99 Críticas de los usuarios

Transgredir era algo que podía hacerse hace dos o tres décadas, pero hoy ya no, Eduardo. Llegas 30 años tarde. El mundo al que artísticamente perteneces, el de la gloriosa época del primer Almodóvar, ha desaparecido. Nadie se escandaliza ya por lo que se ve en "Pieles". Es más.. se lo toma a chufla. Se podría decir que el reparto de campanillas de la película es de lo poco salvable en esta absurda película que no deja de ser un corto (cortos) estirados. Y ni por esas alcanza siquiera los 80 minutos.
Pieles es una película tan pretenciosa y tan pensada para no dejar indiferente, que a los pocos minutos de comenzada su proyección, ya te es indiferente. Te da igual lo que les suceda a los personajes. Te importa un bledo que haya colores rosas hasta en la sopa y morados hasta en el tupé, que los desnudos sean marca de la casa continuada, con profusión de penes saltarines o que el maquillaje esté a ratos bien y a ratos menos bien.

Y eso es lo peor que a una película como esta puede pasarle: que te deje indiferente. Otro gallo habría cantado si se hubiese hecho en 1981. Ese era su momento, Eduardo. Hoy ya no tiene sentido.

¿Qué pensarías de un fulano, si te dijese que en vez de piernas le hubiese gustado nacer con una cola de pez como la de La Sirenita de Disney?. ¿O de una chica que para soplar las velas de su cumpleaños tiene que tirarse un pedo porque lleva el ojete en el lugar de la boca y viceversa?. Pues esas, entre otras pajas mentales es “Pieles”: la película de Eduardo Casanova, a la que algunos han llegado a calificar de: transgresora, rara, interesante, bella… ¿Bella?.(Si esto lo ves bello, realmente tienes un problema). Señoras y señores, es un truño en toda regla. Lo único que consigue es captar la perplejidad del espectador. Y es que el bizarrismo barato que destila cada una de las historias va cogiendo consistencia con el paso de los minutos provocando la indiferencia cuando no la risa del espectador. Porque todo esto está muy visto ya y para ver el “Show de los Monstruos” prefiero ir al circo a ver a la mujer barbuda; si es que no la han jubilado ya, o “American Horror History – Freak Show”, donde los personajes, algunos siendo reales, no están deshumanizados.
Lo único transgresor de esta película es que la cinta obtuvo un premio en el Festival de Málaga. (No será el del público)... En fin, luego se quejarán de que la gente no vaya a ver cine español...

Después de ver la película de este joven Eduardo Casanova sólo se puede pensar una de dos opciones: o es una genialidad o es una basura. A mí que me perdone, pero incluso tildarla de basura sería demasiado benévolo. Es aburrida, es histriónica, de mal gusto, no es agradable de ver, no tiene nada que me haga sentir que no he perdido mi tiempo, y eso que la he visto hasta el final.
Una de las cosas que menos me gusta de criticar una película como ésta es que puedo ser tachado de insensible, de homófobo, o de incluso no tener pajolera idea de cine, pero yo soy un espectador y sé cuándo algo me gusta y cuándo me repugna, y ésta me parece de las peores películas que he visto en mi vida. Si Eduardo Casanova sigue haciendo este tipo de cine, no dudo que tendrá su público, pero que conmigo no cuente más.

Mención aparte. Si esta película ha recibido algún tipo de subvención (seguro que así ha sido), es para hacérselo mirar al que regala nuestro dinerito público para semejante bazofia. "Es que la gente no sabe apreciar el cine español"; perdone, a mí me encanta el buen cine español, no este, no esta cosa. Esto es una tomadura de pelo.

