13 Críticas de los usuarios
Críticas de los usuarios:
La decadencia del mito Phil Spector resurge el de Al Pacino
18 de mayo de 2013
HBO, garante de calidad y prestigio produce un biopic que recoge con acierto y de manera fiable los turbios problemas personales y legales del productor musical Phil Spector (Ronettes, The Beatles, The Ramones...) aunque al principio crees que nunca has oído hablar de él luego sus canciones las has escuchado 1000 veces.
El elegido para encarnar a este legendario productor es Al Pacino, mito viviente del celuloide regalándonos una suerte de interpretación acorde a su prestigio y filmografía. Mientras otros colegas suyos como Robert De Niro todavía protagonizan taquillazos y grandes producciones, Al Pacino aparece en proyectos más modestos aunque firmando mejores actuaciones.
El tándem Helen Miren/Al Pacino como abogado/cliente está inmenso y hace que no te des cuenta de que te estás tragando una historia puramente legal. Ellos dos son la película, con otros actores hubiera sido un aburrido telefilm.
Nadie puede parar el tiempo y el físico actual de Pacino y la realidad de Spector así lo atestiguan pero hay algunos privilegiados cuyo mito sigue intacto a base de continuar brillando día a día aunque tengan que aprovecharse esta vez de la decadencia de Phil Spector.
Interesante historia. Correcto biopic. Magníficos Helen Miren y Al Pacino
El elegido para encarnar a este legendario productor es Al Pacino, mito viviente del celuloide regalándonos una suerte de interpretación acorde a su prestigio y filmografía. Mientras otros colegas suyos como Robert De Niro todavía protagonizan taquillazos y grandes producciones, Al Pacino aparece en proyectos más modestos aunque firmando mejores actuaciones.
El tándem Helen Miren/Al Pacino como abogado/cliente está inmenso y hace que no te des cuenta de que te estás tragando una historia puramente legal. Ellos dos son la película, con otros actores hubiera sido un aburrido telefilm.
Nadie puede parar el tiempo y el físico actual de Pacino y la realidad de Spector así lo atestiguan pero hay algunos privilegiados cuyo mito sigue intacto a base de continuar brillando día a día aunque tengan que aprovecharse esta vez de la decadencia de Phil Spector.
Interesante historia. Correcto biopic. Magníficos Helen Miren y Al Pacino
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14 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
TITANES EN ESCENA
13 de abril de 2013
Pues sí, eso es lo que veremos en este film, 3 titanes del mundo de la interpretación, dos espléndidos actores, que además hacen un trabajo maravilloso y un gran escritor como David Mamet que además dirige el film.
Se centra solamente en el episodio más sórdido de la vida de ese gran productor musical que fue y es Phil Spector, el cual fue acusado en 2003 de asesinar en su casa a la actriz Lana Clarkson. Aunque fue condenado por ello a 19 años de cárcel, los cuáles todavía cumple a día de hoy, en la cinta se especula con la posible inocencia de Spector en este asunto, lo cual es el centro de la polémica que esta cinta ha provocado en familiares y amigos de la víctima amen de en la puritana sociedad estadounidense.
Grandísimas interpretaciones de Mirren y Pacino que demuestran que cuando hay un buen guión y una buena dirección no hay actores en baja forma.
No es un gran film pero sólo por las interpretaciones de esta pareja de actorazos merece ser visto (y en versión original of course).
Se centra solamente en el episodio más sórdido de la vida de ese gran productor musical que fue y es Phil Spector, el cual fue acusado en 2003 de asesinar en su casa a la actriz Lana Clarkson. Aunque fue condenado por ello a 19 años de cárcel, los cuáles todavía cumple a día de hoy, en la cinta se especula con la posible inocencia de Spector en este asunto, lo cual es el centro de la polémica que esta cinta ha provocado en familiares y amigos de la víctima amen de en la puritana sociedad estadounidense.
