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13 Críticas de los usuarios

Críticas de los usuarios:
6
Entre visillos transparentes
La adaptación corrió a cargo −creo− de la propia Conchita Montes, cuestión que ofrece al comentarista la víctima propicia para ajusticiar y señalar como responsable del resultado final.

Parece obvio que los elementos literarios de proyección de la mente de la protagonista −esa jungla de visillos en la que vive− quedan soterrados por un texto cinematográfico que solo ofrece continuidad con respecto a la obra original en la plasmación del hueso de la estructura fácilmente "adaptable", sin incidir con profundidad en el componente psicológico y de realismo trágico que opera en la novela desde la melancolía y la sensibilidad. La película hace recaer su énfasis en las líneas de narrativa y 'acción' más evidente, evitando la ambigüedad y la meditación reflexiva.

El personaje principal, Andrea, no presenta la evolución necesaria, sino que se convierte en espectadora o mero objeto. Queda únicamente como pieza narrativa sin su mundo íntimo de contradicciones.

Bien pudiera argüirse que esa condición de novela-conciencia (por leve que sea) es difícilmente adaptable al cine español del '47 (y con un autor de aprendizaje "americano" como Edgar Neville), pero la quiebra no afecta únicamente a ese aspecto. Hay también atisbos de fractura en cuanto al misterio onírico de las calles como forma de rechazo al misterio endogámico de las casas. No hay clima, únicamente factor dramático adaptado casi automáticamente en sus resortes de andamio estructural. Están las acciones, sí, pero no los pensamientos. Lo mismo sucede con los secundarios, trazados desde una dureza impostada, blanda en el fondo pese a la amarga trama que incorporan.

En la propia "poda" del guión se puede apreciar −si nos fijamos un poco− una preocupación por la aceptación del público de la época (lo vemos en el contraste dulcificado entre los mundos de la protagonista o el tratamiento comercial del elemento melodramático). Y es que el trabajo de síntesis parece tender más al extracto superficial de situaciones y personajes, y no tanto al enfoque que indague en lo que hay detrás (separación generacional, cicatrices de la guerra, etc).

Por no hablar del desequilibrio entre un primer tercio de la obra escrita trasladado a la pantalla con enorme fidelidad, zanjando en media hora de metraje escaso los dos tercios, aproximadamente, restantes, que se acaban por percibir como una sucesión de episodios o anécdotas más que como algo cohesionado.

Observo, por tanto, cierta contradicción entre una novela "ad intra", que se centra en la intimidad de un mundo de conciencias proyectadas en descripciones y percepciones del mundo exterior, y una película que va al armazón físico y ahí se queda, simplificando el plano psicológico en beneficio de un drama convencional. Sin clima de cerrazón, sin capacidad de ensoñación, la cinta acaba siendo un producto quizás eficaz, pese a todo, pero también más candoroso de lo que sería recomendable.
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36 de 41 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
La falsa moral de la sociedad de postguerra.
Andrea, tras quedarse huérfana, se traslada a casa de unos parientes en Barcelona para cursar unos estudios y con la esperanza de hallar una nueva vida. Sin embargo, todo aquello que esperaba encontrar se queda finalmente en un catálogo de frustraciones, desengaños y desilusiones, que la hacen irse de la ciudad tal y como había llegado: con nada.
Una de las menos apreciadas películas de Neville, adaptación de la novela de Carmen Laforet. Se trata para quien esto suscribe de una buena película, pero debo añadir además que es un film interesantísimo, pues "Nada" supone un cambio absoluto de género en la obra de su autor (de la comedia pintoresca de intriga al drama intimista/familiar) a la vez que no es propio Neville quien crea una historia original sino que se trata de una adaptación. Estos dos aspectos la hacen en sí misma interesante pero además la película está bien hecha a todos los niveles, incluso mejor realizada que otras obras más originales del propio Neville y cuenta con una poderosa fotografía de Manuel Berenguer.
Lo que Neville busca y logra suficientemente con "Nada" es plasmar la sociedad de postguerra en Barcelona con la falsa moral como bandera de sus actos (la familia de Andrea es un dechado simbólico y abrumador de todo ello; ahí es dónde ahora radica el pintoresquismo, en esta familia flagelante, amoral y retorcida para la humilde e incauta Andrea).
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17 de 18 usuarios han encontrado esta crítica útil
5
Nada
El existencialismo casero de Laforet no llega a traspasarse con fidelidad a la gran pantalla en esta adaptación del siempre interesante Edgar Neville, quizás porque prescinde de uno de los factores más característicos de su obra, el sentido del humor. Desaparecido este, queda lo demás: una toma de temperatura al clima moral y vital de la posguerra algo descafeinada y lejana, en exceso academicista y forzada dentro de su encorsetado naturalismo. Porque sin humor un drama como este puede caminar perfectamente, pero sin emoción es mucho más difícil.

