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136 Críticas de los usuarios

Críticas de los usuarios:
9
Maldito Baron
Lo ha vuelto hacer.

Todavía no sé como pero lo ha vuelto a hacer. Maldito Sacha Baron Cohen.

Me he sentado (con muchas ganas tras haber disfrutado de 'Borat' y de la maltratada 'Bruno') en el cine y he dado la tabarra en la sala con mis carcajadas durante la hora y cuarto de película. Si había algún momento vacío, solo tenia que retrotraerme unos segundos antes para seguir riéndome de la barbaridad que acababa de ver en pantalla. Sin aportar nada nuevo en el desarrollo principal de sus películas, consigue seguir siendo tan gamberro, guarro y (sorprendentemente) fresco como el primer día.

No se lleva el 10 por, quizás, un exceso de crudeza y escatología que dará una excusa a crítica y público escéptico a este tipo de humor para machacarla duro.

Muy grande la ironía fina, finísima con la que hila Sacha en algunas escenas.
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72 de 109 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
Es buena y muy divertida!
La verdad es que no suelo escribir críticas, pero esta peli me obliga!
Después de la última malísima película de Cohen "Bruno", estaba un poco pesimista antes de ver el Dictador. Pero nada mas empezar sentí buenas vibraciones y el buen rollo de la cinta.
Para nada es ofensiva como se esperaba, todo se toma desde un punto de vista crítico y humorista.
El personaje del dictador Alladeen esta muy bien trabajado y provoca mas de una buena carcajada.
La verdad es que me divertí mucho visionando esta comedia. La disfruté como un enano. No hay momentos en los que te aburres y de relleno, todo esta estupendo, y además como es bien cortita, tan solo 75 minutos de duración. Para mí que es lo justo y necesario.
En general una buena comedia y una buena pelicula, sobre todo viendo el panorama de cine mundial de este año, que hubo muy poca pelicula que valiera la pena. Por lo menos hasta el momento.
Conclusión: merece la pena.
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53 de 77 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
Las cenizas de Kim Jong- Il
<Si alguien te pregunta que llevas puesto, puedes decirle que llevas las cenizas de Kim Jong-Il>

(Sacha Baron Cohen al presentador de los Óscar, Ryan Seacrest, después de arrojarle las cenizas del líder supremo de Corea del Norte, Kim Jong-Il, en la alfombra roja)

Tengo que admitir que soy un gran fan de Sacha Baron Cohen, me parece un gran actor, detrás de todas las bromas se esconde una capacidad para actuar descomunal, no es fácil interpretar personajes tan dispares como los que ha creado, un rapero jamaicano de clase baja, un reportero de moda austriaco o un pobre diablo de Kazajistán hasta llegar a su último personaje, el dictador árabe, todo esto requiere una gran calidad interpretativa.

Lo que me gusta de sus películas es que tras las gamberradas reposa un análisis mordaz del mundo en que vivimos, en esta película se produce pero en menor medida.

El Dictador vive como un dios en su palacio (Plaza de España de Sevilla) pero sufre una emboscada en Nueva York ejecutada por su hermano, Ben Kingsley, y tras perder su privilegiada corona vagará por la ciudad que nunca duerme como un ciudadano normal intentado reconquistar su trono, tendrá que trabajar y conocerá a una gran mujer (Anna Faris).

Cuando Sacha hace del dictador Aladeen todo es muy divertido, (cameo muy gracioso de Megan Fox) pero cuando pierde su posición como líder de la República de Wadiya la película pierde mucho y no hace tanta gracia, de hecho, puede hasta parecerse a películas menores como “El príncipe de Zamunda”. Las bromas que hace no son tan buenas.

Hay momentos de la promoción de Sacha que son más divertidos que esta parte, por ejemplo, algunas entrevistas que dio en diferentes televisiones, el mensaje amenazante que envió antes de los Oscar y el episodio de las cenizas en la alfombra roja hacen más gracia que las vivencias en Nueva York.

Sacha Baron Cohen debería de elegir con cuidado sus próximos papeles para no repetirse, muchas de las gracias en Nueva York se parecen a los peores momentos de Ali G, y la interpretación a Borat. <<Lo poco gusta y lo mucho cansa>>.

