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170 Críticas de los usuarios

Críticas de los usuarios:
10
"Mediocres del mundo... yo os absuelvo"
Aunque se trate de la adaptación de una obra teatral, se agradece que este 'Amadeus' se aparte del estilo convencional que suele abundar entre los "biopics" hoolywoodienses, habitualmente edulcarados y politicamente correctos. 'Amadeus' es una adpatación genial y perfecta de la obra de Peter Shaffer, quien firma también aquí el guión.

'Amadeus' está plagada de momentos memorables de buen cine, que impacta y divierte al mismo tiempo, como la escena en que un Mozart agonizante y en la cama dicta a Salieri su famoso 'Requiem', mientras éste no da crédito a la música que aparece en su cabeza cuando traduce esas partituras mentalmente, que Mozart parece estar improvisando por lo fácil que le resulta escribirlas y el ritmo al que lo hace.

'Amadeus' corría el riesgo de caer en el ridículo, pues presenta a Mozart como una criatura infantil, inmadura y que roza el retraso mental, por no decir que lo alcanza de lleno, por su comportamiento y su ya emblemática carcajada, pero este detalle sirve magistralmente a Milos Forman para justificar la envidia y la profunda ira que siente el personaje de Salieri, que en esos momentos es el músico preferido y más destacado de la corte.

La admiración mezclada con incomprensión y odio que Salieri siente por Mozart es el motor fundamental de esta admirable película, y los actores protagonistas ofrecen uno de los mejores duelos interpretativos que se han visto en una pantalla. Tanto Tom Hulce (Mozart), como F.Murray Abraham (Salieri) hacen creaciones magistrales y ambos fueron nominados al Oscar por sus papeles, ganando Murray Abraham merecidamente y, de paso, dándole la vuelta al inferior talento de su personaje frente al de Hulce.

Las secuencias de las representaciones musicales de las óperas son magníficas, como todo en la película, y, junto al excelente guión y la inspirada dirección, aspectos como la dirección artística, la fotografía, el montaje o la banda sonora adornan y enriquecen una de las mejores películas de la década de los 80.
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209 de 228 usuarios han encontrado esta crítica útil
10
Trágicos compases de envidia
¿Necesita la genialidad aposentarse en seres igual de iluminados en todas sus facetas? Por lo que se ve, no. El Mozart que nos presenta M.F. es un cretino infantiloide, voluptuoso, borrachín, con una sonrisa que habla de lo cercana que está la genialidad de la anormalidad; lo que si necesita la envidia, es de hacerse escoltar por buenas compañías.
La condena de la envidia es estar al lado de lo deseado. Así, la tragedia de Salieri no es su mediocridad, sino el castigo de ser testigo de una genialidad irrepetible, casi divina. De hecho, el duelo que se establece a lo largo del film, no es entre dos contrincantes Salieri “versus” Mozart. Salieri admira a Mozart. Asiste a sus estrenos arrobado sabiendo que aquello que está escuchando tiene el don de la inmortalidad al estar hecho desde la suprema belleza e inspiración. De este modo, el duelo lo establece Salieri contra Dios, contra ese Ser Supremo que al inicio de la obra le concede su deseo, sin saber la amargura que este llevará al toparse con la genialidad en el cuerpo de un ser mezquino y amoral, no en el suyo desde siempre consagrado a honrar a la divinidad.
M. Forman realiza un ejercicio de orfebrería a lo largo de todo el film convirtiéndose en un director de orquesta, donde todos los elementos que componen un film tan complejo (imagen, sonido, decorados, banda sonora) están armonizados y aparecen ante nosotros para hechizarnos. Es curioso el uso que hace de la banda sonora, dejando de lado su función mero fondo subrayante para hacerla protagonista de ese proceso de creación que nos va mostrando (fascinantes todas las secuencias en las que vemos cómo compone Mozart; cruel el instante en que Mozart adapta la marcha que Salieri le ha dedicado, tras escucharla una sola vez). Así, no es la imagen la que nos hace testigos, sino la música la que se presenta y nos sienta en primera fila.
Pero está sinfonía, necesita de buenos ejecutantes. Ya estamos habituados a que en el cine de Forman los repartos sean magistrales; de hecho, circula como una leyenda negra, sobre todo entre los que fueron protagonistas, de tras haber trabajado con Forman se ven condenados a tener una carrera irregular, pues ningún papel alcanza a lo que esté director extrae de sus interpretes. El dueto Hulce y su némesis: F.Murray Abraham está extraordinario, hasta quedar en nuestro imaginario cinéfilo como estos personajes. Finalmente, la ironía del destino se encargó de reparar las humillaciones sufridas por Salieri y fue F.Murray Abraham el que ganaría el Oscar por su interpretación. Un premio más que justo pues compone uno de los “malos” más fascinantes de la historia del cine. Los momentos sublimes se suceden como cuando lee las partituras originales de Mozart, la decadencia de su vejez, o todas las secuencias donde experimenta la humillación y vemos la intensidad de su odio contenido, pero no domesticado.
“Amadeus” es una bendición, una película que se halla a la misma altura de la genialidad y la envidia que relata.
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109 de 117 usuarios han encontrado esta crítica útil
9
Todo parecido con la realidad es pura coincidencia, ¿y qué?
W. A. Mozart es presentado como un bufón (genial, eso si) en una imagen deformada y exagerada del compositor. Salieri aparece como un personaje perverso y maquiavélico y como el causante de la muerte de Mozart. En una de las escenas finales de la película (magnífica, por otro lado) Mozart dicta a Salieri en su lecho de muerte su grandioso e inacabado “Réquiem”. El padre del genial compositor aparece como un personaje dominante que ejerce su influencia sobre Mozart, aún después de muerto. Todo ello no se corresponde en absoluto con la realidad… ¿y qué más da si nos encontramos ante una grandiosa película?