Aquí Conchita Morales no brilla tanto como en otras películas, porque su complejo personaje requería de un texto más arriesgado y más libre de unas ataduras literarias que acaban limitando su acostumbrado vuelo artístico. No obstante, Nada es una película interesante que pone sobre la mesa una temática y una forma de pensamiento muy ajena a la que imperaba en la cinematografía española de aquellos años. Sería injusto despacharla sin más cuando está inmersa en una corriente que abogaba por un cine alejado del folclorismo rancio y conservador dominante por aquel entonces.

Su valor es ese: formar parte de un cine que negó, como la propia novela de Laforet, ese falso estado de normalidad que el Estado intentaba transmitir a los ciudadanos. Lástima que, como obra cinematográfica en sí misma, no terminara de cuajar.

Lo mejor: sus intenciones.
Lo peor: adopta un prisma formal y narrativo demasiado ortodoxo.
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16 de 20 usuarios han encontrado esta crítica útil
6
Cuando me fui, no me llevaba nada de aquel lugar
Correcta adaptación de la famosa novela de Carmen Laforet, quien la escribió a la temprana y sorprendente edad de 23 años. En conjunto la película no está mal pero decepciona un poco por no transmitir lo que sí conseguía la novela (la sensación de frustración, soledad, el deseo de libertad, etc.), y por estar dirigida por Edgar Neville, uno de los directores más importantes de la posguerra.
Para empezar un gran pero: la duración es muy escasa y en tan poco tiempo no se puede plasmar todo lo que sí tenía la novela original. La película es como un resumen, saltándose algunas cosas y otras cambiándolas, empezando bastante fiel y acabando de forma demasiado rápida y un tanto precipitada y forzada. Por otra parte tampoco me agradó la eliminación de ciertos personajes o la escasísima aparición de otros que en la novela aparecen mucho más. Cierto es que no era fácil adaptarla, pero con que hubiera durado 30-40 minutos más seguro que todo se habría ajustado mucho mejor y hubiera sido una adaptación más afortunada.
A pesar de estos peros hay que decir que como película independiente resulta bastante pasable. Es entretenida y los actores (Blanco, Bardem, Caba Alba...) cumplen francamente bien con sus respectivos personajes, aunque hago cierta excepción de Conchita Montes porque había ocasiones en las que no me la creía demasiado. Tendrían que haber cogido a una actriz más joven y con mejores cualidades interpretativas.
Flojilla como adaptación, pero como película se deja ver con agrado.
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11 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
6
La obra más atípica de Neville
La película ofrece una obligada síntesis de la excelente novela de Carmen Laforet, premio Nadal 1945, en la que Conchita Montes, actriz y pareja de Neville, se apoyó para el argumento que recreaba perfectamente, la Barcelona de post guerra. A pesar de sus insuficiencias, al parecer la productora Cifesa que distribuía el film, le amputó unos 30 minutos, para hacerla más comercial, según ellos. Es evidente que eso perjudica a la película a la hora de desarrollar los temas, viéndose algunos de ellos algo abrupto y escueto. Sería interesante recuperar esos minutos en alguna edición en DVD, si no se destruyeron. Respira el film un clima insano, pesimista y todos sus personajes están inmersos en angustias existenciales, el recuerdo de la guerra civil los mantiene aprisionados en un mundo de desconfianzas y rencores, de locura y degradación.