Con todo, tiene momentos muy divertidos y aunque es corta se merece aprobar. Sobre todo hay que destacar el discurso que da al final…

No sabemos si eran las cenizas de Kim Jong-Il lo que se derramó en la alfombra roja pero hubiera sido un final apropiado para ese cruel dictador que se suponía tenía poderes divinos y era un genio y un erudito del séptimo arte. (Sobre todo si las pisaba el pueblo al que oprimía)
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45 de 63 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
"¿VAS A TENER UN NIÑO... O... UN ABORTO?" (Nota:es un chiste machista,para entenderlo).
Vivimos en una época donde la única gracia y disfrute de la vida parece estar en la parodia, el sarcasmo y la propia burla de nuestra sociedad de crisis y de penurias.

Y que alguien me haga reir a costa de esas propias miserias del ser humano como los regímenes totalitarios, los odios entre razas y naciones, y el machismo más puro y agudo, es algo de agradecer.

Estoy de acuerdo conque unos gags son más afortunados que otros, quizás el de el helicóptero puede ofender o tener poca gracia intrínseca, pero el conjunto es una sucesión de sketchs que no da tregua al espectador que en pocos momentos siente aburrimiento si de verdad se deja columpiar por tanto golpe surrealista y grotesco y presta atención a los diálogos descojonantes del protagonista.

Se nota que en versión doblada al castellano el film ha perdido mucho de su sentido en esos diálogos que tiene que ver con términos americanos o judios, esos juegos ingeniosos de palabras, y que muchas veces dejan al espectador desconocedor en el aire en algunas escenas, pero en contraste los gags bruscos y disparatados son para degustar en toda su crudeza y brutalidad más desternillante.

Qué quieren que les diga. Es una peli para evadirse y no pedirle las sutilezas como las de Woody Allen (aunque comparte su fondo de crítica política y social,en otro estilo desde luego), tiene una duración correcta para no cansar y sales del cine fresco y aun sonriendo al recordar algunos de sus sketchs más acertados... en los tiempos de tristezas y de penurias que vivimos eso ya es mucho para valorar... Sr. Sacha, se ha superado con respecto a sus dos films anteriores, claro que quien no le guste su estilo de humor ni se moleste a su visionado; y al espectador en ciernes le digo, búscate una buena pandilla de amigos de mente abierta y risa fácil, y prepárate a pasar un rato de lo más divertido (si vas solo, lo tendrás más complicado, dicen que la risa es cosa de contagio y solidaridad).
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35 de 45 usuarios han encontrado esta crítica útil
5
Una dictadura llamada ficción
Sacha Baron Cohen y Larry Charles, conscientes de que no pueden repetir el formato con el que catapultaron a personajes como Borat o Bruno, han decidido galopar sobre la ficción como única posibilidad actual de embestida. El personaje (y el homenaje a Kim Jong- Il) así lo merecía pero el conjunto está afectado por la necesidad de la inmediatez. Puede que “Operación Canadá” de Michael Moore mantenga las mismas cardinales que “Fahrenheit 9/11” pero una será defenestrada al mismo tiempo que otra encumbrada. Y es que el formato mockumentary y la exaltación del personaje sobre un referente real y cotidiano se pierde en esa falta de interacción con bases reales. “El dictador” funciona mejor sobre su marketing y campaña promocional que girando sobre los mecanismos que propone en la ficción. A nadie se le va a olvidar la imagen del General Aladeen cuando se presentó en la alfombra roja de los Oscars con las cenizas de Kim Jong-il con un previo polémico en el que inicialmente no estaba invitado. Antes de que la seguridad muy vigilante le invitase a ‘desfilar’ arrebatándole la urna, logró esparcir parte por el lugar ‘sacralizado’ y encima de Ryan Seacrest, presentador de “American Idol”. Muchos recordarán esa imagen incluso por encima del ‘pezóngate’ de Jennifer Lopez…

Comentado la versión unrated con una persona que vio la versión ‘rated’ no observé ninguna diferencia. ¿Realmente se puede ‘cortar’ una lamida de un sobaco peludo o el instante más romántico en el interior de un útero dilatado en pleno paritorio? La provocación esta vez traza un dibujo irregular donde su humor zafio es en sí la hipérbole que necesita la sociedad y que llena salas de cine o sienta a millones de espectadores delante de televisores. Aunque la película vuelve a no dejar títere con cabeza y los judíos, occidentales y árabes son objetos de todo tipo de virulentos chistes, realmente engloba su burla hacía toda la sociedad y escisiones. Nadie está a salvo de la mirilla crítica: ni lesbianas, minusválidos, neonatos, fallecidos y minorías raciales.