Grandísimas interpretaciones de Mirren y Pacino que demuestran que cuando hay un buen guión y una buena dirección no hay actores en baja forma.
No es un gran film pero sólo por las interpretaciones de esta pareja de actorazos merece ser visto (y en versión original of course).
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9 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Soberbio duelo interpretativo contemplado por Mamet desde la barrera
15 de mayo de 2013
Si “Phil Spector” merece verse es porque el duelo interpretativo de Al Pacino y Helen Mirren es tan soberbio que apabulla. La fragilidad (y patetismo) que impregna Pacino a su personaje es sorprendente en contraposición con esa actuación “pasajera” de Mirren que controla los tiempos y las miradas como ninguna otra actriz. Duelo de actores al servicio del guión mas salvaje del mítico dramaturgo David Mamet (también director de la película). Cierto es que la película hace aguas en muchos aspectos pero esto es debido a lo endeble de la historia y a que, en el género de películas sobre juicios, ya está todo visto. Pero no es ese el merito de “Phil Spector” ni tampoco lo persigue. “Phil Spector” funciona (sobre todo en versión original) porque retrata de manera perfecta los entresijos de la fama y el ocaso. Los entresijos del poder, del dinero y de los medios de comunicación y lo hace apoyándose tan solo en la increíble veracidad de un Pacino en estado de gracia. Resulta sorprendente que alguien como David Mamet haya pertrechado un guión lleno de agujeros y que, por momentos, se desinfla, pero eso es porque sabe que Pacino y Mirren pueden salvar el barco del naufragio y prefiere poner su arte al servicio de sus actores. Las películas no siempre tienen que reflejar la verdad y si lo intentan, también pueden dar su punto de vista pues la verdad no es única, hay tantas verdades como miradas (o espectadores). Posiblemente “Phil Spector” no refleje la realidad de lo sucedido en el juicio al mítico productor musical, pero eso no importa, porque nos regala una de las mejores TV Movies que han podido verse últimamente. Comparando las últimas actuaciones de Pacino en televisión y cine, está claro que debería dedicarse a la televisión que es donde mejores papeles le ofrecen y mejor saber resolver: “Ángeles en America”, “No conoces a Jack” y esta “Phil Spector”, tres obras maestras de la interpretación.
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6 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
El creador de Spanish Harlem
25 de mayo de 2013
A la espera de poder ver proximamente Behind the candelabra - Sofía Mazagazapos dixit-, la otra apuesta HBO para la temporada, ya he podido ver, a falta de Liberace, el no biopic, de Spector. Digo no biopic, porque se centra exclusivamente en la entrada de Linda Kenney Baden, como abogada, en la vida del loado productor discográfico, su desconfianza inicial y el convencimiento -aunque haya duda razonable- de su defensa.
Comienzo criticando el espantoso cartel que flashea la cara de los dos intérpretes y ya situado en el telefilm le juzgo con un seis, o bien por varias razones:
David Mamet escribe un guión inteligente en el que sabe jugar con las carencias de la historia, incluso en la banda sonora, imagino que a falta de subir el presupuesto para poder pagar derechos de autor de canciones de The Beatles. El problema está en que es una película actúal, con personajes vivos y si esta película se dirigiera dentro de cincuenta años probablemente se ahondaría en la relación de Phil con sus tres esposas- aquí se apunta algo con Ronnie Spector, la primera de ellos, o con sus hijos. Algo de lo que carece el guión. Es posible que dentro de cincuenta años nos pasara un poco como ahora, que no nos interesa lo que nos cuentan, sino cómo nos lo cuentan.
