

Vaya forma de perder el tiempo.
El protagonista me puso de los nervios, todas las escenas son previsibles.
La fotografía pésima, al director le da por rodar primeros planos desenfocados que no vienen a cuento, que parecen estar grabados con un móvil de baja gama. Por dios que se compre una Sony Hi8 que hacen maravillas.
Para mi gusto una película de serie C o incluso D.

Pero donde vas, criaturilla, si te pilla otro que no soy yo...te deja como un filete ruso!!!!
Al principio te tiene relativamente en tensión, pero poco a poco, va a menos, con más lagunas que "Ruidera" y con ciertas situaciones de lo más absurdas e inverosímiles.
El chaval comienza a hacer cosas que nadie haría en sus circunstancias, totalmente contrarias a lo razonable, carentes de sentido común.
Aún así, está aceptable, entretenida, para pasar un rato ameno.

Espectacular ópera prima de este debutante en el cine de terror. Aunque más que terror lo que aquí tenemos es una obra de suspense, en la que el ritmo de la acción es trepidante y no da apenas respiro.

Los actores están correctos y la trama es interesante.

Sin embargo... hay momentos tremendamente desconcertantes en las decisiones que toma el protagonista, carentes por completo de sentido común. Y no son sólo dos deatalles. Hay veces que dan ganas de gritarle al chico: "¿¿¿¿¿¿pero qué estás haciendo hombre??????" Aunque eso no termina de ser malo porque el chaval nos hace sufrir de lo lindo con todos los fregaos en los que se mete él solito.

Aunque recorre muchos lugares comunes del género "camionero loco" (jeje), su gran valor es el ritmo de la acción, que te mantiene con el suspense por las nubes.

Interesante road movie que nos mandan desde Inglaterra.

Un argumento sencillo de secuestro, persecuciones y buenos momentos de tensión (con algún vacío argumental pero bueno…)

El director no pierde el tiempo con tonterías, y no intenta hacer ninguna cosa rara, como un giro estúpido o semejante. El tipo sabe lo que quiere, y lo hace de forma directa, sin complicarse la vida y sin marear al espectador.

No es gran cosa, pero tiene un buen ritmo, buenas escenas y una resolución efectiva.

Filme que toma prestada la fórmula road movie para conseguir tenernos pegado al asiento durante los breves 90 minutos que dura. Una trama un tanto raida pero que se desenvuelve sobradamente. Al comienzo el drama sentimental que rodea a la pareja protagonista no ayuda a la ambientación pero si a la presentación de los personajes principales. Mas adelante comenzará una carrera por la supervivencia y la salvación mientras son presa de una especie de conspiración de secuestradores.

Esta bien para pasar el rato pero no esperes una buena película de suspense. El argumento trillado y los momentos de serie B no prestan ninguna ayuda.

Podría haber sido mucho mejor pero es muy fácil decir que una película podría haber sido mucho mejor y quedarse ahí sin dar ideas, si no se te ocurren a ti tampoco pudieron ocurrírsele al director/guionista que en este caso es el mismo pero la verdad es que la película con lo interesante de la escena que lo empieza todo se queda en «stand by» haciéndolas pasar canutas a su protagonista pero sin llegar a despuntar como una de terror ni siquiera interesante.

Quizás el fallo que le veo es que como casi todo este tipo de terror tiene mucha acción lo que le resta en terror, suspense y misterio. Hay una película de metraje encontrado o cámara en mano, no lo recuerdo bien, «Amber Alert» (2012) que explota mucho mejor el suspense que esta aunque al final le puse la misma nota porque tampoco termina de presentar una acción que la haga despegar.

Total si no tienes mucho que hacer es de las típica que no te van a decepcionar porque da lo que promete. Un cinco de podrás verla entera pero no la vas a a recordar como una gran película.