Con “El gran dictador” en la mirilla, Sacha Baron Cohen utiliza el machismo retrógrado, inenarrables versiones árabes de REM o Marvin Gaye y armas de destrucción masiva fálicas para hilvanar su discurso sobre falsas democracias, la hipocresía de los países más poderosos del planeta y su capacidad sádica y parafílica con único fin: ganar dinero a través de la mentira y manipulación del pueblo. Es cierto que salvando la funcional burla se puede hacer una crítica seria y que pocas sátiras políticas son capaces de recaudar 167 millones de dólares en todo el mundo. Descubrir el lado orgásmico-onanista de “Forrest Gump” merece la pena, aunque esta vez el filme del tándem no consigue sobreponerse del todo al arsenal de clichés y lugares comunes. Realmente “El dictador” vive atrapada en una dictadura llamada ficción.
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22 de 26 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
Divertidísima comedia para amantes del humor más gamberro
Sacha Baron Cohen después de otorgarnos películas tan divertidas como políticamente incorrectas como "Ali G", "Borat" y "Brüno" nos trae "El dictador", la cual promete ser más de lo mismo y mejor.

El General Aladeen (Sacha Baron Cohen) es un dictador que se verá obligado a recuperar su cargo después de ser traicionado y a al mismo tiempo tendrá que evitar que la democracia llegue a su país, Wadiya. Bajo esta interesante premisa le ocurrirán todo tipo de locuras, a cada cual más delirante y divertida. Hay que remarcar que se apuesta por un estilo clásico, lejos queda ya el estilo de "falso documental" que encontramos en "Borat" y "Brüno".

Su punto fuerte es sin duda su humor negro, que está presente en todo momento, aunque puede resultar un tanto más "light" que "Borat" y "Brüno", aún así hay muchos gags que escandalizarán a más de uno (encontramos machismo, sexo, racismo,... para dar y tomar). La duración de la película es la justa y necesaria para que no se haga pesada (no llega a la hora y media), con lo cual mantiene el ritmo en todo momento sin ningún tipo de altibajos. A lo largo de toda la película encontramos escenas realmente buenas que te harán reír a carcajada limpia, aunque si has visto los trailers (sí, los trailers que emitieron veinte mil veces a lo largo del día cuando estrenaron la película) ya conocerás buena parte de los mejores gags , y eso es algo que guste o no estropea bastante gran parte de las sorpresas que nos podamos encontrar, aunque tampoco hay que alarmarse ya que hay unas cuantas escenas que no han sido mostradas en ningún trailer que son realmente buenas.

Como es costumbre en este tipo de películas nos encontraremos con varios cameos (recomiendo que no se sepa que cameos vas a encontrar, mejor si te pilla por sorpresa), los cuales en su mayoría están muy bien llevados y que pese a ser breves son verdaderos puntazos. A destacar la banda sonora, la cual gran parte de sus canciones son versiones árabes de clásicos de la música pop occidental ("Everybody hurts" de REM entre otras).