Comienzo criticando el espantoso cartel que flashea la cara de los dos intérpretes y ya situado en el telefilm le juzgo con un seis, o bien por varias razones:
David Mamet escribe un guión inteligente en el que sabe jugar con las carencias de la historia, incluso en la banda sonora, imagino que a falta de subir el presupuesto para poder pagar derechos de autor de canciones de The Beatles. El problema está en que es una película actúal, con personajes vivos y si esta película se dirigiera dentro de cincuenta años probablemente se ahondaría en la relación de Phil con sus tres esposas- aquí se apunta algo con Ronnie Spector, la primera de ellos, o con sus hijos. Algo de lo que carece el guión. Es posible que dentro de cincuenta años nos pasara un poco como ahora, que no nos interesa lo que nos cuentan, sino cómo nos lo cuentan.
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6 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Phil Spector
7 de junio de 2013
Este curioso, por decir algo, personaje da para esta película y para muchas más!!!; personaje interesante cuya historia presentada se queda corta para todo lo que se puede decir de él!!! Duelo interpretativo magnífico de dos grandes actores que llenan y perfeccionan la pantalla; encuentros de una abogada con su cliente cuya ostentación de éste último, cuya decadencia física de ambos, cuyo diálogo surgido de encuentros curiosos y en estado de alerta, cuya decrepitud exhibida con toda crueldad..., se disfruta de principio a fin. El director, entre todas las opciones a su alcance, se limita a exponer esa relación curiosa entre estos dos personajes, no entrando en materia judicial ni en por menores del mismo, obviando relatar un proceso judicial que no parece tan interesante como la relación que se establece entre los protagonistas. Acertado o no, es tal la maravilla escenográfica que se crea entre ambos que echas de menos más material, más información, saberlo todo de este sorprendente caso difícil de olvidar. Realizada directamente para la televisión, la gran pantalla se ha perdido visionar la actuación espléndida de este elenco de actores -Al Pacino y Helen Mirren-, a la vez que un gran relato de un declarado-asesino que goza de tu simpatía, de tu afinidad y de una atracción que implica le creas inocente. Para verlo!!!
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6 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Manipulación descarada
30 de mayo de 2013
Como no estaba presente en la escena, desconozco si el señor Spector se cargó a su ligue ocasional obcecado por el alcohol y, supongo, alguna que otra sustancia tóxica, pero lo que sí sé es que el señor Mamet, desde su conversión a la extrema derecha (no hay nada peor que un converso), no da pie con bola. En este caso, imagino que por aquello de la solidaridad entre judíos, se saca de la manga una defensa de lo indefendible, y propone que el señor Muro de Sonido era un angelito que pasaba por allí, y la chica, la muy malvada, va y se le suicida en el saloncito de los recuerdos. A tal fin, sigue los pasos de la abogada de Spector desde que acepta el caso, convencida de que su cliente es culpable, hasta el final del primer juicio, cuando ya tiene claro que es inocente como un recién nacido. La puesta en escena es teatral, la interpretación contenida (por fortuna, sobre todo en lo tocante a Pacino, tan propenso a desmadrarse), y el metraje misericordiosamente breve. No creo que este telefim contribuya a repuntar la fama de Mamet, lejos ya de aquellas primorosas y cuidadas películas como La casa del juego, Las cosas cambian y El último golpe. Poquita cosa.
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6 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Rescatando al genio
18 de junio de 2013
En este caso, dada mi profunda admiración hacia el personaje, me interesa el "qué" más que el "cómo". El dúo interpretativo era más que una garantía en esta interesante producción, pero mi curiosidad residía en el retrato que del mito se hiciera aquí. Como buen fan, me ha gustado el enfoque.
Mamet también es fan, sin duda, todo el film es un capote echado a la gran figura que, actualmente, reside en un penal californiano del que , seguramente, ya no saldrá jamás. Dos son las grandes intenciones, sembrar la razonable duda sobre la culpabilidad de Spector y, la principal, recordar para los más mayores y revivir para los jóvenes la grandeza de un mito todavía vivo y, por desgracia, en cautiverio. Phil Spector es a la música contemporánea, lo que Beethoven a la clásica, Billy Wilder al cine o Picasso a la pintura. Pese a ello es un gran desconocido para el gran público y, lo peor, a este paso, lo poco que quedará de él será el recuerdo de un loco excéntrico que murió en la cárcel por asesinar chicas que se llevaba a su mansión.