Todo ello en un ambiente melancólico, de dificultades económicas, mediocridad cultural, prostitución encubierta y aislamiento, que Neville muestra con más recursos expresionistas que costumbristas. “Nada” cuenta la historia de Andrea (Conchita Montes), una joven huérfana que llega a Barcelona para estudiar Filosofía y Letras. Se aloja en casa de la familia de su madre, compuesta por su abuela y sus tíos; Angustias, Roman y Juan, y la esposa de éste último, Gloria, una familia burguesa venida a menos, de pensamientos antagónicos, pero que ella acepta pese a las excentricidades de sus componentes.

Andrea es atraída desde el primer momento por la imagen bohemia de su tío Roman, un violinista de pasado turbulento, frente a Juan, un pintor fracasado y violento que tiene que soportar que su mujer salga de noche en busca del sustento familiar, además de soportar a la reaccionaria y contumaz Angustias que le previene de los peligros de la gran urbe. En la universidad conocerá a Ena, que siente interés por conocer a su tío Roman, una chica de aptitud liberada, y libertina, más si tenemos en cuenta las costumbres de la post guerra franquista y nacional católica. Una película atípica para la época que refleja muy bien, ese ambiente oscuro, apesadumbrado y angustioso de una cierta sociedad española, la película tiene un caleidoscopio de personajes femeninos, muy audaces para la época.

Alejada formalmente del cine habitual de Neville, totalmente atípica a su estilo luminoso y alegre, donde abunda los planos en contrapicado, la cámara enfocando a los personajes desde abajo, dejando ver los techos bajos, lo que hace que el ambiente sea más agobiante y claustrofóbico sobre los personajes, estéticamente casi una obra barroca, gracias al operador Berenguer, muy influido por Gregg Toland y el cine de Orson Welles. Neville quería reproducir con las imágenes el ambiente hosco y duro que reflejaba la novela, el cineasta quería alejarse de las historias de amor romántico y las películas históricas de cartón piedra que estaban en auge en la España de los 40. Una película algo desigual, precipitada en su narración, pero no carente de interés.
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6 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
6
postguerra
La fantástica novela de Laforet no ha sido o no ha podido ser traspasada al cine en esta película, aunque hay que admirar llevar este proyecto adelante en la época de postguerra y tratando el tema de los perdedores sin ni siquiera nombrarlos en ningún momento. Una historia de ilusiones rotas, una generación culta y preparada perdida, que con tanta precisión se relata en la novela, y, sin embargo, no se transmite por el escaso metraje y la complejidad de los personajes que aquí pasan a ser meros retazos. Recomendada para todos los que estén interesados en el día a día tras la guerra civil española.
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6 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
El yugo del pasado
Una joven se traslada a casa de unos parientes de Barcelona a fin de cursar sus estudios universitarios. Llena de ilusiones, se topará con un ambiente opresivo y amargo generado por uno de sus tíos, un músico bohemio que fascina a las mujeres.

Adaptación cinematográfica de la novela homónima de Carmen Laforet, escrita y protagonizada por Conchita Montes. Un drama familiar con el que Edgar Neville se alejaba de la comedia pintoresca para plasmar una realidad social de entonces, a través de un calidoscopio de personajes dominados por el yugo del pasado, dentro de un marco expresionista que transmite la atmósfera del texto. La productora y distribuidora Cifesa recortó treinta minutos del metraje original con objeto de ofrecer un producto más comercial, hecho que paradójicamente provocó su fracaso en taquilla. Así pues, nos hallamos ante un film masacrado e infravalorado.