En efecto, “Amadeus” es una impresionante obra cinematográfica. La maravillosa puesta en escena, la fotografía, las grandes interpretaciones (sobre todo la de F. Murray Abraham en el papel de Salieri, que le proporcionó un Oscar) y la banda sonora hacen de “Amadeus” una de las mejores películas de la década de los ochenta (se llevó ocho Oscar) y una delicia para los sentidos.

Pero, a parte de todo esto, el guión de “Amadeus”, basado en la obra teatral homónima de Peter Shaffer, y obviando las inexactitudes históricas mencionadas, contribuye a la grandeza de esta obra. La película nos muestra la contraposición entre la mediocridad, representada por el compositor Salieri, frente a la genialidad de Mozart. La mezcla de admiración y envidia que Salieri siente por el gran compositor es todo un estudio sobre el comportamiento humano.

En resumen, una gran película a la que no califico con un diez unicamente porque me considero un amante de la Historia...veraz.
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73 de 82 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
F. Murray Abraham y la envidia
La calidad artística de uno es inmensa, la del otro, aunque también admirable, está a años luz de la del primero. Me refiero por supuesto a F. Murray Abraham y a Tom Hulce, y sí, también a Mozart y Salieri. Tom Hulce nos regala una actuación soberbia, llena de sentimiento de todo tipo, una risa para el recuerdo y un carácter fortísimo. Por otro lado, hablar de Abraham es hablar de un actorazo con mayúsculas; quizás su interpretación de Antonio Salieri sea una de las tres mejores actuaciones en la historia del cine. Si la envidia tiene rostro, ese es el de un Salieri consumido, un inconmensurable Abraham que todo lo hace perfecto, repito: perfecto. Salieri odia a Dios por darle a ese libertino joven (una versión que quizás diste de la del auténtico Mozart) un talento que él merece más por su castidad. Odia a Mozart por ello, pero a la vez ama su música, ahí está el más interesante matiz del personaje.
Merece la pena ver la película por la música, por la interesantísima historia, por la fiel recreación de la época; pero una cosa está clara, lo mejor: F. Murray Abraham, que tocó ese año 1984 un techo interpretativo al que muy pocos han llegado. Un aplauso por él.
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49 de 55 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
Monográfico sobre la envidia
Salieri, desde su penumbra histórica, musical, es quien narra la historia de Mozart, porque sin el resplandor del genio en su periferia, el Salieri de "Amadeus", cuyo único deseo real es ser sin que el otro sea, no es nada.

Más allá de lo narrado en la película, a Salieri se le está rescatando poco a poco una obra más que apreciable, ganándose con el tiempo el aura de autor oscurillo y de culto, pero lo cierto es que, por mucho esnobismo que quiera aplicársele, el envidioso Antonio nunca llegó a acercarse al menor de los méritos mozartianos: algo muy lógico en alguien que sólo era humano cuando su némesis artística sin duda resultaba como mínimo de otro planeta.

Forman realiza un colosal trabajo de ambientación, lo cual está muy bien, pero lo más importante es que interioriza de forma personal y autoral, el duelo callado de Salieri con Mozart y el de Mozart consigo mismo dando como resultado un filme de una exuberancia preciosa, vivísima, casi inmortal, un formidable homenaje a la capacidad de maravilla que suscita una música sublime. Inlcuso aunque esta música sublime proceda de un hombrecito ridículo de carcajada histérica y personalidad casi ridícula.

El personaje Mozart devora a cualquiera que fuese la persona que existiese debajo de él (si es que existía persona alguna). Seguramente os caerá mucho mejor Salieri, que exhibe una doliente humanidad por debajo de su aspecto de cuervo sombrío y que no puede dejar de reconocer el genio de aquel al que odia, en una exhibición de envidia tan concentrada como autoconsciente. Pero bueno, esta es una historia sobre ellos dos, pero también sobre la música, una música por encima de amores, desamores, odios, inquinas, celos, vulgaridades y demás...