Tras el visionado, uno recuerda dos referencias ligadas a tales intenciones, la sagrada "Sunset Boulevard" del citado Wyler y "Roman Polanski: Wanted and Desired", el también recomendable documental de Marina Zenovich. La caza de genios, como en otras épocas la de brujas, es algo inherente al folklore norteamericano, les gusta más que a un tonto una tiza, necesitan crucificar a algún dios de vez en cuando. Polansky se les escapó, como Chaplin, pero este anciano pagará por todos.
Hasta aquí lo más destacable para un servidor, por lo que al mero aspecto cinematográfico se refiere, estamos ante una cuidada producción de la HBO que nos brinda la oportunidad de disfrutar de Hellen Mirren y Al Pacino, dos de los grandes, que dan lo que se espera de ellos, una gozada verlos trabajar juntos. Un detalle de respeto por parte de los productores y, seguramente del propio Pacino, al elegirlo para encarnar a este ínclito personaje.
Mamet también es fan, sin duda, todo el film es un capote echado a la gran figura que, actualmente, reside en un penal californiano del que , seguramente, ya no saldrá jamás. Dos son las grandes intenciones, sembrar la razonable duda sobre la culpabilidad de Spector y, la principal, recordar para los más mayores y revivir para los jóvenes la grandeza de un mito todavía vivo y, por desgracia, en cautiverio. Phil Spector es a la música contemporánea, lo que Beethoven a la clásica, Billy Wilder al cine o Picasso a la pintura. Pese a ello es un gran desconocido para el gran público y, lo peor, a este paso, lo poco que quedará de él será el recuerdo de un loco excéntrico que murió en la cárcel por asesinar chicas que se llevaba a su mansión.
Tras el visionado, uno recuerda dos referencias ligadas a tales intenciones, la sagrada "Sunset Boulevard" del citado Wyler y "Roman Polanski: Wanted and Desired", el también recomendable documental de Marina Zenovich. La caza de genios, como en otras épocas la de brujas, es algo inherente al folklore norteamericano, les gusta más que a un tonto una tiza, necesitan crucificar a algún dios de vez en cuando. Polansky se les escapó, como Chaplin, pero este anciano pagará por todos.
Hasta aquí lo más destacable para un servidor, por lo que al mero aspecto cinematográfico se refiere, estamos ante una cuidada producción de la HBO que nos brinda la oportunidad de disfrutar de Hellen Mirren y Al Pacino, dos de los grandes, que dan lo que se espera de ellos, una gozada verlos trabajar juntos. Un detalle de respeto por parte de los productores y, seguramente del propio Pacino, al elegirlo para encarnar a este ínclito personaje.
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5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
El Minotauro.
9 de septiembre de 2013
133/15(27/07/13) Buen film televisivo dirigido por David Mamet que también guioniza, cuenta entre sus bazas más potentes a dos actores extraordinarios que desparraman carisma por la pantalla, Helen Mirren y Al Pacino. Es un acercamiento a la polémica figura del productor musical Phil Spector, centrándose en el juicio al que fue sometido en Los Ángeles acusado en 2003 de asesinar a una camarera, Lana Clarkson.
Una noche cualquiera en Los Ángeles, el mítico productor musical Phil Spector (gran Al Pacino) sale por la noche a un Club, al le acompaña de vuelta a su Castillo la camarera y aspirante a actriz Lana Clarkson, la lleva en su auto de lujo con chófer, tras un rato dentro se escucha un disparo y lo que sucedió dentro es un misterio, Lana tenía un tiro en la boca que la había matado, Phil dijo que había sido suicidio pero la fiscalía lo acusó de asesinato, contrató al bufete de Bruce Cutler (buen Jeffrey tambor) que convenció a la prestigiosa abogada Linda Kenney Baden (gran Helen Mirren) para que lo defendiera, al principio tenía sus reticencias, se iba de vacaciones a Venecia, asimismo lo creía claramente culpable, pero conforme investiga cambia de opinión.
