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25 Críticas de los usuarios

Críticas de los usuarios:
7
Sueños de Juventud
En carne propia. Entre la autobiografía y la ficción, la película recrea las vivencias de un niño, hijo de militantes clandestinos en los años setenta. La mirada infantil corre el eje ideológico de un relato tan crudo como íntimo, que expone sus propias contradicciones con intenso humanismo.
Esta película viene acompañada de muchas expectativas por haber sido designada (no sin polémica) para representarnos por el Oscar a mejor película extranjera; por contar con el respaldo del productor Luis Puenzo ("La historia oficial") y por la proyección autobiográfica del joven director Benjamín Ávila, quien pasó por situaciones parecidas a las que se relatan.

La película es muy realista, pero para narrar las escenas más violentas apela a la utilización de secuencias de dibujos, las excelentes caricaturas de Andi Rivas, con voces y sonidos en off. En lo concreto este recurso atempera el dramatismo, desplazando parte de su peso trágico sobre la historia afectiva del protagonista: el cruce de la infancia a la adolescencia, el primer amor, el primer beso y el primer quiebre de la obediencia a sus padres. Desde lo narrativo, las escenas se ven siempre desde la mirada del protagonista (como en "La prima Angélica" de Saura que narra la infancia bajo la sombra del franquismo) no hay ninguna secuencia que el protagonista niño no pudiera presenciar de algún modo.
El film puede observarse desde afuera como el recuerdo traumático de un error histórico. Puede comprenderse desde adentro, como el recuerdo melancólico de un tiempo de ideales que justificaban el sacrificio y el combate. Y puede sentirse con la mirada de un niño más cerca del amor que del odio y la violencia.
El director pone en pantalla las contradicciones y la sensibilidad de una generación que estaba autoconvencida de cambiar el mundo y reproduce un retrato de época para entender en la reconstrucción de momentos intimos personales el contexto de un país con un proyecto que no pudo ser.
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25 de 29 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
Sin lugares comunes.
No creo que sea posible comentar una película de tan alto contenido social desde un lugar objetivo y aséptico. La temática divide y dividirá aguas por largo tiempo, pero en este caso el director (con la autoridad moral y artística que da la referencia autobiográfica) logra calar profundo en una mirada que se despega del golpe bajo y de la tentación de cualquier bajada de línea ideológica. Pero además de esto, la historia refleja de una manera muy lograda la cotidianeidad de una familia de militantes montoneros con sus vacilaciones, contradicciones y dilemas morales que le dan forma a una película creíble, bien narrada y de muy buenas actuaciones.
Mientras la historia crece, uno se siente más y más niño, y con cada escena se hace más difícil escapar de los ojos del protagonista y de la idea de que solo está viendo una película. Uno sufre y se angustia porque deja de vivenciar una ficción…y eso, lejos de ser un defecto, es una virtud artística del director
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17 de 19 usuarios han encontrado esta crítica útil
4
Una infancia desdibujada.
Ni engancha, ni atrapa, se mueve por caminos muy trillados y si esto es lo que tienen los argentinos para presentar a los Oscar, mal vamos... Resulta pesada, poco creible y discurriendo por una línea que ya hemos visto tantas veces que el poco atractivo con que puede contar se desdibuja en el entramado....

Un cuatro.
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15 de 21 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
La preocupación
Cuando me enteré de que Infancia Clandestina fue seleccionada para representar al país para los Oscar, de repente me entraron las ganas de verla. No lo niego, los oscar, por mas desvalorizados (por culpas propias) siguen siendo una referencia de calidad para mí.

Sin embargo, esta película tenía todos los temas que me preocupan: habla de la militancia guerrillera, en la que, en este país por lo menos, se cae en el simple dictado político y la caricaturización de las partes de la forma más descarada posible. 2, al ser una autobiografía, el director podría con mucha facilidad caer en la sensiblería y concentrarse en la cotideaneidad de los personajes en lugar de la historia.

Sin embargo, aquí nos toca una historia con muchísima sensibilidad por el protagonista y el modo en que ve las cosas, un nivel de detalle e intimidad que apabulla, un retrato hermoso del horror de vivir en la clandestinidad. Los personajes están bellamente retratados, especialmente el del tío, y el modo en que se cruzan las historias del romance infantil y la crudeza de la familia guerrillera en ningún momento se roban protagonismo, se retroalimentan, en un guión muy bien escrito.