...una música que pese a quien pese, atravesará la eternidad intacta.
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41 de 50 usuarios han encontrado esta crítica útil
10
EL INICIO DE UNA PASION.
Mi pasión por Mozart se lo debo a este magnífico trabajo del fantástico (aunque a veces irregular) Milos Forman, fué el desencadenante de una continua búsqueda de información, tanto de su vida y obra, como de toda la sociedad de la época, que todavía, en mi caso, no ha parado y espero continue.

Yo vi esta película por primera vez con 14 años, y desde entonces, no he parado de visionarla en numerosas ocasiones, incluso, la tengo en video, en dvd en versión estrenada en cines y también la versión extendida de hace unos años... tal vez se deba a que este film es un trabajo en ESTADO DE GRACIA en el que todo funciona, todo es carismatico y está tratado con la mayor delicadeza y el mayor esmero, es innecesario hablar demasido de todas sus virtudes...que una película, de época, sobre un músico y tratando el tema de la ópera, llegué a triunfar y emocionar como lo hace esta, es, cuando menos elogiable... y es que ante prejuicios sobre estos temas, solo queda, recomendarla y disfrutarla, siempre sorprende.

Magnífica adaptación (como no podía ser de otra manera) de la música del Genio en la película, cierto que se han ido a las partituras más "tópicas y típicas" del maestro, pero con el paso de los años y conociendo un poco su obra, te das cuenta de que, al ser todo tan hermoso no es de extrañar que se hayan empleado hasta la saciedad sus más conocidas partituras, son irrepetibles e inigualables (diré que conozco un poco la obra de su "rival" Antonio Salieri y os diré que, aunque Salieri no era mal músico, le faltaba inspiración y le sobraba pompa y boato, demasiado académico, demasiado normal, aunque tiene algunas melodias muy hermosas tambien...pero no era comparable a Mozart, ni por asomo), pero sospecho que la historia real no es del todo exacta a como se cuenta en la película, de hecho, se ve una clara amistad en ella, lo más probable es que como buenos colegas, se intercambiaban y copiaban obras uno de otro, imagino "de buen rollo" claro.

Por lo demás, pues lo ya conocido, una obra hermosa, una magnífica interpretación de F. Murray Abraham, vamos para los anales de la historia del cine (¡¡ y que maquillaje!!), tambien Tom Hulce, a pesar de numerosas críticas a su interpretación, está maravilloso, y un trabajo de dirección soberbio, todo lo demas es hablar por hablar (por cierto la fotografía es increible, el vestuario inigualable...). LO SIENTO ME APASIONA. SALUDOS.
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36 de 42 usuarios han encontrado esta crítica útil
10
Wolfang Amadeus Mozart.
Recuerdo en la asignatura de Música que cuando estudiamos la vida y obra de Mozart me emocioné, sobre todo la obra "Don Giovanni". Su padre quiso aprovecharse de su talento y le llevó por todos los palacios del mundo para demostrar su valía, tanto es así que arrastró ésta mala infancia toda su edad adulta y si no fuera por la época podría haber vivido más y haber seguido deleitando con su obra ya que falleció joven. Además, sufría una enfermedad que le mermaba profundamente.

Era un genio, una persona con una personalidad avasalladora que no dejaba indiferente y tenía tal talento que sigue siendo uno de los mejores genios de todos los tiempos.

En cuanto a la película, se ve al genio desde le punto de vista de su eterno enemigo Salieri, el cuál no sabe si odiar a Mozart por lo bueno que es (ya que le ensombrece) u aclamarle mientras Mozart no se da por aludido y sigue componiendo sin saber que la persona en quién confía es su peor pesadilla.

El retrato de Viena, de la obra y música de Mozart, de su personalidad etc.. es de lo mejor que ha habido en la historia del cine. Y es un acierto del guión centrarse en Salieri porque así se ve a Mozart desde otro punto de vista, es un acierto.

No voy a ser yo quién descubra a Milos Forman y ésta otra obra maestra que está en los anales de la historia del cine. Es una obra completa y muy brillante en todos los sentidos, guión, música y sobre todo la ambientación. Un 9 claro.

Wolfang Amadeus Mozart.
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20 de 20 usuarios han encontrado esta crítica útil
10
La maldición de la primera estrella de Rock.
Wolfgang Amadeus Mozart, tres palabras que engloban el concepto de genio. Genio con mayúsculas. Un hombre hecho sólo de música, música que brotaba desde todas las partes de su cuerpo en forma de partituras, pentagramas, claves de fa, fusas, semifusas... todo el amalgama de la creación del arte más bello dando lugar a la inmensidad desde la juguetona sonata a la fastuosa sinfonía, de la canción a la ópera, directo al corazón del pueblo llano unas veces, otras rozando la inalcanzable divinidad. Mozart, el artista total dentro de su campo, tan distante de todos los hombres, pero a la vez tan humano, tan carnal y volátil, débil y frágil, tal vez decadente, en medio del caos de la creación, absorbido por su propia alma, devorado por la envidia de los mediocres, olvidado por sus mentores y amigos, recorriendo todas las etapas vitales del ser humano, para dar finalmente con sus huesos en una fosa comunitaria a los 35 años de edad.