Seré breve, Pieles es una de las peores películas que he visto en mi larga carrera de cinéfila, y por lo que leo en filmaffinity, la opinión es generalizada. Ritmo demencial, actuaciones ridículas y un guión tan malo y falto de vida o humor ácido que da que pensar seriamente que hilos mueven nuestras subvenciones para financiar semejante bodrio. Y lo peor, son las críticas fruto del amiguismo que lo único que hacen es tirar piedras encima de nuestro desconcertante cine patrio. Lo dicho, lamentable. Entre ir a verla y que te arranquen los ojos con unas cucharillas de helado en una mazmorra de Biolorrusia, les aseguro que yo no me lo pensaba, avisados están :)

Algo extraño estaba ocurriendo. El debut en la dirección de Eduardo Casanova, el eterno Fidel de Aída, apadrinado por Álex de la Iglesia y arropado por buena parte de la flor y nata del cine español, se estrenaba exclusivamente en un solo cine de la ciudad de Barcelona. Sin embargo, el fenómeno era tal que la propia taquillera de los cines Maldà, acostumbrados a las mil y una piruetas para incentivar la venta de entradas, subió perpleja al escenario para inmortalizar el llenazo antes de la proyección. 170 personas se vieron obligadas a desplazarse hasta la recóndita sala para comprobar qué nos tenía preparado el mal llamado nuevo enfant terrible del cine patrio. Finalizada la sesión, llegó la clarividencia.

Me imagino las excusas. No se apuesta por el riesgo, la industria de Hollywood lo engulle todo, el público está aborregado, las descargas ilegales. Todas ellas justificadas en muchos casos. No en este. Casanova puede sentirse afortunado de haber podido estrenar Pieles en un solo cine de Barcelona. Cuántos jóvenes talentos que hacen plena justicia a su nombre suplicarían por tamaña oportunidad, la que desde luego no habría obtenido el actor sin su fama y sus contactos.

Porque si la película ha llegado donde está, hasta el punto de colgar el cartel de completo en los cines Maldà, sin duda mucho más lejos de lo que merecía, es por su campaña mediática. No por su talento ni su irreverencia ni su frescura. Simple y llanamente por Fidel. En su afán por provocar, Casanova ha terminado pariendo un engendro bastante más desagradable que cualquiera de los personajes con los que ha querido subvertir nuestra cinematografía. Vestigios de Almodóvar, retazos de Vermut, ínfulas de Dolan, toques de Paco León. Inspiraciones de aquí y de allá que el actor ha despedazado hasta formar un mejunje que, lo más frustrante de todo, jamás consigue sorprender.

Lo peor que le puede pasar a una película como Pieles es la previsibilidad. Desnudos que se reiteran, pedos que se prevén, castraciones que pueden vaticinarse minutos antes de suceder. Perdida la capacidad de asombro, que sólo se produce a cada salto sobre las barreras de la sutileza, llega inmediatamente el tedio. Ni la incrustación anárquica de canciones molonas ni el irritante sello cromático logran salvar la función. El espectador termina hasta el gorro de la melodía de Matt Monro y de los tonos lila y pastel. Sin duda, el mayor regalo que le brinda Casanova a su público se encuentra en la duración del metraje: 77 minutos que pueden parecer 120.

Pero lo más molesto de todo no está ni en la fotografía ni en la banda sonora. Ni siquiera en el malogrado trabajo actoral, especialmente llamativo tratándose de intérpretes muy versados en la comedia. Lo peor de todo es el manido, superfluo y demagógico mensaje de Pieles. La belleza está en el interior. Moralina facilona que curiosamente suelen explotar los que más se rodean de la gente guapa. En todo caso, a la belleza ni se la busca ni se la espera en la primera y esperemos que última incursión de Casanova tras las cámaras. Para alcanzarla sólo se requiere una máxima. La del buen gusto.

El panorama actoral español, como la marea sucia de un puerto industrial, de vez en cuando remueve sus excrecencias y escupe a la superficie un ente amorfo, provocativo, degradante y llamativo que decide que ser uno de los mil jóvenes que sufren el vaivén del mercado no es suficiente; que él quiere ser actor.

Con Casanova ocurre esto. Ser homosexual, liberado y escatológico (vease sus adorables fotos como Dios lo trajo al mundo) le ha permitido pasar, gracias al filtro rosa de nuestra rosa cultura (decir roja sería demasiado), de actorucho deprimente a director alternativo, en una carambola que solo se puede explicar teniendo tras de sí las fuerzas de un mercado de colegueo que incluye comicastros venidos a actores, presentadores venidos a críticos, youtubers venidos a celebrities y políticos venidos a payasos. Este deprimente cóctel, bien agitado con esta maravillosa cultura del progreso sin frenos ni retrovisor, siempre hacia delante aunque se cruce una vieja, nos esputa esta película.