Bonita película, en la que no cuela la política más allá de lo que la historia misma dice, aquí vemos a personajes en una situación límite, cegados por la ideología y otros tratando de dar sentido a vivir en una lucha que no les corresponde. Buenos aciertos de la dirección, aun que quizá se produzca un abuso de primeros planos y prolongaciones innecesarias de situaciones cotidianas.

Bien los actores, bien la historia, bien el guión, bien el director. En una época en que la política están tan metida en lops retratos artísticos de esta época, esta película demuestra como se debe hacer y contar una historia, de corte más clásico, de regusto más intimista, un amor a los personajes.

7.5
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10 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
Misterioso nosequé
En cualquier expresión artística es necesario que haya un.. alma? plus? punto de contacto? puente? que permita la identificación de la obra con el público, que logre ese clic, ese cierre o broche final en la cabeza o en el corazón del espectador. En este film con grandes y jugados méritos, principalmente el planteamiento desde el punto de vista infantil (bien resuelto al alejarse de la bajada de línea política y el juzgamiento de los procederes familiares) o las muy correctas y parejas actuaciones, hay algo, o mejor dicho falta ese algo que lamentablemente no puedo definir y que convertiría a esta buena película en una gran película. Me temo que no es una impresión puramente personal, creo que ese nosequé, ese hueco es y será palpable para una porción importante de los que se sienten a digerir esta cruda y valiente historia.. y casi lograda gran película.
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8 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
6
Amor imposible entre pasaportes falsos
La guerra sucia de Argentina es quizás uno de los capítulos más tristes, amargos y violentos que han empañado la historia moderna de Suramérica. Entre el inicio de 1970 y la instauración de la democracia en 1983, el país sufrió un régimen de represión ilegal, tortura, desaparición masiva de civiles y manipulación informativa entre otras formas de terrorismo de estado. No en vano se especula que cerca de 30.000 personas desaparecerían a manos de las fuerzas represoras, aunque la lista oficial cuente con 13.000.

'Infancia clandestina' se traslada a esos oscuros comienzos de los 70 para contar la historia de una familia en contra del ejército paramilitar que había impuesto su dictadura. Una pareja guerrillera, valiente, pero por desgracia reprimida y obligada a esconderse entre guaridas y pasaportes falsos. Lo hace a través de la inocente mirada de un niño de 12 años harto de vivir refugiado y de mentir sobre su identidad en la escuela. Ha heredado el coraje de su padre y de su madre pero no acepta no poder llevar una vida normal ni ver cómo su familia se juega la vida por un discurso político que él no comprende.

No pasan muchos minutos para darse cuenta de que lo más destacable del film es la interpretación del tío Beto. Ernesto Alterio flota muy por encima de una historia algo seca, ñoña y poco desaprovechada para las circunstancias que intenta describir. El cuento del amor imposible en la infancia, del primer beso, de la rabieta preadolescente está muy visto pero no por ello quiere decir que no se pueda utilizar en otro tipo de guiones. Aquí no encaja. Falta más tensión, más riesgo, más violencia... Algo que haga al espectador creerse que detrás de ese amorío a escondidas hay una auténtica persecución a tiros. La carencia es evidente con tanta animación y juego visual para evitar la acción a toda costa.

Fuera de estos parámetros, hay que reconocer sin embargo el buen papel que desempeña el pequeño Teo Gutiérrez. Es difícil no verse identificado con ese niño cuando su mirada se obsesiona con el rostro más bello de la clase, cuando el deseo se antepone al complejo y las mariposas devoran el estómago. Ante esto ninguna guerra sirve como excusa. Juan luchará por conquistarla con la ayuda de su tío mientras su incomprensión por el drama familiar roza la desesperación.

El resultado final es el aprobado con margen. Toda la pirotecnia del principio se desvanece a medida que la historieta de amor y la palabrería patriótica colapsan la historia y al terminar la película solo quedan un par de escenas difíciles de retener. Con todo, Argentina ha apostado muy fuerte por ella y no sería raro verla nominada (y hasta premiada) en los Goya.
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7 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
4
Argentina enajenada
Hay películas que dejan un sabor amargo, en este caso esta película a mi. Me hizo sentir muy mal.