David Mamet construye un guión inteligente, sabiendo exponer con naturalidad cómo evoluciona la mentalidad de la abogada con respecto a Phil, a esto le añade diálogos ingeniosos, siendo de una brillantez extrema los dos duelos Mirren-Pacino. Tampoco está mal su dirección, de gran solidez y sobriedad, con una prodigiosa escena inicial en que Cutler intenta persuadir a Linda para que lleve el caso, 10 minutos de una enorme fluidez, pero el momento estrella es la siniestra visita de Linda a Spector en su decadente mansión, una llegada nocturna y lluviosa, teniendo que atravesar andando una gran reja con alambrada, Linda nos adentra por pasillos lúgubres en penumbra, sobrecargados de adornos sacados de una cinta de terror, armaduras, figuras de búhos, hasta llegar a una sala dedicada a Abraham Lincoln, allí se ve el sillón donde se encontró muerta Lana, y hace entrada Al Pacino, lo vemos como una sombra que se acerca a paso torpe hacia Lana, va vestido con una bata china, y empiezan una intensa charla en la que tocan variopintos temas, pasando de lo trivial a lo intenso, Lincoln, Robert Kennedy, Ted Kennedy, Jesus, John Lennon, 14 fascinantes minutos, en los que Al Pacino nos absorbe y nos encandila con su aura de incomprendido genio, Linda se cerciora de la singular personalidad de Phil, un coleccionador de armas, mitifica a Lawrence de Arabia, tiene un arsenal de diferente tipo de pelucas, Phil explica a Linda que él es la víctima y no el criminal, todo ello con una gran frescura.
La verdadera protagonista es la abogada que lo defendió, todo se ve desde su punto de vista. El relato pretende ser un estudio sobre el ocaso de la fama, la decadencia vital, la excentricidad como modo de rebelión, los prejuicios sociales, una radiografía del comportamiento avieso de la prensa, de cómo mueve opiniones, de cómo nos dejamos influir por una imagen extravagante para colgar la etiqueta de bicho raro propenso a cualquier maldad, sobre lo complejo que es discernir la verdad de la mentira.
Mamet, aunque al inicio coloca un cartel diciendo que es una obra de ficción y que no pretende criticar el juicio, en realidad cuestiona con argumentos que Phil sea culpable, expone con rotundidad que si el abrigo blanco que llevaba Phil no se manchó de sangre es imposible que él la disparara, Mamet se posiciona claramente, no sé si esto es lo real, pero el argumento teje que todo estaba condicionado para que Spector fuera declarado culpable. Mamet en su favor dijo que no pretendía ser fiel a los hechos, pues le faltaban datos esenciales, lo que quería era mostrar una especie de cuento en que Linda sería una especie de Doncella que quedaría atrapada en el laberinto (carisma) del Minotauro (Phil Spector), a la vez que da material para reflexionar sobre las grietas del sistema judicial, sistema judicial que ya abordó Mamet en ‘Veredicto Final’ y ‘El Caso Winslow’, aunque en este caso no hay escenas ante el tribunal (únicamente un extracto del fiscal ante el juez), aunque si hay una excepcional de un ensayo de interrogatorio en el que intetaran moldear a Spector/Pacino, donde Chiwetel Ejiofor compone a un vibrante acusador ficticio, Al pacino vuelve a dar muestras de lo enérgico actor que es, impulsivo, racial, visceral, un depredador de la actuación. Una muestra más del backstage de la defensa, Mamet lo analiza con agudeza, añaden encuestas entre anónimos, los diferentes modos de comprobar que la sangre tuvo que impregnar el abrigo, con un dibujo, con un maniquí, o como se cercioran que es imposible meterse esta pistola en la boca y sacarla sin dispararse, como moldean el testimonio de un forense y sobre todo como preparan al incriminado, es la defensa de los que tienen dinero…
Una noche cualquiera en Los Ángeles, el mítico productor musical Phil Spector (gran Al Pacino) sale por la noche a un Club, al le acompaña de vuelta a su Castillo la camarera y aspirante a actriz Lana Clarkson, la lleva en su auto de lujo con chófer, tras un rato dentro se escucha un disparo y lo que sucedió dentro es un misterio, Lana tenía un tiro en la boca que la había matado, Phil dijo que había sido suicidio pero la fiscalía lo acusó de asesinato, contrató al bufete de Bruce Cutler (buen Jeffrey tambor) que convenció a la prestigiosa abogada Linda Kenney Baden (gran Helen Mirren) para que lo defendiera, al principio tenía sus reticencias, se iba de vacaciones a Venecia, asimismo lo creía claramente culpable, pero conforme investiga cambia de opinión.