No nos encontramos ante ninguna obra maestra, pero consigue su objetivo: hacerte reír, poco más se puede pedir. Si eres de los que el humor negro les horroriza evítala ya que te puedes sentir "ofendido" en más de una ocasión, pero si disfrutas de este tipo de humor tan gamberro y te gustaron cualquiera de sus antecesoras ("Ali G", "Borat", "Brüno") tienes una cita obligatoria con "El Dictador".
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22 de 28 usuarios han encontrado esta crítica útil
6
Vivimos en un mundo asqueroso.
Anoche, viendo esta película en un preestreno, la gente no paraba de reir a carcajada limpia. Yo incluido. Y que conste que nuca me ha gustado la filmografía de Sacha Baron Cohen. Ni Borat, Ni Bruno, ni desde luego, Ali G. En todas ellas me reí en varias ocasiones, pero la verdad es que me parecían todas una castaña sin ningún fundamento. Anoche, viendo el Dictador, me pasó mas o menos lo mismo, aunque esta vez me lo pasé bien de verdad viéndola. Asi que para mi, esta el la mejor película de Sacha Baron Cohen. Aqui se abandona el estilo documental de las otras, para ser una narración fílmica de tomo y lomo. Con una planificación muy simple, que funciona bien, nos cuentan la historia de "Un dictador que arriesga su vida para impedir que la democracia se establezca en el país al que oprime tan amorosamente." La verdad es que es burra y bestia a mas no poder. Si puedes ofenderte fácilmente, no vayas a verla, porque hay para todos: mujeres, negros, chinos, americanos (sobre todo americanos), musulmanes, judíos... Os pongo uno de los chistes de la pelicula: "-¿Que vas a tener, un niño, o un aborto?" o este otro sobre el mismo tema: "-Lo siento, tengo malas noticias. Has tenido una niña. ¿Dónde está la basura?". Y el discurso final a los americanos, sobre si américa es una dictadura...tremendo. Si queréis pegaros unas risas a costa de todo el mundo, id a verla. A ver si esta película sirve por lo menos para que alguien abra los ojos y piense: vaya, vivimos en un mundo de mierda.
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23 de 33 usuarios han encontrado esta crítica útil
4
Humor burdo para un pequeño dictador
Esta película practicamente no llega a ser tal, es una colección de sketches basadas de humor grueso, totalmente infantiloide, de esas que quieren ir de transgresoras por soltar chistes de caca, pedo, culo, pis.
La película avanza a trompicones, pasa de un sketch a otro, con un pequeño hilo conductor, los sketch van desde los malos a los muy malos, aunque he de reconocer que alguno hace gracia, aunque simplemente sea por una gracia absurda o que el protagonista diga una salvajada, aunque no es preocupeís solamente saldrá ofendido el buen gusto, la crítica política brilla por su ausencia. Su chiste más políticamente incorrecto, y quizás el mejor, es su discurso sobre la democracía, lo más sutíl de la película, una pena que no sea toda así, pese a ello tampoco es una maravilla.

Lo mejor es que no aburre, pero tampoco interesa, el guión mezcla El Gran Dictador con El Príncipe de Zamunda, pero su nivel es el de un especial de nochevieja (solo que con un humor más burdo)
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14 de 17 usuarios han encontrado esta crítica útil
5
Borat domesticado
Demasiadas cosas que no son del propio Sasha Baron en esta película, demasiado efectismo hollywoodiense y gags de guionista metidos con calzador tipo "aterriza como puedas". Así, los únicos momentos graciosos son las ocurrencias y las salidas de tono del propio Sasha Baron Cohen cuando hace de él mismo, de Borat (especialista en ridiculizar los estereotipos políticos y culturales). Y sí, hay 4 o 5 escenas muy graciosas, pero me sobran los cameos de actores famosos, me sobra el personaje femenino, me sobra la historia de amor, me sobran las escenas de acción y me sobra todo aquello que recuerda a la rancia comedia americana.

El error es intentar normalizar el personaje e integrarlo en un cine más grande, de palomitas, cuando lo divertido de Sasha es esa tónica de tener a un personaje pequeño, egoísta, provocador, sacando de sus casillas a senadores, asociaciones feministas, judíos, palestinos, mediante sketch sencillos pero reales, auténticos, de cámara on live. Todo lo demás sobra.
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18 de 26 usuarios han encontrado esta crítica útil
6
Excesivamente light
Sí, me reí muchísimo con esta película, me entretuvo bastante, pero no de la manera esperada. ¿Dónde está el Sacha Baron Cohen de Borat y Brüno? Más cercana a Ali G que a las ya nombradas, te vende unos chistes basándose en tópicos (en Brüno podría haber caído en ellos por eso de que era más fácil, pero no lo hace tanto como en esta), o directamente que no tienen nada que ver (propios de cualquier película de Ben Stiller, lo que no quiere decir que no tengan gracia), y una "crítica" que ni por asomo resulta ingeniosa. Pues lo dicho, una película para echar el rato y reírte, pero poco más. Por el tema que trata puede haber llamado bastante la atención, pero acaba siendo una comedia de tantas.
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10 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
1
Ni puñetera gracia
Que Sacha Baron Cohen es un provocador nato no vamos a descubrirlo ahora: para él, cualquier medio posible justifica el fin, esto es, que la gente se remueva en su asiento sea por el motivo que sea. Asco, repulsa, indignación, diversión o un ataque de almorranas, todo vale. El caso es que se muevan, e inexplicablemente lo consigue. Sus personajes, siempre en el extremo, desde el rapero de barrio Ali G, hasta el reportero gay Brüno o el periodista de Kazajistán Borat, obsesionado con Pamela Anderson y el modo de vida americano. Como colofón, y en plena efervescencia de las revueltas del mundo islámico, este cómico ha intentado aprovechar el tirón de éstas polémica para crear un producto a la medida de los actuales dictadores.