Si mi mente juega con el tiempo y el espacio me pregunto si he sido sin saberlo contemporáneo de algún Mozart. O dicho de otra manera ¿Si Mozart hubiera pertenecido a esta época como se hubiera desarrollado su vida arañando con uno solo de sus dedos la música popular del Siglo XX? Y creo que si eso hubiera sucedido hubiera sido de la mano del Rock and Roll. Mozart transportado a este siglo, mutado en estrella de Rock, comenzando tal vez en un garito para terminar llenando estadios rodeado de gloria, aniquilado poco a poco por los excesos. De Jimi Hendrix a Bon Scott, de Jim Morrison a Kurt Cobain, veo algo de Mozart en todos ellos, existiendo un paralelismo evidente en su final entrecortado, fagocitados por monstruos diversos ajenos a la trascendencia de lo creado.

Sin embargo siendo coherente no encuentro nada similar a Mozart en el último medio siglo de la humanidad más allá del malditismo de su figura y de su precoz muerte. El genio de Mozart se antoja algo inabarcable para todos nuestros coetáneos. Por eso lo siento en mi imaginación como una majestuosa estrella de rock de otro tiempo, que aunque intenta reencarnarse en otras épocas y otros cuerpos permanece intacta, casi se diría que incorrupta, siendo todos los siguientes a él meros sucedáneos de casi nada, caminando hacia la tumba sin haber ni siquiera rozado la gracia que solo pudo haber conocido él, grande entre los grandes.

En esta película, salvando algunas licencias, se escucha su vida.

Y cada nota es maravillosa.

https://corazonesenelprecipicio.blogspot.com
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19 de 24 usuarios han encontrado esta crítica útil
6
«¿Por qué él?»
Eso se pregunta Salieri cuando descubre a Mozart. Por qué Amadeus y no otro, él mis por ejemplo, es quien tiene lo que se llama talento. Esa pregunta me la he hecho yo muchas veces, pero no por envidia, mal pensados, sino desde la absoluta y curiosa admiración. De hecho, hay algo relacionado con el talento que me obsesiona particularmente: en qué consiste. ¿Qué es el talento? ¿Cómo, debido a qué, se produce ese chispazo incontestable, esa capacidad misteriosa para ser eterno?

Ante algo tan sublime, opto por creer, como Salieri, que esas cosas vienen de Dios y que se nace ya con una predisposición hacia lo grande. El problema es que hay muchos Salieri en el mundo que se achantan, se rebajan y se vulgarizan ante lo superior, queriendo destruirlo, rechazarlo y criticarlo, sepan o no sepan en el fondo de sí mismos que lo que odian es perfecto. Peter Shaffer parte de esta idea para su obra de teatro y adapta el guión que un lúcido Milos Forman dirige con holgada corrección. La historia abusa de la desdramatización, si se me permite la palabra, y su ligereza al borde del vodevil hace que pierda el rumbo del dilema que nos está contando. A destacar, toda la decadencia de Mozart, en especial la composición de su «Réquiem».

Los actores principales clavan sus papeles y aunque Murray se llevó el Oscar, yo voy a reivindicar a Tom Hulce, quien interpreta a un delicioso Wolfang Amadeus Mozart. «¿Por qué él?», volvemos a preguntarnos, y lo cierto es que conociendo a este Mozart joven y simpatiquísimo vemos muy comprensible que Dios le haya elegido para que le honre. No estoy de acuerdo con algunas conclusiones que muchos hacéis sobre este personaje, tachándole de bobo o amoral; incluso hay quien dice que nos caerá mejor Antonio Salieri. Me sorprende. El Mozart de Tom Hulce es brillante, a veces vanidoso, pero posee una pureza ingenua y noble que le hace una presa fácil para las mentes retorcidas y maquinadoras como las de Salieri. En este gracioso Mozart no hay ni una pizca de maldad, malos pensamientos, envidia, odio, ira, furia o falsedad. Él se ríe y hace que nos riamos nosotros y queramos acogerle bajo nuestro techo y darle todos los ánimos que nadie le da. Qué ejemplo, no ya de talento musical, sino de talento humano cuando pide perdón postrado en cama y con ojos inocentes. Muérete de envidia, Salieri.

Trabajo clásico de los ochenta, fastuoso en la puesta en escena y comedido en el argumento. Te entrarán unas ganas endiabladas de escuchar a Mozart.
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17 de 21 usuarios han encontrado esta crítica útil
10
Mozart! Mozart, forgive your assassin! I confess, I killed you...
En una institución para enfermos mentales, el compositor italiano Antonio Salieri confiesa un crimen a un sacerdote. Narra como fue seducido, humillado, ultrajado, y conducido a la retaliación, por las celestiales composiciones musicales de un joven prodigio llamado Wolfgang Amadeus Mozart, la voz de Dios en la tierra.