Bien, a estas alturas os habréis preguntado porque tardo tanto en entrar en la crítica de la película... ¿Quizás me asusta? ¿Quizás he quedado asombrado por la magistral opera prima de Eduardo? Nada más lejos de la realidad.

La producción, una desagradable sucesión de historias grotescas, sin contenido más allá del que puede tener ponerle a tu hermano un salvapantallas de "El exorcista" para que de un bote en el asiento, se desvanece nada más comenzar a analizarla. No aporta nada, a parte de una sobresaturación de tonos pastel. Para alcanzar la maestría del director te valdrá con arrojar palomas muertas dentro de una tienda de chuches. Más o menos causa la misma impresión, ahorrándote así los 80 minutillos de sufrimiento que concede la oscuridad de la sala. Por lo menos es corta.

Tenia tantas ganas de ver el debut de Eduardo en un largo, que posiblemente eso haya sido lo peor. Defraudado es la palabra que mejor refleja mis sentimientos. Cuanto has sufrido como para querer plasmarlo en semejante bodrio? Me ha parecido una soberana tontería, apoyada por amigos, familia e incondicionales, para que pudiese llegar a estrenarse. En serio un productor recupera dinero con una cosa así (lo siento pero no creo que sea una película)?

Como algo positivo salvaría la decoración y la duración escasa del cuento. Una lastima

pd: suerte de verla en casa y no haber pagado x ir al cine, parking, cena, y mala leche posteriores.

Muy pretenciosa tiene que ser para autocalificarse como “un antes y un después en el cine español” Estamos en 2017 y Freaks se estrenó en 1931. Hoy en día no provocas nada mostrando gente con malformaciones.
Planos generales en rosa y en lila en un fallido intento de emular a Wes Anderson.
Sonando Carmen de Bizet gran parte de la película sin más sentido que el que ya he dicho, ser demasiado pretenciosa.
Figuras retóricas de principiantes.
Y unos personajes con los que no sentir nada. Ni empatizar,ni pena, ni alegría.. como mucho indiferencia.

Desde mi humilde opinión, un debut en el cine debería ser más humilde.

A los 10 minutos de la película ya deseaba quitarla. Miraba cuanto le quedaba. Pensé que al final sorprendería por algo pero nada.. Es una perdida de tiempo. No aporta nada, no dice nada. Es desagradable, es absurda, es insípida. Lo peor que puede tener una persona con aires de director es que la consideren artista y lo aplaudan sus palmeros.

Las protesis me parecen muy falsas, son tan exageradas que se notan mucho. No se ven reales. LA de Ana Polvorosa ¿en serio tenia que ir así? Actualmente todo el mundo se depila todo el cuerpo.. y ella¿No podía depilarse/ afeitarse? ! Es tan desagradable!

Como ya han comentado Almodovar en su época era trasgresor, innovador, original, podría tener muchos defectos sus películas pero aportaban algo. Aquí Eduardo Casanova no. Va con aires de algo y no lo es. Esto ha sido una cura de humildad en toda regla.

Con esta película me ha pasado una cosa que nunca me había ocurrido: que oyendo música clásica en su banda sonora me daba rabia que se usara para tanta basura. Era como quitarle valor a la música al usarla con esas escenas.

Soy un gran defensor del cine español, e incluso me encanta Almodovar, pero hay películas como esta que no hay por donde cogerla e imposible de defender. Espero que no se repitan porque por estas cosas se llevan la fama todo el cine del país.

Hay criticas que dicen que no te deja indiferente como si fuese por algo bueno... y no lo es. Cuando algo es desagradable, son personajes que no llegan a emocionar, historias sin emocion es tal el rechazo que no hay elemento para salvarla .

Postdata: Tanto rosa y tanto morado es muy pesado y cansa a la vista.