Puede suponerse que algo tiene que ver con lo que ocurrió, la película no entra en planteos sociales muestra la ceguera de los protagonistas, la ingenuidad de sus planteos y hasta lo imposible de su aventura.

Seguramente entendiéndola desde el "recuerdo" del muchacho se la valore un poco mejor.

Los pobres chicos metidos, sin pedirlo, en esto sufrían las consecuencias.

En lo que hace a la película en si misma me costó no ver una "representación". Se nota que los actores "actúan" que todo está guionado.

Entiendo que haya personas a las que les haya gustado pero a pesar de que lo intenté, recordé la realidad y me chocó la película.
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8 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
Violencia clandestina
La película se cuenta desde el punto de vista de un niño, Juan (en honor a Perón se dice) quien, en su regreso al país luego del exilio en Cuba, ahora debe llamarse Ernesto (en honor al Che). Clandestina por ser oculta, secreta, por ser una infancia que no se da según los requisitos necesarios de un niño, por ser una etapa en conflicto con la identidad. Juan cuidando a su hermana (un bebé) sin saber si sus padres volverán a abrir la puerta del escondite; festejando un cumpleaños falso; impedido de disfrutar el cariño de su abuela; viviendo situaciones y escuchando conversaciones de “grandes” (citando una típica frase de mis padres cuando no tenía que escuchar ciertas conversaciones de adultos); inmerso en un mundo de violencia, armas, disparos y miedo constante; huyendo de su identidad, sus amigos, su primer amor.

“Ya sos grande, no seas boludo” le exigen sus padres ante el berrinche típico un niño que no entiende una situación, que tampoco puede explicar. El propio Juan termina creyendo que “ya es grande” en esa dolorosa escena en el parque de diversiones donde pretende huir junto a María, un bolso y una cantidad de dinero de cuyo valor no tiene idea. Esta infancia también es clandestina por tener que ser superada, por servir como etapa donde se acelera la maduración (con las consecuencias que esto implica, lo vemos todos los días, en democracia y por otras causas) y por ser traumática (explicitado en un Juan que moja la cama y en sus sueños).

‘Infancia Clandestina’ tiene tanta carga emocional que, si bien no parece acorde al “tono” de la historia, la elección del estilo cómic para las escenas de violencia explícita parece adecuada y artísticamente interesante. La cámara subjetiva que simula la mirada de Juan, como un testigo oculto, se combina con la amplificación de la respiración para generar un ambiente de permanente tensión y suspenso. En otro costado, el film propone lugares de “descanso” mediante una tierna y encantadora historia de amor entre Juan y María, llena de nostalgia de su director, platónica pero sin abusar de la supuesta inocencia infantil y describiendo esa etapa de despertar sexual (o más bien erótico).

Seguir leyendo en http://www.quecinemirar.blogspot.com.ar/2012/11/infancia-clandestina-2012-argentina.html
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6 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
9
LA IMPORTANCIA DE LA PIÑATA
Hermosa y durísima película, cuya carga política permanece como un opresivo telón de fondo para centrarse en ese niño adolescente que ve como su infancia se desarrolla en un incomprensible laberinto heredado de sus mayores y cuyos platos rotos va a tener que pagar.
Coincido plenamente con Llopart de La Vanguardia en que el acierto del film es el punto de vista exclusivo de ese niño ejemplo de tantos otros cuyo día a día se ve frustrado y modificado por algo que aún no entiende y cuyas razones nunca estarán por encima de su derecho a ser niño y vivir su infancia en libertad.
Consigue Ávila momentos realmente emotivos y desgarradores difíciles de describir sin desvelar la trama. ¿Hasta que punto es licito luchar por el futuro de nuestros hijos a costa de sacrificarlos a ellos mismos?.
El mundo aún virgen y moldeable del chaval choca brutalmente con una realidad que le impide seguir soñando con un mundo donde todo es hermosos y todo está por descubrir.
"Kamchatka" de Marcelo Piñeyro en el 2001 ya mostraba idénticos planteamientos. El elenco fantástico sigue demostrando que el nivel actoral argentino está entre los mejores del mundo. Fue elegida para representar al cine argentino en los Oscars sin ser seleccionada. Ellos se lo pierden.
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5 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
La infancia y los ideales
Esta película me recuerda bastante a en busca de ninguna parte, de Sidney Lumet (salvando las distancias, claro) un niño, casi un adolescente, con todo lo que eso conlleva, viviendo en un entorno hostil, con unos padres que por su idealismo, han condenado a su hijo a una vida precaria y sin expectativas,siempre mirando por encima del hombro, sin hacer amigos de verdad ni enamorarse, se refleja muy bien la angustia del niño(buen trabajo de Teo Gutierrez) parece que la única persona que lo comprende y lo trata como lo que es, un niño, es su tio Beto (excelente Ernesto Alterio) una persona que es tán idealista como los padres del niño, pero que ve mas vida mas alla de sus convicciones políticas y su lucha, a pesar de no tener mujer ni hijos, en ocasiones les da una valiosa lección moral a sus parientes.
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5 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
6
Desaparecidos bajo régimen militar
La autobiográfica primera película del argentino Benjamín Ávila contiene dos tramas. La primera, la interior, aborda un amor preadolescente. La segunda, el contexto histórico en el que tuvo lugar: Argentina 1979, una sociedad militarizada.