Majestuosa adaptación de la avezada y alegórica obra teatral de Peter Shaffer, dirigida por el siempre interesante director checo Milos Forman, quien empapa la historia de increíble atractivo visual, lúdico, y épico, con un magnifico dominio del tempo narrativo, plasmando con acierto la funesta y truncada vida de los dos compositores, enemigos acérrimos.

Aunque, tanto la obra como la cinta no son descripciones absolutamente fieles a la realidad, y han sido creadas con propósitos dramáticos, la cinta compensa lo que se supone son inverosimilitudes, con una trama plausible e impresionantemente envolvente, narrada en flash back por una ya anciano Salieri, remembrando la perfidia exquisitez y opulencia de sus días en la Viena del siglo XVIII.

Tal vez una cinta impecable, Amadeus cuenta con una impresionante puesta en escena, un fastuoso diseño de producción de Patrizia Von Brandenstein, un fascinante montaje de Michael Chandler y Nena Danevic, una provocativa fotografía de Miroslav Ondricek, y la bendición de deslumbrantes interpretaciones, a cargo del tristemente infravalorado, pero en extremo talentoso, F. Murray Abraham, quien lograría acumular varios premios por su perfecta encarnación del ofuscador, envidioso, trastornado e irascible Antonio Salieri; al igual que el joven Tom Hulce, luciéndose como el excéntrico, cínico, genial, y atormentado músico austriaco Wolfgang Amadeus Mozart, cuyas magistrales composiciones se sienten a lo largo y ancho de este apoteósico film, una autentica obra maestra.