"De la calle de Aribau no me llevaba más que lo que había traído: nada."
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3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
6
Nada
Diractamente al spoiler, aunque sinceramente creo que no cuento nada.
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3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
5
¿Qué esconderá esta familia?
Nunca hubiera imaginado que la famosa novela de Carmen Laforet "Nada", publicada en 1944, ganadora del premio Planeta en 1945 y adaptada dos años más tarde a la gran pantalla, un supuesto revulsivo para las letras españolas, en la gris y culturalmente estéril postguerra fuera un dramón más propio del siglo XIX. Me da la impresión que su novedad está en la técnica narrativa, sobre todo por abonarse al existencialismo, que era lo más chica en la Europa del momento, así como en sacar miserias de la burguesía, cosa que gustaba entonces a los progres. En todo caso, me han entrado ganas de leerla.

Sea como me fuere Edgar Neville se encuentra con un problema. Bueno dos, porque se ve que la productora CIFESA recortó casi 30 minutos de metraje para hacer "Nada" más comercial, lo que seguramente afectaría a la claridad de la obra. Pero aparte de esto, ya sea por falta de tiempo o por otro motivo, la película parece sólo un reflejo de lo que el texto promete. Faltan explicaciones, desarrollo de los personajes y más escenas para reflejar aquello que se afirma. Aún así, la película mantiene su interés por el tono áspero, su aire misterioso, por la galería de personajes y por su retrato social. Es mejorable.
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4 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
6
Corta
Interesante para conocer toda la filmografía de Neville, aunque, si se compara con la novela de Carmen Laforet la peli se queda un poco corta.
Habría que haber puesto más angustia o hastío en el personaje de Andrea. La película no transmite el asco de Andrea ante el sórdido mundo que encuentra en sus parientes cuando llega a Barcelona.
Muy buena en cambio la ambientación, el juego de luces y el rodaje en sí.
Falta hondura, pero se deja ver bien, en sus pocos 75 minutos.
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2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
4
Tijeretazo que le dieron
110 minutos duraba la versión original, y ahora son 76 minutos. Es decir, la censura de la época censuró 34 minutos, y eso se nota en la película que hay momentos que pierde....

Tanto perdió que se quedaron actores fuera, como por ejemplo Rafael Bardem que ya no sale en la película con la censura e igualmente muchas escenas de exteriores en Barcelona también se eliminaron.... que lástima poder perder la oportunidad de ver a una Barcelona de 1947.... que algo se ve, pero muy poco.

La historia es interesante, pero no sé si es por los recortes, que no sabía muy bien como coger a ciertos personajes.

Edgar siempre con historias truculentas, interesante de ver, pero de recordar ya no tanto.
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2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
5
El título lo dice casi todo.
No cabe duda que existen premios que convierten de la noche a la mañana a jóvenes escritores en estrellas de la literatura sin merecerlo lo más mínimo

Uno de los ejemplos más claros es el de Carmen Laforet que siendo una joven de 23 años ganó el Premio Nadal con una obra titulada “Nada” que cuyo sintomático título en realidad esconde mucho de lo que el libro ofrece.

Laforet fue siempre una escritora discreta que la sobrepasó el éxito y que no pudo soportar la presión. Sin imaginación y con una cultura bastante limitada escribía de lo único que podía hacerlo: De sí misma. Y claro para ello hace falta que la historia sea interesante y en este caso no lo es. Además y aunque suene a tópico es cierto que el libro ha envejecido muy mal.

La novela no es que me preocupe mucho pero sí lo siento más por mucho más por Edgar Neville, el mejor director español de la posguerra, que el fracaso de esta película supuso un grave tropezón en su carrera de la que no terminaría de recuperarse jamás.