David Mamet construye un guión inteligente, sabiendo exponer con naturalidad cómo evoluciona la mentalidad de la abogada con respecto a Phil, a esto le añade diálogos ingeniosos, siendo de una brillantez extrema los dos duelos Mirren-Pacino. Tampoco está mal su dirección, de gran solidez y sobriedad, con una prodigiosa escena inicial en que Cutler intenta persuadir a Linda para que lleve el caso, 10 minutos de una enorme fluidez, pero el momento estrella es la siniestra visita de Linda a Spector en su decadente mansión, una llegada nocturna y lluviosa, teniendo que atravesar andando una gran reja con alambrada, Linda nos adentra por pasillos lúgubres en penumbra, sobrecargados de adornos sacados de una cinta de terror, armaduras, figuras de búhos, hasta llegar a una sala dedicada a Abraham Lincoln, allí se ve el sillón donde se encontró muerta Lana, y hace entrada Al Pacino, lo vemos como una sombra que se acerca a paso torpe hacia Lana, va vestido con una bata china, y empiezan una intensa charla en la que tocan variopintos temas, pasando de lo trivial a lo intenso, Lincoln, Robert Kennedy, Ted Kennedy, Jesus, John Lennon, 14 fascinantes minutos, en los que Al Pacino nos absorbe y nos encandila con su aura de incomprendido genio, Linda se cerciora de la singular personalidad de Phil, un coleccionador de armas, mitifica a Lawrence de Arabia, tiene un arsenal de diferente tipo de pelucas, Phil explica a Linda que él es la víctima y no el criminal, todo ello con una gran frescura.
La verdadera protagonista es la abogada que lo defendió, todo se ve desde su punto de vista. El relato pretende ser un estudio sobre el ocaso de la fama, la decadencia vital, la excentricidad como modo de rebelión, los prejuicios sociales, una radiografía del comportamiento avieso de la prensa, de cómo mueve opiniones, de cómo nos dejamos influir por una imagen extravagante para colgar la etiqueta de bicho raro propenso a cualquier maldad, sobre lo complejo que es discernir la verdad de la mentira.