Pierluigi Puccini
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15 de 17 usuarios han encontrado esta crítica útil
9
Amar lo que se odia
Tiene que ser duro, muy duro, dedicarte como un sacerdocio a una vocación duramente desarrollada y sudar sangre por cada escalón ascendido, y que llegue un advenedizo que de un salto suba todos los escalones que a ti te cuestan tanto, y que alcance un puesto al que sabes que no llegarás jamás ni en el más pletórico de tus momentos.
En la literatura se ha difundido una ficticia obsesión del compositor Antonio Salieri hacia el gran genio universal de la música, Wolfgang Amadeus Mozart. Milos Forman trasladó al cine los alfilerazos de esa supuesta envidia, y nos encontramos en su superproducción con un análisis sutil y brillante de los recovecos de ese sentimiento que es como una quemadura, un ardor crónico en el estómago, un sabor a bilis en la lengua.
Resulta fascinante la instrospección de un músico respetado en su época, para el que su fama no fue suficiente. Podría haberse conformado con su suerte, de no ser porque apareció aquel hombrecillo excéntrico que generaba en su mente música celestial, música de dioses, que eclipsaba cualquier otro talento, cualquier otra carrera artística trabajosamente labrada. Desde que Mozart exhibió su don ante sus contemporáneos, Salieri fue consciente de que nadie podría igualarlo. No había nada que hacer.
El joven austríaco no tuvo mayor admirador, más ferviente seguidor, ni más encarnizado enemigo, que el frustrado italiano.
La mediocridad no soporta lo que destaca, y tiene que aplastarlo porque así no seguirá saliendo lastimado con la comparación. Pero a pesar de todo, aunque Salieri desee la ruina de su némesis, se sabe fracasado desde el principio. Ya su propia carrera ha perdido color ante sus ojos envidiosos, se ve ridículo, despreciado por Dios, que se ríe de los tontos como él, que se sacrifican hasta la sangre para nada.
La inalcanzable genialidad de Mozart recibe el amargo tributo del perdedor que mejor la ha comprendido, que más se ha extasiado dolorosamente ante sus prodigios. Nadie ha seguido con tan fervorosa dedicación todos sus proyectos y estrenos. Nadie ha vibrado como Salieri porque sólo él se ha dado cuenta de hasta dónde llegan los alcances de su obra. De cómo son un trampolín a la inmortalidad.
El envidioso más encarnizado ama lo que odia, u odia lo que ama. Porque le ponen delante lo que le gustaría para sí, lo que nunca será suyo.
Su peor castigo es reconocer, irremisiblemente, su pertenencia al reino de la mediocridad.
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15 de 17 usuarios han encontrado esta crítica útil
9
Gran película en todos los sentidos
'Amadeus' es para mí la perfecta combinación, pocas veces lograda, entre una película europea y una americana. Me explico. La cinta funciona como una película comercial, casi diría que está pensada como un blockbuster: un generoso aporte de dinero americano que produce una ambientación exquisita en escenarios naturales (palacios!) de Praga y otros sitios de Checoslovaquia. ¡El reparto técnico contiene hasta un diseñador de pelucas! El resultado parece cualquier cosa menos una adaptación teatral (que es lo que es), debido al alto número de majestuosas localizaciones. La banda sonora, dirigida por Sir Neville Marriner para la ocasión, se cuenta, claro, entre las mejores versiones de Mozart. La historia, sin ser infantil, se entiende sin esfuerzo gracias a la voz en off con la que el maestro Salieri nos cuenta lo que está pasando, a veces incluso lo que estamos viendo... (por si había alguna duda). Tenemos, pues, todos los ingredientes de una película comercial americana. Lo asombroso es que a través de todo esto, Forman ha sabido conservar la profundidad de la mirada, lo que convierte a 'Amadeus' en cine europeo de autor. Me vuelvo a explicar. Sea más o menos adecuado el retrato histórico de Mozart, la realidad es que el verdadero protagonista de 'Amadeus' es el 'personaje de ficción' Salieri, y la película nos da un detallado 'retrato de una obsesión' que tranquilamente hubiéramos podido encontrar en el 'Decálogo' de Kieslovsky. Así vemos, por ejemplo, cómo esta voz en off, en apariencia simplificadora, aprovecha para ahondar en el tema, aclarando que su venganza no se dirige contra Mozart, sino contra Dios mismo. Forman ya había hecho un profundo retrato psicológico de la locura en 'Alguien voló sobre el nido del cuco', y no es difícil ver qué es lo que le interesó de la obra teatral del inglés Peter Shaffer. Para mí, Amadeus tiene ese fino equilibrio entre esas dos maneras de entender el cine, y la considero, más que una genialidad, un milagro.
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11 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
9
Abraham vs Hulce
Una gran película de uno de los más grandes directores de cine (al menos para mí), el austríaco Milos Forman. En este film el director intenta acercarnos a su Austria natal a través de una de las figuras más destacadas que ha dado este país.
Amadeus es una de esas películas que no hay que tomarselas al pie de la letra (aunque este considerada un biopic), ya que la rivalidad entre Mozart y Salieri parece no haber sido real. De hecho todo apunta a que era el propio Mozart el que acusaba injustamente al compositor italiano de plagio e incluso de querer matarlo, algo totalmente incierto ya que Amadeus murió a causa de una enfermedad.
De todos modos la película es un fiel retrato de la Europa central del siglo XVIII, con ese vestuario, esa ambientación, esos edificios... Destacar también las brillantes interpretaciones de los dos protagonistas: Tom Hulce (Amadeus, por cierto me encanta la risa que tiene, también ficticia) y F. Murray A braham (Antonio Salieri) merecedor del Oscar, aunque lo tuvo difícil con su propio compañero Hulce(que también optaba al premio), ya que los dos nos brindan sus mejores interpretaciones.
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16 de 22 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
3 cosas por sobre todo.
Hay tres cosas que me dejaron impactado cuando vi "Amadeus". En primer lugar el sonido, impecable todas la escenas (que eran muchas) en que sonaban aquellas sorprendentes composiciones de uno de lo más grandes genios de la historia de la música. En segundo lugar la puesta en escena extraordinaria, con bailarines, músicos de gran nivel recreando óperas que hasta el dia de hoy siguen representándose en los grandes teatros del mundo. Y por último el guión que está diseñado para que se luzca especialmente F. Murray Abraham que interpreta a Antonio Salieri un músico que ve en Mozart casi al mísmismo Dios y siente por él una envidia insoportable hasta el extremo de querer matarlo y ese es el objetivo del personaje y de la película que se empeña en mostrarnos la búsqueda de Dios y tratar de responder a una pregunta importante como es ¿porqué nacen algunos con tanto talento y otros con tan poco?...
La historia no es históricamente correcta ya que por ejemplo Mozart tuvo 6 hijos en la vida real y en la película no es así, además de ese, hay otros detalles de la vida del compositor alemán que no encajan con su biografía.
Pero independiente de esto, "Amadeus" es una maravillosa película que no deja a nadie indiferente, es un grandioso film, una superproducción llena de magia, talento, es decir, una cita con el arte.
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14 de 18 usuarios han encontrado esta crítica útil
10
Una ópera fílmica
Richard Wagner conceptuó la ópera como la obra de arte total, ya que ella se amalgamaban la música, el teatro, la danza y la artes de la forma y el color.
Yo por mi parte, salvando las distancias con tan insigne compositor, opino lo mismo de la película que ocupa estas líneas, de ahí el título de la crítica.
Pese a que la fidelidad histórica de los hechos narrados es más que discutible no deja de ser una gran historia.
Un extraordinario libreto que aborda las pasiones humanas, en especial la envidia y la frustración, desde la óptica del personaje encarnado magistralmente por Abraham F. Murray en el papel del compositor de cámara Antonio Salieri. Una gran actuación que le valió un merecidísimo oscar y que justifica toda una carrera cinematográfica. Las escenas en las que aparece describiendo la música de Mozart con deleite extático, sus rictus de soterrado rencor, su pasmada admiración... son tan perfectos, tan intensos, que componen a uno de los personajes más genuinamente humanos que haya podido disfrutar en un film.
Aunque tan excelso protagonista sea de por si un aliciente, la ópera es un espectáculo coral y para que luzca, todos los personajes deben brillar en escena. Es por ello que no quiero olvidar al resto de intérpretes, los cuales dentro del tamaño y exigencias de su papel, se ajustan a la perfección al espíritu de la obra. En especial quiero hacer mención a Tom Hulce, por el esforzado y meritorio Mozart que compone: histriónico, voluble, frenético y suplicante de la aprobación paterna.
Técnicamente la película es espectacular, la ambientación de la Viena del siglo XVIII acertadísima (excelente elección la elección de la República Checoslovaca para darle vida) y los momentos musicales que nos regala un deleite para cualquier vista y oído con sensibilidad a la belleza
Y todo ello magníficamente conjuntado gracias a la magnífica batuta de ese coloso del cine llamado Milos Forman, que tan brillantemente supo adaptar la obra de Peter Schaffer.
En conclusión, una película de tan obligado visionado para un cinéfilo, como de obligada audición es la música de Mozart para un melómano. Imprescindible.
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11 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
9
Entre lo mejor de su época
El crítico F. Morales define a este filme como imprescindible. Coincido plenamente. Tuve la oportunidad de ver "Amadeus" a los 14 ó 15 años y creo que fue una de las películas que configuraron el amor que siento hoy por el cine.
La belleza de la ambientación de época, la espectacularidad de las escenas que recrean las óperas, el elegante vestuario y la destreza de los actores, bajo una dirección que mantiene pulso le dan el sello a una de las mejores películas de los 80'.
La actuación de Tom Hulce no me parece tan espectacular como para merecer una nominación al Oscar, pero la de Murray Abraham es un prodigio. Hay dos o tres escenas que me conmovieron mucho, como aquella en la que Salieri se ve desbordado cuando debe seguir al dictado las indicaciones de un Mozart en estado de gracia.
Cada tanto la vuelvo a ver y la emoción no decae.
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10 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
10
Qué grande es el cine.
La relación entre el productor Saul Saentz y el director Milos Forman es digna de estudio, ya habían colaborado juntos a mediados de los 70 en la mítica "Alguien voló sobre el nido del cuco", con un éxito de crítica y público abrumadores.
A principios de los 80 Saentz estaba empeñado en llevar una pieza teatral, que todos consideraban intrasladable, a la grán pantalla. Incapaz de encontrar un guionista que adaptara el texto de forma convincente, recurrió al propio autor de la obra en un movimiento de inteligencia incontestable, quien mejor que Peter Shaffer para abreviar sutilmente sus diálogos y escenas más relevantes, un cambio de concepción necesario para hacerlo todo más cinematográfico sin por ello renunciar a la intensidad de su mensaje.