Este segundo aspecto, ocupando un menor metraje, es junto a la reseñable actuación de Ernesto Alterio, el más interesante. La clandestinidad está muy bien ambientada, con el miedo como permanente compañero.

El dilema que el director plantea es la validez de elegir la proyección social, aquí representada por los montoneros, la guerrilla de la resistencia, frente a la atención a los cercanos.

Los militares abandonaron el poder oficialmente en 1983. Treinta años después, el tema sigue candente. El interés suscitado ha provocado un muy buen resultado en taquilla en aquel país y la nominación del film a los Oscar.
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4 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
3
Recuerdos edulcorados de la guerrilla
Es legítimo que un director quiera contar su vida de hijo de una guerrillera desaparecida y transmitir sus vivencias de niño. Es legítimo y hasta puede ser interesante. Pero no necesariamente puedo estar de acuerdo con la valoración que él hace de ese mundo que vivió.
La película a mi modo de ver está bien filmada, bien contada y en general, bien actuada. No pierde la tensión a lo largo de su casi dos horas.
Pero lo que no convence es que, bajo una aparente dicotomía de exponer o no a niños a una vida de guerrilleros clandestinos, dicotomía que se observa claramente en la discusión con la abuela, la película en ese momento definitivamente da a entender lo que viene mostrando: una declarada muestra a favor de ese tipo de vida guerrillera, una clara simpatía de la actividad de Montoneros en el país. En fin, una mirada 'militante' y política de aquellos años.
La película es, en el fondo, una atractiva justificación de la lucha armada, bastante maniquea y simplista por cierto, donde los guerrilleros (gente dura e impiadosa con propios y extraños) son patriotas comprometidos, honestos, sensibles, casi tipos comunes, dulces, simpáticos, familieros... que solo se diferencian de los demás en que se juegan el pellejo por causas nobles, no como los otros que tienen miedo (la abuela) o no se comprometen (los personajes de alrededor, vecinos, maestras) que siguen sus tibias vidas, sin ver al enemigo opresor y malo (los militares, los torturadores, las fuerzas de la ley). Todo visto con ojos de niño. Y esto se confirma en que los dilemas del niño de hacer su vida normal o clandestina están esbozados, pero claramente el niño toma partido por sus padres. Hay alguna rebeldía, pero finalmente, a su edad, toma partido. Es un pequeño guerrillero. La enseñanza de la violencia y esos ideales que han sido trasmitidos por el ejemplo y con la prédica, han germinado. Es quizás lo que el director quiere expresar de su vida y lo que quiere trasmitir. Hoy no lo hará con un fusil, pero justifica todo lo hecho. La guerrilla montonera merece sus monumentos en las plazas del país.
Y la película está filmada en 2012, donde el proyecto político de ese momento en el país es de clara reivindicación a esa lucha armada guerrillera, una evocación romántica heroica a aquellos varones y mujeres que empuñaron las armas. Lo que se llamó 'militancia'. Defender al gobierno desde cualquier medio (político, periodístico, educativo, era una tarea patriótica, era ser 'militante'. Y hubo miradas históricas 'militantes' Y cine 'militante'. Todo coincide: el discurso político del gobierno del momento (en los créditos hay amplios apoyos económicos de entidades gubernamentales y asociaciones de Derechos Humanos que reivindican sin autocríticas la lucha armada) y la visión del director de su propia vida, absolutamente respetable, pero con la cual uno puede no estar de acuerdo, ¿no?
La bajada de línea es evidente. Y hay algo más: la pareja de los padres, sus rostros, sus aspectos trae en un flashback las imágenes de la pareja presidencial cuando eran jóvenes, que en su relato político insistieron en demostrar que fueron de la juventud que tomó las armas 'para cambiar el mundo', argumento criticado desde muchos lados de la sociedad argentina, tanto de derecha, centro e izquierda.
En conclusión, creo la película es una trampa: en lo superficial pareciera querer debatir lo que ve un niño en una situación compleja de los padres, y muchos espectadores quedaron en ese aspecto (curiosamente, con una mirada poco complaciente a los padres), pero en realidad es una muestra edulcorada de una vida de violencia e ilegitimidad que tuvo su responsabilidad en el drama sangriento argentino de los 70 y 80, coincidente con el gobierno de ese momento. Porque si en lugar de combatientes políticos los padres hubieran sido simples secuestradores o narcotraficantes, ¿la película se plantearía de la misma manera, romántica y simpática?
Con ojos más distantes y menos comprometidos, el debate hubiera sido interesante. La 'militancia' lo esterilizó.
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3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
Infancia perdida
Con parte de tinte autobiográfico, el novel Benjamín Ávila dirige un sólido drama gracias al juego al que da lugar un guión que se mueve con ritmo entre el claroscuro según se decante por la recreación de la infancia de Juan, llena del brillo que refleja la cara inocente de un niño que empieza a descubrir el amor, o de la sombra grisácea que se cierne sobre una familia de guerrilleros cuya lucha no puede acabar bien.