Por mucho que el esperpento -en palabras del propio protagonista- intentara de alguna forma homenajear a Charles Chaplin en "El gran dictador", no se acerca ni de lejos a ninguna de esas claves. Ni en inteligencia, ni en sarcasmo, ni en ironía o en humor. En nada. Aquí todo está hecho de manera grosera, a brochazos. Quizás en otros ámbitos eso podría funcionar y lo hiriente de la sátira resultara divertido, pero cuando hablamos de la vida y de la muerte, de la tortura o el asesinato, de tener a un pueblo oprimido... los chistes hay que hacerlos con mucha mayor sutileza, porque si no, no solamente no funcionan, sino que no tienen ni puñetera gracia.

El dictador de un país árabe vive como Dios. Hace lo que le da la gana, tiene explotado a su pueblo, y manda al cadalso a quien le tose, opina distinto a él, o simplemente le rectifica en una conversación -literalmente-. Paga con regalos millonarios a estrellas de Hollywood para acostarse con ellas, y sueña con ir a las Naciones Unidas no para acatar sus muchas peticiones para el cese del abuso de derechos humanos en su país, sino para demostrar que él tiene razón y que los demás están equivocados. El caso es que su vida da un giro radical cuando se ve en Nueva York, desposeído de todo su poder, y sustituido por un doble mientras que su hombre de confianza ha firmado con potencias extranjeras para esquilmar los recursos naturales del país y de camino convertirse en multimillonario en la sombra del poder.

El tono documental que hasta ahora tenían las películas dirigidas por Larry Charles y Baron Cohen, ahora ya no existe, y no existe una continuidad ni narrativa ni dramática en la historia: sólo son chistes mal contados, que no encajan, y como digo antes, sin ninguna gracia -personalmente, no me divierte que manden a cortarle la cabeza a alguien mientras que le están sonriendo. Volviendo a Chaplin, ni siquiera aparecía eso en "El Gran dictador", obra magna y profunda contra el absolutismo, de lirismo incomparable y sin pedantería alguna, cosa que si empapa el discursito final en las Naciones Unidas en este pastiche bastante insoportable-.
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29 de 52 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
Risas garantizadas en esta salvaje e incorrecta comedia.
De esta película se pueden hacer muchas lecturas, pero si hay algo que queda claro es que Sacha Baron Cohen lo vuelve a conseguir, logra hacernos reír muy a menudo, escandaliza de nuevo a los más puritanos, reanuda su búsqueda del humor retorciéndolo un poco más, yendo un poco más lejos; donde, esta vez, consigue ser más irreverente, divertido, cruel y vejatorio con casi cualquier cultura o raza… Todo está permitido para él, y se agradece. Resulta gratificante el ver cómo un actor cada vez más famoso e influyente continúa realizando su mismo humor salvaje y excesivo, no dejándose pisotear por la Meca del Cine. Ante esto, debería estar muy orgulloso, puesto que actores cómicos como Adam Sandler han caído en las redes de Hollywood, convirtiéndose en una sombra patética de lo que fue.

Dos reyes de la comedia como Sandler y Baron Cohen han decidido tomar caminos opuestos, donde si bien Sandler era gamberro al principio para luego hacer películas bobas con intentos de gracia (a Jack y su gemela me niego a catalogarla como comedia), Baron Cohen ha decidido no dejarse controlar, continuar con ese humor que le hizo famoso con ‘Ali G’ y que le catapultó con ‘Borat’.

‘El Dictador’ consigue su propósito: hacer reír. Esta vez no es un falso documental como ‘Borat’, pero sí hereda de ella muchos rasgos del personaje y cómo ve el mundo. Durante cada uno de sus minutos refleja claramente el tono de burla y crítica dirigido a la sociedad actual, donde no sólo ridiculiza al mundo árabe, sino también a los EE.UU.