En la elección del director hubo menos problemas, Forman contaba con carta blanca y su primera exigencia fué llevarse la producción a su Praga natal, sabedor que solo en el corazón de la vieja Europa podía encontrar los escenarios que requería el film, en el apartado artístico su empeño por modernizar el lenguaje de los actores es otra de sus grandes bazas, se tiende a encorsetar en exceso a los personajes históricos y Forman quería dinamismo y cercanía, en ese sentido, Tom Hulce aporta ese toque de humanidad contemporánea ansiados por el director, su Wolfie es ingénuo y apasionado a partes iguales, un genio mundano, de andar por casa.

El contraste al personaje de Hulce lo pone la sobría actuación de un F. Murray Abraham apoteósico, su Salieri merece estar entre las mejores actuaciones de todos los tiempos, ser a la vez sombrío e irónico, en un equilibrio inmejorable, que le acerca a una de las complicidades malevolas mejor perpetradas entre un personaje y el espectador,elemento este, que pocas veces ha resultado tan bien escenificado en la grán pantalla.

La grandeza de Amadeus se resume con facilidad, no trata solamente de la vida de Mozart y su relación con Salieri, es un film que explora con éxito sobre el concepto de lo que supone ser artista, su luces y sombras, un ensayo sobre lo difícil que resulta manifestarse con destreza cuando surge la rivalidad entre autores.