Infancia clandestina retrata las vivencias, los anhelos y los descubrimientos de una infancia que aspira a ser normal (con su primeras experimentaciones, sus primeras sensaciones y sus primeras decepciones), pero que no puede llegar a serlo nunca por completo por el modo de vida clandestino que le ha tocado en suerte a Juan, debido a los ideales y las acciones de sus padres durante la dictadura de Videla. Y el film lo hace tomándose su tiempo para adentrarnos en la vida del protagonista, intercalando las escenas cándidas acordes con los sentimientos que afloran en Juan, con otras que mezclan el peligro intangible que flota en el aire en las reuniones entre camaradas, para "suavizar" las escenas más duras (quizá como autocensura en los momentos más crueles, quizá por falta de presupuesto) como la escena de inicio y la de la granada. También hay momentos para relajarse, casi siempre protagonizados por Tío Beto (genial Ernesto Alterio en un papel simpático y muy divertido), como la genial pelea entre éste y Daniel por la suegra. Y, como cierre, un final que le sienta a la perfección al film, sin respuestas, como tantas y tantas familias siguen viviendo muchos años después de desaparecidas las dictaduras que se llevaron a sus seres queridos.
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2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
Historia de un niño adulto.
Infancia Clandestina es una drama político ambientado en la dictatura argentina. Pero el punto de vista que nos presenta su director y coguionista es el de un niño. Esto le permite distanciarse de los hechos, mostarlos con dureza pero sin decantarse claramente. Evidentemente es una película crítica con el poder de la dictadura, pero aquí lo realmente importante, lo que hace que el espectador se mueva en su butaca no son los ideales o las injusticias, sino los sentimientos, el corazón de un niño al que le “esconden” su infancia. El hilo vertebrador de toda la historia se centra y nos llega especialmente con la relación con su tio Beto. Beto es un luchador, un soñador y, a la vez, un hombre que quiere disfrutar el presente. La química entre él y su sobrino es cautivadora. Se convierte en su referente. Los padres no lo han abandonado jamás, están pendientes de él, pero la lucha armada, la vida clandestina les absorve.