Nada más empezar, ya te conquista con la dedicatoria en la primera escena, dejándote también con buen sabor de boca con su último chiste durante los créditos. Sin querer fastidiar ningún chiste a nadie, diré que consigue arrancarte carcajadas, dando igual que sea vejatoria, lo importante es desconectar hora y media del mundo que nos está tocando vivir (o sobrevivir) y disfrutar un poco.

En resumen, Sacha Baron Cohen se consagra como líder auténtico de la comedia, desbancando a los malogrados Jim Carrey y Adam Sandler. La película funciona en la medida en que sea tomada como una broma irónica y caricaturesca del mundo actual. Se coloca entre Borat y Bruno, siendo peor que la primera pero mejor que la segunda.

Lo peor: Será despellejada por gran parte del público y crítica. Sólo decirles que se han equivocado de sala, a esta película se viene a desconectar y reírse un rato, no a ofenderse.

Lo mejor: Te gustará y te reirás si disfrutaste con las salvajadas de Borat. Posee gags perdurables en el tiempo, que funcionan más de una vez. Resulta imprescindible remarcar que Sacha Baron Cohen está enorme.

Síguenos en Twitter: @cineralia y @EduQuintana16
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11 de 16 usuarios han encontrado esta crítica útil
5
Sacha Baron Cohen móntate un Late Night Show donde hacer tus Sketches y deja de hacer mierda
Nueva sátira de Sacha Baron Cohen a la sociedad americana que si bien sorprendió y hasta hizo gracia con ese estilo mockumentary en Borat ahora se limita a inventar sketches racistas dentro de un guión vacío, lleno de paja y tremendamente aburrido.

Los guiones de Sacha Baron Cohen son un mero artificio, una puesta en escena, para contar sus chistes racistas, sexuales y de caca-culo-pis. Esto es totalmente legítimo, ya que existen grandes películas (Aterriza como puedas, Hot Shots, las de los Monty Phyton) que tienen esta estructura de dejar la historia en un segundo plano para ponerla al servicio de las bromas, el problema no es ése, el problema es que Sacha Baron Cohen realmente cree que tiene algo que contar y utiliza los elementos típicos de guión para contar torpemente una historia que no le interesa a nadie, puesto que la gente que ha ido al cine a ver su película no busca ver un conflicto interno del personaje, un romance con Anna Faris o una moraleja tranquilizadora metida con calzador y que cuando no sobrepasan la línea del ridículo lo hace la del aburrimiento. Quien ha ido a ver su cine lo que espera es que cada chiste sea más brutal, gracioso y transgresor que el anterior y todo lo que no sea eso está de más.

Concluyendo, quitando dos o tres chistes racistas que hacen gracia por lo escandaloso se puede decir que esta película es una auténtica y soberana mierda.
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8 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
2
Un dictador hueco
Tras la sobrevalorada "Borat" (digo sobrevalorada porque, en su día, con tantos elogios, la vi y no me gustó demasiado, pero prometo volver a darle una oportunidad) y "Brüno" (que un servidor aún no ha tenido el placer de ver), el tándem formado por Sacha Baron Cohen y Larry Charles vuelven esta vez con otra nueva personalidad: el dictador Aladeen. Mediante el pretexto del viaje de Aladeen a Estados Unidos para evitar que se instaure la democracia en su tierra, se pretende hacer una crítica en general a las Dictaduras y, en particular, a las protagonistas de la Primavera Árabe, pero también, nuevamente, a los Americanos y sus costumbres.

Personalmente, creo que la película no funciona porque el film se trata de una sucesión de gags, enlazados por una línea argumental débil y, para que negarlo, muy típica. Además, la poca sutileza que tenía el humor de "Borat" desaparece por completo en "El dictador", en la cúal las bromas son más pueriles y, para que negarlo, sin gracia. Incluso, esto convierte este humor pretendidamente agresivo y crítico en algo superficial y vacío. Todo esto hace perder la mordacidad al film. Y, aunque tiene unos pocos buenos momentos, el exceso de "humor" transforma un film corto en una cinta pesada. Yo deseaba que terminará para ir a hacer algo más productivo.

Actoralmente, es un vehículo para lucimiento de Sacha Baron Cohen, del cual no podemos decir que haga un mal trabajo. El resto de actores, muy discretos.

"El dictador" es una película enormemente fallida, debido al estricto ceñimiento del guión a los canones hollywoodienses, adornado con una crítica vacía a Oriente y Occidente que no satisface a ninguno de los dos lados.