Me gusta el cine extraño.
Cuando digo extraño, me refiero al cine no convencional, provocador, bizarro, extremo...como queráis decirlo.
Soy gran seguidor de Álex de la Iglesia, y al verlo en los créditos, me llamó la atención esta película.
Esperaba...una película ...extraña,sí...pero es que esto no tiene nombre...
Se nos presentan unos personajes totalmente odiosos...que en vez de empatizar con el espectador, acabas odiándolos de lo patéticos que son...y no me vale decir que es el reflejo de la gente con deformidades, porque las situaciones son ridículas...y los personajes también.
Me parece una película aburridísima, sin ritmo, y totalmente inútil...
Ni freak show ni la parada de los monstruos...esto es infumable...Un drama insoportable...estúpido...y envuelto de color de rosa.
No pierdas el tiempo viendo esta película porque te hará sentir vergüenza ajena...o te gustará...según lo raro que seas...

Al grano: el film es un conjunto de cortos entremezclados que apenas da para un largometraje. ¿Buenos actores y actrices? Sin duda. Pero también hay estatismo visual, ramalazos cliperos, colores rosa por doquier hasta el agotamiento y una dramaturgia basada en un extremismo que no alcanza al entendimiento de alguien tan joven como Casanova: esto carcasa, ganas de llamar la atención, boutades de enfant terrible. Y lo de la polémica -- Edu, muchacho: en la Era de Internet, ya no puedes impactar a nadie con nada.

En resumen - la obra de un joven privilegiado metido desde joven en el corazón de la industria audiovisual que se quiere mucho y seguramente tiene un montón de exégetas haciéndole la rosca como si fuera un nuevo Xavier Dolan made in Spain. Una tontuna, vaya.

Vamos a ver, comprendo, admiro e incluso puedo llegar a reconocer como loable la creatividad de Eduardo Casanova y su intento por describir metafóricamente la problemática de los diferentes, los marginados o los discriminados (en este sentido el argumento funciona como alegoría de colectivos como el LGTB), pero es que la manera de hacerlo es tan, tan desagradable a la vista, tan sórdida e incómoda de ver que el mensaje pierde todo atractivo y hace que el espectador aparte la vista o desconecte enseguida de los personajes. No se crea ninguna empatía con ellos.

En mi opinión, el director debería haber reforzado más el guión y no tirar tanto de ese afán por transgredir y provocar que parece estar en la base de su método, porque además de hacerse cansino e innecesario, pierde credibilidad y vuelve todo demasiado artificioso, como un espectáculo freak show subido de colores y que abusa de planos a lo Xavier Dolan.

transgresión o trasgresión
f. Violación de un precepto, de una ley o de un estatuto.

...

No culpo a Eduardo Casanova: el chico sólo es muestra fehaciente de la alarmante, y cada vez más habitual, literalidad a la hora de abordar ideas.

La transgresión ha de serlo, entiende él, por inundación, por impacto, por desagrado. Una chica con el ojete del culo en la boca, pongamos.

...

Casanova, en alguna que otra entrevista, juega con sospechosa insistencia la baza de que cada espectador puede elegir su interpretación viendo 'Pieles'. Un contenido tan simple, tan carente de vuelo creativo, de subversión real, no respalda esa invitación tan arriesgada: percibo en sus palabras la mendicidad del "artista" primerizo o, quizás, se trata de un ejercicio de auto-sugestión, para convencerse de que ha hecho algo que no hicieron antes y mejor Cronenberg, Pasolini, incluso Almodóvar, o ya en los años 30 Tod Browning, con 'Freaks'.

En un sólo minuto de Rosales, Guerin o Berlanga, hay más "transgresión", la cual no ha de ser escandalosa, ni zafia, ni vulgar: simplemente audaz e inteligente. O, pongamos, una señora vieja en pelotas hablando de fornicar niñas.

La malformación física no es transgresión; es maquillaje grotesco, más o menos imaginativo. El apego entre pieles enfermas no es sentimiento, es moralina, o incluso demagogia: esta película la han pergeñado personas que no se caracterizan, precisamente, por desentenderse de la moda y la estética, por no tener una cuenta en Instagram periódicamente actualizada. Es un argumento ad hominem, sí, pero no deja de ser cierto y da una idea del nivel intelectual de las mentes que han engendrado 'Pieles'.