El argumento nos presenta unos hechos que, si bien están muy próximos en el tiempo, aquí pueden parecer más lejanos, con el paralelismo que guarda con la lucha de los maquis contra nuestro propio régimen militar tras la Guerra Civil española. Las imagenes se presentan con contundencia y la fotografía está muy cuidada. El uso de imágenes de cómic (gran trabajo el de Andy Riva) en las escenas más violentas nos ponen en la piel del pequeño Juan/Ernesto.
El director conjuga muy bien los dos mundos, de los adultos y de los niños, buscando conmover sin recurrir a la lágrima fácil. Y para el final se reserva un pequeño cameo, el papel de un policía “del bando contrario”. Es una intervención breve pero en la que demuestra que sabe moverse a ambos lados de la cámara. Es el primer largometraje de Benjamín Ávila, un retrato semi-autobiográfico sobre un tema que ya había tratado en cortos y documentales.

La cinta es la candidata a los Oscar por Argentina y está nominada a los Goya 2013 como Mejor Película Iberoamericana. Se estrena en España el próximo 21 de diciembre.
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2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
Clandestino enamorado
Yo creo que estamos aquí ante lo que en Argentina se sigue considerando una película de prestigio, del tipo de cine que se puede mandar a festivales más o menos receptivos al cine sudamericano de calidad festivalera (Cannes y Toronto), y ello concuerda con los nombres que hay detrás del film, en labores de producción, como Luis Puenzo y Tristán Bauer. La película dirigida por Benjamín Ávila no resulta satisfactoria, en general, pero posee un aliento poético que no tienen todas las películas argentinas sobre la represión durante la última dictadura militar. La historia tiene la fuerza propia de una historia basada en hechos reales: una familia de militantes montoneros que se marcha a Cuba a mediados de los años 70, vuelve a la Argentina en 1979, pero con identidades falsas y de manera clandestina, para continuar la lucha revolucionaria. Sin embargo...(sigo abajo)

Los fragmentos en los que se recurre a la animación para contar la historia, situados en momentos de mucha violencia, de mucho drama, están muy bien y son de lo mejor de este film.
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2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
Viajar a una epoca de ideales, de la mano de un niño.
Tratar un tema como el de la lucha montonera en Argentina a fines de los 70 seguramente resulta interesante para cualquier argentino/a de menos de 30 años como el que se escribe.

No tuve la oportunidad de vivir esto, y sentí con está pelicula como una suerte de viaje a una realidad diferente. Me resulto imposible no ponerme en lugar de este niño y darme cuenta la enormidad de lo que separa la vida actual, de la de esa época.

Se que tal vez se trate el tema de un modo un tanto imparcial, pero todo es visto desde los ojos de un niño, y a mi entender es razonable no cargar la película de otra visión de sus propios padres, que podría resulta seguramente más violenta y chocante para el joven.

De todas maneras quedé gratamente sorprendido a ver esta película, no se queda solo con un contenido atrapante, sino que utiliza variedad de recursos, que permiten lograr belleza, aún cuando se trata un tema por demás fuerte y triste.

Es una alegría encontrar películas de este estilo que hacen uso de lo cinematográfico, que van más allá, y se preocupan tanto en el fondo como en la forma.

Lo único que lamento, es que contiene argentinismos y expresiones, que seguramente resulten ajenas a personas de otros países, por lo cual tal vez no sea reconocida a nivel mundial.

Aún si esto sucediera, creo que para cualquier realizador le bastaría con ser profeta en su tierra, y esta película tiene todo para lograr eso.
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4 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
Vivir clandestinamente
Infancia clandestina desprende rabia, verdad. Algo muy poco frecuente. Y no es para menos, porque el cineasta Benjamín Ávila, en un ejercicio de cine personal o 'película exorcismo', ha contado su propia historia. La suya y la de otros tantos. La de toda una generación de hijos de guerrilleros que pasaban de pueblo en pueblo, de colegio en colegio, cambiando de nombre y perdiendo a cada paso aquello tan preciado que es la infancia. A esa infancia secuestrada, retenida, robada, dedica Ávila una película que parece escupida y filmada desde los adentros. Lo hace en sus planos iniciales, imágenes manga con los que el director nos pone en situación y nos cuenta los antecedentes históricos de su trama. Lo hace con la delicada mirada del niño protagonista, de forma que podamos sentir desde el otro lado del espejo sus miedos, sus dudas, sus pulsiones, las conversaciones de los mayores cogidas al vuelo y a escondidas, el primer amor de adolescencia. Y lo hace cuando su irremediable resolución llega con toda su crudeza.