Lo mejor: la capacidad camaleónica de Sacha Baron Cohen.

Lo peor: el guión.

Realmente, mientras veía la película, no sé por qué, tenía ganas de volver a ver "Borat" (y mira que he dicho que no me gustaba mucho), en lugar de continuar con la peripecia de Aladeen.

Aunque sean films diferentes, recomiendo ver "El gran dictador" de Charles Chaplin, una película que sí contiene una crítica más honesta a las dictaduras. Un film que ha perdurado merecidamente en el paso del tiempo, cosa que ésta "El Dictador" dudo que haga. En menos de 2 años ya estará olvidadísima.
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8 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
5
El dictador
Desde hace unos años, la tendencia del género humorístico, tanto en cine como en televisión, ha derivado hacia una suavidad plena, completamente servil ante lo políticamente correcto, y acojonada ante la demanda de gatillo fácil de la gente con síndrome de hipersensibilidad intelectual.

En España hemos sido víctimas de esto, y eso que está en nuestra tradición realizar ataques a los enemigos intelectuales a base de humor y cachondeo verbal, sobre todo en el mundo artístico. ¿Cuántos sketches de Martes y Trece podrían tener cabida hoy en día en la televisión? ¿Qué ha sido de Arévalo y sus chistes sobre gangosos y mariquitas? Es más, y remitiéndonos al Siglo de oro, ¿habría sido Quevedo el mismo genio mordaz e irónico, de vivir en la época actual, donde el miedo a ofender supera con creces a las ganas de hacer reír?

Por esta razón, muchas veces tenemos que recurrir al mundo anglosajón para disfrutar de verdaderas carcajadas irreverentes, las que de verdad sacan a uno de la vida real y lo transportan a una felicidad efímera pero intensa. Y fue en las islas británicas donde surgió un tipo llamado Sacha Baron Cohen que, como norma principal, se dedica a reírse de todo y, cómo no, de sí mismo. Su primer personaje conocido fue Ali G, una parodia de lo que aquí podría equivaler a un Nen de Castefa, pero con más mala leche. Era un comienzo prometedor que alcanzó su cumbre a través de Borat, cuyas apariciones televisivas y, luego más tarde, su rompedora película, le abrieron un hueco a nivel mundial como paradigma de la provocación más aterradora y brillante que hemos visto en mucho tiempo. Probablemente, esta provocación se le fue de las manos con Brüno, solo apta para los que no se escandalizan ante nada, como yo, y esto le llevó a replantearse su siguiente trabajo, que es el que origina este artículo: El dictador.

La película trata sobre Aladeen, un tirano que gobierna con mano caprichosa en un imaginario país de Oriente Medio y que recuerda en muchos puntos de su locura al fallecido Niyazov, dictador de Turkmenistán. Pero, a diferencia de sus películas anteriores, Baron Cohen realiza en esta ocasión un producto con tintes mucho más comerciales, y con un humor tan torrentiano que nos deja con hambre y que se centra en inundar la escena con actores conocidos que, en mayor o en menor medida, apenas tienen gracia. Al menos, la fama le precedía, y consiguió llamar la atención en las semanas previas a su estreno, sobre todo durante la extremadamente cuidada gala de la Academia estadounidense, donde llegaron a saltar las alarmas ante las amenazas que lanzó el sujeto para boicotear el evento.

Concluyendo, El dictador va a suponer un acercamiento de Baron Cohen al mundo de Hollywood, pero también un paso atrás demasiado grande para los que somos fans de su humor. Es una pena, pero la dictadura de lo políticamente correcto parece que también ha vencido, en este caso, a su peor desmitificador.

http://diarioenred.com/2012/05/el-dictador/
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15 de 25 usuarios han encontrado esta crítica útil
4
Si Bin Laden levantara la cabeza
La culpa es mía. ¿Por qué ver la cuarta película de Sacha Baron Cohen si "Ali G" me gustó porque tenía 14 años, "Borat" me repugnó y "Bruno" no la vi porque no me hacía gracia ni el trailer? ¿Por qué "El dictador" iba a ser diferente? Quizá porque Sacha Baron Cohen ha aprendido todos los trucos de Hollywood, como el de anunciar una película una y otra vez hasta que parezca buena. Pero no, no es buena. De hecho es bastante mala. Probablemente el trailer te haga más gracia que la película porque allí están concentrados los únicos gags que merece la pena ver. Pero si para ver esas escenas divertidas tienes que tragarte momentos de vergüenza ajena, chistes de parbulitos, gracias sin gracia estiradas hasta la desgracia, el miembro de Sacha que siempre que puede lo enseña, bromas sobre temas sobre los que NO se puede bromear (de verdad, la pederastia no es graciosa)... ya no merece la pena. Así que ya lo sabes, si tienes pensado ir a ver "El dictador" mejor mirate el trailer que ahí sale todo lo gracioso y ahórrate el resto.