Un título emblemático, un film único, un espectáculo para los sentidos, pura catarsis para la vista y el oido, personalmente la considero una de las 10 mejores cintas jamás filmadas, Amadeus nos recuerda porque llaman arte a esto del cine.
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10 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
9
Apareció Mozart en el mundo y el mundo se olvidó de Salieri
Milos Forman realizó en 1984 una de las películas míticas del séptimo arte. Un film de dos horas y media de duración que pasa de manera rápida y que no se hace pesado en ningún momento.
El director nos expone la vida del inmortal compositor Mozart. Lo original de esta "biografía" es que no se centra en la vida del músico. Se centra en los sentimientos que tenía otro compositor de la época hacia el joven austriaco. Hablamos del italiano Salieri. Un hombre con un gran talento, que quedo obsoleto al tener la mala fortuna de coincidir en el mismo lugar y en la misma época con un genio.
A través de sus ojos seremos testigos de la vida de la época y, de los vicios, los triunfos y las desgracias de Amadeus. Un joven que sorprendió al mundo por su don y que vivió obsesionado por exponer en un papel la música que sonaba en su mente.
La película se llevó 8 Oscar de la academia incluyendo el de mejor película, dirección, guión adaptado y actor. Premios muy merecidos ya que el film cuenta con una gran calidad en todas las áreas.
Actualmente es una de las películas obligadas a ver y que recomiendo encarecidamente; ya que uno disfrutará siendo testigo de una vida totalmente apasionante, marcada paso a paso por el ritmo de un metrónomo.
En fin, gran película que irá avanzando entre notas de óperas, violines y clavicordios; para terminar con un réquiem que llenará de luto a la música durante siglos.
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10 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
6
Un lúcido e intenso retrato de la envidia y del odio a través de alguien que fue mucho más que un genio de la música
Con unas elevadísimas expectativas y confiando en el buen hacer de Forman, me dispuse a conseguir 'la versión del director' de esta apreciada y respetada joyita del séptimo arte con la intención de visionar la obra maestra absoluta que se supone que es. Sin embargo, el resultado final se me antoja bastante irregular.

Porque a pesar de sus muchos logros y virtudes, 'Amadeus' sale difícilmente del bache que le suponen los elementos negativos presentes en la obra.
Y es que a lo largo de todo el metraje parece como si el guión nunca fuera capaz de encontrar el tono adecuado, con momentos puramente de comedia y un estilo desenfadado y otros momentos mucho más oscuros y dramáticos que no conjugan en absoluto entre ellos, dejando una sensación que resulta desaborida y que deja cierto regusto a un guión incompleto. Tampoco me agrada sus altibajos de ritmo y de dirección, con momentos de enorme intensidad (los maravillosos números musicales) que dan lugar a conversaciones entre los personajes que resultan planas y rutinarias, y ni siquiera con perlas dignas de mención.

A pesar de todo merece recalcar el film por sus virtudes, más allá de momentos de enorme intensidad y emoción o por la notablísima banda sonora capaz de conjugar cine y música en un único híbrido cercano a la perfección. Un estupendo reparto que se adueña literalmente de la pantalla, encabezado por un soberbio Tom Hulce de risa inolvidable y divertida a rabiar, y seguido de un F. Murray Abraham no menos notorio y una Elizabeth Berridge que enamora al espectador tanto como al propio genio y compositor.

Queda así una estupenda biografía (no oficial por cierto, no busquen grandes comparaciones entre los hechos relatados en esta película con la historia real y oficial del compositor vienés) que además de ahondar de manera realista en la psicología de los personajes, se encarga también de crear una cuasi perfecta conjugación entre cine, música y arte; y de la que lamentablemente debido a unos errores que acaban resultando imperdonables no alcanza la perfección que ya de por sí la majestuosa banda sonora, el buen hacer del reparto y la intensidad de Forman en los momentos cumbres del guión ya de por sí otorgaban.

·LO MEJOR: la intensidad en los momentos cumbres del guión. El excepcional reparto.

·LO PEOR: sus desequilibrios de ritmo, dirección y tono.
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15 de 22 usuarios han encontrado esta crítica útil
9
BENDITA ENVIDIA
Hay papeles que marcan de por vida, Hulce será por siempre Amadeus y Abraham será Salieri o más aún, la mejor representación de la Envidia llevada a la pantalla grande. La acción comienza en un asilo de lunáticos. Allí pasa sus últimos días, consumido en el olvido, el conde Salieri, un compositor que se creía un iluminado hasta la llegada de Mozart a la corte de los Habsburgo quien con la genialidad hace que el arte del otro sea retrógrado e insignificante. “Por qué, Dios, eliges a un ser vulgar y despreciable y no a mí”, abjura el conde, sintiendo la burla del Creador hacia su persona y le invade la obsesión de destruirle. Para contar la historia, El checo Forman eligió su Praga natal para mostrar la grandiosidad de la Viena del siglo XVIII. De los ocho oscares que recolectó, vale destacar el de Sonido, pues la música no sólo es enlace sino protagonista fundamental. Escenas Notables: a) El dolor plasmado en el rostro de Salieri al leer las partituras que Constanza, la esposa de Amadeus, ha llevado para que los ayude y la música “más prodigiosa que se ha compuesto jamás” retumba en su cabeza. b) La agonía de Mozart en una cama, agotando las fuerzas en la composición de su réquiem. c) El momento en que Salieri se declara enemigo de Cristo y hecha a la hoguera un crucifijo. La frase: El desfile final de Salieri en una silla de ruedas delante de varios orates y como sumo pontífice les dice: “Hombres mediocres del mundo, yo os bendigo”.
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11 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
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