Mamet, aunque al inicio coloca un cartel diciendo que es una obra de ficción y que no pretende criticar el juicio, en realidad cuestiona con argumentos que Phil sea culpable, expone con rotundidad que si el abrigo blanco que llevaba Phil no se manchó de sangre es imposible que él la disparara, Mamet se posiciona claramente, no sé si esto es lo real, pero el argumento teje que todo estaba condicionado para que Spector fuera declarado culpable. Mamet en su favor dijo que no pretendía ser fiel a los hechos, pues le faltaban datos esenciales, lo que quería era mostrar una especie de cuento en que Linda sería una especie de Doncella que quedaría atrapada en el laberinto (carisma) del Minotauro (Phil Spector), a la vez que da material para reflexionar sobre las grietas del sistema judicial, sistema judicial que ya abordó Mamet en ‘Veredicto Final’ y ‘El Caso Winslow’, aunque en este caso no hay escenas ante el tribunal (únicamente un extracto del fiscal ante el juez), aunque si hay una excepcional de un ensayo de interrogatorio en el que intetaran moldear a Spector/Pacino, donde Chiwetel Ejiofor compone a un vibrante acusador ficticio, Al pacino vuelve a dar muestras de lo enérgico actor que es, impulsivo, racial, visceral, un depredador de la actuación. Una muestra más del backstage de la defensa, Mamet lo analiza con agudeza, añaden encuestas entre anónimos, los diferentes modos de comprobar que la sangre tuvo que impregnar el abrigo, con un dibujo, con un maniquí, o como se cercioran que es imposible meterse esta pistola en la boca y sacarla sin dispararse, como moldean el testimonio de un forense y sobre todo como preparan al incriminado, es la defensa de los que tienen dinero…
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3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Phil Pacino
20 de mayo de 2014
Ver la desgracia de un hombre es uno de los motivos corrientes de las tramas del cine. Cierto pesar, lástima, y a veces alegría se queda en los espectadores para remediar la monotonía de los días. Asistimos aquí a la desgracia de Phil Spector, el singular productor de algunos destacados artistas del rock del siglo veinte.
El mérito de la película es el equilibrado tratamiento del asunto, dejando en cada espectador una mirada que sólo de manera somera lo lleva a inclinarse hacia un dictamen. Para ello, la caracterización de Al Pacino es más que magistral. Sólo por verlo de nuevo vale la pena acercarse a este filme. Es una de esas veces en las que uno llega a decirse que no había mejor actor para representar a otro hombre que sabía montar su propio show.
El mérito de la película es el equilibrado tratamiento del asunto, dejando en cada espectador una mirada que sólo de manera somera lo lleva a inclinarse hacia un dictamen. Para ello, la caracterización de Al Pacino es más que magistral. Sólo por verlo de nuevo vale la pena acercarse a este filme. Es una de esas veces en las que uno llega a decirse que no había mejor actor para representar a otro hombre que sabía montar su propio show.
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2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Aburrida
27 de mayo de 2013
Vi hace poco un documental sobre el caso bastante más ameno que esta película que no aporta nada (ni un punto de vista, ni un giro, ni una segunda lectura...). Con un bar de buenos actores y un director de prestigio cualquier producto se vuelve viable, pero no han sabido elaborar un guión interesante alrededor de este hecho real.
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3 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Muy buena
26 de agosto de 2014
Excelente película, me ha gustado bastante aunque tal vez porque siento debilidad por las películas de juicios y abogados, pero aun así es una muy buena película.
Y unas actuaciones tremendas, especialmente la de los dos protagonistas, Helen Mirren esta como pez en el agua (y que morbo me produce esa mujer, como desearía tener sexo con ella) y Al Pacino esta enorme como siempre.
La historia que cuentan es muy interesante y aunque no es fiel a los hechos, de igual manera es muy interesante y da a conocer a ese personaje Spector que yo ni sabía que existía.
Y el final muy interesante, es una buena película y pasa volando.
Y unas actuaciones tremendas, especialmente la de los dos protagonistas, Helen Mirren esta como pez en el agua (y que morbo me produce esa mujer, como desearía tener sexo con ella) y Al Pacino esta enorme como siempre.
La historia que cuentan es muy interesante y aunque no es fiel a los hechos, de igual manera es muy interesante y da a conocer a ese personaje Spector que yo ni sabía que existía.
Y el final muy interesante, es una buena película y pasa volando.
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Mirren vs Pacino (o viceversa)
18 de enero de 2015
Biopic televisivo sobre la interesante relación entre Phil Spector (histórico productor musical) y su brillante abogada defensora Linda Kenney Baden, durante el juicio por el supuesto asesinato de Lana Clarkson, juvenil pareja de Phil Spector.