Gracias.

Para alguien que no ha visto bastante cine del llamado "mal cine" debe evitar esta película porque en definitiva se aburrirá. Digamos que no es cine basura, no aspira a ser eso; tampoco serie b, se ve algo de presupuesto. Yo veo más un capricho que otra cosa, un intento de llamar la atención, de provocar por cualquier vía y sin importar los medios para ello. Se queda lejos de ser una metáfora y como crítica es bastante tibia, patética, ridícula y panfletaria. Uno ve películas malas hechas por lo menos con pasión, aquí no hay ni eso; de pena ajena algunas secuencias, vamos que ni siquiera llaman a risa. Un profesor en una ocasión me dijo que hay que respetar cualquier obra por mala que esta sea porque ha significado el esfuerzo de alguien por realizar ese trabajo, siguiendo ese consejo he visto infinidad de cintas pésimas; en ocasiones no he soportado el suplicio y he dejado algunas por la paz. Mi buen humor del día (raro en mí) fue el causante de que pudiera finalizar "Pieles", eso sí no pude menos que pensar en Ed Wood y decir: "Eres grande, maestro".

Esta película sólo es de interés para un grupo de intelectualoides con pretensiones que están tan aburridos de los ladrillos que ven que necesitan ver este tipo de pedantería escatológica (hay todo un subgénero ya con éxito en festivales sobre el tema) que son tan profundas como las obras maestras de Steaven Seagle pero que disfrutan porque como a todo el mundo normal le parecen un truño ellos pueden sentirse superiores disfrutando de algo infumable.

Como bien dice Holland, da que pensar, y en mi caso ese pensamiento es si el multidisciplinar Eduardo Casanova nos va a volver a "deleitar" con otra segunda "obra maestra" En caso afirmativo mi petición sería que tuviera una muy buena cobertura publicitaria, así podría estar avisado de antemano para obviar totalmente esa publicidad, ya que con la experiencia del visionado, me la" trague" entera, de su opera prima he tenido mas que suficiente.
Mala de solemnidad ¿Transgresora? No, en absoluto, según mi opinión una forma burda de llamar la atención.
"El cine español debería empezar de nuevo aquí" Luis Martínez, El Mundo. Sí, lo mejor sería que volviera a empezar aquí y comenzar por colocar el cartel de SE TRASPASA.

Planos bien filmados. Sketchs youtuberos. Alguna escena repugnante ¿para qué? ya sabemos que existen decenas de miles de personas malformadas, mutiladas, locas, etc. que intentan sobrellevar su desgracia como pueden... mofarse de ello, ridiculizarlo, exhibirlo, etc. es mezquino. Guión aburrido y burdo para un tema que podría ser útil. He visto unas 20.000 películas en mi vida... y a la media hora pensé ¿ por qué perder el tiempo en esta mierda... ?

ahora entiendo a Risto Mejide....Lamentablemente he visto la pelicula hasta el final y es un sin sentido de principio a fin....Si el cine español va en esta dirección me da que pronto dejará de hacerse peliculas en España. No recomiendo para nada ni intentar verla...Le pongo esta valoracion pero creo que es incalificable.

El tráiler de esta película es oscuro... y eso la hace muy atractiva porque no cuenta nada, pero sí desata nuestra curiosidad. Por supuesto que la baja nota obtenida en filmaffinity nos hace dudar, con lo cual te diriges al cine con expectativas y alertas, que a los pocos minutos se aclaran totalmente.

Entiendo a quien le ha gustado y también a quien, como yo, no ha sabido conectar con una historia desmedida y desmadejadamente extraña.

Me dio por ver esta película porque a raíz de los Goya alguien me comentó que costó un millón de euros y sólo recaudó unos 80000 euros. Picado por la curiosidad, al día siguiente de la gala, me animé a darle una oportunidad... qué horror...
coincido con otras críticas de usuarios, derrocha pretenciosidad, es desagradable y no hay por dónde cogerla... al menos, es corta, aunque se hace eterna.
Os recomiendo no verla e invertir el tiempo en ver buen cine, que lo hay...