Ávila ha parido un film histórico moderno, en primera persona pero con la suficiente inteligencia para impedir que la voz narradora acabe con la poesía y la reflexión. Infancia clandestina tampoco es una película obvia, porque deja suficiente espacio para la libre interpretación, para la crítica, para el matiz. Pocas películas son tan certeras, tan delicadas e impactan a tal punto como Infancia clandestina, cuyo clave está en un reparto excelente, encabezado por el tío que da vida Ernesto Alterio. Una película que seguramente para su firmante habrá supuesto una tirita para la herida que venía arrastrando desde demasiado tiempo. Los compañeros chés pueden estar muy contentos de su representante a los Oscar, una propuesta arriesgada estrenada por desgracia casi de tapadillo entre nosotros. Clandestinamente, valga la redundancia. Hay que reivindicarla.

@Xavicinoscar, Cinoscar & Rarities
http://cachecine.blogspot.com
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4 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
Dictadura dulce
En Infancia clandestina nos encontramos con una durísima historia muy dulcificada. La película trata de mostrar una mirada diferente sobre la represión de la dictadura argentina de Videla y de los grupúsculos de liberación existentes en la época... y todo ello desde el punto de vista de un niño que se ve obligado a cambiar de nombre, de cumpleaños, de colegio y de país, para volver a su Argentina natal donde sus padres luchan clandestinamente por la liberación.
Hay ejercicios de muy buen cine en esta cinta argentina, con una gran combinación de planos por parte de Benjamín Ávila que lleva con muy buen tino la película hasta su desembocadura. Momentos de tensión, un regusto exquisito por los primeros planos, algunas secuencias con una iluminación excelente y una buena escenografía, dejan el buen sabor de boca con una película que evidentemente tiene su punto fuerte en la denuncia social y en la crítica a la dictadura argentina de la época.
El problema de la cinta viene dado en que las ansias de llegar a la fibra sensible del espectador son demasiado evidentes. Una película con una violencia intrínseca bestial, se hace incluso pastelosa en algunos momentos con la mirada dulce de este infante. No hay sangre, sólo decepción en los personajes, y cuando llega la hora de un tiroteo, el guión prefiere intercalar una escena de dibujos animados para que nada resulte demasiado duro, para quitar hierro al asunto para no desagradar a un espectador con una cinta de 'Hollywood style' con un guión que resulta demasiado complaciente. Hay escenas muy melifluas en las que el niño (obligado a madurar antes de tiempo por su situación) mantiene conversaciones trascendentales sobre la vida con los adultos, se aderezan con símbolos muy evidentes, y además el pequeño vive una pueril historia de amor, que, a grades rasgos, sobra de la historia.
Pero pese a los fallos en el guión hay que reconocer que es una película entretenida, muy bien dirigida y con ciertos aspectos técnicos dignos de elogio, que la llevan a una categoría por encima de la media. Con una interesante (aunque no magnífica) interpretación de Ernesto Alterio y Natalia Oreiro. Lástima que su exceso de azúcar impida desgarrar, porque realmente había mimbres para una muy buena película.
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2 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
Narración fantástica que te atrae
El cine argentino siempre te queda con un buen sabor de boca, y más en esta historia capaz de atraparte desde el primer minuto de metraje. Una narración fluida y sin dejar escapar a ningún tipo de detalle acompañada de dos interpretaciones fabulosas, Natalia Oreiro y Ernesto Alterio. Ambos interpretes están a la altura de la trágica historia vivida y se dejan llevar por sus personajes. Un conmovedor drama desde el punto de vista de un niño que ve como su infancia queda salpicada por los fallos y represiones de los mismos. Con un guión que en ocasiones se puede volver pesado para el espectador pero el dramatismo y la sinceridad de las imágenes lo hace más llevadero. (Eduardo Márquez de Film Magazine Digital)
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2 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
9
Un cine con perspectiva
El cine latinoaméricano está en su momento de crecimiento, y con este film se evidencia, y por lo cual es necesario meterle la lupa. Infancia clandestina es un film que muestra uno de los momentos de la subversión de ciertos grupos en varios países de nuestra América, pero también se ve la cara del amor en momentos de crisis, por lo cual es olbligado descubrir las dos situaciones de pasiones y de afanes. Sin duda un cine con perspectiva.
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2 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
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