La historia con el reconocible tono judicial de otras obras, no es que sea especialmente novedosa o brillante, a pesar del apreciable talento de David Mamet en la dirección y en el guión en películas de este tipo.
Sin embargo, el duelo interpretativo de la pareja protagonista (ambos con actuaciones sobresalientes) así como la música empleada (con emblemáticos temas de la histórica y exitosa banda sonora producida por el productor acusado) hacen que el film sea correcto, entretenido y disfrutable al 100 %.
La historia con el reconocible tono judicial de otras obras, no es que sea especialmente novedosa o brillante, a pesar del apreciable talento de David Mamet en la dirección y en el guión en películas de este tipo.
Sin embargo, el duelo interpretativo de la pareja protagonista (ambos con actuaciones sobresalientes) así como la música empleada (con emblemáticos temas de la histórica y exitosa banda sonora producida por el productor acusado) hacen que el film sea correcto, entretenido y disfrutable al 100 %.
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1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Back to mono, con peluca si puede ser.
9 de mayo de 2013
Discreta e intrascendente película de David Mameluco que se pasea por nuestras retinas sin pena ni gloria con un guión frágil y anodino, por no decir sonrojante.
El problema fundamental que uno puede percibir es la falta de arsenal que muestra Mameluco a lo largo de la cinta, ni el declive de nuestro lunático por excelencia, Filigranas Spector es tratado con convicción, ni la excentricidad muestra apenas el dorsal, lamentablemente.
La escopeta de corcho de Mameluco se centra principalmente en el juicio que llevó a Filigranas a contar ovejas en una celda, pero incluso tampoco sale airoso en ese apartado porque aparecen esbozos, trazos que no dejan de ser retales, un vaso de agua con gaseosa en el que se puede ver el posicionamiento del director y la falta de bemoles que apenas consigue enlazar algo con interés, todo es insulso, bastante mal contado y olvidable.
Cuando aparece el látigo del aburrimiento, de lo prescindible ante un personaje del calibre de Filigranas es porque no se están haciendo las cosas como deben, uno espera encontrarse con situaciones estrambóticas, desvaríos, colas de vaca, pero nada de eso ocurre, para qué nos vamos a engañar.
Mi jinco final, en un gran alarde de generosidad, viene por ese dios que un día decidió llamarse Salinas, aquí vuelve a estar inmenso, sencillamente pletórico y brinda una brillante e inolvidable interpretación, el único argumento de Mameluco, eso sí, para no lanzar una lavadora contra el televisor.
Se despide desde un bazar chino.
Un gurrumino.
El problema fundamental que uno puede percibir es la falta de arsenal que muestra Mameluco a lo largo de la cinta, ni el declive de nuestro lunático por excelencia, Filigranas Spector es tratado con convicción, ni la excentricidad muestra apenas el dorsal, lamentablemente.
La escopeta de corcho de Mameluco se centra principalmente en el juicio que llevó a Filigranas a contar ovejas en una celda, pero incluso tampoco sale airoso en ese apartado porque aparecen esbozos, trazos que no dejan de ser retales, un vaso de agua con gaseosa en el que se puede ver el posicionamiento del director y la falta de bemoles que apenas consigue enlazar algo con interés, todo es insulso, bastante mal contado y olvidable.
Cuando aparece el látigo del aburrimiento, de lo prescindible ante un personaje del calibre de Filigranas es porque no se están haciendo las cosas como deben, uno espera encontrarse con situaciones estrambóticas, desvaríos, colas de vaca, pero nada de eso ocurre, para qué nos vamos a engañar.
Mi jinco final, en un gran alarde de generosidad, viene por ese dios que un día decidió llamarse Salinas, aquí vuelve a estar inmenso, sencillamente pletórico y brinda una brillante e inolvidable interpretación, el único argumento de Mameluco, eso sí, para no lanzar una lavadora contra el televisor.
Se despide desde un bazar chino.
Un gurrumino.
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