Bastante decente road horror-movie independiente donde la tensión se palpa en cada milímetro de celuloide. No veréis a Paul Walker al volante. Tampoco escucharéis canciones "diver" ni cañeras al deleite del espectador palomitero. "Nunca juegues con extraños" no está del todo mal, pero se regozija demasiado en lo bobalicón y en la eterna sonrisa de Walker. Ésta es más como "Wolf Creek" aunque con menos viaje y más angustia. No tan escalofriante quizá, menos gore (es que "Wolf Creek" es mucho "Wolf Creek" en cuanto a vísceras se refiere) pero tiene imágenes de impacto interesantísimos para un film de tan bajo presupuesto como este. ¿Lo que más me gustó de la película? Sin lugar a dudas, el final. Quizá a vosotros os parezca una mierda. Pero, por lo menos yo, estoy hasta las narices de finales retorcidos, de terminators y del cuento del nunca acabar.

Cinta de suspense que logra mantener la dignidad a pesar de sus no pocas flaquezas. Una pareja en no su mejor momento ve interrumpido su viaje por carretera por un incidente con un camión en el que creen ver algo extraño. Entre que deciden si hacen algo al respecto o no los sucesos se les vienen encima.

La verdad es que la cinta tiene factura de producto de baja estofa, incluso televisivo, con numerosas conveniencias de guión de esas que de tan repetidas acaban causando malestar. Que si no hay cobertura para el móvil, o se le acaba la batería, o el coche no funciona bien, o se queda sin gasolina... A esto le acompaña un villano que se toma con calma cada paso que da, el hombre tranquilo de los criminales, la parsimonia hecha personaje de ficción. No sabemos nada de él ni falta que hace porque todo gira en torno a Zakes y su capacidad para sobreponerse a todo lo que sucede.

También dejemos a un lado lo inveraz de algunas de sus acciones, las cuales se producen, otra vez, por conveniencia. No obstante, el film se las apaña para mantener un hilo de tensión incluso engordando de turbiedad la trama a medida que avanza, y el tempo narrativo consigue no decaer hasta un final que podríamos considerar satisfactorio. Conveniente de nuevo, pero satisfactorio. Eso si, no le pidamos mayores explicaciones a por qué ocurre lo que ocurre, qué entramado hay detrás de todo, porque eso ya es tarea del espectador. Al final, aunque precariamente, mantiene el tipo.

Lo que más ayuda a una historia como esta es que en la propuesta que nos quieren vender, en este caso lo consiguen, mantienen la tensión en la breve duración de la película.
Los personajes en sí solo son 4 o 5, aunque uno de ellos es más bien una figura, ya que no habla en ningún momento.
Tiene momentos muy logrados, otros podrían haberlo tratado de otra forma, pero en general es un título rescatable dentro del género, que plantea las cosas de forma claras, sin vueltas de tuerca ridículas, y teniendo la menor cantidad de lugares comunes, logra la tensión necesaria, y no se pierde de la idea otriginal.
Claro que no es una gran película, ni nada que se le parezca, pero sí es una película a considerar, para los que disfrutan de un thriller entretenido.

Las carreteras estadounidenses han dado lugar a muchos thrillers de psicópatas. Supongo que será por la sensación de aislamiento y falta de protección que debe dar viajar por estas grandes extensiones, donde normalmente no hay cobertura.
Esta pequeña producción nos mete en situación a los pocos minutos, cuando los protagonistas descubren que en el camión que les acaba de adelantar hay una mujer secuestrada en la parte trasera.
Lamentablemente, la película intenta emocionar con su planteamiento, pero no lo consigue demasiado.
Aunque sea corta, pasen muchas cosas, y no aburra, no está lo bastante bien hecha para que se pueda considerar mucho más que un film del montón.
Los actores no están demasiado bien. La fotografía es pobre, con una cámara que no para de moverse, algo que me molesta muchísimo. También tiene momentos muy absurdos, con comportamientos que no son creíbles en una situación así (ver spoiler).
Es un thriller muy justito y olvidable que solamente cumple su función de entretener mientras la estás viendo. Y lo cierto es que no se puede decir mucho más ni en su favor ni en contra.
Le doy un aprobado justo.