Edgar Neville autor de una obra maestra como "La torre de los siete jorobados" y películas muy interesantes como "El crimen de la calle Bordadores y "Domingo de carnaval" entre otras, no acaba de tomarle el pulso a este drama realista psicoafectivo del que hemos tenido luego miles de ejemplos. La obra tiene mucho de Corín Tellado y del peor Umbral o Cela. Es decir más forma que fondo y más intenciones que resultados. Coincido con algunos autores que consideran que se percibe ciertos rasgos de incipiente lesbianismo en la película y en el libro.

Fallida y bastante justamente olvidada.
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13 de 26 usuarios han encontrado esta crítica útil
5
Demasiada novela para tan convencional película
Quizás no era el momento histórico ni el lugar para afrontar en 1947 la adaptación de una novela tan aparentemente sencilla pero tan densamente compleja como “Nada” de Carmen Laforet y Edgar Neville, enorme artesano de nuestro cine, no acertó en la traslación en imágenes del levemente existencialista texto premiado con el Nadal de 1944, donde Carmen Laforet insufló aires nuevos a una literatura de posguerra gris y desintegrada por los avatares políticos en mitad de una sociedad en blanco y negro con esta novela capital de nuestra literatura contemporánea, tan sencilla como preclara, tan diáfana como profunda, con un ligero tono existencialista exquisito en su sutileza.

Pero, por más interés y buenas intenciones que se le pongan, no encuentro entre las imágenes alambicadas y academicistas de una cinta que ha envejecido mal y que pasa por ser una rara avis en la filmografía del siempre solvente Edgar Neville, ese derroche de prosa cuidada y elegante pero despojada de artificios de la novela en la que Carmen Laforet nos cuenta las peripecias vitales de Andrea, una adolescente huérfana (error de casting de bulto porque no existe en la cinta ni un solo actor o actriz, desde la propia Conchita Montes hasta el último extra que aparece en plano, que puedan resultar mínimamente creíbles como adolescentes por haber abandonado esa época varias décadas antes) que, desde el pueblo, es enviada a casa de sus parientes en la calle Aribau de Barcelona para poder cursar estudios universitarios en la Facultad de Filosofía y Letras.

Pero Andrea no imagina el microcosmos asfixiante y opresivo que encuentra a su llegada a la casa de la abuela. Un piso degradado por el paso del tiempo, abandonado, sucio, cuajado de antigüedades, donde conviven muy mal avenidos la anciana generosa que es su abuela con sus hijos Juan (casado con Gloria, la cual nunca ha sido aceptada en la familia, con la que ha tenido un hijo recién nacido y que la cinta, en un alarde inexplicable de ceguera psicosomática, obvia totalmente en cuanto a mujer gravemente maltratada física y psicológicamente por su marido, un machista repugnante, tal y como tan crudamente aparece reflejado en la novela), Román (el hermano pendenciero presuntamente artista, sumido en negocios turbios y un manipulador psicológico altamente peligroso al que le encanta sembrar cizaña en aquel turbio ambiente familiar) y Angustias, solterona beata que trata de sostener la moral y la religiosidad de todos ellos de forma estricta y marcial y que en la cinta termina siendo un personaje deslavazado sobre el que faltan demasiadas cosas que contar para poder entender sus reacciones. También habita el piso de la calle Aribau una supuesta criada Antonia y el perro de Román, Trueno.

Las peleas son continuas, el ambiente hogareño es irrespirable, la presión resulta insoportable, las condiciones de vida son míseras y ni hay agua caliente para poder ducharse en un inmueble en el que se come poco y se pelea constantemente con cualquier excusa. Andrea se asfixia allí y necesita la libertad que siente paseando libre y pacíficamente por una Barcelona que adolece ser muy de cartón piedra en la cinta de Neville y que acaba resultando increíble.

Tan sólo su amistad pura y sincera con una compañera de la Facultad, Ena, logra evadirla y le otorga un poco de luz blanca entre tanto negro. Pero ambos mundos van a acabar por cruzarse y ya “Nada” va a volver a ser igual.

Demasiada novela para tan escaso metraje y falta de pretensiones.
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0 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
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