Lo mejor: el trailer y que Sacha Baron Cohen, aun y todo, no es un mal actor.
Lo peor: la película.

P.D. Si a pesar de todo sigues queriendo ver la película al menos intenta que sea en versión original porque el "dobaje étnico" (de árabes, chinos...) es vergonzoso.
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13 de 21 usuarios han encontrado esta crítica útil
1
¿VALORACIÓN UN 5?
No suelo ser muy crítico con películas que no me han gustado pero esta película roza lo ridículo, lo sin sentido.. y si ahí es donde quiere ir lo consigue, pero de graciosa, que de eso es lo que se trata olvidarse . Si te ries con esta película tienes un problema amig@...
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7 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
Sacha Baron Bin Laden.
Sacha Baron Cohen ha logrado mantener su status de provocador e irónico en su nueva película "El Dictador". El film de Larry Charles (que hace su tercera colaboración tras Borat y Burno) es un auténtico cúmulo de risas.
Y es que eso es verdad, por muy ofensiva que te parezca y provocadora te ríes muchísimo con las locuras de este tipo.
Y es que Sacha Baron Cohen está genial (como es habitual, ya me sorprendió en "Borat" y en la flojita "Bruno"). Este tipo tiene en sus genes el hacerse pasar por los personajes que hace. Es muy buen actor (Scorsese no contrata a actores porque sí). Junto con el está la siempre graciosa Anna Faris, un correcto Ben Kingsley y sobre todo apariciones de varios actores famosos (lo de Edward Norton es un poco gratuito pero está gracioso).
Y es que además del reparto el film tiene momentos muy buenos, los dobles de el Dictador, el restaurante de Nueva York en contra del dictador, las escenas en la tienda, los votantes y la aparición de un "misterioso" tanque.
Vamos que el trabajo realizado por Cohen es admirable y el Dictador funciona tanto como ironía como una película gamberra sobre un hombre en Nueva York.
Si sigue así Baron Cohen va a tener un buen lugar en el mundo del cine.
Mítico el chiste del presidente chino donde bromea con que ellos son una democracia.
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6 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
Risas con dolor
Hace bastante rato que no me reía como lo hice en los primeros 45 minutos de El Dictador.

Sacha muestra ahí, de la mano de humor inteligente mechado con alguna jugada bizarra, lo mejor del repertorio.
Hay en esos minutos mucho espacio para reir y casi nada para descansar. Una lluvia de gags nos cae sobre la humanidad y nos obliga a mover la mandíbula al por mayor.

Vencido el plazo, la película se vuelve una mezcla de comedia romántica yanki clásica con humor escatológico y a la per comienza a perder brillo.
Parecen dos films en uno, y si bien la segunda parte es menos que la primera, el resultado final redondea una muy buena comedia.

Recomendada para fanáticos de Cohen y para otros arriesgados también .
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6 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
9
¿Tendrás un hijo o vas a abortar?
El único detalle que no le merece por mi parte la máxima puntuación es que nuestro querido dictador al final acaba en los típicos intentos de aleccionar l público respecto a cosas que ya sabemos, como el hecho de darse cuenta que ser un dictador es algo malo aunque luego no cambie en el fondo.
Cualquier película que se sale por la tangente de formas arriesgada y atrevida se merecería un 10, pero sin intentar aleccionar a nadie que es donde por mi parte se ha metido en camisa de once varas.
Probablemente las mujeres acaben odiando esta película por lo machista que es el personaje, por lo machista de los gags e incluso podemos decir que es un guión en gran parte machista, pero por la personalidad del personaje y no por el guión en sí.
He pasado un rato estupendo, me he reído por fin con grandes gags sin tener que aguantar a universitarios salidos, fiestas adolescentes o tontos muy tontos.
Esto es humor inteligente y muy creativo.
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